Chateau Dumbledore (MM B: 78647)

[Seba Granger]

Parece que ese día había dejado de ser tranquilo para mi, sin darme cuenta dos individuos habían traspasado las rejas del Castillo y de alguna forma habían forzado la entrada hasta encontrar a quien molestar, lastima que justo habían dado conmigo.

Una vez mas salía muerto por mortifagos, sin lograr hacer nada mi cuerpo ya estaba inerte en el suelo del balcón. Gracias a mi fiel elfo había logrado llegar a San Mungo y ser curado por una de mis compañeras de la orden.

Era hora de regresar a casa esperando mi madre no se hubiera enterado de nada para no preocuparla, aunque ella había estado ausente del castillo por algunos días así que lo mas probable que no le llegará a los oídos.

Aquella tarde no llegaría solo al fin podría llevar a mi novia a la casa de mi madre y su familia, el poder mostrarle donde tenía el cuarto que me había cedido la Dumbledore para poder pasar algunos días con el resto de la familia y poder conocerlos.

Según lo que había escuchado mi madre para estas fechas ya estaría ahí ya que era el cumpleaños de mi hermanita menor, en cuanto me aparecí a las afueras de la entrada del castillo me pare en medio de la acera esperando ver la llegada de Darla ya que en esos momentos ella estaba en algo mas y habíamos quedado de encontrarnos ahí.

[Joaquín Granger]

Helena me comentaba de su vida, en el corto trayecto hacia el lugar preciso del evento. Me sorprendía la claridad con la que se expresaba para su curta edad; era eso o la practica que ya había adquirido con Seishiro. Desvié mi atención por un momento al pequeño que estaba jugando en uno de los inflables con los otros dos niños, no había de que preocuparse, era una oportunidad de desconectarse y disfrutar del día con mis hijos, mi socia, y su familia.

 

Al llegar a la zona central de la celebración, tomé asiento, justo como me lo indicaba Ariane, y me dejé servir por Helena, que se había desprendido de nosotros para ir a buscar dulces y cócteles para invitarme. La bandeja estaba en una mesita de niños, pensado para que la anfitriona alcanzara a todo y pudiera servir; al menos hasta que se aburriera y ese trabajo pasara a los elfos, que aún se encargaban sin parar de la decoración y la comida.

 

-Gracias pequeña -dije, al tomar una copa martinera; con una sonrisa divertida al verla tan servicial con la bandeja de plata, que aunque se veía pesada, ella ya tenía la fuerza suficiente para llevarla como si fuera papel.

 

El líquido de la copa era de un rojo intenso, aunque no revelaba su olor, puesto que el alcohol que contenía eclipsaba el aroma que tan apetitoso me resultaba. En aquel momento comprendí el tono empleado por Ari, para referirse a los dulces, lo que despertó mi curiosidad por todas aquellas obras culinarias que había allí. Di un sorbo a la exquisita bebida, que a pesar de oler a alcohol sabía a sangre, con ese ligero picor del alcohol, aunque sin llegar a ser fuerte. Miré a mi socia y reí con complicidad.

 

Dejé la copa en una mesa que tenía frente a mí, y le di la esperada bolsa de regalos a Helena, quien, sin disimular lo ansiosa que estaba ver que había dentro. Metió su manita dentro y comenzó a sacar juguetes varios, peluches, de los que había tantos que podrían que podrían agruparse por categorías, y mucha ropa, tanto vestidos de princesa de cuentos de hadas, como ropa muggle en la que no mostró mucho interés, como cabía esperar de alguien de su edad.

 

-Me aseguré de conseguirle todo tipo de cosas, tanto de ocio como de utilidad, ya lo verás todo luego. -Le comenté a Ariane-. ¿No es demasiado verdad?

[Darla G Dumbledore]

Se le había hecho tarde, pero estaba segura su Seba no se enfadaría, lo más seguro es que estuviera preocupado, acomodó su cabello con rapidez, se observó en el espejo, él le había dicho que era una fiesta de cumpleaños pero que no era a toda pompa, entonces había elegido algo bonito, fresco pero no tan de gala. Tomó su sobre hechizado para guardar varias cosas dentro y se desapareció rumbo a la localización del castillo.

 

Las calles de Ottery se veían encantadoras, el ambiente cercano a la Navidad se notaba en el aire, por ello tenía sobre sus hombros una gruesa capa de abrigo, solo para aparentar en realidad, ya que como vampiro no sentía las temperaturas como el resto del universo. Caminó apurada al notar que en la acera de la mansión la esperaba su novio.

 

--Mi amor, siento la demora, imprevistos de última hora --seguía sin saber cómo explicarle algunas faltas que ella tenía, ambos laboraban juntos, en el Ministerio y en su local hogar, esconder sus actividades al margen de lo habitual le resultaba cada vez más complejo y menos deseable, si fuera por ella le contaría, pero temía su reacción y peor aún, que él corriera algún riesgo por su culpa.

 

Sus labios rozaron con ternura los de Seba y lo abrazo mientras le veía a los ojos.

 

--¿No tienes frío? ¿Hace mucho que esperas? De veras lo siento mi amor.

Editado 22 de Diciembre del 2014 por Darla Potter Black

[Seba Granger]

-Dash- llamé a mi elfo de inmediato al darme cuenta que había olvidado el regalo de Helena en casa, sabía que hubiera alcanzado a ir por el yo mismo pero como estaba esperando a mi novia era mejor que mi fiel elfo lo trajera, no quería que al llegar la bruja no estar esperándola, ya se habían conocido con mi madre o mas bien, reconocido pero aun así era la primera vez que la traería ante la familia Dumbledore.

En unos segundos el elfo estaba sonriendo frente a mi, -¿Donde estabas?- dije sonriendo sabiendo que este siempre andaba de travieso cuando no estaba junto a mi, -Necesito que vayas al departamento y traigas una cajita que deje sobre el escritorio, es el regalo de mi hermanita y lo he olvidado- pronuncie a este.

-¿Luego Dash puede salir a pasear?-pregunto el pequeño orejón, -Así es, luego la tarde es tuya, aunque no hagas muchas travesuras. Ve trae lo que te pido, si no estoy aquí afuera estaré en el interior con Darla- en cuanto termine de hablar con él se desapareció rumbo al lugar que era enviado.

Sonreí al ver la preciosa mujer que venía desde el costado contrario donde había estado hablando con Dash, -No te preocupes mi amor, no estas tarde- dije mirando mi reloj, respondí el rose de sus labios con los míos, haciendo que el beso durara un poco mas, -Te ves hermosa mi vida- añadí con una sonrisa coqueta en mis labios.

-Gracias por venir, ¿Vamos entrando?, creo que ya he oído un poco de ruido en el interior- pronuncie sin preguntar donde había estado, la verdad prefería no entrometerme en los asuntos que ella tenía por fuera, suponía que en algún momento llegaría el instante de hablarle de lo que hacíamos en secreto.

-Esta un poco mas fresco, creo que se nos vendrá un invierno crudo- dije a está mientras abría la reja para que pasara al interior, -No, ya le dije no se preocupe, yo la esperaría por toda la vida-

[Darla G Dumbledore]

El cálido beso se había prolongado durante un tiempo más y con ternura la bruja había abrazado a su amado mientras no podía evitar sonreír feliz, él era su caballero más tierno. Se alegró al saber que no lo había dejado esperando por mucho tiempo y lo vio con ojos tiernos, como siempre estaba elegante y bello, pero no se lo diría así directo en voz alta porque sabía cuanto le sonrojaba el hecho, pero a ella eso le encantaba de él.

 

--Por supuesto mi amor, entremos --sonrió al oír que la esperaría toda la vida, ella iría por él y lo esperaría hasta el final del universo, se tomó de su brazo y sacó una pequeña cajita de su sobre hechizado --¿crees que le guste a tu hermana? --pregunto con gesto preocupado mientras le enseñaba lo que le había encargado a su elfo Leto que le consiguiera para ella.

 

Junto a su novio traspasó la reja que él acababa de abrir y lo esperó mientras él volvía a cerrarla, tomándose una vez más de su brazo. Se sentía tan cálida a su lado. Recorrieron el sendero de ingreso hacia la mansión, descubriendo a su paso lo bello que seguía decorado, hacía mucho tiempo que no iba allí, desde el primer aniversario de Lucas, si no se equivocaba. Suspiró nerviosa cuando los sonidos del interior del castillo llegaron hasta sus oídos. Vamos, se dijo a si misma, ya pasaste la prueba de la 'suegra' ¿qué puede resultar peor? Claro que su suegra era alguien muy especial para ella, una sobrina del corazón y aquello había sido como volver a una historia en la que Ariane era precisamente una de los más dulces recuerdos de su pasado.

[Ada Camille Dumbledore]

Sentía una sensación de felicidad indescriptible al ver a mis hijos pequeños disfrutando de la fiesta, había sido justo la intención por la que lo había planeado de aquella forma tras hacer caso a la idea de Joaquin quien queria celebrar el cumpleaños de Helena.

 

Hice una sonrisa cómplice al ver probar el cóctel a mi socio, pues sabía que él disfrutaría eso.

 

El regalo de Helena, me parecía excesivo, por lo que blanquee los ojos al notar su desinterés por algunas cosas. Las tome y las observe, los trajes eran de una costura magnífica. Se notaba lo costoso que podían haber salido y al traer varios mire en forma de reproche a Joaquin, mas al escuchar su pregunta.

 

- sabes que si lo es, pero esta bien... te lo permito porque erea au padre.

 

Relaje el gesto y le sonreí, suspire de pensar en que los niños estaban realmente felices.

 

Recogí algunas de las cosas y al ver a mi elfo Killian le llame con la cabeza.

 

-Killian querido puedes por favor llevar estos hermosos vestidos a vestidor de Helena, gracias.

 

Tome la mano de Joaquin que descanzaba en la mesa y le indique ue viera a Seishiro jugando, Luka estaba encantado con su nuevo amigo. Reiven jugaba con ellos, pero siempre era más reservado con los demás, excepto con su mellizo.

 

- Deberías venir una temporada a quedarte con él en el castillo, mis hijos y Seishiro creo que no se negarían, disfrutan mucho la compañía del otro

 

Suspire de escuchar reir a Reiven, Luka y Seishiro, desde que habían ido a estudiar a la escuela de magia.

 

Escuche entonces pasos provenientes de la entrada,al parecer alguno de mis hijos había llegado, pero no venia solo

[Joaquín Granger]

Aunque ya sabía la respuesta, había necesitado que ella lo reafirmara. Eran de esas secuelas, pequeños trastornos, podría decirse, de la adaptación de no tener nada, a tener todo y sin límites. Y a pesar de saber que a Helena no le faltaba nada, era un deseo inconsciente el querer colmar de regalos a mis hijos, por lo que compartí la risa de Ariane. Aquel pensamiento me supo más que extraño cuando hacía tan solo cuatro años (o bien podría ser "hacía cuatro años ya") mi objetivo era saber de dónde provenía y sin duda no esperaba quedarme ni encariñarme con mi familia; buscaba una compensación por el abandono.

 

Miraba a Helena, que luego de abrir los regalos había ido corriendo a intentar meterse en el juego de sus hermanos, a pesar de no saber que hacían, ni tener en cuenta que siendo los tres mayores y tan sobrenaturales como lo era ella, le llevarían una ventaja bastante mayor. Pero también había una gran diferencia de edades entre mi hijo y los niños Dumbledore y el rubio se las apañaba bastante bien. Seguro Helena lograría meterse en el juego al fin y al cabo ella era la celebrada tenía derecho.

 

Escuché la proposición informal de la joven y por un momento creí que había sido una broma, por ver que los niños se llevaban tan bien. Era algo para meditar sin dudas. Por un lado no sabía que tan cómodos nos sentiríamos Seishiro y yo. Estábamos adaptados a la soledad de la mansión Granger, que era un cambio abismal con el Castillo Dumbldore, que daba alojo a una familia muy numerosa. Por otro lado Seishiro nunca se había quedado en otro lugar que no fueran mis propiedades, solos él y yo y ahora veía lo mucho que le gustaba socializar; quizás se podría probar...

 

-Vaya Ari, me sorprende mucho tu proposición. -La aclaración era bastante sin sentido. Sorpresivo sería que no se la esperara- Quizás una temporada sea demasiado por ahora, pero a lo mejor un fin de semana mientras estén los niños. Si Seishiro se entretiene yo tendré más tiempo para mí, cuando llegue del local -Esa si era una gran verdad, o al menos lo esperaba- Ya veremos

 

Tomé uno de los dulces que tenía en la mesa. Era rojo, intensamente rojo y al morderlo, el cubito se deshizo en mi boca creando una ola de líquido rojo. Nunca había probado aquello que seguro era sangre a medio coagular una forma de lo más original de presentarla. Sentía curiosidad por saber quien sería capaz de crear algo así, con algo que a simple vista no tendría variantes pero que me equivocaba. Lo acababa de comprobar.

 

-¿Los "dulces" fueron tu idea? -Le pregunté a mi socia sabiendo la respuesta-. Sabes que he probado todo tipo de esta sustancia hasta alguna por demás especial. -Le guiñé un ojo. Sabía que comprendería mi referencia al mundo de las hadas al que habíamos ido hacía algún tiempo.- Pero nunca nada con esta presentación ¿Qué hay de Helena, ya comienza disfrutar de la sangre?

 

Escuché que dos personas se acercaban al lugar de la celebración, yo y el resto. Los niños miraron un momento y continuaron saltando y chillando alegremente en uno de los inflables. Los niños dejaban que la que saltara más alto fuera mi pequeña. Sonreí al verlos y tomé de nuevo mi copa, di un corto sorbo al líquido rojo y la volví a dejar en la mesa. Desvié la cabeza hacia el camino de entrada, expectante.

Editado 23 de Diciembre del 2014 por Joaquín Granger

[Seba Granger]

Apoyé mi mano en la de ella mientras que esta me tomaba del brazo, con la otra mano volví a cerrar la reja de un empujón hasta que oí el ruido del cerrojo cuando este se trababa, luego comencé a caminar rumbo a las puertas del castillo al no saber muy bien donde iba ser realizada la fiesta, en este lugar habían tantos rincones y jardines que lo mas seguro que alguno de ellos fuera aprovechado para el cumpleaños de Helena.

Miré a mi novia cuando esta me preguntaba sobre el regalo de la pequeña Dumbledore, observé de inmediato la cajita que esta me enseñaba para observar el dije que estaba en esta con la iniciar del nombre de la pequeña en el.

-Esta muy lindo, estoy seguro que le encantará- en eso di un pequeño vistazo hacía atrás esperando Dash estuviera pronto ahí con el obserquio de Helena, igual hacía mucho que se lo había comprado pero justo aquel día se me debía olvidar.

Antes de subir las escalinatas de la entrada me llegaban leves sonidos que por el viento que ya corría aquel día me costaba un poco reconocerlos, estos creo que venían de uno de los jardines, -Creo que mejor nos vamos por aquí- dije a Darla cambiando un poco el rumbo hacía el lugar de donde venía el bullicio o mas bien de niños jugando.

-La fiesta ya empezó- comenté riendo un poco cuando observaba a unos pequeños corriendo y mas allá a mi madre con Joaquin el padre de Helena el cual había conocido en la tienda de varitas que tenía la Dumbledore.

-¿Alcanza para dos mas?- dije en un tono mas alto para llamar la atención de mi madre mientras nos acercábamos mas a ellos, -Cuidado al pisar- dije a Darla al notar muy húmedo el césped.

[Darla G Dumbledore]

Sonrió ante las palabras de Seba, la verdad no había preguntado cuántos años cumplia Helena, pero si había algo que había aprendido con los años, a las mujeres les gustaban las joyas, por más pequeñas de edad que fueran o aún ancianas en sillas de ruedas. La pelirroja tomó el brazo de su novio y lo observó, notando una leve ansiedad en él.

 

--¿Todo bien corazón? --preguntó pero sin tiempo a responderle el mago ya le indicaba un camino lateral que llevaba a los jardines del Chateau.

 

Efectivamente como su Seba mencionaba ya los niños y la muchacha estaban jugando en el lugar y unos pasos más allá distinguió a su sobrina/suegra charlando con un mago que observaba a los pequeños jugar. Su novio ya hacía notar la presencia de ambos a la pareja y sin pensarlo, ante su comentario de que tuviera cuidado, se tomó más firme y delicadamente del brazo de él.

 

A veces, muchas veces, a su lado olvidaba lo que como vampiro podía llegar a hacer. Sin dudarlo podrían haber flotado sobre la superficie hasta el lugar en que se encontraban Ariane y su acompañante. De seguro podría haber ido con el más fino vestido en medio de la ventisca más cruel del invierno inglés. Podría correr tan rápido por el lugar que iría de una punta a la otra del castillo sin que respirasen más que una vez. Pero la vampiresa que había en ella se sosegaba, junto con la mortífaga cruel solo para hacer feliz a su hombre y hacerlo sentir que estaba junto a una verdadera mujer.

 

Muchas veces se preguntaba si lo lograba, y más se sorprendía cuando sobre su cuerpo sentía las extrañas sensaciones de que estuviera viva otra vez. Como lo que era no sabía si eso era posible, pero después de todo el anillo encantado en su mano, el que nadie podía quitarle jamás, le permitía pasearse a la luz del día delante de otros cuando por su especie no debería. No sabía cuánta más magia había en ella o en su ser que le permitiera estar junto a su amado como una mortal más y no como lo que realmente sabía que era.

[Ada Camille Dumbledore]

El dia estaba espléndido, la verdad me hacia feliz el estar con mi familia. El tener a mis dos chiquillos cerca a mi pequeña hija y ver a mi mejor amigo me alegraban enormemente. Pero mi corazón se encanto de ver a mi hijo Seba llegando al castillo, mi sonrisa se dejo ver ampliamente al divisarlo y en tan buena compañía.

 

Suspire viendo como de a poco mi familia iba retornando al hogar y mi corazón se iba llenando de a poco con su presencia.

 

- hijo que gusto tenerte en casa

 

Dije antes de que llegara a la mesa, la emoción me invadía, ojala todo a pudiesen arribar a la celebración.