Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Sagitas E. Potter Blue]

Supongo que siempre he sido tan mal pensada hacia los demás que me esperaba que la familia se enfadara por llevar un nombre que no era el mío. Seguro que yo me hubiera irritado aunque fuera un poquito. Pero no, o al menos no lo estaba conmigo. Matt estaba irritado contra la familia de su abuela. Suspiré. Todo aquel maldito lío... Tenía razón. ¿Para qué queríamos nosotros más de lo que teníamos?

 

-- En las reglas del clan sólo cuentan los hijos legítimos tras una ceremonia civil o religiosa que ampare legalmente la transmisión del patrimonio. Es por eso que ninguno de mis hijos adoptados han de temer nada. Sólo Ithilion y tú podéis cambiar el orden de sucesión y reclamar algo de aquella gente.

 

Creo que usé un tono demasiado despectivo en mi voz para referirme a la familia de mi madre. Al fin y al cabo, ellos habían matado a mis padres sin piedad y, además, nos habían perseguido a Jack y a mi, llevándose a mi primogénito de mi lado. Matt sabía esa parte. Creo que, sin embargo, nunca le llegué a decir mi verdadero nombre porque Sagitas, para mí, ya era el nombre con el que me había acostumbrado a firmar todo.

 

-- No tienen derecho, Matt. Pero tus abuelos fallecieron en sus manos. Tu propio padre murió por su culpa y tú... -- Apreté la mandíbula para aplacar la rabia con la que había dicho mis frases anteriores. -- Y tú fuiste alejado de mí en el mismo instante de tu nacimiento. Lo sabes mejor que nadie; no tienen derecho pero lo hacen. Son gente sin escrúpulos donde la Familia va por encima de las normas y las leyes. ¡Son mortífagos! Es una maldita rama de mortífagos en la familia.

 

Me sentí ridícula ante aquella explosión y volví a mirarme las manos.

 

-- Ahora ya sabes porqué no quiero que te cases con Heliké. -- Por supuesto, no aclaré si era por el tema de la boda o por el tema de que ella también fuera mortífaga. En el fondo, creía que mi hijo no era consciente de esa particularidad de su novia que yo sí conocía, como ella conocía que yo era del bando antagónico, la Orden. -- No podemos matarlos, son muchos. Sólo podemos...

 

¿Huir? ¿Eso iba a decir, después de todo lo conseguido? Me quedé callada y abochornada por lo que iba a decir.

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame permaneció en silencio mientras que sus pociones borboteaban por encima de las llamas que lamían el caldero sobre el fuego de la chimenea que había estado aprovechando para poder preparar los correctos medicamentos de su hermana; había decidido hacer que Czésar se llevara y embotellara el resto que serviría más adelante pero con las cosas que estaban sucediendo prefirió no hacer ningun sonido ni movimiento en falso

Pudo ver como la expresión y las miradas de su hermana menor parecían pasar de su alegría de siempre y sus saltitos a la sorpresa y quizás hasta el horror y vió como separaba los labios para decir algo

Pero un discreto y rápido movimiento en la mano de la vampiro acalló las intenciones de la rubia que solo asintió y se quedó con las manos apretadas cerca de su pecho, esta vez viendo en otra dirección; quizás no se atrevía a verles porque sabría que no podría resistirse mucho antes de decir algo, Hayame no lo sabía

Solo entendía que Sagitas estaba sufriendo y que...

Era de familia mortífaga

Diablos, eso si era una sorpresa

Su hermana, proveniente de una familia de sangres limpias mortífagos cuando a la mujer la había encontrado en un circo, declarando abiertamente que los odiaba profundamente?

Muy despacio movió un dedo para dar las instrucciones a su elfo que asintió y comenzó a trabajar en completo silencio

Benditos elfos

Ella por su lado se dirigió a otro de los sillones y se sentó en este, acomodándose semi recostada sin atreverse a interrumpir a la familia mientras que Ashley la seguía y de rato ya se acurrucaba a su lado, también algo preocupada y prefiriendo obedecer a la voz de su hermana mayor

[Matt Blackner]

Conformé la escuchaba, sin darme cuenta, me dejé caer, pasando de estar de rodillas a sentado en el suelo, frente a Sagitas. Saber qeu para ellos lo único qeu importaba eran los hijos legítimos por causa de una boda me parecía una tontería, pues la magia y la sangre, al final, no entendía de ceremonias.

 

Pero según ella hablaba, recordando como esa rama familiar había acabado con la vida de sus padres, con Jack y me había alejado de Sagitas en el mismo momento de nacer, fui agachando la cabeza, hasta quedar mirando el suelo. Significaba qeu no podría casarme, ya no solo con la vampiro, sino con nadie. Una relación acabaría por conllevar un peligro demasiado grande.

 

ME quedé un rato en silencio, hasta que reaccioné, golpeando el suelo con el puño cerrado.

- No. - gruñí.

 

Levanté la vista, mirando a Sagitas a los ojos. Estaba decidido, no sabía exactamente a que, pero lo estaba. Si algo no me gustaba era qeu me dieran órdenes, y menos aun que algo me quitara mi libertad de elegir o hacer lo qeu quisiera. Por eso, no iba a permitir que esa gente nos siguiera condicionando, aunqeu en realidad yo no lo había sabido hasta ahora.

- Mataron a...los abuelos. Provocaron qeu Jack te traicionara y muriera, y nos separaron. Hasta hoy. - dije. - No volveran a comandar nuestra vida, la de ninguno de nosotros. Si se atreven a aparecer, nos defenderemos y esta vez no conseguirán derrotarnos.

 

Me puse de pie y sonreí.

- Se acabó huir de ellos. Es una promesa.

[Sagitas E. Potter Blue]

Miré de reojo a Hayame y vi una nube en su mirada, como si algo no le cuadrara, pero como no dijo nada no supe lo que era y lo atribuí a que se sentía descontenta conmigo. Así que me mordí el labio superior hasta hacerme sangre con los dientes, nerviosa, decidida a que tenía que desaparecer, dejar el pueblo, huir... Sí, huir... Esa era la palabra, dejar todo lo que había conseguido, guarlos, negocios, mansiones, dinero en Gringotts... Desaparecer...

 

Cerré los ojos e hice el ademán de levantarme. Tenía ropa que recoger para escaparme de allí. El estruendo del golpe me hizo caer de pompis en el sillón de nuevo y abrí los ojos con miedo, como si ya me hubieran encontrado.

 

-- ¿Qué...?

 

Había sido Matt y había dicho que no... ¿Qué no qué...? Le escuché decir que no y que no, que no iban a condicionar nuestra vida y que no huiríamos más. No sé qué fue lo que me asustó más, si su determinación o lo que pudiera pasar a partir de ahora.

 

-- Pero cielo... -- Mi voz sonó débil y miedosa. -- Casi no sobrevivimos cuando nos atacó la demonio. Jack murió, estuvimos a punto de morir nosotros también... ¿Cómo vamos a plantar cara? ¿Y si... nos matan...? Ni todos los conocimientos y habilidades que han aprendido servirían contra ellos, lo sé. Son... malos.

 

Pero cuando Matt hace una promesa, la cumple. Eso me asustaba mucho más. Me encogí en el sofá como si quisiera que me tragara.

 

-- ¿Y qué hacemos, si no huimos? ¿Cómo lo hacemos...?

 

No me sentía capaz de pensar en ninguna estrategia de batalla.

[Matt Blackner]

"Prefiero morir luchando a que me maten temblando de rodillas mientras intento huir" pensé, pero no lo dije. En lugar de eso, sonreí aun más. El estado anímico de Sagitas era el peor, estaba hundida, y dispuesta a marcharse de Ottery en aquel mismo momento, lo que me indignaba aun más.

 

- Entonces no contabas conmigo. - le contesté. - Tal vez la última vez estuvimos a punto de morir, pero demonios...era un recién nacido! Ahora si que puedo hacer algo más.

 

Me eché a reir y me encogí de hombros. Fenrir lanzó una especie de ladrido y varios gruñidos, como si me apoyara.

- Pensaré en la forma de defendernos. Pero aquí tenemos ventaja, jugaremos en casa. Encontraré la manera de que esta vez, nosotros salgamos victoriosos.

 

LE ofrecí el brazo y miré a las chicas, Hayame, que guardaba silencio, y a la chica que seguía observando y que yo aun no conocia. Hice un gesto a todas, esperando a que Sagis se acercara, porque con el pie aun lastimado no podría llegar hasta la sala por si sola, asi qeu la ayudaría a caminar.

- Pero eso no será hoy. Hoy comeremos, y pasaremos un día agradable entre todos.

 

MI tono era jovial, claro qeu si. Necesitaba tranquilizar a Sagitas para que pudiéramos trazar un plan. Por dentro, me sentía tan culpable como intranquilo, porque me daba la sensación de que la boda, de pronto, había sido como un foco inoportuno sobre la calma familiar. POr eso, fingía que lo tenía todo controlado, cuando en realidad, se añadía algo más qeu tenía que controlar y dominar para mantener a la familia a salvo.

 

Hasta donde aguantaría físicamente?

 

- Harpo! Tenemos hambre! - exclamé en voz alta, para que el elfo me escuchara.

[Xell Vladimir Potter Black]

No se habían dado cuenta que llevaba un rato allá, en la puerta de la estancia, esperando anunciar a todos mi regreso. No pude decir ni palabra. Había escuchado a una sollozante tía Sagitas hablar de que ella no era ella, que no era Sagitas. Me dejó alelada aquella confesión. ¡Siempre la conocí como Sagitas! ¿Qué secreto guardaba?

 

En la sala estaba mi primo Matt, quien hablaba de que no podían huir, Sagitas decía que no sabía como hacerlo, la tía Hayame no miraba nada excepto un caldero de donde salían burbujas coloridas con perfume de una poción desconocida. A su lado, una muchacha tan desconocida como la poción, un familiar supuse, ya que Sagitas contaba todo aquello sin titubear.

 

Salté pues el chillido del primo me pilló de sorpresa. Me vio, estaba segura puesto que estaba en la puerta de entrada. Hice un leve ruido con la boca, un humilde carraspeo al ser pillada.

 

- ¡Hola! ¿Quién eres, si no te llamas Sagitas?

 

Pensé que podía ser un poco grosero presentarme así e interrumpir una conversación que podría ser privada.

 

- He vuelto a... la familia... ¿Estorbo?

[Hayame Snape Potter Black]

Hayame se enderezó finalmente y le dirigió una mirada a su sobrino, terminando por guiñarle un ojo para después dar un vistazo a su hermana y alzar ambas cejas como lo hacía de forma común cuando estaba a punto de lanzar una broma

-Ay Ericen!

Regañó ladeando una vez la cabeza mientras que continuaba en la misma posición cómoda sobre el sillón

-Y quién quiere huir? -dijo alzando un brazo- pues quienes somos? que vengan, nos agarramos en zafarrancho y los matamos a todos y les damos sus restos a Morita que ya tiene hambre UwU

Soltó con orgullo y una sonrisa a pesar de que sentía la expresión de reprimenda de su hermana menor que a su lado continuaba acurrucada pero que tambien se notaba preocupada por la Potter Blue... o lo que fuera cualquiera que fuese su apellido o cómo se llamase

-Vamos, que hemos peleado en contra de bichos más molestos... tu familia no será la excepción

Aseguró resoplando por la nariz al tiempo que ahora movía su mano como si espantase una mosca

-Si quieren pleito, yo estoy más que dispuesta a unirme... si me dejan, verdad Matt?- inquirió viendo al chico- después de todo y aunque el Ministerio no me deje reconocerlos, ustedes son mi familia, pese a quien le pese. Y no me importa perder media pierna y un ojo por eso, sirve que me pongo uno que gire

Se rió divertida y entonces, alguien más llegó

Alzó la mano

-XELL!! Niña, que tal??... llegas a tiempo para el destazamiento 8D

[Ashley Peverell]

La adorable chica de rubios caireles se encontraba en aquellos momentos aferrada a la cintura de su hermana y casi acostada en el sillón con ella aunque era raro porque solía preferir estar sentada de forma educada y que se viesen sus buenos modales de la manera correcta pero si la hechicera de pelo rojo pensaba que estaban bien en ese momento entonces confiaría en su palabra o al menos en sus acciones.

Pero de todas maneras le preocupaba ver a su nueva hermana mayor que comenzaba a llorar mientras decía que había otra familia que la quería matar y eso le hacía pensar en que quizás habría un ejército de magos que los perseguirían a todos.

Puso una cara de molestia y de seriedad, ella también estaba muy dispuesta a defender a su nueva familia así como todos los demás.

Ashley también podía ser una guerrera como todos los miembros de la casa noble de Gryffindor.

-Está bien Sagitas, estamos contigo.

Dijo la preciosa muchachita de ojos de almendra que dejaban ver la luz de su pureza y de su espiritualidad.

-Nadie te va a abandonar y yo también lucharé con todos.

Asintió una vez y entonces, vió que aparecía una bruja nueva por lo que se acomodó mejor en el costado de Hayame.

-Hola.

Saludó a la recién llegada.

-Yo soy Ashley, soy hermana menor de Sagitas y Hayame.

[Hayame Snape Potter Black]

La Snape volteó en dirección de su hermana menor y asintió un par de veces con expresión decidida

-Esa es la pequeña boño de rosas!!

Exclamó apretando un puño y moviéndolo en el aire si como con eso pudiese mostrar el suficiente apoyo a las palabras de la menor que se semi-ocultaba por detrás de ella recostada

Una gota de sudor escurrió por su nuca al ver eso, vaya manera de la chiquilla de verse primero muy decidida y luego mostrar timidez!

Hizo un gesto de incredulidad con la boca y los ojos que se volvieron un par de medias lunas con puntitos y un tic sobre una ceja para luego, volver a ver a su hermana Sagitas

-Ya deberías de saber que todos en la familia te vamos a apoyar, sin importar lo que suceda- aseguró asintiendo un par de veces y esta vez sus gestos cambiaron por unos más serios- vamos Sagis... tu familia de verdad, los que te queremos tanto... cuándo te hemos fallado? cuándo te hemos abandonado como para que sientas que debes de irte y dejarnos atrás?

Inquirió enderezándose un poco para acomodarse mejor y evitarse el dolor de espalda

-Aquí nadie abandona a nadie: todos estamos contigo- añadió

[Sagitas E. Potter Blue]

Era agradable sentir el apoyo de la familia pero yo seguía renuente a acceder. Demasiado tiempo huyendo de ellos había dejando mi mente fuera de la posibilidad de plantar cara. Una vez lo hice y sufrí mucho por ella, la muerte de mi marido y el robo de mi primogénito. No me creía capaz de volver a pasar por ello otra vez. Sin embargo, la risa de Matt era contagiosa y moví levemente los labios en una tímida sonrisa. Hayame también se negaba a huir, supongo que ella es más aguerrida que yo; yo sólo me lo hacía, por eso de ser matriarca y tener una familia a mi cargo y eso... En realidad, muchas veces me sentía débil y vulnerable y sacaba fuerzas de flaqueza porque... ¿es lo que tiene que hacer una matriarca, no? Ash, la linda hermanita recién llegada a la familia, también pensaba igual. Me sorprendió ver que, tal vez, no fuera tan difícil el problema que yo había magnificado por la soledad de mis pensamientos.

 

¿En serio me proponía jugar "en casa"? Aspiré con fuerza y reconocí que sí, que tenía hambre. A veces es mejor pensar con el estómago lleno.

 

-- Lo sé... Os estoy agradecida. No me habéis fallado nunca.

 

Sonreí y, entonces, escuché la voz dulce de Xell que volvió a dejarme sin aliento. Todos los miedos afloraron de nuevo y me removí, nerviosa, en mi sillón. Suspiré largo antes de contestarle.

 

-- Hola, Xell... Yo... Casi no recuerdo mi nombre real. Hace tanto tiempo que me puse el Sagitas... Ericen es muy similar a mi nombre original. Supongo que no quería perderlo del todo y por eso lo camuflé un poco y sólo uso la E. cuando firmo... Pero soy la Sagitas que siempre has conocido...

 

Miré a sus ojos y la bondad que desprendió me relajó. Esta sobrina era la hermosa sacerdotisa que siempre conseguía ponerme de buen humor.

 

-- Familia, Xell ha vuelto, ¿cómo ibas a estorbar, mujer? Mira, esta es Ash, hermana por parte de Antara, llevaba mucho tiempo fuera del pueblo pero ha regresado con nosotros. Más o menos como tú, ¿dónde te habías metido?

 

Sí, soy matriarca, no puedo dejar de reñir cuando alguien se aleja un poco de la familia.