Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Mi madre empezó a ladrar órdenes, quería limpiarme de todo lo vivido, SJ estaba vivo, lo sentía en mis huesos, en mi piel. Mi hijo estaba vivo y estaba bien, pero no lograba saber dónde estaba. Deje que mi madre empezará a limpiarme aún cuando el proceso de limpiar, sanar y cerrar cada herida traía a la memoria como me lo había ganado.

 

Los cortes pequeños habían sido gracias a mi gran bocota, me gustaba sacarle los demonios a mis cuidadores y muchos habían aprendido que yo no estaba debil: odiaban que los hiciera sentir placer de las cosas más raras o que estuvieran excitados por sus compañeros, los incomodaba hacerlos sentir sus más oscuros deseos y muchas veces para obligarme a dejar de jugar con sus mentes y deseos enterraban hojas de cuchillo o vidrios en mi piel, más por el placer de la agonía que por el verdadero daño.

 

Me dejaban sin comer días enteros y sus noches y luego me traían la comida más rancia que hubiera, esa que ni siquiera un perro se comería, totalmente llena de alucinógenos y aunque lograba rescatar lo que podía trataba de no tocarla y en las luchas me alimentaba de toda la sangre que podía.

 

Todos me preguntaban por Sean o por SJ. Luego cuando se dieron cuenta que yo no solo los mordía por el placer de arrancarle las garganta sino por el suministro de sangre fue cuando empezaron a inyectar dosis grandes de drogas en los cuerpos de mis torturadores o de la gente con la que me ponían a pelear. Se hicieron más fuertes a mi costa, algunos hablaban de usar mi sangre como un anabólico para hacerlos más grandes y mejores pero también se dieron cuenta que eso era una mala idea cuando empezaron a morir desfigurados y envenenados.

 

Sentí las manos de mi madre darme la vuelta con ayuda, sus dedos temblaban y eso me hacía recordar al Carnicero, sus manos siempre temblaban de anticipación tocaba mi cuerpo con reverencia por la máquina de matar que era, el tenía la idea de que cuando quebrará mi espíritu iba a hacer de mi una vientre de cría para una raza superior a cargo de su jefe, dejaría a todos los hombres que pudieran tomarme hacerlo pero aún no había llegado al punto de dejar a un hombre acercase lo suficientemente a mi sin perder el orgullo de su anatomía.

 

Aunque Carnicero era mi compañía habitual habían muchos otros que llegaban a las sesiones, sádicos llenos de placer por la tortura que hacían que yo fuera una Amateur, se quedaban y se encendían cuando yo empezaba a gritar, descubrí que si gritaba mucho no eran demasiado duros y lo usé a mi favor, gritaba en niveles de dolor bajo para que no se esforzarán y eso me dejaba con la suficiente fuerza para sobrevivir otra ronda pero Carnicero lo descubrió así que él era más duro, más implacable y más creativo a la hora de hacerme sangrar.

 

Sentí el dolor de lo que mi madre me estaba haciendo en la espalda y recordé como me tenían atada con cadenas sobre mi cabeza mientras carnicero sostenía mis alas, admirando las por lo grandes y voluminosas y rompía la membrana fina que mantenía el plumaje. Llevaban horas trabajando en mi cuerpo demoníaco no haciendo mella ni en mis cuernos ni en mis garras, aún cuando lo intentaron. Por eso se concentraron en las partes más blandas, mi cola prensil y mis alas, los orgullos de todos los demonios y jugaron con ellos al principio tirando tiras o plumas, luego carne y piel y por último quitando las todas hasta que solo eran muñones y me drogaban para que no pudiera volver a mi forma humana a sanar, después de que se dieron cuenta que mi forma demoníaca era más resistente muchos perdieron el interés de jugar con mi cuerpo humano, no les satisfacía arrancarme el cabello, el cuero cabelludo o las uñas, aunque muchos seguían disfrutando de meter trozos de vidrio en la piel porque sabían que me escucharía después hurgando en la herida tratando de sacar los trozos.

 

Obligue a mi mente a dejar de pensar cuando mi madre me envolvió en las sábanas que ya estaban manchadas de sangre, y escuche sus palabras, el corazón se me encogió tal vez kiwi no había llegado porque no estaba en un lugar seguro para desaparecer, tal vez sentía que estaba comprometiendo la vida de SJ al trasladarse y sabía que el niño no podía hacer las desapariciones conjuntas muy seguidas, tal vez solo había pasado días desde que nos separamos...

 

-¿Cuanto tiempo estuve fuera? - interrumpí a mi madre intentando hacer cuentas de cuánto tiempo estuve cautiva y cuánto tiempo llevaba desaparecido mi hijo, mi estómago gruñó e hice una mala mueca llevaba alrededor de 86 horas sin comer nada, lo que me había llevado caminar desde el último punto donde apareci hasta llegar a casa

[Sagitas E. Potter Blue]

Intenté acariciarla y puse la mano en su espalda. Noté que se envaraba y después me dejaba hacer. Pero supe enseguida qué había pasado por su cabeza porque a mí me había pasado lo mismo: aquel contacto le recordaría siempre a la persona que le hizo daño. Por un lado, me arrepentí de haber leído su mente porque ahora no podía evitar ver aquel sufrimiento, sentir aquel odio, notar aquel contacto como algo mío. La Legeremancia es lo que tienes, has de ser muy frío para separarte de los pensamientos del invadido y, con mi hija, me era imposible. Así que me sequé otra lágrima huidiza y mantuve el contacto:

 

-- Soy yo, Perenela, te cuidaré y te curaré para que superes ésto.

 

¿Dónde estaba Sean? En realidad, no estaba segura de querer que estuviera allá pero, a la vez, era su marido y debía ver lo que le habían hecho por su culpa. Porque alguien tiene que tener la culpa y era a mi yerno a quien buscaba, aunque también a SJ. Le entregué a mi hija con la condición de que la cuidara y ahora me la devolvían así, deshecha por dentro y por fuera. La rabia era intensa y hacía mucho esfuerzo por contenerme. Tal vez no estaba siendo justa con él puesto que, en realidad, el culpable era aquel Carnicero y sus secuaces, a quien tendría que buscar y, por supuesto, destrozar por el sufrimiento infligido a mi querida Pere.

 

Pero aún antes que la venganza, por encima de ello, estaba el encontrar a SJ. Me senté en el suelo sólo para estar a su lado. Noté que el brazo había vuelto a sangrar y que las sábanas volvían a estar sucias de fluidos.

 

-- Cielo, dame tu mano. Te prometo que saldrás de esto y que, juntas, destrozaremos a ese hombre. No sé quién es. No sé porqué busca a tu marido. No sé porqué disfruta con el dolor ajeno. Pero sí sé que lo pagará tan caro que no lo querrán ni en el mismo infierno cuando lo dejemos convertido en una piltrafa. Es promesa de Madre.

 

Acaricié su mano áspera y la besé, allá donde las uñas habían sido violentadas. Sentí un pequeño estremecimiento al pensar en aquel dolor infligido.

 

-- Voy a por una segunda ronda de curación. Sé que te duele todo y prometo no hacerte daño. Te prepararé una poción mixta para evitar el dolor y para que estés calmada. Pondré algo para que puedas dormir relajada y para que vayas recuperando tu sangre, con la que podrás regenerar y cicatrizar. También te daré herbovitalizante y... te aplicaré magia Uzza para curación instantánea. Creo que podrás descansar como nueva. Pero antes tengo que moverte.

 

La esencia de Rue volvió a caer por su boca para que el dolor desapareciera y después la hice levitar dos palmos por encima de la cama, sujetando su brazo para que no hiciera ningún movimiento con él. Los elfos se apresuraron a cambiar las sábanas de mi cama, dejando unas de color rosa pastel que despedían aromas de flores, como a mí me gustaban. En cuanto la cama estuvo hecha, la fui bajando con sumo cuidado aunque no pude evitar que su espalda destrozada rozara la fragada.

 

Intenté mantener la mente ocupada para no escuchar sus gritos en mis oídos, aunque sabia que eran los gritos que había oído en su cabeza. Ahora no gritaba, sólo estaba preocupada por su hijo. Limpiar la herida y ponerle antinflamatorios, más díctamo en zonas de la cicatriz que parecían no sanar del todo, comprobar el flujo sanguíneo, colocar nuevas gasas en las heridas profundas de sus zonas íntimas, en la zona donde hubo una vez una hermosa cola, acabar con las heridas superfluas, desinfectar todo. Después, puse mis manos en su pecho, con cuidado, y dejé fluir la energía positiva (la poca que tenía) en un hechizo de Curación, intentando alcanzar su cuerpo y su mente en aquel acto. Sentí que la fuerza de la Curación abandonaba mi cuerpo por mis manos y se implantaba en ella, recorriendo toda su piel y curando todo lo que encontraba su paso.

 

Sabía, sin embargo, que no curaba mutilaciones, sólo las heridas. Así que necesitaba alguien que se encargaría de eso, cuando ella estuviera mejor.

 

-- Cariño, ahora necesito que te duermas. Hace más de un mes que no te vemos en casa... -- había presionado a Sean para que me contara y él siempre decía que si pasara algo malo, ya lo sabríamos. -- Pero ya estás aquí. Yo buscaré a Kiwi, es una elfina lista y seguro que se ha escondido para que no la pillen. SJ está a salvo con ella, sólo que aún no han llegado a casa y yo les encontraré. Tú descansa.

 

Y le obligué a beber Filtro de los Muertos, esta vez bien medido para que sólo cayera en un sueño profundo. La necesitaba dormida para poder organizar una búsqueda de mi nieto.

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Deje a mi madre hacer, escuchaba sus palabras y aunque estaba bajo el efecto de las pociones no pude evitar un siseo de vez en cuando. El roce de mi espalda con la sábana fresca me hizo escoser y cada vez que mi madre colocaba un poco más de dictamo en mi cuerpo el ardor y la piquiña se apoderaban de mi, la deje hacer.

 

Bebí los brebajes que ponía en mi boca y a pesar de que no podía evitar hacer una mueca no me quejaba, estaba recordando que ella también hizo algo parecido cuando la estaba cuidando y examinando hacía dos años, probablemente debía hablarle de mis heridas aunque me daba vergüenza.

 

No pude evitar que el llanto silencioso saliera de mi, ella tenía más fe que yo en que mi cuerpo Sanaria, me daba cuenta que probablemente su mente estaría maquinando todo lo que iba a hacer para lograr mi recuperación, yo en cambio solo iba a esperar a estar lo suficientemente fuerte y entera para empezar a entrenar, para ser más fuerte, más dura, más implacable porque como seguro era el infierno le iba a devolver a todos y cada uno de ellos lo que me habían hecho e iba a disfrutar de cada grito.

 

Aterricé mi mente de nuevo cuando sentí la voz de mi madre respondiéndole mi pregunta, si llevaba un mes fuera quería decir que estuve secuestrada alrededor de 15 a 20 días ya que había pasado con Sj y Kiwi una semana en Francia y de allí partimos a galés y fue en el viaje donde nos separamos.

 

Fruncí el ceño, aún cuando kiwi hubiera tenido que regresar a pie con SJ 20 días era más que suficiente para regresar a casa de mi madre, volví la vista y la mire:

 

-traaaaataaaaa deeeee llaaaaaamaaaaaar aaaaaaaaa kiiiiiwiiiii, fueeeeeee ceeeerrrrca Deeeeee galeeeeeeeeees doooooonnnnndeeeeee loooooooooos peeeeeeeeerddddiiiii... - trate de pasar saliva pero tenía la garganta rasposa y los potingues me habían dejado la boca seca y enredada, tal vez por la falta de.comisa, agua y sangre, trate de continuar.

 

-siiiiiiiiiin exaaaaaaameeeeeeen innnnnnnteeeeeeeeeernnnnnoooooooo, ellllloooooooooos nooooooooo meeeeeeeeetttttttieeeeeeeerrrrrrroooooooonnnnnnnn naaaaaaddddaaaaa alllllliiiiiiii.... Leeeeeeeeeessssssss daaaaaabaaaaaaa mieeeeeeeeeedddooooooo peeeeeeeeerrrrrrddddddeeeeeeeeeerrr laaaaaa zooooonaaaa. - mi madre me dio a beber otro trago de otro frasco y no supe en que momento perdí la consciencia.

Editado 27 de Julio del 2020 por Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

Me sentía morir por dentro al ver el sufrimiento de Perenela. La verdad es que le entendía tanto, era tan yo... Lo pasaba por dentro y no le gustaba exteriorizar nada para que nadie lo viera. Pero necesitaba ayuda, necesita podre hablarlo con alguien y yo iba a estar ahí, a su lado. Acaricié su frente de nuevo, con mucho cariño, mientras la veía relajarse y aceptar las pócimas que le había dado. Pero se alteró en cuanto asimiló que SJ no estaba en casa y que iba a buscarlo.

 

-- ¿Qué dices, cielo? ¿Galeones? No te preocupes por eso, querida, Mami se hará cargo de todo el gasto de la búsqueda. -- Después me di cuenta que no hablaba de galeones, sino de Gales.

 

Gales... ¿Qué demonios hacían en Gales? Me puse tensa. Gales... Tendría que interrogar a Sean para saber qué le pasaba con alguien que viviera en Gales. Perenela se agitaba en la cama y se revolvía, intentando explicarme algo. Le puse la mano en los labios para que no siguiera. Sus palabras eran balbuceos que me pinchaban como cuchillos cuando la veía luchar con la medicina para poder explicarme algo. Sólo fue mutiliación. Sólo eso. Arrugué el ceño. Era más que suficiente. Y mis labios susurraron una promesa: les haría lo mismo. Y yo siempre cumplo mis promesas.

 

Después recordé la Daga que había aprisionado y sonreí. Ahora sí sabía qué deseo pedirle a la daga y no me importara el precio que tuviera que pagar por ello. Nunca habría precio suficiente para la Venganza.

 

-- Descansa, Perenela. Yo me encargo.

 

Ella cerró los ojos y permanecí un par de minutos, contemplando su cuerpo herido recuperar el ritmo pausado del descanso inducido por las pociones que le había dado. Después, salí de la habitación cerrandola puerta con mucho cuidado.

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

No supe bien que responderle a Ada. Porque era problable que a Sagitas se le hubiese olvidado que nos habia dejado solo. Pero por otro lado eso ayudaba pues esa daga prometia mucho. Asi que me gire a ella y me encogi de hombros....no compartia mucho su idea de destruirla. Para nada. Puede que a lo mejor no para uno pero siempre se podria ganar galeones con esa daga.

 

-Calma tu madre de seguro estara bien - trate de calmarla- en cuanto a la daga....pues digamos que me parece un artefacto interesante...mejor estudiarlo que destruirlo.

 

Pero no tuve tiempo a argumentar pues llego Sagitas y en unos momentos desaparecio la daga. Maldicion!!!...me habia quedado sin juguete y probablemente sin galeones. Ya le encontraria la forma de robarsela...tal vez un Imperius sigiloso....y podria hacerme con la daga. Esa era la linea de pensamiento hasta que todo cambio. Si alguna vez podria cambian un dia interesante por un desastre....bingo...ese era mi dia ahora. Porque oir la voz de Perenela me ilumino el dia, hacia tiempo estaba de viaje y ya se le extrañaba demasiado, claro cuando segui a Sagitas...que si se me habia adelantado se me vino el alma a los pies. Yo no era de impresionarme mucho con las tortura...pues mas de una vez habia sido intrumento de ella.

 

Pero verla asi...manifestada en el hermoso cuerpo de Perenela me hizo entrar en shock. No pude ser de ayuda como Sagitas pues por un momento apenas si me pude sostener. Mis sentidos me fallaron todos. No sabia a que me sujetaba, solo minutos despues descubri que era el picaporte de la puerta, y lo supe porque a pesar de ser de metal casi que lo habia deformado. Por otro lado apenas oia...solo voces que no lograba interconectar en mi mente...no unia dos pensamientos y en cuanto a la vision pues todo sucedia tan lento...y tan borroso....que parecia que la tierra me estaba tragando.

 

No supe cuando sali de ese trance tal vez por oir decir algo en voz alta a Sagitas, tal vez porque me impactaron los sollosos y balbuceos de mi esposa. Admito que con miedo, una vez pude moverme me acerque.

 

De medicina no sabia mucho, asi que ni idea del tratamiento que daba Sagitas. Aun asi ya con la cabeza en su sitio un sentimiento de ira demasiado grande me invadio. Conocia esos trazos...esa forma. No era la de un novato, sabia lo que hacia. Tanto asi como que probablemente yo lo habia enseñado. Por un momento maldije esa serie de conocimientos que habia perfeccionado para mal. Pero que hacer cuando uno es culpable, tal vez en parte, de lo sucedido a la persona que importaba demasiado. Asi que sin mas cai de rodillas junto a ella con ojos anegados en lagrimas.

 

-Lo siento amor.....todo esto es mi culpa.- dije inclinandome sobre ella y claro a sabiendas de que esas palabras podrian garantizarme un ballestazo en la nuca....-no tengo escusa.....pero si la promesa -me limpie el rostro ya mas decidido- el que lo hizo pagara. Sin mas me gire a Sagitas -Dame la daga de los deseos ahora mismo.

 

@@Sagitas Potter Blue@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

Tan pronto como cerré la puerta, la volví a abrir. Muy mal tenía que esta yo para que se me hubiera colado Sean durante toda la cura y no me hubiera dado cuenta. Seguramente, mi dolor y mis lloros me impidieron ver al marido de mi hermana. Pero en cuando sentí sus gemidos, abrí la puerta y le miré con unos ojos tan rojos de la furia que bien hubiera podido quemarle de un rayo, si supiera hacerlo, claro.

 

Me temblaba la mandíbula cuando me acerqué a él y mi mano me ardía, reprimiéndome de no darle una bofetada allá mismo.

 

-- ¡Túuuu!

 

Cerré los ojos porque sabía que mi ira la dirigía a él porque no podía al autor de aquellos hechos y que no era justo. Aún así, asentí cuando dijo que era culpa suya. ¡Pues claro que lo era! ¡A saber en qué lío se había metido y que ahora lo pagaba su mujer y su hijo! Tragué saliva y la noté agria, ferrugosa. Era la hiel que sentía dentro que me producía bilis en todas partes y que ansiaba sacar.

 

-- No.

 

Fui categórica.

 

-- Vamos a discutirlo fuera pero no, no pienso darte esa daga. No eres digno.

 

Vale, hacía unos minutos yo misma había pensado en usarla así que entendía perfectamente que él también la pidiera pero seguí negándome, cruzándome de brazos y con una mirada bien dura.

 

-- Esa daga no es para tu venganza. Sólo tiene un uso y no voy a permitir que lo malgastes en vete a saber qué. -- Le señalé la puerta. -- Déjala descansar y vamos abajo a hablarlo. Además, has dejado sola a Ada y habrá que darle explicaciones.

 

Porque yo no la había dejado sola, claro que no... Pero tenía demasiada rabia y no quería explotar en la habitación de mi hija, la mía en realidad.

 

-- Quiero que me expliques muchas cosas. ¡Sal!

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Kiwi, elfina al servicio de Perenela, junto a SJ - ubicación indeterminada.

 

 

La elfina se atizo las orejas y escondió un siseo de dolor, volvió la vista primero hacia adentro de la cueva donde acampaban para ver si el Amo SJ se había despertado por el ruido que había hecho y luego hacia la entrada a ver si el sonido había traído a algún curioso hacia donde ella estaba.

 

Miro detenidamente los cuerpos de los hombres que habían venido a por ella y el Amo SJ después de que el amita Perenela se hubiera quedado a luchar, chequeo de nuevo con la vista hasta la más mínima o ligera respiración. Ninguno se movía.

 

El Amo SJ en un arranque de quedarse sin su madre les había arrancado partes del cuello, corazones y una que otra cabeza, había sido una sorpresa ver ese nivel de ira y rabia en un ser tan dulce y pequeño pero si esa era la magnitud del poder del Ama tal vez ella también se salvaría.

 

La elfina se atizo nuevamente las orejas para que dejarán de sangrar, uno de los muggles en un intento desesperado de salvar la vida había cogido a la elfina de las orejas y se lo había presentado como si fuera una ofrenda.

 

-indignante- susurro la elfina mientras alistaba un pliegue de su vestimenta y le daba un puntapié a la cabeza del muggle, quien SJ no había dudado en decapitar. Esas rabietas, ese nivel de matanza hacía recordar a la elfina al amo Reiven, pero la elfina decidió dejar cerrado el baúl de los recuerdos al notar que el sueño de SJ se hacía más ligero.

 

La elfina chasqueo los dedos sin ocultar la cara de asco intentando limpiar el desastre dentro de la caverna, aunque nada podía hacer con la sangre en sus ropas, o en las del Amito, se sentó al lado del pequeño y esperó a que la naturaleza circundante se calmara.

 

Habían pasado horas y aún los muggles los buscaban, aún no era seguro salir o desaparecer

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Tener sobre mi cabeza la mirada taladrande de Sagitas era muy incomodo. Porque evidentemente que me echase la culpa de lo sucedido abria muchas preguntas para mi suegra, preguntas que posiblemente no sabria contestar a cabalidad y si a eso le sumaba el mal genio que por lo general me tenia, yo diria que no me lanzaba un ballestazo porque aun su hija estaba ahi tendida sobre algo(tanto estress emociona y shock apenas si me dejaron definir que era) recuperandose. Eso si....me moleste un tanto como un chiquillo cuando no cumplen su capricho cuando no me cedio la daga. Ahora mismo lo mas que deseaba era colgar de sus partes bien en alto a aquellos que habian hecho aquello y quitarle la piel poco a poco con un cortauñas. Eso era un buen deseo a pedir no??

 

-Digno??....que se ***a ser digno...mi deseo de digno no tiene nada...

 

Fue mi respuesta pero Sagitas fue categorica y sabia que no me la daria de buenas, y de malas solo empearia las cosas. Asi pues echandole una mirada a Perenela y besando el dorso de su mano sali junto a la suegri. Por un momento menciono a Ada y cai en que si...la habiamos dejado sola...cuando tambien tenia sus problemas. Ahh que asco de mundo....una purga es lo que hacia falta. Asi pues salimos y ya solos solo accedi a ser interrogado.

 

-A ver que quieres saber??

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue@@Sagitas Potter Blue

[Perenela Arya Grindewald Potter Blue]

Sentí mis manos hormiguear, sobretodo la derecha, trate de moverla para quitar la sensación pero era dificil. Mis ojos estaban cerrados y mi piel hervía un poco... ¿Porque no podía mover mis manos? ¿Podría mover las piernas? Lo intente pero lo mismo que retenía mis manos de ser movidas estaba sugetsndo mis piernas.

 

¿Sean había decidido por fin atarme la cama para jugar? Sonreí con una pizca de picardía y empecé a moverme contra las sugeciones a medias intentando resistirme, deseando estar en mi forma demoníaca para usar las cadenas y frotarme contra ellas.

 

Intenté no abrir los ojos y espere a sentir la respiración acelerada de mi marido o el olor de su excitacion, un siseo e imaginé como se vería su cara al verme retorciendo contra las sugeciones. Espere a que abriera la boca:

 

-señora Limner - la voz que salió no correspondía a la de sean, fruncí el ceño y me detuve de golpe - debe guardarse para su marido - me envare y empecé a pelar contra las sugeciones pero mi cuerpo ya no respondía, no había nada que me sacara de la pesadilla, era un espectador más esperando a que el Carnicero tomara las pinzas y empezará a arrancarme la piel

 

Grité, grité y grité tan fuerte en mi cabeza que de seguro todos me escucharían en el pozo, los rostros de mi madre, mi marido y mi hijo se desdibujaron de mi memoria mientras el dolor y la agonía me marcaban.

 

Abrí los puños cuando las garras intentaron cortar las sugeciones de los brazos, después del primer golpe del dolor el resto se hizo menos agónico, tal vez porque ya tenía los nervios destrozados y no estaba sintiendo mucha reacción del área, los brazos y las piernas respondían, mi torso seguía suministrando sangre y oxígeno al resto de mi cuerpo, mis garras salieron y aunque mis alas y cola eran inexistentes tenía suficiente armamento para salir, solo necesitaba una oportunidad.

 

Carnicero se volvió para buscar otra herramienta en la mesa pequeña, y sentí más que escuche el plop que hizo las correas de cuero romperse ante la presión, sentí el hormigueo en mi brazo pero me negué a moverlos, me negué a hacer cualquier cosa que no fuera emitir un sonido lastimero.

 

-¿puedes seguir resistiendo señora Linmer? ¡Oh!, veo que nuestra señora de Azul viene a visitarnos... Excelente - la sonrisa viciada de su rostro, me hizo gritar más, pero aunque estaba libre de mis ataduras, seguía sin poder moverme...

[Sean -Ojo Loco- Linmer]

Y ahi estaba yo sumido en mis pensamientos en una sala aledaña a donde yacia herida mi esposa. Estaba cual chico castigado en un esquina bajo la mirada atenta de Sagitas (ni en mis similes Sagitas se libra de ser una vieja gruñona). Habia hecho muy mal en dejar ese cabo suelto en particular. Y como muchas veces sucede las cosas inconclusas del pasado tienden a regresar y chocarte asi de duro en la cara. Para recriminarte dos cosas, o que fuiste un cobarde por darle la espalda a los problemas o que fuiste un estupido por otorgar una piedad a alguien que no era digno de ella.

 

En mi caso no sabria definir exactamente cual de las dos cosas me habia golpeado. De hecho parecia un combo. Supongo que ahora si no habia forma de dejar eso de un lado, y aunque con la daga tal vez las cosas se pudieran solucionar mas proactivamente supongo tendria que arremangarme la camisa y embarrarme de sangre. Si...no eran muy gratos mis pensamientos en estos momentos, y mas peligroso seria describir mis sentimientos...que se debatian en pagar duiente por diente....o destruir el mundo para dejarlo solo para algunos pocos que me cayeran bien.

 

@@Perenela Arya Grindewald Potter Blue@@Sagitas Potter Blue