Jump to content

Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)


Sagitas E. Potter Blue
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Un segundo bastó para que el trayecto de la copa hasta el suelo se efectuase con totalidad. El ancho cáliz se estrelló estrepitosamente con el suelo, un golpe acompañado de su estruendo que se abrazó con sus alaridos de molestia. El cristal, que proyectaba en su superficie un difuso reflejo de la observante luna, se partió en pequeñas astillas de desiguales tamaños, que saltaron de manera visualmente llamativa sobre la frialdad impregnada en el suelo de aquel pórtico. La bebida que había contenido con pasividad hasta aquel repentino ataque acompañó el estallido de su opresor, salpicando el fino material de los caros zapatos de la víctima, que recibían abiertamente la luz del satélite. Sus contenidas expresiones de dolor, contenida por la unión de sus rojizos labios, se alzaron corrompiendo el silencio del ambiente.

 

Lucrezia no se había esperado un movimiento tan temprano, oh, claro que no se lo esperaba. La suerte que acostumbraba a ser una fiel lacaya de la aristócrata allá a donde iba, en esta ocasión no la acompañaba; definitivamente nunca se había cruzado con aquel hombre protegido por la vergonzosa y cobarde máscara plateada que le propinaba un manto de anonimato, perdiendo la legitimidad de su cruzada contra la Orden del Fénix y su misión subyugada por el Ministerio. Si lo hubiese visto, el mortífago estaría al tanto de la intención de la Médici de engrosar con su magnífica y única presencia las filas de la Marca Tenebrosa. La sola posibilidad de enfrentarse allí con quien después sería un par en la proliferación de las artes oscuras, ironías que la vida le ponía en frente, hacía que despertase en su mente, captada por aquella situación, un vaivén de pensamientos ligados a las posibles resoluciones. Pero no dejaría que nadie profanara con desmedida osadía las tierras que le pertenecían.

 

Al momento que tomaba con su zurda la varita de su mano afectada por la maldición, empujada a la inercia por la dolencia tenaz y sostenida que la infectaba en su totalidad, giró unos breves segundos su rostro hacia Sagitas. La fulminó con la mirada, sus ojos se hallaban cristalinos como dos pequeños zafiros como consecuencia del dolor consumado por el hechizo y la invitaban sin serenidad alguna a ponerse en movimiento. No tardó nada en volverse hacia el mortífago, a quien observó con una meditada altivez que la caracterizaba con perfección. Paralelamente analizaba cada capa de aquellos iris inestables que se filtraban por los pequeños agujeros de la máscara, analizando cada capa superpuesta de su observar pedante.

 

Episkey, pensó inmediatamente al retomar el contacto visual con su tenebroso atacante. Los espasmos que limitaban el movimiento de su diestra se detuvieron con la consecuente y aliviadora desaparición del dolor; paralelamente los huesos quebrados por el hechizo recuperaron la estructura ósea de su mano, permitiendo el normal movimiento de ésta. No tardó en alzar su zurda con un movimiento suelto y elegante, pues no había situación que le hiciese perder la finura de su desenvolvimiento frente a los demás. Ni un duelo podía menguar su duro porte aristócrata, sustraído de otra época. Si una maldición debía quitarle con su impacto su último respiro, lo haría luciendo la gloria heredada de su linaje corrupto. Alzó su arma mágica y apuntó, conteniendo la respiración afectada por el dolor apaciguado, directamente al pecho de su oponente.

 

- Te has equivocado de lugar, te lo aseguro ¿Acaso no sabes quien soy?...Sectusempra!- exclamó, antes que su pálido rostro envalentonado con una expresión desafiante se iluminara por la verdosa luminaria que se desprendió de su varita, atravesando el aire rumbo al mortífago.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¿Qué demonios había sucedido en la mansión en breves instantes? Era como si el tiempo se hubiera dividido en instantes diferentes y todos ocurrieran a la vez. Si no supiera que era imposible, hubiera dicho que alguien había usado un giratiempos en la "Ojo Loco" y que yo era capaz de ver todo lo que sucedía en el mismo instante. Porque estoy bien segura de que todo era real y raro que sucediera al unísono.

 

Primero, que mi hermano Sherlock me preguntara que si alguien de la familia había bajado al infierno. Puse cara de enfado y le contesté:

 

-- ¡Pues claro que no! ¿Qué clase de familia te crees que somos?

 

Sin embargo, mi respuesta había sido falsa. Por supuesto, Lucrezia seguía presente y no tenía porqué saber cuales eran los secretos familiares. Secretos que no hubiera dudado en contarle a Thiago, si es que no los sabía ya, pero nunca a esa petulante señoritinga italiana que se creía con derechos a ser de la familia porque mi hermano, en algún momento, pareció confiar en ella. Yo no lo hacía. Y menos con aquel gesto totalmente descortés de insinuar que ella le había dado algo que yo no podía darle por ser su hermana; había sido un gesto demasiado obsceno que no pensaba que fuera verdad. Mi hermano Thiago tenía clase, no se hubiera dejado enredar en amoríos con aquella mujer. Aunque, debía de reconocerlo, alguien debía de haber pasado para quedar tan prendado.

 

Pero era cierto que sí, habíamos bajado al infierno, no una sino varias veces, al menos cuatro, hasta que yo misma sellé la puerta de las mazmorras que había usado mi hija Perenela para bajar a su reino. Pues no podíamos olvidar que mi hija era una demonio y de cierto nivel allá abajo, algo que no me importaba pues yo amaba mucho a mi niña.

 

Sin embargo, una especie de gusano alado con colmillos parecía atacarnos y yo, para mi extrañeza, sólo veía su figura como si fuera en un plano astral o paralelo al que vivía en aquel momento, mientras una amiga hablaba conmigo. No supe cuándo ni cómo había aparecido Pandora, pero ella había estado allá, saludándonos a todos y con cierta familiaridad a mi hermano-cuñado, hablando como si nada, mientras, a la vez, Sherlock lanzaba sectusempras al espacio en el que se suponía estaba aquel bicho.

 

-- ¿Pero qué demonios... sucede...?

 

Disgregaciones... Era algo muy estraño, como si el tiempo se hubiera parado en un momento en el que confluían varias verdades a la vez y yo estuviera viéndolas todas, sin saber cuál seguir, en cuál quedarme, cuál era a la que yo pertenecía.

 

-- Escribe a quien te salga de las... narices -- suavicé la palabra en el último instante. Pero es que, en aquel momento, los insultos y maquinaciones que pudiera estar haciendo Lucrezia para quedarse con la "Ojo Loco" me parecían efímeros con lo que sucedía a mi alrededor. Llegué a preguntarme si habría tomado por error alguna poción pero no, aún no había bebido nada. ¿Me habrían drogrado con algo? O, sencillamente... ¿estaba viviendo una experiencia extrasensorial de las que había oído hablar a mis compañeras sacerdotisas en el momento menos apropiado? -- Si te crees que vas a conseguir que te dé ni un palmo de tierra de la mansión, es que estás muy loca.

 

Mis palabras eran hirientes pero no estaba segura de si se las había dicho o no porque giraba sobre mis pies para no perder detalle de los mundos paralelos que se sucedían, para intentar averiguar si alguno era cierto, si todos eran ciertos, si todos eran falsos, si yo estaba dormida y teniendo una pesadilla. Y la pesadilla no sería la mala noticia de Sherlock, el gusano extra-raro que nos atacaba, la presencia de mi amiga Pandora... No, la pesadilla era esa tal Lucrezia y sus ansias de dominio que me arrastraban hacia una furia que había dejado de sentir hacía tiempo.

 

-- Me niego a creer que Thiago te dejara nada a ti nada más que un buen recuerdo o tal vez uno malo y que por eso quieres vengarte. Pero no te saldrán con la tuya. Lucrezzzzzia... -- repetí en el mismo tono que ella había malmencionado mi nombre.

 

¿En su cama? ¿Tan necesitada me creía? Le bufé, con rabia.

 

-- Ya tengo un buen abogado. Es más, tengo un bufete de abogados que te aplastarán como se aplasta a una cucaracha: sin ningún miramiento ni pena.

 

A la vez, en un universo paralelo, porque es que es imposible que ocurra todo a la vez, apareció el cadáver de mi hija Perenela, o al menos lo parecía si no fuera porque andaba y se acercaba hacia nosotros. Estaba blanca y con vendas bajo un vestido negro que hacía más patente su palidez. Tuve necesidad de tocar un objeto sólido y retrocedí unos pasos con la mano hacia atrás, hasta tocar el respaldo de una silla, a la que me agarré.

 

¿Qué demonios estaba sucediendo?

 

Lucrezia, Sherlock, el gusano atacador, Pandora, Perenela y... Sí, además, ahora se presentaba Sean en el lugar.

 

Aquello era demasiado. Pensé que mi cabeza me daba demasiadas vueltas y que iba a estallar de un momento a otro. Lucrezia insinuó que había más visitas y que mi varita sólo servía para ser usada como las majorettes muggles usan sus bastones. Todo me daba vueltas, como si necesitara que se apagara todo, que la realidad volviera a ser una, única, sólo una, en la que poder centrar mi mentira.

 

-- ¡Idio...! -- no acabé el insulto porque sentí la necesidad de sentarme y hasta el aire me faltaba en aquel momento en que todo era un caos de luces revoltosas que jugueteaban con mi cabeza.

 

Era increíble que en el mismo universo estuviera viviendo un caos emocional de tal intensidad que viera que las puertas del infierno habían cedido y que la figura del Padre que Sherlock y yo (hermanos de circunstancias, no de sangre) tanto temíamos, reencarnado en una bestia asesina y sedienta de sangre; que Lucrezia estuviera redactando la demanda judicial para pedirme la mitad de las pertenencia de la "Ojo Loco", que Perenela pareciera muerta y que se estuviera enfrentando, con su palidez extrema, a un Sean que se encaraba, en mi propia casa, a mi hija; que mi hija pareciera tener la curvatura no de un empacho de hamburguesas grasientas sino de un embarazo a punto de concluir, cuando yo juraría que había perdido aquello la última vez que la había visto en el hospital. A la vez, que un asesino mortífago estuviera en la casa, alguien que yo conocía y temía y que, gracias a los Dioses, hacía tiempo que no veía. Hasta había creído que había muerto, que alguien había acabado con él y con su leyenda.

 

-- ¡Por favor... que esto pare! -- susurré, cerrando los ojos.

 

Creo que, si no me parecía todo tan irreal, me hubiera desmayado por la presión que sentía en las sienes. Pero si era cierto que había vuelto nuestro Padre, debía mantenerme despierta y ayudar a Sherlock; si era cierto que allá estaba Perenela pálida como la muerta, debía mantenerme despierta y atenderla. Si era cierto que Sean estaba allá discutiendo con ella, debía mantenerme despierta para echarlo de la casa o romperle un jarrón de la chimenera en la cabeza, lo que más cercano pudiera; si era cierto que Lucrezia estaba amenazándome, necesitaba estar lúcida para responderle y tener fuerzas para echarla de MI casa.

 

Pero, sobre todo, si era cierto que allá estaba el Príncipe del Caos, aquel Patrick Colt que siempre había temido, que siempre temía, que siempre temeré, necesitaba estar bien despierta para evitar que él acabara con mi vida.

 

¿Para qué iba a venir a la mansión, sino era para vengarse?

 

-- ¡Por favor...! Que la realidad no sea esto... o me volveré loca.

 

 

 

 

 

OFF.-

 

Loca me he vuelto para unir todo, por Dios santo, cuantas escenas. Y lo he logrado... ¡Soy buena!

Editado por Sagitas E. Potter Blue

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

dandole la mano a sagis para que se levantara bienvenida al mundo nena te tardaste mucho ejjj

pero estas bien me preocupo un poco ya que mi tosco ex novio , no sabia controlarse mucho en serio holmes esa es tu forma de querer , ya tranquilo ok , no paso nada , lo saludaba cortes mente pero veo que no cambio y ni cambiara , me encanta tu casa sagitas , lo juro algun dia vendrias conmigo a la mancion malfoy hay di que siii , bueno mejor todos como ahora me dejan las llaves a mi cargo , le mostraba las llaves , la mancion malfoy , nunca me da escalofrios

 

 

y tu holmes como los viejos tiempos que dices , le daba una cordial invitacion a mi ex , espero que la acepte , que puedo perder , nada,

 

ok , se abrieron las puertas , en fin , renoconosco esa cara , toma sagis , problemas aqui tienes

pregunta por mi en el cuartel te ayudaremos , c,d, i

 

cuartel

de

inquisidores

 

ilumino su cara con una risa muy grande ,

 

http://i.imgur.com/108nu8F.png

u.u nunca mas un juntos para siempre

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

El cruel sonido de cristales dispersándose regaló a Patrick Colt una sensación de prepotencia. Como sentirse dueño del mundo. Era ese sonido capaz de describir que la mujer había entrado en un estado de descontrol ante el ataque de su arma de nogal. Nadie, jamás en la historia, había sido capaz de pararse frente al Cardenal de la Muerte y volver a respirar un nuevo día. Esa mujer no sería la excepción.

 

Además, ¿Quien se creía ella para osar mirarlo fijamente como lo hacía?

 

La sonrisa en sus labios no se desvaneció, pues tenía poder para conocer que ella no tendría una nueva oportunidad. La luna refulgía con igual furia que hacía unos minutos, e ignoraba totalmente los entes cósmicos que la rodeaban. Sin embargo, de haber sido testigo de aquélla bóveda estrellada, hubiera podido percatarse que los teñidos naranjas que se escapaban del horizonte, traían consigo los retoños del venidero amanecer. De hecho él, de haber sido una persona corriente, habría agradecido el no haber olvidado portar su máscara de titanio, que de buenas a primeras velaba recelosa por su identidad.

 

De igual forma ella debía conocer que no averiguaría de aquel rostro mucho más.

 

El hueso quebrado de su mano causaba un dolor espantoso. Aún así, ella no parecía ceder ante él. Ignorante de los pensamientos de magia curativa de Lucrezia, el mortífago arremetió nuevamente con artes oscuras para encantarla a ella y a su varita, negándole la posibilidad de hablar con un:

 

- Séneca - la orden fue inmediata, solo respondida por ella con una invocación de magia asesina que furiosa viajaba verde hacia su pecho. Todo, como en cosa de segundos, pasó por su mente veloz. La observaba acercarse, su careta se encendió en la luz verde portadora de la muerte, que llevaba hacia su pecho que le obligó a tomar una decisión involuntaria en su defensa.

 

Dos gruesas y grandes manos fantasmales emergieron del suelo, frente a él, topándose y repeliendo aquel rayo que atentaba en su contra; un sectusempra que de haberle tocado siquiera, hubiera causado en su cuerpo una mortal hemorragia.

 

Ahora ella tendría vetada la oportunidad de hablar. Un chance que jamás hubiera permitido perder, que sin embargo, ante un mortífago como al que se estaba enfrentando, no le daba muchas posibilidades a evitar.

 

Ladeó su cabeza, la miró fijamente al rostro marcado por esos rizos dorados como el sol, y se imaginó el gesto inexpresivo y de dolor que quería dejarle en sus facciones al momento de matarla. Sonrió.

Ex-Líder de Bandos | Ex-Wizengamot | Ex-Orden de Merlín 1ra Clase
ovh5AOg.jpg
 iHZc2NJ.gif 1MEiDe4.gifDwz5N3J.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Eres hombre de pocas palabras…¿Acaso no piensas decirme lo bella que estoy en este vestido? Veng…- atinó a continuar su intervención, pero un suceso inopinado se hizo su lugar en ese intercambio.

 

Retrocedió un paso, quedando nuevamente cubierta por el umbral de la desvencijada puerta que yacía en el suelo, desprendida de toda utilidad y de motivación para ser como tal. Su garganta fue desprendida súbitamente de toda humedad e hidratación, quedando completamente inutilizable. Cuando sus delgados labios, cubiertos por el desprendimiento de un opaco labial rojizo, se separaron para dejar que efectuara su siguiente movimiento, nada fue proferido de su boca más que un silencio tortuosamente forzado. Su voz había sido encarcelada en la cárcel de la imposibilidad física de alzarse en aquellos terrenos exteriores. Los músculos de su faringe se estiraron vanamente, causando una molesta dolencia que quebró la media sonrisa que hasta el momento desplegaba la paleta de sentimientos que la dominaban: la diversión y el desafío constante, tanto autoinfligido como provocado por el solemne mortífago.

 

Aquel hombre que se sostenía con una inaudita firmeza a solo unos metros suyo resultaba un rival por demás interesante, un hueso duro de roer. Allí, con los detalles más característicos de su persona ocultos por una máscara que imponía solo por el recorrer de su historia, Lucrezia hallaba a quien podría ser un verdugo digno de robarse su último aliento, si no fuera porque ese duelo estaba destinado a finiquitar con su propia imposición. No era un mortífago cualquiera, ni siquiera esa palabra servía para encerrar todo lo que esa figura cubierta por la incógnita significaba: era sin duda, alguien que superaba las barreras limitadas de una definición como la del bando, que había perdido por la ineludible crueldad del paso del tiempo su oscura esencia. La intuición de la Médici no era tosca ni atontada; no le costaba dilucidar en la tensión indisoluble de aquel duelo que estaba enfrentándose a una leyenda en cuyos hombros sostenía la gloria mortífaga, la de la imposición de sus propias reglas e ideales.

 

La azul mirada de la rubia permanecía clavada en aquella figura, con la osada frialdad de sobreponer su impronta aristócrata, construida cuidadosamente por años, sobre la de su rival de sangrientas pretensiones ¿Acaso creía aquel hombre, sumergido en la superficialidad del anonimato de su identidad, que se impondría con facilidad sobre una mujer cuya personalidad había sido alterada y alimentada por una vida con el fin de someter al otro? Un Finite Incantatem que formó entre las paredes de su mente, clarificada por la decisión de enfrentarse de lleno con el intruso, terminó con el efecto sobre su garganta, que recuperó en consecuencia su habitual hidratación. Efectuó un delicado movimiento circular con su muñeca para cerciorarse que su mano había rearmado su estructura ósea correctamente y volvió a realizar una floritura con la naturalidad que le devolvía Patrick.

 

- ¿Acaso la Orden del Fénix se quedó sin miembros y vienes a interrumpir en MI mansión apenas llego?¿Ya los mataste a todos? ¡Avis!

 

La terminación en punta de su varita mágica de roble se encendió con una luminaria blanca y de ella se materializaron doce cuervos de su tamaño promedio, que comenzaron a volar alrededor de la rubia aristócrata carentes de gracia alguna. Su vistoso vuelo, equilibrando entre un suave planeo y un aleteo tosco, envolvía a su invocadora en una cortina de protección contra los rayos que su rival decidiese lanzarse. Lucrezia sabía que estaba en condiciones ligeramente desfavorables en cuanto a utilización de hechizos, pero aquello no reprimía la tensión en los músculos de su pálido rostro en los que se dibujaba nuevamente una sonrisa.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Tuve que sonreír a la fuerza. no era normal que,en medio de toda aquella disgregación emocional viera de nuevo a Pandora ofreciéndome los servicios del Cuartel de Inquisidores. Sonreí, sí, lo hice por no ponerme a gritar. Ni uno ni mil Inquisidores podrían hacer nada contra el Cardenal de la Muerte, si era realmente él quien estaba en la casa.

 

De todas las realidades posibles, no sé si mi mente se paró en la que era cierta, real y peligrosa o en la que me daba más miedo. ¿Había elegido yo esa realidad o es que, al final, era cierto que en el presente, en ese momento, en ese inverosímil instante, allá estaba Patrick Colt, peleando contra Lucrezia?

 

Fuera como fuese, la figura mortal de su persona despertaba en mí mil ecos de miedos y sufrimientos de antaño que había ocultado tan bien que ya ni los recordaba. Hasta ahora. Toda aquella magia oscura... Todos aquellos hechizos prohibidos que yo había conocido en algún momento de mi vida y que había sepultado entre mil capas de recuerdos olvidados... Aquellas manos fantasmagóricas, aquel "Séneca", la misma figura imperiosa de la Muerte reflejada en la mirada de Patrick Colt me hicieron tambalearme, física y mentalmente. Yo, que era una matriarca orgullosa, comerciante reconocida y funcionaria ministerial de alto cargo, que me había hecho a mí misma y que plantaba cara a quien se atreviera a enfrentarse a mí, terminé resbalando hacia el suelo, sentándome de una forma que pudiera ser casi cómica y poniendo una mano en el suelo para sostenerme mientras elevaba la otra contra la silueta que se recortaba en la entrada de la mansión.

 

-- ¡No, tú no!

 

Yo, Sagitas, temblaba. Contemplaba la escena de batalla desde el suelo. Esa Lucrezia estaba loca. La odiaba, sí, pero no tanto como para pensar que se equivocaba al enfrentarse a aquel hombre. El mortífago más temido de toda Ottery (por no decir de toda Inglaterra) no era rival para ella, para su petulante figura y su porte distinguido. La odiaba, sí, pero a él le temía, tanto que era un tormento sólo el despertar de recuerdos que su mera presencia me producía. Por eso retrocedí, aún sentada en el suelo, de forma muy poco digna, hasta chocar contra la pared. Debía avisar a la mujer que le dejara, que huyera, que no siguiera con aquel duelo sin sentido... Pero sólo pude balbucear de nuevo:

 

-- ¡No, tú no! ¡Tú no puedes estar vivo!

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Oscuridad.

 

Era lo que había decidido vestir aquél cielo en cuanto las manos negras y putrefactas se alzaron victoriosas frente a su invocador. No importaba la madrugada, ni que con ella el amanecer fuera traído con ella. Ni siquiera la luz verde del hechizo que consumieron fue suficiente para iluminarlas. Eran aterradoras y capaces de consumir todo sentimiento en sus alrededores, prueba de ello la luz verdosa del rayo que hacía su amo surcaba.

 

Aún con estas condiciones, la mujer se mantenía firme. Habló. Justo antes que el séneca empezara a surtir efecto. Escuchó sus palabras cargadas de insolencia. Patrick Colt, inexpresivo, avanzó dos pasos con mirada fija y lacerante. No quitó de ella el enfoque del nogal de su varita, amenazándola tácitamente con la incomodidad dibujada en su cuerpo.

 

¿Quién creía ser ella para hablarle al Cardenal de la Muerte de ese modo? La única persona altiva, superviviente ante semejante comportamiento había sido @@Lyra Katara Selwyn pues ella le daba al hombre la seguridad que su misión necesitaba. A cambio, él le perdonaba la vida. La requería. Pero ya no tanto como para extenderle a la Ryddleturn aquélla inmunidad. Pero antes de darle caza, debía acabar con Lucrezia. Enseñarle que contra él nada. Que un hilo sería lo único capaz de separarla de la vida y la muerte y que él, Patrick Colt, sería quien lo retirara.

 

En esos momentos, el séneca era casi intocable ante la anticipación que éste le dio al hechizo. Ni siquiera un Finite Incantatem, posterior a la aplicación del efecto, sería capaz de retirarlo. Lo perfecto hubiera sido un silencius para acallarlo y mantenerlo controlado, o quizás un Necromantia Lingua, capaz de revertir la magia oscura con la suya propia. Pero no había ningún hechizo neutral capaz de erradicar la garganta reseca.

 

¿Qué le haría? Lo pensó unos momentos ante la incapacitada Lucrezia, a quien que avanzó un poco más sin retirar de su rostro la mirada. A su derecha, en una esquina de la sala, una mujer había caído contra la esquina arrinconada contra el miedo. Sus gritos fueron incapaces de lograr que el mortífago desviara el foco de su presa, por el contrario ahora tendría dos.

 

<< Quemarlas viva >> pensó inmediatamente. Qué tan delicioso sería ver sus rostros desesperados intentando saltar en medio de las llamas. Se obligó a preguntarse a sí mismo.

 

- Expeliarmus - dijo rápidamente para que un rayo del resplandor de la misma luna abandonara su varita e impactara a Lucrezia. Incapaz de defenderse, el arma saltó por los aires y cayó en la mitad de la distancia entre ella y el mortífago, quien la seguía fulminando radiante - Te voy a enseñar a respetarme sin decir palabras.

 

Le respondió, mientras enviaba contra Lucrezia una serpiente de fuego que se arrastraba por los aires tras la orden de un - Fuego Maldito -, el hombre vio como las fauces de la serpiente de fuego se abrieron y tragaron la cabeza de la mujer quien fue bañada completamente por las llamaradas hasta su abdomen.

 

La carne calcinada de la bruja se desprendía de sus huesos y los huecos de su piel se escurrían derretidos hacia el piso. De no hacer algo, el sufrimiento sería aún peor y moriría por las graves quemaduras.

Ex-Líder de Bandos | Ex-Wizengamot | Ex-Orden de Merlín 1ra Clase
ovh5AOg.jpg
 iHZc2NJ.gif 1MEiDe4.gifDwz5N3J.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Bueno...intentaba llegar a la puerta cuando el sentido del peligro se hizo presente..y si....yo sabia quien era el Cardenal de la muerte y por ahora...no me gustaba entrometerme en sus asuntos. Asi que simplemente tome una puerta lateral...mientras Perenela me seguia. Y claro....realmente engañarla a ella no surtiria efecto..me conocia y bueno...su olfato estaba bastante bien entrenado...asi que mientras puertas atras se acababa el mundo. Aqui yo pues era sometido a interrogatorio.

 

-Me pasa que no se nada de ti desde.....hace años ya..y vienes y apareces como si nada- dije medio enfadado- pensando que todo pudiera estar igual..aun no veo llegar una disculpa..por no dejar una nota....a saber donde te metistes...-claro ella siguio en lo suyo cuando percibio algo mas...- Eso ya no es de tu incumbencia....si estoy aqui era porque trate asuntos con tu madre..negocios nada mas...y de mis hijos me encargo yo..que para eso soy el padre...asi que por eso no te preocupes....nuestro hijo siempre me tendra ahi...

 

Si...viendolo de ese punto de vista solo era ese hijo que junto a su madre habia desaparecido...el unico lazo que me ataba a ella...intente oir si ya habia acabado la lucha afuera...que ya tenia que salir...estar solo en la cocina con Perenela no era mi idea de un intermedio feliz....

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-¿Años? ¡Fueron cinco meses Sean! - le replique en mal modo cuando llegamos a la cocina, no quería llevar mi drama personal con Sean mas allá de la presencia de la familia sobretodo porque tenía la percepción de que las cosas se estaban desmadrando en el salón y los olores delataban a personas no gratas en el lugar. Aun así quería resolver primero con Sean esto antes de que pudiera darle la cara a mi madre:

 

- ¡Fueron cinco meses y lo hice para salvar la vida de tu hijo! - le grité y pase las manos por mi rostro frotando para tratar de calmarme, baje las manos derrotada, sintiendo como mi mundo se desmoronaba, me abracé de nuevo y baje el tono de voz para tratar de que esta conversación no se me fuera de las manos:

 

-Estuve viajando: buscando respuestas, tratando de proveer a nuestro pequeño príncipe de todo lo que necesitará para que su venida al mundo no fuera más accidentada de lo que ya era, busque una cura para mi pero no hay remedio conocido para mi condición... Aun así trate de suministrarnos todo lo que pudiéramos necesitar. ¡He sacrificado mi vida y mi salud Sean! En pos de nuestro hijo. - me limpie una lagrima traicionera y me revestí con todo mi enfado para continuar:

 

-Esperé que me respetaras, que respetaras nuestra relación al menos hasta que muriera, esperé que me amaras lo suficiente para al menos dejar que se enfriara mi cuerpo antes de ponerte a la caza de otra chica o que regresaras con las muchas que ya habías tenido y que no hicieron más que gastarte todos los duros que llevaras encima. - Me detuve porque no era nadie para hacerle daño ni para juzgarlo por sus acciones cuando las mías no fueron mejores, pero las lágrimas ya bañaban mi rostro y mi hijo se revolvía en mi interior - Esperé que te preocuparas por mi lo suficiente para esperarme...

 

Sentí una patada fuerte en mi vientre y me doble un poco para amortiguar el dolor del golpe que mi hijo me dio, pase una mano por mi vientre tratando de calmarnos a los dos y respiré entrecortadamente tratando de llevar el mayor suministro de oxígeno y pase una mano por mi pecho para instar que mi corazón siguiera latiendo.

 

-Me estoy muriendo y lo acepto pero al menos quiero que mi hijo viva, contigo o sin ti, esa es ahora mismo mi prioridad... Aunque hubiera preferido que fuera contigo... hubiera de verdad esperado, amado y vivido si te hubieras quedado conmigo hasta el final...

Siempre seré tu hija... Reiven Grindewald te quiero // NiqQIUZ.gif

firma pere.jpg

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No es que esperase otra reaccion de Perenela..por eso me acomode a que terminara sus palabras...claro que sabia que no habian pasado años..pero realmente importaba que hubiesen sido 5 meses nada mas. Ella sabia como era.....y dejarme sin nada mas que ese sentimiento de ..si..aun esta viva..que me regalaba el encantamiento que habia hecho para su proteccion. Y claro....eso no me hacia sentir mejor. Pero claro...no hay nada mejor que un dia tras otro...y bueno....las bragas siempre sirven de ayuda cuando uno se siente mal...hasta que encuentras a una que es la adecuada...

 

-Bueno...no puedo negar que lamento tu situacion..y si no te hubieras ido es probable que hubiesemos podido ayudarte mas...-dije mirandolo a los ojos...sin nada mas que un sentido..de....una chica con un pasado comun.- de todas formas si quieres me hare cargo de la criatura....es mi hijo y no reniego de mi sangre...

 

Mire a su vientre..y lo supe...como tambien supe de mis otros hijos por ahi....para los crios tenia afinidad....ya era mas maduro para enfrentar el reto..no como con aquella chica demonios que habia adoptado..aun demasiado joven...aun asi...pese a los pedidos de bragas...no es que hubiese sido un mal padre..Por lo demas obvie sus reclamos de respetarla...mejor no entrar en ese asunto o podria salir mas bilis de la de costumbre.

MATADORES-FINAL.gifSean-y-Leslie.gif

T9wDvtJ.gif

XXBPo79.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.