Jump to content

Defensa Contra las Artes Oscuras


Adryanie
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Adryanie mostró un verdadero interés en ayudar al Weasley sin embargo fue detenida por una potente voz que surgió de ninguna y de toda dirección a la vez. ¿Qué era aquello? ¿la habitación les estaba gritando? reconoció la voz de Grindelwald casi al segundo pues más de alguna vez conversó con su retrato, aunque nunca tuvo la oportunidad de conocerlo de forma más directa.

La profesora gritó que se fueran allí pero Goderic no reaccionó inmediatamente, ¿acaso la clase no era para eso? ¿no era para defenderse de seres oscuros y toda arista de la magia oscura? No comprendía para qué debían huir y no aprovechar aquella oportunidad para demostrar cómo defenderse de fantasmas, poltergeist, inferis e inclusive zombies. Además, ¿estaba bien dejar a un ser, fuese lo que fuese, solo en la biblioteca de Alejandría? ¿Qué pasaría si destruyera objetos importantes y de alto valor histórico?

No comprendía del todo el actuar de la profesora pero no podía actuar por su propia cuenta además, con la mala suerte siguiendo sus pasos, seguramente terminaría destruyendo lo que trataba de proteger, por lo que dada las condiciones era mejor opción salir de allí y seguir las órdenes. Observó como su compañera Sofia actuaba de una forma extraña pero supuso que podía ser el miedo que la había paralizado y por eso se había rezagado un poco.

El camino por la biblioteca resultó abrumador, avanzaban a gran velocidad por los pasillos de la biblioteca. Goderic temía perderse pero, por mala costumbre, anteriormente había estado mirando todo el camino para no perderse en caso de separarse del grupo. Se conocía lo suficiente para saber que aquello era bastante probable, solía ser bastante distraído y fácilmente perderse. Se golpeó un par de veces con algunos estantes y muebles, lo cual le causó gran dolor, pero no causó gran alboroto como él esperaba. Sin embargo, tenía un mal presentimiento, prefería tener mala suerte no dañina muy seguido que tener mala suerte distante en el tiempo pero que si resultaba ser dañina.

LLegaron al mismo lugar donde habían aparecido luego de tomar aquella especie de traslador. No creyó ver a la profesora secándose por lo que supuso que esperaría que el potente sol hiciera su trabajo y tomar aquel accidente como un momento refrescante que le ayudaría a capear el sol porque aunque este había disminuido un poco su potencia seguía siendo sofocante.

Adryanie le dió la oportunidad de elegir la próxima sección y mientras esperaba a que tomara la decisión le dió un pergamino con el árbol genealógico de la familia Nott a Catherine. Realmente había sido un buen gesto y el Weasley no pudo evitar sonreír, disfrutaba siempre que veía una buena acción desinteresada le daba la sensación de que el mundo que heredarán sus hijos no estaba tan perdido.

Goderic no tenía que pensar demasiado para elegir su próximo destino, ya lo había decidido al apenas entrar a la habitación. Rápidamente la tienda mágica había llamado su atención y tenía mucha curiosidad por los artículos que se mostraban en el aparador de madera. Parecían ser antiguos y tenebrosos, ¿qué mejor para la clase? aparte con la suerte como enemiga las cosas podrían resultar más complicadas y por ello más interesantes. El optimismo era propio de él y ya que tendría que vivir prácticamente todo el día con mala suerte ¿por qué no verle el lado positivo? sin duda las cosas podrían resultar más difíciles que como lo había planeado la profesora pero podría servir para que aprendieran a resolver las peores situaciones posibles.

Escogeré la segunda sección.—dijo señalando la pseudo tienda.— Tengo mucha curiosidad de lo que nos has preparado.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Catherine Stark

 

Sabía que había sido algo parca pero no se había esperado el silencio que siguió a lo que dijo, aunque luego Gryffindor se apresurara a contestar. Por fortuna (o quizá más bien el extraño azar) un incidente opacó por completo sus palabras. Alzó una ceja ante lo sucedido con profesora y alumno y se limitó a apartar la mirada de forma ausente. Nunca le había asustado la mala suerte, aunque quizá debería de hacerlo estando como estaban, tratando con artes oscuras y las formas de defenderse de ella.

 

Lo que sucedió luego la dejó confusa y emocionada. Gryffindor como todos había quedado sorprendida con lo sucedido pero nada pudo compararse con la voz que retumbó en las paredes luego de que hubiese sido salpicada con el agua. A Catherine se le hizo inmensamente conocida y llamó su atención al instante, atrayéndola. Pero aquello no tenía sentido, ya que nunca la había escuchado antes ¿que podía eso significar?

 

Miró alrededor como si buscase la fuente de las palabras, pero evidentemente no pudo encontrar nada semejante. De hecho, le costó seguir las instrucciones de Gryffindor al instante, quien les ordenó marcharse sin lugar a réplica, debido a que se había quedado absorta; a pesar de ello, no fue la última en salir. Tuvo que seguir los pasos de la mujer casi por inercia y sólo la mención de su nombre la sacó una vez más de sus pensamientos.

 

Recibió el pergamino todavía algo perpleja y la miró intensamente luego de ello preguntándose si entendía lo que acababa de hacer por ella; por suerte, era poco probable que notara su expresión con aquel sol del demonio. Así, se limitó a hacer una venia perfectamente observable a pesar del sol, a modo de agradecimiento. La verdad era que no era algo totalmente significativo, pero ya que de momento no la necesitaban para nada (su compañero de clase elegiría el destino) abrió el pergamino para poder ver su contenido.

 

Soltó un bufido muy a pesar suyo. Había pensado que iba a ser una lista de ancestros antigua, pero no encontrarse con todo el árbol genealógico de su familia ante ella. Era más o menos como recibir una bofetada deliberada. El pergamino debía tener algún tipo de encantamiento, puesto que allí se encontraba, al final de la fila, el nombre de su hermano. Junto a él, un recuadro vacío y bastante simbólico, le dejó en claro en qué posición se había encontrado para su familia.

 

Siempre lo había sabido, claro, pero era difícil que un pergamino encantado se lo echara en cara.

 

Lo cerró con un ademán despectivo,aunque lo retuvo aun en su mano. Lo conservaría, a pesar de todo, así que era inútil negarse a aceptar que no iba a deshacerse de eso porque todavía le importaba. Mientras tanto, logró "volver" su atención a la clase. Era una suerte llevar sombrero o de otro modo se hubiera encontrado bastante agobiada; eso sí, el color negro no era de los mejores para estar allí afuera con ese clima.

 

Su compañero de clase había elegido la tienda como siguiente punto a tratar y Catherine deseó fervientemente que su elección fuese mejor que la suya, debido a que sentía que no había aprendido nada en lo absoluto de su excursión a la biblioteca. Se encontraba bastante tentada de sacarse el sombrero para echarse algo de aire, pero de momento se contentó con hacerse una trenza (a pasmosa velocidad, debido a la práctica) dejando que cayese por su espalda. Así, se sentiría menos sofocada.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

—Interesante elección señor Weasley — Dijo con una sonrisa en su rostro mientras se acercaba a paso lento a la tienda donde se vendían toda clase de objetos — Nos vamos de compras pues.

 

Dijo encantada tocando uno de los objetos que se exhibían ahí. Eran de muestra así que no tenían ninguna maldición ni nada similar. Al tocarlo de nuevo el atardecer se fundió en manchas rojas alrededor de ellos. Adryanie siempre trataba de mirar hacía el suelo cuando esto pasaba, le causaba vértigo todos aquellos movimientos ¡se mareaba hasta en la escoba!.

 

Antes si quiera de abrir los ojos percibió el golpe de calor que los recibía. En la próxima pensó que tendría que buscar lugares más fríos. Sudáfrica, en una pequeño pueblo que se encontraba escondido entre dunas fue a donde los llevo la Gryffindor. Se encontraba casi en medio de la nada, en pleno desierto; si no hubiera sido porque muy a lo lejos se veía un poco de civilización hubiera asegurado que estaban perdidos. Maldijo por lo bajo aquel imprevisto, no había calculado bien el lugar en donde fueron a parar pero también pensó que aquella caminata le serviría para hacer una clase magistral antes de llegar a su destino.

 

—Estamos en África en Togo. Allá a lo lejos esta nuestro destino: El Mercado de los Fetiches de Akodessawa— Comenzó señalando con su dedo el diminuto punto negro que se veía a unos cientos de metros de distancia. Se alegraba en parte de ver que ya estaba oscureciendo y que la temperatura en poco tiempo iba a comenzar a descender. — El mercado de Magia Negra más grande del mundo. Se dice que es solo magia de los "muggles" si es que podemos decir que tienen algún tipo de magia, si me preguntan a mi los muggles para mi no tienen ningún tipo de magia pero habrá gente que cree que si.

 

>> De cualquier manera, muchos magos se aprovechan de estos mercados para dejarse ver tal y como somos los magos sin tener que ocultarse, la gente atribuye la magia de ese mago a los dioses y esas cosas, nosotros por supuesto que no es así. En ese lugar sin embargo hay muchos objetos maldecidos por magos, muy poderosos y letales, pero curiosamente son los que se ven más inofensivos. Las personas que vienen aquí se asustan como primera impresión porque hay cosas bastante macabras como cráneos, cabezas diminutas, fetos de bebés muertos etc. Por alguna razón los muggles piensan que entre más horrible el objeto más poderoso es.

 

>> Para un mago oscuro sin embargo, cualquier objeto se puede maldecir y los magos prefieren maldecir los más comunes, los que no llamen la atención. Un libro, una joya cualquiera de estos objetos puede servir. Los objetos malditos parecen contener un tipo de aura negativa, ustedes lo van a notar ahora que al acercarse a ellos van a sentir algo diferente. Algunos magos también se llegan a acostumbrar a esa sensación....

 

Se encogió de hombros con la vista clavada en la arena que se peleaba por enterrarse en su zapato. Por un momento tuvo el impulso de mirar a Catherine o aún a Sofía, Goderic no porque ya sabía cuales eran las aspiraciones del joven aunque .... la gente cambiaba. Pero se alegró de no hacerlo, no quería malos entendidos en la clase. Ya se comenzaban a ver mejor las tiendas a la distancia. Ella prosiguió con la clase

 

Para maldecir personas en estas tiendas venden collares, pulsera, anillos que vienen en cajas. La idea es regalarselo a alguien al tocarlo la persona que muerta sin ninguna explicación. Los mismos vendedores te advierten de no tocarlo. También hay entre estas personas nigromantes, nigromantes de verdad que con por unas cuantas monedas mete parte de tú alma en un objeto.... Un Horrocrux. Es un procedimiento complicado que no cualquier mago puede hacer y siempre se ocupa un sacrificio...humano, para conseguirlo.

 

A lo lejos ya se podían divisar las tiendas y sus contenidos que eran tan extrambóticas como ellas. Se cráneos de búfalos y toros que mostraban sus cuernos amenazantes. Tiendas completas de estos artilugios. El mercado se dividía por secciones al principio estaban todos los esqueletos, si se adentraban más verían partes humanas, de animales, órganos, frascos con contenidos dudosos en su interior, y por último tiendas de amuletos y tiendas dedicadas a la enseñanza de magia oscura.

 

Los Horrocruxes no amenazan la vida nadie y si se tiene guardados no ocasionan ningún daño a nadie, pero algunos cobran vida por si solos como los son los libros. Ya que es una parte del alama la que se encuentra ahí dentro no sería raro que cobrara vida, ahora lo importante es el alma en si que se esconde en ella. No deja de seguir siendo magia negra y por lo tanto prohibida ante los ojos del Ministerio. De cualquier manera un Horrocrux cuesta mucho destruirlo, ya que, se ocupa un objeto igualmente poderoso para destruirlo, y no creo que ninguno de ustedes ande una espada de Gryffindor en su bolsillo.... lo que si creo que se pueda encontrar aquí son colmillos de basilisco aunque no lo crean...

 

Caminaron entre las tiendas que curiosamente estaban bastante concurridas de personas. Algunas simples turistas como ellos que se limitaban a mirar con desagrado ciertas cosas, con fascinación algunas otras y horrorizados por otras. Pero también habían personas que pasaban por aquel mercado como si fuera su casa compraban lo que tenían que comprar que de seguro ya varias veces lo habían hecho y volvían a salir del lugar.

 

— ¡Oh miren... una mano de la gloria! — Les dijo con entusiasmo acercándose a un puesto de partes humanas. Se alegró de que el vendedor no supiera su idioma porque probablemente la hubiera corregido, ya que para los muggles este era un tipo de objeto de protección para su hogar. Les explicó esto a ellos mientras les pasaba la mano ennegrecida para que la observaran — Tiene una maldición especial, que hace que el que la porte pueda en la oscuridad ver con claridad, solo para el que la porte. Se hizo bastante famosa en tiempos antiguos ya que los magos se las vendían a los ladrones muggles los cuales no preguntaban nada a cambio de este precisos regalo.

 

Les dijo devolviendo la mano a la mesa juntos a los riñones en vaso que se exhibían ahí mismo.

 

— Bien chicos como les había dicho los objetos malditos tienen un aura especial, el mercado es grande y hay muchos magos de verdad con estos objetos en venta. Como su primera tarea quiero que vayan a buscarlos y los encuentren. El collar de Ópalo por ejemplo no se puede destruir lo que se hace con esos objetos es tratar identificarlos antes de que cumplan su cometido. — Miró a los alrededores preguntándose cuando cerraban ese lugar, pero luego pensó que en la noche de seguro no lo cerraban ya que era en ese mismo tiempo que se hacían los rituales más poderosos — Mientras tanto voy a ir a buscar a un amigo mio.....

 

Esperaba que tomaran diferentes caminos. ¿o tendrían miedo de recorrer aquel lugar? La primera vez que ella había ido ahí lo tuvo. No era cómodo caminar por aquellos lugares con cabezas en miniatura observándote en cada rincón. Se preguntó se fue buena idea dejar a Goderic solo...aquel chico se veía medio distraído no le extrañaría que al tropezar se llevara encima toda una tienda de esqueletos humanos. Negó con la cabeza no era un niño y tenía que aprender a defenderse por si solo.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Los ojos de la rubia brillaron con codicia, aquel lugar era aun mejor que la biblioteca, tantos objetos que podían ayudarle a cumplir algunos fines nada "buenos", claro dependiendo del cristal con que se mirase. En cuanto la bruja los dejo libre, la rubia se despidió de los otros dos con una inclinación y se alejo tarareando como niña en el parque de diversiones. Desde luego que buscaría un par de objetos maldecidos, pero solo uno llegaría a manos de la profesora, el resto iría a una de sus bolsas.

 

Lo primero que encontró fue una tienda llena de objetos que parecían estar relacionados con la magia vudu. La vampira no estaba tan familiarizada con aquella magia para sentirse segura en aquel lugar por lo que mejor se alejo. Mas tiendas llenas de animales muertos y esqueletos humanos de dudosa procedencia, que no llamaban la atención de la bruja. Finalmente se topo con una tienda de antigüedades en la definitivamente se decidió a entrar. La mayoría de los objetos ahí parecían inofensivos, pero como versaba en un papel afuera, ellos te lo dejaban listo para lo que tu quisieras. Desde luego, en aquel mercado, lo que el cliente quería rara vez era algo bueno.

 

Husmeo por los anaqueles sin tocar nada, aun siendo un vampiro, las maldiciones serian muy incomodas sobre su persona. Mejor andarse con cuidado. Al fondo se topo con una hermosa muñeca de tela y se pregunto que entre todo lo que había ahí, había llevado a el dueño a hacerse con aquel pequeño objeto tan tierno.

 

-mmm, specialis revelio-dijo lanzando el hechizo disimuladamente. En seguida ante sus ojos se revelo la verdadera naturaleza de aquel objeto,quien hubiese lanzado aquella maldición debía ser muy perverso.-oh no pequeño mounstro, no voy a tocarte directamente, dejemos que hechices a mi profesora de preferencia, yo estoy muy bien sin maldiciones sobre mi. Bauleo-volvio a lanzar otro hechizo sobre la muñeca y dirigiéndola a una bolsa que tomo del mostrador.

 

Una vez que la tuvo a buen resguardo, siguió buscando un poco mas, seguro había mas cosas divertidas por descubrir. Encontró bastante joyería, pero solo una llamo la atención de la bruja. Una cadena de plata, de aproximadamente 60 cm de largo con un hermoso dije de cristal cortado. Era tan hermoso que estuvo a punto de tocarlo sin protección. Se dio la vuelta para pedirle al tendero que se lo mostrara pero este ya estaba a su espalda.

 

-Excelente elección Desi, aunque no puedo negar que es tan extraño ver a una auror en una tienda como esta y de hecho comprando-dijo una voz con acento frances que incluso la llamaba por su antiguo nombre. Se lo habia cambiado cuando habia cambiado de apellido.

 

-Mi querido Pierre, es un gusto verte, mon cher, digamos que ahora te entiendo mas, e incluso comparte tus creencias-dijo mientras con sus manos acomodaba las solapas del traje del hombre frente a ella en franco flitreo.-asi que esto estuviste haciendo cuando saliste corriendo de Paris

 

-mon cher ami, esas son noticias deliciosas para mis oídos y si, ha esto me dedico para sobrevivir y para demostrarte cuanto gusto me da verte, solo voy a cobrarte esa muñeca, y a darte una advertencia, desaste de ella enseguida, es demasiado malévola para mantenerla en tu casa, el collar es por cuenta de la casa-dijo el mago tomando la pieza de joyería con las manos para probarle que no estaba encantada, al menos no aun

 

-esta lista para que le coloques la maldición que desees y la selles, aunque en ti seguro luciría espectacular, mon cherie- finalizo el mago, entregandole la pieza bien envuelta que la auror enseguida guardo en su gabardina Se despidió del mago dejandole su dirección en Londres y regreso al punto de partida dejando la muñeca en el centro del claro donde estaban al principio de la pequeña aventura, mientras esperaba a los demas a que regresasen

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La elección del Weasley pareció agradarle a la profesora y parecía ser que a Sofía también le pareció interesante. Nuevamente todo alrededor se volvió difuso luego que Adryanie tocara uno de los objetos de la sección. Se mantuvo tranquilo mientras todo desaparecía y volvía a aparecer en un torbellino de colores e imágenes distorsionadas. Seguía sin entender del todo que Adryanie no les diera algún tipo de aviso sobre la aparición conjunta pero ya comenzaba a acostumbrarse a la falta de comunicación dentro de la clase.

 

Según la información entregada por la profesora se encontraban en Togo, África. Nunca había visitado dicho lugar por lo que se sintió algo confundido al ver que todo estaba desierto a su alrededor ¿una clase en el desierto? al menos eso sonaba interesante. Con los gestos y las palabras de la bruja comprendió que habían terminado lejos de donde realmente debían aparecer.

 

Goderic no supo si debía culpar a su mala suerte creada por el dado o simplemente la profesora había sido descuidada al preparar la clase. Invocar a Gellert Grindelwald sin notarlo unos días antes, no parecía ser producto de su mala suerte además todavía no podía comprender que haya estado invocando espíritus si luego no sabía deshacerse de ellos o defenderse. Por otro lado, aparecer lejos del destino inicial debió haberse decidido antes de su accidente con el dado ya que el error debió haberse producido cuando Adryanie hechizaba los objetos como trasladores.

 

Nunca había escuchado del Mercado de los Fetiches de Akodessewa y parecía un lugar realmente atractivo. No sabía si la profesora tenía algún tipo de atracción por la relación de los muggles y los magos, pero hasta el momento habían visitado lugares donde la magia convivía con los no magos: la biblioteca de Alejandría donde el conocimiento se compartía y el Mercado donde la magia estaba al alcance de los muggles.

 

El Mercado se encontraba bastante poblado. Existían variadas tiendas a lo largo del lugar y se veían a muchos muggles recorrerlos. Sin embargo, podía divisar a lo lejos a magos verdaderos, no sabía cómo los reconocía: quizás un aura diferente o simples gestos de superioridad. Muchos de los magos que se encontraban allí veían a los muggles como objetos de burla por su ignorancia y credulidad ante charlatanes.

 

La tarea que debían realizar no le pareció muy fácil. Definitivamente resultaba sencillo al oírlo pero al practicarlo podía resultar ser una tarea titánica. Goderic tenía algo de experiencia con objetos tenebrosos debido a su pasado como miembro de la Orden del Fénix donde realizaban cateos cada cierto tiempo y encontraban dichos objetos. Además por haber sido miembro del Concilio había estado en contacto con algunos objetos que rozaban lo peligroso. De hecho, el dado que él portaba definitivamente podría ser considerado una maldición peligrosa.

 

A pesar de dicha experiencia encontrar objetos verdaderamente embrujados en un mercado tan amplio como en el que se encontraban resultaba ser complicado y el haber perdido un poco la práctica luego de su año de retiro sólo empeoraban las cosas. Si bien había sido una interesante elección de sección, Goderic supuso que había sido mala suerte escoger algo que le apasionaba pero que no parecía ser el idóneo. No tenía un don especial para ver el aura o cercanía reciente con objetos peligrosos para poder encontrar todos los objetos en el mercado.

 

Caminó por unos minutos y no encontró nada interesante. Se encontró con objetos que claramente rozaban lo ridículo y otros que, sin saberlo, resultaban ser reales en cierta medida. Habían pasado largos minutos sin novedad cuando una idea cruzó su mente. Sacó su monedero de piel de Moke y de allí extrajo su medallón para avisar del peligro, que colgó rápidamente en su cuello. El medallón brillaría ante la presencia de entes o objetos malignos por lo que la tarea ahora resultaría realmente sencilla.

 

Se alegró por haber comprado dicho objeto años atrás aunque lamentó no haberlo pensado antes. Al paso de unos dos minutos el collar comenzó a brillar y observó a su alrededor, pues que el collar brillara sólo significaba que había un peligro pero no señalaba donde estaba. Rápidamente sus ojos se centraron en una silla que se encontraba en una de las tiendas cercanas y recordó su historia.

 

Según cuenta los rumores aquella silla había sido maldecida en 1702, por un mago oscuro llamado Thomas Busby quien antes de ser llevado a Azkaban se encontraba comiendo en su pub favorito en Thirsk, Inglaterra. Cuando los aurores llegaron al pub, Thomas se levantó y dijo: "Que la muerte repentina le venga a todo aquel que se atreva a sentarse en esta silla." Desde aquel entonces la muerte había caído sobre cualquiera que por casualidad o escepticismo se había sentado en aquella silla.

 

Ahora que había encontrado un objeto tenebroso no sabía qué hacer. La profesora había pedido que lo encontráramos pero ¿qué se podía hacer? ¿comprarlo? pero seguramente no tenía el dinero suficiente ¿confiscar la silla? parecía mejor idea pero no tenía ninguna jurisdicción o algo parecido además de ser enviados de la Universidad y dudaba que se pudieran meter en líos. Goderic no sabía qué hacer, no quería que aquella silla siguiera acabando con más vidas. Quizás destruirlo sin que lo notaran pero ¿cómo hacerlo? dudaba que un incendio o confringo fueran hechizos lo suficientemente potentes para destruir un objeto de tal poder. Susurró un <<Specialis Revelio>> para asegurarse que el objeto realmente estuviera maldito y lo confirmó.

 

Para su sorpresa, al preguntar por el precio resultó ser extremadamente conveniente, además resultaba ser dinero muggle el cual siempre llevaba en su monedero. Seguramente aquel mago sólo quería sembrar el caos en el mundo muggle por lo que no le interesaba para nada el dinero, sólo saber que gracias a su intervención muchas vidas se extinguían trágicamente. Con su nuevo objeto ya comprado lo tomó sin temor, pues la maldición afectaba se cumplía sólo si se sentaban, y se la llevó a un lugar apartado. Llamó a su elfo para que se la llevara a la mansión -manteniendo la vigilancia para que nadie se sentara en ella- pues no quería ir arrastrando la silla mientras buscaba a Adryanie.

 

Se dirigió a donde se habían despedido por última vez y observó que Sofía tenía una muñeca consigo, que realmente estaba maldecida, pues su medallón lo señalaba. Esperó a que llegara la profesora antes de llamar a su elfo para que le devolviera la silla, no quería terminar sentándose debido a su mala suerte. Mejor era mantenerse lejos de los objetos peligrosos.

AINSXnu.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

— Hola, me alegra verte de nuevo, pensé que ya no me visitarías más — Decía desde las sombras la figura de un hombre que poco a poco se iba materializando frente a ella.

 

Estoy dando defensa contra las artes oscuras, de lo contrario no hubiera venido — Replicó Adryanie al hombre.

 

Una lástima, tú antigua familia era bastante dada a visitarme.

 

— Ya, pero ya sabes que no

 

Por fin el rostro del hombro se iluminó debajo de una antorcha. Era un hombre alta ya bastante senil y se veía bastante maltratado por la vida, quizá era más joven pero su postura encorvada y sus múltiples arrugas no ayudaban a su aspecto. Karl Jhosson era un poderoso mago oscuro de los tiempos antiguos, un nigromante poderoso. Ella lo había conocido años atrás cuando llevó Artes Oscuras con el líder de la Marca Tenebrosa.. Se estremeció al pensar en aquella clase, de cualquier manera no podía decir que no le había sido provechosa.

 

—¿Me vas a ayuda o no?— Preguntó de mal genio la knight

 

—Esta bien, total paso aburrido aquí todos los días — El anciano se sentó en una silla con su bastón a esperar.

 

Adryanie dio media vuelta y salió de aquella caravana, las calles del mercado parecían haberse vaciado sin embargo se oían voces dentro de los respectivos negocios. Buscó a los alumnos esperando encontrarlos aún vivos. Al primero que vio fue al licántropo de pie, justo donde los había dejado. Solo esperaba que no se hubiera quedado ahí todo el rato.

 

—Goderic ¿has tenido suerte? — Le preguntó cuando ya estaba junto a él. No parecía maldecido y tampoco parecía estar cargando nada junto a el. Esperó su respuesta y miró a ambos lados, a lo largo vio a unos cuantos metros de pie a Sofía también, le hizo señas para que se acercara— ¿Te has topado con Catherine? Bueno creo que mandaré patronus para decirles donde vamos a estar, ya es tarde.— Se mordió el labio inferior preocupada por el destino de su alumna, esperaba que no les hubiera pasado nada.— Hola Sofía¿ tuviste suerte tú también?

 

Luego de conjurar el patronus, la cobra se fue en busca de Catherine, la dirección era exacta así que no tendrían mayor problema en llegar. Se alegró de que no hubiera demasiada gente en la calle que pudiese ver una cobra de un color blanco brillante arrastrarse por la oscuridad y no es todo si no que también este expectro hablaba también.

 

Llevó a Goderic y Sofía hasta la caravana de Karl que era una estructura hecha con pedazos de madera y latas de zinc, eso si, bastante grande y por dentro repleta de toda clase de cosas de magia negra. Karl apenas levantó la mirada cuando los vio entrar.

 

Karl, es el dueño de esta escuela de magia negra, tiene aquí unos cuantos Horrocrux de antiguos magos. Algunos ya han muerto, otros has vendido sus propios pedazos de almas —Explicó conduciéndolos hasta donde se encontraba diversos objetos la mayoría valorados en sumas altas de dinero, relojes de oro puro, piedras preciosas, joyas etc — Realmente no sirven de mucho, nadie quiere el ama de otra persona,vale más el objeto en si, solo que las personas a quien se las venden muestran una creciente inquietud y temor cuando lo llevan puestos para que se quite deben destruir el alama dentro del objeto y la manera de conseguirlo hace que luego el objeto quede inutilizable.

 

Se acercó luego a una pequeña caja que dentro envuelto en una tela de seda estaba un colmillo de basilisco.

 

—Aunque no lo crean es lo más fácil de conseguir, como les había dicho solo objetos igualmente poderos pueden destruirlos— Le entregó el colmillo a Goderic — Tú nos trajiste hasta aquí ¿nos harías los honores de destruir uno de aquellos horrocruxes? Es fácil, los objetos usados para guardar un alma generalmente son cerrados deben abrirse antes, solo que hay que hacerlo de una manera rápida,el objeto de no puede estar mucho tiempo abierto, el alma dentro se vuelve inestable así que una vez abierto hay que clavar con fuerza el colmillo o el objeto legendario, verás una gran luz incandescente y luego sentiras como el objeto se destruye completamente. En ocasiones se puede ver el alma cuando sale del objeto y se evapora en el aire.

 

Ya cuando había terminado notó la presencia de Catherine que había llegado al lugar, suponía que había estado ahí el tiempo suficiente para escuchar toda su explicación.

Editado por Adryanie
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Catherine

No pudo creerse que habían ido a parar a otro infierno de sol abrasador. Catherine intentó no poner mala cara sin éxito. El lugar se veía a una distancia terrible y si caía la noche antes de que llegaran tendrían serios problemas con las tormentas de arena y el frío que en esos sitios podía descender varios grados bajo cero en medio del desierto. Estuvo a punto de hacerle un reclamo a Gryffindor, cuando ésta empezó a explicar a qué habían ido.

A medida que la explicación avanzaba (luego de que alcanzaran el mercado) la mente de Catherine iba comprendiendo menos ¿Cómo era posible que el Ministerio no hiciese nada respecto a ese mercado si se sabía de su ubicación, productos e incluso quizá tuviesen identificados a algunos de sus traficantes o vendedores? No lo entendía en lo absoluto, pero asimismo, de momento no podía preguntar eso puesto que Gryffindor ya les había dejado una misión.

Partió sin hacer preguntas pues, adentrándose en el mercado abarrotado de gente. No tenía idea de a dónde dirigirse o qué buscar, a pesar de que podía percibir el peligro viniendo de ciertas zonas que iba recorriendo. No era que tuviera poderes muy precisos para detectar el aura: era más bien instinto, observación y bastante suerte.

 

Estaba más bien distraída cuando un muñeco de apariencia insignificante llamó poderosamente su atención. El hombre que lo ofertaba estaba vestido con una túnica de lana basta y sandalias tejidas de cáñamo. Su aspecto era casi tan interesante como los productos que ofrecía y su mirada no podía ser definida de otra forma más que de extraña. Observó a Catherine largamente mientras se acercaba a la tela de color rojo que éste había tendido en el suelo y notó además que era una mujer que podría pagarle lo que él cobraba por sus productos.

 

-200 galeones -dijo directamente, sin siquiera darle tiempo de preguntar. Al parecer, ya sabía lo que estaba mirando.

 

Catherine alzó la vita sorprendida por la petición de semejante cantidad de dinero ¿Cómo esperaba que cargase 200 galeones en la bolsa? Supo entonces que tendría que hacer uso de su elfina para que le trajese el dinero y la idea no terminó de gustarle. Además, podría dejarlo simplemente allí, puesto que no parecía contener una maldición, si no más bien ser capaz de ser un depositario de lo que cualquiera quisiese almacenar; una maldición, entre esas cosas.

 

Aun así, supo que iba a comprarla, al igual que el vendedor lo había sabido al decirle el precio. Suspiró, chascó los dedos y susurró un nombre y pronto su elfina estuvo a su lado. Ésta observó a su alrededor est****amente, antes de que Catherine tuviera la oportunidad de explicarle lo que debía hacer. Una vez lo supo, asintió, hizo una reverencia y se retiró.

 

Catherine mientras tanto acababa de atisbar la tienda que estaba detrás del grupo de comerciantes que había tendido sus mercancías en el suelo. Tenía un aspecto lúgubre y ruinoso, aunque en su interior podía notarse que estaba en perfecto estado. El aspecto ruinoso, se debía a los objetos antiguos que tenía el local, así como al desorden en que estos estaban dispuestos.

 

La bruja se paseó por aquí y allá un buen rato, antes de encontrar algo que atrajo su atención e hizo que se detuviera, a la defensiva. Se trataba de una hoz de oro, algo deslucida aunque aún hermosa. Estaba posada en un cojín morado y se encontraba delante de un cartel blanco, que rezaba en perfecto inglés: "Tu sangre ofrezco a Dios, que cortándote con esta hoz, sea tu vida consumida para su eterna gloria".

 

Su aspecto hacía que Catherine quisiese acercarse lo más posible, pero también detectaba una poderosa energía negativa proveniente de ella, casi como si su instinto hubiese entrado en conflicto.Por eso, por poco se infarta cuando sintió que respiraban detrás suyo. Era, por supuesto, el vendedor.

 

-A sólo 100 galeones mi señora -indicó sin mucho preámbulo sobándose las manos con gesto demasiado avaro para el gusto de Catherine-. Como podrá ver, es un artículo de primera.

 

Lo que veía era que aquel día se habían confabulado para dejarla pobre. O quizá era que tenía gustos problemáticos. Sea como fuere, en aquel preciso instante apareció de vuelta su elfina, así que pagó y guardó el artículo en una bolsa, tocándolo con confianza ya que la maldición haría efecto si la hoz llegaba a cortarla (según le dijo el vendedor). Luego, recogió el segundo artículo que había visto y también lo guardó, aunque en el bolsillo de su capa, en lugar de en la bolsa.

 

Sabía que ambos artículos tenían que ver con la magia de los druidas que ella misma se había empeñado en estudiar (e intentar aplicar) desde que se fugara de su hogar. La hoz era evidentemente una herramienta de sacrificio sumamente antigua y le dolería tener que entregarla, así que esperó que Gryffindor sólo desease examinarla y así quizá podría quedársela. Muy probablemente estaba relacionada con algún tipo de degeneración del rito del muérdago, con sacrificios humanos.

 

En cuanto al muñeco, era más bien un "hombre de mimbre" en miniatura. El hecho de que esos dos objetos relacionados con el mismo rito hubieran estado tan cerca pero siendo vendidos por personas distintas, hacía que Catherine se sintiese predispuesta a creer que no podía ser una coincidencia y eso la alentaba. Aunque no entendía cuál podía haber sido el uso del muñeco de mimbre a esa escala, se prometió averiguarlo.

 

Su elfina ya se había retirado cuando apareció la cobra enviada por Gryffindor. Catherine alzó una ceja al ver el patronus que la mujer le había enviado y esperó de todo corazón que la bruja supiese lo que hacía. Así, desapareció hacia el lugar indicado.

 

Cuando volvió a aparecer se encontró una vez más ante un sitio de aspecto descuidado. Pero allí estaban sus compañeros y también Gryffindor. Se acercó con tranquilidad, y todo lo que alcanzó a oír fue un retazo de una conversación.

 

-"...Así que una vez abierto hay que clavar con fuerza el colmillo o el objeto legendario, verás una gran luz incandescente y luego sentiras como el objeto se destruye completamente. En ocasiones se puede ver el alma cuando sale del objeto y se evapora en el aire".

 

No tenía que ser una experta para adivinar que hablaban de horrocruxes así paró la oreja y se estuvo atenta. Si tenían suerte, es decir quizá si ya se había pasado milagrosamente el efecto del dado de Slythering, podrían ver alguna clase de espectro o proyección.

NHCeJlw.png

Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

— Ah hola Catherine— Le dijo en voz baja acercándose a ella — Les hablaba de los horrocruxes. Aquí los magos los vienen a subastar y bueno pensábamos destruir uno.

 

Le comentó rápidamente a Catherine para no perderse ni un momento lo que el Weasley iba a hacer. Era una acción en la que había que tener mucho cuidado porque si algo salía mal podían pasar muchas cosas malas. En el microsegundo que miró a Catherine una luz blanca iluminó el local dejándolos casi ciegos. En ese momento pensó en los pobres mortífagos que tenían que aguantar cincuenta strellatus en las batallas.

 

No podía ver absolutamente nada, escuchaba las voces de sus alumnos y de Karl y chocaba con las cosas del local haciéndolas caer. Sin importar lo que pasara tenía varita en mano con la esperanza de defenderse si hacía falta. Pronto a través de sus parpados pudo ver que iba disminuyendo la intensidad de luz y cuando ya considero que estaba bastante baja abrió los ojos. Todo el lugar estaba justo como lo había visto segundos atrás. Goderic estaba en frente de la mesa del Horrocrux aún mirando el artilugio que ahora estaba totalmente destruido. Adryanie se acercó al lugar pero notaba algo extraño en todo. Nunca antes había visto que un horrocrux emitiera tanta luz.

 

Gode... — Empezó titubeando. Su ex - líder aún estaba sin responder, le iba a preguntar si estaba bien pero cambio la frase — Pues ¡Felicidades Goderic! Has destruido tú primer Horrocrux. — Dijo tratando de parecer alegre sin mucho éxito.

 

Se volvió con una sonrisa hacía sus alumnas que también comtemplaban el escenario de seguro que también conmocionadas por lo que acaba de pasar.

 

No se preocupen, los Horrocruxes pueden emitir estos destellos incandescentes — Mintió para tranquilizarlas — ¿no es verdad Karl? — Buscó la mirada de su anfitrión pero no la encontró ¿dónde se había metido?. — Bueno chicos es hora de irnos ya es tarde.

 

Tomó a Goderic de la mano para llevarlo hacía afuera, no había dicho una sola palabra ¿qué diablos había pasado en realidad? Tenía toda la esperanza de que el Weasley estuviera consternado aún por la destrucción de su primer Horrocrux y que el alma destruida fuera extremadamente poderosa para hacer ese brillo tan enceguecdor.

 

Caminaron de nuevo hacia las profundidades del desierto. Los primeros minutos fueron aún silenciosos apenas se escuchaba el roce que los zapatos hacían en la arena y nada más. Adryanie consultó su reloj solo para confirmar su temor de que ya era demasiado tarde y debían volver a la academia.

 

Por cierto Catherine, no tuve ocasión de preguntarte si habías tenido suerte en el mercado — La escuchó mientras emprendían su caminata.

 

Asintió ante las palabras de ella, era interesante lo que cada uno podía encontrar en aquel lugar y lo más importante ¿cuales eran las cosas que le interesaban a cada quien? Por ejemplo ella siempre se había sentido atraía por los órganos y partes humanos, por eso no era un secreto que ella misma tenía una mano de la gloria en su casa aunque no era algo que le gustara andar comentando.

 

Bueno hemos llegado, tomen — Les extendió a los tres un pergamino en él iba la nota de cada uno aunque realmente las tres eran iguales : EXTRAORDINARIO. Se podía leer en tinta dorada con una letra algo atropellada porque lo había escrito unos segundos antes de salir de la caravana de Karl, al menos se podía corroborar que era su letra. — Bien, es hora de volver a la academia.

 

La noche en el desierto era más oscura de lo normal, apenas se podían ver los astros en el cielo tratando de abrirse paso a través de aquella penumbra así que los colores que se mezclaron aquella vez eran solo negro con blanco, al menos esta última vez no mareaban tanto. Al abrir los ojos estaban de nuevo en la academia sanos y salvos aunque aún le seguía preocupando un poco el estado de Goderic ¿tendría que llevarlo a la enfermería?

 

— Es un placer haber sido su profesora, si tiene alguna duda no lo piensen dos veces para buscarme en mi despacho y lo hablamos — Dijo estas últimas palabras con gran entusiasmo. Había culminado su primera clase de conocimientos de la Universidad.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tomo de nuevo la muñeca y siguió a la bruja hasta la tienda de un hombre. Al parecer este tenia negocios turbios con magos oscuros, si no, como tenia aquellos pedazos de alma en su posesión. No pudo evitar preguntarse como es que una bruja que se había declarado enemiga de las artes oscuras tenia aquel tipo de amistades. Vaya hipocresía, pensó la rubia dejando la muñeca en un mostrador del lugar para poder observar con mas atención como su compañero destruía un horcrux. El distintivo destello de la destrucción de aquel artefacto se vio por el lugar para finalmente extinguirse.

 

Se dio la vuelta para retirarse junto con el resto, la demostración había terminado así que su misión ahí había concluido. El mago la detuvo para recordarle que había dejado la muñeca en el mostrador.

 

-quédate con ella, no la necesito mas, su nombre es Anabelle, no la toques con las manos, consideralo un regalo por tus servicios-le dijo mientras se alejaba del lugar dejandole el objeto al mago que pareció contento con ella. En unos segundos tras llegar de nuevo al claro regresaron de nuevo a la academia.

 

Tomo el pergamino de su calificación y lo guardo en su gabardina, saludo con una reverencia mientras miraba con desilusión aquel lugar que ella hubiese escogido si se lo hubiesen permitido, al parecer no había corrido con la misma suerte que los otros dos magos. Tal vez en su próxima clase le iria mejor

c3cuSMA.gif4dV4RuU.gif

adUnqJb.png

8qIYq5A.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.