Confesionario de las Lamentaciones (MM B: 87865)

[Matt Blackner]

Dos hermanas vampiras, pero una de ellas había elegido el camino de las sacerotisas. En cierto modo aquello la convertía también en hermana de Xell y de Sagitas, a otro nivel, a un nivel espiritual.

 

Sagitas además dormitaba junto al camastro donde había dejado a Jesse, agotada. Necesitaba descansar más, qeu demonios. Debía relajarse un poco, y aquello lo demostraba.

 

EL beso de Heliké me distrajo un momento, me relajé y me agarré a su espalda, aunqeu al hacerlo noté un nuevo tirón en la espalda. Al separarnos la prima ofrecía darme un masaje, la miré mordiéndome el labio mientras escuchaba los murmullos de Sagitas. Volvía a despertar y preguntaba por Jesse, quien no había vuelto a sufrir cambios desde su desmayo.

 

Hast que se volvió hacia nosotros. No me dio ni tiempo a responder cuando ella ya se negaba a dejarnos ir. Negué con la cabeza y sonreí.

- Estoy bien Heli. Lo primero es ocuparse de qeu Jess despierte.

 

Apreté los dientes y me aparté de la pared, intentando caminar más o menos erguido.

- Y tu deberías descansar un poco más. - dije a Sagitas, algo molesto con lo qeu acababa de decir, pero también preocupado al ver qeu últimamente parecían fallarle las fuerzas.

[Helike R V PB]

Anabelle Isabella Rambaldi Di Sforza

(Hermana melliza de Heliké)

- Lo más raro de todo ésto es que ésta chica aún no se despertase -comentó resignada Anabelle, no lo entendía. Se suponía que si era cansacio ya debería de al menos despertarse y recuperar energías.

Tocó la frente de la chica ya que no conocía su nombre, bueno, al parecer Matt había dicho que se llamaba Jessie. Al menos la aliviaba que no tuviese fiebre.

- Habrá que preparar lavanda, para que su cuerpo se relaje. Si es cansancio unas horas de sueño le ayudarán a recuperarse, si es otra cosa -negó con la cabeza- no lo sabremos hasta que "despierte" -qué complicado era todo, una buena bruja como lo era ella, suma sacerdotisa de la Orden del Dragón y sin poder hacer mucho más. Pero sabía que las cosas sucedían por alguna razón y esa no era menos.

[Hayame Snape Potter Black]

La vampiro se había acercado tal cuál le había indicado su sobrina sintiendose un poco mas tranquila ahora que comenzaba a familiarizarse con todos los presentes y aquel lazo que compartían entre todos parecía brillar con la intensidad de mil soles; eso en cierta forma le hacía sentir segura y por ende el gesto en su rostro cambio volviendose mas agradable y menos tieso o frio dejando ver que aun por debajo de toda su desconfianza y recelo para con las personas buenas, también estaba dispuesta a disfrutar de la compañía de la familia

Sin embargo observó de reojo a sus sobrinos antes de cambiar su gesto por uno mas infantil juntando las manos por delante y comenzando a reir con nerviosismo, brotandole miles de gotitas de sudor de la cabeza a sabiendas de que como se pasaran un poquito con sus muestras cariñosas su hermana de cabellos violetas iba a estamparlos contra una pared

-Chicos, chicos, que estamos en un confesionario jajajaja

[Helike R V PB]

- Tía Hayame no estábamos haciendo nada malo - y era cierto, ella nos "recriminaba" pero con humor. Si Sagitas hubiese despertado en esos momentos, nos acabaría echando una buena bronca, no lo dudaba.

 

Tenía cara inocente, pero es que la verdad desde que había llegado al confesionario tampoco había hecho ninguna "maldad" ni siquiera enfadar a mi tía pelivioleta. No sé que pensaba que era lo que íbamos a hacer en un lugar sagrado...

 

Mientras, observaba como mi hermana iba "controlando" las constantes vitales de Jessie. Parecía bastante cansada. Aún no daba signos de despertarse. La vi además usar varias cosas, algo de lo que yo, no tenía ni idea. Mi hermana era la especialista en esas cosas.

 

En un susurro le comenté a Hayame:

 

- Te puedo decir que Annabelle es mejor que yo, mucho mejor. Créeme que harás bien en confiar en ella. Es la mejor en su campo -asentí con la cabeza y lo afirmé con mis ojos. Esperaba que al menos no siguiese sintiendo esa cauta necesidad de no aproximarse a una desconocida sobrina como lo era Annabelle.

[Matt Blackner]

Bufé, observando a Sagitas. Permanecía en silencio, mientras qeu Annabelle controlaba las constantes de Jesse. Todos observaban, evidentemente preocupados porque la chica no despertaba.

 

- Voy a buscar la lavanda. - dije, saliendo de alli.

 

Por el olor podría localizar la planta, pero al intentar agacharme para mirar los cajones, noté un calambre de nuevo en la espalda. Ahogué un gruñido y me sostuve, frunciendo el ceño y tomando aire. Aquella vez si qeu me había cogido bien. Logré enderezarme y tras buscar un poco, acabé encontrando lavanda.

 

Regresé y se lo tendí a la hermana, mientras Hayame nos "recriminaba" la actitud entre bromas. Negué con la cabeza, cruzándome de brazos.

 

- Eh...creo qeu deberíamos llevarla a casa. Además, a lo mejor la lavanda le viene bien a más de una...

[Helike R V PB]

Anabelle Isabella Rambaldi Di Sforza

(Hermana melliza de Heliké)

- Oh, gracias cariño -le sonrió la bruja al chico pelirrojo, Heliké la miró rara.. ¿eran celos? Seguramente...

- Vamos hermana, ya sabes mis preferencias - y sin poder evitarlo, soltó una sonora carcajada que se expandió por el eco de la zona en dónde estaban.

Negó con la cabeza divertida, parecía mentira que su hermana Heliké como la conocía pusiese morros, y eso que era un comentario de lo más amable, ya que le había traído lo que había pedido hacía tan sólo unos minutos.

Desmenuzó la lavanda y con ella en un puño, se levantó y la repartió alrededor del cuerpo de la chica, para que se relajase completamente. Aspiró los aromas que desprendía aquella planta:

- La lavanda, es mi planta natural favorita para aromatizar cualquier habitación y el alma -sonrió contenta.

- ¿A casa? -Preguntó dudosa- porque si hay algo maligno aquí no puede entrar, este es un lugar santo, si vamos a su casa, allá puede atacarla con más facilidad -dijo preocupada- además éste lugar es un muro de protección ideal contra fuerzas malignas externas.

[Sagitas E. Potter Blue]

Annabelle había dicho que mi hija seguía igual, y eso me preocupaba muchísimo.

 

-- ¿Crees que debiéramos llevar a Jessie hasta la clínica? -- pregunté, en voz muy baja, ignorando el tema de Heliké y de Matt. Por muy Hermana en sacerdocio que fuera, no iba a permitir que se metiera en mis problemas con esos dos.

 

También llamó a Hayame, eso me preocupó mucho más, pues es como si necesitara mucha gente cerca para recargar con energía positiva el alrededor de mi hija. Fruncí el ceño. Debía llevarla a la clínica, empezaba a estar segura. Se me cerraban los ojos de lo cansada que estaba. Aún así, lo negué ante Matt.

 

-- ¿Descansar? ¿Por qué? No estoy cansada -- mentirosa que era. -- Prefiero quedarme aquí con ella.

 

Annabelle tenía razón. Lo más preocupante era que no se despertara. Entendí lo que decía y asentí ante sus palabras.

 

-- ¿Un masaje con aceite destilado de lavanda, para hacer circular la sangre? ¿O quieres decir esencia de lavanda en el aire para que le alivie los pulmones y a la vez la relaje mientras duerme? Así descansaría más.

 

Por detrás, Hayame reñía a Heliké y a Matt por besarse. Le daba la razón en silencio (aunque si estuviera Jack por allá cerca, otro gallo gantaría). Matt pareció entender la gravedad del asunto y se ofreció a buscar la lavanda.

 

-- ¿Quieres que te ayude? -- le dije, con un bostezo que quise disimular. -- Desmenuzar lavanda es algo que me gusta hacer.

 

No del todo cierto, pero no podía estar más rato quieta sin hacer nada por salvar a mi hija.

 

-- No, a casa no. En eso Annabelle tiene razón. A la clínica o aquí, porque esto es un lugar sacro, pocos interrumpirían la paz que nos protege. Si el problema es espiritual, este es el lugar más adecuado.

[Xell Vladimir Potter Black]

Entré en el confesionario, con el corazón encogido. La última vez que estuve allá, la prima Jessie estaba mal, muy mal, y su madre y la tía Haya intentaban que mejorara. Yo sabía que tenía una poción en casa, así que dije adiós (aunque no sé si me oyó alguien) y salí de allá, apareciéndome en la Vladimir. Mami tenia una poción a base de lavanda y aceite de hisopos que seguro que la ayudarían.

 

Volví en seguida al confesionario pero noté que Matt entraba en la sacristía, tomaba algo corriendo y salía a reunirse con el resto. Oí la voz de Hayame, o tal vez de su hermana, diciendo que Matt necesitaba un masaje. Me planté delante de todos con el potecito en la mano.

 

- ¿Quieres un masaje, primo? Traigo una poción relajante que te puede ayudar. Aunque la traía para la prima Jessie. ¿Qué tal se encuentra? ¿Mejor?

 

La mirada de Sagitas parecía tensa, pero no sabía por cuál de los dos hijos se estaba preocupando ahora. O tal vez era por los dos. Menos mal que no era mi madre. Yo tenía suficiente con el enfado sin decírmelo de mami. Reena no admitía mi relación, estaba segura, pero tampoco me ponía pegas. Al menos delante…

 

- Bueno, ¿alguien la quiere?

[Matt Blackner]

Entré en el confesionario y lo primero que hice fue quitarme la chaqueta. Era caluroso y en aquel lugar cerrado se me hacía peor.

 

Todo parecia desierto auqneu imaginaba que agitas al menos estaría por alli. después de los problemas con Jesse, de aplicarle todo tipo de pociones, incluso el potingue de Xell, nos la habíamos llevado a la clínica convencidos de que aquello era agotamiento y la necesidad de descanso para recuperarse.

 

Todo acabó bien por su parte aunqeu no tanto por la mia. Sagitas había saltado con heliké y conmigo cuando ella lo único que hbía intentado era ayudarme con el dolor e espalda, asi que me negué a cualquier tipo de cuidado o ayuda, de forma que al final, el dolor había desaparecido por si solo. No era la primera vez que lo sufría, y también tenía claro que no era algo bueno...pero ya no tenía remedio. En algun momento volvería, seguro.

 

- Hola? Sagitas, estás aqui? venía a ver como estaban las hadas.

[Helike R V PB]

Anabelle Isabella Rambaldi Di Sforza

(Hermana melliza de Heliké)

La bruja seguía mirando las constantes vitales de Jessie, por el momento no habían cambiado. Se sentó en el suelo frío, desesperada...

- Estoy harta -murmuró- mi magia apenas puede hacer nada...

Escuchó a la joven Xell que al parecer traía algo..

- Cariño -llamó a la rubia para que se acercase- anda ven

- Pues sigue igual -negó con la cabeza - ¿poción relajante dices? -rascó la barbilla- bueno, no es mala idea. Al menos, roguemos porque no tenga nada malo en su interior. Un ente maligno -aclaró -de momento, esta a salvo aquí dentro...

Otro día..

Se había quedado dormida en un banco de la entrada del confesionario intentando velar el sueño de Jessie.. Al parecer había sido todo cansancio y había acabado bien... Rumiaba en sueños, eso era porque al estar en baja guardia siempre le pasaba...

Escuchó una voz masculina y del susto rodó cayéndose al suelo...

- Hay, hay -se lamentó por lo bajo intentando no levantar la voz. Se frotó la muñeca, al menos no se la había roto.

Editado 27 de Noviembre del 2014 por Heliké Rambaldi Vladimir