La Tierra de los Faraones (MM B: 113249)

[Mia Zoeh]

Mía Zoeh Targaryen

Dueña del local

 

Todo mundo bailaba y sonreía; podía ver en sus rostros que sin duda alguna se lo estaban pasando muy bien en aquella noche. Y yo no podía estar más que feliz. Todo estaba saliendo más que bien, y estaba segura de que aquella noche sería difícil de olvidar para muchos de los presentes, y para la comunidad mágica en general. Incluso el reportero que ya nos había entrevistado antes había pedido algún que otro trago a Vic, y el chico fotógrafo que lo acompañaba parecía estar disfrutando como nunca de la música.

 

Un chico que ya conocía entró por la puerta, y me acerqué casi corriendo a saludarlo. Era Albus, compañero de casa y amigo. ¡Qué alegría verlo allí! Me detuve a su lado. -Hola, Albus...- saludé y le di un beso en la mejilla. -Gracias por venir, es un placer tenerte aquí.- añadí, y le señalé el salón, indicándole que podía ir a sentarse donde gustase o, por el contrario, unirse a las varias personas que ya estaban dándolo todo en la pista de baile.

 

Observé todo a mi alrededor, y Arian me alcanzó una copa de daikiri de fresa. Sin embargo, ni bien le di un sorbo, un tironeo me hizo mirar hacia el piso. Vi a Bonnie, quien parecía ahora algo preocupada. Sin embargo, miré hacia la puerta y no vi a nadie. Pero la elfina tironeaba de mi vestido y me obligaba a seguirla. No lo dudé; la criatura no hablaba ni me explicaba qué ocurría. ¿Qué había pasado? Miles de suposiciones dieron vueltas por mi cabeza; esperaba que no fuese nada extraño ni ilegal que pudiese espantar a los clientes e invitados del lugar.

 

La elfina me condujo fuera de la pirámide, y mis tacones comenzaron a enterrarse en la blanca arena que cubría el suelo. En el portón pude distinguir un par de figuras a contraluz, ¿quiénes eran? ¿Por qué no entraban? Me acerqué a ellos, trastabillando y tropezándome en la arena, y a través del portón creí distinguir a uno de ellos.

 

-¿Alba? ¡Alba!- dije animadamente, pero vi en su rostro que no estaba allí por diversión. -¿Qué ocurre?¿Por qué no te sumas a la fiesta?- le pregunté, comenzando a abrir el portón para que entrase. Bonnie me llamó la atención volviendo a jalarme del vestido. Me incliné hacia ella, porque parecía querer decirme algo.

 

-Ama Zoeh, el Señor Darius está en la puerta... Y parece algo nervioso.- me susurró, y yo palidecí... Si es que eso era posible. Me erguí cuan alta era y regresé la vista a Alba y el resto de sus compañeros. Fue ahí que noté sus identificaciones del Ministerio de Magia. Tragué saliva. ¿Qué estaría escondiendo Darius para estar así de nervioso ante la presencia de esa gente?

 

Si clausuraban el negocio por su culpa, iba a matarlo con mis propias manos.

 

@@Alba Ryddleturn @ @@Albus Severus Black

Editado 18 de Julio del 2016 por Mia Zoeh

[Thoth]

Daniel, reportero de medios libres

Con @@Alba Ryddleturn y @@Mia Zoeh

El interrogatorio no descansaba, al parecer los ánimos comenzaban a subir y allí fue cuando llego la dueña del local, por ese motivo, tuvo que llamar ayuda a sus miembros de la prensa, al parecer eso indicaba que iba a ser la noticia de que el mundo hablaría por mucho tiempo ¿Qué se esconde en la tierra de los faraones? ¿Cuál era el misterio que allí ocurría? ¿Qué hará el Ministerio de Magia? ¿Acaso se sumaría más departamentos? Pero el reportero, una vez que observo a la dueña, las cámaras fotográficas una vez más le sacaban.

 

-¿Qué ocurre?- Bajo su mirada y no pudo evitar, como la dueña no dejaba que la miembro del Ministerio de Magia, comenzará a responder sus preguntar ¿acaso ella escondía algo? -¿Acaso tiene algo que esconder?- En ese momento la música no dejaba de sonar, las miradas de los invitados no se percataba de lo que se encontraba sucediendo, en verdad era un mundo aparte, en un lugar nacía el amor, uno de la pareja más enternecedora del mundo. -¿Qué hace el Ministerio de Magia en este lugar?- a la dueña.

 

Pero la distracción no se hizo esperar, al parecer un grupo de famosos cantantes se hacía presente, por eso el escenario se ilumino con todo, al parecer era una de esas canciones de brujitas y magos, que hacían elución al mundo muggle, esa que tanto tiempo se escuchaba en las radios, que incluso era más antigua que la propia dueña y el lugar que allí se encontraba todos los presentes.

 

https://www.youtube.com/watch?v=XOVS07z7IHg

 

Algunos invitados comenzaron a bailar, inclusive los magos, parecían crear cosas de la nada, era en verdad una festividad. Pero ante las risas y copas, algo más parecía esconderse y manejarse entre las sombras.

 

Off. Lo lamento no conseguir la canción completa, pero aquí pueden ver y escuchar. XD

[Mia Zoeh]

Mía Zoeh Targaryen

Dueña del local

Con Daniel, @@Alba Ryddleturn y el Departamento de Cooperación Mágica Internacional

 

Lo que faltaba: el reportero se había acercado hacia nosotros algo tambaleante. ¿Cuántos whiskeys tenía encima ese tipo? El fotógrafo venía a su lado, aunque se notaba en su rostro que definitivamente, prefería estar dentro bailando. El grupo de música que había contratado debía estar por empezar a tocar, y el chico no parecía querer perdérselo. Lo supe por cómo miraba por encima de su hombro hacia la pirámide y regresaba la vista a nosotros cuando le parecía que había estado demasiado tiempo mirando atrás.

 

No entendía qué estaba pasando, ¿qué hacía el Departamento de Cooperación Mágica Internacional allí, en la inauguración de mi negocio? Además, el comentario de mi elfina me había descolocado. Darius era inmigrante, ¿pero qué tenía para esconder?

 

Daniel, el reportero que nos acompañaba en aquella velada, luego de unos minutos de aire fresco, se aclaró la garganta y comenzó a hacerme preguntas que yo no sabía cómo responder. -¿Qué se esconde en La Tierra de los Faraones, señorita Targaryen?- me preguntó, aún un poco mareado por el alcohol. De verdad, ¿cuánto había bebido?

 

-Señor, de verdad le digo que no tengo idea de qué está haciendo el Ministerio de Magia en el negocio.- intenté explicar en mi defensa. La siguiente pregunta del reportero me dieron ganas de golpearlo a él primero y a Darius después. -No, señor, no tengo nada que esconder. Y podrá verlo por usted mismo en cuanto el Ministerio termine de hacer las revisiones pertinentes.- le dije, y jalé del portón dorado. Éste se abrió, y me moví hacia un lado, dejando paso a que los miembros del Ministerio pudiesen entrar y revisar.

 

Iba a ir a buscar a Darius e interrogarlo. Si realmente estaba nervioso como Bonnie decía, de seguro tendría algo que esconder. Y yo no iba a hacerme responsable de lo que pudiese pasarle a él, mientras no afectase a mi propio local. Me dirigí al joven fotógrafo, que miraba con cierta nostalgia a la pirámide.

 

-¿Por qué no va a disfrutar de la música, joven?- le ofrecí, y pareció animado. Le sonreí, y lo observé alejarse. Me volví hacia Daniel, el reportero. -¿Por qué no entramos, señor? De seguro será muy beneficioso para usted y para mí incluir al grupo en vivo que está comenzando a tocar, ¿no cree?- le dije, con una sonrisa de lado, y lo acompañé hasta la pirámide nuevamente.

 

Mis planes, sin embargo, eran otros. Al entrar, busqué con la mirada a Darius, y lo pude ver un poco alejado, lo cual se contradecía totalmente con su actitud hasta el momento de la llegada del Ministerio. Era totalmente contradictorio que estuviese apartado de la gente, sin buscar la aprobación de todos y pasearse con sus aires de superioridad, observando todo por encima de su nariz, juzgando cada cosa del restaurante y de la fiesta. Me acerqué a él.

 

-¿Qué ocurre que no está haciendo sociales con los demás invitados?- le pregunté, con tono firme pero intentando no ser ruda.

 

@Darius

Editado 18 de Julio del 2016 por Mia Zoeh

[Thoth]

Con @@Mia Zoeh y @Kira

-No sé de qué me hablas y pareces que ignoras, que ando hablando con…- Hace su mirada señalando a Kira. –Lo que me parece descortés de tu parte, si algo ha pasado, no estoy enterado.- El mago adolecente se encontraba en plena calma, algo que no era muy frecuente decir con la bruja que compartía el local. –Pero si esos son los ánimos que aquí se trata al público, no creo que me den ánimos de regresar.- Su pensamiento se sentía bastante pena. –En verdad me disculpo.- Le decía a Kira. –Algunos dicen que los tragos hacen mal, pero no esperaba ver ese tipo de espectáculo.- Baja la mirada. –En verdad lamento ocurrido lo de hace algunas horas, pero no pensaba que fuera necesario unos trago demás, paraqué se refiera a mí e interrumpa de esa forma la conversación.

 

El egipcio sabía bien el manejo del control, por lo que suponía que sus nerviosismo no se demostraba, la actuación de ministerio solo pudiera significar una cosa y esa era su estado como inmigrante, a no ser que la bruja que compartiera el negocio se metiera en problemas, en verdad la situación era extraña, pero el mago no se molestaba mucho en el asunto, sabía que sus negocios debajo de la manga se encontraban todos ocultos, por algo la biblioteca se encontraba cerrada y el sindicato de los fantasma reunidos. En ello le llega un pergamino negro, único para ser leído por el director de la biblioteca.

 

De: Sindicato

Para: Lunático

 

Todo se ha hecho bajo sus narices, por lo que los mocos no se verán, nadie observara nada, y algunos objetos a su merced hacen en la Pirámide de Cristal, ocultos. Espero que todo funcione como se ordeno y sea a vuestra petición, que el libro de la sangre ( la edición prohibida y censurada por prácticas hecha contra los muggles y algunos pactos que usan a magia negra), el pergamino maldito (de magia oscura y produce terrible enfermedad de dragón al tacto), la historia de los elfos domésticos (edición prohibida), El no mágico y la mil formas de tortura (edición prohibida y sellada con la marca de los Mortífagos), La Verdadera Historia de la Magia (edición prohibida y sellada con el logo de la Orden del Fénix), La otras artes de sanar (magia de uso para muggles, edición prohibida)

 

 

Este lo leyó, al terminar el pergamino arde en llamas, para disimular, solo comento un poco, mientras esperaba la respuesta del local, por tan vergonzoso espectáculo, en ello el reportero y fotógrafo escribían y tomaban foto, al parecer esas incidencias era lo que más vendía, no comprendía porque el profeta no aparecía, quizás de no tratarse de un tema de muy del interés, no era cubierto por el mismo.

 

-Solo son cosas banales de la biblioteca, nada que opinar.- En eso uso un hechizo de alteración de voz y lo uso para que todos así pudieran escuchar. –No olviden sonreír, ya que la prensa anda tomando fotos, no diré que esto salga en el profeta, pero si haya otros medios que anda cubriendo el suceso, como también no olvidar que pronto comenzarán a surgir las sorpresas que se tienen para tan majestuoso día.- Finalizo el encantamiento, se alejo un poco de Kira, le dio un abrazo forzado a la dueña de local, y como pudo le dijo en voz baja y al oído. –Nuestras diferencias nadie debe saber, pero te agradezco que guardes la compostura, ya luego podremos aclarar las cosas.- Le da un beso en cachete y se aleja.-Como decía, solo fue un mal entendido, pero ya todo está soluciono, no es así….- Mira a su socia. –Lady Targaryen

 

@ @@Pik Macnair @

Editado 18 de Julio del 2016 por Darius

[Mia Zoeh]

Mía Zoeh Targaryen

Dueña del local

Con @ y @Kira~

 

Miré al joven que se encontraba junto al otro propietario, a quien por algún motivo no había notado antes, y me disculpé con él por no saludarlo como correspondía. ¿No era el mismo chico que estaba en la biblioteca cuando casi había muerto a manos de los fantasmas del psicópata de mi socio? Le estreché la mano, y regresé mi mirada a Darius, quien parecía dispuesto a hacerme quedar mal.

 

-Escuche, señor,- comencé a decirle, aunque me molestaba un poco tener que llamar "señor" a un chico tres años menos que yo. -ésta es probablemente la noche más importante para el negocio; no sólo para mí; para usted también. No olvide que las ganancias son de ambos.- le dije, acercándome a él para que nadie más pudiese oírnos. Él parecía defenderse calmadamente, pero pude distinguir un pequeño dejo de nerviosismo, y una gota de sudor que comenzó a resbalarle por la frente lo delató.

 

-No quiero amenazarlo ni armar un escándalo; no quiero que el negocio sea conocido por eso.- le aclaré, alejándome un poco de él, pero no lo suficiente como para tener que gritarle. -No sé lo que esté escondiendo ni si tiene algo que ocultar, sólo le digo una cosa: No quiero problemas esta noche ni a largo plazo. Ésta fue la inversión de mi vida, porque no a todos nos caen las cosas del cielo como a usted.- enfaticé el "usted", para resaltar que, ante todo, estaba tratándolo con más respeto del que, por mi parte, merecía. -Quizás usted no esté feliz con la sociedad. Yo tampoco lo estoy. Pero si usted convive pacíficamente conmigo, yo también lo haré con usted. Y si usted tiene problemas de los que yo no sé nada, agradezco no me los comunique, ya que no quiero convertirme en cómplice ante los ojos de un tribunal.- le pedí. Era la verdad; sus asuntos prefería que se quedasen siendo de él. Si debía enfrentarme al Veritaserum algún día, quería asegurarme de no saber nada de nada en la realidad.

 

-Y ahora, sin ánimos de ocasionar una pelea, lo invito a que se una al resto de invitados...- le dije en voz alta, notando que el reportero y el fotógrafo se acercaban a nosotros. Sonreí, y recibí el escueto abrazo de mi socio. Tuve que hacer un esfuerzo sobrehumano para reprimir la mueca al sentir su beso en la mejilla. Tragué saliva; no lo iba a dejar perjudicarme aquella noche. -Señor Darius...- respondí ante su mención de mi apellido y lo observé alejarse, no sin antes preguntarme qué era aquella cosa que había visto arder por un segundo ante él. Si algo estaba tramando, me iba a asegurar de frustrarlo.

 

Miré al joven que aún seguía allí. -Disculpe todo esto, joven; ¿por qué no sigue disfrutando de la música? ¿Quiere algo para beber?- le pregunté.

[Alegna Black]

La quinta copa de la noche, ya podía sentir que el mundo empezaba a dar vueltas, o la fiesta se tornaba mas movida, me levante despacio aferrada a la silla para buscar un jugo, cuando por el rabillo del ojo veo un muchacho que me hace señas, Albus había vuelto, o no se había ido, lo veo tan despampánate como hace momentos, y me sonrojo al pensar en la forma que iba vestida, nunca me acostumbrare a la etiqueta, como extraño mis jeans, pienso mientras veo a la dueña del local que lo saluda de forma amistosa, ¿sentía celos? Posiblemente, ni una palabra cruzada y que diablos me había hecho ese muchacho, algo ofendida, me marcho en dirección contraria, me había olvidado que había invitado a mi madre a conversar, con el ajetreo y la música a todo volumen iba a ser imposible.

 

Alzo la cabeza para mirar a Albus mejor, mientras una sonrisa aflora de mi rostro, varias personas del ministerio llegan y creo que no precisamente a tomar un trago. Mia se disculpa con Albus y aprovecho para saludarlo con la mano, mientras me dirijo al oasis, donde la música no es tan penetrante. La noche esta deliciosa, o era en encantamiento del lugar, ni fría ni calurosa, una hermosa noche.

• Una perfecta noche – digo en voz alta

@@Albus Severus Black

[Thoth]

Con @@Mia Zoeh y @Kira~

 

Suspiro ante cada comentario y no objeto nada, igual era hablar contra la pared, esa mujer desde la perspectiva del adolecente solo buscaba escusas, no comprendía que había caído en lodo su reputación, en verdad era desagradable escucharla, pero no era el momento para objetar, para discutir, y más porque se debería guardar las apariencias, al parecer la noticia del sindicato le había venido bien para esos momentos, objetos prohibidos se encontraban escondido en la Pirámide de Cristal y todos ellos con el logo del mismo, así como fue planeado, al parecer ese plan era parte de algo más.

 

El mago no sabía si aceptar o no la invitación de la bruja, dado que no deseaba dejar a su invitado por fuera, dado que tenía cierta complicidad con el mismo, incluso se podía decir que eran parte de todo lo que pronto acontecería. Allí puso su mirada en cierta pareja, pero no por mucho tiempo, dado que solo le dio curiosidad. Por ello regresando la mirada al reportero le pidió con mucha amabilidad.

 

-Si nos toma una foto en compañía de los que aquí se encuentran presente.- Refiriendo a Kira, la otra dueña y otros invitados que pudieran estar pasando por ese rumbo. –Incluso, para ser justo, creo que la primera pieza de baile sería bueno, que la comenzaran los dueños.- Alli se escuchan unos aplauso. -¿Me permite?-

 

Indago el mago a la bruja, observando que su cayado hacia en el suelo, pero por arte de magia , este se encontraba en la mesa, aún se encontraba algo débil por el pacto que había hecho con Kira, al cual lo convertía en un demencial, algo que no sabía la dueña, de esos pactos ocultos que el mago se manejaba en las sombras, secretos y más secretos era lo que guardaba el mago, intento ser lo más dulce y amable posible con la dama, dado que deseaba guardar las apariencias y que mejor que hacerlo con un baile. Pero su pensamiento ubicaba a los miembros del ministerio de magia presente.

[Albus Severus Black]

-Hola, Albus...- me saludaron alegremente y casi enseguida me dieron un beso en la mejilla. De la persona que me beso sentí un aroma.. Un aroma único, solo una persona en el mundo olía así. Cuando voltee mire aquellos ojos azules que siempre me han cautivado. -Gracias por venir, es un placer tenerte aquí.- me dijo la mismísima Mía mientras me señalaba su local.

 

Vi en la dirección que me mostro y estaba la pista a reventar. La gente la estaba pasando excelente, gran fiesta estaban dando. Gente conocida estaba entre la multitud, bebidas pasaban en bandejas por doquier, estaban botando la casa por la ventana. Mía lucia hermosa en esa ocasión, algo me decía que le alegraba verme por allí. Bailamos?- le dije al oído ya que la música no dejaba ni oírnos casi. Cuando espere su respuesta, una elfina comenzó a llamarla y se alejó de pronto.

 

A lo lejos mire que estaba Alba Ryddleturn, una chica que siempre me había aclarado cosas muy amablemente y que trabajaba en el ministerio. En esa ocasión no la vi tan amable como solía ser. Llevaba ropa muy casual pero no de fiesta, más bien parecía que venia del trabajo. Tome una copa de champaña que pasaron en una bandeja y seguí en lo que fui a hacer a aquel lugar.

 

@@Mia Zoeh @@Alba Ryddleturn

 

 

Mía se alejó con la elfina y yo seguí en lo que fui, a buscar a Alegna, aquella interesante chica motorizada que ahora había visto vestida de noche. Camine hacia donde recordaba que la había visto sentada y me di con que se levantó de su mesa como escapando. Apresure el paso entre la multitud y vi sus curvas alejarse entre las luces hacia el área de oasis. Sin más me dirigí allí y el ruido no era tan fuerte, además que estaba como más íntimo este lado para charlar. Al llegarle cerca Alegna me sonrió y extendió su mano para saludarme. Que formalidad, temprano se había despedido con un beso en la mejilla a un completo extraño y ahora me extiende la mano?- fue lo que pensé. Como estas? Como la estás pasando? Te queda hermoso el atuendo.- fue lo que dije mientras tomaba un trago profundo de aquella rica champaña.

 

Note que la chica tenía algunas copas encima cuando grito a vox alta –una perfecta noche-. Se dibujó una gran sonrisa en su rostro. Bailamos? La música esta excelente. O nos sentamos y conversamos un poco de “motocicletas”, la noche esta perfecta pero puede ser mejor..- le dije mientras sonreí de medio lado.

 

@@Alegna Black

Editado 19 de Julio del 2016 por Valkyria Karkarov B.L

[Alba Ryddleturn]

Empleada Departamento Cooperación Mágica Internacional.

 

La chica seguía esperando a sus compañeros. Dentro del local todo se veía muy animado, Alba quería sin duda ir allí y disfrutar. Estaba recordando que había recibido una invitación al local por la inauguración, era de…

 

Un hombre llego a su lado algo exaltado haciendo preguntas. La Ryddleturn lo miró extrañada, ¿por qué había reporteros ahí? ¿es que era tan importante aquella inauguración? Sin duda no era bueno aquello, ya que si encontraban algo inapropiado toda la comunidad mágica se enteraría, y eso no estaba en sus planes, y seguro que para ninguno de sus compañeros que aún no llegaban.

 

-No tengo nada que contestar a la prensa, estos son asuntos privados del ministerio, cosas de rutina nada mas – fue lo único que alcanzó a responder la bruja, porque una chica gritaba su nombre. Era Mía, la que le había enviado la invitación que había dejado en su habitación.

 

Le ofreció una sonrisa de saludo. No alcanzó a saludar, porque la chica comenzó a interrogarla por la forma en que iba vestida, claramente se notaba que iba por parte del ministerio. – No pasa nada, es solo cosas de rutina – le explicó a la chica, que estaba algo preocupada por la forma en que se referían a nosotras el reportero y su amigo. Como era de esperarse, querían sonsacar a toda costa información, pero la Targaryen los paro en el acto.

 

Alba no pudo quedarse más tiempo fuera del negocio, ya que Mía la había invitado a pasar por lo que le siguió los pasos, pero sin antes voltear a ver si sus compañeros habían llegado, pero nada del rastro de ellos.

 

Se dirigió adentro, pero aún seguía sin saber que hacer por lo que quiso seguir esperando. Se dirigió a la barra dejando atrás a su ex compañera que yacía metida en sus propios problemas por la gran fiesta que llevaba, seguro tendría tiempo luego de compartir con ella.

 

Pidió un refresco de frutilla con hielos para pasar el rato. No podía disfrutar como los demás. Todos disfrutaban con sus tragos llenos de licor, que era lo que su garganta le pedía en ese momento, pero vestida como iba no era apropiado causar algún tipo de alboroto. Esperaría un tiempo prudente o hasta que su cuerpo no aguantará más y quisiera divertirse.

[Mia Zoeh]

Mía Zoeh Targaryen

Dueña del local

 

La petición de Darius me hizo palidecer, pero tenía razón. Éramos los dueños; nos tocaba bailar juntos. Miré a mi acompañante y tragué saliva. Nos veíamos como una pareja totalmente dispareja; yo con mi metro ochenta y un par de tacones que me agregaban algunos más me veía bastante más alta que el chico, que era considerablemente más bajito que yo. Pero tocaba hacer lo que teníamos que hacer, y eso implicaba bailar juntos.

 

Tomé la mano del joven, sintiendo el calor subir por mi cuello y mi cara. Trágame tierra, pensé, mientras me desplazaba hacia el centro de la pista bajo la atenta mirada de todos los presentes, quienes aplaudían y silbaban. Sentía mi mano temblar encima de la del chico, pero intenté mantener la compostura. La música se había detenido un momento en lo que nos posicionábamos al centro de la pista, y aún sosteniendo la mano de Darius, me volteé para enfrentarlo. Coloqué mi mano en su hombro y sentí un escalofrío recorriéndome la espalda cuando él posicionó su mano en mi cintura. Me aclaré la garganta y sonreí; con un poco de suerte, eso iba a ocurrir sólo una vez.

 

Un vals comenzó a sonar; era el típico baile de salón que todas las parejas elegían bailar. Ante la mirada de todos, mi acompañante y yo comenzamos a desplazarnos por la pista de baile con mucha gracia, como si hubiésemos ensayado aquel momento varias veces antes. Intentaba no bajar la mirada al piso, aunque tuviese que hacerlo un poco para poder sostenerle la mirada, y rezaba mentalmente que no me pisase. Un giro, y su mano de nuevo en mi cintura.

 

Más pasos hacia los lados, más giros, alejamientos para volvernos a acercar y finalmente, aquella música que estaba comenzando a sentirse eternamente larga, finalizó. Un último giro y terminamos en la misma figura en la que habíamos comenzado. Todos aplaudieron. Me volví a alejar del mago, le hice una reverencia a forma de saludo y me volteé a saludar al público, entre risas. Ya se había terminado aquello.

 

Luego del improvisado baile, pude regresar mi mente a los asuntos pertinentes. ¿Qué hacía Alba por allí? ¿Y si era asunto de trabajo, por qué estaba ella sola? Tenía un presentimiento extraño, pero no iba a dirigirme más a Darius. Si algo sucedía, pediría Veritaserum. Estaba más que decidido. Vi por el rabillo del ojo como Alegna había ido a sentarse al oasis, y luego como Albus salía detrás de ella. Un nudo se hizo en mi estómago, pero ¿por qué? ¿Celos?

 

Sacudí un poco la cabeza para apartar ese pensamiento de mi mente, y decidí acercarme a la barra, donde Alba estaba bebiendo algo sin alcohol. Decidí sacarle conversación, y si estaba allí por trabajo, ver en qué podía ayudarle.

 

-¿Está todo bien, Alba?- le pregunté cuando llegué a su lado. Me senté en uno de los taburetes, cruzando una pierna por encima de la otra. Maldije por un segundo los vestidos cortos; no estaban hechos para los taburetes altos, definitivamente.

 

@@Alba Ryddleturn

Editado 19 de Julio del 2016 por Mia Zoeh