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Una más; Helike había llegado y sin más, totalmente confiada del momento tomó asiento. Cillian la imitó y se sentó justo a su lado, esperando que no le molestara. Negó ante el ofrecimiento de la chica, nunca había fumado y seguro que si lo intentaba por primera vez en aquel lugar sería todo un desastre.

 

— Yo puedo responder esa pregunta, si quieres... —No espero una respuesta, claro que quería saber de que se estaba hablando en aquella mesa—. Creo, y sólo creo, por que Ishaya aquí presente me ha contado un poco; están debatiendo sobre un tema que da bastante que decir, aunque quizá la respuesta sea bastante sencilla —añadió recordando sus pensamientos anteriores a la llegada al lugar.

 

Llamó al camarero mientras continuaba hablando, las dos cosas al mismo tiempo, esperando no parecer maleducado.

 

— El tema es, ¿Por qué elegir un conocimiento en especifico? —soltó antes de que el camarero llegara a su lado y cuando ese lo hizo, Cillian le pidió un vaso de jugo de naranja. Había bebido la noche anterior y no quería seguir en la fiesta—. Yo por mí parte creo que es algo abstente sencillo, en general... Sí, si hablamos en general yo creo que sería sólo por la cuestión laboral, ya saben, necesitamos ciertos conocimientos para poder obtener un puesto en el Ministerio de Magia.

 

Tomó un poco de aire y paseó su mirada al rededor de la mesa para poder ver las caras de sus acompañantes.

 

— Pero si hablamos de defender nuestras materias y dar un punto de vista sobre el porqué deben elegirla —un silencio largo—. Bueno, no lo sé. Sí, creo que Transformaciones —mencionó el nombre del conocimiento que impartía sólo para estar seguro de que todos lo sabían— es un conocimiento importante, pero bueno... ¿Saben qué? Por qué no mejor escuchamos a Helike hablar sobre pociones en lo que yo ordeno mis pensamientos.

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La respuesta de la Malfoy no me sorprendió, ya había bailado esa respuesta dentro de mi cabeza durante bastante tiempo, sobre todo ahora que andaba metido un poco más en el ámbito político. Quise responderle de inmediato pero dos compañeros más habían llegado, la de Pociones y el de Transformaciones. En el espacio que estaba vacío de nuestra mesa acomodaron los dos lugares restantes con la posibilidad de ampliar el espacio, si es que había más magos o brujas que estaban por asistir.

 

Estaba complacido por la asistencia, para mi era perfecto compartir la charla con dos personas nada más y el tener a cuatro compañeros había sido un grato avance. Dejé que los dos nuevos acompañantes se presentarán mientras se acomodaban en sus lugares y, amablemente, negué uno de los cigarros que se ofrecían. Después de las palabras del Ryddleturn, proseguí con lo que estábamos dejando en el aire con el comentario de Mistify.

 

- Justamente estamos partiendo más allá de lo laboral, - dije mientras me reclinaba en mi asiento - porque todos sabemos como funciona nuestra nuevo sistema educativo: te gradúas y aprendes dos conocimientos base. Lo importante es, ¿cómo te vas manejando después? Si confiamos en la lógica del mago y bruja moderno, los primeros que obtienes lo haces con la seguridad de que obtengas una amplia gamma de trabajos, por ejemplo artes oscuras y encantamientos, así tus opciones no se limitan a unas cuantas oficinas.

 

Tomé el tarro helado entre mis manos y, sin tomar a la bebida, proseguí con aquella charla esperando que los presentes pudieran involucrarse a las diferentes ideas que se plantearían a nuestro alrededor.

 

- Un punto importante lo acababa de mencionar nuestra compañera y directora, Mistify, dentro de la inseguridad mágica para tomar los conocimientos que podrían servir de defensa ante el asedio de magos tenebrosos, lo cual me remite a nuestro departamento de seguridad mágica, ¿no deberían ellos saltar ante esta problemática? - Le di un rápido sorbo a mi cerveza mientras observaba a cada uno de los presentes - Porque si es una de las principales razones, la inseguridad, lo que motiva a inscribirse en ciertos cursos, tenemos un problema aún mayor que no podemos admitir.

 

Justo en ese momento caí en la cuenta que los dos profesores de artes oscuras y defensa contra las artes oscuras no se encontraban presentes, algo que nos hubiera servido para indagar más en el asunto, pero no era algo que me debía detener, podía lanzar la semilla y quedaría en los demás si la regaban.

 

- Entonces, - crucé mis brazos a la altura de mi pecho - ¿no deberíamos de tener un flujo constante de alumnos en defensa contra las artes oscuras? Según los registros de inscripción sí, tenemos gente en dicha materia, pero no tanto flujo como artes oscuras o maldiciones, incluso las clases de encantamientos, leyes mágicas, pociones y transformaciones han tenido mayor constancia en las preferencias de la sociedad mágica.

 

Sonreí hacia mis acompañantes, podía ver en sus rostros que estaban reaccionando positivamente a mis palabras, es decir, que estábamos yendo más allá de lo que "se ve a simple vista" para comenzar a reflexionar y discutir sobre el tema.

 

- ¿Por qué he de elegir un conocimiento en específico? - Repetí la pregunta del tema por el cual nos habíamos reunido - ¿Autosuficiencia nada más? ¿Independencia de los departamentos ministeriales? ¿Deseos de poder en sus distintos niveles? Yo digo que un poco de todo, por supuesto, aunque es interesante que se busca un camino 'rápido' y 'sencillo' de lograr esos objetivos, creen que entre más magia uno pueda tener, mejor el resultado... se nos ha olvidado que los cimientos se fortalecen primero, lo que hay detrás... lo que parece más sencillo.

 

Finalicé con un buen trago a mi cerveza, esperando la respuesta de alguno o de todos mis compañeros del claustro.

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Había recibido una invitación casi formal para juntarnos los profesores de la Universidad. Estuve pensando en casa sobre si era necesario ir o no. La multitud me asusta y todo el elenco del centro de enseñanza éra muy amplio. Sentí un poco de miedo, estar entre tanta gente docta que sabía de todo un poco, los mejores brujos que podían dar enseñanzas sobre sus conocimientos... Pensar eso daba algo de miedo y de respeto. Yo sólo llevaba un mes, sólo habìa hecho una clase, creo que no merecía el honor de estar con tanta gente importante...

 

Pero la carta llevaba mi nombre y eso significaba algo: me tenían por una igual. Así que debía convencerme que era una igual a ellos, que tenía derecho a estar con ellos.

 

Fue ese pensamiento el que hizo que me levantara, me vistiera con mi singular vestido azul de seda y que peinara mi melena rubia en una gran trenza que rematé en un lazo azul haciendo juego con mi ropa. Mis zapatos eran planos. Siempre había sido una larguirucha y prefería ir sin tacones.

 

Llegar al Pub fue fácil; no lo fue el decidirme entrar. Había perdido el aplomo por el camino, pero había ido caminando y tenía calor. Algo fresco me vendría bien. Podía entrar, saludar, tomar algo y salir huyendo, si no me sentía a gusto. Si no conocía a nadie, o a casi nadie...

 

Me sorprendí, por eso, al ver a la tía Sagitas en el lugar, aunque no sé porqué, ella siempre está metida en todo. Después, reconocía al tío Ishaya, que hablaba con otros profesores, y reconocí a la prima Heliké. Tres de la familia... Eso prometía, por lo cual, me adentré con sigilo ylas manos recogidas por delante de mi talle, en un gesto tímido.

 

- Buenas, lamento llegar con retraso...

 

Me senté al lado de la prima Heliké, aunque hice un gesto de desagrado ante el humo que lanzaba con sus cigarros.

 

- Ese es un vicio horrible, prima. Te morirás con los pulmones sucios - era una broma, pues ella era una vampira, así que no se iba a morir nunca.

 

Me senté a escuchar lo que decían mientras la camarera me servía un té helado que había solicitado al entrar, antes de sentarme. El tío y el resto hablaban de los conocimientos y del motivo que llevaba a escogerlos.

 

- ¡Tío! - levanté la mano. - Como llegué tarde no sé si ya alguien lo ha dicho, pero, en mi opinión, hay dos motivos para elegir los conocimientos. El Saber y el Poder. Cuantos más conocimientos tengas, más posibilidades de ascender en el Ministerio, más posibilidades de acceder a puestos privilegiados y más poder. Otros es por pura hambre de saber más y más y desarrollarse como mago. Lo malo es que, a veces, uno y otro motivo van de la mano y así se estropea un buen mago o hechicera.

 

Bajé el dedo que aún mantenía en alto, con vergüenza, pues tal vez había hablado demasiado.

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En poco tiempo el resto de profesores comenzó a unirse al grupo, cada uno intercambiaba saludos, pedía su bebida favorita y opinaba del tema, aunque lo más acertado lo había dicho una de las últimas en llegar, una bruja alta vestida con ropa muggle azul. Bueno, nadie podía ser perfecto. Pensó la Malfoy.

 

 

- Son buenos puntos, aunque todos están entremezclados, está claro. – Mistify apuró el último trago de cerveza de mantequilla antes de dejar el vaso nuevamente sobre la mesa – Pero no entiendo a qué vamos a llegar con todo esto ¿Acaso tenemos algún remedio para esta situación? ¿Quieren hacer algún tipo de propuesta a la Universidad o al Ministerio de Magia?

 

Imitó la postura de Ishaya, aunque sin ánimo de molestarlo.

 

- Porque ya sea por ansias de conocimiento y poder, o por miedo, las clases son buscadas y tenemos el deber de proporcionar al público inglés lo que necesita. – Tamborileó los dedos sobre los antebrazos contrarios – No creo que usted quiera que pongamos algunas clases, las menos solicitadas, como requisitos para tomar otras mas concurridas ¿verdad?

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A otro no le hubiera permitido que se riera de mí , pero hay que reconocer que mi hermano Ishaya consigue de mí lo que quiere y que su risa era contagiosa. Le pedí perdón con la mirada y escuché atentamente sus preguntas. ¿Cómo se le ocurrían esas cosas? A mí pues... jo, pues estudiar, quien quisiera, así de sencillo. Yo era sencilla, quien quisiera estudiar pues que tuviera un lugar donde hacerlo, y quien no quisiera pues que ocupara el tiempo en otras cosas... Pero Ishaya era una especie de detective (todos los periodistas lo son) así que entendía que se le ocurrieran preguntas tan oportunas.

 

-- Pufff, pues no es la solución -- repliqué, tras haber estado escuchando todas las opiniones de los presentes que se habían ido acercando a la mesa, entre ellos mis dos sobrinas, Xell y Heliké. -- Señorita Mistify. Hay asignaturas que atraen más o menos. Yo soy consciente de que los Muggles son desdeñados por la mitad de la comunidad mágica, así que es muy normal que mi clase tenga menos partidarios que otras como la suya. ¿Maldiciones dijo que impartía?

 

Toqué mi naranjada, ya bastante aguada, pero decidí que no iba a beber más, de momento.

 

-- Supongo que todo mago ha de decidir en qué puesto quiere trabajar, ascender y llegar, en algún momento, a tener un puesto alto dentro del Ministerio. Como ha dicho Xell, es algo normal en el ser humano el intentar llegar a más. Estudios Muggles sólo sirve para puestos muy concretos, así que no es y seguramente no será tan solicitado como la suya. Sin embargo, ¿cuál sería el criterio para decir que hay asignaturas de primera o segunda clase, para obligar o no su estudio? Porque, por ejemplo, mi asignatura es solicitada para entrar a formar parte de los funcionarios de cuatro plantas ministeriales, para la oficina del Primer Ministro, para Internacional, Accidentes y Transportes, además para El Profeta.

 

Era algo imprevisible, la voluntad de los estudiantes en la elección de las asignaturas. Ahora sí que tomé un trago antes de decidirme a hablar.

 

-- Yo añadiría el tercer factor que decide la elección del alumno en un conocimiento: la situación de alarma social del pueblo. Saber es importante, Poder también. Pero ante la creciente sensación de peligro por los dos... mal llamados grupos vandálicos de la Marca y la Orden, un mago también ha de sentirse protegido, y creo que de ahí nace la propensión a aprender asignaturas más defensivas u ofensivas, como podría ser la de Defensa contra las Artes Oscuras, Maldiciones o similares. Así que el tercer factor sería el de la Autodefensa. Y en eso te doy la razón, mano, el Ministerio y los departamentos de Seguridad Mágica deberían ser fuertes para favorecer que este tipo de asignaturas no fueran tan necesarias para el mago de a pie y pudiera, así escoger otros conocimientos no bélicos pero igualmente interesantes.

 

Y sonreí, porque había callado expresamente que no sólo era autodefensa sino aprender a atacar que, en un momento dado, también podía ser muy útil, sobre todo si pertenecías de forma clandestina a esos vándalos asaltahogares que había citado antes.

Editado por Sagitas E. Potter Blue

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Mientras daba mi anterior discurso, me alegré de ver a mi sobrina Xell juntarse con nosotros, con ella éramos seis profesores, un tercio aproximadamente del total de la planilla del claustro ateneo, un buen logro para ser la primera tertulia que se organizaba en las instalaciones de la universidad. Mi sobrina dio respuesta ante lo que había comentado resaltando dos puntos bastante importantes, ideas que se podían asumir pero que eran necesarias aterrizar.

 

- Un mago que este viciado por el poder o el saber es, sin duda, un mago potencialmente peligro. Por ello mismo es tan importante los cimientos que cada persona tiene, los cimientos que nosotros como profesores debemos de fortalecer y aclarar dentro de nuestros cursos de pos grado, o al menos lo veo de esa forma.

 

De nueva cuenta tuve respuesta de la señorita Malfoy, una insinuación acerca de los objetivos de éstas reuniones y el cómo podría estar buscando una petición por parte del Ministerio de Magia o de la Universidad. Incliné ligeramente mi cabeza de lado mientras dejaba dibujarse una pequeña sonrisa torcida.

 

- No, por supuesto que la intención no es poner los conocimientos menos solicitados como requerimiento para tomar aquellos con mayor afluencia ni nada por el estilo, - alcé mi tarro de cerveza en modo de brindar con la directora - usted ya lo ha mencionado: las clases son solicitadas y tenemos que cumplir con ello. Exactamente, ahora, como profesores debemos de estar en una constante mejora de nuestra materia, contando con la oportunidad de avanzar y sobrepasar las expectativas de la sociedad inglesa.

 

Bajé mi mano con la que sostenía mi tarro y me acerqué un poco más a la mesa donde estábamos reunidos, ahí estaba uno de los puntos principales de reunirnos nosotros y compartir nuestros puntos de vista. Me sentí más emocionado al escuchar hablar a mi hermana Sagitas, ella extendía más el tema desde otra perspectiva aunque de cierta forma compartida con la profesora de Meteorología. Aproveché el cierre que dio la pelivioleta para proseguir bajo el mismo tema.

 

- Los cimientos que hay que fortalecer - alcé nuevamente mi tarro en modo de brindis para darle un rápido trago - dentro de nuestra sociedad mágica, en nuestra vida diaria, en nuestro contexto. ¿Cómo se fortalecen? Por nosotros. Tenemos el compromiso y la obligación moral de dar lo mejor de cada uno en nuestros cursos, tener una retro alimentación para saber nuestros puntos débiles y, como lo veo yo, somos los que podemos infundir ésta responsabilidad social por lo que nos rodea, ¿si me explico? - Miré rápidamente a cada uno de los presentes mientras continuaba hablando - Por eso he elegido éste tema como el primero, el introductorio a nuestras tertulias, porque creo necesario que entendamos el por qué se eligen los conocimientos y la obligación que contraemos por dar nuestros cursos.

 

Hice una rápida pausa mientras tomaba aire.

 

- ¿Por qué he de elegir un conocimiento? - Repetí la pregunta mientras me apuntaba en el pecho - Por que no ayudamos con nuestro granito de arena a la sociedad mágica inglesa a ser una guía, en fortalecer no sólo el sentido de individualidad sino también el de comunidad.

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Respiré, respiré, respiré y traté de no lanzar fuego por mis fozas nasales. No, no era un dragón, pero una demonio enfadada y especialmente consigo misma no era una buena cosa. Suspiré y no, no salieron llamas, me miré al espejo, mi cabellera cenicienta se veía más brillantes que nunca, mi ojimiel mirada resaltaba en un rostro que se había vuelto pálido por el encierro. Contrario a lo que todos podían creer por mis desapariciones no estaba de juerga y mucho menos de vacaciones, al contrario.

 

Miré la pila de notas y pergaminos que se amontonaban sobre mi escritorio. Había varias de mi padrino, algunas de las Directoras de la Universidad, algunos del Departamento de Criaturas y muy pocas personales. La única con ese caráter quizás era la de James que me avisaba que regresaría en un par de días. Maldito, llevaba semanas tras aquella morena de ojos verdes. Poco me importaba, seguía siendo como un hermano mayor para mí.

 

Sacudí mi cabellera y la solté sobre la espalda de mi vestido azul, era corto, por sobre la rodilla y las sandalias plateadas que llevaban, con lazos de terciopelo azul hacían juego con él. Me acerqué al escritorio y tomé la taza de té que en una bandeja, en un rincón desocupado, me había dejado Nahir, mi elfina.

 

Mientras bebía mi mirada se centró en el pergamino que estaba sobre todos los demás, con un broche color dorado, tenía cada nota un broche que la sostenía, el color indicaba la preferencia que le daba. Esta nota era especial, si bien conocía a mi Director, la cita con él no era como su empleada en El Profeta, sino como profesora en el Ateneo. Respiré profundo, no podía dejar de ir. Nervios. Vaya, pero si era mi padrino. Más nervios aún.

 

Dejé la taza, me refresqué e higienicé antes de salir y poniendo mi capa de viaje sobre los hombros me dirigí al Ateneo. ¿¡Para qué me puse capa!? A veces olvidaba que allí se sentía el calor del sol egipcio y no la no tan cálida primavera británica. Me acerqué al lugar de la cita, un pub muy británico en realidad. Observé la madera y la decoración con asombro, me prometí que jugaría una partida de dardos y encaminé los pasos hacia donde estaban todos.

 

--Hola --¿debería haber sido más formal? --lamento la tardanza. Señorita Potter Blue --señora, me recordé mordienod mi labio inferior, --padrino, Mistify, que gusto verte, señor, señoritas --agregué dirigiéndome al mago y a la bruja que estaban allí y cuyos nombres no conocía, salvo quizás de vista, creí reconocer, y estaba segura de no errarle, a la última incorporación al jurado del último juicio mágico.

 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por una alegre pelirroja, ¿todos en Inglaterra tendían a ese color? que me preguntó que desearía beber. Observé la variedad de vasos que había en el lugar y me lo pensé unos segundos.

 

--Una stout por favor --los demonios podíamos tener cierta resistencia a la bebida, pero me encantanban las cervezas negras y sospechaba que allí la debían tirar muy bien.

 

Tomé asiento en un lugar desocupado y observé al resto que seguía con sus charlas tras mi saludo, intentando descubrir de qué venía la cosa.

Editado por Veronica Prince Rambaldi

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Mistify saludó con la cabeza a los que se seguían sumando, sin dejar de escuchar atentamente a quienes iban dando sus opiniones acerca de las clases de conocimientos.

 

- A decir verdad, con las últimas reformas en el Ministerio de Magia, lo que se pretende de estas clases es que además de instructivas, sean inusuales, que salgan del común de clase que podría dictar cualquier Universidad muggle – el desprecio en el tono de voz casi se hizo evidente, sin embargo siguió hablando – Ambas Directoras coincidimos en que tenemos que plantear clases dinámicas, para que los magos y brujas opten por ellas y encuentren que son mucho más de lo que esperaban.

 

Le hizo señas a la bruja que le había traído la bebida a Verónica, para que repitiera la de ella.

 

- Quienes se inscriben son todos magos y brujas experimentados – continuó – tenemos que plantearles desafíos y por eso he implementado en mi clase algunas características únicas que por supuesto, he coordinado oportunamente con el Ministerio de Magia. – cruzó ambos brazos bajo el busto y acomodó la espalda en el respaldar de la silla, algo incómoda para su gusto – La Vice-Ministra de Magia – jamás se refería a ella como “mi hija” en público – selecciona mensualmente, de entre la cantidad de problemas a resolver, alguno que tenga relación con Maldiciones, ya saben, romper maldiciones antiguas o resolver algunos enigmas que han molestado más de una vez a la Comunidad Mágica – agradeció con la mirada a la dependiente por su rapidez – Una vez seleccionado se emprende la resolución de los mismos en conjunto con el alumnado, si es que ellos están de acuerdo, por supuesto.

 

Irguió su cuerpo nuevamente para acercarlo a la mesa y tomar el vaso con la mano derecha.

 

- Es por eso que creo, que la elección no solo depende del trabajo o de la inseguridad. Porque una vez adquiridos los conocimientos específicos para determinado empleo o los mínimos para defenderse correctamente ¿Qué sigue? – bebió un sorbo – Sigue algo que sea ameno y que además de interesante, les dé una cuota de peligro a las, a veces, vidas demasiado monótonas de algunos magos, que ven en esto la oportunidad de hacer algo que no harían en una situación normal y todo bajo el aval del Ministerio ¿Qué mas se puede pedir?

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Sonreí ampliamente ante la respuesta de mi compañera de claustro y directora general de la universidad, di un último sorbo a mi trago, dejé el tarro sobre la mesa con los restos de alguna señal de espuma deslizándose por una de sus paredes; había sido un completo éxito la charla de aquella tarde y, a pesar de que teníamos pocas intervenciones, notaba con agrado las reacciones de los presentes ante los comentarios realizados en esa mesa. El objetivo era que pudieran reflexionar sobre sus propias clases y todo indicaba que se había cumplido.

 

Se acercó la mesera en ese momento para tomar mi tarro y ofrecerme otra bebida, amablemente le agradecí y negué su oferta ya que estábamos concluyendo con nuestra pequeña reunión que no había sido tan larga como la señorita Malfoy esperaba, por lo menos no cumpliendo las dos horas que me había puesto de requerimiento.

 

- Que sean amenas e interesantes, en efecto, - repetí unas palabras del anterior discurso de la rubia - entonces hemos de elegir, como sociedad civil o alumnado, un conocimiento especial porque nos ayuda en nuestra vida diaria y, además, que nos rompa la rutina que a veces resulta monótona.

 

Era, en resumidas cuentas, lo que se había dicho en esa reunión, lo que podíamos tomar como un consenso de las opiniones dadas acerca del tema de la tertulia y que debíamos de llevarnos a nuestras casas, empleos o en las mismas oficinas dentro de aquel recinto educativo para reflexionar.

 

- Quedaría en cada uno de nosotros cumplir con las expectativas que se realizan de los cursos de pos grado que impartimos, ir más allá de lo obvio al momento de compartir con los alumnos el aprendizaje, y, por supuesto, es nuestra responsabilidad el que se interesen por las clases que impartimos, de eso nunca ha existido la duda.

 

Observé un momento a cada uno de mis compañeros presentes antes de poder cerrar mi breve diálogo.

 

- Ha sido un placer compartir un poco de nuestros pensamientos en pro de la mejora educativa, espero que la siguiente vez tengamos aún más participación con el tema recibido, ¿algo más que deseen compartir antes de partir? Recuerden que podrán ver un poco de lo que aquí se dijo en la edición mensual de El Profeta.

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Asentí a las palabras que salían de la boca de la Malfoy. Sí, bueno, como Directora nueva de la Universidad, toda la teoría que exponía era cierta, pero incierta. Sonreí, yo era famosa por mis ambiguedades. Saludé a la chica que entraba con un movimiento de cabeza y seguí la disertación de los presentes, evaluando sus opiniones. Suspiré y no pude mantenerme callada.

 

-- Verá, señorita Malfoy... -- Aún me costaba dirigirme hacia aquella mujer pues me producía un leve desasosiego. -- Lo que dice está bien, se quiere dinamizar el nuevo estilo de las clases, darle una dirección que haga atractivo el impartir y el asumir ese conocimiento. La pega es que es todo demasiado nuevo aún, está costando que se asuman las novedades. Y yo sólo cuento con mi experiencia, pues he hecho tres conocimientos desde la apertura. Así que lo que dice usted es innovador, pero el usuario, tanto el profesor como el alumno, tiende al inmovilismo y las decisiones de la elección no vienen dadas, al menos de momento, por estas innovaciones que usted pretende y de las que yo me alegro. De momento, eso es algo que aun no se da. En el futuro inmediato correrá la voz que tal profesor es divertido dando sus clases y, tal vez, sea ese el motivo de elección.

 

Me crucé de brazos. Pocos hablábamos y parecía que el tema no daba para más.

 

-- Los profesores debemos hacer atractiva la clase. La decisión de los conocimientos, sin embargo, es aún un misterio dada la amplitud de motivaciones del estudiantes. En fin... ¿Pagas tú, mano? Creo que fuiste tú quien invitaste a esta reunión -- le dije, levantándome, para abandonar el local. Aún tenía una bandeja entera de papeles que rellenar en el Ministerio y me dedicaría un par de horas antes de volver a casa.

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