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Detective Mágico Consultor (B: 106711)


Hessenordwood Crouch
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Bel Evans McGonagall



Querida Hannity:



No sé como empezar este mensaje. O más bien por donde empezar a contar la cadena de circunstancias que hacen que esté escribiéndote ahora. La primera de las muchas disculpas que probablemente te dejé en estas líneas, va hacia este mismo acto de entablar contacto contigo.



Me había prometido a mí misma, que dejaría que llevaras tu vida tranquila, con un buen recuerdo sobre mí, pero apenas un año después, tengo que romper tal promesa.



Algo tarde comprendí que la sociedad mágica que nos rodea es tan insondable como sus propios habitantes. Por mucho tiempo además, creí que de alguna forma estaba por encima de sus vicios, de sus hipocresías y suciedades. Mi matrimonio infeliz (apenas ahora, puedo poner esta palabra tan clara, sin sentir un nudo en el corazón), me hizo caer en cuenta que la línea que puede separar a la buena de la mala gente es extremadamente delgada, e igualmente fina la que separa la cordura de la locura. Necesité equilibrarme en ambas líneas para aceptar que en realidad, yo no era más ni menos que nadie, y que incluso, con todos mis buenos deseos tras mis acciones, no estaba exenta de hacer daño.



Cuando aquel pozo reveló...la naturaleza del lazo que compartíamos, mi cuerpo se encontraba ya devastado y consumido por una maldición, que adquirí al mismo tiempo que tu padrino, pero que actuó de diferentes formas en ambos. A mí, que empezaba a ser traicionada por mis propios sentimientos haciéndome más sensible e insegura de lo que nunca había sido, me ofreció la posibilidad de emplear más y más magia, a cambio de dejar de sentir. Hoy que reviso ese episodio de mi vida, me doy cuenta de la necedad de mis actos, pero por aquel entonces, con mi mente llena de vacíos, allí donde habían estado recuerdas de la orden del fénix, sin saber qué había sido y en qué me había convertido, no tienes idea de como aquella magia oscura me ponía a salvo. Y la empleé, cada vez con más frecuencia, hasta que un día se me reveló el costo de haberla empleado, que no era más que mi propia vida, agotada, y un demonio que venía a hacer su trabajo de arrancarme del mundo de los vivos para siempre.



Con aquella sentencia sobre mi cabeza, y una fecha indefectible en que se cumpliría tal acuerdo, el resolver misterios con tu padrino, el Detective consultor mágico, resultó tentador. De un antiguo caso de mafias en mi época de directora de transportes, le seguimos al rastro a un negocio que no cayó a diferencia de los demás, y que incluso se hacías más y más lucrativo con el paso de los días.



¿Por qué no resolver ese caso como un último acto de bien? Eso pensé cuando inicié con todo, y confiada del poder adquirido avancé, sin medir las consecuencias. En cierto punto, hice a Garry a un lado, pensando en que mientras más pronto lo acostumbrase a mi falta, menos le dolería esa separación (A él y a mí). Pero, no tengo miedo de reconocer ahora, que terminé superada por la situación.



Trancé la libertad de un duende criminal, Bladvak, a cambio de que me diese el ingrediente que me había sido esquivo, pero lo puse en tal riesgo con ese acto, que encontré a las horas su cuerpo acuchillado en su celda con un letrero de "traidor" marcado en la frente. Paradójicamente, fue esa muerte la que me hizo comprender que si permanecía en Ottery, tarde o temprano, irían por ustedes también.



Me llevé las semillas conmigo, pero en mi condición de squib tenía pocas garantías para protegerlas, si es que ellos daban con la identidad de la poseedora. Por eso se las confié a ese simpático predicador en un acto de puro instinto, y aquí va mi segunda disculpa, porque al hacerlo, y pedirle que te las entregase, junto con el código que espero hayas podido resolver, te he expuesto a ti a esa gente.Quiero pensar, querida Hannity, que mientras lees este mensaje no estarás sola, ni atrapada por ellos, sino que la carta llegó a tus manos por los buenos oficios de Lëna, pero solo por precaución, es que no revelo aquí cuál es ese producto.



Mi última disculpa es porque aunque abandoné el mundo mágico, este caso no se quedó sino que se fue conmigo, y con la última prueba hecha he comprobado, que no podré resolverlo, porque la adicción que desarrollé en el pasado, es desgaste físico extremo en el presente. Te lo estoy dejando entonces Hann, esperando que puedas ser tú, quien le de un fin adecuado, y que si has descubierto ya de qué elemento estoy hablando, digas el nombre a Lëna, que ella sabrá que hacer.



Quiero creer que, un día no muy lejano, cuando termine de sanar, podré volver a verlos, a ti y a él, y pedir estas disculpas directamente.



Muy tuya


Bel



PD.- ¿Es muy tarde para una última disculpa por la terrible caligrafía?



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Editado por Rory Despard

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Hannity extendió la mano al escuchar a la castaña al momento de que le mostraba la carta de su madre, no sabía si confiar en ella, algo le decía que no, pero si su madre la había mandado hasta ella, era por qué le tenía toda la confianza. Aún con un leve gesto de desaprobación en si rostro se dispuso a revisar la caligrafía, conocía bien la de Evans y tras haberla revisado minuciosamente se dispuso a abrirla (con manos temblorosas) para leer su contenido, no sin antes replicar -Probablemente diciendo la verdad, si hubiera dicho que traía una carta de mi madre...

 

Centro toda su atención en la carta que aún no abría, reviso los sellos postales por si éstos le daban una señal de dónde se encontraría Evans y la mujer volvió a hablar mientras Hannity rasgaba el sobre con sumo cuidado, procurando que no se rompiera de tajo y ésta vez puso su atención en ella -¿Perdón? ¿A qué se refiere con la clase de relación que tenemos?

 

Su pregunta quedó ahogada por la voz ruda de la castaña, quién a diferencia de Hannity su voz era muy tenue y tranquila, pero ella sabía a qué se refería y su mirada se encontró con la del pelirrojo, antes de dar una respuesta a Lëna la rubia asintió dándole a entender al joven que ella cumpliría su promesa de protegerlo de cualquier peligro, así fuera a costa de su propia vida.

 

Por fin sacó la carta y busco el modo de responder a la inquietud de la mujer, parecía complacida de insinuar que alguno de ellos podía flaquear por un poco de oro que ofrecieran los duendes a cambio de la vida del otro.

 

-No creo que sea de su incumbencia nuestra relación, aunque gracias por la advertencia. La rubia hizo una venía en señal de agradecimiento y por fin se dispuso a leer la carta mientras el joven Despard contestaba y vigilaba a Lëna.

 

Sus ojos se paraban cada tanto al tratar de comprender lo que Evans escribía y también al recordar cosas que ella relataba como aquella maldición, que si no recordaba mal, era la marca de la flor de manzanillo que tenía a la altura del pecho, así como sabía que la que había adquirido Garry era aquella del beleño blanco que tenía en una de las palmas de sus manos.

 

¡Demonios! Entendía cada vez menos, o eso era lo que Hannity hubiera querido, ya que una parte de ella compartía la misma preocupación, pero ¿acaso no eran una familia? No, ya no lo eran en ese tiempo, recordaba aquel distanciamiento entre ellos, su madre cada vez iba menos a la heredad, de hecho, lo último que vagaba en su recuerdo era el pronunciamiento de aquel nombre antes de entrar a la cocina un fin de semana, el último que la había visto y ambos tenían apariencia de enfermos, aún así pudieron haberlo resuelto, además ¿Quién decía que los duendes no buscaban venganza por lo que había hecho Evans y Bladvack? Suspiró, una vez más tenía una y mil preguntas en su cabeza y quién podía resolverlas no estaba.

 

Ella sabía de qué hablaba casi al final de la carta, lo había descubierto con ayuda de Despard, se trataba de la poción, y por esta vez daba gracias al cielo por qué al parecer lo que traía Lëna consigo era lo último de una preparación que ella suponía que su madre había consumido en cantidades colosales. Al mirar la posdata el semblante serio y confuso por fin cedió y en su lugar se dibujó una pequeña sonrisa. Guardó la carta en su bolso y miró a la castaña.

 

-¿Dónde esta la poción que elaboró mi madre? ¿Dónde esta Fantasía patentada- creía, por la instrucción de su madre que debía ser muy específica y agradecida de que los duendes siguieran afuera con sus asuntos la rubia estiró una delgada mano para que la chica le entregará aquello con lo que de ahora en adelante tenía que lidiar y proteger del mal uso o de las manos equivocadas que quisieran hacerse con él, era una gran responsabilidad y correría con los riesgos.

 

@@Rory Despard

Editado por Hannity Ollivander

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El brujo era hábil... Ya estaba listo... Lo había encerrado en magia casi tan antigua como el... Casi... Por lo que el Berseker lleno de ira comenzó a golpear varias veces aquella barrera haciendo que temblará todo el edificio... Una y otra y otra como si de tambores se tratase... Hasta que escucho lo primero que decía garry... Lo que ocasionó que el Berseker riera descaradamente...

 

--Matarme!!!! Tu a mi!!! Solo das pena!!!!! Ni siquiera sería capaz de acercarte a mi antes de que te atraviese el corazón con mis propias manos!!! Patético...--

 

El Berseker se paseaba de un lado a otro... La barrera le había soportado más de lo que creía... Esa chica a la que le decían se veía alguien bastante fuerte... Por lo que olfateando el lugar miro a su alrededor... Había una fuente fuerte de magia obscura en el edificio... Y el la quería... Pero algo más llamo la atención... Un brillo peculiar... La plata... Un arma efectiva contra traidores y vampiros pero no contra el... El cual era un poco más viejo... Nisiquiera era perteneciente a una raza ya que el fue creado por el mismo dios padre cristiano... para el pobre de caín por lo que viendo lo que armaba sencillamente volvió a reír

 

--Eres patético Garry!!! Te daré un consejo... Sin querer acabas de inventar el método para volver a un vampiro en humano... Conmigo necesitarás algo más viejo!! Y sagrado--

 

Grito con todas sus fuerzas comenzando nuevamente algo más serio a golpear aquella barrera... El edificio continuaba temblando... Las paredes y techo empezaban a crujir... Pero de pronto todo se detuvo al sentir la presencia de esa niña el cual intentaba apelar a la humanidad de Dick, cosa que haciéndole señas para que se acerque, el Berseker sencillamente sonrió y pegando su rostro a la barrera le saco la lengua...

 

--Tienes razón... Dick no quiere hacer esto... Pero yo si... Debiste de haberte ido... Porque tú serás la primera... Garry la próxima vez que uses magia tan poderosa asegúrate que las condiciones sean adecuadas--

 

Fue entonces que comenzó a saltar, cada vez más y más fuerte... Llegando al techo... Cayendo pesadamente sobre el pentagrama... Una y una otra vez... Hasta que esté se rompió cayendo el Berseker a la planta de abajo... Dónde sacudiendo el polvo de su ropa miro hacia arriba y sonriendo comenzó a correr entre los pasillos buscando aquella fuente de magia negra...

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Charlotte sintió unas ganas terribles de hacerle daño a Garry, ¿cómo podía estar tan tranquilo el mago sentado en el suelo del consultorio armando sabrá Merlín que entre sus manos mientras esa cosa en la que Dick se había convertido azotaba con toda su furia sobre los muros de energía?. Ella retrocede sin poder hacer nada más, se siente inútil ante la situación y eso le molesta. Corre entonces de regreso con su tutor, Garry tal vez tenga algo que ella pueda usar para defenderlos, o al menos ella puede intentar ayudarlo. No obstante, las hábiles manos del brujo que envuelven los cuarzos entre los hilos de plata parecen no necesitar ayuda.

 

Garry por otro lado, negó apenas al darse cuenta de que las palabras de Charlotte eran inútiles, y echándose un puñado de tabaco a la boca continuó su labor entre los gritos de la criatura que era Grayson ahora. Lo escucha escupirle palabras de insulto, pero el brujo Ollivander no se inquieta ante las amenazas de aquello, aun cuando no solo es él quien corre peligro si la protección de Evans se rompiera. No está en la naturaleza de Garry perder la tranquilidad con algo así. Así que se concentra más en lo que hace para poder terminar antes con lo que lleva entre manos, es verdaderamente difícil, pero entrar en terror al brujo oscuro no lo ayudaría en nada.

 

Garry se confía aún más entonces cuando Grayson habla de que lo que está construyendo para intentar detenerlo solo le serviría para un vampiro pero no para detenerlo a él. Menos mal que aquella versión corrompida de Dick no pudiera saber lo que esta armando, es una ventaja.

 

Entonces Dick, o lo que queda de él, comienza a saltar en la habitación, las paredes del piso crujen tan duro que parecían estallar en cualquier momento. Seguro que de Baker no quedaría nada después de hoy. Era una lastima.

 

Ya está…-, pero el suelo cedió, haciendo caer a Dick hasta el último piso y rompiendo así con la celda que lo contenía. ―Charlotte, la calavera-, la muchachita entendió rápidamente la instrucción y corrió hasta el objeto de adorno sobre la chimenea, aunque no entiende para que Garry lo necesita ella busca alcanzarlo. Lo que no esperaba es que al tocar la navaja clavada en el hueso es teletransportada hasta alguna parte de los patios de los Ollivander. Intentar usar el traslador de regreso no le funciona.

 

Se levantó pesadamente del suelo, entumecido. Los cristales desechados y demás cayeron haciendo apenas ruido a comparación de la criatura que se escabulle por los pasillos de Baker sediento de magia. Debe ser solo por los hechizos previos que Bel Evans insistió tanto en colocar por todas partes (dado a que su antigua recepcionista era una mujer squib de mayor edad y ellos un par de raros que atendían a cada demente en el consultorio) que Dick tarda mucho más en llegar nuevamente al segundo piso para traspasar la puerta. Evans tenía un alto conocimiento sobre magias de seguridad, seguramente por sus años de servicio en el escuadrón de Aurores en el antiguo ministerio de magia.

 

Aunque la distancia es corta, el se aparece justo delante de la puerta negra, aquella que tiene el más alto de los encantamientos de seguridad, pero que Garry se esfuerza aún más por proteger. Una vez ahí, sus rodillas le reclaman por la postura que adopta el mago, postrándose de rodillas, en sus manos maltratadas sostenía el rosario alquímico que había fabricado improvisadamente con la plata y los cuarzos de la antiquísima joyería de madame Sarah Winchester tomados sin autorización durante algún trabajo como empleado del C.C.U. cuando trabajaba para Delacour, para la antigua Orden del Fénix. No era cualquier piedra entonces, estaban cargados de energía misteriosa. El libro de texto con el que se había estado guiando hasta ahora se abrió en una página seleccionada con anterioridad, y le colocó sobre el suelo para poder leer sus escritos.

 

En los pisos de abajo, acercándose como una bestia endemoniada, Dick lo alcanzaba. Él se encontró a si mismo un poco nervioso antes de tomar una gran bocanada de aire, y conjuró;

 

Santo-, comenzó esta vez con un rezo católico. ―Santo, Dios de la creación. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Gloria sea a ti el altísimo. Bendito sea el que viene en nombre del Señor... -, se siente extraño rezar a un Dios no griego, pero es ahí donde estaba el detalle, se siente en realidad casi mal por profanar magia tan pura. ―Yo...yo me postro ante tus tus pies y te pido que me cubras con la sabiduría de tu sacratísimo corazón y me muestres tu benevolencia sobre tu ira...-, sus palabras iban tan rápido que más que leídas de aquellas páginas gastadas pareciera como si él ya hubiera memorizado todo. Cada una de las piedras en el rosario comenzaba a hacer su magia, corrompidas por la misma del brujo que les conjuraba. ―Muéstrame señor, para que solo yo intuya tu magia…-, estaba hecho, finalmente cerró el círculo con la señal de la cruz sobre la novena gema, amatista, que es la del Pedido al Cielo. ―Que así sea,

 

En sus manos el rosario ardía con intensidad, él es apenas capaz de sostenerlo con su diestra evitando que el beleño oscuro de la izquierda absorbiera aquel poder bendecido y maldito a la vez. Garry se inclinó exhausto sobre el libro donde descansó el rosario, para buscar su varita entre sus ropas y elaborar un conjuro más. Usando otra magia antigua, pero que le resultaba mucho más familiar, la varita de Garry se enraizó al piso de madera y del suelo grandes raíces de pino salado comenzaron a crecer al instante. Cuando Grayson finalmente alcanzó la recta final, los últimos metros que lo separaban de Garry, alrededor de Dick se enredaban cada uno de los brazos de esta raíz impidiéndole mas el paso, aun si este les arrancaba, las raíces volvían a crecer con más fuerza. Grayson probaría un poco de la ira de la diosa Gaia y terminaría ahogado entre sus creaciones si es que insistía.

 

Ha hecho ya demasiado esfuerzo, el par de conjuros necesitaba demasiada energía y ciertamente Garry no la tenía, mucho menos en aquellos momentos.

 

Como pudo hizo un esfuerzo para ponerse de pie, con el rosario aun entre sus manos e intentó ponérselo a Dick encima. La magia transformada causaría un efecto que más que de daño sería de seguridad, pues el rosario que ha construido no es otro si no de protección, las piedras que ha escogido para él también han sido cuidadosamente seleccionadas, aun con los pocos recursos que Garry tenía a la mano entonces. Sin embargo, solo funcionaban si Grayson lo llevaba puesto. Al usarlo, sobre la marca de Caín se pintaba un pentagrama alquímico/católico que representaba el resguardo, la protección, que no permitía a la marca de Caín liberarse a su antojo.

 

El brujo no se siente capaz de hacer algo mas al respecto, de no funcionar, intentar la aparición fuera de Baker iba a resultar doloroso.

 

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No le dio chance a agradecerlo en voz alta, pero las palabras con que la señorita Ollivander había callado las suspicacias de la recién llegada, habían sido precisas, puntuales y cabales. Todo lo que Rory incesantemente creía que debía poseer un buen cristiano.

 

Era una lástima que ella no mostrase todavía una inclinación a la palabra de Cristo.

 

La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu. Téngalo en cuenta la próxima vez que se dirija a nosotros, señorita.

 

A Rory ya no le parecía que Lëna fuese alguien de temer, pero eso no era lo mismo que asumirla como alguien de confianza, especialmente por el desprecio a la autoridad que la mujer mostraba abiertamente. Aun así, en el momento en que Hannity abrió la carta, decidió permanecer quieto, sin mayor muestra de apoyo, que un breve, aunque firme, agarre sobre su hombro, como para recordarle que no estaba sola.

 

No tenía idea de si encontraría en esa carta, respuestas a todas las preguntas que se habían estado haciendo minutos atrás, pero tomando su crucifijo entre sus manos, oró en voz baja a San José, patrono de las familias, para que Hannity pudiese hallar calma y consuelo en su corazón a las incertidumbres que su progenitora le había dejado.

 

Cuando la lectura concluyó, la voz firme, con la que Hannity pidió a Lëna que le entregase la fantasía patentada que portaba lo admiró. Lo que sea que dijese ese mensaje, todo apuntaba a que había llenado a la bruja de una valentía inusual, porque parecía cargar consigo una ligera rabia, o quizá impotencia.

 

¿Podría ser por las cosas que se habría enterado? ¿o sería que, pese a sus esfuerzos, aun existían problemas fuera de su alcance, y el no poder solucionarlos le causaba esas sensaciones?

 

Frente a ella, Lëna soltó una enorme carcajada, sin dejar de insistir en el "alivio" que le producía estar dejándoles eso, librándose de esa manera de cualquier acoso duendil. Y de inmediato, con cierta parsimonia, sacó del bolsillo interior de su abrigo, el frasco que contenía la mentada poción.

 

― Yo les aconsejaría que botaran el contenido por el retrete y se olviden de todo. Conozco lo suficiente del mundo de las mafias duendiles, para asegurarles que por ahora, no son su blanco. Ya les hubieran hecho saber de forma bastante violenta que lo son a estas alturas, así que si no lo han hecho, es porque están entretenidos en otros asuntos que consideran mayores― hizo una pausa antes de seguir hablando mientras curioseaba un viejo televisor junto al sillón― o también podrían probarla, digo, así podrías entender porqué tu madre se habituó tanto...a consumirlas.

 

Lëna volvió a sonreir, y en cambio a Rory se le agrió la expresión en el rostro. ¿Cómo, pese a citar proverbios, aquella mujer continuaba con esa actitud molesta? Parecía que no había entendido nada, pero lo peor era que acababa de dar una sugerencia absolutamente tentadora.

 

― Si alguien tuviese que probar ese producto seré yo― replicó, nervioso, permitiéndose de repente ver directamente a Hannity a los ojos― ¿no cree Hannity, que ya suficiente daño ha hecho en su familia el consumo de esta sustancia, para que encima, también tú te expongas a ella?

 

Lo había dicho con tal sinceridad, que conmovía. Pero, aun así, estaba en manos de Hannity decidir el desenlace de aquel pequeño frasco que había hecho la travesía más impensada para llegar hasta sus delgados dedos.

 

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―Santo-, comenzó esta vez con un rezo católico. ―Santo, Dios de la creación. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria. Gloria sea a ti el altísimo. Bendito sea el que viene en nombre del Señor...

 

 

Enserio!!!!... enserio tenía los suficientes testi...gos como para invocar al dios cristiano, enfrente de el!!!! DE EL!!!!! un dios que no le importaba nada ni nadie... un dios que no escuchaba... un dios tan decepcionado de la raza humana que sencillamente la había dejado a su suerte... Y aquellos que se hacen llamar sus fieles seguidores, dándose cuenta de lo sucedido... Se inventaron el libre albedrío solo para no asustar a las multitudes...

 

--Eres patético Garry!!!! Estás tan fuera de tu liga...--

 

Aquella cosa deseaba la cabeza del investigador... Era su objetivo y el nunca dejaba a un objetivo libre... Aquella cosa no era un demonio... Ni siquiera podría catalogarse como algo... La marca era la personificación de la ira, celos, indiferencia... Traición... Y por lo último el asesinato... Pasadas de generaciones en generaciones ahora el turno de Dick portar aquella terrible marca... Iba caminando sobre aquellas escaleras finales escupiendo blasfemias, cuando dando un salto a mitad de las mismas queriendo llegar hasta donde garry para arrancarle la cabeza el mago sintió como todas sus extremidades eran sujetadas por unas enredaderas...

 

--Sueltame garry!!!!! Suéltame y te juro que tú muerte no será tan patética!!! Sientes algo por esa niña tonta verdad!!!!

 

El Berseker miraba como garry se acercaba a el con un Rosario... Nunca lo había visto... Seguía soltando blasfemias... Sencillamente quería su matarlo, pero al momento de colocarlo en su cuello pego un grito en el cielo... Todo el edificio comenzó a temblar... Un fuerte brillo se formaba alrededor de la marca... El Berseker no podía moverse... Había perdido el movimiento del cuerpo de Dick...

 

--No se que hiciste Garry... Pero volveré... Y la mataré... Lo oyes garry!!!! La mataré delante de ti!!!! Haré que grites su nombre!!!! Haré que me supliques por su vida.!!! Y al final... Solo lo gozareee..--

 

No sabía con exactitud cómo describir lo sucedido... Aquella cosa de pronto se quedó callado... El cuerpo de Dick estaba inerte... No respondía... Era como estuviera desmayado... Hasta que abriendo los ojos miro como estaba amarrado por aquellas ramas...

 

--Oh por dios!!!!! Que sucedió!!!!!! Maldición!!!! Eres uno de ellos! Yo confiaba en ti garry!!!!--

 

Sep... Dick no recordaba nada...

 

@@Hessenordwood Crouch

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Definitivamente sabía que lo que probablemente vendría con aquella poción que le había entregado Lëna y la posesión de las semillas de silfo les traerían problemas, muchos problemas y seguramente algunas consecuencias, pero ella no fallaría a su palabra de cuidar y proteger al señor Despard si este seguía teniendo la intención de continuar aquel camino incierto con ella, sobretodo con la advertencia que antes de que ella comenzara a leer la carta de su madre había hecho, si bien sabía de lo que podían hacer los duendes cuando querían algo, también tenía el conocimiento de lo que podían hacer cuando se les negaba. Si pudieron asesinar a uno de su raza tras haber negociado su libertad, ¿qué les esperaría a ellos al tener las dos cosas que ellos quisieran obtener?

 

No le parecía casualidad el hecho de que los duendes siguieran fuera y cada vez más le daba una mala impresión la castaña, aunque Bel hubiera confiado en ella, Hannity no lo hacía y creía que probablemente ella pudiera facilitarle a los duendes el llegar hasta ellos, a fin de cuenta, a quién conocía era a Bel, no a ella.

 

Cada vez era más confusa la maraña de pensamientos que había en su cabeza y el tener la poción en su poder no le facilitaba las cosas, al contrario, con el comentario del predicador le hacía sentir que debían deshacerse del contenido, pero de igual manera las palabras de Lëna hacía que su curiosidad en cuanto a lo que se experimentaba al beberlo aumentara. Podía hacer caso a la castaña y tirarlo por el retrete, pero...

 

-¿A qué te refieres con eso de que por ahora no somos su blanco?

 

Era probable, muy probable que una de sus sospechas fueran ciertas y aquellos duendes que habían asesinado a Bladvack quisieran de vuelta aquellas semillas que ella tenía en su poder, esperaba que con sarcasmo o sin él Lëna le respondiera, a fin de cuentas ella era la que sabía de aquellas cosas.

 

Lëna no había alcanzado a contestar cuando Rory dijo que él sería quien probaría aquella poción, lo curioso de todo aquello fue que dijo que la poción había hecho ya bastante daño a los Ollivander, aunque, probablemente no fué del todo por causa de la poción, eso había sido a últimas consecuencias del todo que conlleva un contrato, el cual ella conocía de antemano. Sin embargo la mirada del pelirrojo y el tono de voz de eran sinceros, él quería ayudar a la rubia, pero ella tenía una mejor idea.

 

-No lo tome a mal Rory, pero, si alguien debería de tomarla soy yo, conocer lo que esconde y sus efectos me harían saber que era tan atrayente como para que mi madre y mi padrino quisieran consumirlo con mayor frecuencia y recrearlo, pero podemos darle una buena solución...

 

Quiso transmitir con su mirada el plan que tenía, dividir la poción y que ambos experimentarán aquello, aunque con Lëna estando en el consultorio, no creía que fuera bueno que los dos se distrajeran.

 

-¿Qué es lo que los duendes buscarían de nosotros Lëna?

 

No sabía si ella le respondería, pero sabía que muy pronto sus temores acerca de una persecución estaba cerca...

 

 

@@Rory Despard

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Lëna

Los duendes no se andan con protocolos, o esas cosas enrevesados de los magos de disimular sus acciones ¿si me entiende?― replicó la mujer de mala gana a la jovencita Ollivander, y es que aunque no parece mala, sencillamente le cuesta empatizar con ella de la forma como había hecho, en cierto momento, con su madre― si fueran por ustedes, directamente explotarían una parte del local por ejemplo y eso no ha ocurrido todavía entonces...― enmudeció de repente al ver por los gestos de ellos que al parecer esa clase de ataque si había ocurrido ya― ¿los atacaron? ¿dónde?

 

Había intuido que pese al ofrecimiento del mago, la chica iba optar por tomar ella de la poción, sin embargo, con lo último que estaba enterándose, ya no le parecía tan seguro que fuese una buena que lo experimentaran allí. No cuando, no había forma alguna de saber el tiempo que podían permanecer inconscientes a bordo de la fantasía que se les generase.

 

Lo que los duendes buscan es hacerse de las semillas.― al atisbar por la ventana, exhaló largamente al comprobar que todavía varios de ellos merodeaban por allí― Tienen docenas de ejemplares de poción, pero entenderás que esas semillas, que son el ingrediente estrella, son garantía de exclusividad para su negocio.― inquieta, intentando comprobar cuantas protecciones tenía ese lugar, y si serían suficientes para contener un ataque, prosiguió su explicación― Son desconfiados de los magos, entonces, es sumamente difícil para ellos, aunque se los digas de frente, que crean que una no tiene intenciones de "hacerles la competencia". Fue algo que le dije a Bel en su momento, ella bueno...tampoco supe el abanico de las razones por las cuales buscaba con tanto ahínco las semillas, pero al menos dos de ellas eran comprender que hacía poderosa y distinta a estas fantasías de las usuales que se ofertan en el concilio, y la otra, surtirse ella misma de pociones...para su uso.

 

Lëna podía decir, sin temor a equivocarse, que la propia Bel se había deshecho de ese ejemplar, tanto para evitar ceder a la tentación ella misma, como para delegar en Hannity la responsabilidad de esa investigación que había escapado de sus manos. Pero, su poco interés en seguir inmiscuyéndose en ese asunto, se estrellaba con la realidad de reconocer tanto en Rory como en Hannity una profunda ingenuidad respecto a esos temas.

 

Se sentía un alma vieja por comparación a ambos. ¿Debía ayudarlos entonces?

 

Así hubiese lanzado una docena de ataques esa puerta no hubiese cedido. Es increíble la cantidad de hechizos que protegen este lugar― el cuerpo se le escarapeló al pensar que mucha de la magia empleada ni siquiera era "de la buena"― por eso necesité de tu permiso para pasar. Ahora, no estoy pidiéndote que confíes en mí, pero tienes que admitir que sin alguien que les cuide las espaldas, no podrán experimentar con esa poción. Soy la única, que a fin de cuentas, la ha consumido antes y ha asistido también a quienes la consumían ¿qué dicen entonces?

 

Su actitud era desafiante, era parte de los "malos modales" que el predicador le había increpado, pero no pensaba cambiarlos porque era como negarse a sí misma. Y si ellos la aceptaban, tendrían que hacerlo a pesar de eso.

 

El tiempo seguía corriendo, jugándoles en contra.

 

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  • 2 meses más tarde...

La mirada azul y la gris de Despard y Ollivander se cruzaron al escuchar a Lëna hablar de cómo se presentarían los duendes, la piel se le heló, aquello ya había pasado, sabía que la explosión en Natural Posion no había sido una casualidad, ni mucho menos algo sin importancia, ya que se había dado justo después de que el joven Despard le había entregado el paquete con las semillas y ellos sabían que los perseguían mucho antes de saber que era aquello con lo que debían de lidiar.

 

-Si Lëna, ya tuvimos una clase de ese encuentro que tú describes, en un local de mi padrino, en donde él señor Despard me entregó el paquete y me informaba que iba dirigido a Garry Ollivander - sintió un escalofrío correr por su cuerpo al momento de recordarlo, la cara de la mujer era de sorpresa ¿Que debíamos hacer ahora? ¿Devolverlas? Aún no estaba segura el para qué las había enviado a Garry y como habían pasado a ser responsabilidad suya ¿Hasta donde llegaría esa investigación y que resultados arrojaría? No lo sabía y no encontraba la forma de hacerse una respuesta pronta, aunque también le inquietaba el hecho de que Garry estuviera inmiscuido en ello ¿Para que enviárselas a él? ¿Para que también tuviera su propio abasto de consumo personal?

 

Había muchas preguntas que rondaban en su cabeza mientras escuchaba a Lëna y aparecía dos vasos muy pequeños en los que vaciaba la poción a partes iguales.

-Me ha surgido la curiosidad de saber cuál es la verdadera diferencia de esta- dijo señalando los vasos con el contenido de lo que Lëna le había entregado -...y las fantasías del concilio, no tengo mucha información de sus efectos o lo que puede hacer, pero a mí parecer, y por lo que mi madre y padrino hicieron para recrearla, es bastante más llamativa e intensa a lo que puede vender el ministerio.

 

Al ver a la mujer observar el lugar y ver los escalofríos que le ocasionaba, ahora sabía que el lugar estaba protegido mágicamente, pero en su gran mayoría por magia oscura que sólo dejaba que la rubia tocara los objetos del lugar o dejara pasar a quién ella decidiera, también estaba conciente de lo que la mujer expresaba y ella ahora tenía la misma curiosidad que la castaña decía de su madre. Invocó las semillas que estaban en el piso de arriba para guardarlas en un cajón de un armario cercano, si, desconfiaba de Lëna un poco, sobretodo al verla hablar con los duendes, era por eso que había tenido aquella reacción de salvaguardar las semillas. Habiendo hecho eso y sabiendo que la protección estaba en todos los rincones del lugar y que solo ella tenía acceso a urgar se dispuso a darle uno de los dos vasos a Rory y mirar a Lëna.

 

-La ayuda de una persona experimentada en éstos momentos es invaluable y te lo agradezco enormemente- se dirigió a la ventana donde los duendes seguían hablando y dirigiendo miradas furtivas al lugar -¿De cuánto tiempo crees que disponemos antes de un nuevo ataque?

 

Sabía que ello llegaría en cualquier momento, pero también debían hacer el uso de la poción antes de que se terminara el tiempo, alzo su vaso hacia el pelirrojo y tomó todo su contenido.

 

@@Rory Despard

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  • 4 meses más tarde...

Benjamin Whisper

 

Con parsimonia, bebió las últimas gotas de ginebra de la copa y observó desde la privilegiada vista del balcón del Pink Palace, al poblado de Hogsmeade, que abandonado por los últimos rayos del sol, empezaba a iluminarse con la artificial luz de los faroles de las calles y los candelabros del interior de las viviendas. La llegada de la noche que para otros marcaba el final de sus jornadas, significaba para Benjamin el comienzo de una misión, que de forma tan personal y discreta le había sido encomendada.

 

A sus espaldas, en su dormitorio, un ojo poco entrenado solo podía haber apreciado el cúmulo de objetos de su pertenencia, dispuestos de forma meticulosa y funcional. Pero si se tomaba un poco más de atención, pequeños detalles que rompían con el conjunto, revelaban la presencia de la persona con la que había compartido ese departamento y otros aspectos mucho más íntimos de su vida desde su retorno a Inglaterra, aun cuando por propia voluntad no hubieran compartido lecho de la forma en que lo había hecho con muchos otros jóvenes en el pasado. Era imposible a esas alturas, negar que no podía ser con él todo lo serio y reservado que usualmente era ante los demás, pero esa noche, tendría el consuelo de una tarea lo suficientemente atrayente no solo para mantenerlo ocupado, sino que además le ofrecía la posibilidad de desplegar aquel instinto nefasto que encontraba excitación en el sufrimiento ajeno.

 

Apareció en el Diagon, y mientras caminaba, hacía un recuento mental de los informes que había recibido esa mañana, y de cómo el hombre al que ahora tendría que desmemorizar, había formado parte de la red de espionaje del ex ministro para las guerras suscitadas con los vecinos. Un espía brillante, decían los reportes, hábil en su labor, sigiloso en extremo, cauto...los elogios se multiplicaban y acaso por eso Benjamin encontraba más y más confuso que de un momento a otro, él hubiese decidido traicionar a su nación. Si como sospechaba, el hombre realmente reunía todas esas cualidades, ser desertor era un camino poco menos que suicida, cuando del otro lado tenías la posibilidad de una vida de reconocimiento, favores y privilegios por los servicios prestados.

 

Entonces, tenía que haber algo más, y pensar en la posibilidad de sonsacar esa información, generaba en el interior de Ben una excitación poco usual.

 

Veinte minutos después, y por causa de un i******, la posibilidad de disfrutar del suplicio y agonía de aquel excepcional mago, se había diluido y convertido en una frenética persecución para no perderle la pista. A través de callejones casi desiertos por la hora, el hombre que tenía delante de él a ratos se veía ya al alcance de su mano, pero conforme la persecución se extendía, comenzaba a semejarse más a una sombra a punto de difuminarse entre los recovecos mugrosos de la ciudad. Whisper sabía que si toda esa persecución continuaba, llevaba las de perder, pues su destreza física no era comparable a la que el otro mago exhibía, así que redobló los esfuerzos cuando finalmente al doblar una esquina, alcanzó Baker Street.

 

La última vez en ese lugar, había permanecido escondido en uno de los edificios frente al consultorio de Grelliam Ollivander, solo para conocer un poco más del lúgubre sujeto y la relación que mantenía con Black Yaxley. No había podido sacar mucho, pero la ironía de que de entre todos los sitios, el traidor eligiera entrar allí, hizo que una incógnita mayor se instalase en su mente.

 

¿Por qué, de entre todos los espacios posibles, el hombre se había refugiado allí? Estaba a punto de averiguarlo.

 

Con la seguridad de saber que la zona había sido marcada para evitar la desaparición, Whisper alzó su varita, y una bombarda máxima fue dirigida a la fachada del local, destrozando los vidrios de la ventana, provocando un ruido ensordecedor y una nube de polvo espesa. Ló logico era esperar que se disipase, pero Ben, sirviéndose de ella, y a través de un casco burbuja, ingresó al local pisoteando los escombros con aquellos caros zapatos de mafufactura italiana, listo para encarar al escurridizo espía.

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