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Mega Ayudas Sagitas (MM B: 89081)


Matt Blackner
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Tenía que hacer verdaderos esfuerzos por no reir con aquella cabra que bailaba. No me espantaba demasiado pues al final estaba acostumbrado a las rarezas de mi familia y aquello no era tan novedoso para mi...aunqeu veía un poco agobiado al chico y prefería no causarle más mas malestar.

 

- Bien, entonces....los trajes serían para hombres, mujeres y niños? - si solo iban a ser hombres, no veía muy adecuado enviar un montón de bikinis, asi qeu mejor asegurarse.

 

Metí la smanos en los bolsillos, observando como volvía a regañar a la cabra.

- Eso no me sería muy difícil de conseguir, el circo de mi madre suele tener para cuando las criaturas necesitan que las atienda el veterinario - o en todo caso yo, que hacía esas funciones.

 

- Donde quiere que le envíe todo el cargamento? - pregunté.

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  • 1 mes más tarde...

Sentía miedo de volver a Megas. La última vez había sido penoso y el peligro de perder a Ithilion aún me producía cosquillas en la coba del estómago. Pero me sentía tonta, así que era mejor que afrontara el miedo como tiene que ser, hiendo al lugar que temía. Sin embargo, me paré en la cocina de la "Ojo Loco" y robé tomé prestado un bol lleno de galletas de chocolate y canela de las que acababa de hacer Harpo y tenía encima de la mesa mientras se enfriaban.

 

Caminé, no quise aparecerme delante del negocio, no lo encontraba apropiado (y no era porque me diera miedo acercarme al local, nono, eso no lo piense nadie) con lo que conseguí que varios escorbutos y un par de gnomos me persiguieran con la esperanza que fuera perdiendo alguna galleta por el paseo. Disimuladamente, desmenucé una galleta y fui dejando trocitos a mis pies, con lo que conseguí pronto que una fauna de animales ilegales que pululaba por Diagon me persiguieran. Entré en el negocio, por fin, cuando noté que mi hijo atendía a una persona. Entonces me supo mal que tantos animales me acompañaran, porque no sabía lo que iba a pensar aquel chico de las musarañas que había conseguido atraer con el olor a galletas.

 

-- Hola, Matt... ¿Te importa que visite el jardín con los gnomos, gusarapos, ratoncanarios y resto de animales raros y los alimente con galletas mientras tú terminas de vender a ese muchacho?

 

Le sonreí, sabía que no me iba a negar nada. Quería mucho a su mami.

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  • 2 semanas más tarde...

- No, claro...pasa. - invité a Sagitas, un poco extrañado. Esa forma de hablar y la sonrisa...oh si, a saber lo qu había hecho. Pero aun asi la dejé entrar. Era mi madre y pocas cosas podía negarle.

 

Tardé poco en acabar aquella venta, asi qeu salí fuera, al jardín, donde Sagitas efectivamente, lanzaba migas de galleta a un pontón de bichos.

- Explícame como lo has hecho para llenarme esto de bichos. De donde han salido? - pregunté riendo, mientras sacaba un taburete y me sentaba a su lado.

 

Le robé una de las galletas de chocolate y le di un bocado, reconociendo enseguida la mano de Harpo en ellas.

- Si Harpo se entera que le das tus galletas a los seres que encuentras....

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La espera no se hizo larga. Conocía aquel jardín como la palma de mi mano. Al fin y al cabo, había sido uno de mis primeros negocios hacía... no sé... tal vez cuatro o cinco años, si no más... Recordé los inicios, en los que ayudaba a mi amiga a traducir textos en latín y sonreí... Fueron tiempos felices... Sentí un mordisquito en un dedo y me di cuenta que, perdida en mis pensamientos, no había dejado caer unas migas y un ratóncanario me había picoteado para comerla de mi mano.

 

-- No seas avaricioso, pajarillo raro... Hay para todos...

 

Me chupé el dedo, del que había salido una gotita de sangre. Después desmenucé una de las galletas a mi alrededor y dejé que los animales siguieran comiendo. Matt no tardó en llegar y me preguntó por los bichillos que me rodeaban, además de robar una de las galletas.

 

-- Ten cuidado, son muy posesivos. A ver si se te lanzan encima por quitarles la comida...

 

Después me encogí de hombros y quedé un momento callada.

 

-- Pues no sé lo que hago aquí, Matt. En realidad, tenía ganas de no estar sola, ahora que Ithilion estaba en el colegio. Me sentí un poco... aislada de todos y me entraron ganas de venir a verte.

 

Suspiré y uno de los gusarajos se puso a dos patas para pedir más. Corté media galleta y se la tiré, lo que provocó que un montón de los animales se lanzaron hacia allá y se pelearan por ella, así que les tiré la otra mitad hacia el otro lado.

 

-- Oh, no tengo ni idea de dónde han salido estos bichitos. Yo iba por la calle y ellos me seguían. Por un instante, me sentí como la Flautista de Hamelín pero con galletas en vez de con flauta... Pero son animales callejeros. Hum... Ese ratón-canario es seguro un experimento fallido. ¿Crees que serán peligrosos? No habrán visto un veterinario en la vida...

 

Y volví a chuparme el dedo que me había picoteado el animal mixto. En realidad, dolía...

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  • 4 semanas más tarde...

Sentí un pellizco en el estómago, sintiéndome un poco culpable al decir que no quería estar sola. Ithilion se estaba haciendo mayor y ya no pasaban tanto tiempo juntos. Asi qeu alli estaba, dando de comer a aquellos bichos (literalmente) qeu se había encontrado por el camino.

 

- creo que las criaturas raras te persiguen - dije riendo.

 

Y tanto que se echaban encima! sentí un cosquilleo en la pierna y cuando miré, un gusarajo me estaba trepando la pierna para pedir comida. Le lancé un par de migas, consiguiendo que se me bajara, aunqeu no tardé en tener delante un canario de lo más extraño.

 

- Oye mamá no...no estás sola...y bueno...yo tampoco voy a irme de casa. - murmuré.

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  • 2 meses más tarde...

Solté una gran carcajada, feliz de tener a Matt a mi lado.

 

-- Las criaturas raras siempre me persiguen. Creo que tengo un imán para ellas.

 

Y era cierto, amaba las criaturas, tal vez por eso había defendido mi Circo a capa y espada para no perderlo cuando hubo reformas en el Ministerio. Amaba demasiado aquel negocio y a los animales que había dentro. Sin embargo, dejé de sonreír cuando escuché las siguientes palabras de mi hijo, que me arrancaron un suspiro.

 

-- Ay, Matt...

 

Quedé callada unos instantes, mientras veía como un gusarajo recogía la comida que él le había echado al suelo. El ratóncanario se fue de mi lado para acercarse a él. Me hizo gracia.

 

--Ya sé que no estoy sola, pero...

 

Suspiré de nuevo.

 

-- Tu padre ya no se aparece tanto como antes, es como si su ectoplasma se hubiera vuelto perezoso y le costara venir a casa... Y tú ya tienes tu propia pareja, es normal que estés tiempo fuera de casa... Ithilion empieza este año el Colegio y tiene amigos y ya no me dejar estar tan pendiente de él. No tengo tantos negocios que atender y.... Estoy algo decepcionada de mi departamento, no es tan divertido como Accidentosos... Me siento un poco... rara...

 

No quise insistir en lo de sola para no darle una sensación de culpa que no se merecía.

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- Creo que todo lo raro te persigue. - dije riendo.

 

El ratoncanario se me subió a la cabeza para poder comerse el trozo de galleta sin qeu las demas criaturas le molestasen. Al tiempo, me di cuenta de qeu tenía al gusarajo sobre la rodilla. le alargué un trozo de galleta y dejé qeu fuera mordisqueándolo mientras escuchaba lo qeu me decía. Agaché un poco la cabeza, sintiéndome algo culpable...entre que había dejado accidentes, ue yo me dividía entre trabajo, negocios, familia y Heliké y qeu ithilion empezaba a querer ser mayor...

 

- Bueno, Ithilion en el fondo sigue queriendo qeu estés con él, es solo que bueno...creo qeu intenta hacerse el duro - contesté. -Es que sabes que accidentes es....accidentes. No te gustaría volver?

 

Pero aun asi prefería animarla. Jack volvería, siemrpe estaba, pero desde qeu encontraron su cuerpo había estado un poco extrañño. Era un cambio difícil para el fantasma, y en el proceso había perdido mucha energía, de la cual necesitaba recuperarse.

 

- A lo mejor se te acercan tantas criaturas por tu...bueno...tu conexión con la naturaleza. Jack escribió en el viejo diario sobre ti, aunqeu no decía tu nombre...me obligó a memorizarlo, asi qeu lo había leido sin saber de que e trataba. El ya pensaba que tu elemento debía ser la tierra y probablemente el agua también. Tal vez eso influya en que se te acerquen siempre tantos bichos...aunqeu sean un poco raros. Eso y...bueno...es tu elemento como sacerdotisa, no? terminé, esta vez con cierta incomodidad.

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  • 4 semanas más tarde...

@@Matt Blackner @ espero no equivocarme en la situación de vuestros personajes, según lo que he leído estáis en el jardín xDD

 

On:

 

Necesitaba algo con urgencia... Uno de los ingredientes que usaba para pocionese se me había acabado. Encima de la ropa, tenía puesto un mandilón que estaba lleno de manchas por los brebajes que había estado haciendo desde hacía varias horas. A pesar de no dar la clase de pociones, me gustaba trabajar en casa en esos temas.... Siempre y cuando no volase media habitación como siempre pasaba...

 

- ¿Dónde puedo encontrar el cuerno de Erumpent? - pensaba en voz alta y la voz de la elfina resonó en la habitación...

 

- En Mega Ayudas, siempre dice que allá encuentra de todo - me di una palmada en la frente...

 

- Cuánta razón tienes Galadriel... Venga, recoge todo ésto, mientras me cambio de ropa -le pedi yo a la elfa mientras me daba una ducha rápida y me cambiaba de ropa. Me puse unos tejanos, botas de piel dragón, camiseta y cazadora de cuero. Me llevé al cuello el morral de cuero con las cosas más importantes. Había sido una buena compra en su momento.

 

Y ahora que recordaba también necesitaba ingredientes para la poción multijugos. La que tenía se estaba acabando y estaba haciendo otra que llevaba un mes cocinándose. A veces me sacaba de mis casillas, era una de las que menos me gustaba hacer por el tiempo que se tardaba en prepararse.

 

Con la varita en la mano, me desaparecí y cuando abrí los ojos ya estaba a bastantes metros del negocio Mega Ayudas. Vi a gente en el jardín. Distinguí una cabellera roja y otra violeta. Eran inconfundibles incluso estando lejos...

 

Caminé con un paso rápido pero no lento mientras guardaba la varita en el bolsillo trasero del pantalón. Que esperaba que no me hiciera agujero como las otras veces. En alguna que otra ocasión, cuando tomaba la varita de álamo, solía hacer su propia magia y a veces me sacaba de mis casillas.

 

- ¡Hooola! - saludé con una voz cantarina a los presentes - ¿alguien puede atenderme? Necesito unos cuántos ingredientes para pociones - dije sonriendo.

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  • 2 meses más tarde...

Ahí estábamos, dando trocitos de galletas a las criaturas extraas qeu habían perseguido a Sagitas hasta el jardín trasero de Mega Ayudas. Guardábamos silencio desde mi último comentario, algo incómodo, aunque no estaba muy seguro del por qué.

 

Hasta que sentí pasos, los escuché apenas comenzó a acercarse hasta nosotros, unido además a que la había sentido y en seguida reconocí a Heliké.

 

- Hueles a pociones - dije, pues era cierto qeu se desprendía cierto aroma, entre humo y varios ingredientes que al mezclarse, producían ciertos olores.

 

Terminé de dar la última galleta al ratoncanario y me puse en pie.

- A ver qeu te puedo conseguir por aquí...mientras no sea nada ilegal - dije riendo, pues de contrabando uno siempre podía tener algo escondido.

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  • 5 semanas más tarde...

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Devolviendo el Fénix a su dueño

(Matt Blackner)

 

 

La conversación con Matt me había puesto algo triste. Para ser justa, ya estaba algo triste cuando entré en Mega Ayudas.

 

-- ¿Jack escribió en el libro sobre mí? Algún día debería leerme todo lo que escribió... Sí, tienes razón; la tierra es mi elemento primigenio y es el motivo que ame a las criaturas y me encante la herbología y todo sobre la flora. El agua es otro elemento que domino, pero no es mi principal.

 

Volví al silencio, añorando poder tener aquellas conversaciones largas con Jack. No sé porqué estaba tan taciturno estos días. No me dio tiempo de pensar más porque entró una cliente insoportable que gritaba algo sobre pociones. Por supuesto... Heliké...

 

-- Hale, vete... Vete con ella -- refunfuñé creo que por inercia, ya que mi sobrina me caía bien la mayoría de las veces, excepto cuando volvía a sacar el tema de la boda. -- Yo.. Yo me quedo aquí, con los animales...

 

¡¡Animales!!

 

¡¡Por los dioses!! Me había olvidado la mascota de Matt (de la mansión, en realidad) en el bosque y no lo había devuelto. Me levanté de un salto y el ratoncito-canario se escondió bajo la maleza.

 

-- ¡¡Matt!! Atiende a tu novieta que yo vuelvo enseguida. Tengo que dar... ¡dar de comer al gato!

 

¡Si se enteraba que me había olvidado a Bannu en el bosque prohibido... ¡seguro que le daba algo!

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