♥ Familia Tonks ♥ (MM B: 78211)

[Rory Despard]

Me escuchaba con paciencia e incluso, pese al abatimiento por la difícil situacion vivida horas atrás, estaba allí tomando mi mano, gesto al que correspondí entrelazando mis dedos entre los suyos, consciente de que se había convertido en una costumbre que posiblemente tendría para la vida entera, y que me sobrecogía el corazón de la misma forma que sus palabras asegurándome que la Hacienda y sus ocupantes se encontraban bien.

 

Fue entonces que una elfina apareció para informar que Ishaya se encontraba bien y de hecho tenía una visita. Garry gentilmente se hizo a un lado para dejarme pasar (ya que todo el tiempo habíamos estado en la puerta de ingreso), y de esa forma fuimos conducidos hasta donde mi padrino y una mujer de elegante porte y que me parecía conocida (aunque no recordara su nombre) se encontraban.

 

Las presentaciones no tardaron en darse y grande fue mi sorpresa al enterarme que era nada menos que gemela de Ishaya. "Malvada" había soltado ciertamente en un tono bromista, pero por alguna razón, quizá el ataque demasiado reciente, aquella palabra tomó un sentido oscuro en mi interior. Pese a todo, traté de responder con la misma cordialidad.

 

- Bueno ¿estamos todo lo bien que se puede estar luego de un ataque no?- una parte de mí sintió que quiza podía estar sonando demasiado dura - pero me siento muy contenta de poder verte padrino, de veras es un alivio verte aquí repuesto, y en cuanto a usted Aysha, es un gusto conocer a quien creo que con su presencia constituye en esta habitación el mayor motivo de alegría para mi padrino.

 

Una venia de cabeza de modo respetuoso siguieron a aquellas palabras, y después solo permanecí junto a Garry, quien sin embargo conocía por completo que no estaba todo lo repuesta que necesitaba estar tras el ataque. Yo misma hubiera querido ser sincera con mi padrino y confesarle del ataque que había sufrido a manos mortífagas, pero con su gemela presente se me hacia dificil hacerlo, dado que no la conocía, y ya en Ottery no se podía confiar en las personas como antaño.

 

Por eso las palabras que Garry pronunció me provocaron un profundo agradecimiento. Esa nobleza suya ¿no estaría abusando de ella en demasía? y sin embargo, solo asentí en silencio cuando le expuso a Ishaya que necesitaba reposo, apoyando a cada palabra suya con la cual intercedía en pos que me recuperara del todo. Mi padrino, cordial como siempre nos cedió el pase para poder ir a la sala, y así lo hicimos.

 

- Creo que te afecté lo que conté acerca del ataque ¿cierto? quiero decir, que me atacaran- las palabras salieron con cierto aire melancólico aunque no había sido esa mi intención- tu caballerosidad me pone a salvo ¿sabías? aunque no se si deba aprovecharla así, uhm...venía con la intención de ayudar a hacer reparaciones y más bien he terminado siendo cuidada por ti.

 

Habíamos llegado hasta un sofá amplio donde primero me senté con cansancio, con él al lado, más rendida terminé por recostarme en su regazo, y dándole una sonrisa cerré los ojos.

 

- Lo peor , o mejor, ya no se como lo vayas a ver tú, es que me gusta esto de estar a solas contigo- permanecí con los ojos cerrados respirando acompasadamente- me gusta porque me traes una paz inusitada, y esto de ser cuidada, de confiar mi salud en alguien más... Creo que excepto P-ko, no me había tomado con nadie esa libertad. En mi castillo soy la matriarca...así que no puedo permitirme estos actos de vulnerabilidad, casi de debilidad. Me toca siempre ser fuerte y autosuficiente por la familia entera. Mi padre es líder de la Orden del Fénix, así que no puede velar por los Evans...soy yo la que asumí ese deber y lo hago con amor y dedicación, pero a veces, como que se necesita un ¿descanso? o no se, eso es lo que opina P-ko.

 

 

¿Y dónde se habría metido mi elfina? Conocía de la existencia de los subterráneos especialmente construidos para los elfos en la Hacienda, así que confiaba en que allí estaría ella descansando también, como no, de las labores de cuidarme.

 

- Debes haberle caído bien a P-ko, de otra forma no me habría dejado a solas contigo- murmuré finalmente un tanto adormilada.

Editado 14 de Abril del 2015 por Bel Evans McGonagall

[Aysha Potter Black T.]

Ya sabía la joven que siempre pasaba algo a su alrededor, así que solamente se mostró un poco nerviosa y algo preocupada pero solo mostró respeto y un poco de compasión, cosa que ella no sabía ni que era realmente.

 

Tras aquellas presentaciones algo extrañas, la joven sonrió de manera de disculpa y con mucho cuidado se mordió el labio inferior tras ver la reacción de la chica tras pronunciar las palabras mágicas para ella. Malvada. Así que siguiendo las recomendaciones de su gemelo, tomo la delantera casi corriendo para salir de allí y dejar lo que fuera que estuviera pasando allí en paz.

 

--¿Que donde pase mi tiempo? Pues... De un lado a otro gemelo, no tenía lugar fijo... Creo que te darás de cuenta que ya no soy demonio, esa parte la mataron donde me había quedado por última vez...pero estoy bien y de regreso, creo que nunca mas me iré.. este es mi lugar y pretendo quedarme aquí, contigo y Sagitas...--

 

Diciendo esto, la joven noto como las lagrimas se daban paso por sus mejillas y de inmediato las seco con sus manos para evitar llorar mas.

 

--Pero, son buenas noticias... ademas de que te extrañe demasiado hermano... extraño eso de pensar en algo y que tu lo hicieras igual ¿te acuerdas? y por cierto, ¿que paso aquí? no entiendo por que están tan serios esos dos..--

 

Aysha señalo al lugar que acababan de abandonar, sabía de por que si lo que había pasado pero nada podía hacer, solo intentar ayudar a su hermano y su familia, pero nada mas. Así que con una inexplicable reacción se lanzo a los brazos de su hermano y lo abrazó para poder sentirse en casa y por fin con las personas que si la querían.

 

--Siento haberme ido ¿me perdonas? --

 

Mirando a los ojos a su gemelo, la Tonks sonrió y espero respuesta de Ishaya.

[Hessenordwood Crouch]

Realmente apenas lo había notado y solo lo hizo a la mención de ella, pero ¿afectado? ¿Por que? Era consciente de los bajos y más bajos que la guerra mágica traía consigo, no era una novedad para él, incluso en el mismo Profeta se podía leer casi a diario sobre estos ataques, estas pérdidas. Luchar, sufrir, morir eran las consecuencias, pero ¿No era esta la vida del hombre? Su ingenuidad le haría creer que incluso que incluso de aquel que poseía magia el final siempre era el mismo. La muerte.

 

Las vibraciones de su voz le traían de vuelta, y sus palabras le robaban sus ideas ¿Sabría ella que no tenía por qué preocuparse por esa clase de detalles? ¿Sabría que el hubiera preferido hacer más que solo traerle paz en este instante? ¿Tenía idea de lo bien que se sentía el saber que podía cuidar ahora de ella y las ganas que tenia por verla nuevamente sana? <<Si>> se contesto para él mismo <<Eso es bastante lógico>> entonces la sonrisa volvía automáticamente a surcar su rostro, era tenue, cálida y tímida. No era la de siempre, pero es que nunca era igual.

 

Acompaño a la mujer hasta el sillón más grande de toda la sala y la auxilio para que se pusiera cómoda. Titubeo un instante y finalmente opto por tomar lugar junto a ella. Quería estar cerca, quería escucharla y sentirla viva. Y de repente ella había hecho ese gesto que inquieto al licántropo, porque era diferente, porque no había existido antes << ¿Pero hasta cuándo?>> susurro el monstruo dentro de sus pensamientos, muy en el fondo con esa vos áspera, fría y cortante.

 

Lo ignoro, solo quería escucharla a ella hablar. Aliviado de que así fuera, de que llegara a “su casa” aunque necesita reposo, porque entonces solo así viéndola ahí, justo a su lado, sintiendo su tacto e inundándose con su sonido, podía estar seguro de que en verdad estaba con él <<Que extraño sentimiento Grell ¿Puedes decirme que es?>> pero el licántropo no respondía, nunca lo hacía cuando él quería y entonces pensó que tenía que ser algo bueno, si a la bestia no le agradaba, entonces así era.

 

Le sonrió al rostro adormilado de la mujer. Sus ojos cerrados víctimas de un estado de inexplicable relajación. De calma. Sus palabras alargadas a consecuencia del cansancio y sus desvaríos al decir que encontraba agradable estar a solas y que se dejaría cuidar por él. Por un segundo de más se sintió tan importante y no pudo evitar que las feas cicatrices hicieran ese extraño movimiento en su rostro cuando sonreía con más entusiasmo, cuando en verdad lo hacía.

 

—Eso es mucha responsabilidad— hablo al fin en un casi involuntario ronroneo que había sido un intento por no romper aquel confort que rodeaba a la mujer —Debe sentirse muy orgullosa de todo eso que hace usted por su familia— esta vez susurro — Por su gente... y bueno los elfos domésticos son criaturas sabias, señorita Evans. No hay que tomar sus consejos ni prejuicios tan a la ligera— dijo divertido, era él la peor persona para decir aquello, si Hanimi lo escuchara seguramente le diría que debía seguir su propio consejo.

 

Soltó un suspiro corto y silencioso (últimamente eso era lo único que parecía sacarle la tención al mago) y de nuevo su rostro se torno serio.

 

—Se ve usted exhausta Bel— como si tuviera miedo de lastimarla acaricio con su pulgar la mejilla de la mujer. Hizo un toque suave, lento que apenas si se sintiera —¿Puedo hacer algo para que se sienta mejor­?— Posiblemente la mujer se encontraba ya dormida. Extraña postura para encontrar comodidad, diría él, pero ella parecía está bien justo así, aunque prefería estar seguro de eso. Quiza llamaría a la mencionada P-ko para que le explicara que cuidado llevaba la Evans para su recuperación. Estaba dispuesto a mejorar el estado de su Bel.

[Anthony R. Dracony M.]

Todavía le sorprendía, lo admiraba genuinamente de los elfos. H. Verde lo había llevado en un parpadeo hasta su cuarto. Lo miró asombrado ¡era un sueño!¡un maravilloso sueño!

 

Todo lo que veía le agradaba, la puerta de cristal hacia el jardín, el cuadro del fénix, era tan repentino pero tan agradable que se sintió agradecido con la elfina.

 

Se tambaleó inesperado de ello, la elfina lo ayudo a recostarse en la cama, él la dejo hacer libremente. Le arregló la almohada y tronó sus dedos, un tazón de fruta apareció sobre el buró. Le sonrió agradecido. ¡Estaba en su casa!¡su cuarto!cerró los ojos ya no tenia de que preocuparse, seguramente pronto recordaría todo, solo era cuestión de tiempo.

[That is not my name]

Era extraño, claro, el estar conversando con ella después de tanto tiempo y es que había dejado muy en claro la última vez que estaba en contra de mis ideologías pacifistas que 'sólo hacían perder mi tiempo'; era obvio que apoyaba a la Orden del Fénix y era obvio que ella prefería a La Marca Tenebrosa, un choque de pensamientos bastante fuerte por la manera en que ambos grupos clandestinos accionaban en su quehacer diario.

 

- Tranquila, pequeña, - coloqué una de mis manos sobre su muslo intentando dar palabras de ánimo - lo bueno es que estás aquí y ahora, que regresas a tu hogar. Bien sabes que nunca se te cerrarán las puertas de la Hacienda, puedes acomodarte aquí y, bueno, Sagitas tampoco estará molesta contigo.

 

Ella me sonrío de vuelta y cambió el tema de manera rápida, al parecer le incomodaba mucho esa situación así que no mencioné nada más al respecto, seguí la charla de manera normal.

 

- Bueno, últimamente los mortífagos han regresado a atacar este lugar, ya he sufrido yo una de las visitas y todo indica que Bel, mi ahijada, sufrió el último encuentro con ese grupo de criminales. La verdad es que no me importa, sé que la Orden del Fénix responderá ante cualquier acción y estaremos a salvo, como las últimas veces.

[Rory Despard]

Permanecí en la misma posición, voluntariamente elegida ¿estaba soñando ya? ¿esas palabras que alcanzaba a oír de Garry eran producto de mi imaginación o genuina realidad? no podía estar segura de que posibilidad era la correcta, pero me sentía tan confortada, que quería creer lo segundo. Aquel niño lindo no dejaba de preocuparse por mí ¿podía ser eso correcto? quizá si debía decirle algo más, hablar y despejar sus dudas acerca de mi condición. Quizá llevaba razón en que no había descansado apropiadamente ni después del ataque, ni, siendo sincera, antes del mismo, y que por ello estuviera exhausta. Lo suficiente como para reposar en medio de una visita que no estaba prevista para ello.

¿Por qué era tan dura a veces conmigo misma? Soamily y Catherine también eran matriarcas de la familia, si bien la primera vivía más tiempo en aventuras muggles y la segunda tenía ya todo el peso (excesivo) de la familia Stark encima. Sí , exactamente por eso era por lo que era yo y solo yo la que debía velar por todos los Evans McGonagall, aunque se me fuera la vida en ello. Lo tenía tan asimilado que pocas veces me lo cuestionaba.

Desde mi llegada a Ottery ¿no había sido así también? De muchacha había creído ingenuamente que el llamado de mi padre había sido únicamente por amor y por querer conocerme, pero ahora comprendía que en realidad mas que algo puramente sentimental, Elessar había estado buscando alguien a quien dejar la familia por entero, y de esa forma cumplir el papel que se esperaba de él en el bando. Y yo era esa persona elegida.

Pero no se trataba de una imposición, yo lo había asumido así sin ningún tipo de reproche.

Un repentino roce en mi mejilla me generó la misma sensación de una caricia similar que precisamente había sido el comienzo del encuentro con Garry en el Bosque de Cuerno de Madera. Tímida, suave, como si temiera tocar demasiado, como si pudiera quebrarme. Me hacía sentir como algo apreciado y también cercano ¿era realmente así? el muchacho me hacía una pregunta y a mí se me antojaba contestarle que con solo escucharlo hablar y descansar así ya hacía bastante. Pero ninguna palabra asomaba a mis labios, y todos aquellos pensamientos se quedaban en alguna parte de mí. Sumida en el sueño, palabras lejanas asomaron extraídas de recuerdos de épocas olvidadas, de cuando la guerra mágica no existía ni era parte esencial de mi vida.

Despertemos al azar los ecos de tu vida;
hablémonos de alegría, de gloria y de locura,
y que todo parezca un sueño, el primero que se nos ocurra;
inventemos alguna parte de esos lugares donde uno olvida;
partamos, estamos solos: el universo es nuestro.

 

"¡Es Musset! Pensaba que los magos no sabrían de literatura muggle" comentaba entre risas, mientras el sol dotaba de multiplicidad de colores al cielo, y los árboles de cerezo agitaban sus ramas con suavidad, dejando caer suavemente los pétalos de sakuras. "Uno siempre debe conocer aquello que hace bien al corazón" respondía él, y colocaba la mano a la altura de su pecho con gesto grandilocuente "Mi boca guarda silencio para escuchar hablar al corazón"* terminaba de recitar.

 

Abrí los ojos, sin conciencia del tiempo transcurrido, y con el eco de aquel recuerdo todavía rondando por mi mente, cayendo en cuenta que hace mucho no soñaba con Ryuichi. Garry todavía estaba allí, y la cercanía a su cuerpo me permitía escuchar sus rítmicos latidos, por contraposición a los míos que parecían denotar una mayor agitación. "Será por ese sueño" me dije a mi misma, e incorporándome, sin detenerme a pensarlo demasiado, abracé largamente a Garry, con la fuerza necesaria como para que notara que me encontraba mucho mejor que antes.

 

- Creo que no contesté a esa última pregunta tuya ¿verdad?- giré la cabeza rápidamente de un lado a otro tratando de quitarme del todo el sueño y agitando de más el de por sí alborotado cabello que poseía- creo que hiciste bastante dejándome dormir sobre ti, ya que cualquier otro me hubiera hecho convenientemente a un lado o mandado de regreso a mi casa por hacer eso, quiero decir, no se viene uno a visitar casas ajenas para quedarse dormida en ellas - extendí las piernas levemente agarrotadas e igualmente los brazos de modo tal que bien podía pasar por un gato desperezándose- en todo caso ¿podríamos ir en busca de P-ko? Me temo que ella es la que tiene las invitaciones, y no quiero irme sin dejar las correspondientes- solté un leve bostezo que dejaba escapar los últimos rastros de sueño- ¿vendrás a la fiesta mi niño lindo? Espero que sí, aunque bueno, no me gusta presionar a las personas. ¡Pero sería genial! Resultaste ser buen bailarín, no te creas que no recuerdo lo bien que lo hiciste en la Mascarada en París.

 

Todavía con la mirada puesta en él, comencé a pensar que era hora de partir. Quedaban muchas invitaciones por dejar, y no era muy partidaria de mandar lechuzas, no, prefería la cercanía y calidez que proporcionaba un encuentro cara a cara. Y sin embargo, estaba tan cómoda al lado de Garry, que no quería dejar ir tan rápido aquello. Ojalá y aceptara aquella invitación a la fiesta. ¿Y por qué había soñado con Ryuichi? Tendría que detenerme a pensarlo con calma una vez regresara al Castillo Evans McGonagall.

 

 

*Alfred de Musset, Noche de Mayo.

Editado 21 de Abril del 2015 por Bel Evans McGonagall

[Vladimir Karkarov]

http://i.imgur.com/Y9LhW4g.png

-Bien Gastón, parece que todo está ya en orden.- dijo Vladimir con un aire triunfante, recorriendo con la vista la sala en la que se efectuaría su boda. Caminó hasta la entrada de la instancia de mármol blanco y desde allí echó un ojo a toda la decoración.

Estaba colocada la alfombra roja desde la gran entrada tallada sobre la piedra blanca hasta el altar de madera de fresno al fondo de la estancia blanca, adornada por lamparas colgantes en forma de cruz, lo cual repartía muy bien la luz. Las paredes no tenían ventanas, pero a su vez, estas estaban decoradas con emblemas medievales, cortinas de las familias Potter Blue y Lockhart.

Las bancas se formaban en filas delante del altar, todas estaban con flores rojas, amarillas, azules y blancas, toda una decoración excelente. El olor a incienso de lavanda impregnaba el lugar, daba un ambiente fresco y limpio, sin duda alguna el mejor olor que puede existir. -Tráelos...- demandó el joven Lockhart a su elfo, en ese preciso momento, un centenar de luciérnagas se incrustaron en las paredes y el techo, acto seguido se apagaron las luces y todo quedó adornado por la luz de los hermosos insectos.

El templo de Efesto ahora estaba capacitado para llevar a cabo un matrimonio, con sus respectivos lugares para aparcar a los medios de transporte con los que llegaran los magos y brujas invitados. Además, en la parte exterior, en un gran anfiteatro se encontraba la mesa con las comidas preparadas por los dulces elfos. Bocadillos como panes caseros con chocolate, piernas de cerdo, pavos, res, todo tipo de carnes, ensaladas y cosas dulces para las hormigas.

Esa zona era la más importante, ya que el aseo era lo indispensable, así que el suelo se cambió por una alfombra de color verde oscuro, simulando el pasto, las mesas tenían manteles blancos y las fuentes de comida estaban ordenadas con pulcritud. Cada persona sería libre de comer cuanto quisiera.

Por ultimo, Vladimir decidió disfrazarse de Hades, el dios de la guerra y Jessie debería vestirse como Atena, diosa de la sabiduría. Ambos se casarían en el templo de Efesto, forjador de los dioses, que con su increíble destreza, forjaría el matrimonio y el compromiso de la pareja, nunca ante nadie, se dejarían vencer ni separar.

El joven Vladimir lanzó un patronus con un colibrí, indicándole a Sagitas que era momento de traer a Jessie y que su gran sorpresa tenía que ser desvelada. Solo esperaba que todo haya salido conforme a los planes, que muy bien se los explicó a Sean... Una obra bastante dramática, pero que al final su desenlace amoroso era lo importante.

Alistó su pergamino, en donde tenía escrito sus votos para dárselos a Jessie, su sortija encantada que siempre le diría cuan largo se encontraban. Su disfraz de Hades le hizo dar un escalofrío, ya que este consistía solo de una capa larga, un manteado en forma de ropa interior y unas sandalias griegas, ademas del caso de bronce y la lanza de plata.

@ @ @ @ @@Bodrik @ @ @ @@Juliene Black Lestrange @ @

Editado 22 de Abril del 2015 por Vladimir Alexae

[Mael Blackfyre]

La oscuridad dejo de nublarme la vista para dar paso al verde, un camino y el comienzo de un castillo. Avancé algunos pasos para encontrarme con la verja de la familia Tonks, no estaba tan lejos de la Gryffindor y era por eso que había decidido aparecerme dentro de la misma. Me había tomado algunos minutos arreglarme para la ocasión. ¡Una boda! Y era de dos conocidos, que podía admitir que hacía bastante que no hablábamos pero cuando sucedían dichos eventos, concurría a todos ellos. Todas mis responsabilidades me limitaban un poco de tiempo aunque pudiéramos tomar una taza de café para ponernos al día.

 

Atravesé la verja y caminé por los senderos que se dirigían hacia la fachada, aquella edificación de mármol blanco y que pronto seria el escenario de aquella boda. ¿Por qué no les había comprado algo? Justo en ése momento recordé que iba con las manos vacías y eso me fastidiaba un poco, pero no podía regalarles cualquier cosa, prefería hablar con ellos, o con alguien que los conociera mejor y luego enviarles algo. ¿Acaso se mudarían en ése hogar o irían a otro? Seguramente me enteraría más tarde.

 

Llegué a la entrada en tal solo algunos segundos. Mi túnica color negra era bastante simple, pero lo que la diferenciaba de la de trabajo es que esta tenía los bordes, los broches, el interior plateados y los arabescos sobre la espaldas del mismo color. Todos éstos se agrupaban en la base de la túnica, la zona que rozaba mis talones y que al mirarlos fijamente, parecía como si se movieran solos. Tenía el cabello algo desacomodado pero era inútil intentar aplastarlo. Entré y lo primero que vi fue la alfombra. Un aroma a lavanda me inundo la nariz y me quedé anonadado con la luciérnagas que si no las hubiera observado por algunos segundos e más, hubieran pasado como estrellas como me había parecido al principio.

 

—Esto realmente es hermoso —murmuré mientras observaba que sobre la pared opuesta, después de un largo tramo se encontraba un altar de madera y Vladimir. ¡El futuro marido! ¿Lo podía ir a saludar ahora o tenia que esperar al finalizar la ceremonia? Ante cualquier precaución esperé a que se diera cuenta que había llegado y alcé una mano, saludándolo. Me encaminé hacia la derecha de aquella habitación. Aún no había llegado casi nadie.

[Leslie Ashryver PB]

-Ama su regalo- gruño Mar su elfina.

 

Alessandra se había pasado toda la mañana eligiendo que se pondría para la boda, le habían avisado un día antes de aquel acontecimiento que estuvo apunto de ir a la Tonks en busca de Vladimir para matarlo ella misma, no había tenido tanto tiempo para arreglarse como corresponde pero había tenido suerte que en su ropero había un vestido azul marino al que había amado apena puso sus ojos en el.

 

Toqueteo un poco su peinado antes de tomar el obsequio que le daría a Jessie, era un pequeño dije con su inicial y a su tío otro pero este tenia un gran significado para ella, era un dragón, aunque ese animal representara a su familia los Targaryen algo en ese dije le recordó al Lockhart.

 

Apareció frente a donde se llevaría a cabo la boda tomo la reja y se adentro al lugar, camino directo al templo donde se tomo con su abuelo Elvis.

 

-Si muy bonito- le contesto con una sonrisa, avanzo hasta donde estaba el Gryffindor y darle un gran y cálido abrazo -Hola abue, ¿como has estado?...no sabia que estabas invitado- se alejo un poco para verlo mejor.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

El cochero fue bastante habil..sabia de mi mal genio y de lo mucho que amaba los galeones despues de un arduo trabajo...asi que se apresuro en llegar a la Residencia de la familia Tonks.....por suerte yo habia acondicionado el carruaje..o sea la parte interior con detalles algo suigeneris..un vestido blanco...para una boda???..a saber...que este Vlad no dejaba clara las intensiones...maquillaje....zapatos finos de eso que hacen ver...reinas..a cualquiera rana (notese el simil con el cuento de el principe que era rana..no como ofensa).

 

En fin...que media hora despues del secuestro el carruaje se detenia...y dado que el mozo cochero tenia la llave con que abrir la puerta...si...llave magica tambien....fue raudo hacia la puerta...aunque deberia tener cuidado ya el efecto del hechizo habria pasado y podria tener ganas de herir a alguien...

 

-Este...señorita...voy a abrir...soy solo el recadero..asi que no me mate- dijo algo apenado el cochero-

 

Y tenia razon..menudo genio tenian estas brujas..y mas cuando era secuestradas..aunque ese temo nunco lo entendio bien (el cochero) como era que era secuestrada la chica...para despues ser liberada aqui....un misterio..aun asi siguio mis indicaciones...

 

-Segun me informaron el culpable de este mal rato.se encuentra adentro...- y sin mas el cochero abrio la puerta mientras se hacia a un lado.

 

@Jessie Stabolito