Jump to content

~Mansión de la Familia Gryffindor~ (MM: B 104490)


Mael Blackfyre
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Las luces del castillo se distinguían encendidas una noche donde las estrellas habían escapado del cielo en señal de un luto universal por quien ahora emprendía una larga travesía hacia el mismo infinito. Decidí moverme entre las sombras, sin embargo mi padre había muerto y su patriarcado había caído sobre mis hombros y los de Luna. Pero no podía aparecerme sin más dentro de la casa, no podía aparecer en mi alcoba pues probablemente alguien podría estar allí revolviendo mis cosas buscando alguna pista sobre mi propio paradero.

 

La decisión fue tomada sobre la marcha con la impulsividad que tanto me caracterizaba. Entraría por la puerta principal, con la frente en alto y todos verían mi rostro así como papá vio los ojos de sus verdugos antes de morir.

 

Debes aceptar las consecuencias de tus actos. Me dijeron alguna vez.

 

Hacía un frío de mil inviernos y al cruzar la verja de entrada a los jardines, estos parecían más oscuros que la noche y más silenciosos que la muerte. Un camino de adoquines de piedra surcaba recto mientras que a un lado y otro del mismo se situaban dos grandes fuentes de agua rectangulares de al menos diez metros de largo y cuatro de ancho bordeadas con flores que se habían marchitado. Con mi varita suavemente apunté a las flores dándole vida y el aroma a jazmín perfumó los jardines, también hice que de las fuentes empezaran a surgir finos chorros de agua uno a uno de los lados al centro hasta cubrir las aristas, estos se iluminaron con una luz tenue y el sonido del agua al caer daba la sensación de paz en una noche donde esta se había roto quizás por mucho tiempo.

 

Continué mi camino por los adoquines hasta encontrarme con las esculturas de Lobo y León cuyas piedras yacían en el suelo echas añicos, junto a ellas algo se había partido en dos en mi alma. No sabía si la venganza sería contra todo un bando, si sería contra mi líder o si sería conmigo misma. Lo que sabía era que la Gryffindor sería la clave para dar el golpe tan esperado en esta guerra que azotaba entre dos mundos: mágico y muggle.

 

Con mis manos al frente y en una de ellas con la varita recta hacia la piedra caliza. Las estatuas se levantaron y las piedras chillaron mientras una a una se unían tomando una forma más tenebrosa de lo que alguna vez fueron.

 

Un león con la boca ancha enseñando los colmillos en un rugido que dio al momento de montarse por completo sobre la base, con sus patas delanteras juntas y el lomo estirado hacia atrás, el pecho enaltecido y su tupida melena peinada como si el viento le diera de frente. Su rugido se escuchó a lo lejos y también se hizo presente en el interior del castillo. Ese León no permitiría que nadie ajeno a la familia se apareciese en ningún espacio donde alcance su rugir.

 

Y el lobo, grande como un huargo, con su pelaje en punta revelando la furia del animal, su hocico arrugado entreabierto enseñaba dos filosos colmillos que escapaban de su comisura y los ojos empequeñecidos contemplaban fijamente a quien pasaba por allí analizando si el paso le era permitido. El animal representaba a un miembro honorable de la Orden del Fénix que ya no estaba en sus filas ni caminaba en este mundo ni en el otro. Por el respeto que la bruja le tenía a su memoria decidió conservar aquella criatura para que protegiera su hogar, sin embargo esta ya no atacaría a miembros hostiles de la marca, su deber era defender a la familia de la hostilidad de los fenixianos que pronto llegarían a dar batalla por el honor de la gran casa Gryffindor.

 

Casa que desde ese momento pasaría a ser miembro honorable de La Marca Tenebrosa.

 

Quizás por eso el lobo y el león inspiraban odio con sus ojos, en modo de protesta a los cambios que se avecinaban, deseando que todo sea como antaño cuando el fénix sobrevolaba los jardines.

 

Continué mi rumbo hasta llegar a la gran puerta de madera tallada, esta se abrió de par en par ante mi llegada, reconociéndome como matriarca. Esperaba que mi hijo: @@Mael Blackfyre llegara cuanto antes a tomar su lugar a mi lado pues bien sabía quién sería la sería la otra matriarca y era mi deber darle a elegir entre las nuevas reglas que yo misma dispondría o el exilio.


672440170_firmadana.png.e290dcafe4b6fce4606f7d9799883adb.png

 

7hdosh8.gif

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Me mantuve sentada en el sillón a la espera de quizás algo nuevo, mi mirada vagaba por el lugar y no note los cambios aparentes hasta mucho tiempo después, cambios qué me hicieron suspirar y enderezarme en el asiento asintiendo a lo que ella había hecho, suspiré restregándome los ojos pensativa y revolviendo el café que me había hecho tiempo atrás, los cambios a veces eran buenos pero no sabía si en esta ocasión lo serían o no.

 

Que la mansión Gryffindor pasará a los mortifagos no me parecía del todo bien y me prometí luchar por mantenernos a todos unidos y por darle algún toque del Fénix, así que con una sola floritura de mi varita hice aparecer flores blancas por toda la casa, diciéndole así que nada tenía porque cambiar tanto y que lucharía porque la casa no perdiera su esencia en los más mínimo.

 

No lucharía en contra de Shelle, primero porque era familia y segundo porque ahora ambas éramos las matriarcas y si bien la mansión apoyaría a la marca, no por eso significaría que no se pudiera convivir en paz, al contrario, en estos momentos eso era lo último que me preocupaba en realidad, puesto que nadie lo sabía pero mi primer familia había apoyado a los mortifagos cuando yo era tan solo una aprendiz de mi querida familia la Orden del Fénix, así que estaría allí para lograr una buena y sana convivencia con ella y solo rogaba que nos entendieramos la mar de bien.

 

"Papá, si tan solo pudiera pensar que harías tú en mi lugar? No es justo que te fueras" -Pense para mí intentando mantener a raya las lágrimas, mismas que se arremolinaron en mis ojos sin que pudiera hacer nada por desaparecerlas -

 

Vi como se abría la puerta y en el lindel estaba Shelle a quien sólo le di un asentimiento de cabeza y le dije sin sonreír intentando que mi voz no sonará rota o dolida.

 

- Hola Shelle, me alegro de verte por aquí y estoy más contenta con que ambas seamos matriarcas, por lo demás solo quiero una sana y buena convivencia si?, Esperas a alguien? - Le pregunté mirándola curiosa con mis ojos azules claros, porque era evidente que a alguien esperaba -

Luna-Gryffindor-Delacour.png.2b76e3b40e3

LGDdef.gifLEdef.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Era extraño ser determinante. Sin duda, una buena estocada del cincel a mi propia alma. Elvis Gryffindor había sido todo lo que alguna vez aspiré en la vida. De joven quise su lugar, el cariño de su familia, la habilidad de nuestra letal extensión mágica y su determinación. Un tipo directo, un buen jefe ¡un Líder innato!; matarle había fisurado mi alma... por segunda vez.

El rostro de su cadáver se mostraba sereno; yacía sobre una fría mesa de piedra, vestido con las prendas de la máxima autoridad de seguridad mágica. Me preguntaba si habría muerto en su ley; ¿porqué no?, había sido él hasta el final ¡un Auror!, uno de esos que mostraban el coraje de antaño, uno de esos que se había extinguido con él como desenlace de un mago que demostró su valía hasta el final. Sí, Elvis Gryffindor merecía todo el honor que un mago de alcurnia como yo, le pudiese otorgar.

Le observaba con el rostro parco, recordando las veces que me tendió una mano o las que me protegió de aquellos que jamás me dañarían, los mortífagos. Posé la palma de mi diestra sobre su pecho, mientras sus frías manos se aferraban a su varita como si fuese la espada muggle de un gran guerrero. Con la otra mano, busqué el prendedor de la familia Yaxley, una cabeza de ciervo que no llegaba a ser más grande que un galeón de oro- había sido yo su asesino y junto con ello crearía un segundo horrocrux, sintiendo el desgarro y dolor de una parte de mi alma que se escondería en el objeto de comunicación que mantenía con Maida... sí, ella también tenía el mismo prendedor, eran gemelos- la brisa marina se arremolinó tempestivamente en lo alto de la torre negra, junto a desoladores rugidos similares a los de un león.

 

***

FJfifyT.png

El círculo de los Sagrados veintiocho se había reconstruido con una dolorosa escena para muchos pero de ferviente convicción para otros... ¡No nos dejaríamos amedrentar! ¡ni por el muggle, ni por la sangre traidora o sucia que intentase revocar los derechos de libertad que nos correspondían por orden natural!. La caída del Auror habría sido el inicio de un resurgimiento oculto y pasivo, uno que se contuvo durante años, ¡prisionero del ego de los muggles! y que hoy se desataría sobre el mundo.

Tras la verja de la familia Gryffindor y con un trasfondo en escala de grises, una figura espigada se difuminaba a lo lejos. Entre la neblina de la fría noche invernal, yo me había aparecido en el camino de entrada a la legendaria familia mágica junto con un ataúd de finas terminaciones y tallados que levitaba tras de mí. Sobre mi rostro, se enseñaba la máscara tenebrosa que ocultaría mi identidad. Había tenido la osadía de entregar el cuerpo de una leyenda fenixiana.

Las necrohand que invoqué mientras caminaba mentón altivo hacia la entrada de los terrenos de los valerosos Gryffindor, abrieron la reja tras proyectar mis propias manos, empujando la pesada reja de entrada que se abrió de par en par para la entrega del honorable mago fenixiano. Desenvainé mi varita y la apunté desinteresadamente hacia el cielo que cubría los terrenos de la mansión...

 

-Morsmordre...

 

La chispa verde que expidió la extensión mágica que me protegía, ascendió lentamente hasta estallar de forma silenciosa en lo alto, con un destello de luz que sombreó cada rincón del lugar.

 

k7uc7o2uar_l.jpg

ISh3z7l.gif

1yVXGup.png
xV0xd.gifmdbNxIw.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Maida siempre era descrita por su sobrino como una pequeña estatua de porcelana, y justo en un día como hoy, eso se hacía verdad. Se había quedado estática frente a su primo, mientras él efectuaba el hechizo que convertía su broche de ciervo en un horrocrux, ni siquiera le daba la fuerza para detenerlo —tampoco iba a poder—, ¿en qué momento Aaron se había vuelto tan ambicioso? Era claro, y desde jóvenes, que tenían distintas visiones de la vida, sin embargo la bruja siempre lo recordaría como el primo adolescente al que molestaba y que la protegía cuando era niña. Quebrar el alma, partirla así, y con el precio que eso conllevaba. ¡Era la vida de alguien! Indiferentemente de quién fuera o que ideales protegiera, era una vida, y él ha había irrespetado. ¿Era entonces el mismo Aaron por el que sería capaz de dar su sangre? ¿Su vida? No se notaba, pero la bruja temblaba levemente, cómo si su piel sopesara lo que veía. Sus ojos trataban de ver si existía alguna diferencia notoria en su semblante, en su cuerpo. ¿Sería el mismo luego de esto? ¿Era el primero que fabricaba? ¿La trataría igual? Sin embargo su mano fue más voluntariosa y respondió todo por ella.

 

Dame eso —seseó quitándole el broche de la mano y entregándole el suyo—, lo cuidaré yo. No dejaré que andes por ahí con eso puesto.

 

Se apartó de él, le dio la espalda. Tragó saliva y apretó el broche entre sus dedos.

 

Iré a ver cómo está todo en el Mansión Gryffindor, por lo que más quieras, cuida tus pasos.

 

 

Mansión Gryffindor.

 

Maida no era, cercana ni mucho menos a los integrantes de la familia Gryffindor. Sólo conocía a Shella, y de muy pocas conversaciones dentro de las actividades del bando oscuro, pero lo usó de ancla. Sabía que el servicio funeral del Gryffindor sería un hervidero de noticias. Ella no había sido testigo presencial del hecho, pero temía que muchos otros sí, y que buscaran venganza. Finalmente, ¿realmente era capaz de proteger a alguien? Salvo que invitara a todos a una cena y los envenenara no se sentía capaz de matarlos. Caminó con lentitud luego de pasar la verja de seguridad, sobre el césped. Por lo menos su rostro si denotaba algún dolor, aunque era el equivocado. No le importaba en lo más mínimo el cuerpo frío del fenixiano, tampoco se alegraba, le daba absolutamente igual. Era lo que esa muerte había comprado lo que la tenía compungida y con el rostro contrariado. Las dudas arremolinándose alrededor de sus pensamientos, aún cuando ya había vaciado algunos en el pensadero de su laboratorio, por temor a alguna invasión mental que delatara a su primo y lo que había hecho.

 

Iba a terminar el trecho que le faltaba para la mansión cuando vio el cielo iluminarse de verde con el símbolo de la Marca Tenebrosa cubriéndolo todo. Aquello era una provocación en toda regla, y estuvo tentada a ponerse la máscara, sin embargo, prefirió esperar unos segundos. No delatarse, confiar. Confiar en que Aaron sabía lo que hacía.

T7GHFlv.gifUseiaum.gif

c2ixJhD.jpg

oPH1dye.gif- kBtusEd.gif-

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Le asalto un sentimiento de desolación similar a los que se siente cuando ya no tienes nada que perder, aún así se enderece con varita en mano, pues al ver la marca tenebrosa en el cielo supo que habían matado a alguien y casi que sabía quién sería ese alguien, así que con congoja incluida avanzo hacia fuera para verlo con sus propios ojos.

 

No corrí cuando abrí la puerta, primero porque estaba la marca tenebrosa en el cielo y segundo porque veía a dos personas allí y una de ellas tenía a mi papá, así que armandome de valor caminé directo hacia él sin saber exactamente qué decirle ni que hacer

 

- Hola lamento molestar, aquí tienes a papá? Trajiste a Elvis? Al menos le dieron un buen ataud.... oh por dios papá - Dije intentando mantenerme entera en su presencia y fallando estrepitosamente -

 

 

Alce el cajón sacándolo de las manos del mago preguntándome si es que estaba bien, el mármol parecía frío a mis manos que ya de por sí eran frías, aguante cualquier ataque que quisiera tener, no quería pelear hoy y de hecho estaba desencajada y sin ninguna idea de que hacer, sólo caminé con el cajón hacia el patio, tanto porque quería darle una buena sepultura como porque no sabía que hacer ahora que él no estaba allí.

 

 

- por las barbas de Merlín papá,puedes creer que mortifagos te trajeron? En fin.... Al menos te defendiste hasta lo último, estoy orgullosa de ti, te adoro, aunque no sé si te lo decía muy seguido - dije hablándole al cajón como si Elvis pudiera escucharme del más allá, algo del todo ilogico por demás, pero me hacía sentir cerca de él de alguna manera -

 

Caminé rauda y veloz hacia el patio donde lo deje cuidadosamente en el suelo, no me paré a pensar que muchas personas quisieran despedirse de él, tampoco pensé cuántas tendría que ver y asentir, sólo quería verlo y darle una bonita sepultura además de un lindo descanso, se lo merecía por haber sido el mejor papá del mundo y haberme enseñado tanto.

 

 

Alce la varita y dibuje unos lirios y unas flores blancas que puse encima del cajón, como si fuera una corona con flores y una leyenda para que todo el que quisiera pudiera verla: "Elvis F. Gryffindor- un amoroso padre y valeroso mago"

 

Elvis había sido todo cuanto conocía después de que Jasper se mueriera también, era mi papá y mi mentor, el que siempre estaba ahí para ayudarme o alentarme a hacer alguna cosa cuando algo malo pasaba, ya nadie me iba a traer aquel apoyo incondicional y me iba a ayudar a que todo saliera bien, sólo esperaba no incendiar la cocina o la estufa y poder llevar lo mejor posible la mansión Gryffindor y mantener sus ideales y sus ideas intactas, ese sería el mejor legado que podía habernos dejado, su amorosa paciencia y su infinito amor no morirían mientras yo pudiera impedirlo.

 

Recordé lo paranoico que parecía aquel último día, aún me culpaba por haberlo dejado ir sólo hasta allá y aunque apareci después no me salieron hechizos y me paralice dejándolo solo para que luchará y eso era algo que me carcomia por dentro y me hacía sentir culpable, el aire del lugar hizo que tomara una determinación, ninguna otra hija o hijo pasaría por esto nunca más, así que me preparia y lucharía lo mejor que pudiera para impedirlo.

 

- Haré que te sientas orgulloso de mí, aunque no te prometo no perderme o hacer lío por el camino, pero lo que si juro que mantendre unida la familia y estaré para lo que me necesiten - Dije hablando al aire sin estar segura de que alguien más me escuchará -

 

Qué parecía loca hablándole al cajón? Si era consciente de eso y sabía que muchos me mirarían raro, pero no estaba como para pensar que eso no se hacía, para mí allí estaba papá así que le hablaría todo lo que quisiera mientras lo velabamos Y me jure que mantendría la promesa que le había hecho, no me rendiría por nada y estaría para todos los que me necesitaran, bueno siempre y cuando no se me olvidará como llegar o las llaves en algún lado.

Luna-Gryffindor-Delacour.png.2b76e3b40e3

LGDdef.gifLEdef.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

en House of Books

 

—¡La marca tenebrosa! —la voz de su elfo la sobresaltó, concentrada en los recuerdos, porque el libro frente a ella continuaba en la misma página desde hacía más de una hora.

 

—¿Qué dices Tommy? ¿Dónde? —no necesitaba preguntar a qué se refería porque aunque no le gustara reconocerlo había días en que un cosquilleo sobre la piel le indicaba que los mortífagos estaban más vivos que nunca, aunque había ido apagándose lentamente y ya no sentía nada de nada.

 

—La han visto sobre la Gryffindor —si tuviera un resorte no habría saltado más rápido.

 

—Luna —susurró mientras extendía su mano y recuperaba su varita sobre la mesa —cuida la casa, debo ir —el elfo asintió mientras ella se desaparecía tal cual estaba de su hogar hacia el ingreso de la mansión familiar. Ni intentó probar si las puertas que Elvis le había abierto seguían libres, no podía arriesgarse a no llegar.

 

 

Mansión Gryffindor

 

Cuando apareció al otro lado del ingreso a la mansión la mortesina luz verde aun flotaba en el cielo, una brisa recorrió el camino y sacudió los cabellos recién cortados de la Potter Black. A su alrededor la túnica que había vestido en su casa acaricio sus piernas, el frío debería calar sus huesos pero como vampiro ya no le afectaba. Raza maldita le habían dicho hacía poco, quizás, pero allí estaba indiferente gracias a esa raza que no había deseado tener.

 

Los zapatos de tacón bajo hacían crujir la graba mientras atravesaba el camino hacia la verja que lucía abierta. Algo extraño pero no tanto como la luz verde sobre su cabeza, todo debía ir de la mano. Ella avanzó en silencio, indiferente a la marca tenebrosa que guiaba su andar.

 

Se detuvo algunos metros detrás de un compacto grupo en la entrada de la Mansión, distinguió a Luna junto a lo que imaginó era el cuerpo de su padre, había unos brillantes lirios y dos figuras más cuyas espaldas no terminaba de reconocer del todo. A la mente de la Potter Black llegaba una catarata de recuerdos, de la noche en que había sido ejecutado el auror y anteriores, de su vida mortífaga. Mordió su labio y recordó la charla con Seba cuando él había elegido ser aspirante a su bando. Las lágrimas anegaron por unos segundos los ojos de la mujer para desaparecer con un gesto de su varita.

 

Sus pasos la llevaron hacia donde la Gryffindor estaba, mientras de sus labios escapaban unas vanas palabras para la muchacha.

 

—Él lo sabe y a su manera sigue contigo y te cuida mientras permanece en tu corazón no muere —se detuvo a pocos pasos de los presentes, con una expresión indescifrable en su pálido rostro.

Editado por Darla Potter Black
Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Una vez más apareció frente a aquella imponente mansión, aún aferrada al collar con forma de fénix que la había trasportado. Pero esta vez las cosas estaban muy distintas. Las dos estatuas que custodiaban la entrada estaban hechas añicos, como si hubiesen sido víctimas de algún acto vandálico. No lograba recordar qué forma tenían, y lamentó mucho no haberles prestado la suficiente atención días antes. Sintió que le faltaba el aire ante el esfuerzo por recordarlas, se acercó a la de la derecha, tratando de acomodar en su mente las rotas piezas, cuando la respuesta llegó por sí sola: un lobo. Así era, estaba en lo correcto. Enseguida pudo recordar lo que significaba esa estatua para su familia y para ella en particular. Un lobo. Rebuscó entre los trozos dispersos uno pequeño y lo tomó, poniéndolo en su bolsillo.

La otra estatua estaba en un estado similar y la forma de las piezas podía ayudar a descubrir que se trataba de un león. De esa no se acordaba tanto, pero le daba profunda pena al ver ambas en su estado actual. Algo no estaba bien. Fue entonces cuando alzó la vista y no pudo evitar estremecerse. En el cielo, orgullosa de sus actos, podía divisarse con nitidez la marca tenebrosa. Instintivamente levantó su manga, donde aún se veía un muy anticuado tatuaje, estaba borroso, pero se notaba que era la misma imagen. Tomó una profunda bocanada de aire, intentando encajar las piezas, nuevamente. Mortífagos. Las figuras enmascaradas y vestidas de negro llegaron a su mente, recuerdos de enfrentamientos, fugaces pero vívidos.

-Oh no… ¿qué está pasando? - susurró, intentando mantenerse entera mientras sus pies comenzaban a andar nuevamente, notando al hacerlo que había más gente en el lugar.

Al lograr acercarse más, pudo divisar un ataúd y a dos mujeres junto al mismo. Un poco más distantes otras dos personas a las cuales no miró con detalle. Casi en forma instintiva, se acercó hacia las dos damas, tratando de entender quiénes era y de quién sería el ataúd. El dolor en su pecho regresó, obligándola a arrodillarse.

 

-¿Qué pasó?- susurró hacia Luna y Darla, a quienes aún no identificaba, pero sabía que tenían relación con aquel sitio al que, poco a poco, empezaba a reconocerlo como su hogar -¿Quién…?- agregó sin poder continuar la frase.

Editado por Mica Gryffindor

oKhf7Mf.png

4dV4RuU.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Aterricé en una de las copas que estaba más cerca de aquella edificación. Tenía que admitir que estaba nervioso, porque el encuentro con mi madre no había ayudado a entender del todo lo que había sucedido, la situación que estaba por ocurrir y toda la nueva responsabilidad que teníamos en nuestras manos. Todo el ambiente me parecía un extraño olor a guerra. Había escuchado sobre los bandos y todo lo que estaba pasando específicamente en Inglaterra, pero en vez de alejarme del lio parecía que me había metido en el ojo del huracán.

Las figuras aparecieron media hora después, justo como lo había dicho Shelle. El ataúd que portaban a su lado contenía al padre de Shelle. ¿Mi abuelo? No lo había conocido, pero había escuchado grandes historias: principalmente el asombro de los mortífagos porque Aaron había logrado asesinarlo. El Líder de la Marca Tenebrosa había acabado con la vida de Elvis Gryffindor, ex patriarca de los Gryffindor y miembro de la Orden del Fénix, según su última revelación.

“— Ya no está, madre. Se encargaron de matarlo. ¿Qué más querían?”

Aquella frase me había valido una bofetada de su parte. La recordé en aquel momento junto a su escena de escándalo por los nervios que atravesada y su sed de poder: Shelle Katerina tomaba su lugar en la mansión como Matriarca, junto a Luna, aquella bruja pelirroja que en aquel momento estaba encimada en el cuerpo inerte de su abuelo. El mortífago hizo su aparición y aún para provocar más, hizo aparición de la marca tenebrosa.

Aquella figura iluminó todo con una luz verdosa, cada rincón de la Gryffindor brilló con un tono lúgubre, potenciando los malos pensamientos que ya de antemano sentían. Mis ojos se posaron en las estatuas que mi madre se había encargado de restaurar, de una manera un poco más oscura. Tomé vuelo otra vez, estirando mis alas, pasé del borde del terreno hasta el centro de la estancia, justo encima del lomo del león. Ambas estatuas emitían auras oscuras.

Una figura primera se acercó a Luna para contenerla. Y una segunda se acercaba con paso trabado. Los Gryffindor empezaban a enterarse de lo ocurrido. Miré hacia la puerta. En mi forma animaga mi madre tal vez no me reconocería. ¿Y si me iba? Podía decirle que me había perdido o me había ocurrido algo. No, mejor no. Ella me necesitaba y le había prometido que la ayudaría. ¿Cómo? Extendí otra vez las alas, y de mi forma de búho completamente oscuro, pegué un salto y me transformé en el humano que era.

Acomodé el borde de mi túnica y mi cabello. Carraspeé mi voz.

Pondremos el cadáver ahí. Déjenlo descansar en paz —No sabía el nombre de ninguno. Ni tampoco me interesaba que ellos lo supieran. Con mi varita estaba señalando el lazo izquierdo del jardín, donde solamente había césped y árboles. Que idi0ta, no había hecho lo que quería. Esperaba que a mi madre le gustara la idea:

Moví la varita y el viento se arremolinó justo en ésa zona, detrás de toda la gente. Del lado izquierdo de los terrenos de la Gryffindor, descansaría el cuerpo de Elvis Gryffindor, en el nuevo panteón. Algunas piedras se fueron apilando, en una especie de casita, con una docena de nichos dentro. Cada una llevaría la placa del difunto con algunas palabras lindas. No tenía ventanas pero si antorchas que iluminaban alrededor. El camino central se bifurcaba en aquella dirección y una pared rodeaba el sitio, era un lugar de paz, tenia que tener sus protecciones. La puerta de cristal fue la última en aparecer, con sus manijas de oro con forma de león.

Pueden irse ya. Déjennos tranquilos. Pueden ir a llorar a una iglesia, si lo desean, señoritas. Mi madre y yo queremos tranquilidad

Bueno, tal vez no eran las palabras adecuadas pero era lo que me salía. No me gustaba demasiado hablar con la gente, era más solitario y no tan elocuente. Apoyé mi mano en la pata de león, esperando que todos se fueran, realmente. ¿Y madre?

|| 1yqixEK.gif || Marca-1.gif.664cbd85ef4de2f10b959916cce5||
Chw3Ljs.png
GOLDOR ♦ DEMONIUM MERIDIANUM

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La repentina aparición de Mica la dejó desorientada por unos breves segundos, ¿acaso no sabía? Sus ojos se clavaron en ella y luego dirigió su mirada hacia Luna, esperando que fuera la Gryffindor quien le explicara que se trataba de Elvis. Aunque había sabido del regreso de la mujer no tenía idea de que ella no tuviera conocimiento del deceso del patriarca.

 

El silencio era algo extraño y el aire podía cortarse con una hoja afilada. Darla levantó la vista, una sombra había surcado el cielo, lo había notado pero no prestó más atención, había miles de aves en Ottery. Ante el silencio de todos los presentes se prestó a abrir sus labios para explicarle a la recién llegada cuando una figura masculina se hizo presente de la nada. Entre cerró los ojos y elevó la varita acercándose a Luna.

 

La frase le molestó, Elvis descansaba en paz, eso era más que seguro, los que no tenían paz eran los vivos. Al primer movimiento que había considerado como un acto reflejo le siguió otro en el que la magia se arremolino en el lugar señalado por el joven.

 

—Muestra más respeto mocoso —gruñó la vampiresa ante las palabras del joven cuyos rasgos no reconocía —estoy aquí por Luna Gryffindor, ni lloro por tus muertos ni tengo iglesia más que mi varita, así que cierra tu bocota y deja que la matriarca decida, no la dejaré sola.

 

Fue consciente que la furia y tensión acumulada durante los últimos días acababan de explotar en ese instante, un aire salvaje la rodeaba, como si el viento fuera creado por ella misma y para tranquilidad de ella quizás sus ojos estaban de un rojo furioso, no del negro que implicaba que hubiera invocado alguno de sus poderes del clan, ya sabía el desastre que podía hacer con ellos. Giró su rostro del mago a la bruja que acababa de mencionar.

 

—Luna yo haré lo que tú decidas —no podía negar que el panteón que acababa de construír el joven parecía una morada digna del auror pero estaba molesta, demasiado molesta y preocupada por la presencia oscura como para dejar sola a la pelirroja o a Mica.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

- Es Elvis, es mi papá el que está aquí y quiero que tenga un lindo velatorio y yo les agradezco que estén aquí y tienes razón Darla, se que papá jamás me abandonará y quiero que tenga un buen descanso y que nadie lo olvidé y yo... No se cómo lo haré pero me encargaré de eso - Les dije con más energía de la necesaria y sin saber de donde salía aquel deseo interno de mi corazón -

 

La interrumpió Mica que la hizo sonreír y a quien le había hablado y un señor que no conocía muy bien, la respuesta de Darla la hizo sentir en casa, no supo como ni porque pero nunca se había dado cuenta de cuán querida era por la bruja, estaba feliz de tenerla con ella en ese momento y agradeció que alguien la hubiera puesto en su camino y pensó que tenerla con ella era lo mejor de todo.

 

- Darla tiene razón, ni se quién eres, ni me interesa pero por favor respeto por mi papá y por el velatorio que estamos teniendo aquí y yo.. no quiero irme, quiero quedarme y verlo, darle un buen descanso y enserio que agradezco mucho que estén aquí, tanto a vos que no se quien eres y tienes malos modos, como a mis amigas Darla y Mica y si quiero llorarlo mil noches y sepultarlo mil días lo haré, de aquí no me muevo, yo empecé este velatorio, si quieres acompañarnos eres bienvenido, pero respeto por mi papá y por este lugar, aunque debo agradecerte lo que hiciste muy buena idea, por cierto quien eres? - Dije de carretilla hablando tan rápido como siempre -

 

- Me quedaré aquí señor... Lo siento no se tú nombre, soy Luna Gryffindor y si quieres acompañarnos puedes hacerlo, pero nadie me dirá cuando puedo o cuando no llorar a mi papá - Le dije a ese señor que había venido a pedirme que me fuera, algo que no haría, a saber que le hacía a papá si me iba así como así -

 

Por qué quería quedarse a solas con papá? Y lo que es más importante, a una iglesia a llorarlo? Se notaba que no tenía mucho tacto o no sabía cómo relacionarse, suspiré diciéndome que le daría el beneficio de la duda y me quedaría allí, no dejaría a papá solo con él, si bien parecía inofensivo una nunca sabía ni tenía porque confiar en alguien que no conocia, papá me lo había enseñado bondad y alegría siempre, pero no por eso no debería de estar en alerta por si las dudas.

Luna-Gryffindor-Delacour.png.2b76e3b40e3

LGDdef.gifLEdef.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Unirse a la conversación

Puedes publicar ahora y registrarte más tarde. Si tienes una cuenta, conecta ahora para publicar con tu cuenta.

Guest
Responder a esta discusión...

×   Pegar como texto enriquecido.   Pegar como texto sin formato

  Sólo se permiten 75 emoji.

×   Tu enlace se ha incrustado automáticamente..   Mostrar como un enlace en su lugar

×   Se ha restaurado el contenido anterior.   Limpiar editor

×   No se pueden pegar imágenes directamente. Carga o inserta imágenes desde la URL.

Cargando...
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.