En el castillo..

[Mael Blackfyre]

Despacho de Directores
con Samantha~

 

— No te preocupes. Mi día empieza demasiado temprano y termina muy tarde. A veces hasta creo que me cruzo conmigo mismo por las mañanas —exclamé con una sonrisa, mientras la bruja rubia pasaba al despacho y se disculpaba por el horario. Hacía años que estaba acostumbrado a ése ritmo. Mi trabajo había cambiado, éste era mucho más tranquilo, pero mis noches desveladas no se habían tocado. Tal vez había pasado de recorrer castillos y negocios a escondidas, a leer pergaminos y tener reuniones, pero era igual de importante.

 

Samantha pasó y se ubicó por donde más le gustaba, claramente que había estado observando aquella habitación durante algunos segundos. Todos lo hacían. Yo lo hacía aún, refugiándome en los libros que director tras director, habían sido heredados. La cantidad de objetos eran geniales, aunque aquella mañana todo estaba demasiado tranquilo. Noté que uno de los objetos empezó a vibrar de manera casi imperceptible cuando ella entró, pero le resté importancia.

 

Comentaba sobre su deseo de recorrer el castillo. Estaba seguro que no habría problema. Conocía a la bruja de hacía poco tiempo, pero sabía que no tenía diferentes intenciones de las que me estaba diciendo explícitamente. Además, era una empelada de Ministerio, por lo que no se trataba de una bruja de poco fiar. Asentí mientras se expresaba y como era de esperarse, mis buenos modales y mi instinto paternal me incitaban a hacer lo que le iba a decir.

 

— Claro que puedes recorrer el castillo. Mientras no interrumpas las actividades, no creo que haya problema —bordeé el gran escritorio e hice aparecer dos pequeñas tazas de café humeante. El invierno allí era más crudo que en Ottery porque se encontraba más al Norte. Tomé algunos sorbos casi terminando mi bebida—. En cuánto a la Sala Común, me gustaría, si no te molesta, que se lo preguntes a un alumno. Como verás, los Slytherin desean mantener sus costumbres. Y uno nunca deja de ser un Slytherin, asi que no tendrán problema de brindarte la contraseña.

 

Estaba seguro que siendo director sabía todas las contraseñas pero era cierto, cada Casa representaba un lugar seguro donde se resguardaban entre ellos y no quería ser yo el que interrumpiera eso. Se sabía que los Serpientes, eran como una hermandad. Jamás le dirían a nadie externo la contraseña pero a un hermano no se la negaban. Y eso sería mejor, si Samantha estaba acompañada por un alumno actual del castillo, todo sería más controlado. Luego le dirigí una sonrisa y le comenté lo que estaba pensando desde su incomodidad.

 

— No quiero que te ofendas, y tal vez lo primero que me digas es no, pero no me siento bien escuchándote decir que no tienes un lugar donde estar y que te quieres alejar. No sé si sea de tu agrado, pero en mi mansión, en la Gryffindor tenemos mucho lugar. Puedo darte una habitación por un tiempo, si así lo deseas. A mi esposa y a mi nos encantaría tenerte en nuestro hogar. Y hay muchos miembros con los que comer, hablar y pasar un lindo momento —no estaba seguro si lo tomaría como tal. Muchos decían que era alguien demasiado confiado pero no pasaba por cómo me llevaba con las personas, sino de cómo me gustaría que me trataran a mi en aquel caso.

 

Miré con una sonrisa nuevamente a la joven, esperando que no sintiera obligación por aceptar y dejé la taza sobre la mesa.

 

@@Samantha Sokal

[Emmet Haughton Gaunt]

~ Sala común Hufflepuff

seis años atrás

 

Soltó un suspiro ante las palabras de la pelirroja, sabía que no podía negarle nada y menos a esa muchacha tan hermosa de la cuál estaba enamorado como nunca antes lo había estado. Elevó sus zafiros hacia el rostro perlado de la fémina y sonrió de costado preparándose para decir algo:

 

- Esta bien, vamos y busquemos algo de comer -

 

Aceptó aquél pedido que ella hbái hecho pero no quería distraerse demasiado ya que los ÉXTASIS estaban cerca y deseaba dedicarle todo el tiempo que tenía la repaso de las materias.

 

- Con la condición de que volvamos a ver estos gráficos de transformaciones -

 

Soltó dejando el libro abierto en aquellos dibujos que eran chino básico para el vampiro, pero su amiga lo había entendido a la perfección ya que obtuvo un Extraordinario en el último examen que incluía este tema. El Haughton no quería darse por vencido pero era algo que lo cansaba y hartaba no poder entender unos míceros gráficos.

 

Por un momento se olvidó de todo lo que lo rodeaba y centró su mirada en el rostro esculpido de la chica, la rodeó con sus brazos y besó suavemente el cuello de la misma fundiendose con el delicioso perfume de su piel. No quería dejarla ni abandonarla ni un segundo, la amaba con toda su alma y lo llenaba sentirse de esa manera junto a aquella mujer. Después de todas las aventuras que habían pasado y los desafíos que habían enfrentado, más se había dado cuenta de que la amaba y la quería para toda la vida a su lado.

 

Se levantó junto a Arya, la tomó de la mano y tiró de su brazo para ir a buscar comida:

 

- Vamos hermosa -

 

Sonrío sin dejar de mirarla.

 

@

[Melrose Moody]

>Merrique Foster

4to año

Sala común

La clase se extiende de largo, mientras ella hace lo mejor que puede a pesar de sentir que en aquella oportunidad la elaboración excede un tanto sus capacidades. Es después de todo una poción adecuada para cuarto año, ella lo sabe, pero no puede evitar sentirse aliviada cuando al fin recoge sus cosas y hace desaparecer el contenido de su caldero con un movimiento de varita. Su poción ha sido buena aunque no brillante. Las palmas ese día las ha recibido Cresswell, con el que choca puños a modo de saludo otorgándole una sonrisa, antes de salir del aula. Se ha calado la mochila al hombro con soltura así que parte al gran comedor con rapidez.

El estómago le ruge de hambre y quiere entrevistarse con su almuerzo cuanto antes. De hecho, así hubiera sido, de no ser porque nota una melena harto conocida, moviéndose por el pasillo. Es la desordenada cabellera de Maddie, puede asegurarlo. Está acompañada de una chica que lleva la bufanda de la misma forma que Merrique pero ésta decide no sentirse afectada por el asunto, negando con la cabeza y acelerando el paso para alcanzarlas.

Toma entonces a la pequeña bruja cubriéndole los ojos desde la espalda y articula con la boca claramente un "Te la ro-bo un mo-men-to, A-bbie" antes de prácticamente arrastrarla hasta el aula 11. Para ocasiones como aquellas, nada como aquella aula: rara vez estaba cerrada, a diferencia de la pequeña cámara, en el mismo pasillo, donde recuerda haber esperado la selección en su primer año de Hogwarts. Ésa siempre esta cerrada con llave y alguno que otro encantamiento.

Sólo la suelta al entrar. Adivinando que puede haberla enfadado, le dice de zopetón.

-¿Supiste algo más del ED Maddie? -Merrique sonríe y mira por encima del hombro instintivamente. La puerta del aula se encuentra entornada hasta el punto en que no se puede mirar al exterior- Tengo entendido que iban a reunirse hoy, ya sabes, practicar un poco pero no pude asistir a la reunión relámpago de esta mañana porque... -al recordar el incidente de la mañana no puede evitar fruncir el ceño- bueno, larga historia.

Apenas acababa de decirlo cuando escucha con claridad cómo alguien se mueve al exterior. Es apenas un susurro, algo sigiloso pero inconfundiblemente demasiado cerca para ser parte del barullo que se dirige al Gran Comedor. Sabiendo que sólo cuenta con segundos para atrapar al espía sin ser descubierta, Merrique abre la puerta y extiende una mano casi como si de una garra se tratase, tomando de la pechera de la túnica al entrometido y metiéndolo al interior.

Cuál no sería su sorpresa al ver que...

-¿Tú otra vez? -suelta, con un hilo de voz entre divertida e indignada, pues quien se encuentra ante ella es el muchachito de primer año que ha visto esa misma mañana.

¿Es posible que hubiese sido su voz lo que hizo que se detuviera a escuchar? ¿O ha estado siguiéndola? No, eso no es posible, de sólo considerarlo se le hace ridículo así que descarta la idea. Tiene que ser su voz entonces o quizá es que el tema de conversación...

Lo mira directo a los ojos y apunta su varita hacia la puerta para sellarla con magia.

-Será mejor que vayas soltando hasta dónde oíste.

Sólo para asegurarse de que aquello no vuelva a pasar, lanza un muffliato. Después de todo, quizá se hubiesen ahorrado el episodio de haber tomado todas esas medidas desde el inicio. El hechizo, que ha vuelto a ponerse de moda (según su madre en sus épocas también tuvo su apogeo) al menos entre los chicos de su clase desde el inicio del curso.

 

 

 

 

@@Bon Kurē @

 

 

 

[Arya Macnair]

~ Los pasillos de Hogwarts

seis años atrás

 

—¡Comida, comida!

 

Tener 17 años y toda una vida por delante era lo que se reflejaba claramente en aquel enorme par de ojos azules que deseaban devorarse el mundo siempre de la mano de Emmet, nada más. —Prometo ayudarte con Transformaciones si te apresuras— le dijo, ahora era ella quién jalaba apresurada, —Se comerán todo el pastel de calabaza y te pondré a cocinar a ti— agregó formando un pequeño y divertido puchero. De camino al gran salón donde la mayoría de los estudiantes solían llenar sus estómagos después de un arduo día escolar se encontró de lleno con la oficina del señor Radamantys, sintió un escalofríos al ver su nombre grabado en la puerta y al recordar la oscuridad de sus ojos pero no quiso preocupar al vampiro.

 

Vio pasar a Keira y la saludó de forma enérgica, la rubia solía ser un poco reservada y en ésta oportunidad no fue diferente, caminaba con varios libros entre los brazos en dirección a su habitación con el ceño fruncido. —¿Oye, tu hermana está bien?— preguntó deteniéndose a mitad de camino, el aroma a comida podía sentirse desde ahí, la mezcla entre dulce, salado, caliente e infusiones, algo incomparable.

 

Estaban en Diciembre, casi acabaría su último año y la graduación llegaría, estaba nerviosa y a la vez nostálgica, ¿Los cuatro deberían separarse a partir de allí?; Groter, Shirley, Keira y Emmet sus amigos por siempre. De repente el hambre se le fue y algo opacó su sonrisa, soltó la mano del Haughton y de un momento a otro lo estrechó entre sus brazos con suma fuerza.

 

—¿Me prometes que siempre estaremos juntos?— Le preguntó a sabiendas de que él accedería y sin saber cuan cruel sería su destino más tarde.

 

@@Emmet Haughton Gaunt

[Emilia Malraux]

Emilia Malraux

7 año

rumbo al gran salón.

Sus pasos resonaban por los pisos del castillo que poco a poco empezaba a cobrar vida, Los cuadros empezaban a charlar entre ellos mientras mas alumnos comenzaban a desfilar rumbo a las distintas clases que les tocaban. Para ella sencillamente era la hora del desayuno por ello su mirada iba fijada al Gran Salón donde sabia podría conseguirse con sus compañeros y si tenia suerte recibiría alguna lechuza.

 

Le había tocado cerrar a regañadientes su libro de runas antiguas ya que iba por allí chocándose con todo y suficiente pena había pasado estrellándose con aquel alumno hacia unos minutos atrás. La Slytherin apuro un poco el paso ya que el olor a comida había despertado esas ansias de probar bocado antes de partir a su clase de pociones.

 

-diablos mi libro - Murmuro fastidiada al recordar que había dejado en su habitación el ejemplar de pociones que necesitaba para ese día. Suspiro con algo de frustración ya que no quería rehacer el camino de nuevo, Al entrar al gran salón camino con elegancia por entre las mesas hasta llegar a la correspondiente a su casa donde se sentó al lado de su hermano.

 

-Buenos dias Lenteric- dijo mientras se acomodaba en la banca a su lado y comenzaba a servirse un sabroso jugo de calabaza.

 

@@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Ethan Lenteric

 

Séptimo año

 

Normalmente como todas las noches el Lenteric se había quedado de ver con la prefecta de su casa afuera de las mazmorras, llevaban poco mas de dos meses de relación en donde el joven había exprimido hasta el límite el poder de ella sin importarle que alguien lo retara. Era tan divertido para él que hacia que sus enemigos pagaran con creces el haber sido ofensivos con el algún día, se divertía de mandar a su novia a silenciar a los molestos Gryffindor quienes siempre presumían de su valía y lealtad pero el también era valiente y leal. Tan valiente y leal que había sido un error del sombrero el mandarlo a esa casa en donde no veía mas que cobardes, si, detestaba a los hijos de aquella casa.

 

Portaba su uniforme tan pulcramente como lo había tenido desde primera hora de la mañana se paseaba por los pasillos del castillo comiendo varitas de regaliz regalo de alguna de sus tantas conquistas. Faltaba poco mas de una hora para el toque de queda en donde solo podían patrullar los prefectos y el rubio no se veía con apuro de que alguien lo encontrase vagando por ahí. Tenia buena relación con los profesores y siempre era primero en sus clases, "quizá demasiado bueno para ser verdad" le decía su madre cada vez que las notas de sus materias llegaban a fin de curso y si, ese lado malo de Ethan era reflejado en su rebeldía que no conocía límites.

 

Cuando su odiosa novia llego hasta él le sonrió hipócritamente y la tomo de la mano aunque esta a la chica le sudaba en demasía y hacia que el joven mago sintiera ganas de salir corriendo. Le ofreció el regaliz que le sobraba y camino con ella por los pasillos deshabitados hablando sobre posibles castigos para un par de jovencitos de cuarto año que lo habían visto de mala manera en el almuerzo hasta que una figura bastante mas pequeña que él choco contra su cuerpo.

 

-Ooup...vaya...-Dijo al ver que las cosas de la chica se había caído y solto la mano de su novia para ayudar a la joven con quien había chocado. -Emi? Que haces aquí?-Se trataba de su hermana Emilia quien estudiaba en el mismo curso que él y que pertenecía a la misma casa, la orgullosa Slytherin.

 

@@Emilia Malraux

[Emilia Malraux]

Emilia Malraux

7 año

En el momento que chocó con aquel chico sus mejillas se encendieron como luces de Neón, varios de sus libros habían caído al piso sonando de manera ruidosa mientras la joven que iba agarrada de su mano la mira con cara burlona. No se atrevió a mirar al chico que se agachaba para ayudarla hasta que escucho la voz de su hermano - Ethan..- lo miro unos segundos pues a pesar de estudiar el mismo curso y pertenecer a la misma casa muy pocas veces podían verse.

 

- Ethan!!! oh, si estoy bien - dijo con una sonrisa sincera mientras recogía sus cosas ayudada por su hermano. Ahora entendía por que esa chica la había mirado tan mal. Era su cuñada la cual ella no toleraba y por ende la prefecta sentía lo mismo hacia la pelirroja - Venga que tendré que chocarme mas seguido contigo guapo - le dijo a su hermano mientras lo abrazaba con una sonrisa maliciosa dedicada a la chica.

 

-Has estudiado para los EXTASIS, yo iba justo ahora a retirar un libro en la biblioteca antes de que la cierren, ya sabes debo estudiar pociones ¿Cómo vas tu con DCAO? - le pregunto a su hermano mientras tomaba su mano y miraba con malicia a su cuñada la cual se había retirado unos pasos de ellos. -Oh, cierto casi lo olvido... ¿Cómo estas?- saludo de manera falsa a la chica sin darle tiempo de responder pues todo su atención estaba centrada en su hermano.

 

- ya terminaste de vigilar Ethan? pues me preguntaba si me acompañabas y después tomábamos algo de café en la Sala común si gustas hermanito.-

 

 

@@Ethan Lenteric

[Ethan Lenteric]

Ethan Lenteric

 

Séptimo año

 

Después de que ayudo a su hermana a levantarse le sonrió y le dio un abrazo fraternal que demostraba cuanto la quería, pocas veces en el día llegaban a verse y eso se debía a que el las clases Ethan no prestaba atención a nada mas que al profesor. Sus notas eran inmejorables en todos los aspectos y siempre buscaba la grandeza por sobre todas las cosas, en sus T.I.M.O's había conseguido una de las mejores notas en la historia del colegio y pensaba hacer lo mismo con sus E.X.T.A.S.I.S aunque su madre nunca le exigiera una nota excelsa. Miró a su hermana con la misma sonrisa amplia al escucharla hablar y se sintió un poco mareado ya que Emilia tenia la extraña manía de hablar muy rápido descolocando al joven.

 

-Wow wow...easy hermana... ya casi es hora para el toque de queda pero te acompaño por tus libros si? ooh Nina, iré con mi hermana así que nos vemos luego-Dijo a su novia despidiéndose de ella aunque lo mirara de manera enojada y tomo a su hermana del brazo para caminar con ella por los pasillos en dirección a la biblioteca.

 

-Me salvaste la vida, ahora mmh que libros necesitas? yo voy perfecto en todas las materias y puedo ayudarte si lo deseas Emi. El café en la sala común suena bien aunque que te parece si robamos unos bocadillos de la cocina?-

 

@@Emilia Malraux

[Emilia Malraux]

Tomo a su hermano del brazo mientras miraba con cara triunfante a su cuñada que se quedaba sola en ese pasillo donde de seguro el barón sanguinario o con mucha suerte peeves irían a fastidiarla por ser tan terriblemente insoportable. - Lo se- le dijo a su hermano con su mejor sonrisa mientras lo despeinaba - me debes una enorme y pues ya sabes el libro de pociones de séptimo y la guía de plantas - dijo un tanto distraída.

 

 

Ella y su hermano solían tener buenos promedios aunque ella admitía era un tanto mas hiperactiva y le costaba centrarse por ello debía dedicarse un poco mas al estudiar ya que aunque no tenía tantos privilegios como Ethan poseía de algunos que no quería perder. Ella era muy diferente a su hermano que era un alumno estrella y por ello la mayoría de los profesores lo amaban. - hmmm sabes tu idea me gusta mas, esas espigas de chocolate que sirvieron en la cena me dejaron con ganas de mas - dijo riendo divertida mientras observaba como todos los cuadros iban poco a poco quedándose en silencio.

 

llegó con su hermano a la biblioteca, Ethan la seguía mientras buscaba los libros que necesitaba. - sabes podrías ayudarme con herbología, ya que la materia me parece terriblemente tediosa y me cuesta memorizar los usos de las plantas- dijo observando un libro que trataba sobre esa asignatura. Termino de guardar los libros y con una sonrisa cargada de picarda le dijo - vamos por nuestros bocadillos agente Lenteric- bromeo con el

 

 

 

@@Ethan Lenteric

[Samantha Sokal]

Samantha se sentía muy a gusto tomando café con Elvis, se habría pasado horas charlando, pero sabía que el director de Hogwarts tenía sus obligaciones. Mientras su ex profesor hablaba no podía dejar de mirar los cuadros y recordar tiempos pasados. Ahi estaba el viejo Dumbledore, a quien Samantha en su época escolar aprovechava cada vez que no la veían para sacarle la lengua. Nunca le había caido bien ese viejo chocho y quería hacerlo enojar, pero el nunca le daba el gusto, le respondía guiñándole el ojo. Al lado estaba Slughorn, dormitando, como siempre, pero le sonrió al verla, siempre pensó que era porque sabía que ella era la hija del hijo de dioses. Y Severus Snape, su preferido. Solo se miraban y en algún momento ella le había pedido consejo al retrato del gran maestro de pociones. Todavía no estaba segura de cuanto el ex-director Snape había influido en su elección de la medicina como carrera muggle. Después de todo, ¿qué era la farmacología sino pociones curativas?

 

Volvió a las palabras de Elvis. Le estaba diciendo que le pidiera la contraseña a un alumno. - Bueno, así lo haré -dijo no muy convencida. Se preguntó que habría hecho ella si cuando estaba en el colegio un extraño decía que era exalumno y le pedía la contraseña ¿Se la habría dado? lo dudaba, pero ella aun en Hogwarts seguía teniendo presentes las rígidas reglas de Durmstrang, así que ella no era un buen ejemplo. Y además tenía el medallón de su casa.- También iré hasta el lago y caminaré por la orilla, Prometo no entrar mucho en el bosque. Lo hacía cuando estudiaba pero ahora soy mayorcita y por lo tanto mas respetuosa de las reglas -sonrió, era mentira, pero quedaba bonito decirlo.

Y ahí estaba Elvis, el bueno de Elvis ofreciéndole su casa para vivir. Samantha se quedó pensativa. No era por falta de casa que vivía en un hotel.

 

-Realmente te agradezco el ofrecimiento pero no es que no tenga donde ir. La familia de mi madre y la de una amiga también me han ofrecido vivir con ellos, de hecho estuve un tiempo en casa de mi amiga. Pero tengo que encontrar mi lugar, no se si me entiendes. Me cuesta mucho adaptarme a la comunidad mágica y solo me instalaré cuando esté segura de que sea definitivo.- dijo realmente emocionada por la oferta. la gente no ofrecía así como así su casa. Luego agregó- Pero tal vez me pase un día a hacerles una visita, me encantaría conocer a tu mujer y a tus chicos.

 

Luego se despidió del director y se dirigió a la puerta de la sala común, esperaría a un alumno, de tercero o cuarto. Los de primero estarían temerosos de revelar la contraseña y los de séptimo podrían ser tan arrogantes como para negársela.