Jump to content

Hablantes de Parsel


Lawan Nguyen Thanh
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Los parpados achinados y arrugados de Lawan se achicaron por unos segundos. Sus ojos, rasgados e indescifrables, admiraban la silueta de Leah como si se tratara de una nueva especie de serpiente a la que jamás había investigado. Quizás, de cierta manera, sí lo era, aunque ella no lo comprendiera para ese entonces. Relamió los labios satisfactoriamente cuando la bruja logró atinar a lo que su cobra real parlamentaba en un dialecto conocido para Lawan, pero hasta el momento poco explorado por Ivaskov. Casi podía visualizarse en Can Tho, creyendo que aquellos murmullos siseados solo soltaban palabras sarcásticas e inexplicables..


— Mejor que bien — Lawan se apolló de las rodillas para levantarse de su aposento y estiró la espalda elevando los delgados dedos al aire, alcanzado la cabeza de una boa arborícora colgada del techo, haciendo crujir sus huesos lumbares tan fuerte que tuvo la impresión de que resonó por toda la morada. El Arcano le propinó una sonrisa de recompensa, sin esforzarse demasiado. No necesitaba recurrir a la legilimancia para enterarse que tras toda aquella máscara de agriedad y confianza, existía una bruja con ganas de aprender el complicado e inimitable lenguaje —. Pero no todo se trata de diálogos. El verdadero hablante de pársel logra una conexión mucho más profunda que la física o la mental. Digamos.. ¿cómo decirlo en inglés? — se rascó la cabeza, tratando de encontrar una, mientras se acercaba a la mesita al escuchar que Mía por fin reaccionaba —. Existencial, tal vez.


Elaboró el mismo proceso que con el berbaje que había ingerido Leah y se lo entregó a Mía en un cuenco más pintoresco.


— Me gusta tu determinación, muchacha. — empezó. Le hizo una seña con los dedos para que ingiriera el líquido, a la par que se giraba y atraía con magia una módica caja repleta de anzuelos y examinaba el resto de su contenido —. Es un factor indispensable si deseas interpretar cada uno de los mensajes y señales que, durante el transcurso de tu vida, deseen transmitirte. Y sí, son inteligentes, tal como nosotros. En ocasiones, yo diría que su intuición supera nuestra capacidad analítica. Y la paciencia, al igual que en un humano, no siempre resulta abundante en ellas — metió la mano dentro del empaque metálico y, con dos dedos, extrajo un pequeño ratón que se revoloteaba en el aire tratando por todos los medios de huir. No pasaron muchos segundos para que su agonía terminara de un solo bocado por parte de su cobra real, cuyo cuerpo se desplazó mediante un brinco repentino que nadie se esperó, excepto Lawan —. A veces, solo necesitas complacerlas para conseguir lo que quieres; después de todo, siguien siendo bastante interesadas.


Su vartia de cristal se materializó entonces por segunda vez, centellante. La caja metálica se cerró y la cobra real se enrroscó en el manojo, sin siquiera preguntar. Lawan hizo desaparecer los cuencos al instante que Mía terminaba de beber y los devolvió a sus respectivos lugares de la cocina, aquella pequeña estancia alejada repleta de nuevas crías que aún soñaban con la vida. Bastó, también, que la agitara dos segundos para que su convencional caña de pescar, de metales oxidados y cordones mugrosos, apareciera sujeta a sus hombros por hilos invisibles. Lawan se acercó a una de las paredes abiertas del bungaló y dirigió su mirada al cielo nublado que acontecía aquella tarde. La lluvia y la humedad no les resultarían un obstácul0 si lograban una verdadera alianza con las criaturas..


— Las serpientes — continuó de repente, manteniendo la mirada hacia las nubles — no son animales dóciles a las que se les puede acariciar por placer. Existe un vínculo individual que deben establecer primero con cada una, y siempre será distinto — volteó el rostro hacia las brujas, adoptando una mirada mucho más seria y pensativa. Necesitaba que comprendieran la importancia que tenía el respeto que debían ganarse de las criaturas. Sino, serían víctimas eternas de un círculo de burlas e improperios siseados por el resto de su convivencia con éstas. Y eso ya no dependería de Lawan, desgraciadamente —. ¿Qué tal si empezamos por eso?


— Como si pudieran— siseó su cobra, quien todavía yacía enrroscada sobre su malentín de anzuelos. Lawan solo soltó un suspiro de resignación, echándole un ojo acusador.


— Tengo 47 inquilinas en esta humilde vivienda, y he escuchado que muchas están ansiosas a que experimenten con ellas. ¿Se sienten identificadas con alguna en particular?

Editado por Lawan Nguyen Thanh
4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Evidentemente, pensó, con respecto al comentario de Lawan de que todo no eran diálogos. Quizás por eso había decidido tomar la clase. No obstante, asintió con el ceño ligeramente fruncido y se concentró, una vez más, en lo que las serpientes siseaban. La mayoría de ellas hacía comentarios comunes para los oídos de una Mortífaga, cientos de palabras donde el ego, a pesar de ser animal, no sobrepasaba lo que ella estaba acostumbrada a escuchar entre las filas de la Marca Tenebrosa. Altanería, un poco de territorialidad, cosas que ella misma compartía con ellas en su día a día y que realmente no veía como una amenaza, sino como algo normal.

 

Al escuchar que su hermana reaccionaba, volvió a enfocar los ojos en la realidad y giró la cabeza para observarla. Parecía estar bien, lo que era un alivio, así que le dedicó una pequeña sonrisa. Compartiendo sangre, era muy probable que no hubiera nada raro en que ambas poseyeran el mismo don y mucho menos la misma clase, puesto que solían encontrarse en las mismas situaciones la mayor parte del tiempo, pero debía admitir que nunca se había preocupado por ella. Mía era tan autosuficiente como ella y podría soportar cualquier cosa sin necesidad del brebaje del Arcano, aunque probablemente le sirviera para la jaqueca.

 

Lo siguiente que hizo fue ignorar los movimientos del profesor, centrándose más que todo en las pequeñas serpientes que aún tenía sobre las piernas y que se movían silenciosamente entre ellas, recorriendo algún camino invisible para sus ojos entre los pliegues de la túnica. Ninguna representaba una amenaza en realidad, sólo que aún le parecían fascinantes. Mucho más fascinantes que la cobra real de Lawan, tomando la cena con un sonido desagradable y poco apetecible para ninguna persona. Quizás por su silencio, el hecho de que se desplazaran como sombras sin llamar la atención, la forma en la que eran letales sin necesidad de demostrarlo más allá que manteniendo su espacio.

 

—Veamos —alzó la mirada, encontrándose con los ojos del Arcano y su seria expresión, pero rápidamente empezó a ver a los ejemplares que estaban por toda la habitación.

 

El olor a tierra mojada llegaba a su nariz como un calmante, la hacía sentir parte del entorno de una forma diferente. Cada minuto rodeada de serpientes la hacía un poco más apegada a ellas. Para una persona como ella, era difícil sentir las cosas como un reto cuando estaba acostumbradas a ellas y las serpientes habían sido parte de su vida desde un inicio, nunca sería una complicación. Apartó con cuidado y especial atención a sus pequeñas amigas, haciendo que bajaran de su regazo antes de ponerse en pie y empezó a avanzar con cautela por el lugar, más que todo para no perder de vista a ninguna de las serpientes que estaban ocultas incluso en las paredes.

 

Tomó su tiempo en todo momento, cumplir la tarea para el hombre era menos importante que su necesidad de conocerse a sí misma, así que tendría que esperar hasta que ella decidiera. Y no fue sino hasta unos veinte minutos más tarde que hizo contacto visual con un ofidio en específico, uno que reconocía de un lugar en su propia anatomía y que, de alguna manera, se parecía mucho a la forma a la que ella se veía a sí misma a la hora de hacer valer sus ideales. Detuvo su marcha, sin apartar los irises esmeralda de la criatura y una de sus cejas subió despacio al enfrentarla, esperando alguna reacción por su parte.

 

¿Puedo? —preguntó, casi sin notar que lo había dicho en un largo siseo que había tenido sentido para la serpiente.

 

Sólo si no tienes miedo a perder la mano.

 

Sonrió de medio lado, divertida y estiró el brazo sin temor alguno La serpiente la atravesó con sus fríos e inexpresivos ojos negros, moviendo la lengua bífida hacia el exterior como si pretendiera que la rubia cambiara de opinión. La Nigromante no se apartó, en realidad, flexionó los dedos un par de veces para hacerle a entender que aún estaba dispuesta a recibirla en su extremidad.

 

Confiada... o tonta —soltó la serpiente, mostrando los largos colmillos cargados de ponzoña.

 

Familiarizada —corrigió muy por lo bajo para que sólo ella la escuchara, girando el brazo sobre su propio eje para mostrar la cara interna del mismo como un gesto completamente normal, parecía como si insistiera, pero en realidad le estaba mostrando algo.

 

Sabía de antemano que Lawan la observaba tanto a ella como a Mía, sólo que confiaba en la magia que su tatuaje portaba. La Marca Tenebrosa sólo se mostraba a aquellos que ella quería que la vieran y en ese preciso momento, la negra tinta mostraba la silueta de una serpiente similar a la real que tenía ante su cuerpo, atravesando la calavera y estática, sin vida debido a la falta del llamado de alguno de los suyos. Las fauces de su amenazante tarea se cerraron y acercó su plana cabeza, curiosa, hasta la piel de la mujer. Ella no se movió en ningún momento, ni siquiera cuando sus heladas escamas azabache la tocaron y empezaron a deslizarse a lo largo de su brazo.

 

Otra persona se habría desesperado con la lentitud con la que el animal subía por los pliegues de su manga, acortando la distancia con su cabeza. Ella no. Ladeó la cabeza para mirarla, manteniendo el rostro pasivo mientras ascendía y no dijo nada más, a pesar de que podría haberle dado más explicaciones que la simple imagen que había usado como convencimiento. Pronto la serpiente flexionó su alargado cuerpo justo a la mitad, irguiéndose para que su cara quedara a la altura de la suya y volvió a mostrar los colmillos como última señal de advertencia, abriendo la boca casi por completo.

 

¿Tienes un nombre? —cuestionó la bruja, aunque le salió un poco más pausado que lo que había dicho antes, las frases largas se le complicaban un poco más.

 

Nailah —asintió esta, enroscándose en su brazo con lentitud hasta reposar la cabeza a la altura de su mano, como si quisiera estar cerca del tatuaje que portaba en la piel.

 

Altamente complacida con su progreso y feliz, muy en el interior, de no haber perdido la mano como ésta había sugerido, se dio media vuelta para volver a su lugar, donde las pequeñas serpientes mantuvieron ahora la distancia. Al sentarse, Nailah se soltó y empezó a recorrerla mejor, como si quisiera conocer su anatomía.

 

—Una mamba negra —dijo al Arcano—, Nailah. Me parece una especie fascinante entre las serpientes y el hecho de que sean de las más letales del mundo las hace mucho más hermosas, incontrolables, peligrosas.

 

Inteligente.Siseó Nailah cerca de su oído y ella se limitó a sonreír como respuesta.

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Tenía la aprobaciión para cursar la habilidad de parsel, cosa que me alegraba. Si bien era cierto que por un momento me atrajo la idea de tomar alguna otra antes que esa, comprendí que no quería perderla. Era demasiado útil para hablar con mi runespoor y practicar con mis serpientes la ofiomancia. De esa clase había logrado salir con Medusa, una preciosa cobra que aceptó seguirme a casa.

 

-¿Podré hacer que alguna serpiente me acompañe cuando termine la clase?- Pensé.

 

No podía evitar ser adcta a los recuerdos. Movi la cabeza negativamente. Llevaba un morrall pequeño dentro del cual estaba el monedero de piel de moke. En la mano derecha mi varita, pero además de eso, tenía los anillos del aprendiz de brujo en la mano izquierda, los de la fortaleza y el aro de la habilidad de la animagia en la derecha.

 

Colgados al cuello llevaba los dos colgantes que recibí en ambos libros, no me separaba de ninguna de esas joyas aunque no los llegara a usar. Llevaba unos cómodos tenis, unos pants gris claro y una sudadera con cierre del mismo color. Debajo de esta, una playera de mangas cortas color beige.

 

Era tiempo de encontrar la vivienda del Arcano Lawan Nguyen Thanh, me había costado trabajo aprenderme el nomnre. Eran bellos, si, aunque fuera de lo común. Pero lo más importante, ¿dónde vivía? Recordaba que tenía su propio oasis dentro del desierto.

 

En ese momento me pareció ver una serpiente, mirándome con curiosidad. Debería estar cerca, por lo que me acerque, pero sin usar el anillo de amistad con la misma.

 

-Hola, pequeña. Soy Lyra Katara Selwyn, ¿podrías decirme dónde esta el hogar del Arcano Lawan?- Pregunté en parsel

 

Cualquie otro me vería como si fuera loca por hablar con la serpiente, la cual se fue. Me mordí los labios, eso no iba a hacer fácil si todas eran antisociales. Por fin logré encontrar el sitio donde estaba el bungalow y el oasis.

 

Saque una botella de agua para darle un trago, cerrándola y guardándola de inmediato. La caminata me había dado sed. Acomodé la el morral y me acerque. Menos mal que los tennis eran cómodos, porque no había traído otro par.

 

-¿Dónde estará?- Pensé, mientras me acercaba.

SMLQYQL.jpg
EPjHROm.gif ~eAnQFcJ.gif ~ PowpgLI.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

 

Prestó atención a los movimientos del Arcano y se quedó pensando durante un segundo, hasta que descubrió que este le daba un brebaje de color lechoso, no tenía ni la más mínima idea pero al intercambiar una mirada con su hermana, lo tomó con una mueca de fastidio y se lo llevó cerca de la nariz, lo olió y al comprobar que no era del todo desagradable, lo tomó de un solo sorbo, sin siquiera hacer una mueca aunque su sabor era desagradable.

 

Las palabras que salieron de los labios de Lawan le sorprendieron, ¿criaturas interesadas? Estaba segura de de que podría estar cometiendo algún error, o eso quería creer, porque ella sabía que eran todo lo contrario, quizás traicioneras si las hacías enfadar o no demostrabas tu lealtad, si eran pero fuera de esa cuestión, estaba segura de que eran de los seres más leales e inteligentes que existían. Aunque eso también podía ser, por el tatuaje que llevaba tatuado en su antebrazo izquierdo, que tenía cierto poder de atracción para las serpientes.

Aceptando las últimas palabras del profesor, vio como su Leah se adelantaba a sus pasos. Se quedó quieta durante un par de segundos y observó a todas las inquilinas de la pequeña cabaña, mientras con una media sonrisa en los labios se concentraba en cada una de los casi inaudibles siseos que daban. Sabía que el vampiro la observaba, pero no le importó en ese preciso momento, porque estaba segura de que conseguiría lo que necesitaba en cuanto descubriese lo que quería.

—Mia... Mia. —fue el único siseo que necesito para girarse y encaminarse hacía una de las esquinas de la vivienda.

Acercándose con pasos lentos y el rostro inexpresivo se detuvo en cuanto estuvo a unos cuantos centímetros de una hermosa serpiente de colores dorados que estaba égida llegando casi hasta la altura de su pecho, al tener contacto con sus negros y penetrantes ojos, en los labios de la mortífaga apareció una hermosa sonrisa, y con lentitud levantó la mano para tocar la cabeza de la Taipan.

Sabía que debía decirle algo, o podría correr el riesgo de ser picada y morir envenenada, pero eso era su menor preocupación porque si esa pequeña la había llamado, estaba segura de que no la atacaría, porque confiaba en ella, algo fundamental durante el proceso que estaban viviendo, que era el de acercamiento. Por lo que simplemente, suspiró una vez más y levantó su mano un poco más, dejando al descubierto su antebrazo con la marca, aunque no la hizo visible como su hermana había hecho.

—Pequeña, eres bellísima. Tu color se parece a mi cabello... ¿en qué puedo ayudarte? —preguntó con siseos, sin borrar la sonrisa de sus labios—. Hablame... nadie nos molestará.

Sus palabras eran más que ciertas y deseando que le creyera espero unos segundos, mientras se quitaba un mechón de cabello de su frente, dejando al descubierto por completo sus verdes ojos.

—¿Debo confiar en ti? Si, somos bellas... pero pocos saben apreciarlo, ¿creerás en todas las palabras del Arcano? —preguntó la serpiente Taipan fijando sus ojos en la Black Lestrange.

Las palabras de la serpiente la dejaron pensando, pero estaba segura de que no podían ser más que una pequeña advertencia o una manera de llamar la atención hacía otro rumbo, por lo que simplemente negó con lentitud.

—Siempre creo mi propio juicio y no permito que nadie interfiera en él, así que no las tomo como verdad absoluta, porque pueden no serlo.

Sus palabras podían ser interpretadas con doble sentido, así que confiaba en que la serpiente entendiera el mensaje implícito.

—Aremi... llámame Aremi —pidió la serpiente—. Eres interesante.

Tras concluir con sus palabras, comenzó a acercarse hasta el brazo de Mia y colocó su cabeza en su mano como en una pequeña muestra de cariño, sí, era una caricia. Al tenerla así, esbozó una sonrisa y se giró hacía el arcano, prestando atención en las palabras de su hermana.

—Aremi, es una Taipan y una serpiente sumamente venenosa e interesante porque es una especie única con pocas variantes. —respondió a la interrogante del arcano y miró a su hermana con una sonrisa en los labios— Aparte de ser hermosa, obviamente y de demostrarme que pueden interesarse en nosotros los magos, así como lo hacemos en ellas.

Se quedó en silencio unos segundos, sin perder el contacto con la serpiente. Notando como fuera habían algunos siesos por parte de las serpientes, ¿habría llegado alguien más? no estaba del todo segura, así que mejor concentró su atención en Aremi.

—Aremi,—siseo acariciando a la serpiente.

Editado por Mia Black Lestrange
5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


La cobra real estaba fascinada observando a las dos mujeres interactuar con Nailah y Aremi, sin duda alguna ellas tenían un espíritu aventurero, además de que les gustaban los halagos. <<Quizasss lasss he subessstimado… aunque no creo que Kỳ đà sssea tan dosssil>> siseó la serpiente mientras se desenroscaba y con su lengua viperina captaba un nuevo aroma. <<Interessante>> siseaba ya de camino a la entrada del bungaló.

—Vaya que interesante... —dijo el Arcano al ver a las dos serpientes que se habían acercado a sus jóvenes alumnas— Para eso estas aquí… para aprender de ellas, para crear un lazo que te ayude a controlarlas, para entenderlas a pesar de lo peligrosas que puedan llegar a ser —Dijo el arcano poniéndose en pie. —Bien veamos cuanta influencia pueden ejercer en ellas… Recuerden que deben ganarse su respeto… el miedo no funciona con ellas, son traicioneras por naturaleza no lo olviden — Les recordó el longevo vampiro pero en ese momento una diminuta víbora se colocó sobre su hombro siseando algo que tan solo el Arcano pudo escuchar.

—Han hecho lo que he pedido… —siseó en respuesta, su rostro lucía preocupado. La serpiente asintió con la cabeza y el respondió —Graciasss— luego de aquello se volvió a dirigirse a sus alumnas.

—Vamos señoritas… tenemos trabajo que hacer —Se colocó su sombrero y empezó a caminar hasta la entrada o salida, ahora daba lo mismo, dentro de poco estarían muy muy lejos de ahí.

***

<<Tu eresss como yo… o yo era como tu>> siseó la cobra real dejándose llevar por la curiosidad, frente a ella estaba una mujer no muy alta, de cabello lacio y castaño, muy guapa a decir verdad.

<<¿Bussscasss a Lawan verdad?... ven conmigo, yo sssé dónde está >>siseó, segura de que podía escucharla y entenderla. <<¿Cómo te llamas gatita?>>preguntó la serpiente quien sin permiso de la mujer se había enroscado y deslizado hasta reposar despreocupada en los hombros de Lyra.

 

***
—Una nueva alumna…—Dijo Lawan emocionado ante la posibilidad de ver la alucinación que tendría la mujer apenas tocará aquella burbuja invisible que rodeaba su pequeño oasis. Sin embargó, recordó que tenía cosas más importantes que hacer que ponerse a jugar con sus alumnas, suspiró resignado y tras un leve movimiento de su varita quitó el encantamiento — Señorita… Selwyn ha estado a punto de no encontrarnos… veo que ha hecho amistades en el camino —siseó el mago, observando a su amiga en los hombros de la recién llegada.

Una vez dichas esas palabras el vampiro invocó su vara de cristal, misma que simulaba ser una serpiente enroscada en su mano, tras varias y complicadas fortuitas, seguidos de un encantamiento pronunciado en su idioma natal, un destello verde envolvió al Arcano, a sus tres alumnas y a sus respectivas serpientes, transportándolos a una selva muy remota en algún lugar perdido del mundo.

El ambiente húmedo y una suave llovizna les dio la bienvenida, los sonidos selváticos no se hicieron esperar, monos aulladores, insectos y el canto de algunas aves reinaban por doquier. El mago observó a su alrededor buscando quien sabe qué cosa, hasta que sin previo aviso les indicó el camino a seguir.

—Se preguntaran por que las he traído aquí… pues bien, me ha llegado el rumor que algo o alguien está matando a las serpientes de este habitad y vamos a averiguar si esos rumores son verdad. —Siguió caminando apartando las ramas a su paso… —Para eso tendrán que lograr que las posibles víctimas confíen en ustedes y las ayuden a resolver el misterio —aquello iba a ser complicado para las mujeres ya que seguramente las serpientes estarían más desconfiadas, manipuladoras y agresivas que de costumbre.

 

—¿Preguntas?... —dijo al llegar a un lugar que más bien parecía un cementerio de serpientes. La mirada de Lawan se ensombreció, ¿quién o qué podría estar haciendo semejante cosa?, ¿podrían sus estudiantes dar con el responsable de aquella barbarie?. Esas y varias preguntas más rondaban la mente del Vampiro, el por su parte ya tenía una leve idea de lo que estaba pasando, pero tenía que dejarlas aprender que sus sentidos se activen y que su conexión con los reptiles vaya más allá, que no se limiten a simplemente poder comprender lo que dicen.

Editado por Lawan Nguyen Thanh
4PYLzDA.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La sonrisa en los labios de la Black Lestrange apareció en cuanto se giró para pedirle a Aremi que la acompañara y despareció en cuanto comenzó a seguir fuera del bungalo a Lawan. ¿Dónde se dirigían? Esperaba que dentro de pocos segundos su interrogante quedará saldada, pero mientras tanto, continuó con su camino fuera y se quedó de pie, observando como Lyra se encontraba de pie, hablando con una de las serpientes, algo que le agradó y le permitió esbozar una media sonrisa, compartiría aquella aventura con ellas, las cosas se ponían interesantes.

—Lyra, que gusto verte... vamos, es mejor seguir el camino. —saludó a la que hasta hacía algunos meses había sido su prima, pero que para ella siempre sería más como una segunda madre.

Con Aremi aún cerca de ella, permitió que se enroscará en su brazo y subiera por su cuello para reposar en él, sería el medio de transporte más sencillo para las dos, o al menos era lo que pensó, hasta que la varita del Arcano las envolvió a las tres mujeres en una luz verde, que en cuestión de segundos las transportó hasta una selva húmeda de alguna parte cercana al Ecuador, era lo único que podía deducir por el momento al estar en ese sitio y sentir el aire cálido y húmedo en su nariz.

Escuchando las indicaciones del vampiro, negó con delicadeza y soltó una pequeña maldición por lo bajo, que únicamente fue audible para la serpiente que aún descansaba en su cuerpo, ¿quién sería capaz de asesinar a esas bellezas? estaba casi segura que eso tenía que ver con las manos muggles de algunos cazadores que deseaban construir o hacerse con el territorio, pero no estaba del todo segura, tenía que comprobarlo con la ayuda de las serpientes, por lo que eso se encaminaría a hacer en cuanto le dieran vía libre.

Ante la última pregunta de su interlocutor, negó lentamente. No tenía ninguna pregunta que hacer, al menos a él, por lo que sin siquiera pedir permiso, se retiró la capa de viaje y metió su mano en el bosillo de su túnica, para tomar con su diestra del mango su varita mágica, lista para usarla en dado caso de necesitarla. Deseaba que no fuese necesaria la magia, pero estaban un sitio desconocido que requería de su total atención y precaución, sin esperar demasiado a Lyra y su hermana Leah, se encaminó hasta un pequeño camino marcado por varias pisadas.

—Vamos por aquí... —siseó a Aremi, extendiendo su brazo para que la serpiente descendiera de su cuerpo y la siguiera zigzagueando por entre las piedras y hojas caídas de los árboles, y esta así lo hizo.

Con pasos lentos y constantes, se alejó del cementerio de serpientes y víboras de diversas especies al que Lawan las había llevado, dejando que sus sentidos se expandieran por todos los sonidos de la selva, pájaros cantando, diversos monos gruñendo eran los principales sonidos que podía captar, así como el correr de un río o lago cercano. Perdiendo su mirada esmeralda en algunos mosquitos y arañas que había en la selva, sin duda alguna, era el típico habitad poco poblado por humanos.

Deseando encontrar lo que en su interior le decía que la llevaría hasta una posible vertiente o teoría de lo que estaba ocurriendo con el ecosistema para que tantas serpientes resultarán dañadas y sin alguna causa aparente, negó lentamente y se quedó pensando. Segundos antes de abandonar el cementerio, se había acercado a los cuerpos sin vida y los había examinado, encontrando que no había una causa aparente de su muerte, algo que le llamó la atención.

¿Estarían muriendo sin fuerza física? eso era precisamente lo que deseaba descubrir, por lo que en cuanto se encontró con una pitón de a penas un metro de largo, bastante pequeña para considerarse peligrosa, se acercó a ella seguida de Aremi, la cual se quedó viendo a la criatura sin prestarle mayor atención a la mortífaga.

— ¿Vives aquí pequeña? —preguntó con un siseo y espero a que le respondiera.

Sabía que quizás no confiara en ella, pero podía ser que la sorpresa de que una mujer le hablará la orillaría a responder.

—Eres humana y te entiendo, ¿hablas mi idioma? ¿quién eres y que quieres? —respondió con un siseo totalmente amenazante.

Las palabras de la serpiente generaron una sonrisa en los labios de la matriarca Black Lestrange, por lo que con total tranquilidad, permitió que Aremi se acercará a ella.

—Soy Mia y si, te entiendo y se hablar en pársel. Quiero ayudarles y saber quién esta matando a tus compañeras, porque es una monstruosidad —confesó con voz tranquila y paciente.

<<Mia dice la verdad... solo queremos ayudar.>> siseó Aremi a la desconocida.

Esperó a que la serpiente lanzará su propio juicio de valor con relación a las palabras que recién terminaba de decir Aremi, esperando que fuese suficiente, para que al menos comenzará a confiar un poco en ella y le dijera que es lo que realmente estaba ocurriendo con el paso de los minutos.

<<Soy Ilea, y son humanos... vienen al lago y después de algunos días, comienzan a morir serpientes y algunos otras especies, como arañas, no sé realmente que ocurre.>> habló por fin.

Las palabras de la pitón la sorprendieron un poco, quizás no estaba tan equivocada en su inicial teoría, pero tendría que descubrir que era lo que estaba ocurriendo realmente con las pequeñas, porque no podían seguir muriendo un día y otro también.
Editado por Mia Black Lestrange
5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


Trabajo que hacer, eso viniendo de un profesor nunca significaba nada bueno. Se puso en pie estirando la mano lo suficiente para que Nailah volviera a subirse a su brazo de un salto y se enroscara en él como si de una rama se tratara, antes de avanzar hacia Lawan. Parecía interesado en algo y, por su expresión, sería poco agradable. Debía admitir que no sentía emoción alguna con respecto a lo que pudiera estar pasando por la cabeza del Arcano, en realidad estaba preocupada por lo que estuviera planeando para ella y su hermana. Mía y Aremi iban delante de ella, así que sólo alcanzó a la nueva estudiante cuando el hombre pronunciaba su nombre.

—Lyra —esbozó una sonrisa real, de las que sólo le dedicaba a las personas que le agradaban—, como dijo mi hermana, es un gusto verte. ¿Todo bien?

La Mamba negra en su brazo alzó la cabeza, curiosa, mirando a la nueva humana que había llegado pero a diferencia de las cientos de serpientes que habitaban el lugar, no la atacó. Tan pronto confirmó que era tan inofensiva como su nueva amiga, reposó la cabeza en el hombro de la Nigromante y se quedó quieta mientras Lawan hacía aparecer su vara de cristal. Esta vez la Atkins sí prestó atención a lo que el vietnamita hacía, había estado esperando ver aquél instrumento hacía bastante tiempo y debía admitir que no la decepcionaba en absoluto.

¿Sería capaz de tener una similar en el futuro? Frunció el ceño, pensando en todos los libros que tendría que cursar y suspiró. Pasarían años, muchos años, pero sabría que valdría la pena. Pero sus pensamientos se detuvieron cuando la realidad se vio distorsionada, producto de la magia del Arcano y en un abrir y cerrar de ojos el entorno cambió. Como un reflejo automático, miró hacia arriba primero que a sus lados. Pequeñas gotitas de lluvia caían en su rostro y los altos árboles escondían un cielo brillante, delatando que estaban dentro de una selva. Amazonas, quizás, era difícil decirlo después de tantos años viviendo en Londres.

Seguir al hombre era sencillo, no era excesivamente rápido ni extremadamente lento. Sólo andaba hacia su destino sin detenerse o acelerarlo sin sentido, así que se concentró únicamente en lo que pisaba para no cometer ningún error a medida que avanzaban. Lo queno era tranquilizante eran sus palabras y aunque estaba acostumbrada a la muerte, sobre todo a causarla, debía admitir que la noticia no le gustaba en lo más mínimo y por la forma en que Nailah siseaba, a ella tampoco. Evitó hacer comentarios hasta que llegaron a un lugar que parecía un cementerio de bífidos y no trató de impedir que la Mamba bajara de su brazo para explorar los cadáveres, sólo se quedó mirando lo que hacía con algo de dolor en el pecho.

—Esto es... horrible —aceptó al fin, dando un paso al frente con mucho cuidado. Había tantas serpientes que tenía miedo de pisar alguna.

Esto no es natural —las palabras alargadas de Nailah llegaron a ella a través del viento y ella asintió, sin responder de inmediato, lo que hizo que la serpiente se exaltara—. ¡Lo han causado!

Ya lo sé, Nailah —con toda la calma del mundo y unida a la serpiente de una forma poco común, se agachó a su lado a pesar de que una persona normal habría salido huyendo de haber visto cómo mostraba los afilados y ponzoñosos colmillos—. No veo sangre pero parecen algo débiles, como si hubieran perdido la fuerza poco antes de morir...

Nailah se relajó al ver que ella sí intentaba hacer algo y volvió a cerrar las fauces, zigzagueando un poco más allá para examinar más cuerpos de sus hermanas fallecidas. Eran seres fríos y traicioneros, como no paraba de llamarlas Lawan, pero la empatía hacia ella era algo que le salía del alma y no podía negar que empezaba a gustarle. Se atrevió a mover el cuerpo de una cobra con la mano, creyendo que estaba muerta y sintió los afilados dientes clavarse en su mano antes de ver cómo la criatura se alejaba velozmente. Maldijo por lo bajo y sacó la varita de inmediato, apuntando a una roca mientras Nailah salía tras su atacante como una estela azabache en el césped.

Morphos —apuntó a una roca y la transformó en un Bezoar, el cual tragó antes de que su sangre se coagulara—. ¿Nailah?

Vio la plana cabeza de su compañera alzarse un poco más lejos de lo que recordaba haberla dejado y avanzó hacia ella, manteniendo la varita en mano por si alguna otra sobreviviente saltaba en su contra.

¿Todo bien?

—la serpiente movió la cabeza primero hacia la cobra, algo inquieta en el suelo y luego hacia ella—, morirá pronto.

No estaba en contra de su muerte, sinceramente, porque contra Mortífaga era bastante vengativa. Pero su muerte era innecesaria y sin duda sería poco productiva. Se agachó a su lado, viendo cómo ésta se sacudía con violencia y recibiendo a Nailah otra vez en su brazo de forma protectora.

Humanos controlando serpientes como sus mascotas —siseó la cobra, que tenía las incisiones de Nailah cerca del cuello—, debería darte vergüenza...

No soy humana, en primer lugar y no la controlo, es mi compañera —la corrigió y con el ceño fruncido, ladeó la cabeza—. ¿Esto lo han hecho humanos? ¿Muggles?

Los ojos fríos de la serpiente la miraron una última vez y luego su cabeza cayó en el suelo, estática. Por lo menos se había ido con el recuerdo de ella hablando Pársel, lo que no tenían la mayoría de los magos y mucho menos los muggles.

Hallemos a Mía y a Lyra —concluyó, regresando sobre sus pasos.

Editado por Leah A. Ivashkov

"%20alt=YwwEbg4.gif


"%20alt=


"%20alt=hQEsmVo.gif3lqIQgZ.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me encontraba perdida, aunque eso no era algo raro en mi. A veces me distraía mucho y aún sabiendo el camino a un lugar, no era capaz de encontrarlo porque algo me llamaba la atención. Escuché un siseo, una serpiente más amable que la anterior se había acercado a mi, subiéndose a mis hombros.

 

Por instinto, le acaricie la cabeza, esperando no ofenderla, pero era demasiao linda. Me recordaba a mi cobra que tenía en casa. ¿Qué había querido decir con que tal vez ella había sido como yo?

 

<<Si pequeña, busco al Arcano Lawan.>>- Sisee en perfecto parsel.-<<Soy Lyra Katara Selwyn, aunque todo mundo suele decirme minina, por lo que ya has adivinado que soy.>>

 

Sisee, mientras sonreía. No me extrañaba que la cobra hubiera detectado mi animagia, según lo aprendido en la clase entre los animagos y las criaturas había una buena comunicación.

 

<<Indicame el camino, por favor.>>- Le pedí dejándola en el hombro.- <<¿Tú cómo te llamas?>>

 

***

Seguí las indicaciones de la cobra y pronto llegamos al lugar donde estaba el Arcano Lawan. Me alegró mucho ver a Mia y a Leah, ambas se veían bastante bien.

 

-Lo siento, señor Arcano. O profesor.- Nunca sabía como dirigirme a ellos, no eran profesores comunes. -Me perdí, afortunadamente mi nueva amiga me encontró. Mia, Leah, igual me da gusto verlas. Todo bien., ¿y tú?

 

Les sonreí a ambas, pero no pude seguir platicando mucho con ellas, pronto seguimos al Arcano hasta que cambio de habitat. Me alegró tener la chamarra puesta al sentir la llovisna. Era entendible la actitud de las serpientes, después de semejante ataque.

 

-Podemos curarlas, ¿verdaad?- Me mordí los labios, hasta la pregunta era tonta, pero si bien aquello parecía un cementerio de serpientes, como bien dijo el profesor podría haber sobrevivientes.

 

Algunas estaban muy juntas y era imposible hacer que se separaran, por lo que utilice un pequeño truco. Convertí un par de piedraas en hamsters, gracias a un par de morphos que se dirigieron al grupo. Un par de serpientes se movieron no lejos de donde estaba, pero una apenas pudo atrapar al ratón.

 

-<<Soy Hayley>>.- Dijo por fin la cobra real.- <<Me quedó en tu hombro si no te molesta.>>

 

<<No Hayley. Ahora vamos con esas dos pequeñas, una se ve muy débil.>>- Sisee.

 

Utilice el anillo de amistad de las bestias señalando el sitio donde estaban ellas dos. De esa forma si había alguna otra que no hubiera detectado, entraría bajo su poder, haciendo que confiaran en mi. Pronto llegue a donde estaban ellas, la que estaba del lado izquierdo se veia muy débil.

 

<<Perdona, Hayley. Tengo que sacar algo de mi morral.>>- Le pedí a la serpiente, mientras descolgaba el morral y sacaba mi monedero de piel de moke. Saque un par de pociones del mismo y se las di a las dos. <<¿Se sienten mejor?>>

 

Me alegraba tener los conocimientos suficientes para poder curar a al menos algunas. Hayley se había vuelto a subir en mi hombro, pero la mochila la tenía en la mano, si enconraba más sobrevivientes, necesitaría esas pociones.

No es que fuera una santa, no me molestaba atacar a mis compañeros en un curso de duelos, por ejemplo, o ver como alguien hechizaba a un muggle, pero esa crueldad era realmente innecesario. Deje que descansaran un poco antes de interrogarlas.

SMLQYQL.jpg
EPjHROm.gif ~eAnQFcJ.gif ~ PowpgLI.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web


Tras las palabras de Ilea, negó lentamente, ¿qué era lo que estaba ocurriendo realmente? eso podía deberse a envenenamiento del agua o de espermicidas esparcidos por toda la selva, lo que iba a terminar con toda la vida que allí se encontraba en cuestión de meses o quizás semanas, si es que eran lo suficientemente potentes para lograrlo. Negando lentamente, se acercó un poco hasta la pocisión de la pitón, con la compañía de Aremi.

—Primero debo aclarar que no soy humana, doy un demonio y segundo... puedes confiar en mi y en Aremi, lo único que deseamos es detener lo que esta ocurriendo. —siseó a la serpiente.

Lamentablemente no pudo ocultar su descontento, porque en sus ojos apareció un atisbo de furia, mientras que su voz se tornó un poco más fría de lo normal, porque no lograba encajar todas las piezas de lo que posiblemente era un rompecabezas. Decidiendo tomar medidas un poco más drásticas, estiró su antebrazo izquierdo y mostró el tatuaje de la marca tenebrosa que poseía a sus dos acompañantes.

<<Estás marcada con la serpiente, sabía que eras especial Mia>> respondió Aremi ante la muestra de confianza de la mortífaga, para después añadir mirando a Ilea <<¿Crees que nos podrías guiar al lago?>>

La Black Lestrange esperó la respuesta de la pitón, y ocultó el tatuaje que portaba, para después sacar su varita mágica. Deseando que todo transcurriera de manera un poco más acelerada, suspiró profundamente, comenzaba a causarle un poco de estrago la emoción vivida en la alucinación de la que había sido parte en la cabaña. Pero eso era algo que jamás aceptaría, por lo que simplemente esbozó una sonrisa conciliadora a Ilea.

Y justo en ese momento la serpiente comenzó a guiarse por entre algunas hojas y piedras, era lo que esperaban la Taipán y Mia para comenzar a seguirla, por lo que con pasos lentos pero constantes, se encaminó hasta el destino que Ilea decidiera mostrarle. Pasaron caminando durante algunos minutos por entre los frondosos y verdosos árboles, así como viendo algunas especies animales que no tenía el placer de admirar todos los días.

Hasta que escuchó el siseo que se asemejaba a la voz de Lyra, ¿la había encontrado? al parecer así había sido. por lo que sin siquiera dudarlo se detuvo en seco diciendo <<Ilea, espera un segundo... escuchó la voz de una de mis compañeras, vamos, ella también esta aquí para ayudar.>> informó a la serpiente, y señalando a Aremi el camino que decía seguir para encontrar a Katara.

Caminando rápidamente hasta donde se encontraba la animaga, esbozó una sonrisa tranquila y miró lo que hacía, estaba curando a algunas de las serpientes con las pócimas que no habían logrado aprender a preparar del todo en su clase de pociones del año pasado. Por lo que simplemente se encaminó hasta su posición e hizo notar su presencia.

—Lyra, creo tener una pista de lo que esta causando la muerte de todas las serpientes y víboras e Ilea intenta guiarme hasta donde podríamos encontrar las pruebas para saber que es. —habló en inglés sin siquiera pensarlo, dejándose llevar por la normalidad de su interlocutora.

 

Tomando una de las pociones que esta tenía entre sus manos, se acercó a una serpiente que de inmediato se pusó en guardia al ver a la ojiverde. Pero para tranquilizarla habló en pársel.

 

<<Tranquila, no te haré daño, soy amiga de Lyra y vengo a ayudar, toma un poco pequeña.>> pidió con dulzura como si se tratase de un ser querido al que estuviese curando y procurando.

 


5pBSVaz.jpeg

8kKbsCi.gif|| sgN2plD.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Había podido descubrir al menos unas cinco sobrevivientes. Hayley, la cobra real que se me acercó desde el principio seguia a mi lado, aunque esta vez tenía la cabeza apoyada en mi pierna. Se veía preocupada por la salud de sus compañeras. Le acariciaba la cabeza como si se tratara de un gato o un perro y ella se dejaba.

 

La voz de Mia se sobresalto en aquel silencio, por lo que no pude brincar un poco, sin moverme del sitio en que estaba sentada con las piernas cruzadas.

 

<<Me alegro que hayas podido averiguar algo. Ellas están demasiado cansadas y desorientadas para poder decirme algo, pero creo que pude salvarlas.>>- Comenté en parsel. Sabía que las serpientes nos entenderían en ingles, pero era mejor hablar su idioma.

 

Deje que Mia tomara las pociones que necesitará, mientras me ponía en pie y veia como las serpientes que estaban sanadas se alejaban. Hayley se volvió a subir en mi hombro derecho, después de que me acomodé el morral en el hombro.

 

-Tuve que crear las pociones para curar a mi runespoor. Los medicamentos comunes no funcionaban para cuando se peleaban sus tres cabezas.- Le comenté a Mia, ahora sien inglés.-Me alegra haberlas hecho y traerlas conmigo.

 

Esperé que terminará de curar a la serpiente para irnos, cuando me puse a buscar a Leah con la mirada.

 

-¿Has visto a Leah? Deberíamos esperarla antes de irnos, ¿no crees?- Pregunté.

 

Sabía que nuestra compañera era capaz de cuidarse sola y quizás era la más poderosa de las tres, no solo por los hechizos de los libros, pero aún así, era mejor mantenernos juntas.

 

Las serpientes que seguian vivas y no se habían ido, seguian bajo el poder del anillo de la amistad con las bestias, por lo que no corriamos peligro entre ellas. Miré con tristeza las que todavía estaban en el suelo, ya no se podía hacer nada por ellas.

 

<<Con razón estaba preocupado el Arcano Lawan.>>- Sisee, mirando a Mia y a sus compañeras.-<<¿Será seguro para ellas que vengan con nosotros?>>

 

Obviamente, necesitabamos a Ilea, creo que era la guia. Pero llevar a las otras...

No pude perderme mucho en mis pensamientos, cuando escuché el siseo de Hayley.

 

<<Yo voy. Podemos ayudar.>> - Protestó al ver que estaba sugiriendo que se quedaran.

 

<<Esta bien, Hayley, no te molestes.>>- Comenté, mientras sonreía.

SMLQYQL.jpg
EPjHROm.gif ~eAnQFcJ.gif ~ PowpgLI.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.