Hablantes de Parsel

[Lawan Nguyen Thanh]

La charla entre los mellizos era bastante fluida y amena dándole la oportunidad de apreciar otro cambio en el humor de la Vidente— Es increíble como las personas que amamos o nos aman, provocan cambios inesperados en nuestro interior o entorno—la expresión en el rostro del Encantador de Hanói era un poco confusa para sus ofidios.

Solo una vez en el pasado, vieron aquella mueca que les dejaba sin la posibilidad de entender el sentir o pensar de su maestro. Era como tener delante de ellos a un perfecto extraño, pero le conocían en muy en el fondo, porque le habían salvado la vida en el pasado.

Para ellas era mucho más que un amigo, confidente que siempre recurrir a ellas en sus peores momentos. Lo salvaron de morir le dieron la oportunidad de una vida nueva olvidando su pasado entre cenizas que fueron arrasadas por el viento. Incontables recuerdos se agolparon en su memoria pasajes ocultos que pocas veces eran revelados a sus aprendices.

Así era el viejo Lawan, desconfiado por naturaleza celoso de sus secretos y del aprendizaje que le su finado maestro. Se había quedado solo dentro del mundo sin más compañía que la de sus pequeños ofidios, pero le gustaba vivir así— A veces la soledad suele ser la mejor amiga y consejera—murmuraba recostando su espalda sobre  costado de su basilisco.

Agradecía esos momentos plagados de viejos recuerdos, volviéndose sin desearlo un espectador que recopilada datos, igual que lo hace un arqueólogo dentro de una recién descubierta tumba antigua— Cada uno sabe como resguardada sus heridas, aunque algunas, jamás dejan de supurar o escoser como si estuvieran frescas—intentaba dibujar una sonrisa sin mucho éxito.

Los siseos de las serpientes se fusionaron en un extraño cántico, aquel arrullo que una madre solía obsequiar a su pequeño paga enviarlo al mundo de los sueños. Le resultaba familiar la danza que poco a poco fue congregando a sus reptiles cerca del estanque donde solía pescar para alimentarlas— Las aguas se enturbiaran de un momento a otro, dando paso a un remolino que revivirá a viejos enemigos y afianzara alianzas que se creían olvidadas o pérdidas—una voz brotaba como lo hace el retoño de una planta que siente la frescura de la primavera en el ambiente.

Dejando a la Vidente enfrentar la piel muerta que debía soltar de un momento a otro, ahí a lo lejos nubes oscuras se dejaban vislumbrar. El vampiro sabía a la perfección lo que aquello significaba— Está a pocos pasos de concretar su mayor anhelo, solo espero que la brujula apunte a lo que realmente desea obtener de todo esto—la vida solía colocar toda clase de pruebas y obstáculos en la vida de los seres que habitaban dentro del mundo mágico y la Macnair no se salvaría de frententarla cuando ella lo dispusiera.
 

@ Juv Macnair Hasani

Editado 28 de Mayo del 2021 por Lawan Nguyen Thanh

[Kahlan Blackthorn]

— Admirable es su perseverancia, no puedo negar que ha dado en un punto flaco de mi personalidad—reconoció la Oclumante. Le hubiera resultado sencillo bloquear las intenciones de Lawan, pero era cierto que su mellizo le debía más de una explicación sobre su abrupta huida de Hogwarts— El no es piel muerta como tal, sino los daños que dejo al irse como un vulgar ladrón entre las sombras—reconoció mirando con un desprecio desmesurado a su hermano. Era la viva imagen de la maldad más pura que podía existir dentro del mundo mágico, al grado de olvidar los lazos sanguíneos que le ataban a más de un mago o bruja. Si fue capaz de matar a su propia madre, no quedaba la menor duda que enviar al hombre delante de ella, al mundo de los muertos sería como arrancarle un pelo a un gato.

— ¿Existen o no?—la dureza en sus palabras se semejaba a los truenos que azotan a las nubes en medio de una tormenta. La existencia de ese sitio, le llenaba de una malicia renovaba, tal y como el pequeño que llega al mundo en medio de una guerra improvisada entre dos poderosas potencias mundiales— Vamos, sabes que entre nosotros no caben los secretos. ¿Acaso ya olvidaste la marca que dejará esa promesa en nuestros cuerpos?—señalando su costado derecho cerca de la zona donde estaban ubicadas sus costillas flotantes. Ahí anidaba uno de sus mayores secretos un tatuaje que tenía un gemelo único en el mundo, aquel que siempre les recordaría su pacto dentro de la sala común de Slytherin. 

— Posiblemente sean sólo el rumor de un loco, que al igual que tu lo trajo hasta la actualidad o ¿no?—estaba perdiendo la nula paciencia que poseía. Espero diez años por una respuesta que se negaba a salir a flote, cuál navío en medio de la mar, intentando escapar de su inminente final— Hablaste de que eran dos, la primera le perteneció a nuestro bisabuelo y la segunda, no estabas del todo seguro de su propietario—la sonrisa poco a poco afloraba en sus labios. Pero no era el típico gesto cargado de ironía, sino algo mucho más siniestro y desconocido para el par de vampiros. Elevando los ojos hacia donde estaban las nubes oscuras, no le quedo más que echar a reír por todo lo alto. 

— A pocos pasos del final, puedo percibir sus siseos más intensos y fuertes—devolviendole una mirada cómplice al ofidio— Le dije que los escuchó desde niña, no es casualidad que le haya salvado la vida a una de ellas y ella a mi—reflexionaba ante su confesión. La serpiente de la que hablaba, desde siempre le acompaño y consiguió preservar su vida más allá de lo permitido— Es mi mayor confidente, no le contaría mis más íntimos secretos a nadie más que a ella—neftis le esperaba siempre dentro de sus dominios. Reposando en el marco de la ventana, perdiéndose en la inmensidad del paisaje que era el hogar de la Metamorfomaga.

— Obtendré lo que deseo, ya sea por las buenas o por las malas—arremetió con decisión contra el castaño. Era su contraparte, pero el había olvidado un pequeño e insignificante detalle, jamás traicionar a la mujer que desde siempre lo protegió de los embates que su padre lanzaba contra el— Fuiste importante, ahora solo eres la pieza perdida de un puzzle que estoy a nada de concretar—confesaba sin tener el menor miramiento con el sujeto. Aunque compartieran la misma sangre, ya no significaba nada especial para ella y se lo había ganado a pulso. 

@ Lawan Nguyen Thanh

[Lawan Nguyen Thanh]

Las arenas del tiempo seguían corriendo a favor de la rubia. Lanzar esa clase de amenazas contra su mellizo, no le parecía nada sensato o adecuado, tras tomar en cuenta la clase de nexo que existía entre ambos.
 
El enojo era evidente en ella, pero debía comprender que el accionar del hombre estaba justificado. Eligiendo la salida falsa, al escapar con el secreto amarrado a la lengua, cuál ancla que es lanzada al mar de forma imprevista. 

 — Escapó por imposición y no por elección—el siseo de una de las serpientes la alertó. Intentaba hacerla comprender que estaba perdiendo el rumbo que comenzó a andar al entrar al hogar del Arcano— No es necesario perdonarlo, simplemente déjalo ir de una buena vez—el siseo continuaba cómo lo hace una nana que busca arrullar a un pequeño y enviarlo al mundo de los sueños.

Lawan miraba a la serpiente, complacido por la forma en que se confabulaba con su compañera, para intentar disuadir a la vidente. Su labor era enseñar las dos caras de la moneda, el lado bueno de la vida y el lado turbio de la muerte— La prueba está cerca, elige con cuidado tus palabras, acciones y reacciones—la voz de su compañero de batalla se transformaba en la lengua parsel. 

Drew se manifestaba en el pensamiento de Macnair— Recuerda la fuerza indestructible qué llevas tatuada en la espalda, Hydra y Quimera. Unidas son invencibles, pero separadas son vulnerables y fáciles de derrotar—transmitía su devoción por ella en ese mensaje. 

Las oscuras nubes que divisó con anterioridad, comenzaban a disiparse poco a poco. Abriéndose varios caminos delante de sus ojos, mares desconocidos qué era necesario navegar, profanar y descubrir. La serenidad se evaporó en su cuerpo, liberandole de una pesada carga, soltaba amarras y su navio ahora era mucho más veloz.

— ¿Está lista para enfrentar la prueba final? —la pregunta era directa y sin rodeos. El encantador de Hanói, consideraba que estaba lista, para retar a la pirámide y salir victoriosa con el anillo de la habilidad de los hablantes del parsel en su dedo corazón. 

— El reto ha sido lanzado, piense con calma su respuesta—le aconsejaba disipando la imagen que permanecía delante de ella. Ya no estaba ahí Jerel, solamente quedaba un aroma cargado de añoranza y rabia contenida por más de 10 años. Caminando hacia el cuerpo de agua, donde solía pescar esperaba la respuesta de su aprendiz.

Tenía demasiado que pensar y soltar, sanar no era sencillo. Pero aquellos que encontraban la paz, conseguían un tesoro difícil de comparar con el oro o cualquier otra clase de piedra preciosa. 

@ Juv Macnair Hasani

[Kahlan Blackthorn]

— Estoy más que lista y decidida, si quizás tenga razón—desvió sus ojos hacia el ofidio que le hablaba con tanta familiaridad. Escapar por imposición y no por elección, siempre fue un juego entre los mellizos Malfoy— Hogwarts era un patio de juegos, pero no era del todo nuestro—torcía una amarga sonrisa en sus labios. Los años dorados dentro de la mansión Malfoy, no era nada más que un vago recuerdo, barco que navegaba en medio de aguas turbias sin un rumbo fijo. El desprenderse de la traición de su hermano, si que le estaba costando mucho más de lo que pudo imaginar.

— Đó là thời gian để cho nó đi—le contestaba a su acompañante— Hãy buông bỏ và tái sinh—la serpiente se movía sobre su clavícula siseando complacida ante lo que escuchaba. Ahora si confiaba plenamente en la respuesta dada por la Oclumante, rodeado su cuello sin causarle el menor daño, le acompañaría en su camino por la prueba para obtener la alianza de los Hablantes de Parsel. El áspid se apersono en su muñeca, dándole su aprobación para dirigirse a la pirámide.

— Một số vết thương sẽ không bao giờ lành hoàn toàn—llevando con orgullo cada una de las cicatrices que le dejará combatir desde pequeña. No percibió el menor dolor en su cuerpo, aunque de cuando en cuando su marca de Caín, escocía como si la hubieran tatuado por primera vez del lado izquierdo de su cuello. Los recuerdos de la muerte de su hermano mayor, atizaba ese fuego que se acrecentaba dentro de ella. Raíces muertas que revivían, despertando uno a uno los poros de su piel— Luôn ghi nhớ và không bao giờ quên—esa frase se había transformado en un mantra personal para la vampiro. 

Heridas de guerra bajo su piel, delineaban un camino plagado de incontables batallas. Ayr, Escocia apareció como una pintura al oleo, resaltando en ella el ejercito que comandará al lado de Drew. El viejo amigo que deseaba ser algo más que un simple consejero o el segundo al mando, buscando captar la atención en el ámbito amoroso a como diera lugar— Chúng ta chưa bao giờ dành cho nhau—confesaba escuchando la voz del hombre arañar los sentidos de la rubia. Debía reconocer su tenacidad, pero para ella no era más que un buen amigo y compañero de batalla. 

Sus intereses actualmente estaban centrados en obtener la habilidad de los hablantes del Parsel y no en el pasado que hace tiempo abandonará de forma definitiva sus memorias, que poco a poco se evaporaron como lo hace el agua al hervir a altas temperaturas— Tôi đã sẵn sàng cho bài kiểm tra—asintiendo con arrogancia acariciaba a la serpiente que tenía en su muñeca. Le recordaba a su vieja amiga, aquella que estaría feliz y complacida, al verla lucir la alianza que le reconocía como toda una hablante de Parsel. Las tres irían por cada uno de caminos que tuvieran que andar, buscando el idóneo para alcanzar la meta que era la pirámide y enfrentarse al portal que sería el encargado de probarla con la mayor dureza que pudiera existir dentro del mundo mágico.

— Tôi không sợ gì cả, tôi không có lý do gì cho chúng—espero la señal del Arcano para desaparecer rumbo al bosque donde iniciaría toda la faena que este dispuso para ella. Fulgura Nox fue el hechizo que eligió para hacer su viaje más sencillo y rápido, delante de ella un portal oscuro abrazado por lenguas de fuego le daba la bienvenida— Cảm ơn thầy vì những kiến thức mà thầy đã truyền đạt cho em—se despedía momentáneamente del Arcano. 

@ Lawan Nguyen Thanh

[Lawan Nguyen Thanh]

 — Me alegra que haya respondido sin titubear, porque era lo que menos esperaba de usted—la sonrisa en los labios del Arcano era un obsequio sorpresivo para la Oclumante. Esa seguridad disfrazada se arrogancia, no era más que la nuestra más real de que cada una de sus acciones estaban impulsadas por sus ansias de  entablar una comunicación más fluida con las serpientes o cualquier clase de reptil que se cruzará en su camino. 

— Ha aprendido lo necesario, ahora es momento de probarlo enfrentándose a la pirámide—indicaba señalando al par de ofidios que le acompañarían en su travesía. El ya no tenía nada más que compartir con ella, solo restaba que atesorara todo lo enseñado por el Encantador de Hanói. Aplicando cada una de las lecciones en el momento o situación justa, porque esa era su única finalidad. 

Legar todo lo que él adquirió al verse abrazado por la muerte, deseando que la misma lo engullera como lo hace una serpiente con su presa. Lastimosamente los designios de la muerte, no tenían plasmado en sus páginas el final de la vida del vampiro como un compromiso que debía concretarse cuando él lo deseara. 

— La espero en el bosque, ellas la conducirán hasta el. Escuchelas atentamente, preste atención hasta el más mínimo siseo, no sea que por descuido caiga en una trampa—le aconsejaba alejándose de la rubia. Ahora su andar estaría amparado solo por ese par de serpientes, fieles amigas que se aferraron a su anatomía. Tal y como lo hace un feto al cordón umbilical que le proporciona el alimento y el aire suficiente para mantenerse con vida dentro del vientre materno. 

El Arcano continuaba con su caminata, el podría llegar a la pirámide en tiempo récord. La que si estaba sometida a cierta presión era su aprendiz, porque debía sortear un número de hitos, para finalmente adentrarse en el portal que ya en otras ocasiones le retara para comprobar si era digna de portar el anillo que le reconocería como una diestra en la habilidad de los hablantes de parsel. 

@Juv Macnair Hasani

Editado 15 de Junio del 2021 por Lawan Nguyen Thanh

[Xell Vladimir Potter Black]

Aunque había estado allá antes, aún no había hablado con el Arcano. La tía Hayame y yo habíamos estado jugueteando con su Basilisco y nos habíamos divertido mucho, hasta que se escapó. Entonces, nos fuimos tras él y llegué a olvidar que quería saber más sobre los animales que hablaban parsel y sobre cómo comunicarme con ellos. En el Circo teníamos muchos ejemplares y no sabía cómo estar con ellos. Sentía algo de envidia por la Tía Sagitas, quien conversaba con ellos y los calmaba. Era una gran mazicologista, creo que se llaman así los que viven de observar y convivir con las criaturas mágicas. A ella no se le escapaba ninguna criatura y sabía entenderlas. Eso me gustaría a mí y esperaba que el arcano Lawan me indicara si yo podía hacer lo mismo con el parsel. Sólo unos pocos estaban capacitados para ello.

Por eso, en aquel día soleado, me presenté delante de su casita. Era preciosa rodeada de un lago, idílica para pasar un día tranquilo, si no fueran aquella multitud de ofidios que me rodearon. Si fueran perritos, diría que estaban olisqueando mis rodillas. Tuve miedo que se metieran en mi falda y apreté los pliegues de la misma contra la piel, juntando bien las piernas. Debería haber venido con pantalón para evitar problemas. Sin embargo, lucía una blusa azulada con una falda, también azul aunque algo más fuerte, junto a unos zapatitos planos de color azul oscuro casi negros. Aspiré aire para evitar el pánico, como me decía la Tía Sagis cuando sentía miedo en los rediles del Circo.

- Hola, bonitas. ¿Podéis decirle al Arcano @ Lawan Nguyen Thanh que estoy aquí, por favor? - añadí eso por si me entendían. Nunca supe si las serpientes entienden a las personas.

[Lawan Nguyen Thanh]

 — Parece que tenemos una nueva visita—indicó al ver como sus pequeños venían a su encuentro. Soltando la caña de pescar, dejaba para otro momento su más grande afición— Vayamos a darle la bienvenida, además de una buena reprimenda—caminado al paso que marcaban el zizagueo de sus serpientes.

Extrañamente echaba en falta a la Primer Ministra de Nueva Zelanda y al Camita Ragnarok. Pero siempre existía espacio para nuevos aprendices, aunque no todos ellos tenían el don para dominar  lenguaje de los diversos reptiles que habitaban dentro y fuera del mundo mágico.

 — No pienso mostrarme ante usted así como así —sonrió quedándose resguardado detrás de un tupido grupo de arbustos. Su primera prueba estaba dando comienzo— Le sugiero que respete a mi Basilisco, ya que no esta aquí para ser la distracción o diversión de nadie en particular —la severidad era palpable en sus palabras.

Cada una de las criaturas que habitaban dentro de su morada, merecían respeto y lo recibirían costará lo que costará— ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones al venir aquí? —cuestionaba a la joven sin miramientos — ¿Qué le hace creer que posee lo necesario para convertirse en una  Hablante de Parsel? —mostrándose un poco arisco buscaba obtener una respuesta sincera.

Acariciando al ofidio que descendió por una rama, escuchaba con atención lo que este le transmitía por medio de siseos continuos — Las cosas han cambiado, ahora nuestros métodos serán mucho más estrictos y menos permisivos —advirtiéndole a la criatura que se enroscara en su brazo. 

@ Xell Vladimir Potter Black

[Hessenordwood Crouch]

Quintel Guillam (nvo. comienzo)

Permaneció allí de pie por mucho más tiempo del que se consideraría normal, no importaba mucho la verdad, no hay nadie detrás de él que lo espere, no hay nada que lo empuje a ir más rápido esta vez. No, solo es él dando este primer gran paso hacia el conocimiento que ofrecen los arcanos. Naturalmente, y como ha sido hasta ahora, cualquier cosa que hubiera tenido que ver con las escuelas lo hubiera puesto nervioso, Quintel nunca fue el más brillante en ninguna de sus asignaturas, mágicas o no mágicas (decisión de George llevar aunque sea el título de bachillerato a casa) no obstante, esto se siente diferente, es…como si fuera una extensión de él, que empuja hacia afuera reprimida todos estos años dentro de su cuerpo.

—Os pido a mi padre y madre que estén conmigo siempre-, no puede olvidar los rezos, esto es parte de él también, de sus raíces. —Os pido a los Dioses la sabiduría para sobrellevar esta situación-, hace mucho también que los Dioses le han dado la espalda, pero él simplemente no puede olvidar. —Os pido por mi gente, aunque les he dejado atrás juro que los llevo siempre conmigo, así que os ruego por mi-, todo ha sido recitado en un claro náhuatl, algo que sale de sí mismo como respirar.

Pero la lengua pársel es diferente, es suave y cómoda en su paladar, ha practicado algunas palabras que se encuentran en las portadas de algunos grimorios en casa de Ollivander, sin embargo, no parecen funcionar, supone que es parte de la magia. Hoy está aquí para descubrir este secreto y, sobre todo, saber si es capaz de dominarla. Que privilegio sería manipular con destreza la lengua de los reptiles que en su tierra nativa alguna vez adoraron, por muchos años las serpientes fueron para Ehécatl, el símbolo de los Dioses más generosos de su tierra. 

Inspirado por esto, el muchacho finalmente se abrió paso por el estrecho camino que lo llevaba hasta aquel misterioso portal. A ciencia cierta no sabe qué es lo que va a encontrar del otro lado de este, sin embargo hoy más que nunca, no se siente temeroso al conocimiento que hay por delante.
Cuando abre los ojos nuevamente, lo primero que es capaz de distinguir es el extenso cuerpo de agua bajo sus pies, la humedad ahí es cómo la de una selva mesoamericana, lo ahoga antes de que pueda entender que es lo que sucede, sin embargo, y apesar de todo, se siente cómo si volviera al lugar al que pertenece, lejos de toda la aristocracia Londinense, lejos de los altos estándares americanos.

Aunque sus pies están hundidos bajo aquel estanque comienza a caminar hacia la orilla más cercana, en busca del maestro Lawan Nguyen.

[Lawan Nguyen Thanh]

Dentro de las antiguas culturas existían diverso dialectos indígenas, Lawan provenía de un sitio donde comunicarse con las serpientes era bien visto. Cuando dicho don era heredado de padres a hijos, pero existían casos excepcionales. Donde no precisamente los genes estaban inmiscuidos en dicha habilidad, para la buena suerte de esos pocos magos o brujas, contaban con la guía del Arcano de los Hablantes de Parsel. Desde muy joven se especializó en perfeccionar el dominio de ese lenguaje, escuchando con atención cada una de las lecciones que su madre le dedicaba con devoción y dedicación al joven. 

— Ellos son similares a nosotros, pueden convivir con el resto de los seres vivientes. No hay necesidad de herirlos o lastimarlos de ningún modo—expresaba el Encantador de Hanói— Họ là những người bạn và đồng minh tốt nhất của tôi—le dedicaba esas palabras a su madre. Recuerdos iban y venían dentro de esa laguna, pasajes que poco a poco iban tomando la forma de una nueva enseñanza. Era momento de recibir a su nuevo aprendiz, aunque no le entusiasmaba la idea de que le hicieran esperar. Era la segunda vez que Xell es presentaba ante el vampiro y le dejaba con la palabra en la boca.

— Bạn sẽ không thể nhìn thấy nó—el siseó de uno de los ofidios del Arcano le daba la bienvenida a Guillam. Mostrandose arisca y dispuesta atacar al hombre, suficiente tenía con verlos entrar y quedarse en medio de la nada— Họ không xứng đáng với lời dạy của ông—el reptil elevó su cabeza y parte de su cuerpo como muestra de su desagrado. Era lamentable ver como le hacían perder su valioso tiempo, atreviéndose pedirle una segunda o hasta tercera oportunidad. Si por ellas fuera todos los que le habían dejado de lado a su maestro, no serian más que alimento para su preciado basilisco. 

Los siguientes que desearán aprender Parsel, ya no serian recibidos con tanta cordialidad. El único que era capaz de controlar a todas las serpientes que paseaban a placer por todo el hogar de Lawan era el mismo y ante lo que estaba sucediendo, no les pondría un freno aunque eso fuera un poco en contra de sus principios. En si la paciencia, no era una de sus fortalezas y al ver la misma pisoteada por el par de jóvenes, no le quedaba nada más que reaccionar de esa manera. Otro par de ofidios se mecían en la rama de un árbol expectantes ante las ordenes que les dirá el vampiro.

— Calma mis pequeños, al final todos estos errores los pagarán en el momento justo—la voz del Arcano no se elevó más allá del silbido del viento. Entrando en un trance dejaba todo en manos de sus preciados amigos, ellos sabrían como conducir de forma correcta las ambiciones o deseos de sus alumnos. El aprender el dominio de la comunicación con todos los reptiles que habitaban dentro y fuera del mundo mágico, no era para todos y las pruebas que se avecinaban los harían darse cuenta de si contaban con lo necesario o no. Su cuerpo se tensó como una tabla escuchando solo la voz de su madre que se volvía a poner en contacto con el luego de que fuera asesinada junto con el resto de su familia.

— He aprendido muchas cosas tras tu ausencia, agradezco que continúes siendo mi guía y mi más grande juez—sonreía al notar un calor familiar en las palmas de sus manos. Tal y como lo sintió al conocer a su maestro, aquel hombre que le salvará de la muerte después de que un grupo de serpientes, le encontrarán agonizando a poco o nada de ser llevado al mundo de los muertos. Levantándose muy a su pesar, recorrió el mundo dando con la formula adecuada para convertirse en lo que era actualmente— Algunas veces es sensato volver sobre nuestros pasos y yo lo he hecho un millón de veces—continuaba con su charla.

@ Hessenordwood Crouch

[Hessenordwood Crouch]

Quintel Guillam

Salir del estanque le ha costado algo más de esfuerzo del que se había imaginado, cuando finalmente consigue llegar a la orilla no solo tiene la mitad del cuerpo empapado y los zapatos llenos de fango, sino que además respirar le estaba costando demasiado esfuerzo, sobre todo con toda esa humedad en el ambiente. Quintel puede imaginar rápidamente por que un lugar como este es perfecto para llevar a cabo este aprendizaje, sin embargo de este pensamiento no se le escapa nada, ciertamente no hay tiempo de decir o hacer mucho antes de ser abordado por un ofidio que lo recibe con un siseo filoso. Y Quintel es lo suficientemente conocedor de estas criaturas como para pensar que no es -taan bien- bienvenido como se cree.

En el lugar además hay una persona más, esto es casi una sorpresa para el brujo de joven apariencia, por alguna manera había imaginado que al menos en esta aventura tendria que adentrarse solo, por su cuenta, no es que con la magia guerrera sus compañeros de clase fueran tampoco de mucha ayuda, justo lo contrario, inclusive algunas veces había tenido que enfrentarse a ellos en una batalla para demostrar el conocimiento adquirido, pero ¿aquí también tendrían que hacer eso? De alguna manera le parece algo extraño plantearse esta situación.

El brujo hizo una pequeña venia entonces tras su recibimiento, sinceramente, sin despegar la mirada a la criatura que parecía en cualquier momento dispuesta a atacar. Ciertamente, no quiere parecer desconfiado, mucho menos que tiene toda esta situación bajo control, pero el muchas veces orgulloso Quintel cree que necesita mostrarse firme ante lo que aquí acontece, para demostrar su verdadero interés de aprender de Lawan Nguyen Thanh. 

Pero Lawan hizo algo extraño en cambio. Algo en estas criaturas, en este lugar, en ese personaje al que busca para obtener conocimiento, le recuerda mucho al lugar donde trabaja ahora, y a la persona para la que lo hace.

—Algunas veces es sensato volver sobre nuestros pasos y yo lo he hecho un millón de veces-, es lo que escucha después de los siseos, solo algo mas claro, mas entendible y que al mismo tiempo estruja algo dentro de él, porque es justamente todo eso, el haber dejado lo que era muy, pero muy, atrás, lo que ahora no le está dejando respirar. De alguna manera se ha acostumbrado más rápidamente a esa vida tranquila y sedentaria que ofrece la cálida California, bajo el acogedor techo de George, y aunque el cambio había sido duro tras la muerte de su padre (adoptivo), no había sido del todo difícil tampoco acostumbrarse luego de eso a la vida más misteriosa que vino a adoptar a Europa. Sin duda nada de eso era como lo de hace años, donde había pasado día tras día intentando convertirse en el guerrero brujo que su gran pueblo esperaba y merecía. Dejar todo eso atrás significó dejar todo lo que sabía con ellos.

Era algo así como una promesa.

Se siente terrible, su evidente falta de condición (envidiable en los tiempos de la majestuosa Tenochtitlan) era una prueba de ello. 

Quintel asintió moderadamente.

—¿Pero qué tan atrás es prudente ir?-, la pregunta se le escapa sin la intención de esperar una respuesta del Arcano y en lugar de eso su mirada clara se posa en alguno de los reptiles que observan al par de brujos como si esperaran algo de ellos.

Dudó de si mismo antes de volver a interrumpir, esto no es algo nuevo, aun es extraño no sentir que perteneces a ninguna parte del tiempo. Ciertamente conoce a los uzza y su poco temperamento para escuchar de los estudiantes, sus ambiciones o motivaciones, pero ¿era igual con los arcanos? Quintel no lo cree, sospecha que entre más conozcan de ellos más fácil es orientarlos en esta búsqueda, sin embargo, el muchacho no está seguro de como hacerlo. 

—Porque hace mucho tiempo atrás me había sido criado como un brote de la naturaleza misma-, comienza en cambio, con tranquilidad. —Me formé con esa creencia, y crecí de la misma forma, con la forma que me dio la naturaleza, y me trataba y me veía igual que al resto de sus creaciones, aun cuando a diferencia de ellos me creía imperfecto-, explicó. —Fue más difícil entonces, fue más difícil que acostumbrarse a esta vida llena de privilegios y lujos en las que viven las personas hoy en dia, con todos sus avances tecnológicos y grandes construcciones, sin embargo…-, el muchacho se movió lentamente, a ningún lado, tal vez solo pesa demasiado sobre él haber dejado todo atrás. —…Sin embargo, se sentía mucho más...correcto-, concluyó.

Lo único que intenta decir es lo mucho que le duele ahora haber perdido ese vínculo con el medio ambiente, con la madre naturaleza, lo mucho que se siente ajeno a las criaturas a las que mucho tiempo vio como parte de lo que era. 

—Creo que no puedo hacer nada hoy sin lo que fui ayer, pero este don…-, nuevamente sopesó sus palabras; lo que está por decir seguramente estaría mal visto por los jefes de su tribu, se siente aliviado de que hoy no esté frente a ellos, aunque por otro lado, no se imagina que la reacción de Lawan o de las mismas serpientes que ahora los tienen rodeados, pueda ser del todo buena. —¿Ese don siempre viene del pasado? ¿solo puedes heredarlo o nacer con él? No puedes...solo desarrollarlo desde cero, ¿crearlo desde algo nuevo?-, posiblemente eso es lo que él era, una mezcla de culturas y eras que no entendía qué es lo que hacía aquí, que era demasiado antiguo para el hoy y al mismo tiempo en busca de cambiar el futuro del presente, para que no sea tan como lo es ahora y tan como lo fue mucho tiempo antes.