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• Moody • (MM B: 109061)


Ellie Moody
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Bel Evans Ollivander

Comenzaba a impacientarme la tardanza de Cillian ¿sería que le habría ocurrido algo malo? Le había perdido la pista tras su mensaje sobre asistir a un evento en Sheffield, mas teniendo en cuenta sus antecedentes, no era inusual que llegase tarde a los compromisos. Suspiré cansada, apartándome del mostrador hasta donde comenzaban a llegar más personas, y curioseando entre las variadas actividades dispuestas, terminé cerca a donde la banda de música se encontraba, admirando la magia sin varita que un grupo de artistas realizaban.

No pasó mucho tiempo para que notase que ninguno era inglés ¿desde dónde los habría traído Richard? Quería pensar que los métodos para su contrato eran transparentes, pero había mucha parafarnelia allí, y en general cada cosa denotaba un exhibicionismo que normalmente el patriarca había reservado para sí mismo, y no para el disfrute de otros, lo que me hacía preguntarme todo el tiempo, no solo en el financiamiento sino del fin que tenía todo eso. 

Aquel hombre nunca hacía las cosas por puro desprendimiento.

Unos minutos después, la aparición de Richard y Catherine, para dar la bienvenida a los asistentes, hizo que todos los presentes, yo incluida, centráramos nuestra atención en ambos anfitriones. Las simples palabras con que abrió el compromiso, contrastaban con el detalle del vestido de Catherine y el sofisticado traje de Richard, alejado totalmente de las casacas de cuero y prendas ajustadas que le había visto lucir en otras ocasiones. 

Los intercambios de saludos comenzaron, y entonces, nuevamente comencé a observar los grupos de invitados, con la esperanza de localizar a Cillian entre ellos. En algunos casos, rasgos físicos pronunciados facilitaban la labor de reconocer a  la distancia, a pesar del uso del antifaz, a varios de los presentes. Era de esa manera que había identificado a varias ex compañeras de la Orden del Fénix, pero en otros casos, no hubo manera de sacar la identidad de los invitados.

La sensación de que aquel juego de disfraces hasta cierto punto era un reflejo entre decadente y festivo, de lo que éramos como sociedad hoy en día, me resultaba difícil de procesar. No era por completo ajena a la guerra mágica que se vivía en esos tiempos, y de hecho los ataques al castillo de mi familia por parte de mortífagos, eran prueba fehaciente de que los Evans McGonagall siempre seríamos una mancha a limpiar para el establecimiento de una pureza mágica acorde a la que los últimos dos ministros mágicos promovían. 

De manera que, probablemente fuera por eso, que  me resistía a acercarme a los demás. Ya no formaba parte de ninguno de los bandos en perpetua beligerancia después de todo,  y aunque en la medida de mis posibilidades, trataba de apoyar a Rory Despard en la ardua tarea que había asumido al interior de la Orden del Fénix, hasta allí llegaba mi colaboración. Era un poco triste admitir, que la convicción e ideales que me habían sostenido durante tanto tiempo en esa lucha, habían desaparecido. Y no podía (o no quería) sentarme a pensar en las razones para ello, porque esa senda me llevaba mas allá de la nostalgia, a rememorar tiempos y personas que ya no estaba en la posibilidad de volver a ver luchando a mi lado, y a esas alturas ya me conocía lo suficiente, como para saber a dónde terminaban llevándome esa clase de dilemas.

Nunca a un lugar bueno...

Por eso resultaba mejor seguir viendo a ese grupo de artistas y admirar los encantamientos que se encontraban haciendo, que alimentaban  mi interés por conocer de qué manera habían conseguido tal nivel de expertice. Y así estuve buen rato, hasta que noté a Catherine dirigiéndose a donde me encontraba. Era el turno de mi bienvenida personalizada, e increíblemente, sus palabras sonaron más cercanas a la bruja que había conocido tras la muerte de Pandora, que a la tocada por la desgracia de una mente rota y una vida drenada por la nigromancia. No era entonces que el vestido la hiciera lucir espléndida, sino que realmente ella había mejorado su estado de salud, y se mostraba de mejor ánimo.

Grande fue mi sorpresa cuando estrechó mis manos, leve pero gentilmente, así que correspondiendo a su gentileza, le sonreí antes de replicar a sus palabras.

— Tranquila, estás impecable con tus modales. La bebida también esta estupenda — alzando la copa hacia Catherine a manera de brindis, volví a beber otro poco del espumante— este derroche de lujo y elegancia solo me hace pensar en que Richard está poniendo mucho en juego esta noche. Pero quizá, termine valiendo la pena por la fortuna de verte en tan buena condición. Ya sabes que no son lo mío las reuniones sociales con excesiva etiqueta y entretenimiento "sofisticado", pero quizá encuentre lo de hoy tan encantador, que me haga cambiar de opinión.

Podía ser solo una percepción mía porque tras de nosotros, el cerco de árboles era alto y frondosa la vegetación que cada uno poseía, pero justo de ese lado, que no era en ningún caso una vía delimitada de tránsito, parecía haber alguien observando en nuestra dirección, más semejante a alguna clase de sombra que una persona real de carne y hueso. Algo inquieta por esa presencia,  hice una seña a Catherine, para indicarle el punto donde había creído ver al misterioso desconocido, pero en los pocos segundos de esa acción, ya no había nadie (o nada) ahí. 

— Me había parecido que alguien nos observaba— comenté encogiendo los hombros, y tomando lo que restaba de la copa, cogiendo otra casi al instante de las bandejas que los elfos no dejaban de circular— pero creo que solo fue producto de mi impaciencia de no ver llegar a Cillian. Condenado rubio. En fin ¿Cómo está el resto de Moodys? De seguro Madeleine jamás asistiría a un evento semejante, pero me sorprende que Mel no esté revoloteando entre todas las mesas de comida que han dispuesto.

Era casi cierto lo que acababa de decirle respecto a la tardanza de Cillian, que me tenía expectante a la llegada de los invitados, pero también lo hacía aquella pequeña esperanza de que Crouch hubiese conseguido convencer a Garry de venir esa noche. 

@ Melrose Moody  @ Hessenordwood Crouch

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El mago se estaba preparando para ir a la fiesta a la que lo habia invitado su hermana, el mago tenia tantas cosas en la cabeza que por un momento casi se le olvidaba asistir a este compromiso. Suspiro y comenzo a buscar su traje y su mascara para asistir a la fiesta en el lugar de los Moody. 

Su hermana le habia preparado el mejor traje y la mascara para llegar arreglado a la fiesta pero el joven Dumbledore no recordaba en que lugar los habia puesto. Sin embargo antes de seguir buscandolos se baño rapidamente y se peino de lado. 

Despues de bañarse se acordo en donde habia dejado el traje y la mascara, se puso el traje y en uno de los bolsillos del pantalon dejo reposar su varita ademas de algunos anillos de libros de los que habia estudiad o hasta el momento. Ademas de esto tambien ya llevaba con el la mascara puesta. 

Ya preparado desaparecio y aparecio en la entrada de los Moody. 

Educadamente toco la puerta y un elfo lo atendio. 

-Soy el joven Ernest Dumbledore, hermano de la Señorita Ada Camile-  dijo y el elfo viendo un pergamino con varios nombres asintio y dijo 

-Pase señor, la Señorta Dumbledore esta con varias amigas en la entrada, ahi lo estaran esperando. 

El joven Ernest asintio y siguio al elfo hasta distinguir a varias niñas tanto con mascara como sin mascara hablando por el lugar. El mago reconocio a su hermanita pues le habia ayudado a escoger su vestido. 

-Hola hermanita y hola amigas de mi hermana, perdonen la tardanza, he andado metido en tantas cosas que por poco se me olvida este compromiso-  dijo serio- Hermanita ¿Me harias el favor de presentarme a tus amigas? Algunas caras se me hacen bastante conocidas.... 

@ Ada Camille Dumbledore

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La invitación había aparecido delante de mi, resultaba un poco extraño pero sabía quién y porqué la enviaba. Con un movimiento de mi varita la hice arder sin dejar rastro alguno, sólo el olor tan peculiar del papel ardiendo.

Pensé mucho antes de decidir asistir. No sabía si realmente tenía los ánimos para asistir a una mascarada, pero definitivamente tendría que hacerlo por Ada. 

Llegado el día decidí estrenar uno de esos trajes para ocasiones especiales... El que usarías en tu boda, probablemente. Cómo siempre Rita tan puntual e incisiva. Usaba un antifaz de color rojo que subía por el lado izquierdo formando un cuerno enroscado hacia la parte de atrás de mi cabeza. Mis cabellos de plata se encontraban perfectamente recogidos en una coleta que a su vez se doblaba sobre si misma. 

El traje era algo impecable, de un color negro azulado que podía hipnotizar a cualquiera y la textura podría hacer que quisieran quedarse tocando mi ser por horas. Unos guantes del mismo color cubrían mis cadavéricas manos, denotando claramente mis afiladas garras. 

Después de un baño en la tranquilidad de mi tina  con una infusión de agua de rosas me vestí con el ajustado atuendo, me puse la máscara y caminé hacia el exterior de la mansión para poder aparecer en mi destino. 

Aquél vórtice me escupió en la calle frente a la mansión Moody, dónde seguramente Ada ya se encontraba. Caminé desde la calle, pasando por los jardines y podía ya ver la concurrencia, gente que llegaba y se retiraba del lugar, algunos andando por ahí. Me preguntaba si sabrían de mi presencia o Ada sólo se había tomado el atrevimiento de invitarme. 

Al llegar a las grandes puertas me quedé en el umbral tratando de localizar el olor o la voz de mi querida jefa.

@ Ada Camille Dumbledore

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Harmony Gryffindor Dumbledore 

La vida había cambiado tanto en las últimas semanas, la mayoría de las familias mágicas de Gran Bretaña había quedado sin alguno de sus miembros a causa dela guerra entre magos y muggles a raiz de la caída del estatuto del secreto de la magia, era por eso, o era lo que Harmony pensaba, que la fiesta de caridad de la familia Moody se había pensado en pro de apoyar  a las familias mágicas en desgracia.
 La pelirroja lamentaba muchísimo la perdida de sangre pura, como siempre, era un desperdicio el derrame de sangre mágica a causa de los muggles, ¿por qué algunos querían seguir defendiéndolos  y protegiéndolos?

Últimamente la pelirroja tenía ideales de la pureza de la sangre y esperaba que los beneficiarios fueran las familias sangre pura, pero sabía también que no seria de aquella forma, de cualquier forma, asistiría a aquella reunión, su hermanita Ada la habia convencido de ello y en cierta forma también  Selene, su madre, había tenido algo que ver.

Llegado el día de la fiesta, Harmony había quedado con Ada, en que se vería con ella y sus hermanos allá, ya que la pelirroja tenía algunos asuntos pendientes que arreglar, así que al volver de ello se apresuró a arreglarse, aquel día llevaría un vestido color azul marino en corte semi sweetheart con una larga estola semitransparente del mismo color, con guantes blancos y tacones de aguja, su peinado era un simple y elegante moño, decorado con una delgada tiara con incrustaciones en pequeños diamantes y sus accesorios, aretes cortos y gargantilla elaborada en el mismo material que la tiara.

A pesar de lo mucho que detestaba la aparición y los muchos problemas que le había causado, había practicado para aquella ocasión y a fin de cuentas, medio mareada, llegó al lugar de su destino, donde se encontraría con sus hermanos. Se colocó el antifaz plateado antes de acercarse más. Al llegar a la puerta donde los elfos pedían las invitaciones un elfo le informó: - Dumbledore, sus familiares ya se encuentran adentro señorita, inclusive un joven Dumbledore llegó momentos antes que usted…

-Muchas gracias- respondió ella con una sonrisa

Avanzó un poco entre la gente hasta que visualizó a Ada, Harmony había visto su vestido y sabía que era ella, se posó a su lado besando su mejilla y posteriormente saludó a todos los que estaban con ella.

-Muy buenas noches tengan todos!
 

@ Ada Camille Dumbledore

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Tal vez había sido una mala decisión. Tal vez todo lo que me estaba pasando era una seguidilla de malas decisiones. Había estado en el ataque de King Cross. Le había salvado la vida a una jovencita bruja, la cual había deschafatado mi identidad. Ante tal desesperación, me la había llevado a la Riddle para ¿Rogarle? ¿Hechizarla? Para que quedara en resguardo. Pero ante la llegada al lugar, la desgraciada se había hecho con mi máscara y se había ido.

Ahora estaba en la Moody, en aquella fiesta para recuperar mi máscara. En cierta parte la estaba volviendo a salvar. Porque la joven no se imaginaba las cosas que había hecho con ella: había atacado algunas mansiones, King Cross y había estado coordinando el atentado contra la Confederación. Si ella creía que era un juego, estaba cavando su propia tumba.

Un elfo vino a ofrecer una copa de vino.

— No.

Exclamé negando con mi mano. ¿Por qué los magos los usaban como sirvientes?

Pude notar que la chica buscada estaba rodeada por algunas personas más. Tenía que acercarme a ella. Y tenía que asegurarme de mantener mi varita dentro. No estaba seguro de cómo proseguir. Podía ir y quitarle la máscara e irme. O volver a mi forma normal, sin metamorfomagia de por medio, y mostrar mi identidad ante ella, que la había encontrado.

Pero de reojo, y gracias a todos los dioses, pude ver a dos figuras de las que había tenido un encuentro desafortunado, más por ella que por él. Pude ver a Garry, aquel joven que me encontré en su mansión en la Ollivander. Y a ella, que se había encargado de desgarrarme el rostro.

Respiré una media docena de veces. Estaba en el lugar incorrecto. Me mantuve con mi imagen distinta a la que pocos conocían como Mael. Ahora verían a un joven de cabello rubio, largo y enrulado, con ojos verdes tras la máscara. Me mantuve parado, mirando todo. Tenía que pensar.

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GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

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Era bastante reconfortante darse cuenta que a la chica le habían gustado las flores, y mientras la mira durante algunos segundos se pregunta si quedarse afuera como ella quería sería lo mejor. Danny tampoco era muy sociable y en las fiestas siempre se limitaba a comer y a apartarse de las personas.

—Me parece buena idea quedarnos aquí.

Le responde tranquilo, sin darse cuenta de que alguien a quien no reconocía estaba a punto de llegar. El joven sostenía ahora el brazo de Darla, y continua en esa posición cuando se acerca la desconocida. Él se da cuenta que ambas conversaban de tal.forma que se entendía que ya se conocían, aunque no logra descifrar los movimientos de los labios de las chicas en su totalidad. 

—Claro que se puede quedar.

Le responde dando unas palmaditas al dorso de la mano de su pareja, ya que aquella pregunta la había logrado entender a la perfección. Solo había un pequeño inconveniente y era el hecho de que el joven mago comenzaba a sentir un poco de hambre, y si se quedaban afuera no podría probar los bocadillos. Quizá sería buena idea ir a robar algunos y volver, pero no dice nada.

—Mucho gusto, yo me llamo Danny Lestrange, el gusto es mío. Puedes quedarte, quizá encontremos algo divertido por hacer.

@ Darla Potter Black

@ Ada Camille Dumbledore

@Luna

 

Editado por Danny Lestrange
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Grelliam Ollivander

No-, respondió sin ganas. —A nadie-, y repitió sus palabras. Los ojos del brujo se apagaron aún más tras de la máscara con el reflejo de ella, apaciguaron cualquier sentimiento que pudiera haber sido capaz de proyectar antes, y del par de colores pálidos solo quedaba una sombra, tan descolorida como el hombre.

La figura delante de él era irreconocible, aun si no tuviera el antifaz cubriendo su rostro Garry no cree que pueda saber quien es  y, ciertamente, está convencido de que ella tampoco sabe quién es la persona que se encuentra detrás de la máscara del viejo sapo que cubre su rostro. Está seguro porque, de saberlo, quizá no quisiera estar ahí ahora, no con él. 

Aún así, se queda quieto ante su presencia. No le ha mentido, no espera a nadie, a nadie desde hace mucho tiempo y, sin embargo, ahora podría aparentar que sí. Pero con todos esos ruidos y luces a su alrededor, con todas esas personas que vienen y van de un lado a otro admirando el festín, con toda esa droga recorriendo rápidamente sus sistema inmunológico, no es del todo capaz de sentir realmente a la persona que está frente a él. Y debe disimular, debe nuevamente aparentar que no está hablando con otra alucinación.

Garry asintió apenas a la joven mujer, como una especie de despedida discreta, en un movimiento que solo se percibe por el sonido de los pequeños cascabeles que cuelgan de las orejas a la máscara del viejo sapo (¿había estado eso ahí siempre? supone que es cortesía de Hess) y sin más comenzó a redireccionar sus pasos hasta la galería de arte. 

Aunque hubiera preferido ir al lago.

Tal vez podrías venir-, ahí, a estar con él, quiere decir, pero lo suelta como si se lo dijera a cualquier persona que hubiera sido capaz de escucharlo, aunque con tanto ruido a su alrededor lo encuentra difícil. —Digo, solo en lo que aparece alguien con quien puedas estar-, no la esperó tampoco y sus pasos lo llevaron por un camino diferente al que lo lleva encontrarse con ella.

Esa mujer que apareció de pronto no le ha dicho algo verdaderamente significativo, pero aún así, escuchar el sonido de su voz remueve algo que no es bueno, ni sano y no está seguro de quererlo ahora.

Tu estás…-, se escucha complicado al hablar de nuevo cuando encuentra bloqueado el camino hacia la galería por un muchacho de cabello rubio. —...estorbando el paso-, arrastró  con solo algo de torpeza, se oía suave, casi gentil, pero apuntaba con insistencia el camino ocupado entre personas, elfos y él. —Si vas a hacer algo, deberías comenzar pronto-, inicialmente insinuaba que se moviera de ahí. 

Y apartó la mirada lo suficiente al piso para no tener que encontrarse con el rostro de la otra persona, ni el de él, ni el de ella, por mucho tiempo. 

@ Hannity Ollivander Evans  @ Mael Blackfyre

...

Hessenord Crouch

El encuentro entre los Ollivander fue casi bueno, quiere creer, aunque sí agradable de presenciar, aún si no es parte de eso o si no resultó tan emocional. Casi es (muy casi) como la primera vez que les conoció, justo a ellos dos, juntos, sin mencionar toda esa oscuridad, sangre y cuerpos sin vida a su alrededor, no, esta era una mejor perspectiva de lo que en realidad pudieran haber sido de no ser corrompidos. Y está más o menos conmovido por eso. Además, Hess sabe reconocer que si alguien pudiera entender mejor el comportamiento de Garry esa era Hannity, a quien reconoció detrás del antifaz solo por los rastros de la maldición que sin quererlo realmente pareció adoptar de esta versión de su padre.

Sin embargo, a estas alturas de la noche no sabe si el muchacho en el que ha estado trabajando pueda mantener su memoria completamente funcional. Así que apuntará al modo en como se queda quieto -inofensivamente- a que todo estará bien mientras Hannity no remueva mucho en la mente del brujo. Confía también, en que la niña podrá tratarlo bien aun si se vuelve...extraño.

Podía relajarse un poco entonces y llegar a tomar algo de este lugar.

Haciendo bien las cuentas, realmente no hay tantas personas como hubiera pensado en primer lugar cuando Evans le habló del evento, -No lo sé señora, ¿y si desconoce y  muerde a alguien?-, se refirió al Ollivander, aunque Bel no pareció encontrar divertida su broma. Y por supuesto que había sido también una buena oportunidad para él, y no lo dice esta vez por el negocio, si no que relacionar a Grell con todas estas personas era un buen intento para encontrar un rastro, una guía, la más mínima, que pudiera haber de aquella alma que había terminado no solo de contaminar el cuerpo del brujo, si no también gran parte de sus tierras. 

En un lugar como lo era Ottery esa oscuridad podría haberse escondido donde fuera, con ayuda de Despard había hecho un avance de ese trabajo, pero todo eso podría pasar fácilmente desapercibido dentro de este lugar, incluso tras cualquier rostro elegante de buenos modales con el que ni el nervioso predicador ni él hubieran podido dar hasta ahora, y la sensibilidad que el licántropo había desarrollado por ella resultaba útil, aunque difícil de interpretar algunas veces.

Es por primera vez entonces que baja las alarmas y le echa un buen ojo al lugar, no hay mucho que ver ciertamente, o al menos nada que pueda llamar sorprendente, a pesar de los lujos y la impecable programación. Aun así es agradable estar ahí, como volver a casa, aunque casa era hasta ahora un lugar tan desconocido como este, lleno de personas irreconocibles, donde debe comportarse como no quiere ser.

De algún lugar toma alguna bebida a la que no le pone mucha atención, tampoco tiene muchas ganas de beber ahora, y se envalentona finalmente, con algo de suerte puede pasar el resto de la velada como un invitado y no como un servicio de compañía.

@ Rory Despard

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El baile me tenía sorprendida, no sólo la familia había venido conmigo también amigos y conocidos entrañables, me sentía bien y contenta de poder compartir con todos este evento, era un evento de caridad y queríamos que la beneficencia a magos más afectados por todos los ataques de gente indolente que habían lastimado a muchos magos, muchos de nosotros habíamos visto las atrocidades de todo esto solo recordar el ataque a Hogwarts que me había toro el alma.
Los anfitriones la señorita Catherine y el señor Richard Moody habían sido muy amables y demasiado formales. La verdad ambos me agradaban, pero su petición de iniciar el baile me hizo sonrojar las mejillas, era un honor muy grande el poder iniciar un baile tan importante y más con la intención de beneficiar a los magos necesitados.


-Señor Moody pues sería todo un honor, pensé que usted iniciaría con la señorita Catherine pero si es su deseo  será para mi grato acompañarlo en el baile inicial.

 

Después de aceptar la invitación algunos familiares arribaron, mi hermano Ernest, a quien bese en las mejillas.

 

-    Tu pareja te está esperando deberías buscarla, esta por allí


Indique a mi hermano que buscará a Dana. Unos minutos luego uno de mis cercanos lugartenientes y gran amigo Albus arribo, lo llamé con la mano para que se acercara y lo salude cuando llego a donde estaba.


-Macnair que bueno verlo, quiero presentarle a la Señorita Helene, ella será la diplomática que representara a Francia en las relaciones con Gran Bretaña. Querida Helene este caballero es el jefe de inteligencia del ministerio mágico de Francia, creo que ambos podrían trabajar si alguna vez le necesitas. Y su acompañante es su novio el Monsieur Leonid.

 

Les introduje a ambos para que pudieran charlar y convivir durante la fiesta. Al mirar a la puerta la belleza de Harmony Dumbledore asomo, me disculpe con ellos y fui directo a mi hermanita. 


-    Harm que gusto verte me alegra que hayas venido, ven estamos compartiendo con algunos amigos.


Le traje donde estaban el grupo donde estábamos conversando, esperaba se sintiera bien. A los lejos vi a mi hermano @ Danny Lestrange
 

@ Hannity Ollivander Evans

@ Dana Gryffindor

@ Ernest Dumbledore

@ Helene Eloise Bellerose

@ Syrius McGonagall

@Albus Renaldi Macnair

@Melrose Moody

@Aaron Black Yaxley

 

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Ministre de la Magie Français // 🌙 dulce asesina by Mael

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Le había dolido mucho esa indiferencia, supo que el Ollivander no había reconocido el tono de su voz, aunque había sonado igual de desanimado que el de él,  pero estaba más que claro que Garry no tenía  idea de quién  era la joven detrás del antifaz, aunque ella si sabía que aquel hombre que estaba a su lado, con aquella mascara de sapo era su padre. Lo había  reconocido de inmediato a pesar del ruido que había a su alrededor, además de que por alguna extraña razón la cicatriz de la mano izquierda quemaba demasiado, tanto como cuando se encontraba en la Heredad.

 

Ahora creía entender por qué se habia alejado de Ottery, aunque en sí no recordaba ni siquiera cómo es que había salido del mundo mágico y llegado a un lugar en el que nunca antes había estado. Imaginaba que un día habia llegado a la Heredad y la casa tampoco la habia reconocido, por lo tanto no la había dejado entrar, llego a imaginar a Yanna corriendola de allí y a Montpellier burlándose de ello,  al bosque circundante atacandola para que saliera de los terrenos...

Pero eso solo era algo que ella creía que pudo haber pasado, ya que no sabe qué fue lo que en realidad pasó y por qué el Ollivander actuaba tan distinto.

 

Pensaba que había sido por ello (sus imaginaciones) que después de salir de Armenia, se había instalado en una pequeña comunidad muggle, llenandose de trabajo en un pequeño consultorio médico y aquella era la razón por la que se había prometido no volver. Al menos esas falsas supocisiones tenían algo de lógica entre sí,  pero algo no le quedaba claro, había algo, que no sabía qué era, y lo iba a averiguar. De repente pensó si Bel Evans habría hecho lo mismo, o si ella tampoco recordaba a la rubia.

 

Sus ojos enrojecidos ya no miraban la máscara del sapo, había desviado la mirada, volvió a mirarlo cuando escuchó los cascabeles de la máscaras sonando y dirigiéndose hacía otro lugar, aunque le había  dado la opción de seguirle, aquella frialdad que proyectaba Garry no era más que la que había visto de él hacía otras personas, al menos en algo no había cambiado mucho.

 

-Sí, lo acompañaré- dijo en un tono monótono -hasta que usted encuentre compañía.

 

Siguió los pasos del Ollivander en silencio, se dirigían hacia la galeria de arte hasta que el Ollivander se paró en seco y con una voz muy sutil (y en cierta forma amenazadora) le pedía al chico rubio frente de él que se moviera. Hannity esperó a ver que sucedía, pero con movimientos imperceptibles sacaba la varita, por si es que fuera necesario ocuparla.

 

@Hessenordwood Crouch

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Ea mujer esa demasiado popular, todos en la fiesta parecían querer estar con ella ¡y cómo! Si además de ser una de las damas más bellas que había visto jamás, su gracia, simpatía y carisma la engrandecia, pero por sobre todas las cosas era soberana Francia... nada más y nada menos.

De todas formas, considerando mi situación, no era el momento para andar llamando la atención ni mucho menos. Esperaba que ese mago apareciera dispuesto a recuperar su máscara, allí frente a todos, no se atrevería a desenvainar su varita frente a miembros de La Orden del Fénix, o simpatizantes del mismo.

Ese hombre me salvó la vida en King Cross y no me mató en cuanto tuvo oportunidad pero ¿quién sabe? El lugar a donde me llevó... las personas con máscaras... ¡acababan de destruir la estación! No me sorprendería que buscaran un pobre infeliz para darse un festín.

Trague saliva y pude sentir cómo me atragantaba de solo pensar en lo que hubiera pasado si permanecía allí. Y sin embargo, no podía alejarme.

Los ojos de aquel muchacho me daban mucho miedo, más del que me gustaría, pero también me causaban una intriga que carcomía mi cerebro y no me lo podía sacar de la cabeza ¿que ocultas bajo esos ojos?

Apoyada contra la pared junto a la mesa de bocadillos, un caballero se acercó con una bandeja repleta de copas con vino blanco y tomé una.

Veía a la gente ir y venir, algunos sostenían conversaciones otros simplemente se saludaban y continuaban buscando alguien para hablar, alguien para bailar, alguien para pasar el rato. 

Muchas máscaras, todas diferentes, algunas más bellas que otras manteniendo oculta la identidad de los presentes quienes a veces se reconocían por las voces, el cabello, la mirada o incluso se retiraban la mascarilla para saludarse como muestra de confianza y respeto.

Me pregunté si quizás era mejor regresar con Moneda,  dejar aquella estu.pidez y hacer lo que debería haber hecho ese día, presentarme en el departamento de Aurores.

Dejé la copa sin tocar sobre la mesa y caminé decidida hacia la salida, mezclando me entre la gente para que la señorita Dumbledore no me viera. 

@ Mael Blackfyre

Editado por Dana Gryffindor

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