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Castillo Lockhart (MM B: 78568)


Ela Karoline
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miro al elfo y le sonrió,- gracias amigo,que amable-

camino por la puerta y me quedo hipnotizado con los cuadros tan hermosos y enigmáticos del pasillo(algunos los miro atentamente).

cuando escucho una campana que me asusta, miro hacia los lados y hacia arriba, no sabia lo que era, sorprendido, sigo mi camino y veo al jardín donde veo a mis familiares desayunando, sonrió y camino hacia ellos, veo las flores tan colorías y solo puedo pensar (tendrán poder mágico ?).

cuando llego a la mesa los saludos con formalidad -saludos familia disculpen por interrumpir su desayuno-

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Apenas el joven Ezequiel entro en el castillo, fue guiado hacia el vestíbulo y de allí al jardín trasero, donde algunos familiares se encontraban reunidos alrededor de la mesa del desayuno, con un esplendido banquete, las delicias preparadas por los elfos en la cocina eran llevadas a través de magia al jardín, y con magia eran servidos los platos según los deseos de cada comensal, solo tenían que tomar asiento, quitar la servilleta de tela que reposaba sobre el plato y decir lo que querían comer para que de inmediato el plato estuviera lleno de eso que les apetecía.

 

Cuando saludo, los ojos de la matriarca se elevaron hacia el, en un acto reflejo se limpio la comisura de los labios de forma delicada con la servilleta y se puso de pie para ir a saludar al muchacho, a quien en seguida reconoció como el nuevo miembro de la familia. Lamentaba que en aquel primer encuentro Bodrik no estuviera ya que ellos eran más afines o tenían más confianza que con el resto de los hijos de Cye a quienes ahora conocería.

 

--¡Ezequiel! Bienvenido, ya estás en casa-- dijo con verdadero deleite --No interrumpes nada, llegas justo a tiempo para sentarte a desayunar conmigo y con tus hermanos -- Se acerco al muchacho y le dio un cálido abrazo, quería que supiera que a partir de ese momento podía contar con ella para lo que necesitara y que toda aquella propiedad era su hogar, del que podía entrar y salir a su antojo como el resto de los familiares. Luego se separo y dijo

 

--Anda siéntate, y pide lo que gustes-- Cye misma regreso a su silla acomodándose en ella y bebiendo otro sorbito del rico y acido zumo de fruta --Déjame presentarte, ellos son Patri y Alexander, dos de tus hermanos, para Alexander este también es su primer día con nosotros-- aseguro guiñándole el ojo al Fox

@@Ezequiel granger @@Patri Gryffindor L @@Alexander Fox

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ho gracias(sonrojado por el abrazo) ,tomare asiento, creo que voy a tomar un café.

que elegante es este lugar me gusta mucho.si me llevo ben con mi hermano fox, a patri no la conozco pero seguro no llevaremos bien, que dices hermana ? (sonríe mientras pregunta)

con bodrik me llevo bien mas que todo por la edad como tenemos la misma, nos entendemos (risa amigable)

me alegra saber que puedo contar con ustedes para mis problemas.

 

madre, cuéntame un poco del castillo hay alguna regla o advertencia ?

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Se distrajo por un momento, pero había escuchado con atención de las palabras de su madre, le hacía sentir entre feliz y algo apenado que su madre le considerara como alguien encantador, siempre se había definido como un ser sencillo así que no era lo que esperaba, pero en parte sabía que sus palabras también eran por ser una madre cariñosa y como tal siempre les vería con amor. La observó con detalle ella de verdad transmitía un aire tan familiar que lo hacía sentir extraño, no estaba acostumbrado ¿familia? no... él nunca había tenido una, pero ahora... podía decir que estaba realmente feliz de a ver sido adoptado por esa mujer. Sonrió encantado para tomar un poco de café sin quitar esa curvatura de sus labios.

 

En esos momento llegó al encuentro un joven que reconoció de inmediato ya le había conocido de antes, y ahora su madre le confirmaba que eran hermanos, por lo que estaba feliz de tener un familiar hombre, no decía que no estaba encantado de tener a sus hermosas hermanas y sobrinas, pero la verdad, un poco de compañía masculina cercana a su edad no le vendría mal, porque estaba seguro que con su padre se llevaría muy bien, pero sabía que era alguien ocupado.

 

-¡Bienvenido Hermano! - sonrió divertido mientras sonó la mesa emocionado, observó como se sentó e hizo aparecer una taza de café - si como mencionó nuestra hermosa madre, es mi primer día por acá fastidiándole y conociendo las costumbre - comentó en broma para observar a la mujer y sonreírle con dulzura, ya estaba mostrando también ese lado bromista que tenía, la mala suerte es que él solo soltaba chistes malos.

 

-En eso estamos, conociendo un poco las reglas y costumbre del castillo aparte de descubrir un poco de nosotros mismo - le respondió con ligereza y educación, para desviar la mirada de su hermano hacía nuevamente su madre - aunque seguramente la regla más importante de madre es que no la molestemos en la noche cuando este sola con nuestro padre en su cuarto - comentó con un tono coqueto haciendo brillar sus orbes dorados de forma intensa, para soltar una sutil risa mientras se "acomodaba" nuevamente su cabello rojo, sujetó el tenedor para probar las frescas y deliciosas frutas de su plato.

 

-Aunque si tengo una duda referente a las invitaciones para el castillo -habló con curiosidad, él era alguien que le gustaba socializar, por lo mismo, tenía costumbre de visitar casas de otras personas, como invitarlas, por lo que no sabría si habría horario o algo que le disgustara a la femenina de ser así sencillamente tendría sus reuniones sociales fuera de casa.

 

@ @@Ezequiel granger @Patri Gryffindor L

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La bruja noto el leve rubor en el rostro del pelinegro debido a la muestra de cariño que acababa de prodigarle. Seguramente no estaba acostumbrado a ello, o no se sentía tan familiarizado con ella como para esperarla, como fuera aprendería que Cye era muy espontanea con sus afectos y no temía demostrarlos siendo cariñosa y menos con sus hijos, nietos y esposo. Su familia era lo más importante en la vida, vivía para compartir con ellos, para divertirse y para protegerlos en la medida que fuera posible.

 

Ezequiel tomo asiento y ante la sugerencia de pedir lo que quisiera simplemente pidió un café, la tetera floto mágicamente hasta la taza que estaba delante del plato grande delante del muchacho y dejo caer un humeante chorro del negro y aromático liquido, justo lo necesario para que la tasa se llenara hasta dedo y medio por debajo del borde, la jarrita de la leche floto acercándose a la taza pero sin inclinarse, pues el muchacho no había especificado si lo quería negro o con leche, la azucarera también floto, junto con una piza en espera de que el mago tomara los terrones de azúcar necesarios para endulzar la bebida al punto que le gustaba.

 

Cye sonrió, quizás no estaba acostumbrado a tanta magia, pero porque complicarse cuando podían disponer de ella en el castillo, ella se había encargado de que los encantamientos para que los platos fueran servidos nunca fallaran, así como no fallaban los hechizos antiaparición que les permitía a todos los miembros del hogar aparecerse dentro de los terrenos de la familia pero no dentro del castillo, es decir que si Ezequiel, Alexander o Patri se aparecían lo harían, frente a las tres escalinatas que estaban ante la hermosa puerta de entrada a la edificación, mientras que los conocidos, amigos, empleados ministeriales y demás solo podían aparecerse allá en la verja de hierro que custodiaba la propiedad y luego caminar los 100 metros hasta la puerta.

 

El otro privilegio es que no tenían que tocar la puerta, al girar el picaporte siendo miembros de la familia la puerta que tenía un encantamiento de reconocimiento, se habría y les dejaba pasar, eso en caso de que Jops el elfo mayordomo, no les hubiera visto aparecerse y les abriera. También cada vez que pisaran la propiedad así estuvieran disfrazados o cambiados, el reloj familiar los marcaria en casa y los anunciaría con una campanada, pues este reconocía su esencia no su físico, ósea imposible de engañar.

 

--Ah bueno, entonces te será más grato adaptarte a la propiedad, si tu y Alex comparten el proceso-- le sonrió ante el comentario que hacía de llevarse bien con Alexander y con Bodrik. --Bodrik es un amor, se me hace extraño que no haya venido aun, aunque claro las jornadas en San Mungo son extenuantes, ella es sanadora en jefe del hospital mágico-- informo con todo orgullo, no había ni uno solo de los logros obtenidos por la pelinegra de los que la matriarca no estuviera orgullosa, era una chica maravillosa y ansiaba verla feliz. Rio ante la propuesta que ahora el Granger le hacía a la Gryffindor, quien extrañamente se había mantenido callada, pero seguro que en nada salía con una de las suyas.

 

--Me alegra que te guste el castillo, es una propiedad bellísima. Reglas… bueno la educación y el buen trato son básicos para cualquier Lockhart, luego no mordemos a familiares en caso de ser vampiros, para eso hay una cava especial de v.i.n.o.s especiales que pueden tomar con sus comidas y a la que tienen acceso a cualquier hora-- a lo que se refería es que habían botellas de sangre debidamente embazadas en botellas de vino con etiqueta especial a la que tendrían acceso y con solo pedir “una copa de vino especial” a la hora de la comida en vez de el elixir de uva obtendrían una sabrosa copa de sangre.

 

--Los licántropos cuenta con una dosis permanente de pócima matalobos, que no cura la licantropía, pero evita que en luna llena sean peligrosos, esta pócima estará en su mesita de noche o en la botica a la que pueden accede, bueno a ciertas pócimas, otras tienen un encantamiento que no les permite usarlas, a menos que se la pidan a Jops, Heyda, Bodrik o a mi porque su mal uso se considera peligroso-- informo, sabía que Alexander era vampiro y también que Ezequiel era humano, como buena matriarca conocía la raza de cada uno de sus miembros, sino como podría proveerles lo necesario para que estuvieran cómodos entre el restos de miembros. Entonces su semblante se puso serio y se mordió el labio inferior antes de decir.

 

--Yo respeto los ideales de cada uno, aunque puede que no los comparta, porque ante todo somos familia, en tanto ustedes respeten ese lazo yo lo respetare y protegeré, si lo olvidan… yo también lo hare-- para nadie era un secreto que el mundo mágico estaba dividido en dos, los defensores de la justicia, de la luz y odiadores de la maldad llamados la Orden del Fénix, y los que eran seguidores de la marca tenebrosa. Sus hijos eran sus hijos, nacidos de su vientre o adoptados, en tanto respetaran ese lazo no agrediendo la propiedad ni a sus miembros dentro de ella y recordando que el reloj los detectaría, no habría problemas. Lo que sucediera fuera de casa era otra historia.

 

--Puedes traer a tus amistades, organizar reuniones, hacer barbacoa o piscinada, lo que quieran siempre que se lo notifiquen a Heyda o a Jops que a la vez me lo dirán a mi si es que se les olvida decírselo a mami. Ammm no acepto el maltrato a los elfos ni a los animales y por supuesto que pueden usar los animales que hay en la propiedad… dentro de ella, porque no podrán sacarlos ya que la mayoría requieren una licencia especial emitida por el Magic Mall cuando se compran, pero nada les impide, verlos, estudiarlo, montarlos y prodigarles cariño-- informo con picardía, Cye había comprado con dinero de su pecunio personal muchas criaturas que ahora habitaban en los terrenos especialmente en el bosque detrás del lago, por tanto la licencia era suya pero eso no impedía que sus familiares pudieran disfrutar de ellos dentro de la propiedad donde el Ministerio no tenia las narices metidas y no podía cobrar infracciones.

 

--Por lo general nos vemos en cualquier momento del día, pero si están para la comida mejor, así nos ponemos al tanto de cómo van sus vidas, Eso es, no más reglas, lo demás es parte del diario convivir, de las travesuras y el afecto que nos tengamos-- Le falto decirles que si se les extraviaban los calcetines o encontraban un zapato si y un no, es que Enan su gato blanco le gustaba llevárselos a su cesta en la alcoba de la matriarca y morderlos hasta volverlos irreconocibles. Lo malo para ellos es que como Enan se hacía invisible cuando se asustaba o se molestaba seria muuuuy difícil que le atraparan.

 

--Ammm mi alcoba es zona prohibida para cateo, ocultamientos y almacenaje y el jardín de té mi lugar favorito, así que si tocan una sola hoja de esas plantas sin mi consentimiento… no querrán saber lo que les va a pasar-- dijo en tono serio aunque hacia maromas para no reírse, no porque no fuera cierto que era su lugar favorito y cuidaba con esmero y dedicación esas plantas, sino porque estaba recordando épocas donde el papa de Bodrik iba a esconderse en la habitación de los patriarcas para que su otro hijo no lo encontrara luego de jugarle alguna broma pesada, o escondían cosas y luego cuando Cye o Ishaya llegaban y encontraban la alcoba patas arriba era que alguno estaba haciendo cateo para encontrar lo perdido.

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Me mantuve algo ausente mientras Cye hablaba sobre las instalaciones del castillo a Alexander. Por supuesto, llevaba tanto tiempo en el castillo que, prácticamente me las había recorrido todas y más siendo yo, tan curiosa como era. Así pues, me mantuve en silencio mientras contemplaba a mi nuevo hermano y me comía sus dulce que, por cierto, tenía que admitir que estaban riquísimos. Sin embargo, volví a unirme a la conversación cuando mi querido hermanito habló de lo dificil que le resultaba acostumbrarse a las modas. Eso me hizo reír y más aún cuando Cye comentó que al joven mago le sería muy difícil deshacerse de mí cuando hubiera brujas interesadas en él. La verdad es que siempre me había gustado molestar a Adam con eso. Me gustaba intervenir en sus citas y demás y, por lo que veía, no era un secreto para nadie que, mi curiosidad a veces podía ser tormentosa.

 

- No tienes por qué preocuparte hermanito. A mí me encanta seguir la moda así que puedo ayudarte en cualquier momento. Sólo déjame a mí y te conseguiré el mejor atuendo para cada ocasión - dije entre risas. Mi curiosidad por las modas había surgido desde pequeña gracias a mi madre muggle, la cual siempre había estado estado interesada por ellas y me había introducido en ese mundillo. Incluso habia modelado para la agencia de mi padre, algo que nunca diría y que en su día, incluso había detestado. Retiré rápidamente los pensamientos sobre mi infancia porque aún me dolía pensar en mis padres adoptivos. Miré a Cye de reojo pues, solo ella sabía lo difícil que había sido para mí huir de casa cuando tan solo era una cría; aunque, tras pasar tantos años en el castillo, me sentía una más y había adoptado a aquella familia como si fuera mía.

 

- Ahora bien, con respecto a lo que dice madre sobre que intervendré en tus citas... bueno, no te prometo nada. Siempre he sido un mal bicho - dije medio en broma y le guiñé un ojo a mi hermano sonriendo - pero trataré de comportarme pues, también suelo ser buena aliada para cualquier cosa. - dije y rompí a reir divertida. Me sentía muy cómoda entablando conversación con mi nuevo hermano y, a pesar de lo desconfiada que era, mi lado afable y despreocupado siempre se anteponía en mi forma de ser. Además, tenía que admitir que el joven me caía bien de verdad.

 

La conversación se tornaba amena cuando, para mi asombro, un nuevo joven desconocido para mí se unía al desayuno. - Vaya, ¿otro hermano? ¡Que sorpresa! - le sonreí alegre y me levanté para besar su mejilla. - Yo soy Patricia, tu hermana... uhm.. ¿mayor? - dije con una sonrisa de oreja a oreja, emocionada con tener un pequeño hermanito a quien proteger. - Me alegro de conocerte. - reí y, cuando el joven pidió un café decidí que sería bueno pedir otro pues, necesitaba algo de líquido ya que los chocolates de Alexander, me habían dejado la boca seca. - Mamá, si no es molestia, me gustaría tomarme otro café al igual que mi hermano - dije guiñando un ojo al aludido.

 

Los cuatro nos mantuvimos tranquilos, escuchando las "reglas" del castillo, si es que se podían considerar como tales. Cye era muy permisiva con respecto a todo, incluso toleraba mis pequeñas travesuras y yo la adoraba. Amaba a aquella mujer más de lo que ella se imaginaba y, siempre iba a estar agradecida por todo lo que había hecho por mí y, por haberme acogido en su familia cuando más la necesitaba.

 

@ @@Alexander Fox @@Ezequiel granger

 

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Off rol: Perdón por tardar tanto en dejar mi rol. He tenido un mes muy dificiil lleno de exámenes que no me permitían entrar al foro :( Pero por suerte ya estoy más desocupada y podré pasarme a menudo a rolear ^_^ Gracias por su paciencia. Los adoro :love:

Editado por Patri Gryffindor L

 

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Escuchaba con atención cuando su madre le dictaba las reglas del castillo, mientras tomaba su café, ver a su hermano alex acomodándose su cabellera roja y a su hermana mayor comiendo chocolates le daba una idea de el tipo de familia que tenia, graciosos y con su toque de nobleza que caracterizaba a una casa tan elegante,

 

apenas termino su madre de hablar, dijo :madre, con el tema de "libertades dentro del castillo", puedo tener una mascota ?. dijo mientras la miraba con una mirada de "perrito mojado".

familia se que la formalidad es importante pero me gustaría que se dirigieran ami como Eze simplemente.

hermanos ustedes deben cumplir como hermanos mayores y darme dulces dijo con una sonrisa picara. B)

 

madre mi habitación puede estar decorada con los colores de la casa que el sombrero seleccionador selecciono para mi ?

 

se que soy un mago joven y tengo que estudiar y ser un gran mago para que mi familia este orgullosa de mi, con el café por limitad, pregunta :hay alguna forma de teletranpostarme a mi habitación ?

 

vergüenza debería darme preguntar algo que seguro para ellos es una tontería, por eso debo esforzarme para ser un gran mago y aprender todo lo que pueda, miro a sus hermanos y les pregunta: y ? queridos alex y patri como que travesura han hecho ya ? jeje

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Escuchó atentamente la explicaciones de las reglas, se sorprendió el saber que allí podría conseguir sangre tan fácilmente, jamás intentaría morder a algún familiar ni amigo, él se consideraba un Vampiro pacifico, muchos de su raza le golpearía por pensar así, pero ya había visto suficiente sangre desperdiciada en su vida para provocar más de forma innecesaria, en ocasiones había pensado que no la necesitaba para vivir y había terminado desmayado en diversas ocasiones, por lo que de inmediato supo que era importante tomarla.

 

Seguía escuchando a su madre interesado, su expresión cambiaba entre curiosidad e ilusión con cada palabra que pronunciaba, le agradaba mucho la idea de vivir allí, esperaba que no tuviera ningún problema en quedarse, a pesar que ambas femenina habían afirmado cuando le ya lo había preguntado, sentía cierta inseguridad que no manifestó ya que deseaba sencillamente disfrutar el momento, estuvo encantado con varias reglas y las aceptaba con facilidad, en particular no había nada que le pareciera fuera de lo común, si se generalizaba todo se trataba de ser respetuoso, cuidar y querer a los demás, así que le parecía relativamente sencillo.

 

- Ok, todo entendido, aceptado y firmado - dijo guiñando el ojo divertido mientras seguía tomando café en ese momento, paso su mirada a su hermana, le sonrió dulcemente - que felicidad ambas me ayudaran en eso de la moda, aunque no creo tener muchas citas, madre ya me está mirando con mucho amor y me esta considerando guapo, pero no creo que las chicas me vean así - comentó con una sonrisa divertida para ver a su hermano, eso le pareció curioso, no había pensado en como sería su cuarto, a él casi que no le importaba, con tal de tener un espacio podía dormir hasta en el piso, no sería ni siquiera la primera vez.

 

- ¿travesuras? ¿yo? que va soy un santo... - comentó bromeando mientras ocultaba su sonrisa escondiéndose detrás de un pequeño pedazo de piña ya a ese punto le quedaba solo pequeño trozos que ya no deseaba comer - Todavía no hemos tenido mucha oportunidad - mencionó para ver como su lechuza llegaba volando hasta colocarse sobre su cabeza, mientras las observaba con gran curiosidad - Sus papeles de registro estarán de inmediato en su poder - le indico a su madre, iría al ministerio para hacerlo apenas tuviera tiempo, no deseaba tener problemas con eso, además An, fue un animal que encontró en una calle herida y que curo, no quería que tuviera más problemas, deseaba hacerla feliz.

 

La lechuza miraba a los hermanos de Alexander con gran curiosidad, como si con eso pudiera adivinar quien era el más amable, pero cuando fijó su vista en su madre Cye, saltó de inmediato y se colocó en su hombro mostrando mucho afecto - ¡An! a ver mujer, no seas así, lo siento madre - regaño a su lechuza para ver como regresaba a él y se colocaba en su cabeza, mostrandose orgullosa.

 

-Esto es parte del porque nunca puedo tener mi cabello arreglado - habló en broma, era mentira, su cabello resultaba rebelde aunque An no estuviera allí, su cabello seguiría siendo una locura.

 

@@Ezequiel granger@@Patri Gryffindor L@

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Me asombró el ver como Ezequiel, se había adaptado tan bien a la familia. A pesar de no conocerle, debía tener buena relación con Cye, pues pedía todo lo que se le antojaba. Ni mi yo más mimado había sido capaz de tanto, por lo que mi boca caía y caía con cada cosa que el muchacho prácticamente reclamaba tener. Pensé entonces en mi habitación, la cual era grande y espaciosa; y, por supuesto, nunca había tenido queja de ella; pues, la había podido decorar a mi antojo. Pero nunca había exigido ningún color para ella, sino que la había aceptado con su color blanco desde un inicio. Desde luego, mi nuevo hermanito era mucho más espabilado que yo y eso, se me hacía divertido; pero no sabía que pensaría Cye con respecto a modificar una parte de su castillo.

 

- Eze, claro que puedes tener una mascota - sonreí alegre - de hecho yo tengo dos, una lechuza llamada Paty que es lo más travieso del mundo y un pequeño micropuff de color azul que brilla por su timidez. - Al decir la palabra "micropuff, una pequeña bolita asomó sus ojitos en mi bolsillo y reí al darme cuenta. Sabía que odiaba mostrarse ante la gente por lo que no la delaté. - Puchi es tan tímido que detesta ser el centro de atención así que, creo que este no es el momento de presentarlo. - me reí - Con respecto a Paty, no sé ni donde andará. Seguramente haciendo alguna travesura o metiéndome en algún lío. Es un pequeño tormento esa lechuza - dije entre risas pero con un deje de ternura. Amaba a mis mascotas.

 

Por su parte, Alexander seguía con su modestia y su "yo no soy guapo". No estaba de acuerdo con eso ya que, el chico se veía interesante o, tal vez; era su aspecto misterioso lo que me atraía de él. Estaba segura de que , al igual que a mí, su aspecto y su forma de ser tan agradable y misteriosa no pasaría desapercibida para otras brujas, las cuales se interesarían por él. En cualquier caso, no iba a poner mis pensamientos en voz alta pues sería demasiado para el ego de mi hermano.

 

Ezequiel cambió de tema y nos preguntó por nuestras travesuras. Una carcajada salió de mis labios ante tal inesperada pregunta y, la respuesta de Alexander me hizo reír aún más. Por supuesto, yo continué con la broma: - Eze ¿qué clase de pregunta es esa? - dije medio en broma sonriendo - yo soy otro angelito, claro está - puse mis mejores ojos de inocencia y terminé apartando la mirada para reír un poco más. Entonces bajé la voz un poco, aunque no demasiado para que todos me escucharan, y añadí - Te contaré cuando no esté madre delante, sino me podría meter en un lío - le guiñé un ojo al joven y miré a Cye con una sonrisa en los labios. Por supuesto, ella sabía de todas mis pequeñas travesuras, pero solo quería integrar al muchacho.

 

Escuchando hablar a Alexander de su lechuza y, observando a la susodicha, decidí que era el momento de aclarar la parte del registro ya que era una de las empleadas del Departamento de Criaturas. Así no habría dudas y, seguro a mi madre también le interesaría el tema. - Ya que os veo tan interesados en tener una mascota - dije lanzando una rápida mirada a Ezequiel - y a ti, Alexander, en registrar a la tuya - dije incluyendo a este también - No sé si se enteraron de la nueva campaña sobre criaturas mágicas y no mágicas que se está llevando en mi Departamento. Mis compañeras y yo, abrimos un nuevo documento en ventanilla para el registro de toda criatura.. En él se podrá registrar cualquier criatura mágica o no mágica y, más tarde, si pasan por la reserva, estaremos repartiendo credenciales para cada una de la criatura registrada. - Rebusqué en mi bolsillo y tomé las dos credenciales que la directora de mi Departamento me había entregado y las dejé encima de la mesa para que todos pudieran verlas.

 

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- Como verán, hay dos colores dependiendo de si se trata de una criatura mágica o no. - dije señalando cada una mientras una sonrisa incipiente aparecía en la comisura de mis labios. Realmente me apasionaba mi trabajo. - Madre, nosotros en el castillo tenemos varias mascotas y varios elfos. Si pasaran por el nuevo registro, podríamos obtener una credencial para cada uno de ellos que podríamos colgar en el castillo. - dije con una enorme sonrisa. - Además de que, bueno, a mí como empleada me haría mucha ilusión. - Dije sonrojándome un poco y riendo por ello.

 

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No pudo menos que reírse un poco al ver las caras de sus tres hijos cuando ella acabo de hablarles sobre las famosas “reglas” obviamente no es que fueran difíciles de cumplir, más bien eran una guía para que todos pudieran convivir de la mejor manera, sin que las libertades de unos perjudicaran los derechos de los otros.

 

--Claro Patri puedes tomar las tazas que gustes, aunque mucha cafeína con los chocolates te pondrá un poco emotiva-- dijo mordiéndose el labio inferior la matriarca solo de imaginarla. La chica de inmediato cordializo con los dos magos sin dejar de lado los dulces. Lo siguiente fueron las palabras de Ezequiel quien las acompaño de una carita a la que la Lockhart por supuesto que no pudo decir no. -¡Claro que puedes tener mascotas! Hay mucho espacio en la propiedad, el único animal no permitido dentro de la casa son las serpientes, en eso no transijo- acoto más porque les tenia cierto temor que por el hecho mismo de la criatura en si.

 

--Tu habitación es un lienzo en blanco, está provista de encantamientos a tu disposición como cambiar los colores de las paredes, mover los muebles o desaparecerlos si ya no los necesitas o quieres renovarlos-- confeso, recordando que cada habitación tenia a disposición aquellos encantamientos con solo mencionar “pared purpura” por ejemplo, la pared cambiaba a ese color o “sillón innecesario” con lo cual el objeto desechado iba a parar al cobertizo, al lado de la torre de pociones donde estaría protegido y resguardado hasta que se le diera otro uso.

 

Alexander por su parte decía haber entendido y aceptado la forma de vivir de la familia, aunque había algo en su mirada que no terminaba de materializar en palabras, la sacerdotisa lo podía sentir ¿Qué sería? Se distrajo de aquel pensamiento en cuanto el menciono que no era tan guapo como ella le veía y que era un santo a lo cual Cye levanto una ceja, estaba segura de que esos tres se iban hacer más de una broma. Una lechuza zurco el espacio asentándose sobre la cabeza del pelirojo.

-¡Qué linda!- dijo la matriarca al ver al animal, luego sonrió cuando la lechuza se posó sobre su hombro, había un lenguaje mudo que ninguno de los tres podía identificar, pero ella al ser una sacerdotisa, tenía un estrecho vinculo con los elementos y los animales para Cye cada cosa tenia vida y ella respetaba esa vida.

 

 

--No te preocupes, ella sabe quien es la que manda, muy inteligente-- dijo entre bromas, sacando un frasquito de uno de sus bolsillos, que parecían píldoras, pero en realidad eran deliciosas semillas que siempre traía consigo para premiar a Lock su lechuza albina que era un poco voluntariosa aunque los elfos decían que más que eso era malcriada. Dejo caer varias sobre la palma de su mano y se las ofreció al ave que estaba nuevamente en la cabeza de su dueño.

 

--Jajaja, pues no has de gastar nada en peluquería querido, además es muy original-- Ya Patri le había dicho a su hermano que podía tener mascotas y que ella contaba con dos, un micropuff muy tímido y una lechuza traviesa, la rubia por supuesto no perdió la oportunidad de bromearla --No podía ser de otra manera, dicen que las mascotas se parecen a sus dueños- dijo en medio de risas, pues la chica no perdía oportunidad para hacer de las suyas, era un terremoto de energía, vitalidad y vida dentro y fuera del castillo. Cye amaba a sus hijos y familiares con sus defectos y virtudes y no quería cambiar sus personalidades, sino darles la base y el apoyo para que se desarrollaran en el mundo mágico de forma plena y alcanzaran un estado de felicidad que nadie o nada pudiera arrebatar.

 

Ahora el siguiente tema sí que le llamo la atención, aquello sobre el registro de criaturas, con sumo cuidado siguió cada una de las palabras que la chica decía, observo las dos credenciales que mostraba y pregunto. -Bueno los elfos tienen un registro emitido por el departamento de criaturas, así como Lock y Enan, este nuevo invalidaría el Viejo o pueden tener ambos- pregunto curiosa, ella siempre quería tener la ley de su parte y cumplir con cualquier requisito para que ni ella ni la propiedad y mucho menos las criaturas tuvieran inconvenientes.

 

--Ah antes de que se me olvide, ¿el departamento tiene veterinarios o algo parecido?, digo por si alguna criatura enferma-- nunca se había preocupado de aquel tema, pero con el reciente malestar de Sasha (aethonans) estaba pensando seriamente como atender el caso. Sino iba a tener que acudir al circo de su cuñada Sagitas Potter Blue para que le ayudara, ella se sabía de todas, todas con los animales.

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