Aliento de Dragón (MM B: 107037)

[Freya Dunne]

Era una noche estrellada, sin luna, perfectamente visible en el cielo a pesar de las lumbreras que iluminaban el callejón cual fuego fatuos, y de las luces del interior de los establecimientos que se enfilaban a diestra y siniestra, rebosantes de clientes que salían y entraban en su interior completamente ensimismados en sus actividades y celebraciones. Se podía percibir un aroma dulzón en el aire cada vez que una puerta se abría, dejando escapar la fragancia de los confites de la temporada y haciendo enardecer mi apetito.

Me apreté un poco más contra Rainer, colgada de su brazo mientras avanzábamos sobre el callejón Diagón, haciéndole entrever lo ansiosa que estaba por buscar un refugio, lejos de toda multitud, para poder descansar y comer algo caliente. Realmente aún no estaba para fiestas, y dado que las fiestas de Yule era mi temporada favorita del año, aquéllo era decir demasiado.

Vislumbré el hotel al cabo de un momento, reconociendo el nombre del lugar en el que había hecho reservación un par de días atrás. —Dette er stedet... Aquí es —le indiqué a mi esposo, alzando el rostro para mostrarle una sonrisa de autosuficiencia al no haber hecho que nos perdiéramos como aquélla vez en Viena. Y por la sonrisa que mostró en respuesta, supe que aquélla experiencia era exactamente lo que había estado pasando por su mente.

Lo llevé al interior, donde el ambiente era claramente más cálido que afuera, y solo me desenganché de su brazo para sacarme la capa de invierno de encima, dejando a la vista mi atuendo: un vestido negro de corte francés de manga larga, medias oscuras semi transparentes y botines negros. Conforme nos acercábamos a la recepción, y sin poder evitarlo, atrapé mi reflejo en un espejo detrás del mostrador y me quedé absorta durante un minuto observando mi joven rostro, sin poder aún acostumbrarme a él. Suspiré hondo, y accioné la campana del recepcionista, recorriendo con mis ojos el lugar hasta encontrarme de nuevo con el perfecto azul de sus ojos.

—¿Te agrada el lugar? —pregunté, aunque sabía que era demasiado pronto para hacer aquélla pregunta. Era simplemente una forma de asegurarme de que estaba bien o si algo le molestaba.

No había hecho falta acostumbrarme a su repentina juventud; dos segundos mirándolo habían bastado para saber que aquél era el rostro que amaba y, si le observaba lo suficiente, podía sentirme de nuevo en nuestro hogar, antes de toda la locura. ¿Podríamos recuperar alguna vez eso? Tal vez si, tal vez no. De lo único que estaba segura era de que esta vez no íbamos a caer en los mismos errores de nuestra vida pasada. Si, pasada. Porque esto era un nuevo comienzo, una nueva oportunidad; quizás, la más grande de todas.

@@Rainer Dunne @@Anthony Ryvak Dracony

[Anthony R. Dracony M.]

http://i.imgur.com/IQZLp0N.jpg

Elian, elfo del Hotel "Aliento de Dragón"

 

El elfo se encuentra a sus anchas en el recibidor, tomaba bastones de dulce de un paquete para poderlos colocar en la copa junto al libro de registro, donde una plumas están debidamente colocadas para que los huespedes puedan registrarse sin problema. El pequeño y joven elfo, sabe que el rubio administrador, ahora tiene en las manos la organización de una de las partes importantes del evento que tendrá lugar el seis de enero, así que le deja el campo libre al elfo para recibir a los huéspedes.

 

Elian ha echado una ojeada a las reservaciones, la que debe tener cuidado, es con la del vampiro Reacon, el padre del amo Ryvak...es un mago que puede estar de mal humor y tratar de desquitarse con Elian...no sería la primera vez, pero mejor no molestar al pelinegro...la otra reservación tiene un par de días por lo que el elfo tiene a la mano los nombres, solo falta la copa de bienvenida, así que el elfo desaparece de la recepción para ir al bar del hotel por ella.

 

Cuando vuelve aparecer, una pareja joven de magos se encuentra en la recepción, el elfo se inclina para saludarlos y dar un cordial saludo, en su mano la botella y en la otra una charola con dos copas las cuales sirve tras abrir la botella:

 

--Sean ustedes bienvenidos!

[Rainer Dunne]

La mano de Rainer busco el contacto con Freya. Algo natural que hacía cada día, al empezar a tomar conciencia en la etapa posterior a despertar. La diferencia fue que sus dedos se cerraron sobre aire. Cómo si estuviera solo. No era posible. Su esposa raras veces se levantaba antes de él. No era lo habitual. La molestia se acentuó al abrir los ojos y encontrar un sol radiante que le daba directo a la cara, sin cortina que lo detuvieran. Al incorporarse noto que estaba al aire libre, en el suelo y que Freya estaba sentada en un banco cerca de las flores. Parecía ser una plaza poco transitada. Rainer tuvo el placer de observar como su mujer olía las flores y jugaba con las mariposas que se acercaban a su rubio cabello.

La fantasía acabo, cuando notó la juventud del rostro de Freya. Parecía que había quitado más de quince años a su rostro. Al ponerse de pie, pudo ver que su cuerpo no era tan alto como antes, y que sus músculos tenían apenas la cuarta parte que debieran de tener. Un llamado de Freya, lo hizo acercarse para enterarse que había ocurrido. Fue bastante sencillo. El artefacto había sido desconfigurado por milímetros con el hechizo que había invocado. Salvandolos de los italianos, pero dejándolos en otro lado del mundo en plena adolescencia. Aunque era una ventaja porque eran irreconocibles, volvían a tener menos poder que antes y quién sabe que otros problemas traería ese disyunción de tiempo. La buena suerte es que había sobrevivido al viaje una de las cinco bolsas de galeones que habían acordado llevar para estar solventes. Lo demás estaba perfectamente guardado esperando por ellos.

Freya con la amplia experiencia de resolver problemas, encontró un hotel donde reservo estadía por tiempo indefinido. Con aquello definido pudieron pasear por Londres y volverlo a ver con ojos diferentes. Rainer descubrió lo muchos que había extrañado no tener preocupaciones y poder pasear con su esposa sin los minutos contados, relajados. En el largo camino al hotel, se hicieron con un par de carteras pesadas con dinero. La habilidad de robar no había sufrido daños. Llegaron al hotel muy pegados, como solían andar. Freya iba colgada del brazo de su esposo, mientras él vigilaba todo con apenas una mirada. Sonrió al escuchar la aventura de Viena, realmente habían sufrido aquella vez sin tener una brújula con la cual guiarse. Pero todo acabo bien, un camino corto se convirtió en una apasionada aventura que les había dejado marcas en la piel.

-Ingen problemer -Respondió dejándose guiar hasta la recepción - Déjame ayudarte -Inquirió tomando el abrigo de Freya para acomodarlo en el brazo libre. Él llevaba una camisa blanca con cuello sin abrochar y un pantalón de vestir negro de corte inglés. No había querido gastar de más en el abrigo al notar el fino material con el que estaba compuesto.

Rainer no dejaba de observar el reflejo de ambos. Estaba muy orgulloso de la belleza de Freya. Había sido duro crecer en matrimonio, pero habían honrado a sus ancestros manteniendo el vínculo al principio, y cayendo locamente enamorados más tarde.

-Me agrada -Respondió acariciando su brazo para que supiera que todo estaba bien. Sobrevivirían a ese contratiempo. Eran dos luchadores que tenían muchas batallas victoriosas. Los dioses estarían de su lado para las que no tardarían en llegar. Loki parecía haberse mandado una broma jugando con su destino, pero encontrarian la solución. Estaba convencido de eso - Buenas noches, tenemos reservas al nombre de Dunne -Saluda Rainer antes de tomar las dos copas, oler una primero y entregársela a Freya cuando su olfato no detecto más que un perfumado olor a champagne de elevado valor monetario - Muchas gracias, Elian -Leyó el nombre en la etiqueta que portaba el elfo.

@@Freya Dunne @@Anthony Ryvak Dracony

Editado 27 de Diciembre del 2019 por Rainer Dunne

[Anthony R. Dracony M.]

Varios huéspedes tan jóvenes como los que Elian ve ahora, han sido gente que ha pasado su temporada por el hotel, aunque el Elfo se percata que es una pareja: Los Dunne ...si al menos la señorita Cindy se encontrará!...pero la pareja de Ryvak no se encuentra en Londres y eso ha provocado serios cambios en el muchacho peliverde que preocupa a más de uno de quienes le conocen...

 

Por eso, que mejor que esté ocupado, como ahora que tiene entre ceja y ceja llevar a cabo ese evento para el seis de enero...casi a la vuelta de la esquina, pero primero habrá que "pasar" el 28....un día que puede traer perjuicio por la costumbre de hacer bromas a los demás...siempre hay que andar con pies de plomo...

 

Elian ya no miro la tarjeta donde estaba el nombre que había en la reservación, pero reconoció el mismo cuando el joven mago lo menciono, hizo un ademán señalando el libro de registro sobre el mostrador de la recepción el cual se encuentra abierto en par en par, con las plumas listas a un lado.

 

--Por favor señor...si gustan registrar sus nombres, es para formalizar su estancia.--El Elfo fue a subir a su banquillo para aumentar su estatura, tomo uno de los plegables dispuestos cerca de las llaves doradas de los cuartos disponibles, este plegable con el fin de que los jóvenes conocieran la distribución y servicios del hotel y les fuese útil para elegir su habitación, extendió hacia los jóvenes el folleto haciendo la pregunta después de darle unos minutos para estudiarla:

 

--¿En qué planta gustan alojarse?-- Todo podía pasar....hasta el extremo que usa el demonio familiar del Ryvak, quien exige la habitación más pequeña y austera del hotel...ya que siempre lleva a sus victimas para jugar...es una suerte que hasta ahora no ha habido enfrentamientos entre huéspedes, pero si de algunas alianzas que han nacido de la convivencia...

 

Asrael

 

El pelinegro llega cabizbajo...pasar la noche de guardia en el Hospital San Mungo, es pesado después de su jornada como aprendiz de sanador, pero está decidido a continuar con aquella profesión que le llena de orgullo por que le brinda un estatus de respeto entre los ciudadanos, aunque algunos solo le recuerden por ser un bromista que se explaya en sus tiempos libres...¡y pronto será 28! ¡Su gran oportunidad! ...por ahora está agotado, camina al mostrador saluda distraidamente a los ahí reunidos y dispará órdenes al elfo...que bueno ser socio en el hotel, lo que le da ciertas ventajas:

 

--Buenas noches, estoy muerto de cansancio...Elian, envía mi cena a mi habitación, dile a Tami que nada de villancicos ni ruidos, dormiré de filo hasta mañana a las once que no olvide llevarme mis cosas, las que le encargue la semana pasada, bien, me retiro y si preguntan por mi, asegurate que sea una urgencia médica real, por favor, que debo descansar lo mejor posible, el 28 es un día muy agitado para mi...tú entiendes ¿cierto?--Hizo un guiño y se apresto a tomar el ascensor.

 

@@Freya Dunne @@Rainer Dunne

[Freya Dunne]

Freya sonrió ante su cariñosa respuesta. Estaba muy acostumbrada a ellas, pero aquéllo no era impedimento para que su cuerpo no se estremeciera cada vez que sentía el contacto de su esposo; le sonrió ampliamente, exhalando mas que solo aliento fuera de su cuerpo, sintiéndose más segura a cada instante. Entonces sus inquietos ojos se fijaron en el elfo doméstico que había llegado a atenderlos. En sus manos llevaba una botella de champagne, junto con dos copas que el pelirrojo inspeccionó primero antes de darle una a ella. Algunas precauciones se habían vuelto costumbres.

La castaña bebió un sorbo, solo para humedecer sus labios y empapar sus papilas con el sabor del champagne. Elian, el elfo, dio muestras de haber estado esperando la llegada de la pareja, no teniendo que hacer revisión de las reservaciones para pedirles que se anotaran en el registro del hotel —Yo lo haré —le indicó a Rainer, acercándose al mostrador para tomar una pluma y escribir los nombres de ambos con una caligrafía impoluta.

—Deseamos una habitación en la cuarta planta —respondió, habiendo ya estudiado el folleto del hotel con anterioridad. Había estado pensando en una estancia prolongada hasta encontrar un lugar mas apropiado para ambos, pero aquéllo llevaría tiempo, por lo que alquilar una habitación amplia, privada e íntima, donde no tuviesen que disponer tanto del servicio del hotel le pareció lo más adecuado. No importaba el costo. Estaban cubiertos.

Regresó al lado de su esposo cuando un hombre se acercó a ellos. Saludó, y llenó de indicaciones al elfo antes de desaparecer por el ascensor. Freya fue incapaz de evitar analizarlo un segundo y darse cuenta, por sus palabras, de que era alguna especie de sanador.

—Nos gustaría instalarnos ahora, Elian —volvió a reclamar la atención del elfo, colocando su copa de nuevo sobre la charola sin deseos de beber más alcohol antes de poder llenar su estómago con comida —, ha sido un largo viaje y deseamos descansar.

@@Anthony Ryvak Dracony @@Rainer Dunne

[Anthony R. Dracony M.]

Reacon, el padre adoptivo de Ryvak Dracony en su visita de fin de año.

JARDIN

El demonio se encontraba sentado sobre un trono improvisado que sus nuevos reclutas habían fabricado con los huesos metálicos de las criaturas que los guardias eliminaban mientras el portal de ambos mundos se encontraba abierto, Sobre sus piernas se encontraba una piñata con forma de muñeco la cual estaba rellenando con distintos tipos de fuegos pirotécnicos, mezclando los del mundo Muggle, los del mundo mágico, y los que el traía desde su propio mundo, lo que diferenciaba a estos últimos del resto es que eran encapsulados con distintos tipos de energía provenientes de criaturas, de armas, o de la misma energía que les permitía su inmortalidad, y que al momento de explotar se elevarían en el cielo y formarían un aura parecida a las auroras boreales.

Mientras pensaba que mas podría ponerle al muñeco, miro hacia el portal y pudo ver como un par de guardias cruzaban el portal continuamente, trayendo consigo cofres repletos de distintos materiales como oro, diamantes, y algunas armas de bajo poder, que luego serian amontonados en un rincón de la habitación, –No entiendo porque Anthony quiere que arrojemos toda esa basura al fuego…pero su deseo fue quemar todo lo que no nos sirva, así que me limitare a cumplir con lo que me pide, supongo que es mi culpa no comprender muy bien estas cosas, ya que llevo tanto tiempo fuera que seguramente las tradiciones humanas ya no son como las de antes— El vampiro trono los dedos y automáticamente su lugarteniente dio una orden –Traigan a los Prisioneros que están encerrados en las mazmorras de los campos eternos y encadénenlos junto a…—sin embargo fue interrumpido por el vampiro –Espera…ahora que recuerdo, creo que también tenía un elfo domestico en alguno de mis castillos, tampoco me es de utilidad porque ya no tengo permitido regresar a este mundo con tanta frecuencia como antes…así que supongo que siguiendo los deseos de mi hijo podemos quemarlo junto con los demás prisioneros, así que búsquenlo y tráiganlo junto con lo que hace falta— en cuestión de segundos los guardias ya habían partido a cumplir sus ordenes.

Reacon sintió la presencia de su pequeño acercarse así que miro hacia la puerta del jardín y sonrió levemente al ver que su hijo venia a toda velocidad – Tranquilo mi pequeño, ¿a dónde vas con tanta prisa?...Ah es verdad, mira ese rincón y dime si te parece bien lo que prepare para quemar con lo del hombre en llamas que me pediste --

 

Editado por Reacon, 01 enero 2020 - 17:34.

 

Anthony Ryvak Dracony

 

El peliverde fue al ascensor, era necesario ir rápido, sabia que su padre a veces se confundía por encontrarse en un mundo diferente donde las cosas son distintas a lo que el Ryvak vive. Estar en el proyecto le había retrasado para estar colaborando con su padre en la elaboración del muñeco para luego quemarlo y junto con el, todas las cosas viejas e inservibles que había en sus propiedades.

Lo bueno que con antelación, el ojimiel había encargado a Jerard y a Elian esa tarea de reunir los objetos que se iban a quemar por cuenta suya, solo esperaba que su padre no tuviese en mente quemar el hotel...así que cuando las puertas del ascensor se abrieron corrió al jardín para llegar con @Reacon a ver si no era demasiado tarde!

El alma le regreso al cuerpo cuando vio a su padre sentado en su trono como acostumbraba cada vez que venía a visitarlo, el vampiro lo miro y con esa singular manera de sonreír, muy propia de él, le hablaba pidiendo calma.

--Tranquilo mi pequeño, ¿a dónde vas con tanta prisa?...Ah es verdad, mira ese rincón y dime si te parece bien lo que prepare para quemar con lo del hombre en llamas que me pediste.

-- Pues...que me había olvidado de venir a echarte una mano...--Se detuvo poniendo unos minutos sus manos sobre las rodillas para recobrar el aliento, luego ya recuperado se irguió y sacando su varita le empleo para lanzar hechizos de protección a los muros de la edificación que forman parte del hotel, para que no sufrieran daño con el fuego .

--¡Listo! Ahora reviso padre, la verdad me entró un poco de miedo que te emocionaras al punto de quemar el hotel...aún me sirve ¿sabes? te invitaré cuando quiera reducirlo a cenizas veamos...--El peliverde fue al rincón donde ya había muchas cosas reunidas, algunas extrañas armas, partes de armaduras y unos cofres, el peliverde echo un vistazo al contenido y sin más giro para sonreír al vampiro-- ¿Así que está es tu basura?

Lo dicho...el vampiro tenía diferentes conceptos de las cosas o al revés, Ryvak consideraba diferentes las cosas que el vampiro tenía como ciertas. En eso del portal que se encuentra cerca de su padre, el muchacho ve salir a unos guardias con prisioneros encadenados y a un elfo que tenía sus orejas caídas, muy callado y que caminaba cabizbajo, el Ryvak sonrió y fue abrazar al vampiro para luego exponer sus ideas:

 

--¡Eres genial papá! ¡Va a ser el mejor Hombre en llamas que hasta ahora se haya hecho! solo unas cositas quiero, ya que esos diamantes y esos rubíes no te son de utilidad, permiteme conservarlos, tengo en mente un fin más adecuado y útil y....¿me obsequias a ese elfo? necesito un nuevo esclavo y ese me vendría bien, ¿qué dices papi? ¿puedo quedarme los cofres y al elfo? se buenito conmigo, anda! que sea como parte de mis obsequios de año nuevo...porque me tienes más regalos ¿verdad? yo se que si

 

 

 

 

Elian con los huéspedes @@Freya Dunne @@Rainer Dunne

 

El elfo tomo una de las llaves doradas, la correspondiente a una de las mejores habitaciones disponibles en la cuarta planta, la entrego a la dama y usando su magia elfica levito el equipaje de la pareja, el elfo estaba acostumbrado al ajetreo en el hotel, que le atiborraran de tareas era algo usual, lo bueno que en el hotel aún se encontraba el elfo de la señorita Samantha Sokal, amiga del amito peliverde, como agradecimiento siempre ayudaba a Tami y a Elian, así que se puede decir que tenían todo cubierto. Elian indico a la pareja donde ir al ascensor y llegar a la cuarta planta, el pelinegro ya se encontraba del otro extremo de la planta, la destinada para los socios del hotel y los familiares de Ryvak.

 

Se detuvo Elian en la puerta indicada, hizo ademán para que la dama usará la llave de la habitación y Elian pregunto servicial:

 

--¿Alguna otra cosa desean los jóvenes?

[Rainer Dunne]

El joven Rainer mantuvo la calma esperando que los papeles estuvieran firmados para recibir las llaves de la habitación. Dejo la copa de champagne luego de terminarla en el tiempo que otro hombre, que parecía habitué del lugar, apareció pidiendo servicio y hablando sobre la fecha que estaban por pasar en unas horas. Aquello no significaba mucho para ellos, pero si parecía ser importante para ellos. La interrupción ayudo aligerar la tensión pasional que le producía la sonrisa de su esposa. Aunque eso no quito su objetivo de mirar de reojo al hombre hasta que se fue. Algunas costumbres eran difíciles de borrar a pesar del cambio. Freya eligió la habitación del cuarto piso, cuando unos cinco elfos hicieron la aparición por la puerta arrastrando el baúl lleno de ropas que habían adquiridos durante el día en algunas tiendas no tan lujosas. Dejaron allí el envió antes de darse la vuelta para desaparecer. El plan principal seguía siendo pasar desapercibidos, aunque llegado a ese punto el licántropo no tenía idea si lo estaban consiguiendo.

 

Elian amablemente les entregó las llaves luego de que Rainer pagara la estadía completa por tiempo de una semana, también agrego una buena propina para no levantar comentarios entre los huéspedes. Empezando a moverse, el castaño tomo a su mujer de la mano para empezar el camino a su nueva vida. El cuarto piso era tan lujoso como todo lo que habían visto hasta el momento. El equipaje levitaba detrás de ellos guiado con eficacia por el elfo. Al detenerse delante de la puerta de la habitación que les correspondía, Elian volvió a ejercer la amabilidad con la cual se venía manejando frente a ellos.

 

-Gracias, Elian -Respondió Rainer - Como dijo Freya, estamos cansados. Así que dormiremos un poco antes de pedir alguna delicia del menú. Nos gustaría contar con tu discreción para poder sentirnos a gusto como en casa -Saco dos galeones del bolsillo para entregárselo al elfo en forma de pago. Lo que realmente quería decir el mago, era que evitaran regar sus nombres por todo el hotel. Sabían que los cotilleos eran jugosos en esos sitios con personas de pasada. No necesitaban llamar la atención.

 

La habitación era como Rainer esperaba lujosa y sencilla. En el camino hacia la ventana, quito la chaqueta para dejarla tirada sobre el sillón de dos cuerpos, luego se asomó a disfrutar la vista de la ciudad. Aunque sus ojos estaban más atentos a las posibles salidas de urgencia que podrían montarse en caso de tener que desaparecer de forma veloz. Se percató que el clima de la habitación era ideal para estar ligeros de ropa. Como en casa.

 

-Necesitamos tener un plan de evacuación -Dijo cortando el agradable silencio - No puedo creer que volvamos a ser niños -Se alejó de la ventana para mirar de frente a la bruja - Esto me trae muchos recuerdos. ¿Qué tal si mejor nos relajamos y luego empezamos a planear el siguiente paso? -Propuso con una sonrisa pícara. El pensamiento del mago ya empezaba a navegar con destino a otro puerto.

 

 

@@Freya Dunne @@Anthony Ryvak Dracony

[Freya Dunne]

En el preciso instante en el que Elian puso la llave dorada en sus manos, los pensamientos de la joven ya habían comenzado a volcarse sobre un largo y relajante baño de burbujas y una cena basta, que distaba mucho de ser ligera, una vez que estuvieran instalados en la habitación. Freya alcanzó a percatarse que las compras que habían hecho aquél día, muy temprano, ya habían llegado al hotel y, además, les seguían camino a la habitación. Todo estaba yendo demasiado bien, pero la sensación de que cualquier cosa podría ocurrir de un momento a otro no lograba abandonar su cuerpo.

Freya introdujo la llave en la puerta y entró en la habitación para inspeccionar que todo estuviese en orden mientras Rainer le daba algunas indicaciones extras al elfo. El pelirrojo sabía muy bien como hacer siempre para ganar el favor de los empleados, gracias a ello habían logrado escapar de numerosas situaciones en las que esas mismas personas les habían ayudado por lo que a la joven no le importó en absoluto, escuchando desde la ventana, cuando Rainer daba a Elian una propina más que apropiada.

La habitación contaba con todo lo que podrían necesitar. Obviamente contaba con servicio al cuarto si deseaban pedir algo del menú del restaurante, sin embargo allí mismo había una pequeña cocina de la que ellos mismos podían disponer. El baño era sumamente amplio, y una amplia sonrisa se dibujó en sus labios al ver la tina en el interior. Una cama, un sofá y una pequeña mesita con un par de sillas para el té, además de un closet espacioso complementaban aquélla habitación tan adecuada.

Posiblemente no habría sido necesario hacerle un encantamiento a la habitación para aislarla de sonido, pero la joven castaña no iba a correr riesgos. Mas tranquila y relajada se dirigió a la cama donde se deshizo del calzado y las medias. Sus brillantes ojos se clavaron en su esposo, que apenas terminaba de revisar por su propia cuenta la habitación. La luz del cuarto era tenue y agradable, haciendo que el reflejo del pelirrojo en el cristal de la ventana fuese tan nítido al punto de no decidirse cual admirar.

—Sí, sé que esto no estaba en los planes pero comienzo a pensar que podemos sacar aún mas provecho —respondió, mientras lo veía acercarse. Freya se levantó de nuevo, descalza sobre el suelo alfombrado para lanzar los brazos alrededor de su cuello. La sonrisa del mago le provocó un sinfín de sensaciones, a lo que ella solo respondió con otra igual, mordiéndose el labio inferior. Habían pasado días a la intemperie, durmiendo donde podían, y aquélla era la primera vez en semanas que podían darse el lujo de relajarse —Necesito un baño.

Siendo adultos, Rainer era lo suficientemente alto para que ella tuviese que alzarse de puntas cada vez que deseaba besarlo, pero ahora, volviendo a ser tan jóvenes, solo fue necesario alzar su rostro para alcanzar sus labios y depositar en ellos un dulce beso. Desenlazó sus brazos, acariciando su cuello, y se alejó lentamente hasta el baño para darse una ducha, a las que él siempre estaba invitado.

@@Rainer Dunne

[Anthony R. Dracony M.]

Abizaid Mondragón

 

El rubio salió de su habitación, antes de cerrar con llave, se cercioró que su equipaje estuviera cerca de la puerta, se sentía algo extraño por dejar el hotel esa misma semana, el día 9 precisamente, pero su nueva labor así lo requería. Fue a tomar el ascensor y bajar a la planta baja, después encaminarse hasta recepción, vio a Elian hablando con su compañera Tami y luego esta se desapareció. Abizaid se sintió satisfecho, los eficientes elfos harían que todo marchará bien a pesar de su partida, lo cual le ayudaría enormemente.

 

Al llegar al mostrador reviso el libro de registro, desde el mes pasado en que estuvo ausente, todo estaba bien controlado, las reservaciones atendidas y cobradas, sonrió al elfo, el rubio le hablo mientras hacia anotaciones un su block de control:

 

--Todo va bien Elian, no olvides encargar los suministros de limpieza, la despensa semanal, que el chef y la repostera te entreguen sus encargos a tiempo para agregarlos a las compras y que no se hagan por separado, que Tami te entregue su informe, mantén comunicación con Jerard y con Tuffy para turnar la atención a las criaturas mágicas, de ser necesario que les lleven a la reserva si acaso las ven nerviosas o nostálgicas, si llega correo notifiquen de inmediato y por cierto ¿dónde se encentra Ryvak? no le he avisado de que me marcho a una filmación en América y me gustaría hacerlo. --El elfo recibió del rubio aquel block, donde el mago ya había hecho las anotaciones sobre los encargos que dejaba para todo un mes, así que Elian lo guardo muy bien en el cajón del mostrador y le indico al joven que el amo Ryvak estaba en el jardín.

[Rainer Dunne]

El pelirrojo disfruto de la vista de su joven esposa en su camino hacia ella. Cuando lo rodeo con sus brazos, automáticamente cerro sus brazos apoderándose de la cintura femenina. Desde la corta distancia, podía detenerse apreciar los pequeños detalles de su rostro, el juego que la luz producía sobre sus cabellos castaños, hasta podía contar una a una las pestañas que enmarcaba sus espectaculares ojos. Detalles que de adultos se habían acentuado para convertir a Freya en una belleza seductora, pero en aquel momento, solo reflejaban el principio de lo que seria años después.

-Podremos y lo haremos. El sacar provecho de una situación estresante debería ser nuestro apellido legal -Coincidió respondiendo el beso antes de verla alejarse.

La sonrisa picara del joven no se borro ni un segundo ante la muda invitación, mientras iba a buscar al pequeño frigobar de la esquina una bebida para tomar. Rebusco entre las pequeñas botellas de medio litro hasta dar con una de tono verdoso que decía "Licor DeliciOSO" en la etiqueta decorada con un oso blanco de aspecto inofensivo. Termino su recorrido sumando dos copas de cristal a sus manos antes de ir al baño. En el ínterin que Freya templaba el agua que llenaba la bañera, Rainer se quito la ropa hasta quedar desnudo. No sentía vergüenza en absoluto por su físico tan diferente en esos años. Sirvió las copas antes de reunirse con su esposa.

-Que lujoso es el hotel, fue una excelente idea venir aquí -Comentó, entregándole la copa llena, entre tanto se acomodaba sentándose en el lado opuesto a ella -Nosotros en esta época estábamos aun recibiendo clases y preparándonos para alguna invasión -Recordó dando vueltas innecesarias hacia lo que quería decir - ¿Crees que podríamos ayudarnos? Digo que... -Bebió un sorbo de la copa antes de poder continuar. El licor era dulce - Podríamos cruzarnos de forma accidental en el futuro. Creo que arreglar eso , seria nuestro primer paso.

@@Freya Dunne