• Moody • (MM B: 109061)

[Alyssa Black Triviani]

La Black se paseaba por el lugar con ojo crítico, más que destruir lo que deseaba era poder robarse todos aquellos ingredientes o pociones que tenían allí, no le vendría nada mal para acrecentar su propio stock. Tomó algunas de ellas y las guardó entre los pliegues de su túnica, junto con algunos planos de diseños e investigaciones que esperaba poder analizar más a fondo luego, pero ahora debía concentrarse en la misión por la que habían acudido.

 

-Celerus Expectro Protego – masculló la Triviani.

 

De la punta de su varita salió un denso humo, pura oscuridad, que se arremolinó hasta adquirir la forma de un hipogrifo. La criatura golpeó el suelo con sus cascos y chasqueó el aire con su pico, estaba lista para lo que fuera que su creadora le ordenase, que por lo pronto sería protegerla de cualquier ataque.

 

-Fuego Negro – siseó esta vez – Fuego Negro – repitió.

 

Dos esferas tormetosas se formaron ante ella para luego elevarse hasta el techo, allí donde permanecerían acrecentando su poder hasta que la Triviani considerase oportuno usarlas.

[Alegna Black]

La vegetación servía de escalera natural por lo que agradecí estar con pantalones así podría trepar mas rápido, las ramas de la planta se amoldaban a mis pies descalzos, solo escuchaba el sonido de mi corazón latiendo en mis oídos. Al llegar arriba salte los metros aterrizando en los jardines, pero al poner un pie en el lugar, toda incertidumbre, todo temor desapareció como si la adrenalina del momento callara todo pensamiento negativo.

 

El torreón mas pequeño, ese era nuestro propósito esta noche, mire los jardines buscando algo para que me ayude en caso de necesitarlo, unas estatuas se ofrecieron mudamente a mi causa, mientras mis compañeros ya hacían de las suyas.

 

-Morphos- apunte a la primera que debería tener unos dos metros transformándolo en un tigre, el cual se acomodo adelante mío caminando con paso lento mientras, apuntaba a la segunda, un tanto más pequeña

 

-Morphos- volví a pronunciar mientras esta ultima modificaba sus facciones transformándose en un buitre de filosas garras el cual desplego sus alas siguiendo mis pasos.

 

Leah apunto con su varita, y una niebla violeta cubrió mi cuerpo, agradeci con una pequeña sonrisa de lado el acto de “generosidad”.

Editado 2 de Octubre del 2016 por Alegna Black

[Ky.]

Camino por el lugar, hasta llegar al torreones donde había un especie de laboratorio para hacer capas y pociones, miro a sus compañeros. Sonreía. Estaba lista para empezar a destruir aquel lugar en espera de que llegara alguien más. Lo primero que pensó fue en sus Necros, aquel par de manos fantasmales aparecieron frente a ella. Las necrohand pararían cualquier rayo que fuera directo a su persona. desde el lugar que viniera, al mismo que una capa de gas grisasea proveniente de uno de los AC que la cubriría de cualquier ataque.


Volteo a ver a Leah para agradecer aquello, pero solo sonrió en señal de lo que ella acababa de hacer. Esperaba con ansias a la mujer detrás de luz que había tenido la osadía de atacarla hace algunas noches. Se la tenía sentenciada, no solo a ella si no al otro chico que igual que la mujer le había atacado. Venganza. Así le llamaban a aquel sentimiento que tenia dentro de su alma y sabía que aquello era algo que se iba a comer frío.

—¿Aparecerán verdad?

Nathaly pregunto a la mortifago que se encontraba mas cerca.

[Lisa Weasley Delacour]

Sentí el ardor en el dije de lobo que portaba con orgullo en el cuello. Un calor profundo que me electrocuto la piel de arriba abajo. Mei me había asegurado que el agua de la fuente del templo blanco era mágica, pero no sabia hasta que punto. Las mansiones cuyos propietarios eran parte del bando eran capaces de, con su energía y esencia mágica, avisar a los mas altos rangos si estaban en peligro. Supe de inmediato que mi deber era acudir a la Moody. Sus defensas pronto caerían y no podía permitir que los oscuros acabasen con la vida de nadie, fuese o no parte de la familia.

- Expecto Patronum – Pronuncie, dejando que el tótem animal que me representaba en batalla acudiese a mi llamado – Ve y buscalos – Fue la orden que le di, tras regalarle una reverencia.

Vestía para la ocasión; pantalón de cuero roto por algunas partes, camiseta de tirantes con el ligo de mi casa en Hogwarts, chaqueta negra con remaches de plata y unas botas altas de piel de dragón. Me sentía cómoda con aquella ropa y por ende tenia mas libertad de movimientos por si las cosas se complicaban. En cuanto note la esencia de los demás Hunters, inicie el camino para ingresar al recinto, el cual estaba situado en Ottery, en un paisaje perfecto, como si fuese creado por dioses. Un bosque rodeaba la edificación.

En mis ojos verdes, sin ningún tipo de luz, se podía ver la decisión y los deles que regentaba.

[Zack Ivashkov]

—Ahh, lo necesitaba — dijo tras un leve gemido. Al abrir los ojos pudo percibir la mirada resplandeciente de Liam a su costado. —No, el llamado. Digo, esto también pero… — sonrió mordiéndose el labio inferior — debemos irnos, guapo — le dio un rápido beso y se levantó de la cama.

El ardor en su antebrazo era tan fuerte como el calor que le dejó su compañero en el resto del cuerpo, pero el deber llamaba y lo de ellos ya estaba hecho. Quizás al finalizar el compromiso pudieran continuar compartiendo sábanas. Le tomó apenas un segundo cubrir su desnudez y lucir un sencillo atuendo que consistía en una remera ajustada a su musculatura junto a unos jeans y botas a juego. Necesitaba estar lo más cómodo posible, sabía que podía seguir siendo una noche movida, aunque no en el mismo contexto que lo estuvo antes de recibir el llamado.

Con el tiempo, Zack fue reconociendo quiénes estaban detrás de aquella sutil solicitud de presencia. La cantidad de veces que su tatuaje ardió eran más que los amoríos de Leah, y esa era una lista larga. Teniendo dicha habilidad, pudo saber que el apremiante cosquilleo fue provocado por ella misma, su prima. Con todo el tiempo que llevaban sin verse esperaba que estuviera planeando algún encuentro divertido con los emplumados.

En otros tiempos hubiera esperado otro tipo de diversión, pero ya no, no de una mujer casada. Triste.

—Vamos, hay que seguir jugando — dijo luego de colocar una máscara plateada en su rostro y tomar de la mano a Liam. Una estela negra los envolvió juntando sus cuerpos casi de la misma forma que lo estuvieron minutos antes. Los desvaneció redirigiéndolos a su nuevo escenario, los límites del castillo Moody. La enorme muralla que delimitaba los terrenos les dio la bienvenida. Zack la observó moviendo la cabeza de lado a lado, aprobaba la defensa a pesar de ser poco útil pues poco le costó a la pareja escalarla e invadir el territorio privado.

Juntos caminaron hacia donde su instinto les indicó que estaría el resto del grupo, los primeros en llegar. El Ángel Caído ajustó la Katana en su espalda preparándola en caso de que ya estuvieran los dueños de los terrenos defendiendo lo suyo, y también sacó la varita mágica poco antes de arribar al escenario principal, uno de los tres torreones. Al ingresar pudo comprobar que se trataba de una especie de laboratorio. Saludó a todos con un simple gesto y comprobó que hubiera suficiente espacio a su alrededor para su desenvolvimiento en la posible batalla.

—Buena cacería, señor — dijo a Liam en tono seco antes de darle una nalgada y hacerse a un lado, todavía saboreaba el beso que se habían dado segundos antes. Era momento de trabajar, y debían mantenerse enfocados, aunque el castaño nunca perdía de vista al otro joven, durante esas actividades le gustaba cerciorarse a cada segundo que estuviera bien.

[Liam Black]

—Es una broma, ¿verdad? —Suspiró presionándose la costilla, como si de esa forma lograra apagar el ardor.

 

Elevó la vista a la espalda desnuda de su acompañante y volvió a curvar una sonrisa, recordando el espectacular momento que habían pasado los dos tan sólo minutos antes de que la llamada de su tía los interrumpiera. El rubio miró los labios del contrario con picardía mientras los mismos se movían para articular las palabras próximas que advirtieron lo importante que era acatar la reunión mortífaga.

 

—Amo a Leah, pero a veces suele ser muy inoportuna —expresó vistiéndose rápido—. Vámonos.

 

Si no fuera por la oscuridad de la noche, la túnica negra aterciopelada de Liam se hubiera visto con facilidad, pero en cambio su rostro, manos y pies —que no portaban calzado— se resaltaban como lo único blanco en el trasfondo, y es que su piel siempre había sido más parecida al marfil que al carbón. Cada tanto pisaba una imperfección en el asfalto y tambaleaba un poco su andar pero volvía a componer la postura gracias a Zack, que caminaba a su lado y servía como sostén.

 

Ambos magos habían aparecido a más de veinte metros de las instalaciones donde vivían los Moody y ahora debían caminar el resto. Lastimosamente no podía usar de nuevo al Ángel Caído para que lo transportase hacia el interior y facilitar las cosas, porque era imposible, por lo que se aseguraría de que no iba a escalar la muralla que rodeaba al castillo en vano.

 

—Espera —dijo poniendo la mano derecha sobre el pecho del vampiro, frenando su paso—. Hay que despedirnos, por las dudas. Además, necesitamos buena suerte... —levantó su máscara y la del contrario y lo besó tibiamente—. Listo, andando —finalizó acomodando el artilugio de plata y trepando la muralla junto a Zack.

 

En el camino se divisaron tres torres posibles de asaltar, aunque los rastros mágicos se veían en una sola en particular.

 

—¿Cuál te gusta? —Bromeó a su acompañante, mientras se dirigía a la indicada, la cual parecía ser un taller de pociones o algo por el estilo.

[Lisa Weasley Delacour]

Me situé a diez metros de los oscuros, frente a ellos, sin temor, a cinco de todo objeto mutable. Era hora de luchar o morir, jamas me rediría, aunque estuviese sola y a punto de caer. Mi deber para con el mundo estaba muy por encima de mi vida - Ardius – Aquello me daba la velocidad y un nuevo maleficio a mi ya abultado carcaj – Confundus – La mente de Leah quedo perdida en el mas intrínseco de los limbos. Adoraba aquel efecto. No seria capaz de hablar, ni de actuar, mucho menos de pensar o atacar.

- Confundus – Nuevamente el efecto, esta vez iría para Zack, pues el ángel caído era un duro hueso de roer en batalla. Su mente quedara fuera de juego, dejando que sus mas intrínsecos pensamientos se colasen en su cerebro y obligan dolo a recordar pasajes antiguos de su vida. No podría hablar, tampoco atacar, cosa que me favorecia - Strellatus – Liam, Zack, Alyssa y Leah sintieron el flash, los deje a todos ciegos, inhabilitados de movimientos por el momento.

[Liam Black]

Le guiñó un ojo al Ivashkov y se posicionó a siete metros de cualquier oponente, así como a cinco de todos sus aliados, a los cual saludó con un gesto manual. Sacó su varita mágica y la presionó en la mano derecha, no con tanta fuerza pero con la que en el momento le permitía su adrenalina. Con la mano izquierda se despeinó un poco los rizos rubios para que su identidad no fuera descubierta por aquello único que no cubría su máscara, no había demasiados mortífagos hombres con el cabello así.

 

—Necrohand —entrecerró los ojos limándose las manos con su varita, restándole total importancia al uso de esta.

 

Automáticamente dos manos fantasmales salieron desde el suelo y se elevaron cerca de Liam, moviéndose en una danza circular que asimilaba un escudo invisible y dejaba en claro la protección momentánea que cernían sobre el Mago Oscuro. Tomó una bocanada de aire casi imperceptible —de hecho, bastante, porque el metal escondía su boca— y apuntó a sus pies.

 

—Detritus —siseó. De forma inmediata una línea dorada cubrió su figura bastante cerca del piso. Era muy fina y baja, pero al captar un ataque próximo se elevaría duplicando su tamaño y tapando la figura del mago en su totalidad. Lisa entró momentos después e intentó atacarle con un Strellatus, pero este falló ya sea por falta de magia o por algún error en su invocante. De cualquier manera Liam se encontraba sano y salvo visualmente por el momento.

 

—Amo lo dorado... ¡casi como te amo a ti, lindo! —gritó hacia arriba, esperando que Zack pescara el comentario.

[Ky.]

—Anular corpus patronus.

Fueron las primeras palabras que se dirigieron al ver la figura femenina(Lisa) que aparecía por los terrenos de la familia Moody. A partir de ese momento la mujer no podría convocar un patronus corporeo. Dejo a la mujer y volteo a ver al par de chicos que llegaban, conocía al rubio, Liam, era su compañero de rango y lo había nombrado su mejor amigo.

—Ey guapo, bonita hora de llegar...

No había podido terminar de hablar con el Mago Oscuro, cuando vio que los habían atacado, así que movió su varita en dirección de la Weasley y pensó Arena del Hechicero, varios huesos cristalizados fueron a parar directo al rostro de Lisa Weasley hacíendo que no pudiera lanzar ningún tipo de rayos.

[Zack Ivashkov]

Preparándose para lo peor, como siempre, reparó en que necesitaría alguna protección efectiva contra los inesperados ataques Fenixianos. Aquellas personas tenían cierta forma prestablecida de iniciar los encuentros, muy pocas veces variaban. Pero él, desconfiando como siempre, prefería asegurar su permanencia en la batalla lo más que pudiera. Ya detectaba el olor de alguien más en los terrenos, el aroma le era tan familiar que todos sus músculos se tensaron en repudio del mismo.

Percibir su presencia era un tema, pero verla fue aún más desagradable.

Mientras la recién llegada enfocaba su atención en Leah, Zack blandió su varita y murmuró un —Celerus…— que le ayudaría a obtener la velocidad necesaria para su siguiente movimiento. Se apresuró en sacar su Katana con la zurda, activar la habilidad mágica y proyectar un corte en el pecho de Lisa tras agitarla fuertemente en el aire. Aquello captó la atención de tal manera que recibió un ataque que lo hizo perder la consciencia.

Sin moverse de su posición pero con la mente en blanco, el Ángel Caído no podía saber lo que sucedía a su alrededor, lo que provocó una gran inquietud al volver en sí. Necesitaba saber que Liam estaba bien.

En medio de la gente, las criaturas y los hechizos, Zack ubicó a Liam a varios metros de distancia, lo suficiente como para que no pudiera acercarse él mismo y cubrirlo de posibles daños. Sin poder hacer a un lado su necesidad de protegerlo, murmuró un —Morphos— para transformar la túnica de Hawthorne en resistente piel de dragón, del mismo color que su prenda. Con aquello estaría seguro del impacto de cualquier rayo u otro daño externo y él podría estar más tranquilo.