♥ Familia Tonks ♥ (MM B: 78211)

[That is not my name]

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Quinto Levantamiento

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Antoni Tonks

[Planta baja, a un lado del jardín]

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Sunar Potter Black Tonks

[segundo piso, ala oeste, tercera puerta a la derecha]

Dentro de la hacienda hay que acceder a los pisos superiores. En el segundo piso hacia el ala oeste de la Hacienda; por el pasillo y luego de tres cuartos el que sigue a la derecha, es el cuarto de Sunar. Además de uno contiguo para el hijo de ella. Argentus.

El cuarto de la madre de Argi es sencillo. Entrando a la derecha se halla el tocador con un espejo circular con marco de plata. Sin adornos exgerados. Dispone en orden sus productos para el cuerpo y el rostro. No le gusta maquillarse al menos que tenga un evento especial.

Al lado de ese tocador, adentrándose al cuarto, sigue inmediatamente la cama. Nuevamente es algo sencillo pero de madera-cedro amargo. Sin elevaciones en la cabecera o a los pies. Es simple. Sin embargo, posee siempre variedad de sobrecamas de encajes, tres almohadas y los colores que se usa van de los degradados de morado a los azules.

Pegado a la pared se encuentra una mesa-escritorio con tres gavetas. En ellas guarda papeles y las tintas con sus respectiva plumas. Sobre el mismo descansa al lado izquierdo su vuelapluma, los últimos documentos que tuvo antes de salir del trabajo y una caja con los documentos personales de ella y su niño. Lo usa cada vez que tiene que pasar una temporada larga en la Hacienda.

Al otro extremo se halla la puerta hacia el cuarto de baño, seguido del armario y unas cajas dispuestas verticalmente para guardar la ropa de cama, que Hanimi cambia religiosamente. Termina el recorrido del cuarto con una venta que da hacia los jardines de la casa. La misma tiene una cortina semi-transparente.

En cambio, el cuarto del niño posee tonos cálidos para que se sienta alegre. Su camita es de adulto, le gusta sentirse libre cuando va a dormir. Su armario, la esquina de los juguetes que se guarda en una caja grande y parte de un segundo armario se encuentra al lado del que es el baño de esa habitación. Tiene un pequeño escritorio aunque no escribe, pero allí practica con su madre el control de sus poderes.

Ishaya M. Tonks

[Planta alta, tercer piso, única habitación]

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Apellido de la Familia: Tonks
Patriarca de la Familia: Ishaya M. Tonks, Antoni Tonks, Niko Tonks
Matriarca de la Familia: Elizabeth Tonks
Bóveda de la Familia: No. 78211
Servicios Ministeriales:

** Conexión a la Red Flu:

Castillo Lockhart
El Vociferador
Pitonisa Peralta
La Choza de las Tres Tías Hadas
El Palacio de Dobby

** Hechizo Antiaparición:

-- Patriarcas aparecen en cualquier lugar de la Hacienda.
-- Miembros de la familia aparecen en cualquier lugar de la Hacienda con excepción de las habitaciones de los patriarcas y el sótano.
-- Amigos de la familia (miembros de la ODF) pueden aparecerse en cualquier lugar de la Hacienda con excepción de las habitaciones de los patriarcas y el sótano.
-- Personas externas a la familia no pueden aparecerse dentro de los terrenos de la Hacienda obligándolos a aparecerse a diez metros de sus límites.

** Servicio de Trasladores:

No se autoriza su uso dentro del ámbito de la mansión.

 

Elfos domésticos:

 

• Vero
• Merari
• Jatziri
• Jathzeel
• Emilio
• Veela
• Ahma
• Yamta
• Vero
• Auror
• Mortio
• Rubens
• Beel

Mascotas:

 

• Lechuza Pio, Ishaya
• Perra labrador Mossy, Ishaya
• Micropuff Bee, Ishaya
• Puffkein Coso, Ishaya
• Mooncalf Luna, Ishaya
• Mooncalf Nalu, Ishaya
• Aethonan Zafira, Ishaya
• Aethonan Zaino, Ishaya

[Fantasma de la familia:[/b] Madame Peralta (Anya Dupont)

Objetos de la familia:

 

• Reloj Mágico Familiar

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Criaturas de la familia Comprados en la tienda Mágica:
• Oso Panda Bebé [Certificación] - Mascota de stnazi

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La historia de los Tonks en Inglaterra es relativamente corta, la primer bruja famosa de esta familia fue Nymphadora Tonks, hija de Andrómeda Black y Ted Tonks (hijo de muggles), dejando a su paso a un niño, Ted Remus. Sin embargo la historia de la familia va más atrás de lo que se creía ya que el padre del abuelo de la famosa bruja era un squib francés, Samuel Tonks, que huyó de Francia para alejarse de su familia mágica ya que se sentía decepcionado consigo mismo por haber nacido de esa forma ya que toda su familia era reconocida por ser grandes magos.

Samuel tenía un hermano menor, Jean Paul, que terminó teniendo una pequeña hija a la que le pusieron Valeríé. Esta bruja se casó con Sixté Wallace y procrearon a Adriano Wallace por lo que se le consideraría un primo segundo de Nymphadora. Al llegar a Inglaterrra, Adriano encontró la vieja Hacienda de los Tonks en Otttery St. Catchpole y decidió ocuparla bajo ese apellido aunque él ostentaba otro bajo nacimiento.

Al traspasar Adriano Wallace su energía al joven vampiro Mirshka Dupont, éste terminó convirtiéndose en el nuevo patriarca de la familia ya que los Dupont también estaban relacionados con los TOnks en su natal Francia, como el resto de familias de sangre limpia en dicho país; sin embargo los ideales de éste joven, mitad vampiro, mitad paladín, eran completamente diferentes a su antecesor por lo que quitó de en medio a la gemela del Wallace para ser el único patriarca y poder tomar las decisiones él solo.

Ahora la familia ha crecido y se ha estado esparciendo en el país, pero aún está lejos de convertirse en lo que ya era en el país galo.

Antiguo cartel de la Hacienda (translador al resgistro ministerial)
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Rojo|| Azul|| Amarillo|| Verde

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Verde | Morado | Azul


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Morado | Aguamarina | Cobre | Rojizo | Amarillo | Verde

Editado 12 de Enero del 2017 por Beltis

[Hessenordwood Crouch]

"Garry" M. Ollivander T.

 

Lentamente la oscuridad a su alrededor se desvanecía con forme abría sus ojos. Una intensa y difusa luz lo envolvió de pronto, pero el cuerpo, sintiéndose tan pesado como el plomo mismo, no se inmuto siquiera a reclamar por la incómoda postura que le dificultaba respirar, ver o incluso escuchar.

 

Aun aturdido los ecos que sonaban en sus oídos no eran más que voces más cercanas de lo que él pudiera imaginar, porque ya antes había tenido estos malestares, porque ya muchas veces se había encontrado él despertando en una situación similar, solo que esta vez era diferente, esta vez no existía ese dolor punzante en su piel.

 

Parpadeo con lentitud, pesadamente, tratando de reconocer las deformes siluetas que se movían a su alrededor ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba ahora? Articular se convirtió en un sordo gruñido que apenas fue capaz de soltar, como si le pesara hacerlo. Se había acostumbrado a este desagradable sentimiento de desorientación que sabía perfectamente que perder la calma no era de ayuda.

 

Poco a poco los sonidos se afinaban en sus oídos, su cuerpo se movía nuevamente a su antojo y sus ojos distinguían a las pequeñas criaturas que un poco temerosas y nerviosas le observaban. Elfos. Como no poder sonreírles al ver su preocupación y saber que aun permanecía en la hacienda era un calmante aun más efectivo. Aunque aun tuviera muchos lugares vacios en sus memorias.

 

—Estoy bien— contesto tranquilo a una de las criaturas que le impedía ponerse de pie —¿Dónde se encuentran Anthoni y el amo Ishaya? ¿Qué ha pasado?— rápidamente se puso de pie tambaleándose un poco a la sensación tan firme que te daba el suelo.

 

Entonces ahora lo recordaba, vagamente, pero ahí estaba, la cena, el peli verde dormido entre los brazos de Ishaya ¿Y después? ¿Que mas? Nada, no había nada mas, ni ruidos, ni olores, ni presencias, todo era un fuerte dolor de cabeza por un vago intento de forzarse a recordar ¿Estarían bien? De pronto sintió su corazón detenerse. Un sentimiento similar al último del que el hombre era consiente al caer el sol durante el ciclo, lo paralizo.

 

—Lléveme con ellos— suplico a la pequeña criatura. Tenía que saber que aun estaban ahí.

[Rory Despard]

Poco a poco, a la par que una voz aguda, y lejana, repetía mi nombre sin cesar, los recuerdos acudían a mi mente. Había estado de pie ante las puertas de la Hacienda Tonks cuando de repente un cúmulo de enmascarados habían aparecido, con la intención de matarme.

 

Sin chance alguno de defenderme había sido atacada, envenenada y vuelta de cabeza, de modo tal que las heridas no dejaron de gotear sangre hasta que la vida me fuera arrebatada. Pero no había quedado sola ¡no era un delirio nacido de mi condición lastimera! La orden había llegado y había defendido la hacienda de los ataques, mi padre había venido a rescatarme, aun a costa de su propia vida, aun sabiendo que los mortífagos no cesarían en atacarlo, conscientes de que como líder de la Orden del Fénix, su muerte constituía la mejor de sus victorias.

 

La voz de un adolescente, el enigmático hijo de Pandora era lo último que había llegado a mis oídos antes de morir. Y luego solo oscuridad, hasta el momento en que en la planta de resurrección de San Mungo, alguna abnegada sanadora había conseguido traerme de nuevo a la vida. ¿Habría sido Arya o Cye? Todavía todo estaba tan confuso en mi mente que era incapaz de recordarlo.

 

Cuando abrí los ojos estaba en una silla mecedora frente a mi jardín de hortalizas. P-ko estaba a mi lado, con los ojos adormilados, y el gesto preocupado.

 

- Ama, por eso le dije que debía ir acompañada de alguna de las señoritas- dijo para luego, fiel a su conducta un tanto dramática derramar dos gruesos lagrimones que limpió rápidamente con el delantal- Solo Merlín sabe que terribles cosas podrían haber los mortífagos con su cuerpo si el amo Elessar no llegaba y los detenía. La señorita Adryanie también la defendió ¿sabe? y Hank, el hijo de la difunta ama Pandora, e incluso su hermano...Gitax.

 

¿Gitax también había peleado? Llevé mis manos a la altura de las sienes y empecé a masajear con suavidad para que el palpitar incesante desapareciera. No recordaba a Gitax, pero en el corazón me sentía contenta de que estuviera de vuelta por Ottery, me traía seguridad.

 

- P-ko yo debo regresar allá- solté de pronto poniéndome de pie y sintiendo las piernas todavía débiles sintiendo que apenas podían sostenerme y viendo como mi elfina negaba enfáticamente con la cabeza a mi pedido- ¿no lo entiendes? ¡volvieron a atacar la Hacienda! ¡Y por mi culpa, me buscaban a mí, aquella mortífaga me lo dijo a la cara!- las palabras salieron con una mezcla de rabia y dolor- ellos ya habían sufrido un ataque, y yo ni siquiera pude comprobar como se encontraban, todos ellos, mi padrino, Sunar, Antoni...¡tengo que ir allí P-ko de nada servirá que recupere el cuerpo aquí, porque mi alma continuará agitada! ¡Me conoces y lo sabes!

 

Di media vuelta con dirección a la cocina, donde habían quedado algunas invitaciones y se encontraba también mi varita. P-ko me siguió, sin dejar de reclamar por el hecho de lo poco que me preocupaba mi propia salud. Para cuando alcancé la puerta del Castillo, ella finalmente se había resignado.

 

- Está bien ama, iremos sí, pero yo la acompañaré. La sanadora fue muy clara. Necesita recuperar energías, su poder mágico en este momento está muy mermado y me temo que no podría ni desaparecerse adecuadamente. Así que voy con usted.

 

"Es como un ángel de la guarda" pensé dándole una sonrisa que sabia que ella entendería como mi mejor muestra de disculpa, y cogiendo su pequeña manita desaparecimos con un característico "crack". Minutos después nuevamente estábamos de pie ante la Hacienda. Era casi como un dejavu del día anterior.

 

- Una vez dentro, por favor, no necesito que te pongas a servirme. Dístraete, si gustas conversa con alguno de los elfos de aquí, que se que varios son conocidos y hasta amigos tuyos- le dije al tiempo que tocaba la puerta- me siento inquieta, pero confío en que la defensa de ayer haya sido lo suficientemente fuerte para evitar más pérdidas humanas, aparte de la mía.

[Aysha Potter Black T.]

Ya la joven había tomado su desición y se lo había comunicado por lechuza a su gemelo Ishaya, regresaba a la hacienda para quedarse y así poder pasar el resto de su vida en un lugar tranquilo, compartiendo claramente con la mansión de su madre Antara. Tras pasar unos días arreglando sus cosas, Aysha por fin llego al frente de la hacienda y camino hasta la puerta de dicha casa.

 

--Por fin hacienda, te extrañe tanto... ojala no me hayas olvidado como yo nunca de ti.--

 

Sonriendo abrió el pomo de la puerta para poder entrar a la casa y así sentirse en familia, todo era un poco como ella lo recordaba, solamente estaba un poco mas moderno y lleno de cosas que ella identifico al instante. <<Esto va a estar muy lindo>>, Diciendo esto paso a la casa para llegar a la sala casi gritando por todos lados lo mismo.

 

--Ishaya!!! Ya llegó por quien llorabas!!! Cye!!! Cuñada!!! Ya ando por acá!!! --

 

Gritando hasta llegar a la sala que al parecer ya había una persona.

 

--Hola...--

 

De inmediato se tapo por completo su tatuaje que se había realizado hacía mucho tiempo en el cuello y sonrió como una niña buena, una angelita con alas de cristal y todo.

 

--Soy Aysha... ¿eres de la tonks cierto'? ¿Donde se encuentra Ishaya? --

[Hessenordwood Crouch]

No había perdido ni segundo más esperando una respuesta del elfo y dando un par de pasos falsos se deicidio por salir a buscar a Ishaya y a Anthony por su cuenta, pero por más que caminaba por el pasillo parecía no dar con nada ni nadie. Seguramente aun se encontraba algo indispuesto. No tenía tiempo para esto. Respiro tranquilo antes de dar media vuelta y dirigiese a los elfos.

 

—Búsquenlos, ¿Quiero saber donde están? — sintió frías sus palabras con aquella voz áspera y cruel que solo tenía el licántropo. Sintió una punzada mas y su rostro se ablandaba —Por favor— y vio a las nerviosas criatura perderse por las puertas a lo largo del pasillo.

 

Se peguntaba si aun se encontraban en la hacienda Anthoni y el patriarca, sentía un malestar indescriptible con solo pensar en donde o el que había sido de ellos y que solo llegaba a poner de mal humor a la bestia, pero ¿Qué había pasado en ese momento? Distraído en sus pensamientos buscaba llamándolos tras las puertas que se encontraba y solo hasta que los agudos oídos identificaron los rumores de la planta baja fue cuando decidido bajo intrigado, pues no se trataba de los habitantes de la hacienda.

 

Segundos después se encontraba en la sala, acompañando a una mujer bastante alta, casi de su misma estatura y de aspecto familiar aunque al final no pudo reconocer su rosto.

 

—Garry — reverencio a la mujer —A su servicio— bacilo un momento antes de contestar la cuestión de la joven —Yo…— ¿Dónde estaba el Tonks? —Le he pedido a los elfos que lo busquen, seguramente en unos momentos sabremos la respuesta a esa pregunta— le sonrió, poco a poco se reponía de la desorientación sufrida al despertar —¿Por qué no esperamos? — con ademan le indico si gustaba tomar asiento en alguno de los sillones —¿Puedo ofrecerle algo para que este usted más cómoda?

 

Había sido muy extraño que Hanimi o algún otro elfo no se hubieran aparecido para atender a Aysha o al llamado a la puerta <<La puerta>> Justo terminaba de bajar los escalones cuando escucho, aunque se había distraído por atender a la mujer en la sala.

 

—Buscare algo de té o ¿Prefiere algo mas fresco? — sus palabras eran alargadas y pesadas y disfrazaban perfectamente la preocupación del Ollivander —Deme un minuto, ahora estoy con usted— se disculpo con la joven, aprovecharía el viaje a la cocina para atender a la puerta y quién sabe, buscar a Antoni, Ishaya o algún otro elfo.

 

Justo llegaba a la puerta cuando se encontró con Hanimi, la elfo domestico de Sunar. La criatura le observo reprendiéndolo con la mirada por osarse a abrir la puerta y después con una blanda sonrisa y lagrimosos ojos llorosos se lanzaba contra el Ollivander. Se coloco en cuclillas para cubrirla con los brazos. Ella parecía asustada y preocupada. Le explico entrecortadamente el motivo de su estado, pero fue poco le que había entendido el Ollivander entre gimoteos y lagrimas.

 

—Hanimi ya todo está bien ¿Si? — Trato de tranquilizarla —Estoy convencido de todo está bien ahora— mintió, pero ella no sabría que lo hacía —Ahora hay que seguir— limpio sus lagrimas —Hay una joven preguntando por el amo Ishaya, vaya y consiga algo para entretenerla en lo que el amo aparece ¿Si? ¿Podría hacer eso por mí, Hanimi? — vio asentir a la criatura y perderse tras una puerta. Aun podía escuchar sus gemidos a distancia.

 

Se incorporo con dificultad y llevo una de sus manos hasta su frente <<La maldita puerta Garry>> dio un salto y sin perder un segundo más abrió.

 

—Bel— murmuro al encontrarse con la Evans frente a él y nunca creyó sentir tanto alivio en su vida por ver un rostro familiar.

[Rory Despard]

La ansiedad aumentaba conforme pasaban los minutos, sin que nadie saliera a atender. Comencé a caminar de un lado a otro, con las peores ideas cruzando mi cabeza cuando el sonido de los goznes me indicó que alguien por fin abría la puerta. ¿Sería alguno de los elfos de la Hacienda? era lo más probable.

 

Pero no, la persona que estaba al otro era nada más y nada menos que Garry. Y al escucharlo decir mi nombre, de forma automática salté hasta él y lo abracé con toda la fuerza que mi cuerpo aun débil tenía al alcance.

 

- Ni siquiera tenía idea de que vivieras aquí, pero me da tantísima alegría verte sano y salvo- podía sentir como una inusitada corriente de calidez se esparcía por todo mi cuerpo, la misma sensación de alivio que él siempre conseguía traerme- perdona abrazarte así tan de repente, y solo por un minuto más déjame permanecer así ¿de acuerdo?

 

Abrazada e inclinada sobre su pecho permanecí un tiempo más hasta que finalmente cobré valor para verlo a los ojos.

 

- Ayer vine con la intención de traer invitaciones a la familia para una fiesta que pronto se dará en mi Castillo para conmemorar la graduación de mi hija y mi sobrina de la academia. Pero justo cuando estaba aquí en la puerta, los mortífagos vinieron y me atacaron- me giré y con un dedo trémulo apunté al comienzo de las escalinatas- allí fue donde me atacaron, tres o más, ya no recuerdo bien, porque perdí del todo la consciencia. ¡Pero cuando reaccioné hoy me sentía tan terriblemente apenada! Asustada que por mi causa, por matarme a mí la Hacienda hubiera sido atacada.

 

P-ko en silencio a mi lado, solo se limitaba a negar con la cabeza mis últimas palabras.

 

- En teoría debería estar en reposo ¿sabes? pero necesitaba, necesito saber que ningún miembro de la familia se vio perjudicado en el ataque de ayer. ¿Lo has visto Garry? a Anthoni, a mi padrino Ishaya. Solo sabiendo que están bien del todo podré quedarme tranquila. Y, si sirve de algo ayudaré en lo que haga falta para restablecer la Hacienda. Después de todo, fue aquí donde me recibieron cuando llegué a Ottery, y nada sabía sobre mi verdadero origen.

 

" Y quizá va siendo hora de que pueda retribuírselo"

Editado 10 de Abril del 2015 por Bel Evans McGonagall

[That is not my name]

Un sonoro crack se escuchó en toda mi habitación, que ocupaba la tercera planta de aquella vivienda, dejando una estela de neblina a mi paso, un truco que había mejorado con el paso de los años dentro de la Orden del Fénix. Una elfina doméstica apareció en ese momento, Hanimi, para indicarme que me estaban buscando dos personas: Garry y Aysha.

 

- ¿Ella está aquí? - Murmuré más para mi persona que para la elfina.

 

Estaba sorprendido, ya me había notificado en días anteriores aquella bruja que regresaba a la vivienda, pero ya había hecho esta promesa anteriormente y no la había visto, ahora parecía que iba en serio. En seguida me sacudí un poco mi túnica bombacha para salir en su encuentro, la elfina se desapareció de mi habitación para avisarle a Garry que ya había llegado y que recibiría a quien iba ingresando a mi hogar. Por supuesto que antes de irse, la elfina me comentó que una de mis ahijadas estaba con el joven Tonks, Bel Evans, por lo que decidí apurarme para su encuentro antes de que decidiera irse.

 

- Oh, es un placer verte de nuevo.

 

Recibí a mi megela en la entrada con un fuerte abrazo y un par de besos en sus mejillas, la invité a apsar para encaminarnos hasta la cocina donde estaban los otros dos magos.

 

- Cye se encuentra con mi nieta Bodrik en el Castillo Lockhart, siempre nos encontramos ahí entre semana y yo sólo vengo en las noches y fines de semana a la Hacienda para comprobar que no se ha caído por los ataques de los mortífaogs, sabes, hemos recibido ya dos intentos de destrucción en las últimas dos semanas.

 

Hubo una época donde la Hacienda se mantenía en ruinas por el hecho de recibir tantos ataques de La Marca Tenebrosa, y la mantuve en ruinas porque era mejor para mi grupo defensivo, La Orden del Fénix, defender y eliminar a los mortífagos en esas condiciones; después reconstruí toda la infraestructura para que los elfos domésticos vivieran únicamente en los subterráneos, donde compartíamos habitaciones, pero quería hacerles un lugar especialmente para ellos.

 

- ¡Ahijada, Garry, qué gusto verlos acá!

 

Abrí la puerta de la cocina y entré junto con Aysha para saludar a los presentes, hice las presentaciones necesarias y continuamos con la charla.

 

- Es un placer que nos visites Bel, ¿conocías ya a mi gemela? Aysha, ella es mi ahijada y amiga Bel Evans McGonagall y él, - era turno de Garry - es Grelliam Ollivander Tonks, un miembro de nuestra familia que tanto has dejado en el olvido.

[Aysha Potter Black T.]

Ya en la entrada la joven encontró a su megelo (XD) el cual era como estar de nuevo con su familia, su otra mitad... como decía ella, la mitad buena de Aysha. Sonriendo y acompañando a su gemelo se dio cuenta que este vivía mas en la Lockart que allí así que con cara de victima miro a Ishaya al enterarse que era tía abuela.Toda la cabeza de la Potter Black comenzó a dar vueltas con pensamientos extraños.

 

--¿Soy tía abuela? ¿Tan joven? Gemelo... Soy vieja--

 

Tras decir esto, de su rostro salió una carcajada de sorpresa y nervios mas que de otra cosa, sonriendo siguió a este hasta la cocina y mirando a las dos personas que estaban allí. ¿Así que Cye esta allá? tendría que ir un día de estos para visitarla y llevarle la ropa que le había comprado en París.

 

--Y si, ahí muchos ataques por la zona ¿no?, yo la verdad tengo suerte de nunca estar en el lugar equivocado ni en el momento equivocado--

 

Casi nerviosa desvió el tema para ver que estaban ya en la cocina y dirigió directamente la atención a las dos personas, una chica que al parecer la conocía pero muy de lejos que se llamaba Bel y esa otra persona que no sabía ni quien era.

 

--Hola, Y si, soy la gemela malvada de este chico que esta aquí... mucho gusto! --

 

Aysha sonrió hacía los dos, dando un abrazo a Bel y otro al chico.

 

--¿Como están? ¿Todo bien? --

[Hessenordwood Crouch]

Inerte aguardo entre sus brazos esperando a que ella recobrara y quizá que él lo hiciera también. Sintió que sus piernas no responderían y que su cuerpo temblaba de pies a cabeza. Aunque estaba casi seguro que era solo su imaginación. Suspiro aliviado y sus baros titubearon un segundo antes de envolverla también ente sus brazos. Por que no existía mejor persona para este preciso momento que Bel Evans.

 

Con el inexpresivo rostro y la mirada de la bestia, fría y vacía, escucho hablar a la mujer frente a él una vez separados. Podía escucharla e incluso entenderle, pero algo no parecía encajar, era como si su sistema se hubiera bloqueado a la simple mención de que la Evans había sido atacada justo frente a la puerta de los Tonks. Los bicolores saborearon cada línea de su fino rostro y absorbieron cada reacción y acción de la mujer. Silencioso aun, respondió negativamente la cuestión de la Evans sobre el paradero de los Tonks, con un movimiento de cabeza tan rígido que apenas si se notaba.

 

Trato de articular una respuesta más clara ¿Pero qué hacia ahí esa mujer si tenía que estar en reposo? Se forzó a sonreírle aun afectado por lo que le había contado y soltó un largo y pesado suspiro. Sabía que de esto se trataba, jamás lo había entendido antes y ahora resultaba tan difícil, pero ahí estaba, su corazón latiendo veloz como las noches de luna llena, preocupado, ansioso, sofocado por el sentimiento. La guerra mágica siempre había estado ahí, amenazando sobre ellos. No había sido problema antes, pero ahora tenía algo que en verdad parecía importar.

 

—Los Tonks tienen una manera muy especial de hacer familia, ¿no cree? — dijo quedamente mientras sujetaba su mano. Aquel gesto te había hecho solo de ella y su rostro se ablando al pensarlo —No tiene por que preocuparse, todo está bien aquí— aseguro tranquilamente —Ahora vamos con el amo, Hanimi— en ese mismo instante la elfa volvía de hablar con Ishaya y le confesaba que iría a encontrarse con la joven Aysha —Pase Bel, por favor— dijo apresurado.

 

Poco se había percatado de que aun seguían parados en la puerta y soltó su mano solo para que torpemente dejara el paso a la mujer. Momentos después Hanimi les guiaba hasta Ishaya y Aysha. El Ollivander saludo con cortesía a la mujer nuevamente ante las presentaciones. Tan solo momentos atrás se había encontrado con ella, así que le pareció divertida la extraña situación, aunque al licántropo no le agradaran las cordialidades. Aunque ella resultaba ser una mujer muy agradable.

 

Se sintió un poco descolocado en aquel momento tan familiar. Aun tenía, en él, el sentimiento de mantenerse cerca de la Evans es todo momento, pero los Tonks parecían muy contentos con el encuentro, tan familiar y aunque pretendía estar en presente en todo sentido, su mente aun permanecía quieta en otro lugar. Nervioso prefirió esperar el momento adecuado para raptar a Bel a un lugar más tranquilo donde pudiera reposar como, le contaba, le habían indicado a la Evans.

 

—En realidad no estamos bien— contesto de lo más tranquilo, como si sus palabra no tuvieran gravedad alguna, solo para darle la importancia que era necesaria —Bel Evans necesita reposo— y simplemente no se podía resistir —¿Puedo atreverme a sugerir un lugar más como para que descanse como es debido? — solo esperaba no haberse mostrado irrespetuoso ante los Tonks, esa jamás seria su intención —Estoy seguro que en la sala podemos continuar con este encuentro.

Editado 14 de Abril del 2015 por Sain M. Ollivander

[That is not my name]

Me sorprendió mucho el escuchar las palabras de Garry, veía a mi ahijada una vez más y no notaba algún signo de debilidad aunque, claro, tampoco es como si yo fuera un experto sanador. Sonreí tranquilamente mientras daba paso a los dos jóvenes para que fueran a la sala, de todas formas Aysha y yo teníamos mucho de que hablar para ponernos al día de las últimas situaciones por las que nos encontrábamos.

 

- No se preocupen, - dije en tono suave y calmo - dejemos que vaya a descansar. Estaremos sentados en el jardín trasero, cualquier cosa nos buscan. Con permiso, están su casa.

 

Le hice un gesto con mi brazo a mi megela para que pasara delante de mi y nos pusiéramos en marcha hasta la sala que tenía en la parte trasera, justo en una pequeña terraza para poder aprovechar el aire fresco que se escapaba de las montañas entre el bosque que llegaba justo a los límites de la hacienda y, al mismo tiempo, el calor del pueblo por el otro lado. Por ello había comprado el terreno hasta la orilla del pueblo, alejado lo más que se podía de mis vecinos para tener ese ambiente de campo tan delicioso.

 

- No podíamos interrumpirlos, al parecer estaban tratando un asunto muy importante.

 

Hice el comentario mientras que Ahma y Yamta, dos elfos domésticos, aparecieron con una jarra de limonada fresca y dos vasos para ponerla en la mesita que teníamos en frente de nosotros; les agradecí de inmediato y se desvanecieron para dejarnos solos. La verdad es que siempre me sorprendía el buen trato que tenían todos aquellos seres que vivían en los subterráneos de la Tonks, no me merecía tan trato.

 

- Dime, ¿en dónde te habías refugiado todo este tiempo? Seguro no en la Potter Black porque me hubiera dicho mi querida Sagitas.