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La Taberna del Loro Tartamudo


Beltis
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-Solo hay dos tipos de persona que verás tomando una cerveza en un bar...a esta hora...- Saqué mi reloj de bolsillo y me fijé en la hora, lo aparté y tomé dos largos sorbos de cerveza. Luego de eso saqué con un fino movimiento de mis dedos un cigarrillo y lo encendí con una llama que apareció en mi dedo.

 

-O eres una borracha empedernida... o simplemente andas curioseando ¿Cuál eres?- le pregunté directamente, comenzando a ver su hermoso cuerpo y el hombro que llevaba descubierto. No me caracterizo por ser un pervertido a la primera instancia, sino más bien un espectador, de qué tengo en frente, ¿sentimientos?,¿un pedazo de carne?,¿un pedazo de carne con sentimientos? no lo sabía, por eso me gustaba escudriñar a las personas con mi mirada, incluso... a algunas chicas les calienta que unos ojos morados paseen por su cuerpo.

 

-Aunque eso realmente no importa, ¿Verdad?... en un bar todos somos amigos.-sonreí levemente y ahora sí me giré hacia la chica volteando mi pelo y alargando mi mano hacia ella.-Soy Vladimir... Vladimir Lockhart.- una vez hecha la presentación, continué con mi cerveza y volví la mirada hacia Mauricio. -Oye, ¿acá no tienes nada interesante?... una rocola o algo por el estilo no estaría mal...- el barrigón se limitó a hacer un gruñido y señalar hacia una de las esquinas, una vieja rocola de pago... como si la cerveza inflada no fuera suficiente. <Avaro> pensé a mis adentros. -Bueno, la primera canción la escoges tu, nena... aquí tienes...- le coloqué un galeón sobre la mesa y sorbí mi cerveza.

 

@@Alba Ryddleturn

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Mientras esperaba la orden, el mago habló. Alba giró su cabeza para mírale bien, y reír ante lo que decía. No se lo esperaba para nada. Pensó en lo que decía, y tenía razón, ella era una de esas dos personas, para su desgracia le gustaba beber.

 

No alcanzó a contestar, porque el hombre siguió hablando dándole menos importancia a lo que ella contestara, era mejor así. Sin duda él también le gustaba el alcohol tanto como ella para ir por uno a esa hora.

 

Justo al momento que el hombre estrechaba su mano para presentarse, llega el tabernero con su pedido. Ella estrechó su mano derecha diciendo su nombre. – Un gusto, Alba Ryddleturn – y al tiempo que saltaba su mano, sacaba unos galeons del pantalón para no hacer esperar más al hombrecillo con aquella cara desagradable. Los dejó encima de la barra, mientras Mauricio, como lo había llamado Vladimir, recogía los galeons. Alba no dejo escapar ver aquel color de sus ojos que llamaron bastante su atención.

 

Mientras bebía un poco de su cerveza recién servida saciando su sed, le fue inevitable seguir escuchando a Vladimir, y más aun cuando le ofrecía un galeón para que escogiera una canción. – Muy bien – respondió sin más tomando el galeón y dirigiéndose a la rockola. No sabía muy bien que escoger, pero se puso a ver lo que ofrecía la maquina, hasta que dio con una

 

Se acercó a la barra nuevamente a la barra para seguir con su cerveza. – No sé si te guste, pero el galeon ya se fue – le dijo a Vladimir – ya que somos “amigos” – daba alusión a lo que el mago había dicho anteriormente – cuéntame que haces por acá ¿penas de amor o simplemente el disfrute de una buena cerveza helada? Lo que es yo, vengo por lo segundo – tomando un poco del vaso, terminando por hacer un pequeño ruido de disfrute.

 

 

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Editado por Alba Ryddleturn

Te quise tanto que me equivoqué... aprenderé a cerrar el libro de una vez


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-Buena canción... es una banda famosa.- dije tratando de recordar donde la había escuchado o leído, seguramente de algún lugar muggle.

 

Ya la cerveza en mi pinta se estaba agotando, por lo que le pedí con un movimiento de mano al cantinero que la llenara de nuevo, también me apetecía algo de weed pero no a todos les gustaba el olor así que la guardé para fumarla en otro momento más relajado que ese. Consideré en pedir algo más fuerte en cuanto a licor se trataba, pero considerando que un día así no sería bueno para emborracharse, pero ¿qué día es bueno? así que pedí un whisky de inmediato.

 

Hmm... la chica tenía buen cuerpo, más de lo que se podía esperar, por un momento pensé que sería una geisha que intentaría matarme, por otro lado, un mal de amores no estaría nada lejos de la realidad. Pasé mi mano por la barba corta que mantenía bien recortada. Esa chica era demasiado enigmática y difícil de leer, pero para mis adentros visualizaba a un tipo de luchadora, andar en los bares sola no es una hazaña muy común en tiempos tan oscuros.

 

-Pues un galeón es un galeón... casi que no es nada últimamente... - ¿En realidad un galeón es nada? me sorprendí diciendo eso luego de la crisis monetaria que había pasado hace tiempo. Era algo extraño el como estar de nuevo con dinero te hacía olvidar esas cosas.

 

-Pues puede decirse que las dos cosas...- suspiré tragando un poco de recuerdos, luego los mascullé en mi interior y al final lo ahogué en un largo sorbido de cerveza. -¿Bueno y como fue que viniste a parar aquí? no mucha gente se atreve a entrar por la fachada del edificio, solamente alguien que conozca. Dime, ¿estudiaste en lo que era la academia? yo solía venir por aquí, en las tardes, y echarme un par de partidas ilegales de apuestas. ¡que tiempos aquellos!- dije con un poco de melancolía en mi voz. Me giré hacia la chica para inspeccionarla mejor, viendo su estructura delgada y bien contorneada, sus piernas atléticas y su cabello cual oro, sin duda era hermosa.

 

@@Alba Ryddleturn

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-Una banda muggle famosa. Viví mucho tiempo con ellos – respondió mientras miraba los vasos que habían frente a ella en la repisa que el tabernero estaba ordenando. La chica disfrutaba de su cerveza y la música, mientras que el mago ya había acabado con la suya, y ya estaba pidiendo un nuevo licor, algo más fuerte como había pensado Alba desde un principio. Pero su mente ya se había calmada o más bien su sed, la cerveza había apaciguado su necesidad de alcohol.

 

Escuchó cada palabra que el mago decía. Cuando este terminó y era el turno de ella de hablar, no paso desapercibido para la Ryddleturn la mirada curiosa que tenía Vladimir en ella. Podía ser por el efecto del alcohol que tenía él o es que tal vez su figura llamaba su atención.

 

Con que tienes mal de amores – puso una de sus manos en su hombro comenzando dar unas pequeñas caricias – yo te puedo ayudar a olvidar… como mas gustes… - dijo mirando intensamente a sus ojos – ahora… ahora solo se me ocurre ayudarte con esto – saco su mano de su hombro para llevarla esta vez al vaso de cerveza y mostrársela al Lockhart – salud por el desamor – levantó el vaso para dar un largo sorbo que hizo que dejará solo un poco del liquido amarillo.

 

Vine a parar aquí porque te dije que me gusta beber – llamaba al tabernero haciendo un gesto que le llenará el vaso. Al parecer al empleado no le gusto su forma de ordenar, pero a ella le daba lo mismo, simplemente dejó los galeons esperando su servicio, y siguió su charla. – Si, estudié en la academia hace unos años ya. Solía ser una buena estudiante, me fue bastante bien. No recorría lugares como este. La vida me hizo cambiar, y ya ves, estoy como estoy – tomó su vaso que había sido rellenado de mala gana, y bebió.

 

Por lo que dices: apuestas, alcohol, eras unos de los chicos malos o tal vez aun eres uno de ellos, de esos que todas las mujeres quieren – otro sorbo de cerveza, y terminó girándose hacia él – a ver, vamos, enséñame apostar o algo que creas que yo no sepa – dijo en un tono juguetón, cruzando una pierna.

 

 

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-¿En serio?- comenté sorprendido, ¿cómo era que un mago podía vivir durante tanto tiempo rodeada de muggles apestosos? no me puedo imaginar el infierno que la hicieron pasar a la pobre, esas criaturas no tienen compasión o magia alguna. Por eso los magos somos superiores. Me quedé pensando en esto y la cabeza comenzó a darme vueltas. -Eh Mauricio, ¿Qué demonios le has echado a la cerveza?- comenté comenzando a ver todo algo borroso.

 

Controlé lo que sentía al escuchar las palabras que me decía y como colocaba su mano en mi hombro, sonreí inesperadamente y los efectos se terminaron de mitigar al enfocar su bello rostro. -¡Por el desamor!- me volví hacia para responder lo que anteriormente me dijo. -Claro que me gustaría, pero... teniendo en cuenta que nos acabamos de conocer, sería... demasiado interesante.- comenté mientras relamía la cerveza en uno de mis labios y le observaba fijamente su parte delantera. ¿Que me pasaba? no lo sé, no era tan lanzado de buenas a primeras.

 

-Bueno, ya tenemos algo más en común, a ambos nos gusta beber.-comenté mientras echaba un trago más de cerveza en mi boca y lo saboreaba y mientras escuchaba toda la historia que la chica me decía, era bastante interesante y la joven hablaba bastante, es algo que aprecio, mas viniendo de un desconocido al cual acabo de conocer. Su tono de voz se me hacía cada vez más lento, tal vez era el efecto del alcohol en mi sangre pero aún así le seguí tomando mucha importancia.

 

-Bueno, puede ser malo, pero yo solo disfruto de la vida... la verdad siempre fui bueno en la academia, era algo así como el chico malote pero a la vez aplicado. Me encantaban las clases de duelo, era lo mejor que hacía.- sonreí al recordar tantas cosas que había pasado. Tantos duelos y tantos desafíos que en mi mismo había puesto, las cicatrices en mi cara lo recordaban a cada momento. Esas cicatrices que brillaban de un color rojizo cuando el peligro andaba cerca.

 

-Pues hay varios trucos que puedo enseñarte.- dije mientras sacaba un maso de cartas, de las cuales dije que escogiera una, al hacerlo, revolví las demás, sin ver la que ella tiene en la mano, al terminar de moverlas por el aire, me levanté del tabure y me acerqué hasta su cara, con intensión de darle un beso, pero en lugar de eso, saqué una carta de su oreja y se la mostré. -¿Es esta tu carta?- pregunté mientras le mostraba la carta y la miraba emocionado.

 

@@Alba Ryddleturn

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  • 3 semanas más tarde...

Alba había bebido sí, pero no tanto o no tan rápido como para no darse cuenta que el mago más que mirar a sus ojos, miraba su cuerpo, pero a ella poco le importaba, tal vez hace un tiempo atrás hubiese hecho algo pero ahora más que eso, le gustaba que los hombres la admiraran.

 

Al escucharlo y ver sus reacciones, pudo notar que el alcohol se estaba apoderando del mago. Decidió tomar más lento, no es que no tuviera una buena resistencia, si ya estaba acostumbrada a beber en demasía pero quería estar en sus cabales aunque sea en una ocasión, porque ya no recordaba cuantas veces se había emborrachado con desconocidos, pero al menos sabía cuidarse.

 

Vladimir estaba ahí por una desilusión amorosa, pero al parecer poco le importaba ahora, y eso le gustaba a la bruja porque quería decir que tenía a alguien con quien divertirse sin ataduras ni problemas.

 

Un truco con las cartas, algo sencillo que ya lo había visto, no la estaba sorprendiendo del todo, mas lo hizo cuando sintió que el mago se acercaba más de la cuenta, pero ella no movió ni un musculo de su cuerpo, se quedó tal cual. Bien sabía que él no haría nada… por el momento, era demasiado pronto, además aun no acababa lo del truco.

 

Le brindó una pequeña sonrisa. – Si, esa era – le dijo en un tono calmado – igual esperaba algo mas… osado – y su rostro juguetón apareció. Le quitó las cartas al mago, y mientras las revolvía con tal soltura que demostraba que sabía algo con ellas, empezó a explicar.

 

Vamos hacer un juego simple. Dejaré el mazo de cartas aquí – que las dejó en la barra ya revueltas – y vamos a sacar cada uno, una carta – deslizó con su mano el mazo para que quedará en forma de abanico – el que saqué la carta mayor, será el ganador y le podrá pedir al otro lo que sea, y por supuesto el otro tendrá que acceder – una pequeña sonrisa maliciosa se asomó – el único límite es no pedir galeones, todo lo demás está permitido. Empieza tú – dejó que el mago sacará su carta, y luego ella lo siguió.

 

Miró su carta, y luego la dejó boca abajo. Su expresión facial no cambiaba en aquella sonrisa que tenía al comenzar el juego, pero en su mente bien sabía que no tenía muchas posibilidades de ganar. Bajo su mano solo tenía un 4 de corazones.

 

 

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Editado por Alba Ryddleturn

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  • 1 mes más tarde...

Era poco normal que Mia apareciera en los terrenos de la universidad, a menos que deseará completar algún trámite o cursar algún conocimiento nuevo que le diera más poder, sin embargo, aquel día era totalmente diferente, porque estaba allí por puro placer y gusto. Necesitaba relajarse un poco y olvidarse de todo lo que el banco solía exigirle como directora, tenía que recordar que era la diversión y el gozo de hacer las cosas solo por querer y no por deber.

 

Pensando en esos pequeños detalles ingresó en la Taberna del Loro Tartamudo, una edificación demasiado viaje que se mantenía en pie, lista para atender a tosos los universitarios que desearán pasar un rato de copas en compañía de sus amigos. Era el sitio adecuado, porque precisamente lo primero era lo que quería; ingerir un poco de alcohol y permitir que su sistema se relajará a tal punto de realizar una que otra locura.

 

—Un wosky doble y una botella de la misma bebida. —ordeno a don Mauricio en la barra, antes de alejarse y tomar asiento en una de las mesas que se podían perder un poco en la obscuridad.

 

No tuvo que esperar demasiado a que el cantinero le llevara su pedido, porque segundos después llego a su mesa. Tomó entre sus manos su copa y bebió de golpe el contenido, cerrando los ojos y soltando un gemido de disfrute por la sensación de quemor que le produjo el alcohol. Al abrir sus ojos, extendió su diestra y se sirvió otro whisky doble, mientras escuchaba la música de una guitarra en el local.

 

@.

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Luego de haberse relajado en una de las tiendas de dulces , Annabella aun estaba un poco fastidiada y regresar a la Mansión Rambaldi para ver a su hermana Kyttara era algo que al menos ella no quería hacer por el momento , puesto que tenia claro que solo pelearían por pequeñeces , y ciertamente la Demonio necesitaba relajarse , y divertirse por un buen rato antes de volver a la realidad .

 

Entro a los terrenos de la Universidad , no para ir a inscribirse para un conocimiento , si no por que había llegado a sus oídos que existía un buen lugar para emborracharse y pasarla bien junto a jóvenes universitarios , lo cual para ella era el lugar ideal para volver a sus andanzas ," quizás al fin encontrare algo interesante con quien jugar" , pensaba mientras caminaba en busca de la Taberna.

 

Cuando al fin encontró el anhelado y tan recomendado lugar entro inmediatamente , miro a su alrededor para ver si encontraba en alguna mesa algo interesante o alguien interesante y ciertamente lo encontraría , a lo lejos en una mesa la cual se encontraba en un lugar poco iluminado la demonia diviso a una mujer bastante interesante a decir verdad para ella - mm Diversión a la vista - dijo en voz baja mientras camino hacia donde estaba aquella mujer , se pare frente a la mesa y se acomodo el cabello , se bajo un poco el vestido rojo en escote en v que se había subido levemente mientras caminaba .

 

- Buenas noches ,¿ puedo acompañarla?- le dijo a la mujer en una suave pero sexy voz , sin dejar de mirarla por completo .

 

@@Mia Black Lestrange

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Con Annabella (@.)

 

La poca luz que llegaba a su mesa se vio interrumpida, lo que provocó que levantará su mirada y al hacerlo, se encontró con la presencia de una mujer hermosa de cabellos rojizos, que la observaba sin perder detalle. Podía sentir su mirada posarse por todo su cuerpo, por lo que simplemente bebió un trago de su vaso, antes de responderle a la recién llegada, una vez que bebió, dejó la copa sobre la mesa y la miró a los ojos.

 

—Buenas noches... claro que puedes hacerme compañía, ¿cómo negarme con alguien tan interesante? —respondió con diversión en la mirada y voz suave— ¿quieres algo de beber? —completo, quitando la mirada de sus ojos para observar su escote durante unos segundos.

 

Espero la respuesta, mientras volvía a tomar un sorbo de su copa y disfrutaba de la sensación del alcohol en sus labios, deseando que el placer que sentía con algo tan sencillo jamás se terminara. Al recordar que estaba acompañada, recodó un poco de sus modales, y negó con lentitud, antes echar hacía atrás sus rizos rubios y posar su mirada esmeralda en la bruja.

 

—Soy Mia y ¿tu eres? Creo que nunca te había visto antes, ¿o si? —la voz de la mortífaga podía notarse curiosa, mientras se mordía el labio inferior, intentando recordar si había visto a la bruja antes o no.

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La pelirroja la miro atentamente , aquella rubia si le estaba llamando mucho la atención , parecía bastante interesante el que no se negara a su compañía , por lo que ella siguió el coqueteo , al fin y al cabo eso era exactamente lo que andaba buscando una diversión sin ataduras y con una desconocida , solo una noche de farra y seria nuevamente feliz . Annabella sonrió al escuchar a la rubia ofrecerle una copa , si lo que mas adoraba la pelirroja era el alcohol mas en una buena compañía.

 

- Claro , encantada de beber una copa en tan bella compañía - dijo Annabella mientras se sentaba dejando entrever su muslo derecho - Un gusto Mía , soy Annabella Rambaldi - le dijo la pelirroja mientras llamaba al cantinero para que le trajera una copa y beber junto a la rubia .

 

Annabella no dejaba de mirarla , cada sonrisa que le dedicaba era meramente por lo cómoda que se sentía a su lado , la verdad la velada seria muy grata y quien sabe terminaría en algo mas , pensaba mientras jugaba con el anillo de circón rosa que traía en la mano derecha sin prestar mucha atención el los demás clientes de la taberna.

 

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