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Cintas de Colores (MM B: 107664)


Jessie Black Lestrange
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La cara de Samantha era bastante facil de leer, a pesar de que habia dejado ese habito de estudiar a las personas, y no usar lo aprendido para mi bien pues estar ante una chica hermosa podia alterar todos mis planes. "Recien la conoces....no te lances tan a la primera" a lo mejor si me inclinaba podria oir al Sean en bata blanca que podria ser la voz de la razon o el conservadurismo sobre mi hombro derecho...mientras que al otro lado..."Sin lugar a dudas en latex se veria aun mejor la chica ehh....por cierto...esa expresion del rostro suena a reto..te animas??" ...si..ese sin duda era el sean que mas conocia.

 

-Yo no necesito que te lo pongas....nada mas verte ya intuyo que delicias puedo encontrar bajo tu ropa....delicias que con un poco de imaginacion pues si....nos llevarian lejos- digo sugerente no sin antes mirarla a los ojos con una chipa de deseo en los mios.

 

Cuando dijo lo de usarlo sonrei, ojala y pudiese estar ahi en ese momento, de seguro que no le duraria mucho, con manos....lengua y dientes...de seguro que hallaria la forma de dejar solo su blanca piel al servicio de mis labios. Eso si....si fuera por mi esperaria a verselo puesto...aunque fuese un strip inverso.

 

-Bueno....yo agradeceria ser el invitado de honor en ese momento....

 

Pero bueno, Samantha se inclino al mostrador y.....ufff....lo siento, pero ella sabia que hacer o lo hacia por instinto??..pero esa pose me dejo una clara vista de una forma insinuante de ver su trasero. Ahhh habia olvidado en algo lo hermoso de ser un tilin pervertido....aunque muchos dirian que mi tilin era demasiado grande en proporcion a las normas morales.

 

-Ten por seguro que pasare.... el departamento de Misterios ha ganado muchos enteros contigo en el staff...no creo haber conocido a nadie interesante ahi....claro hasta que te conoci.

 

@@Samantha Sokal

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  • 2 semanas más tarde...
—Espero que esto no sea un error—desviaba su vista hacia su aún vientre plano. Las consecuencias de una sola noche, quizás ya estaban gestándose dentro de ella, desatando un cúmulo de dudas que serían acalladas sin remedio. Hacia tiempo que no sabia de él y ahora esto, ¿qué clase de treta el destino les estaba jugando a ambos?. No perdería el centro por todo aquello, el contactarlo era lo de menos, ya se imaginaba el malestar que le causaría una misiva membretada con su nombre. Pero era necesario ponerle al tanto de todo, si el era el padre de esa criatura, ella no sería capaz de negarle ese derecho a su hijo o hija. Deseaba que fuera un varón, no por el parecido que pudiera compartir con su progenitor, sino porque le facilitaría el relacionarse con el Granger.


—¿Navian?—llamaba a su elfo personal que se apareció en el acto—Lleva esta misiva al Señor Joaquin Granger, sólo el debe tenerla en su poder. No puede ser leída o recibida por nadie más que no sea el, no me importa el tiempo que te tome cumplir con esa encomienda. No vuelvas a la mansión, no hasta que hayas cumplido mi orden—entregándole el trozo de pergamino terminaría de alistarse para salir. Agradecía la noche lluviosa que azotaba a Ottery, truenos que despertaban en ella unas ganas de beberse algunos litros de sangre—Esto no cambiará nada entre nosotros—aseguraba colocándose una capa de viaje sobre los hombros, recordando la abrupta separación. El fruto de ese fugaz encuentro, no daría paso a una reconciliación y eso lo tenía más que claro.


Sus caminos jamás se unieron y mucho menos lograron entrelazarse, pero si el destino dictaba otra cosa. No le quedaba nada más que vivir con eso y preservar a la personita que dentro de poco formaría parte de la vida de ambos, le deba vueltas a lo mismo y no pillaba la mejor forma de afrontar todo aquello. ¿Por qué justo en ese momento?, ¿acaso no era suficiente con verse sumergida en un mar de tensiones?. Nadie era el culpable directo de todo aquello, pero tampoco le restaría responsabilidades a quien las adquirieron al momento de dejarse arrastrar por un momento de pasión, lujuria y tal vez algo que confundieron con algo parecido al amor.


—Es hora de partir—enfundando su varita en la pretina de sus jeans cubría su dorada cabellera con la capucha de su capa de viaje. Estaba lista para todo, no se dejaría amilanar por el miedo o rechazo que pudiera recibir por parte de Joaquín, ya no quedaba nada de lo que en algún momento creyó que sentía por el vampiro y se sentía satisfecha con ese sentir. Si no asistía a la cita, no se lo echaría en cara, pero entonces si, no le permitiría por ningún motivo acercarse a su pequeñ@. Le criaría ella sola sin jamas revelerle el nombre que le había dado la vida, no era un castigo para el bebé, sino para el padre de este.


Saltando por la ventana de su alcoba desapareció en medio de una bruma oscura, aparecería dentro el local cintas de colores o al menos en la entrada. Jessie era la única que podía ayudarle con todo aquello, saldría de todo aquello en un abrir y cerrar de ojos. La lluvia mojaba su capa de viaje, respirando profundamente echaba una ultima mirada al desierto callejón, parecía que la buena suerte estaba de su lado y nadie daría fe de su presencia dentro de ese lugar.


@@Jessie Black Lestrange @Joaquín Granger

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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Era la segunda vez aquel día en el que me veía compelido a aparecerme en la serpenteante calle del Callejón Diagon. Solté un suspiro. La primera vez había sido para cumplir mis obligaciones habituales en los locales que poseía, había sido una jornada tranquila, con aquel clima tan encantador, los humanos no salían y el ritmo mermaba bastante. Sin embargo era el clima ideal para acompañar la cita y a su vez para reflejar lo que ocurría en mi mente en aquellos momentos en que mis botas negras acompañaban el repiqueteo de la lluvia.

 

Allí estaba yo, empapándome sin sentir la lluvia realmente, avanzaba sin ser del todo consciente de la distancia. La gabardina negra que cubría mi traje gris oscuro, mi camisa perlada y mi corbata con diseños de rombos, verde oscura, ya no soportaría más agua si no fuera que estaba encantada. No debía estar lejos del lugar, dejé de pensar en como arreglar mi vida conforme a algo de lo que aún no teníamos certeza y presté atención al lugar al que acudir. Una ¿pastelería? ¿regalería? no estaba muy seguro del concepto, pero bueno, al no tener mis propios contactos, debía confiar.

 

¿Cómo podría describir lo que sentía? Eran nervios, en gran medida por confirmar las sospechas, también los había por volver a verla después de aquella vez en que nos habíamos dejado llevar por sentimientos que súbitamente habían terminado, como si un tsunami hubiera caído sobre la llama que se había encendido en nosotros, y aquello que había prometido ser un incendio incontrolable, terminó en unos pocos árboles quemados. Las relaciones humanas, propias o ajenas, seguían descolocándome.

 

Otro Granger; la idea no me resultaba desagradable, aunque estaba fuera de mis planes, no era nada con lo que no pudiera lidiar, al fin y al cabo tenía juventud eterna, dinero, familia amorosa que me apoyaba, pero que pensándolo bien, habían al menos un par que mejor no se acercaran a ningún ser vivo o no-muerto. Hice una leve mueca al pensar en aquello, no eran maliciosas, eran inconscientes, descuidadas. Como fuera, creo que no era tiempo de pensar en aquello. Tendía a adelantarme a los hechos.

 

-Juv... -Saludé con un beso en la mejilla. En la puerta del local, estaba la rubia, ataviada con una capa de viaje, pero aún así no pude dejar de mirar su plano vientre. En ese momento comencé a sentir los efectos de una ansiedad que estaba callada y controlada por una seguridad que no estaba del todo firme. Debí haberme dado cuenta de aquello cuando al leer la carta sentí que palidecía un poco más. Inspirar y exhalar ya no servía, nunca me había servido, y mucho temía, que lo que sentía en aquel momento no era nada en comparación con lo que vendría.

 

 

 

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Había quedado de ver con la Malfoy un problema que al parecer a ella tenía. Le sorprendía que no buscará a Arya pero lo cierto era que ellas dos eran... Cercanas.

 

Había acondicionado el cuarto de Viana para poder platicar a gusto con Juv e incluso la persona que la acompañaria porque había quedado de venir acompañada.

 

Viana los esperaría en la puerta así ella terminaba de arreglar las cosas. No sabía en específico que le pasaba a la Malfoy pero ella no escatimaria en recursos.

 

Viana

 

No sabía porque Jessie la había mandado a esperar a esta gente, hasta ahora la única persona divertida que había conocido era al hijo de Jessie.

 

Pero eso de esperar gente no era lo suyo, el no poder "jugar" con los elfos pero no podía. Finalmente unos sonoros cracs llamaron la atención de la pelirosa que volteo al exterior de la pastelería y tienda de regalos notando como había aparecido una mujer rubia bastante elegante y segundos después un joven algo... Extraño.

 

-Usted debe de ser Malfoy... ¿Sabe que es una falta de respeto hacer esperar a las personas? Me sorprende de usted, Jessie habla muy bien de usted como para que haga este tipo de cosas

 

Con un ademán de mano les indico que pasaran y la siguieran hasta la que era su habitación. Entendía el porqué Jessie la escondía ahí, era por su propia seguridad pero ahora llevaría a extraños a su refugio.

 

-Bueno, al fondo está mi señora... No la hagan enojar o no respondo de mis actos

 

Sus inquisitivos ojos verdes observaron con detenimiento al hombre que había acompañado a Malfoy, sacó su varita mágica y lo apunto directo al cuello.

 

-Y nomás les haces algo... Date npor muerto

 

Se dió la media vuelta y se alejó, dejando el camino libre para Juv y Joaquín para ella volver a la tienda y atender a los clientes.

 

Jessie Black Lestrange

 

Ya tenía todo listo; confiaba en que no tardarán en llegar así como que Viana no les haya hecho la vida imposible, a veces se cuestionaba si era buena idea tenerla ahí pero era el mejor escondite después de todo.

 

Finalmente escucho unos pasos que anunciaban la llegada de las personas que esperaba. Menos mal que las ansias comenzaban a carcomerla.

 

- Bienvenidos, lamento el mal rato que Viana pudo haberles causado

 

Sonrió a Juv y le tendió la mano esperando que ella comenzará a hablar, así terminarían con el sufrimiento de su amiga de una buena vez

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—Joaquín—respondió gélidamente a su saludo. Devolviéndole el beso que le diera en la mejilla—Esto no era necesario, preferiría un apretón de manos o algo menos efusivo. No es que me moleste o incomode, pero esta completamente fuera de lugar—sonrió secamente. Notando que una joven les invitaba a pasar al local—La demora no es mi estilo, pero ya sabes lo que dicen—mirándole fijamente prosiguió—Lo bueno siempre se hace desear más de la cuenta—agregó entrando en el local.


Su semblante era impasible e irreflexivo, ya no sentía nada de un momento a otro. El darle vida a un nuevo ser, no le sacaba de su centro y menos le trastocaba en lo más mínimo—No lastimará a nadie, no si está de por medio la vida de su hijo—advirtió mirando los ojos del Granger—Vino conmigo para comprobar algo que puede unirnos para siempre o transformarnos en los peores enemigos que haya conocido el mundo mágico—desviando su vista hacia la mujer—La varita no es necesaria, créeme no pasará nada fuera de lo común. Todo depende de que perspectiva se mire o quieras apreciarlo, Jessie es mi mejor amiga y jamás dejaría que nadie le dañara, ni siquiera este hombre que me acompaña—avanzando hacia donde estaba la habitación de la joven, no espero ser invitada por Jessie.


Atreviéndose allanar ese recinto, le dedicaba una ligera sonrisa a su mejor amiga—Gracias por la ayuda, deseo saber—se interrumpió un momento—Deseamos saber si, estoy esperando un hijo de Joaquín. He sentido diversos síntomas, pero no está demás dejar que la ciencia confirme o deseche, la posibilidad de que sea verdad o sólo una mera suposición de mi parte. No somos pareja, no deseo que esto nos una de esa forma y quiero que lo tenga claro, no es cuestión de honor o algo similar a eso. Simplemente es una duda que tenemos y esperamos que nos ayudes a disipar la misma—explicó mostrándose altiva y tajante.


Ya no sentía nada por el hombre que estaba dentro de ese cuarto, todo lo que una vez experimento por el, ya fuera amor o deseo. Ahora estaba esparcido en las arena del tiempo, perdido en alguna dimensión de la cual jamás podría volver a causarle malestar o desgrado a Malfoy. Quería que estuviera cerca del hijo que tendrían juntos, pero eso no conllevaba tener que mirarle con otros ojos, no se permitiría tal estupidez por segunda vez. Ella si era tajante en eso, no dar segundas o terceras oportunidades, ya que las consideraba una verdadera perdida de tiempo y energía mal empleada.


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«¿Fuera de lugar?» La miré extrañado por un segundo pero hice una mueca y le resté importancia. No era un buen augurio empezar la noche discutiendo, y como ya veía por donde venía la mano, lo mejor que podía hacer era colaborar guardando silencio y manteniéndome serio. Sin dudas aquello podría ser mucho más ameno, pero por la frialdad con la que respondieron a mi saludo, me daba cuenta de que cada cual tenía formas distintas de llevar una ruptura, o lo que fuera aquella extra separación.

 

 

Al entrar al local tras la joven, nos recibieron de forma bastante intensa... Al punto de recibir amenazas y que me apuntaran con una varita, no quería echar más leña al fuego, pero no pude no levantar una ceja con cierta incredulidad. La pastelería y regalería ya me generaban un poquito de desconfianza, y con una loca violenta en la puerta, aquello no me convencía de lo contrario. Tendría que haber sido diligente y haber sugerido San Mungos o alguna otra clínica. Bueno, ya que, ya estábamos allí, enfrentándonos a la guardiana. Como sistema de seguridad seguro no vendría mal en los locales.

 

 

Juv fue la que con sus palabras logró que nos dieran paso, pero mi mirada incrédula fue para ella. ¿Transformarnos en los peores enemigos? ¡Qué exagerada! Que aquello no funcionara no lo veía como motivo para semejante ¿desprecio? ¿rencor? Tampoco tenía muy claro si daba en el perfil de alguien que hería fisicamente por simple placer, como sentí que me vía la rubia. Desde mi punto de vista, evidentemente mucho más frío y centrado que el de la rubia de ojos azules, simplemente no estábamos en sintonía, o manejábamos los sentimientos de forma muy distinta como para poder tener una relación sana. Como fuera, no era algo para discutir en aquel momento, los nervios me devoraban el estómago.

 

 

-Gracias -le tendí la mano a la mujer de rostro aniñado y pecoso- Soy Joaquín Granger, por cierto. -Me presenté de forma precipitada, antes de que Juv explicara a que habíamos ido hasta aquel lugar a aquellas horas. Si bien se retractó en "deseo" y lo sustituyó por un "deseamos" no entendía por qué había que aclarar que si se confirmaba que un hijo de ambos no nos uniría como pareja; era algo que se sobrentendía, y en particular, ya tenía una situación con mi hija Helena de cuatro años. Simplemente me mantuve callado y asentí a lo que dijo, confirmando mis intenciones coincidentes.

 

 

 

@ @@Jessie Black Lestrange

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Viana

 

No confiaba del todo en el acompañante de la amiga de Jessie, aquel hombre no le daba seguridad y deseaba que el hijo de esta estuviera ahí para respaldarla pero sabía que eso no era posible, al menos no de momento.

 

Suspiró y se quedó en el pasillo que daba a su habitación; lo mejor era tener un ojo en aquel lugar, Oki y Uri podrían hacerse cargo de la tienda en lo que ella estaba al pendiente por si Jessie necesitaba algo.

 

Jessie Black Lestrange

 

Observó la mano que el acompañante de Juv le ofrecía recordándose internamente que debía de guardar las apariencias, así que sin más remedio la estrechó para enseguida retirarla y lavarla de nueva cuenta escuchando atenta a las palabras que Malfoy le otorgaba.

 

-No veo el inconveniente en eso... Recuestate un momento Juv... Y ammm Joaquín... Necesitaré que te descubras uno de tus brazos, por favor

 

Guardar las apariencias. Siempre debía de aparentar ser una chica tierna, inocente, delicada y a quien necesitaban proteger. Al menos ante los ojos de aquellos que no la conocen.

 

Guiño un ojo en dirección de Juv cuando se acercó al Granger sin que este se percatarse de la camaderia de ambas brujas.

 

Colocó una especie de liga en el antebrazo del Granger y tras pedirle que abriera y cerrará su mano un par de veces, procedió a sacar una muestra de sangre del hombre que coloco en una placa de vidrio que reservo en una mesa.

 

-Listo Granger... Ya puedes cubrirte

 

Sin prestarle atención le tendió una torunda con alcohol para que contuvieron el leve sangrado, prestando toda su atención en Juv, acarició la mano de la bruja y sonrió con amabilidad.

 

-Esto no te va a doler nada... Primero veremos cómo va tu embarazo, cuántas semanas llevas y después procederemos con la prueba de paternidad

 

Le explicaba todo a su amiga con suma tranquilidad, Jessie sabía que Juv la entendería ya que ambas eran diestras en el arte de la curación.

 

-Descubriré un poco tu vientre ¿De acuerdo?

 

Volteo a ver a Joaquín con sus grises ojos fríos. Sonrió de lado en una mueca que aparentaba amabilidad pero todo era una simple y bien actuada fachada.

 

-Acércate Granger, querrás ver esto

 

Su tono de voz era tierno y cantarin, invitaba a hacer todo lo que ella pidiera por lo dulce de su voz. Volvió sus grises y vivaces ojos a su paciente y realizando un complicado movimiento de vairta una luz anaranjada apareció sobre el vientre de Juv, a unos 30 centímetros de donde estaba recostada la mujer.

 

- Efectivamente Juv, estás embarazada, tiene aproximadamente un mes debido a que aún no se percibe la formación del feto como tal pero el óvulo ya pasó la fase glomerular y puede percibirse una pequeña forma como un camarón... Justo aquí

 

Explicaba todo con lujo de detalle, esperando que ambos vieran lo mismo que ella. Lo que seguía era lo complicado pero Jessie sabía que su amiga era fuerte.

 

-Esto te va a doler solo un poco pero es necesario

 

Agitando la varita invoco una nueva jeringa con una aguja un tanto más grande, la introdujo en el centro del ombligo de Juv y guiandose por la imagen que aún se veía sobre el vientre de la bruja llegó hasta la capa superior del pequeño feto tomando una pequeña muestra sin hacer daño al mismo.

 

Extrajo la aguja y realizando una simple flourita se aseguró que Juv dejará de sangrar. Reviso la imagen por un minuto más y tras escuchar el vientre de la embarazada con su estetoscopio cubrió el abdomen de la mujer.

 

-Quedate acostada... Enseguida les diré los resultados

 

Se alejó de Juv y Joaquín para regresar a la mesa donde la muestra de sangre del Granger ya estaba coagulada, perfecto para lo que ella necesitaba.

 

Si la cosas eran como ella sospechaba la muestra que había tomado del bebé de Juv quedaría dentro del coágulo de sangre de Joaquín demostrando la compatibilidad, sino...

 

Lentamente pincho el coágulo y depósito la muestra con delicadeza, extrajo la jeringa y espero pacientemente. La muestra se quedó dentro del coágulo y brillando con un tono azulado. Sonrió y volteo a ver a los futuros padres.

 

-Felicidades Granger, al parecer serás padre... Y de un posible varón ya que la muestra a brillado de azúl

 

Se acercó a Juv y le tendió la mano para ayudarla a sentarse, agitó la varita haciendo aparecer una copa de plata con un líquido rojo en su interior.

 

-Bebela, enseguida regreso y amiga... Muchas felicidades. Le diré a Viana que traiga algo para que comas

 

Debía dejar a Juv un momento a solas con Joaquín, ya que ella debía de arreglar un par de cosas con él, Jessie lo sabía.

 

@Juv Malfoy Crof @Joaquín Granger

Editado por Jessie Black Lestrange

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Su madre se había ocupado con otros asuntos, por lo que decidió no interferir. Le pareció por un momento que se había olvidado de eso que la incomodaba demasiado y ponía tan nerviosa, le agradaba que pudiera distraer un poco su mente y dejase de divagar con ilusiones que quizás nunca sucedan... Matt miró a viana y miro a Jessie, desde el sofá que estaba sentado tenía una vista panorámica bastante amplia de todo el local. De los magos que ingresaron al local hasta los que aún no decidían que llevarse de regalo; no sabía si era una despedida de solteros o un casamiento.

 

Tomó una bocanada de aire y resoplo mientras con ambas manos se levantaba de allí. Se dirigió a la parte de la cafetería, estaba pensando si su invitación había sido recibida... En caso de que la mujer apareciera por allí debía cambiar su aspecto, lucía algo arcaico y un poco fuera de lugar para la visita que esperaba. Una floritura de su varita y cambió radicalmente a unos jogging con borcegos y una chaqueta de color gris.

 

Fue hasta la barra por la parte de atrás y preparó su propio café, volvió hasta las banquetas y se sentó esperando pelirroja.

 

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Había pasado casi un mes desde que había visto a Matthew por última vez. No dejaba de preguntarme, mientras iba por el Callejón Diagon atestado de gente y de letreros de variopintos colores adornando las fachadas de los negocios, con que humor lo encontraría esta vez.

 

Y es que el tipo era un misterio. Usualmente egocéntrico, con una rara manía con la sangre y objetos filudos. El tipo de persona que no tendría porqué visitar seguido y sin embargo allí estaba, llevándole personalmente lo que le había prometido, a la par que cumplía así la rara apuesta en la Ventanilla.

 

Quizá y todo se resumía a agradecerle por haber hecho que ese día, el aburrido trabajo de aceptar solicitudes en el cubículo asfixiante se había hecho un poco más interesante, y hasta ameno.

 

El calor de la estación había hecho que comenzara a lucir todos esos vestidos que mi madre diligentemente mandaba al inicio de julio. Esta vez era uno sencillo, de corte acampanado, y estampado floral (lo mucho que ella amaba las flores era algo un tanto misterioso para mí) un palmo por encima de la rodilla. Un cinturón beige y botas en el mismo tono completaban mi atuendo, y el morral que siempre cargaba conmigo iba cruzado sobre mi pecho.

 

Al llegar al local señalado en el escueto mensaje, el agradable aroma a café tostado me abrió el apetito al instante. Empujé entonces la puerta y de forma automática tomé camino hacia la cafetería. El mobiliario era bastante peculiar, sobre todo las sillas simulando ser dulces, y distraída como estaba con ellos y los pasteles, no noté la presencia de Matthew en una de las banquetas hasta que lo tuve prácticamente frente a mí.

 

- ¡Hey! Ese café luce estupendo- confesé observando como las volutas de humo se levantaban en el aire desde el recipiente entre sus manos- espero que no lleves mucho tiempo esperando- di una última mirada al lugar y volvía a centrarme en él mientras tomaba asiento a su lado- no me preguntes porqué, pero pensaba que nos encontraríamos en un lugar menos...¿tierno?

 

Fue imposible no sonreír ante la idea de que él en medio de todo aquel espacio, tan iluminado y tan repleto de azúcar, simplemente no encajaba.

 

@@Matthew B. Triviani

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—Era lo que esperaba escuchar, yo no tenia dudas de que estaba esperado un bebé y mucho menos de quién era el padre—sonrió tomando la copa que le tendía amablemente Jessie. Todo el proceso fue tal y como debería ser, dejándose llevar por las indicaciones de la joven—No ha dolido en lo más mínimo, creo que el pequeño agradece que hayas disipado la duda—agregó deslizando su mano por su vientre aún plano, apenas tenía un mes de gestación. Dentro de poco crecería y se dejaría sentir con todas sus fuerzas, avisándole a su madre que era parte de su vida y la de su padre Joaquin.


—Eres la mejor, no pude acudir a nadie más que a ti—miraba el pequeño destello azul, aquel que le indicaba que una personita crecía dentro de ella. La sensación era diferente en está ocasión, no encontraba por ningún lado la emoción o sensación de alivió. Delante de ella estaba la persona que una vez amo, pero que ahora solamente veía como un extraño en su vida, pero no en la de su hijo. El momento no era el mejor, no para lanzarse a pelear o enfrascarse en un dilema que les llevará a desear matarse sin remedio alguno. Jessie les había dejado solos dentro de esa sala, exponiendo a Malfoy a sailrse de sus casillas y atacar con todo al hombre que era el padre de su bebé, pero antes de dejarla ir le dedicó unas palabras a la Black Lestrange.


—Estoy bien, no molestes a Viana con esos detalles—le indicó desviando su vista hacia el Granger—Tenemos mucho que conversar, ¿no lo crees?—bajando de la camilla caminaba con arrogancia por el cuarto. Su cuerpo era una bomba de tiempo, no deseaba sacar lo peor de ella o causar un daño a su embarazo, pero tenerle ahí tan el, si que le sacaba bastante de balance—¿Se acabaron tus dudas?—preguntaba acomodando su cabellera dorada sobre su hombro izquierdo. Respiraba profundo conteniéndose bastante, ¿por qué el destino les unía de ese modo?. Los sentimientos de ambos, no eran compatibles en lo más mínimo, no le odiaba, pero tampoco sentía afecto por el vampiro, no era capaz de dedicarle algo como eso a una persona como él.


Su frialdad estaba siendo extrema, pero era necesaria en momento como ese, no se dejaría vencer por la irremediable realidad que les entrelazaba. Un hijo eran palabras mayores, conocía etapa de la vida de una mujer, dichosa por verse recompensada por un regalo como ese, dichosa por saber que era capaz de dar vida y quitarla del mismo modo. Pero ese pequeñito, si que era un vinculo difícil de romper o pasar por alto, deseaba que las cosas para el resultarán sencillas, pero no lo serian ni de broma.


—Se que te harás cargo de el, no dudo de eso. Pero, ¿Cómo deseas vivir el proceso?—no pudo evitar cuestionarle eso. Nada cambiaba y era lo mejor para todos los involucrados, sólo deseaba ver feliz costará lo que costará a Kadet. Aquel nombre le sonaba indicado para su hijo, ya que sin duda alguna era un pequeño combatiente que lucharía por abrirse un camino glorioso dentro del mundo mágico. No se podía pedir nada más que eso para un Malfoy, menos teniendo el apoyo de una dinastía tan poderosa como esa en su linaje.


@@Jessie Black Lestrange @Joaquín Granger

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