Transformaciones IV

[Cillian Haughton]

¿Dónde es que iban a parar todos esos objetos que los magos desaparecían una y otra vez? Esa era la pregunta que más hacía ruido en la mente de Cillian, actual profesor de Transformaciones, durante aquella calurosa noche de Junio. Se había retrasado un par de días con la clase por problemas externos a él, pero aquella noche mandaría una lechuza a cada uno de sus alumnos para informarles que la clase sí sería llevada a cabo.

 

Pero, ¿qué intentaría enseñarles esta vez? La última clase había sido un mezcla de fracaso y éxito, por lo menos desde su opinión, en aquella extraña lucha que habían llevado a cabo en Francia. Y la Academia, ni siquiera se había pasado por ahí después del incidente con las Criaturas, había preferido manejar cualquier cosa desde casa.

 

Comenzó a escribir las cartas poco a poco, los citaría en su mansión... No estaba seguro de si a su madre le molestaría o no, pero esperaba que fuera la segunda opción. Al final de todo, sólo sería el punto de partida; tenía que ocupar a sus alumnos en algo y seguro que tomar el té de la tarde no era algo tan divertido.

 

Suspiró, la pregunta volvió a pasar por su mente. ¿Qué sería ese lugar que llamaban "el no ser"? ¿Dónde quedaría exactamente? Tenía que existir, las cosas no podían simplemente desaparecer, ya lo decía una extraña Ley Fundamental de las ciencias naturales muggles, quizá y era que tenían un poco de razón. Mordió un poco la pluma, tenía un tema.

 

El resultado de las cartas fue algo así:

 

Siento la demora, intentaré reponerles el tiempo perdido. La cita para el comienzo de su clase de Transformaciones será en la Mansión Ryddleturn en el bosque Sherwood , espero su presencia ahí mañana a medio día, saludos.

Cada una tenía un saludo personalizado para las siguientes personas:

 

Lyra Katara Ryddleturn

Galedra Azhebel Myrddin

Mia Black Lestrange

Juv Malfoy Croft

[Lyra Katara Selwyn]

-Madam...- Dijo Winky apareciendo en mi cuarto de la Selwyn. Tenía una carta en las manos la cual estaba agitando, al parecer contenta.-Sé que esta aquí, no se esconda.

 

La elfina paseo sus ojos a su alrededor, buscando a su ama. Sin embargo, no vio nada pero escuchó un ronroneo debajo de la cama, se agacho y vio a una minina persa blanca con ganas de jugar, mirando fijamente lo que sostenía la elfina en sus manos.

 

-¡Oh, no! No de nuevo, ama.- Indicó la elfina, retrocediendo.-Se esta portando muy mal con nosotros, los demás elfos de la Selwyn ya me han dicho de sus arañazos y mordidas...

 

Demasiado tarde, la minina persa había salido de su escondite para jugar con la elfina, sin escuchar sus protestas. Empezó a pararse en sus patas traseras, intentando quitarle la carta de las manos, al no poder se subió por el vestido hecho de costal de papas de la elfina, quien bajo los brazos.

 

-Meow- Maulló la minina saltando al suelo, enojada.

 

-Madam, a su hijo no le gustaría que destruyera la carta sin leerla. Es de la Universidad.- Comentó.

 

Vencida, la minina persa se transformo en un humana y tomo la caarta que le daba la elfina, viendola un poco disgustada.

 

-Ya no me dejan divertirme, Winky. Si mis hijos no me hacen caso, al menos debería poder jugar con los elfos.- Protestó la Selwyn, mientras leia la carta.-De acuerdo, ahi estaré. Al menos esta vez no será la clase en la noche.

 

La matriarca Selwyn sonrió. Las dos últimas clases habían sido en la noche y eso la estaba dejando un poco cansada, teniendo que renunciar al Ministerio. Simplemente, no podía tomar los cursos y trabajar al mismo tiempo, sobre todo por los diferentes horarios.

 

~~~*~~~

En la Ryddleturn, a medio día.

Aparecí en el lugar indicado por los permisos antiapareción del castillo para visitantes, si bien era matriarca en el mismo, los demás tendrían que aparecer en ese sitio, diez metros delante de la puerta principal.

 

Iba vestida con tennis, calcetas blancas, pantalón de mezclilla negro y una playera de mangas cortas color durazno. En la mano derecha llevaba mi varita y colgando en mi espalda un pequeño morral con un encantamiento para hacerlo más grande. En la misma llevaba como siempre mi monedero de piel de moke, misma que tenía también el hechizo para hacer su interior más grande, nunca sabia que podía necesitar y era mejor tenerlo preparado. Además, a lo mejor podría traerme un recuerdo de la clase.

 

-¿Cillian?- Fue lo único que pregunté, mientras empezaba a buscar a mi alrededor.-Trasladadores no, por favor.

 

La última protesta si bien la dije en voz alta, era más que nada para mi. Algún día me acostumbraría a ellos, pero no creía que esta fuera la ocasión.

[Cillian Haughton]

- ¿Cómo llegaremos hasta ahí?

 

Cillian seguía enfrascado en sus pensamientos, sabía lo que quería lograr en su clase pero bien podía decirse que era algo imposible. Si bien no es que se tomara el tiempo necesario para hacer investigaciones, tampoco sabía de nadie que las hubiera hecho.

 

Bajó las escaleras mientras trataba de imaginar como sería el no ser, ¿qué aspecto tendría? Podría ser cualquier cosa o no ser nada, simplemente hacer honor a su nombre. Y también podía existir la posibilidad de que si existía de verdad no estuviera siquiera en el planeta que habitaban.

 

- Su madre a llegado, señor... -un pequeño elfo apareció de la nada.

 

¿Pero si había llegado ya por que esperaba fuera? Ella tenia permiso de aparecer en cualquier parte de la mansión, no cómo los demás que tendrían que aparecer diez metros más allá de los límites de la puerta principal. Le dedicó una sonrisa al elfo y le indicó que él se encargaría desde ahí.

 

Podría decirse que Cillian estaba listo ya para cualquier aventura, ya que tenia en su bolsillo lo único que necesitaba; su varita. Se dirigió hasta la puerta y al cruzarla se encontró con su madre, no la había visto desde hacia semanas así que su primer instinto fue abrazarla.

 

- Me alegro de que hayas llegado -comentó con una sonrisa en el rostro-, estoy seguro que los demás no deben de tardar... Haremos algo interesante, ya lo verás.

[Lyra Katara Selwyn]

Le devolví el abrazo a mi hijo, mientras escuchaba sus comentarios sobre la clase. Sonrei, sabia que la clase sería divertida, aunque nunca me hubiera imaginado que el punto de partida seria la Ryddleturn, cosa que no me molestaba.

 

-Era imposible no llegar. Más si me traes la clase a domicilio.- Comenté divertida con el asunto.-Espero que no utilices los muebles para ponernos a practicar transformaciones. O la vajilla, recuerda que esta nueva, la anterior se rompió con la última batalla que hubo en el castillo junto con otras cosas.

 

Sonrei. De todas formas no me imaginaba en que podrían convertise algo tan delgado como los platos. Las tazas era algo más fácil, pero ¿los platos? Tendría que ponerme a experimentar una vez acabado el curso.

 

-¿Crees que se pueda crear alguna especie de plato volador?- Pregunté.Sin duda alguna, podrían crearse cosas divertidas, aunque no era el único motivo por el cual me interesaba la clase.-¿A dónde iremos?

 

Lo mire con curiosidad. Sabia que pronto tendría la respuesta, pero si podía tener un adelanto antes de que llegaran los demás, sería mucho mejor.

[Cillian Haughton]

- No creo que rompamos nada... Quizá desaparezcan un par de cosas, pero prometo reponerlas -bromeó.

 

Aunque en realidad no tenia pensado realizar la clase en los límites de la mansión, no quería crear ningún desperfecto en la misma... Le gustaba la quietud que tenia su hogar en esos momentos.

 

- ¿Platos voladores? No debe ser imposible, pero sería un tanto complicado. Necesitariamos de una conmutación o una conjuración... O una transformación a medias -añadió, aunque en realidad lo ultimo no era una opción.

 

¿A dónde iremos? Era obvio que preguntarían, pero bueno, ya lo descubrirían entre todos. ¿Como podría llegarse al no ser? ¿Un traslador? ¿Una aparición? Ni idea.

 

- EH, bueno... Eso de a dónde vamos lo descubriremos una vez que lleguen los demás, si es que no se retrasan demasiado.

[Lyra Katara Selwyn]

-De acuerdo. Te pasaré la lista de lo que desaparezca.- Comenté.

 

Me preguntaba si podría transformar el sillón de tres plazas que teníamos en la sala. No me terminaba de convencer. Tal vez fingiría que fue por un accidente ocurrido durante la materia para que así Cillian lo pagara. Sonrei disimuladamente.

 

-¿Qué diferencias hay entre esos tres tipos de transformación? ¿Los veremos en el viaje?- Prgunté con curiosidad.-¿Cómo seria la transformación a medias?

 

Esperaba que pudiera darme un ejemplo mientras llegaban los demás. Para mi siempre había sido todo solamente transformación, sin ninguna diferencia como las que mi hijo había nombrado. Movi la cabeza negativamente de forma pensativa, pensando como podría ser transformado a medias un plato.

 

Me imaginaba que podría ser algo como las lazas que le salierran colas o patas a la mejor al momento de hacer una mala transformación, pero nada más.

 

-Esperemos que no se atrasen los demás. Pero si se atrasan mucho igual puedes darme la clase, ¿no? Yo llegue a tiempo.- Hice un gesto con la mano derecha como si lo estuviera amenazando con ella, igual que hacia en mi forma animaga.

 

Extrañaba poder convertir a las personas en miniaturas de si mismas o convertir un pequeño gato en el tampo de un león Cosas de ese tipo eran divertidas, si bien nunca había llevado a cabo la conversión de las personas en miniaturas, pero si las había llegado a convertir en animales.

 

-Debería poder transformase un animal en persona, ¿no crees?- Comenté pensativa.

 

Eso sería en realidad un caous enorme, por lo que suponia que ese era el motivo para que esa conversión no pudiera hacerse.

[Cillian Haughton]

— Quizá y eso último sea posible... —Comentó Cillian un poco pensativo.

 

¿Por qué no? Si los humanos podían convertirse en animales, los animales también podrían convertirse en humanos. Claro está, siempre con la ayuda de algún mago. Pero bueno, sería mejor responder a las preguntas de su madre antes de que las ideas se le mezclaran más en la cabeza.

 

— Y bueno, que todas son una rama de las transformaciones en sí... La diferencia radica en el nivel de dificultad y el resultado que se quiere obtener de las mismas —Bien, teoría, nunca había sido bueno para la teoría pero lo intentaría—. Una conjuración sería lograr crear algo que no existe...Pero bueno, tiene sus límites, ya sabes que existen todas esas leyes y decretos mágicos que no podemos quebrantar.

 

Tomó un poco de aire y continuó hablando... ¿Cuándo había aprendido todo aquello? Recordó su clase con la hija de Leah, pero no logró recordar su nombre en sí.

 

— Y una conmutación es el lograr transformar dos objetos en uno sólo... Para un plato alado necesitaríamos un plato y algún tipo de ave —sonrió, sería bastante gracioso ver algo así—. Y en cuanto a una transformación a medias no es más que un error y es algo que deberíamos evitar siempre.

 

Se acercó hasta los escalones de la entrada e invitó a su madre a sentarse a su lado.

 

— Creo que si esperamos de pie nos cansaremos pronto —comentó—. Y también creo que deberíamos comenzar a hablar sobre lo que investigaremos durante este curso. ¿Has oído hablar del no ser?

[Lyra Katara Selwyn]

-Lo sé, se de que leyes hablas, aunque no recuerdo el nombre. La principal es la de la comida, que no se puede crear algo que no se tenga en ese momeno.- Comenté.

 

Era una lástima que existiera esa limitación en cuanto a los alimentos, porque de lo contrario nunca se padecería hambre en el mundo. Aunque por otro lado, un mundo alimentado gracias a la magia sería un caos total, en vez de mejorar. Escuché atenta las explicacionesque me daba mi hijo y sonrei con lo que se necesitaría para crear un plato volador.

 

-Puedo conseguirte todo eso que necesitas.- Señale una piedra más bien pequeña, que podía caber en la palma de la mano y realice un hechizo sobre ella. -¡Morphos!

 

La piedra se convirtió en un precioso pájaro azul que se acercó a nosotros, sentados en la escalera ya que mientras hablaba acepte la invitación de mi hijo para sentarme. Winky apareció en seguida con un plato extendido bastante grande y se quedo quieta, no sin hacer una reverencia a modo de saludo primero.

 

-Ahi tienes. ¿Del ser o no ser? No creo que te refieras al famoso monólogo de Hamlet que habla del mismo, ¿o si?- Pregunté, pensativa.-En todo caso, debo confesar que no se nada del tema.

 

No sabia a donde quería llegar mi hijo, pero esperaba que el tema fuera interesante, aunque por el momento, parecía ser un tema más que nada de filosofía.

[Cillian Haughton]

Los demás se estaban retrasando y el tiempo con el que contra an iba disminuyendo poco a poco; Cillian no sabía bien cuánto llevaban esperando exactamente, pero seguro ya habían pasado por lo menos una hora desde el medio día.

 

- Las cinco leyes de Gamp -aclaró-. Bastante útiles para no vivir en un Caos, ¿te imaginas qué sería el mundo sin ellas? Muchas cosas serían más fáciles, sí... Pero es mejor que existan.

 

El mundo ya tenía bastantes problemas como para que todo mago contará también con esos poderes. No, lo mejor era continuar así. Una sonrisa se escapó de los labios del Ryddleturn cuando su madre insistió en el plato volador, hasta había convertido una piedra en el ave en cuestión y el plato no se hizo esperar demasiado.

 

- ¿Quieres que lo intentemos de verdad? -Inquirió un tanto animado, seguro que era divertido-. ¿Cómo quieres que lo hagamos? Tenemos varias opciones -le recordó.

 

Negó, aunque en realidad no sabia si estaba relacionado a ello.

 

- Hablo más bien del lugar a dónde van todas las cosas que desaparecemos... Porque a algún lugar deben de ir, ¿no?

[Lyra Katara Selwyn]

-Claro que quiero que lo intentemos. De otra forma no hubiera conseguido las cosas.- Sonrei.- Pordíamos intentar con la conmutación, que es lo que dijiste con lo que se pueden transformar un par de cosas, ¿o no?

 

Me parecia interesante aprender a usar esa técnica, mientras intentaba recordar las cinco leyes de Gamp, pero no lo lograba. A riesgo de fastidiar a mi hijo con tanta pregunta, se lo pregunte.

 

-¿Me puedes recordar por favor cuales son las cinco leyes de Gamp?- Le pedí.-He tratado de recordarlas desde que las mencionaste, pero no lo logro y no quiero estar toda la clase sin saberlo. Últimamente tengo una memoria pésima.

 

Me quede pensando en lo que comentaba Cillian sobre a donde iban las cosas que desaparecían. Era curioso, nunca había escuchado d e un sitio así. Para mi solamente dejaban de existir.

 

-Nunca pensé en eso. Simplemente dejaban de existir y no le presté atención al asunto. ¿Crees que alguien más piense en eso?- Le pregunté.-¿Porqué te interesa ese lugar?

 

Sin duda alguna el ponernos a transformasr cosas mientras llegaban los demás sería una buena idea. No sabia a cuantos había que esperar ni quienes eran, pero en realidad me daba lo mismo. Mientras podría practicar más de esa forma, aunque esperaba que no tuvieramos que suspender el viaje.

 

¿En realidad existía ese lugar? Al menos me llamaba la atención el investigar si existía. No dudaba de mi hijo, pero su comentario haria que aora no viera de las misma forma un objeto ya desaparecido. A lo mejor era un plano paralelo en el que esos objetos seguian existiendo. Algo parecido a una camara secreta pero que ocupaba todo un mundo, no solamente el cuarto de un colegio.