Mansión "Ojo Loco" Potter Blue (MM B: 78439)

[Sagitas E. Potter Blue]

No sé cómo me quedé dormida. Supongo que era el cansancio acumulado y que no podía hacer nada más por Perenela. Había dejado a Sean con ella, al fin y al cabo era su marido y suponía que era más razonable que estuvieran juntos lo que le quedara de vida. Y me refiero a mi yerno. Porque cuando no recapacitaba, mi furia porque él tenía la culpa de lo sucedido ocupaba toda mi mente y me llevaba a desearle una muerte atroz. Después, cuando mi mente se calmaba y me decía que no era culpable de su pasado, sino aquel maldito carnicero, me calmaba y deseaba unirme a él para que me ayudara a cazarle. Hasta que volvía a pensar que mi hija y ni nieto sólo eran daños colaterales y la furia me volvía a envolver, con una desesperante ansia de vengarme de todos, lo que incluía a Sean.

 

Supongo que fue eso lo que llevó a Harpo a aconsejarme tomar un brebaje para dormir varias horas seguidas ya que el estar en vela no me iba a ayudar y a ayudar a nadie de la casa. Me quedé dormida a pesar de no quererlo y quedé con una pierna colgando de la cama, atravesada, sin cubrirme como acostumbraba, sin quitarme la ropa ni las bambas. Me quedé dormida sin más, cansada.

 

No sé bien qué me hizo despertarme pero sentí ruidos poco habituales aunque, por desgracia, conocidos. Olía a fuego.

 

-- Harpo, te has dejado la chimenea encendida -- pronuncié a medias, buscando la sábana para seguir acurrucada. Necesitaba dormir. Y hubiera seguido si no hubiera sentido mi nombre a gritos. -- Harpo, ¿quién me llama...?

 

Pero el elfo no estaba y sentía corridas por los pasillos. Me levanté, con la camisa toda arrugada y unos tejanos que se habían quedado más arrugados todavía. Me rasqué el pelo y bostecé al abrir la puerta.

 

-- ¿Quién hace tanto ruido? Hay gente que descansa y...

 

Me quedé con la boca abierta al ver aquellas correrías y a dos figuras (¿enmascaradas?) que gritaban mi nombre y atacaban mis elfos.

 

-- ¡Malditas! ¡Dejar en paz a los elfos! ¿Qué queréis para gritar así y... atacar una casa pacífica?

 

Dudé. Estaba en la puerta y mi varita sobre la mesita. ¿Llegaría a tiempo de cogerla? ¿Se habrían despertado los otros miembros de la familia?

 

 

 

OFF: lo siento, es corto y feo pero no quería dejaros otro día sin contestaros. Es de madrugada. No me hagáis pupa que me voy a dormir. Besos.

[Thoth]

El egipcio se apareció en la Potter Blue, la "ojo loco", allí se encontraba en los jardines, pensó dar sus respeto a la nueva ministra, igual era posible que ciertas aparesas pudieran limaese o ver que tenía de interesante ese hogar repleto de asquerosos sangre sucia, en ese instante que llegó su mirada se encontraba baja y en su mano portaba el kansho y en la otra su varita mágica, la cual adquirió su forma de Cristal. Por lo que en cierto sentido, le pareció interesante tener esos dos objetos en su poder. Sin embargo, se encontraba en una visita amistosa o eso suponía, ya que con esa familia de pacotilla todo podía pasar.

 

El mago oscuro comenzó a recorrer ese sitio, esperando toparse con algún integrante de la familia, quizás incluso con un conocido, pero era casi imposible, dado que a nadie conocía y si era difícil que tratará alguien de sus ideales tenebrosos, es mucho más imposible que trate a un simpatizante de los emplumada.

 

Aunque, en su mente se encontraba la postura diplomática y fijar su pensamientos en las posibles acciones que pudieran pasar, poco a poco rondaba como un jaguar en su habita natural, ese animal interior deseaba satisfacer su sed de sangre o era posible que fuera su naturaleza lobuna.

Editado 22 de Septiembre del 2020 por Demian Luxure

[Danny Lestrange]

Era la primera vez que se le ocurría visitar un hogar distinto a los pertenecientes a sus familias, pero en aquella ocasión necesitaba apoyar en algo sumamente importante. Sabía que sus familiares habían llegado y aún era tiempo de ir a hacerles compañía. Aunque Danny era bastante despistado y un tanto torpe en ocasiones, había tenido la oportunidad de vestir distinto al resto de los días, y de usar una máscara que no era nada fácil de quitar, la cual hacía un extraño eco y distorsionaba su voz. Así nadie lo reconocería.

 

Buenas.

 

Finge una personalidad más seria y arrogante aunque por dentro su corazón latía fuerte. Era la primera vez que participaba en algo tan grande y peligroso como un secuestro, y no cualquier secuestro sino de ni más ni menos que la nueva Ministra de Magia. El joven mago se estaba metiendo en terreno muy peligroso pero sabía que sus compañeros y familiares eran bastante hábiles en ese tipo de fechorías y quizá no le fuese tan mal. Aún así no se confía, y camina hasta la entrada vistiendo totalmente de negro, tipo traje de motociclista muggle y su máscara tenía la misma forma de casco. Era poco imaginativo, sí, pero fue lo único que se le ocurrió.

 

Oye mira, ven.

 

Pronuncia al ver a un elfo rondando por ahí y le ofrece un poco de una botella pequeña que llevaba en el interior de su bolsillo en el que además resguardaba su varita mágica. Quizá la pequeña criatura accediera y de inmediato terminaría dormido y sin saber siquiera qué era lo que estaba pasando. Ahora Danny estaba en el salón principal junto con los demás y estaba un poco preocupado al percatarse de que no había tomado en cuenta algo importante. Aún así saca su varita y la mantiene en alto, a la defensiva, solo por si acaso.

 

[Dana Gryffindor]

La hermosa bruja de cabellos violeta aparecía tras una puerta con la cara en blanco al ver a las brujas enmacaradas causar tanto alboroto en su hogar. La Gryffindor dejó de molestar a los elfos y se frentó en seco ante la nueva ministra de magia, sus níveos dedos sostenían la varita con firmesa y apuntaba directo al corazón de la poderosa mujer cuya varita no se encontraba en su posesión.

 

-Incarcerus- pronunciaron sus labios tras la máscara de plata que ocultaba su rostro. Tres gruesas sogas salieron de la varita de nogal para envolver a la payasa, una ató su pecho junto a los brazos, la otra envolvió sus muñecas y la última soga ató sus pies provocando que cayera de cara al suelo.

 

-Le estamos dando la bienvenida a su nueva etapa política, señora Ministra- dijo entre sínicas risas la Gryffindor.

 

La pelirroja observó a su compañera, su madre y protectora.

 

-¿Nos vamos?- dijo acercándose a @@Sagitas Potter Blue para tocarla y desaparecer.

[Thoth]

El oído del licantropo escucho algún ruido en el interior, por ello ingresa por una ventana, aunque antes cubre su rostro con la máscara de sus ideales, ese objeto Tenebroso, aunque, para ingresar rompió el vidrio con su daga, quitando todo rastro de vidrio y volviendo un haz oscuro para pa ingresar y ya dentro, regresa a su forma corpórea. En el interior observa a un joven desconocido (@@Danny Lestrange).

 

-Sectusempra-

 

Activando su Vara de Cristal e impregnando de su poder, lo cual hacer que al instante elfo que comenzaba a perseguir el chiquillo como un gato a su presa, aunque ese ser doméstico comenzó a desangrarse. Y fue allí que el joven mago captó su atención.

 

-Supongo, que ayudaré a...-

 

Observo a unas brujas secuestrando a @@Sagitas Potter Blue , a pesar que no estaba en sus planes, pero ello vino bien, ya que ingresó a causar algunos problemas. No obstante, supuso que pudiera ayudar en algo. Sin embargo, no comprendió quién eran las otras personas que allí se encontraba. En fin, eso era algo que no le preocupo, pero le pareció curioso para causar un poco de caos en ese sitio.

[Leslie Ashryver PB]

La mortifaga se estaba divirtiendo más aún al ver que Shelle, en su estado de ebriedad, podía mantenerse de forma tan hábil en sus dos pies. Mientras avanzaban por el pasillo del segundo piso sintio voces, no estaba segura quienes o el sexo del los visitantes por el caos que habían dejado detrás suyos, cuando volvió en sí vio frente suyo a su abuela al fin.

 

Rio por lo bajo al escuchar las palabras de la Potter Blue, bajo la máscara sus ojos azules estaban completamente abiertos por la excitación de ver sangre de traidores correr. Shelle fue más rápida y ató a la peli violeta.

 

-​Los elfos no merecen nuestra protección...son solo escorias como ustedes los traidores y los muggles- sentenció la Delacour con una mueca de repulsión bajo la máscara.

 

Observó el cuerpo de la progenitora de su madre, muchas preguntas se arremolinaban en su cabeza, si Perenela se enteraba que ella había planeado un ataque a la familia la iba a matar pero debían purgar al mundo de los que no merecían ser llamados magos.

 

-Esperemos un poco más, quiero ver quienes son nuestros visitantes....quizás podamos divertirnos un rato- canturreo moviendo su varita de vid para que el cuerpo de Sagitas comenzará a flotar a su lado.

 

Volvieron a bajar al hall donde se toparon con dos figuras masculinas, Alessandra no reconoció a ninguno, uno llevaba una máscara como las suya, así que supo que habían llegado los refuerzos por si los miembros de la orden aparecían, en cuanto a la otra figura no la reconocía pero su olor le recordaba a su hermanito Danny.

 

-Pero qué tenemos aquí?- preguntó la rubia pasando sobre el cadáver de un elfo -¿vienen a divertirse un rato con la Ministra?-

 

 

 

 

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@@Danny Lestrange

@@Sagitas Potter Blue

[Sagitas E. Potter Blue]

-- ¡Malditas mortífagas! -- les dije, con voz queda.

 

No me atrevía a gritar. A pesar de los gritos y las carreras de los elfos, los familiares parecían seguir durmiendo y prefería que así fuera. Con un poco de suerte, se irían antes de que ellos se despertaran. Me preocupaba sobre todo que Perenela siguiera siendo atendida y que Sean siguiera junto a ella, tal como estaba de herida en su habitación. Para que eso siguiera así, no debería hacer mucho ruido y, sobre todo, aquellas dos arpías (bueno, no sé si arpías pero sí indeseables mortífagas.

 

Si tenía alguna posibilidad de enfrentarme a ellas, disminuyó mucho cuando sentí varias voces masculinas que venían de la zona de entrada. Así que había más... Un ataque en toda regla.

 

-- No sabéis venir de uno en uno y pedir cita, como marcan las normas sociales...

 

Mientras hablaba, retrocedía poco a poco hacia el interior. Si pudiera lanzarme a por la varita... Sin embargo, aquellas mujeres no eran tontas y una de ellas me mandó un incárcerus imposible de evitar estando desarmada. Intenté mantener el equilibrio pero no pude, algo difícil con la pericia de aquella mortífaga. Di de bruces al suelo, aunque, acostumbrada a las caídas en el Circo, puse el hombro por delante. Magullado seguro, pero evité el golpe con la cara, que hubiera sido peor.

 

Desde el suelo, me giré para encararme con la que parecía tener prisa por sacarme de allá.

 

-- Hubiera preferido una bienvenida más... adecuada, z.... -- No pude acabar el insulto pues me tocó y desaparecimos. A saber a dónde y qué querrían "proponerme". Sólo esperaba que no siguieran matando elfos y no hicieran muchos estragos en la mansión. Perenela necesitaba descanso.

 

 

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@@Danny Lestrange

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[Thoth]

-Crucio-

 

Y bajo los efectos de su Vara de Cristal el rayo impacto, produciendo un gran dolor a @@Sagitas Potter Blue , a pesar que no le quedara claro al egipcio como esas a quien ella llamara Mortifagas fueran tan nobles, algo que para Luxure sería parte de un juego, aunque ese joven (@@Danny Lestrange ) de máscara le intriga, quizás esa inocencia le preocupa y su inicio en la oscuridad, quizás un iniciado en ese arte. Y luego, volvió a repetir la maldición en la ministra de Magia y Hechicería británica.

 

-Asquerosa sangre sucia no se como llegaste a poseer ese cargo, eres una burla para la comunidad que confío en vos, ni llevas un mes y ya renunció casi todo el banco. Soltó una carcajada, lanzando nuevamente el maleficio torturador. -Eres débil, frágil, y si fuera por mi y si clamas piedad te daré muerte. Aunque, prefiero ver como esos chiquillo se divierten, y me dices que no te gusta la bienvenida.

 

Camina un poco y piensa.

 

-Voy a ver si hay un infante a quien pueda matar, elfos que pueda desangrar, es hora poner fin a este asqueroso linaje, solo estar en esta pocilga a la cual llamas hogar me repugna.-

 

Finaliza y aun sosteniendo su arma, se acerca a ella y causa una herida con su Daga del libro de los ancestros, ese filoso metal adquiere un color carmesí en su punta, haciendo que esta sangre un poco, baja la mirada y deja caer al suelo la sangre impura de esa mujer al suelo.

[Sagitas E. Potter Blue]

No sabía dónde me encontraba, aunque notaba el suelo pegajoso y muy incómodo. Seguía atada, me era imposible moverme aunque forcejeé para intentar quitar las cuerdas que me habían mandado aquellas malditas mortífagas. Después, llegó el dolor. Uno de los mortífagos masculinos había conseguido herirme con aquella maldita daga antes de desaparecer y llegar a dónde fuera que estábamos.

 

-- Así que lo pegajoso es mi sangre -- comenté en voz baja.

 

Dolía, sí, aunque no tanto como aquel Crucio, aunque había sido breve. Sentía el cuerpo demasiado dolorido en este momento así que dejé de forcejear para poder recuperar energía. Estaba segura que, en algún momento, la necesitaría. Tenía que encontrar la manera de escaparme. ¿Podría hacerlo? Eso era otra cosa. Me preocupaba las últimas palabras que le había oído a aquel indeseable, sobre los niños y los elfos. Esperaba que no encontrara a ninguno. Harpo era un buen elfo y sabía dónde esconderlos para que nadie lo escondiera. Sólo él, y yo, por supuesto, sabíamos los recovecos imposibles de reconocer y que servían como habitaciones del pánico. Podrían estar mucho tiempo allá escondidos sin que los encontraran nunca, aunque la casa fuera derruida.

 

Cuando el dolor cedió un poco, me moví ligeramente para buscar a mis captores.

 

-- ¿Dónde estamos? -- pregunté al aire.

 

 

 

OFF.- o me dais pistas o no sabré moverme, amigos!!

[Danny Lestrange]

Su familiares seguían haciendo destrozos en la mansión mientras que él aún iba detrás del elfo que corría tratando de escapar. Era obvio que no aceptaría tan fácilmente una poción así viniendo de uno de los invasores a la mansión de la Ministra, pero aún así Danny trataba de convencerlo algo así como "por las buenas". Se le había olvidado el "pequeño" detalle que le jugaba en contra y por lo cual no se daba cuenta de nada, hasta que vio caer a la pequeña criatura.

 

¿Eh? ¿Pero qué rayos?

 

Se extraña, pero avanza cuidadosamente hasta donde el elfo estaba tirado desangrándose. Danny ante esa imagen se queda paralizado y un segundo después levanta su varita, mira a su alrededor buscando al culpable y logra ver como Sagitas estaba siendo inmovilizada con cuerdas por una chica a la que no reconocía para poder llevársela de la mansión. El joven mago solamente se encoge de hombros: No podía escuchar nada, no reconocía a nadie. Si alguien le hablaba no había manera de que pudiese darse cuenta y eso lo ponía nervioso.

 

¿Y si mejor nos la llevamos y ya?

 

Pronuncia frustrado, obviamente levantando la voz. Si había alguien más en la mansión el chico no podía escucharlo, pero gracias a sus sentidos desarrollados por causa de su sangre de licántropo podía darse cuenta de que sí. Lamentablemente no tenía forma de saber exactamente en donde y ese era un problema para él. Lo que habían llegado a hacer estaba realizado, pero como la frustración no terminaba, el chico levanta su varita y lanza un hechizo a un ventanal para hacerlo pedazos.

 

Una cosa sí tenía el muchacho, y era la capacidad de saber, aunque fuese sordo, los hechizos que estaban lanzando los demás: el incárcerus era obvio, quizá el sectumsempra al ver como caía el elfo perdiendo sangre se delataba. El crucio al ver a la ministra en el suelo con un gesto de dolor en su rostro. Definitivamente necesitaba aprender legilimancia o no duraría mucho si seguía involucrándose en semejantes andanzas.

 

Danny estaba descubriendo poco a poco que aquello era parte de ser motífago y aunque se preocupaba, también le llenaba de curiosidad. Ya tendría oportunidad de conocer más de sus ideales y de las razones que los arrastraban a hacer lo que hacían cuando perteneciera a sus filas de manera oficial. Mientras tanto...

 

¡Incendio!

 

Con su varita en alto señalando una enorme puerta de madera que no tenía idea de a dónde conducía.

 

 

 

 

 

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@@Sagitas Potter Blue