Jump to content

Mansión Vladimir (MM B: 96425)


Reena Vladimir
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Lisa

 

 

La molestia se podia intuir en mi rostro. La expresión de asco era marcada. ¿que podia decir? No habia sido nunca espcialmente cuidadosa en cuanto a ocultar mis sentimientos. Saber que Xell estaba nuevament en Londres y que, encima de no haberme avisado, estaba haciendole carantoñas a el que parecia ser el nuevo Don Juan de la Vladimir, me encabronaba en demasia. Alguien pagaria por aquella traicion. ¿Porque lo sabia? Los rumores van rapido cuando se trata de amorios en la comunidad magica. Era algo tarde ya en la mañana, cuando y tras un sonor crack, hice acto de presecia en los jardines de la Vladimir, siendo recibida por una imagen totalmente repugnante.

 

- Buenos dias – Me adelante dos pasos hasta quedar en frente del joven, el cual miraba sin disimulo el cuerrpo de la rubia - ¿Como va el tema aqui, no te soporta una y vienes por la siguiente? - El divorcio con la Rambaldi habia llegado a la oficina del ministro hacia apenas una horas, pero era lo bueno de tener ojos en todas partes - ¿Que tal estas tu, Xell? - Dirigirme a ella me costaba, mas aun con la dureza on la cual le estaba hablando. Habia sido y aun lo era una persona importante. Vamos, por ella mi oscuridad se refrenaba y no ganaba, pero mentirme, evadirme y encima tontear con el ex de su prima era ya el colmo.

 

La mire a los ojos con indiferencia – Si vas a dejarme, ten el valor y la decendia de decirmelo a la cara y no pretender que entre nosotras no ha pasado nada – Era de esperar que no me iba a quedar callada – Dos años desaparcida, sin que nadie me dijesee donde estabasa.... - Medite mis palabras, pues el niñato seguia alli, estatico, observandonos – Si no uieres acabar en san mungo, largate y no – Su cara de pocos amgos competia con la mia – No es una amenaza, es una adveretencia. Si tu hubiese luchado por lo tuyo como yo lo estoy haiendo ahora, entenderias mi punto chaval – No necesitaba una varita en mano para ganarle en duelos, ni verbal ni de ningun otro tipo.

                            WFlgMYZ.gif

Firma lobo 2.jpg

                                                        XEPq2Tk.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La puerta no tardó en abrirse, y antes de verla, ya sabía que era Xell. Sentí aquella alegría que la caracterizaba, una alegría que hacía poco regresara a la vida familiar. En realidad, era genial volver a tenerla entre nosotros.

- Hola Xell! - contesté, contagiado de pronto por su alegría.

 

Lo que no me había esperado era que me abrazara, asi que la estreché entre mis brazos, sintiendo que me sonrojaba cuando me dio aquel pequeño beso en la mejilla. Cuando se separó de mi la miré, todo colorado, con una ligera sonrisa.

- Si...aunqeu creo que el azul te queda mejor que a mi - era, ciertamente, una casualidad curiosa que los dos usaramos el mismo color, aunqeu según recordara, era el color que la rubita más utilizaba, o al menos, el que yo asociaba normalmente con ella.

 

- Bueno, en realidad solo pasaba a s...

 

No terminé la frase. De pronto, otra persona apareció en la entrada de la Vladimir, alguien con un aura más oscurecida, y además, con bastantes malos modos. Su mal humor, en especial hacia mi, resultaban bastante llamativos. Sobre todo porque, más allá de llamar a la puerta y saludar a mi prima, no había hecho nada más en apenas una fracción de segundo.

 

Lisa no dudó en colocarse frente a mi, para echarme en cara mi reciente divorcio con Helike. Tan reciente, que la única que lo sabía era Sagitas, y porque me había acompañado. Eso me hizo subir el color a la cara, pero no por timidez, sino porque no tenía ningún sentido usar un ataque asi. Además, oir como hablaba a Xell, como si fuera un objeto o una mascota a la que pudiera marear como quisiese, no me hizo gracia.

 

Asi que ante su sugerencia de largarme o acabar en San Mungo, en lugar de, como supongo que esperaba, me largase, lo que hice fue avanzar los pasos que me separaban de la rubia. Me coloqué junto a ella y miré a Lisa, sonriendo.

- Ya...Lisa, es gracioso que quieras hablarme de luchar, cuando no tienes ni idea de que ha pasado, o por lo que he luchado o dejado de hacerlo en una relación, en la que por cierto, no estabas presente. Asi que...gracias por tu advertencia, pero estoy aqui para visitar a mi familia. Esta es la mansión Vladimir, y la única con potestad para echarme de ella es Reena Vladimir.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No había esperado que Matt también me hubiera abrazado. Estaba segura que él había prolongado un poquito aquel contacto, ¿o me lo habría imaginado? Ni escuché su comentario sobre el color azul, mi preferido, porque estaba muy sonrojada para reaccionar. Cuando quise reaccionar, el torbellino de la presencia de Lisa en la entrada de la mansión Vladimir me dejó muda.

 

Su comportamiento era tan posesivo que me desagradó. Reconozco que en el pasado, esa forma de actuar me había parecido maravillosa. Era una jovencita vulnerable, con ideales, Lisa era lo más en aquel momento en que necesitaba ser protegida. Pero ahora había madurado. Había pasado un año fuera del pueblo en el que había pasado por situaciones que me habían enseñado a ser independiente. La forma de actuar de Lisa me enfadó.

 

- ¿Qué tipo de acusaciones son esas, Lisa? ¿De qué divorcio hablas?

 

Iba a seguir cuando el primo pareció confirmar que era cierto. Intenté que la sorpresa no me delatara. ¿Helike y él se habían divorciado? ¿Cuándo...? Sentí una leve sensación de alivio seguida de alegría. Después mudé la expresión porque no era bueno, no podía alegrarme de que el matrimonio de los primos no hubiera funcionado.

 

- Eres una aguafiestas, Lisa. Me hubiera gustado enterarme por él, seguro que venía a contarlo a la familia y tú lo has aireado a los cuatro vientos. - Después mi expresión cambió al notar que mi antigua novia bajaba un poco el tono al hablarme. Se la veía tan emocionada en aquel ataque. - Estoy bien, hace poco que he regresado al pueblo y no he tenido tiempo de nada. Pero no me acuses de no ser decente contigo. En realidad, yo supuse que después de tantos meses alejadas ya no manteníamos ninguna relación.

 

Me quedé un momento callada, pensativa. Matt se puso a mi lado, reafirmando su posición de familia y dispuesto a enfrentarse con ella. No es lo que pretendía, no quería que se pelearan.

 

- Entre nosotras ha pasado algo, muy bonito y enriquecedor, Lisa. Pero quiero... probar nuevos amores. Nuestra relación es un pasado. Me alegra verte, me alegra contar contigo como amiga pero no quiero ser tu novia. Y no me gusta que amenaces a mi primo como si tu honor te obligara a pelearte con cualquier hombre que me abrace. Es mi primo, por favor... Sólo era un abrazo de bienvenida y... ¡No tengo que darte explicaciones de mi comportamiento, Llisa!

 

¿Por qué le daba tanta importancia? Sólo había... sólo había sido un abrazo de... primos...

 

- No tienes que luchar por lo tuyo refiriéndote a mí de esa manera. No soy un objeto, Lisa. Soy una joven con sueños y esperanzas. Ahora no estoy enamorada de ti ni te pertenezco. Podemos ser amigas y contarnos cosas del pueblo e incluso recordar el pasado del que tanto he aprendido contigo. Pero no amenaces a nadie en mi nombre. Y, como dice Matt - su nombre era bonito, ahora que sabía que no estaba casado... ¡Tenía que explicarme o explicarnos muchas cosas! - la casa es de mami Reena, la única que puede tirarlo de casa.

 

No podía creer que estuviera pasando eso. Miré a la mujer que tanto me había enseñado del Amor pero no era lo que buscaba ahora. Quería un amor como el de la tía Sagitas con el tío Jack y ella no entraba dentro de mi camino , ahora buscaba otro tipo de amores.

 

- No te enfades. Pensé que mi ausencia era suficiente. Además, nos vimos en el atrio en aquel momento y... no me dijiste nada. Supuse que ya no sentías nada por mí. Yo ya no lo siento. Lo lamento...

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El agua estaba calentita y, poco a poco, fui cobrando consciencia de que todo había vuelto a la normalidad. Recordé que tenía que matar a mi sobrina Xell por aquel hechizo que, para mí, había sido totalmente malintencionado. Claro que su madre Reena me había asegurado lo contrario y me había dicho que ella sólo había atacado a quien pensaba que agredía a los elfos, sin darse cuenta que era yo, tal vez por las malas pintas y dejadez que tenía en el desván.

 

Paparruchas.

 

Pero en el calor del agua que me transmitía, aquel ataque acabó por perder importancia. ¡Qué suerte tenía Xell de tener una madre tan buena que sabía lo que me gustaba, la sencillez de un baño y el masaje del agua en mi cuerpo cansado! Cuando salí del baño, todo mi enfado había desaparecido y hasta cantaba un poco. Dejé de cantar al ver que Reena se había dormido en el sofacito de mi cuarto, esperando a que saliera de la bañera. Tal vez me había retrasado un poco.

 

Decidí que era mejor imitarla y me eché en la cama. Tal vez la paz duró unos instantes, incluso puede que diez minutos, pero pronto unos gritos airados que llegaban por la ventana me desvelaron. Era curioso que alguien dijera algo de soportar y... ¿Qué pasaba ahí abajo? Me asomé y gruñí. Xell y Matt discutían con Lisa, quien era la que soltaba las palabras airadas.

 

-- ¿Queréis callaros? Intentaba descansar. -- Lisa amenazaba a Matt (perdón, no, era una advertencia). Me giré y vi, encima de la mesita de noche, el libro que me había apoderado en el desván. Lo tomé y se lo tiré a la cabeza. La próxima vez uso la varita, que tengo mejor tino que con la mano. -- ¡Eh, tú, Lisa! ¿Qué haces amenazando a mi chiquito? ¡Demonios! Ese libro era importante. Tendré que bajar a por él.

 

Me alejé de la ventana, refunfuñando. Adiós a mi siesta bien merecida. En aquella mansión Vladimir no había quién descansara.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

@ había cambiado. Aquel año fuera de Ottery, ese tiempo que había pasado desenvolviéndose sola por el mundo había hecho que madurase, y la dulce y alegre muchacha rubia era perfectamente capaz de defenderse sola, y de hablar por si misma sin necesidad de intermediarios. Asi que callé, y dejé que se expresase, sin meterme.

 

No estaba bien.

 

Además, era incapaz de saber con exactitud qeu sentía la rubia, ya que en esos momentos, demasiadas sensaciones la asaltaban. Solo escuché, como se explicaba, como exponía la situación y me daba la razón en cuanto a no tenía por qué irme.

 

Aunqeu la escena fue interrumpida por un ruido sordo y los gritos de mi madre. Alcé la cabeza, sonrojándome al oir como me defendía al grito de "su niñito". Me agaché para recoger el libro del suelo, con un título que hacía referencia a las sacerdotisas. Sagitas se lo había lanzado a Lisa y había acertado, cortando de momento una posible respuesta a lo que había dicho Xell.

 

Por eso, retrocedí la distancia que me separaba de la puerta y la abrí.

- Vamos dentro Xell...supongo...que de momento no hay más que hablar aqui. - terminé, aguantando la puerta para dejarla pasar, echando una última mirada hacia Lisa, antes de cerrar la puerta a mi espalda.

 

Con el libro aún en las manos, avancé por la entrada, pensativo. La prima nunca dejaría de sorprenderme...y aunqeu no quería, me fijé en ella, en la figura que tanto conocía y que sin darme cuenta, ahora entendía como había echado de menos. Y había vuelto más guapa de lo que recordaba, a ser sinceros.

M4xQXhr.jpg

XaIHB03.gif.8d9da3f22cdcf76478ba8b5e63d5666a.gif KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gifXXBPo79.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La lechuza aleteaba con cierta parsimonia, ayudada con las corrientes de viento que favorecían el planeo que hacía en dirección a aquella mansión. Llevaba un buen rato volando, por lo que no era de extrañarse que se encontrara cansada, pero eso no era nada a lo que estaba habituada a volar. Además su destino era relativamente cerca en comparación de otros destinos a los que había tenido que volar.

 

Entre sus patas, fuertemente sujeta, llevaba una carta con un sello fácilmente identificable: el Ministerio de Magia. Su destino, la mansión de la familia Vladimir, y su destinataria, @

 

lweGb2q.png

 

Estimada Heliké Rambaldi Vladimir Di Sforza:

 

Desde la Oficina del Ministro y Servicios Administrativos del Wizengamot, se le envía esta carta con la intención de notificar que se ha solicitado el trámite de divorcio de parte de su aún actual cónyuge Matt Blancker. De este modo se la invita a presentarse en las oficinas ministeriales con el fin de hacer saber su postura respecto a tal petición.

 

De estar de acuerdo, el divorcio se llevará a cabo de forma inmediata, pero si no se encuentra de acuerdo, puede solicitar audiencia con el Fiscal Mágico Noah Lockhart para llevar a cabo una mediación entre ambos cónyuges.

 

El tiempo de plazo de espera es de 5 días a partir de recibir esta notificación.

 

Atentamente.

 

Mei Black Delacour

Directora de Departamento.

 

 

En cuanto la lechuza estuvo lo bastante cerca de la mansión, descendió unos cuántos metros antes de repentinamente soltar el sobre, el cual siguió una trayectoria tal que entró por el buzón de la correspondencia limpiamente. Ahora sólo restaba que la destinataria la leyera.

7ND4oqh.gif ~ c3cuSMA.gif


4uqeTef.png


sEAaDO5.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 3 meses más tarde...

La mujer de cabellos rojos caminaba a paso firme en dirección de lo que alguna vez había sido su propia mansión, el mismo y propio lugar que había levantado con su poder y al que había dotado con el apellido que ella hubiese llevado desde sus días viviendo en Rumania; lucía diferente a cómo la había creado y no podía echarlo en cara, después de todo, ella había tenido que hacer diversos y distintos viajes para poder hacer todo lo posible para mantener a salvo a su familia y a su primogénito y apenas iba un año desde que regresase al hogar:

Un largo, pesado y eterno año

Y sehabía dado cuenta de que no iba a poder evitar del todo aquel sitio ni lo que iba a venir por delante, ni siquiera las miradas que recibiría por parte de quienes aún eran parte de su familia, pero...

Había esperado suficiente.

Había intentado por todos los medios el ser paciente y tratar de encontrar una manera más adecuada... pero de una forma u otra, todo regresaba al mismo punto al grado de que ya no podía seguir girando, esperando que otros diesen un primer paso que era evidente, no querrían dar.

Y eso le dolía y le hacía sentir de formas que nunca se había imaginado respecto a los suyos.

Los suyos.

Por ello y después de una buena caminata, alzó la mano y golpeó con los nudillos la puerta de aquella mansión.

B9rYupA.png



http://i.imgur.com/7WhajUW.gif


Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 meses más tarde...

La vi caminar por Ottery y supe enseguida a donde iba. Aquel día yo tenía una importante cita con un proveedor de un objeto que ansiaba desde hacía mucho tiempo pero en cuanto vi que Hayame tomaba aquella dirección, se me olvidó todo y corrí tras ella. Mis pies iban cubiertos con unos tacones demasiado exuberantes y que acabaron haciéndome perder el equilibrio. Gruñí y me paré para quitármelos. A mí no me importa andar descalzo. Lo contrario, prefería los calzados de suelo más fino y antideslizante como unas zapatillas de baile, antes que aquellos ridícul0s y tormentosos tacones que solían llevar las mujeres para lucir tipito o, como yo, para causar buena impresión.

 

-- ¡A la porra la buena impresión! -- grité, al tirar los zapatos a un parterre y correr tras mi hermana con los pies descalzos.

 

Cuando la volví a ver, Hayame ya estaba delante de la puerta de la mansión Vladimir. La alcancé cuando ya golpeaba la puerta de forma vehemente.

 

-- ¡Hermana! ¿Qué haces? Quedamos en que haríamos todo con prudencia...

 

No era quien para pedirle eso. Estaba segura que yo no hubiera tenido tanta paciencia como ella pero era necesario que ella la tuviera. No quería un enfrentamiento entre las dos, entre Hayame y Reena. El hijo era común y Reena no se había opuesto nunca a que Hayame lo viera e, incluso, que reclamara el certificado a su nombre en el SAW. Era sólo que... el tiempo, a veces, pasa inexorablemente y no te das cuenta.

 

-- Vamos, hermana, juntas. Las dos podremos hacerlo sin enfados, yo te acompaño en ésto pero... Nada de airear las varitas ni de morder con tus colmillos. Que tú serás una vampiro pero Reena se convierte en dragón cuando se enfada...

 

Le sonreí. Ay, odiaba los dramas familiares y se avecinaba uno.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 semanas más tarde...

Había estado llorando mucho rato, tras la separación con Lisa. Había sido lo correcto y, sin embargo, seguía llorando cada vez que recordaba la triste despedida. Mi ánimo estaba por los suelos. No iba a salir nunca más de mi habitación.

 

Sin embargo, una cosa es querer evitar el mundo y otra ignorar los gritos que se sucedían bajo mi ventana. Mi habitación daba a la fachada principal, casi al lado de la puerta de entrada. Alguien había llamado y casi al momento, la voz de la tía Sagitas recriminaba algo. Parecía que era urgente, parecía que era grave. La curiosidad pudo más que mi deseo de no levantarme nunca más de la cama, así que me dirigí hacia la ventana y escuché intentando no ser vista por nadie.

 

La tía Sagitas pedía prudencia a alguien, le decía que se podía hacer sin enfados y que nada de varitas ni colmillos. Entonces, me asomé.

 

- ¿Es la tía Haya quien está contigo, @ Snape Potter Black? - le pregunté a la tía Sagitas. - ¿Qué sucede? ¿Por qué os gritáis de esa manera? ¡¡Taga!! Abre la puerta. Son las tías.

 

Salí de la ventana para buscar mis zapatos y después volví corriendo a ella.

 

- Esperarme en la salita, que ahora bajo con vosotras.

 

Salí corriendo y bajé las escaleras por el pasamanos, me gustaba mucho resbalar por él. Llegué a la vez que Taga les abría las puertas. Me puse a reír y le besé en la cabeza pelona.

 

- ¡Te alcancé, Taga! Yo me encargo. ¿Puedes traer bebidas a la salita? Las tías y yo nos vamos a juntar allá.

 

Después me dirigí hacia las dos tías que aún no habían cruzado la puerta. Las veía algo azoradas. ¿Tan serio era lo que les traía a la mansión Vladimir? Me puse a reír de ellas dos.

 

- ¡Parece que se haya muerto alguien! Estáis muy serias. - Después me preocupé. - ¿Se ha muerto alguien de la familia?

YyV85FY.jpg

7sfPjxW.gif NiqQIUZ.gifidFgtQA.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No quería ningún enfrentamiento familiar pero aquel era inevitable. Las dos madres iban a luchar por su hijo y, la verdad, todos sabemos que una mujer que se siente madre, lucha como una loba que defiende a sus lobeznos. Esta iba a ser el caso ahora y estaba muy nerviosa. No quería peleas, estaba segura que podríamos solucionarlo por las buenas. Lo malo es que en mi casa hubiera impuesto mi valor como matriarca y hubiera hecho callar a todos pero aquí estábamos 3 matriarcas, las tres con poder igual y las tres familia. ¿Qué podría salir de esta situación?

 

Bufé al sentir que Xell nos hablaba desde arriba. ¿Desde cuándo nos estaría escuchando? Era algo que no sé si ella debiera saberlo. Creo que no sabía la mitad de las cosas de la familia Vladimir y ahora que ella era también matriarca, registrada así en el Ministerio, en sus archivos, tal vez se enteraría de muchas cosas que le vendrían de nuevo. Hay que reconocer que es muy activa y su actitud es sumamente positiva. Tal vez sería bueno que estuviera presente para suavizar el tema.

 

Taga nos abrió la puerta pero Xell ya estaba encima, haciendo de Matriarca que recibe visitas. Tal vez fuera su primera vez.

 

-- Hola, sobrina. Venimos a verte para...

 

Xell pedía a gritos que nos llevaran bebidas a la salita y medio sonreí. Otra que se había vuelto tan familiar que pedía todo a gritos. Y eso que era muy educada cuando llegó al pueblo por primera vez.

 

-- No, no se ha muerto nadie, chiquilla. Sólo venimos a hablar de Akira. ¿Está tu madre? -- le pregunté, mientras nos dirigía hacia la salita.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.