๑۩♚۩๑ Mansión Black Lestrange ๑۩♚۩๑ (MM B: 78195)

[Alegna Black]

La llegada de un mago me dejo algo descolocada, desde que había llegado solo había visto pocas personas y ahora la casa se llenaba de a poco. Al saludarme note un dejo de cortesía, ese hombre no sabía ni quién era, al referirse a Nox como su hijo deduje que era mi tío Davied. Mucho no pude decirle Jess lo alejaba con una sonrisa que aparentaba tranquilidad, aunque le modo seco en saludar a su “sangre” no era de lo mas común, que yo recordara.

 

Extraño, las palabras de Nox me sacaron de mis pensamientos que ya empezaban a divagar, todo me parecía extraño lo mire con una sonrisa, mientras su conjetura hacia mi persona no era del todo errada

 

-me adapto- le conteste mientras volvía a tomar té y lo invitaba a sentarse al frente mío para poder charlas –te contare, hace poco ingrese a este lugar- dije mientras abarcaba con mi mirada el sitio­ –totalmente desorientada, desperté en los lindes de ese bosque y …. Bueno…. No recuerdo nada, ni de cómo llegue ahí ni de quien soy, cuando ingrese una serie de imágenes me invadieron y pues, Mía…. Me dijo quien era mi madre, aunque aquí en la casa nunca la he visto y básicamente la magia la uso instintivamente– tome un sorbo de jugo, y mire al joven detenidamente, si se parecía a mis tíos, yo no me parecía a nadie salvo por mis ojos que eran casi iguales a los de Mía, si la foto que guardaba en mi chaqueta no mentía mi madre era algo asiática y yo ni, por ll que por conjeturas debía parecerme al que fuese mi padre, aunque de él no sabía nada.

 

-cuéntame Nox ¿si no sabes de este mundo, quien estuvo cuidándote?- mi instinto era mi guía desde que había despertado, el me aconsejo que llevara ese palo, que resulto ser una varita, me aconsejo por donde ir en el bosque negro y me aconsejo que podía confiar en Mía que aunque todavía no se haya aparecido en escena era una mujer “amable” a grandes rasgos. Ahora y no sabía porque él me decía que debía ayudar al joven, al fin de cuentas era mi primo.

 

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[Nox Black Lestrange]

Entonces incluso aquella chica podía usar magia - Interesante - pensó. Seguramente él también debía poseer algún tipo de habilidad, sin embargo, no recordaba nada que pudiera catalogarse de extraordinario, salvo una serie de repetidas visiones y sueños extraños que lo habían atacado de vez en cuando a lo largo de su vida.

 

- Yo nací y crecí en Finlandia, mis recuerdos más antiguos son en instituciones sociales de ese país. Nunca supe que tenía una familia y la gente a mi alrededor tampoco sabían nada al respecto. Siempre fui de naturaleza un poco huraña así que eso me ayudó a sobrellevar un poco las cosas. Dediqué mucha parte de mi tiempo hasta ahora a investigar y leer todas las cosas que llamaran mi atención, eso mantenía mi mente ocupada y me ayudaba a resaltar en el colegio lo que me facilitó mucho las cosas.

 

- Me enteré que tenía lazos sanguíneos con otra gente hace muy poco tiempo - miró de soslayo a Dave y Jessie - y junto con eso de la existencia de todo este mundo alternativo "mágico". Así que ya entenderás porque todo me parece aún muy confuso y extraño. Ahhh una cosa más - fingió una expresión seria - desde hace muchos años vengo interesado en los sueños y en todo lo que eso representa - rebuscó en sus ropas un viejo reloj de bolsillo y lo balanceó en frente de Alegna con un gesto hipnótico intentando contener la risa- así que ya sabes, ten cuidado si te quedas dormida cerca de mí... ¡Puede ser peligroso! - No pudo aguantar más y rompió en una carcajada.

 

-¿Sabes si hay más gente que vive en este lugar? - se sirvió un poco de té y bebió lentamente.

 

@@Alegna Black

Editado 24 de Agosto del 2016 por Nox Rem

[Alegna Black]

Que desconcideracion de parte de Davied no cuidar a su hijo en esos años. Pero de que me sorprendo si desde que llegue no habia cruzado palabra con mi madre, cruzarmela por la feria de empleo habia sido un tanto inesperado y tambien productivo, aunque me costara llamarla madre, mire al chico y algo me enternecio, pensar que eramos familia. Su carcajada me saco de mis pensamientos, y le sonrei tratando de recordar si chiste. El pendulo en su mano me lo recordo, solte una risa. ¿Cuantas personad mas? Gran misterio.

 

-La verdad no lo se Nox- le dije mientras tomaba otro sorbo de juego- solo eh conocido a Mia, nuestra abuela, a mis tios - dije mirando la entrada del comedor, como albergando esperanzas que ellos cruzacen el umbral.

 

-espero que te quedes en la mansion, aunque no sabria decirte si yo vivo aqui- le dije seria. Tratando de ocultar mi sonrisa. Me encantaba hacer chistes sobre mi memoria.

 

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Editado 26 de Agosto del 2016 por Alegna Black

[Alexis Miller]

La debilidad del cuerpo

fomenta generalmente

la debilidad del alma.

Jean-Jacques Rousseau

 

 

Su sonrisa se curva garba sobre la comisura de sus labios, ¿Es una sonrisa o es un gesto?... me gustan sus ojos Juana, ¿Adivinas el color? No puedo porque dentro de este lugar no puedo saber si un gato es negro…

 

una copa vacía, bueno, al menos casi vacía y dejaba caer mi bastón de billar para tomar su mano, no lo iba a dejar pensar, porque pensar requería de saber que íbamos a hacer en la mansión y no tenía idea, me había caído bien, ¿Qué importaba saberlo? Lo observo unos momentos antes de la copa a los labios y beber lo que resta.

 

Sé que es fuerte, pero me gusta ese sabor dulce y amargo... embriagante... solo emite ese escozor en la piel y en el pecho y si bebes mucho te saca algunas risas... él me habla –No, parece que no es nuestro destino seguir jugando este juego, pero... no vivo muy lejos... - me pongo de pie unos momento con elegancia y alargo la mano, tengo unos guantes negros que cubren mis dedos largos. -te invito a unos tragos...? - Choco mis talones y me incorporo para esperar un momento La voz podrá fluir en los sueños dentro de mi cabeza... ¿Escucha?

 

Avanzamos o lo guio en pasos casi calmos mientras toco su brazo, sabiendo que quizá me arriesgo demasiado- Aquí es donde vivo... pero aquí –sonrío – no te prometo estar a salvo, ¿igual quieres venir? – Medio abro la reja y la puerta se abre mientras un elfo aparece, me observa dos veces, abre sus ojos bien abiertos, con la mirada atonita – se….señorit…a. Alexis.. – hago caso omiso al elfo, no lo iba a tratar mal porque ni eso merecía, nos acercamos hasta entrar al hall, y miro a mi invitado directamente a los ojos, ahora sin adivinar su iris, sino percibir el color gris que las luces sombrías me dejan mirar, sus mechas de cabello que caen sobre su rostro...una pregunta nace ¿Quién eres?... – quieres seguir bebiendo?

 

 

@@Adry Weasley

[Adry Weasley]

Parecía que después de todo, la noche no iba tan mal como Adry se esperaba. Cierto es que nunca sabes que te depara el futuro, o en este caso quien, aun así el Gaunt no esperaba conocer a alguien que superara sus altas expectativas. Tal vez fuera la excepción que rompe la regla o tal vez el efecto del alcohol, en esa chica había algo… algo que atrapaba al licántropo en su juego, al que ya había entrado.

 

Pese a su perseverancia por conocer el nombre de la joven, todas sus preguntas fueron en vano ¿Por qué tanto misterio? Dicen que lo bueno se hace esperar y que la espera merecerá la pena, por lo que no cesarían sus intentos. Sus padres siempre le dijeron que no hablara con desconocidos, claro que nunca dijeron nada de entrar en sus casas. –Me parece estupendo.- aceptó el italiano dibujando una sonrisa ladina en sus labios.

 

Adry no podía permitirse el lujo de que lo vieran con aquellas pintas por las calles, por lo que antes de abandonar el local, se ajustó y abrochó su blanca camisa y acto seguido y con mucha maña se colocó la corbata alrededor de su cuello. Una vez listo, miró a los hermosos ojos de la chica y ambos pusieron rumbo a las abrumadoras calles de Ottery. Durante el trayecto hacia el hogar de su acompañante, fue inevitable mirar de vez en cuando de reojo a la chica analizando todos y cada uno de sus elegantes movimientos. Apenas demoraron en llegar a la Mansión Black Lestrange y así el Gaunt cayó en la cuenta del origen de la chica. –Me gusta el riesgo.- Respondió el licántropo guiñándole un ojo.

 

En un abrir y cerrar de ojos, un elfo apareció frente a ellos y finalmente revelando la identidad de la bruja. –Alexis…- Dejó escapar Adry en un susurro, sonaba realmente bien su nombre dicho por él. –Bonito nombre, Alexis.- Dijo con un tono deleitable. El Gaunt hizo caso omiso a aquel elfo, pues él era un tipo que despreciaba a dichas criaturas, incluso a los de su posesión, aunque con su elfina parece congeniar mejor.

 

-Si tienes mejores planes…- Dejó en el aire el italiano apoyado en la reja, sin poder apartar la mirada de los ojos azules de Alexis ni quitar de su rostro esa sonrisa tonta.

 

 

 

@@Alexis Miller

[Alegna Black]

Por suerte mi habitación tenia balcón a la entrada, esa noche me había costado conciliar el sueño debilidad de una humana como yo, pero que nunca lo cambiaría por mas eternidad que le pudieran ofrecer, la noche estaba despampanante y había salido a tomar el suave aire que por mi ventana entraba enfriando mi piel, me puse una bata negra y Salí, desde allí podía ver el inmenso jardín y los comienzos del bosque tal vez, la conversación con su primo y familia me había robado el sueño, el hecho de tener más familiares que no recordaba hacia que me esforzara el triple en recordar, a lo lejos el movimiento de las rejas llama mi atención, por lo que sabía no faltaba nadie en mi familia, todos ya debían estar en sus habitaciones. El elfo que se aproxima se paraliza y algo me dice que esta atemorizado, tomo mi varita y bajo las escaleras, podrían los del ministerio volver a molestar a nuestra casa?

 

Bueno la presencia en la entrada era más grata que la del ministerio, pues Alexis parecía haber salido de su estado ahorro de energía que se había quedado después de su “conversación” pero traía a un muchacho con ella. No debía meterme pero hacerla enojar era mi mayor deleite.

 

-buenas noches prima- le digo poniéndome a la luz de la luna para que pudiera ver mi sonrisa- ¿ahora traes a tu cena a casa?­- digo mirando al muchacho que estaba en la reja,- no seas mal educada, o pensare que tío Davied te adopto como su mascota

 

Me acerco al joven tendiéndole una mano

 

-Alegna Black, señor?- espero su nombre mientras el frio de la noche empieza rozar mi piel, cierro mis ojos disfrutando la sensación – ya que mi prima no es buena anfitriona, lo invito a mi hogar- con un ademan lo invito a pasar a la sala mientras le digo al elfo que trajera unas cervezas –no te molesta no prima? Es que esta noche el sueño se me ha ido- se que le molestara y eso me hace despertar más de lo que estaba, aunque mi intención no era quedarme toda la noche por lo menos le estropearía una parte.

 

@@Alexis Miller @@Adry Weasley

[Ashura Lestrange]

Esa semana había estado algo floja dentro de mis labores cotidianas, lo único que deseaba realmente era descansar un poco en mi habitación y si tenía algo de suerte visitar a mi hija que era algo que seguramente le agradaría. Había decidido aparecerme en la entrada de su habitación y para mi sorpresa no se encontraba sola. Dos personas que aún no tenía el placer de conocer le hacían compañía aquella noche, en realidad me alegraba que mi hija fuera al menos un poco mas social que yo. Al parecer seguía con toda su atención puesta en aquel joven y aún no había notado mi presencia. Luna, mi minina se me había adelantado al ir rápidamente a saludar a mi pequeña hija. Sin mas que decir, me quedé en las sombras de la habitación esperando a que ella me notara cruzada de brazos, observando cada una de sus acciones. Aunque por dentro esperaba no importunarla de algo importante en aquellos momentos. Justamente cuando había decidido hacer el papel de una buena madre la encontraba un poco ocupada en sus aposentos. Suspiré con sumo cuidado de no llamar la atención mientras al mismo tiempo esperaba una respuesta de su parte.

 

 

@@Alegna Black

[Mia.]

Se había quedado un poco patidifusa en cuando su hermana adoptiva, Romina había abandonado la casona para irse con sus amiguitos, los miembros de la Orden del Fénix, por lo que se quedó en la sala con Algena, su nieta y algunos otros miembros de la familia que iban llegando y uniéndose a la conversación, pero que por más que intentaba escucharlos e integrarse a ellos, no podía porque su mente continuaba muy dispersa.

 

—Sean todos bienvenidos a la mansión, espero que se sientan cómodos. —soltó de la nada con una sonrisa en los labios, mirando a su elfina en esos momentos.

 

Con un movimiento mudo, preguntó a la elfina si tdos los presentes eran miembros de la familia y al recibir una afirmación, simplemente se dirigió hasta la puerta de la sala, pero antes de abandonar el sitio, se giró para verlos a todos y hacer aparecer de la nada una bandeja con comida y vino. Era lo menos que podía ofrecerles, porque por el momento su compañía no era la más adecuada.

 

—Clariss, les indicará cuáles son sus habitaciones y también la mía, para que si necesitan algo me busquen, por el momento me retiro. Alegna, cariño encantada de conocerte, espero poder hablar con más profundidad en otro momento.

 

Se despidió, para abandonar la habitación y comenzar a subir las escaleras con pasos lentos pero constantes, y dirigirse de nuevo hasta su santuario, su habitación, Había muchas cosas que necesitaba aclarar mentalmente, justo antes de ponerse en marcha para visitar a su madre o seguir recibiendo a los visitantes en la casona.

 

Se encaminó a la ducha, y abrió la llave para dejar que la bañera se llenara y una vez que se llenó, permitió que su cuerpo se pusiera en contacto con ella, disfrutando de la sensación de relajación que tenía por aunque fuese solamente unos minutos y allí se quedó, disfrutando.

[Jessie Black Lestrange]

Su hermano y sus sobrinos se habían centrado en sus asuntos, ella por su lado, había preferido irse de nuevo a caminar un rato por los terrenos de la mansión. Su madre había salido, seguro a su habitación pero ella tenía demasiadas cosas en la cabeza para quedarse encerrada en casa.

 

Camino por los terrenos de la mansión, pensando en mil y un cosas a la vez. No hacía mucho tiempo había visto a Héctor, por un corto momento creyó que las cosas volverían a ser como antes, pero el solo había ido a ver como estaba y al darse cuenta que la chica estaba bien se había ido de nuevo.

 

Ahora pensaba que solo había sido un sueño, más algo le decía que había sido real. Tal vez el hecho de que había terminado lastimada tras ese encuentro o el hecho de que sus palabras aun resonaban en su cabeza. No sabía a que se refería con exactitud pero a decir verdad le agradaba la idea de intentar averiguarlo.

 

Se sentó cerca del lago, llevando sus piernas hacia su pecho, recargando su mentón en las rodillas mientras observaba el lago con añoranza. Una fresca briza acaricio sus estilizados brazos haciendo revolotear su cabello. Abrazo sus piernas temblando un poco; se sentía segura de que nadie la encontraría ahí y que nadie había salido detrás de ella, por fin podía estar sola y disfrutar un poco de aquella soledad momentanea.

[Litah Black Lestrange]

Un broche que plata que enlazaba las dos iniciales de la familia, incrustado en finas y pequeñísimas esmeraldas comenzó a brillar sobre la mesa de noche en una de la habitaciones. Aquella reliquia había sido un regalo para la primogénita de Jocker Black Lestrange, un artilugio que le inculcó cada uno de los valores que corrían por sus venas. "Nadie nunca debe ver llorar a un Black Lestrange, recuérdalo siempre, mi pequeña Litah", le habían dicho en aquella ocasión. ¡Y vaya que esas palabras estaban tatuadas en la cabeza de la hermosa pelinegra que usualmente se escondía en esas cuatro paredes.

 

Como Cascabelitah, que era su nombre completo, había sido al crecer, el vivo retrato de la adorada Penélope de Jocker, este le había consentido cada uno de sus gustos y caprichos, incluido claro el sostener una relación con su medio hermano. El gusto de la rizada mujer se plasmaba en cada detalle de la habitación, el techo encantado con una eterna noche de estrellas, los amplios ventanales y las pesadas cortinas azul oscuro que sellaban el recinto. Era poseedora además de un encantador hechizo que impedía a los patriarcas aparecerse a gusto y paciencia en su espacio privado, privilegio concedido en su momento por su padre y casi resquebrajado por Mía, su propia hija.

 

Lo cierto es que nadie podía saber si la pelinegra se encontraba en los terrenos o no. Sólo sus elfos domésticos y claro, el broche de esmeraldas que en ese mismo instante estaba siendo tomado por unos delgados y níveos dedos para ser colocado en el centro de un llamativo escote en V.

 

Litah Black Lestrange había vuelto.

 

— Asturión, necesito que ubiques a Mía y le informes que necesito hablar con ella —sentenció antes de girarse a ver como el elfo comenzaba a temblar, ponerse en medio de aquellas dos brujas no era cosa de juego, ni cosa para celebrar, no para los elfos al menos—, .y deja de parecer una hoja en medio de tormenta, ¡Por el amor a todos los mortífagos! Mía no te matará por enviarle un recado mío.

 

O tal vez sí, a lo mejor los meses la habían vuelto aún más intolerante a todo lo relacionado con su madre.

 

La primogénita de los Black Lestrange se sentó entonces en el borde de uno de sus ventanales y apoyó sus piernas en el borde lateral, dejando ver un par de zapatos de tacón negro envueltos en fino terciopelo, quince centímetros de elegancia que jamás debía olvidar usar.

 

 

@@Mia Black Lestrange

 

Off: Mija besha *O*