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Chateau Dumbledore (MM B: 78647)


Ada Camille Dumbledore
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Había pasado meses desde que había dejado a su pequeño Asher al cuidado de @ Ada Camille Dumbledore  , había vuelto tan solo para ver cómo estaba el pequeño ya que temía que en su próxima visita el ya no fuera su padre sino su enemigo. 

Cubriendo su rostro con una mascara negra se deslizó por los jardines del chateu eludiendo de paso a la seguridad del lugar, al ingresar al majestuoso palacio los recuerdos que el tenía de aquel lugar invadieron su mente por un instante, pero volviendo en si se mezclo con las sombras para pasar desapercibido. 

Cuando llegó cerca del comedor vio a la Dumbledore hablar con unos hombres a lo cual solo sonrió al recordar lo hábil que es ella para los negocios, cuando iva a subir la francesa sin verlo le ganó las escaleras rápidamente. 

Por un segundo tubo el impulso de ir por ella  , pero era mejor así, cuando llegó a la habitación de su pequeño no pudo evitar llorar al verlo tan grande, el niño estaba en el suelo jugando con lo que parecían unos muñecos, cuando alzó su  vista y vio al enmascarado, un olor muy familiar asalto su nariz. 

Torpemente se levantó del suelo y corrió hacia el enmascarado gritando a todo pulmón -PAPÁ! -. 

El Rubio al verse descubierto por su hijo solo pudo darse a la fuga por más que quería quedarse, en su huida paso por la habitación de la Dumbledore y como la puerta estaba entre abierta decidió ver que ella estaba bien, pero al hacerlo quedo hipnotizado por la belleza de la joven. 

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  • 2 semanas más tarde...

A Valeskya le resultaba difícil lo que estaba a punto de hacer, pues tenía más de un año que no volvía a Londres y ahora que se encontraba de vuelta, aunque no sabía por cuánto tiempo, tenía una visita que quería hacer desde hace mucho tiempo, quizás desde mucho antes de que se fuera de allí, lo cierto es que pocas veces había tenido la oportunidad de convivir con más gente aparte de su familia, pero no porque le desagradara, sino más bien es que por alguna u otra razón, siempre se terminaban posponiendo esas actividades de convivencia, aparte de la distracción obvia por parte de ella.

 

- Bien, ya estás acá ¿ahora qué vas a hacer? -

 

Dijo la ojivioleta en voz alta, mientras se encontraba en la entrada del Chateau Dumbledore; si su memoria no fallaba, nunca había ido a ese lugar y por un momento se preguntó por qué no lo había hecho antes. A pesar de haber visitado varios castillos con anterioridad, era la primera vez que uno de ellos se imponía de forma majestuosa y a su vez emitía un aura como de tradición, de familiaridad, algo que la hacía sentirse cómoda, era difícil de explicar para ella. El viento agitó su negro cabello, mientras su mirada se posó brevemente sobre aquel atardecer de lo que había sido un caluroso día.

 

Llevaba puestos unos jeans, y unas zapatillas de color rojo, en conjunto con una blusa de tirantes del mismo color que sus zapatos, lo que contrastaba fuertemente con su pálido color de piel. Llevaba su negra cabellera recogida en una coleta; sus pasos la guiaron hacia la entrada, lo que le dio la impresión que el camino hacia la puerta principal le parecía más largo cada vez. No sabía lo que iba a encontrar allí, esperaba al menos que no fuera atacada, ya que habían motivos que al menos ella suponía, ocasionaría quizás cierto resentimiento contra la familia Granger.

 

Cuando se vio frente a la entrada, tocó fuertemente, a lo que esperaba que alguien saliera a su encuentro. Como lo esperaba, poco tiempo después, un elfo abrió la puerta para preguntar con amabilidad a Valeskya lo que deseaba.

 

- Buenas tardes, pequeño elfo. – Dijo con cierta sequedad, pero sin sonar grosera. – Vengo buscando a Selene Dumbledore ¿Se encuentra aquí? La busca Valeskya Granger ¿Puedes decirle que se trata de una visita casual – personal? –

 

Recitó casi todo de manera automática, como si el hecho de decirlo más rápido hiciera que no se le olvidara el motivo por el cual estaba allí. Realmente se sentía bastante entrometida en asuntos que no eran de su incumbencia, aunque la verdad no estaba segura del curso que tomaría esa conversación que estaba dispuesta a tener con la Dumbledore.

 

@ Ada Camille Dumbledore

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Elfo Robin: 

El joven elfo estaba nervioso buscando unas cuantas cosas en la cocina que el amo Ernest le habia encargado para cuando volviera de su viaje, el elfo aunque se veia normal en ese momento estaba preocupado, Ernest habia ido a Mexico y habia dejado sus pertenencias magicas en el cuarto de la Dumbledore sin dejar aviso a donde iria o porque salir tan apurado. Sin embargo habia procurado dejarlo encargado de la Mansion Chateau y eso lo tranquilizaba momentaneamente. 

En esos momentos, oyo que alguien tocaba la puerta del Chateau y dando un pequeño salto y corriendo como podia se dirigio hacia la puerta. 

La persona que habia llegado nunca la habia visto en esos dias que llevaba habitando la mansion, sin embargo no le dio mucha importancia. Oyo con atencion lo que la joven pedia y asintio. 

-La Señorita Selene no se encuentra, pero llamare a la matriarca Ada para que la atienda, puede esperarla en el salon, esta todo derecho a la izquierda- dijo el joven elfo y despues de que la joven entrara y empezara a buscar el salon cerro la puerta y desaparecio para aparecer enfrente de Ada. 

-Ama Ada, llego la Señorita Valeskya Granger buscando a la joven Selene, la mande hacia el salon del castillo y le dije que usted la iba a atender, ¿Si esta disponible o digo que esta ocupada y que venga en un rato?-  le pregunto el elfo a la joven 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Valeskya Granger

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Si bien esperaba que no fuera inmediatamente recibida por Selene, le causó curiosidad la forma en que el elfo pareció examinarla, aunque no estaba del todo segura. Quizás era el hecho de que no era una de las habituales visitas que solían recibir, aunque particularmente la ojivioleta tampoco se consideraba como alguien extraordinaria o de suma importancia para atender. Antes de que pudiera decir algo más, escuchó con atención lo que el elfo tenía que decir: que Selene no se encontraba pero que otra persona atendería. En su rostro se dibujó una mueca de cierta sorpresa, que intentó disimular murmurando solamente:

 

- Gracias. –

 

Mientras sus pasos la guiaban hacia el salón que le había indicado que sería recibida, se preguntaba qué tan útil sería que otra persona la atendiera; ni siquiera estaba segura del motivo que la había llevado a visitar a Selene y mucho menos estaría lista para platicárselo a alguien más. Por un brevísimo instante quiso decirle al elfo que regresaría en otra ocasión, pero ya era demasiado tarde; en lo que sus pensamientos la hacían divagar, había llegado al lujoso salón y antes de poder decirle al elfo algo más, éste había desaparecido.

 

“¿Quién será Ada?” Pensó con curiosidad y se dio cuenta de que en todo el tiempo que llevaba viviendo en Londres, había tenido poco y nada de tiempo para conocer a todos los miembros de aquella familia, que solo por el apellido, le ocasionaban cierta simpatía a la joven de cabello negro. Antes de tomar asiento, se dedicó a examinar el lugar con cierta cautela, preguntándose si habría alguien más, o peor aún, si sería sometida a alguna clase de interrogatorio. Esto último podía terminar en una mal visita.

 

Valeskya era bastante voluble: podía ser muy dulce si se lo proponía, pero su carácter era bastante volátil y ni siquiera estaba segura de qué tan hostil podría ser Ada. Suspiró, mientras intentaba calmarse y ponía su mente a trabajar sobre cómo debería presentarse.

 

- ¿Dejar fluir o simplemente decir directamente las cosas? –

 

Murmuró en voz alta la Granger, concluyendo para sí misma de que ella no era la mujer más maternal del universo, no en vano su hija se había marchado y no había sabido nada más de ella; sin embargo, estaba ahí, porque sabía que el chateau albergaba a alguien que era parte de su familia y que no tenía la oportunidad de conocer. Exhaló mientras recorría el lugar, y se quedaba de pie, examinando el exterior a través del ventanal.

 

@ Ada Camille Dumbledore  @ Ernest Dumbledore

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  • 2 semanas más tarde...

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Las habitaciones de la Torre sur estaban casi totalmente a oscuras por lo excepcion de la luz de la chimenea que débilmente dejaba ver la silueta de una mujer sentada en el sofá con una copa de vino. Su rostros inexpresivo era algo común, con el tiempo había desarrollado la forma de evitar que sus emociones se expresarán delante de los demás, todo gracias a sus habilidades políticas.  La copa rebosante de vino fue desocupada de un trago, el líquido de color carmesí atravesó su garganta curando una herida que sólo una persona podría curar, pero el estaba demasiado lejos. Lo había perdido al fijar sus ojos en alguien más... ¿Era posible tener una vida profesional existosa y ser un desastre en el amor?. El sonoro crack de un elfo la hizo levantar la mirada de la copa vacía, la mirada fría fijada en la pobre criatura hizo que el elfo bajara la mirada. 

 

- Ama Camille, una dama ha venido en busca de su madre, podría usted atenderla... Dice que es algo personal. 

 

Deje la copa sobre la mesita y acomode mi falda, coloque mis zapatos de tacón y mire por la ventana el horizonte. 

 

-Guarda la botella en la caja fuerte, de ti depende que quede bien, si se derrama una gota recibirás el castigo más cruel que hayas imaginado..

 

Salí por la puerta principal de la habitación, una sombra me llamó la atención, mire y logre ver unos ojos azules tras una máscara, enarbole la varita lista para atacar, lance un hechizo petrificador, cuyo rayo púrpura atravezo la habitación dándole a la pared. 

 

-Nana...

 

Susurro y la elfina llegó con prontitud con un pomposo vestido amarillo. 

 

-Cuida de A. J. me preocupa el niño, iré a recibir una persona que busca a mi madre y vendre a verlo. 

 

Camine bajando las escaleras para llegar hasta la primera planta del Chateau, la dama estába en el salón, el elfo la había guiado bien y eso le agradaba. Con una sonrisa amable se dirigió hasta a ella. 

 

-Bonne nuit Dama, soy Ada Camille Dumbledore, me dicen que busca a mi madre... Ella no está aquí en este momento, pero dígame usted que necesita así podre ayudarle. 

 

@ Valeskya Granger

@Ernest Dumbledore

@Taison Logan Greyback

 

 

 

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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El nombre de James Fleamont Dumbledore es desconocido y pasa desapercibido en la población mágica conocida como Ottery St. Catchpole. Cuando sus zapatos de elevado precio se posan sobre el suelo de aquel lugar, parece un hombre que está perdido y que no sabe a dónde debe dirigirse. Mira a la derecha, mira a la izquierda. Repite el movimiento de cabeza hasta en un par de ocasiones, pasa casi un minuto hasta que da la sensación de que por fin ha visto lo que quería y es entonces cuando comienza a caminar de manera firme. No está de casualidad, no está allí porque se haya extraviado. Sabe a donde se dirige, sabe lo que encontrará.

 

Pueden contarse con los dedos de una mano las noches que ha pasado dentro del castillo al que se dirige. Se supone que su hogar esta allí, pero no se siente como en casa. ¿Podría esta vez cambiar eso? ¿Se quedaría por fin en aquel pueblo de forma continua o seguiría prefiriendo pasar sus noches lejos de allí? Transcurre varios minutos andando después de hacerse esas preguntas, puede visualizar con sus ojos azules el castillo a lo lejos pero no puede darse una respuesta concisa. Son cuestiones que no puede responderse, aún no tiene claro de si se dirige para tomar un café o para pasar una semana. Ni sabe cuándo lo decidirá.

 

A lo largo de su vida ha demostrado ser un mago que no es fácil de atar, ni de contentar. Toma decisiones de manera impulsiva, vive su vida pensando en sus propios intereses alejándose de sus conocidos y familiares, toma más riesgos de los que sería recomendable y es extremadamente impredecible. Lo han intentado, pero nunca han conseguido que cambie para mejor. ¿Habrá alguien que pueda hacerlo? No era una tarea sencilla. Por fortuna, se encuentra lo suficientemente cerca del castillo como para decir que en menos de un minuto estará accediendo a los jardines. Y así fue, ya estaba dentro de las propiedades de los Dumbledore.

 

Cualquier ser humano normal iría corriendo a ver a sus familiares después de tanto tiempo, pero el neutral decide que antes prefiere dar un simple paseo por las afueras del Castillo. Sabe que hay un montón de cosas interesantes que hacer por allí y le apetece ver qué puede realizar. ¿Simplemente pasear? ¿Tal vez darse un baño? ¿Volar en escoba? ¿Practicar hechizos? Había tantas posibilidades y el terreno era tan grande.... Como añadido positivo era que podría hacerlo en completa intimidad, fuese lo que fuese. El cielo estaba oscuro, era de noche, nadie lo vería a no ser que antes quisiese mostrarse. Sería sigiloso, silencioso como una sombra inexistente... 

 

 

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La noche cubría mi caminar sereno hacia el habitad de mis antepasados, mi elfina nana me había informado de la visita de mi querida @ Valeskya Granger  en el Chateau y que Ada la iba atender, cosa que me preocupo, conocía la prepotencia de mi primogénita y no quería que le hiciera ninguna grosería a mi vieja amiga y excuñada. 

Con prisa arribe hasta la casa, acaricie la puerta de mi hogar y con agilidad avance hasta llegar al gran salón, vi a Ada Camille junto a Valeskya, esta esperaba con calma así que volví a respirar. 

 

-Valeskya querida, ¿como estas?

 

Me acerque a ella para estrecharla en mis brazos, sabía el origen de demonio de la mujer, pero también sabía su aprecio a mi y a nuestra amistad de hacía ya tantos años. Mire a Ada con precaucion, mi hija era algo prevenida. Tome del brazo a Valeskya para guiarla. 

 

-Ven conmigo a mis habitaciones, disfrutaremos de una buena charla y estaremos a solas para recordar viejos tiempos. Con tu permiso hija... 

 

Dirigí nuestros pasos hacia la torre norte. 

~~~~~~~~~~~~~~

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La mujer que estaba esperando a mi madre estaba distraída, no sabía cómo abordarla porque no sabía el origen de la amistad con mi madre así que me quedé en el umbral del salón pensando en ellas. La imagen de la vampireza de cabellos purpuras se dejó ver y se dirigió por entero la atención a la visitante, blanquee los ojos con su amabilidad, mi madre siempre era así con todos y yo siempre había tenido limite con mis afectos: solo eran para mi familia. 

Al ver como mi madre la Alejo de mi y me dedico una mirada desconfiada me hizo endurecer, por lo que dirigí mis pasos. A la salida al jardín y sin querer fui directo al refugio de mis mascotas. Tal vez estar con mis hipogrifos y mis fénix harían que me olvidara de la displicencia de mi madre conmigo. 

Puse mis ojos en el cielo, despejado y estrellado, era tan hermoso verlo así... Hacia unas horas estaba nublado. Tome mi cabello y lo enrede con mi varita para recogerlo,. Un pensamiento me asalto había sentido una mirada en la oscuridad de los pasillos, Nana estaba con A.J.... ¿Sería que alguien estaba rondando por los pasillos y no habíamos notado su presencia? 

Distraídamente fui hasta allí y otra sombra caminaba bajo las sombras, busque mi varita en los bolsillos de mi jean, no la encontraba. Busque en el suelo una rama o una roca cercana. Me recargue en el tronco de un árbol para atacar, me lance de frente al cuerpo de la persona que estaba allí haciéndola caer de espaldas, pero había exagerado la fuerza y había caído justo sobre él, dispuesta a golpearle levante la mano y vi los ojos azules deteniendome. 

 

-¿Fleamont?... 

 

Lo mire distinguiendo sus rasgos en la oscuridad

 

-¡¡¡Hermano!!! 

 

Me abrace a él y bese sus mejillas. 

@ James Fleamont Potter

 

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Al verla reacción de la Dumbledore dio gracias por qué ella fallara y por qué ella no podía ver que debajo de la máscara sonreía feliz de volverla a ver, pero rápidamente se recompuso alejándose lo suficiente para que ella no lo vea. 

 

Como una sombra el la admiraba desde lejos, justo en ese momento un dolor horrible de cabeza, resistiendo al dolor saco como pudo saco de su túnica un rollo de pergamino, con un leve silbido llamó a Misha su lobo. 

-Viejo amigo dale esto a Ada por favor... Ve- dijo atandole el pergamino en el cuello para que luego el lobo fuera corriendo hacia su ama mientras el enmascarado se marchaba dando tumbos. 

"Mi pequeña Ada : espero que como el canto del viento a la Rosa esta carta llegue a ti, aun cuando tu corazón no esta conmigo, el mío siempre estará contigo, hoy doy gracias por haber dejado a nuestro hijo contigo, he seguido a los hombres de mi padre hasta la entrada de Nurmengard  , esta noche intentaré poner fin a la pesadilla que acecha a mi pequeño Lobito, y si esta noche la muerte me encuentra daré gracias de que la mujer que amo y mi hijo vivan en paz. Siempre tuyo Taison Greyback".

@ Ada Camille Dumbledore

 

Editado por taison logan greyback

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¿Por qué James Fleamont no acude de forma habitual a su casa? La respuesta es sencilla, cuando se acerca por la propiedad tratan de asesinarlo. Sí, su propia familia. Sí, su propia hermana. Su único delito, su pecado, es quererlos más que a su propia vida. Evidentemente, nadie que conozca bien al joven sabe que eso es verdad pero cuando lo dice en voz alta suele sonar muy convincente. Una de sus grandes habilidades es la manipulación, conseguir engatusar con sus palabras y con sus acciones y, por supuesto, es algo que suele usar a su favor. 

 

¡Merlín! Es como si el Expreso de Hogwarts, el Autobús Noctámbulo y una manada de centauros me hubiera pasado por encima... —se quejó después de caer de espaldas al suelo, siendo derribado por la señorita Camille. Exageraba, quería ser dramático. No había sido para tanto. El ataque lo había sorprendido y lo había derribado, se había caído de espaldas pero sin hacerse daño. La mujer se había caído encima de él, parecía que su estrategia de ataque no había sido muy bien pensada. Pero la verdadera pregunta era, ¿por qué lo había atacado?

 

Podría haber sido una muestra demasiado afectiva de cariño, pero esa opción quedaba descartada cuando preguntó si era Fleamont. Desde el suelo miró directamente a sus ojos, observando al mismo tiempo que había levantado una de sus manos. Al caballero se le escapó una sonrisa, era demasiado risueño, se lo pasaba bien en casi cualquier situación e incluso aquello le estaba pareciendo más divertido de lo que admitiría. Cerró los ojos mientras recibía los besos de su hermana, como si eso fuese a servir para que la perdonara fácilmente.

 

¿Vas a darme un puñetazo? ¿No es suficiente lo que has hecho? —arqueó una ceja. Al menos la luz de la Luna y de las estrellas era suficiente como para distinguir algunas cosas como su identidad, de lo contrario sí que se hubiese asustado por el ataque. —Luego te preguntarás las razones por las que no vengo a verte, ¿eh Camille? —preguntó de forma retórica mientras apoyaba su cabeza sobre el suelo y se relajaba. El corazón le latía a mil por hora, uno no se espera esa clase de cosas por la noche cuando está caminando por los jardines de su hogar.

 

Pensaba quedarse ahí tumbado mirando a las estrellas un rato. Ya se había manchado el traje que llevaba, ¿qué importaba un poco más o un poco menos? Además no podía levantarse, tenía a su hermana encima abrazada a él. Mientras esperaba que la francesa tomase la palabra pensó en lo curioso que le parecía todo lo que había sucedido desde su llegada. ¿Qué sentido tenía que la Ministra hubiese actuado de esa forma? ¿Acaso consideraba que había alguien peligroso en la zona? Y en caso de que sí... ¿por qué no había utilizado su varita? 

 

Fue entonces cuando se dio cuenta. Empezó a reírse.

 

¿Te has lanzado como una muggle porque no tienes tu varita? —su carcajada fue en aumento. ¡Qué boba! Se vengaría de ella. Continuaba riéndose cuando algo en su cabello llamó la atención del muchacho... ¡Era la varita! Haciendo como que jugaba con el cabello de su hermana se la quitó disimuladamente esperando que no se diera cuenta. La abrazó fuerte contra sí mismo para distraerla en el tiempo que utilizaba para guardarla, también sigilosamente, en su bolsillo y al lado de su propia varita. Aquello iba a ser divertido. —¿Te ayudo a buscarla? —preguntó inocentemente con una sonrisita maliciosa.

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Para fortuna de la Granger, no tuvo que esperar por mucho tiempo a que alguien hiciera su aparición en el lugar donde ella estaba. El escuchar una voz que no le era familiar solo confirmó lo que temía desde que había llegado allí: que Selene no se encontraba allí y que ahora tendría que lidiar con quien sea que se tratara. Se presentó como Ada Camille Dumbledore, y tenía un fuerte acento francés que solo estaba confirmando a la ojivioleta que no la conocía, como a la mayoría de los integrantes del Chateau y de paso pudo observar mejor que tenía un cierto parecido con Selene.

 

- ¿Qué tal? Buenas noches,  efectivamente me encuentro acá porque quería conversar con tu madre sobre un asunto personal; aunque no es tan grave como para tener que invocarla con urgencia. ¿Sabes dónde o cómo puedo encontrarla? – Preguntó Valeskya con curiosidad mientras observaba a la joven que tenía frente a ella.

 

Había algo en Ada que hacía que no pudiera hablarle con más familiaridad o confianza; su voz era amable, pero su mirada le indicaba que quizás había algo en ella que no podría agradarle, aunque no estaba segura qué. “Quizás porque la acabo de conocer”, concluyó la pelinegra finalmente, pensando a su vez en que ella también era igual o tal vez peor con las personas que veía por primera vez. Suspiró, pensando en que no tenía por qué ponerse a juzgar a cada persona con la que se topaba, aunque para ella podía resultar inevitable; tal vez su fascinación por la adivinación, hacía que estuviera más alerta cada que se encontraba con alguien nuevo en su vida.

 

- Oh, Selene, creí que no te encontrabas. – Dijo la joven pelinegra mientras alzaba las cejas con sorpresa. Su ex cuñada había aparecido unos instantes después de que le había preguntado a Ada dónde podría encontrarla.

 

Sonrió al abrazarla, era como si parte de su pasado volviera a ella, pero era de un pasado en el que había sido feliz; aquel donde había formado parte de la Orden, donde ellas coincidieron muchas veces y la parte donde eran más despreocupadas quizás. Habían pasado varios años desde que había ocurrido eso,  y a pesar de lo mucho que había significado para ella, no era algo de lo que fuera platicando por ahí. A pesar de que sus visitas a Ottery eran bastante ocasionales, se daba cuenta de que las cosas habían comenzado a tornarse algo oscuras nuevamente. Valeskya suspiró, pensando en que pronto podría hablar con Sophia acerca de ese tema y así pudiera confirmarle que algo malo rondaba por Londres nuevamente.

 

No pasó desapercibido el hecho de que al parecer Selene hacía todo lo posible para poder alejarla de su hija, lo que hizo que sospechara aún más. Sin decir nada más, accedió a seguirla hacia una de las habitaciones, lo cual agradeció internamente. Su mirada violácea observaba atentamente a sus alrededores, preguntándose si había más familiares habitando en ese momento el Chateau.

 

- Agradezco que hayas tenido la gentileza de atenderme, espero no haber interrumpido algo importante por haber llegado sin avisar. – Comenzó a hablar mientras llegaban a una de las torres. – Debo disculparme por eso y porque quizás el motivo de mi visita no sea un tema especialmente agradable para ti. –

 

- He regresado hace poco a Londres y decidí que quizás ya era tiempo de que pudiera acercarme más a la gente que formó parte de mi pasado y será parte de mi futuro, de una forma u otra. – Se mantuvo de pie, esperando a ser invitada a sentarse. -  Sabes a lo que me refiero…  esto de la familia y demás…- Sintió una punzada de remordimiento y se mordió el labio. – En teoría nosotras deberíamos tener un poco más de contacto porque, ya sabes, tu hija…-

 

No quería sonar tan brusca con el tema, más porque iba llegando apenas, pero el darle vueltas a un tema no iba mucho con ella. Sin embargo, había decidido comenzar con cautela y después de haber dicho la última frase, aguardó expectante la respuesta de la joven que tenía frente a ella.

 

@ Ada Camille Dumbledore

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