~Mansión de la Familia Gryffindor~ (MM: B 104490)

[Luna Gryffindor Delacour]

Habían pasado meses desde la ultima vez que estuve aquí, no era que quería volver, era simplemente que estaba demasiado mal como para pensar a donde iba o para donde caminaba, ninguna cantidad de tiempo era suficiente para no extrañar a Elvis, nada que pudiera hacer ni nada que pudiera inventar para su ausencia, así que no fue extraño que mis pasos se dirigieran solos hacia la mansion Gryffindor ni mas ni menos, la espina en mi zapato, el lugar que contenía el mayor dolor de mi vida y ¿Qué demonios hacía en la entrada, observando la casa? nada solo estaba allí, sin caminar y sin pensar solo por una vez en la vida, olvidándome de guerras y de ministerios solo existiendo por el mero hecho de hacerlo. 

 

El lugar parecía llamarme pesé a mi resistencia a entrar, ¿sería bien recibida? ¿estarían esperándome para matarme? de acuerdo, eso ultimo era mi propia paranoia hablando, nadie me mataría bueno al menos, no que supiera en realidad quizas se asombrarían de verme ¿me habrían extrañado? no, de seguro que estaban felices sin mi parloteo constante, suspiré preguntándome porque lo intentaba si quiera, ¿había alguien hay que sabia quien era Luna Gryffindor? y además de todo, ¿Quién era ella sin Elvis? la pregunta se repitió sin parar en mi mente, mientras juntaba el valor para entrar y para ver quienes estarían adentro en esos momentos.  

 

Mi vestimenta era la que solía usar cuando iba al ministerio, mi traje violeta claro, mi pantalón violeta y mis absurdo y altos zapatos de tacon del mismo color, lo único distinto era mi prendedor del fénix dorado que ahora tenía una E y una G alrededor ensartadas, le había pedido a mi joyero de confianza que lo hiciera y estaba feliz con el resultado, la misma cambiaba con una A y una P cada cierto tiempo y estaba feliz de llevar a mis padres en mi prendedor, que era especial por la persona que me lo había dado tiempo atrás, un recuerdo de tiempos mejores y felices en familia.  

 

Gruñí indecisa de que hacer, la palabra familia me dolió más de la cuenta, ¿Cuánto dolor podíamos soportar los vampiros? bueno a excepción del fuego quizas eso nos destruiría o tal vez no, negué con la cabeza decidiéndome a llegar a la puerta aunque sea, podía hacer eso, tocar la puerta, esperar que me abrieran y ver que pasaba después, supuse que solo era pura idea mía y que nadie se asombraría de verme, ¿Mael estaría aún en la casa? ¿y Shelle? saque esos pensamientos de mi mente y toque la puerta, deseando que por lo menos alguien pudiera abrirme o si quiera un elfo, ¿teníamos elfos aquí aun? ¿los Gryffindor seguíamos existiendo? ¿verdad? al menos, la casa estaba y se oían voces desde afuera, así que alguien me abriría o al menos eso era lo que me decía mientras esperaba indecisa de que hacer ahora.  

 

 

- ¿Mael? ¿Shelle? yo me perdí y llegué aquí, quiero decir que bueno encontré el lugar y volví o algo así, ¿están aún en la casa? ¿alguien me escucha? es que no se sí puedo entrar o la casa me lo impedirá- Dije en un susurro con mi repique de campanas más bajo de lo habitual y esperando un milagro o al menos, que me dejarán entrar a mi hogar de nuevo -  

 

Me pareció extraño oír mi voz luego de días sin usarla, era cierto que hablaba hasta por los codos, pero a no ser por Ludwig o si quiera por Ela, no había tenido más interacciones en realidad con nadie, así que me pareció raro volver a intentar ser algo que no era, ¿debería de sonar alegre? ¿feliz? todos esos eran sentimientos que se habían perdido tiempo atrás y ya no podía sonar así de nuevo, era entendible que volver me dolería, así que me aseguré de respirar aunque no lo necesitara y decirme que realmente eran mi familia, que tanto Mael como Shelle o si quiera Annick seguían siendo mi hogar y que debería de sentirme mal por haberme ido, pero en ese tiempo yo no podía estar aquí, tampoco estaba segura si podría hacerlo ahora, tan solo intentaría lograrlo y vería a donde me llevaba eso en realidad esta vez. 

 

@ Mica Burke  @ Mael Blackfyre   @ Thomas E. Gryffindor  @ Kahlan Blackthorn

 

 

 

[Mica Gryffindor]

La charla con Mael no se prolongó demasiado. La rubia se dispuso a terminar su trago y guardar varias inquietudes que ya se encargaría de retomar más adelante. No iba a abrirse ante él, y mucho menos dar detalles de su pasado, no sin saber frente a quién se encontraba realmente. Él la intrigaba, sabía que tenía mucho por decir y que no sería fácil sacarle detalles de su identidad e intenciones. Se ocuparía poco a poco de ganar su confianza y ver si podía depositar en él la propia.

Se marchó a su dormitorio, uno que había escogido, alejado de todos los demás. Claro que no se instalaría como antes en la habitación de Mica, pues no estaba dispuesta a ser cuestionada al respecto. No aún.

 

Mica había aceptado volver a la mansión sin pensarlo demasiado esta vez. Mael la había invitado a recuperar su lugar en la Gryffindor y, hacerlo de su mano, le resultaba más que tentador. Eso quería, quería regresar y continuar su camino, llevar la familia hasta lo más alto. Era consciente de que, para ello, muchos de sus miembros ya no tendrían lugar. De hecho, lo había confesado a Mael: había muchas personas en las cuales ya no confiaba, no los quería ahí.

Llegó a la residencia e hizo aparecer sus cosas en la habitación. Lo bueno de ser bruja era evitar mudanzas molestas. Tan solo había tenido que dejar atrás el castillo Burke para trasladar todo hacia la residencia Gryffindor, su hogar, aquel que nunca tendría que haber dejado.

Buscó a Mael, emocionada por reencontrarlo. Le hacía mucha ilusión compartir con él más tiempo. Era con la única persona con que le interesaba compartir en realidad, su única persona de confianza. El tiempo la estaba llevando a desarrollar una extraña dependencia hacia el muchacho, no sabía bien de qué se trataba, pero le agradaba dejarse llevar.

Antes de que pudiese encontrar al patriarca Gryffindor, una voz resonó en la entrada. ¿Era posible? Frunció el ceño sin poder disimularlo y se encaminó hacia la entrada. La muchacha llamaba a Mael y Shelle, de seguro sin esperar encontrarla allí. El solo verla de pie en la entrada, vestida de violeta como casi siempre, le produjo una sensación extraña, de dolor y de molestia en simultáneo.

-¿Qué se supone que vienes a hacer aquí, sobrina? -dijo con voz seca, acercándose hasta una distancia prudencial como para no tener que alzar la voz demasiado.  -Si la casa no te lo impide, yo estoy dispuesta a hacerlo. -agregó, sin saber qué pensaría Mael ante sus acciones.

@ Mael Blackfyre  @ Luna Gryffindor Delacour

[Luna Gryffindor Delacour]

Parpadee asombrada sin saber porque miraba a Mica como si fuera un fantasma, era mi tía por Merlín y ella, ¿quería impedirme entrar? jamás pensé que de todos ella me lo impediría, aún le tenía un cariño especial era lo ultimo junto con Annick que me quedaba de Elvis y que no me quisiera en casa me dolía demasiado. ¿Qué había sucedido con mi cariñosa tía? ¿Qué nos había pasado a todos? suspiré frustrada y busque en su mirada algo de su calidez habitual, no había nada de eso ahora y supuse que me reprochaba haberme ido así de improviso, así que le dije más por hacer conversación que por saber exactamente que estaba diciendo en realidad. 

 

- Tía Mica estoy feliz de verte y solo volví a casa, ¿por qué no me quieres aquí? ¿Qué esta pasando con la familia? volví de mi viaje por el Mundial de Quiddicht y en fin... no importa, aún debería de estar allí, pero me di una escapada acá y no quería venir, quiero decir no lo planee, solo me vi en la entrada y aquí estoy, me duele venir pero no me iré a menos que quieras que lo haga, esta es mi familia o lo que queda de ella, no estuve porque me dolía estar aquí, ¿por qué me odias? - Le dije sonando más herida de la cuenta y frunciendo el entrecejo confundida -

 

A mis ojos mi tía siempre había sido muy comprensiva y cálida conmigo, si a veces teníamos nuestras diferencias y a menudo la sacaba de quicio con mis despistes, pero por lo general nos llevábamos bien, era mi tía favorita, aunque siempre me guardaba de decírselo y que yo recordara siempre había estado allí, cumpleaños, ascensos del laburo, entrada al bando, academia de magia y hasta Hogwarts, nombren un momento y ella allí había estado alentándome y apoyándome y ¿ahora que le pasaba? ella era la única que sabia cuando empecé a estudiar pociones y siempre había alentado mis sueños por más locos que fueran, era una parte importante de mi familia y no quería perderla, ¿Qué hacia ahora? intenté pensar en algo, pero me quede allí plantada, sin entrar en casa, sin darle el abrazo con el que solía recibirla y a la espera de que me de una explicación de lo que estaba hablando y de como podía solucionar lo que sea que le molestará tanto.         

 

- Mica, no se que pasa, no se que paso en la casa en mi ausencia, pero sea lo que sea podemos solucionarlo juntas, ¿es por qué no defendí a papá de Aaron? ¿por eso no quieres verme más? quizas es porque los abandoné durante mucho tiempo, pero me costo estar acá, quiero decir, por Merlín me estoy repitiendo, no se que paso o como estas si quiera, ¿hay algo que quieras decirme? estoy aquí por si necesitas hablar o lo que sea, soy familia y ¿puedo entrar? al menos dime que hice mal - le suplique pensando en porque justamente de todos tenía que ser ella la que hiciera esto - 

 

Me desordene el cabello nerviosa sin saber que más decirle para convencerla, en circunstancias normales estaríamos charlando o tomando algo, pero ahora ya no estaba segura de nada, seguía siendo Luna Gryffindor Delacour o al menos eso decía mi gafete en el Cuartel de los Aurores, siempre se me había dado muy bien relacionarme con las personas y sobre todo con la familia, ahora eso me parecía una utopía lejana, algo de otra Luna diferente, más inocente y menos rota que la que estaba delante de ella, me pregunté si en el ínterin de un año se podían cambiar tantas cosas, ya no había abrazos de mi tía y tampoco me iba a ir sin luchar, esta era mi familia y le gustara o no Mica formaba parte importante de ella, casi tanto como mi mamá Annick, a quien también hacía tiempo que no veía, suspiré intentando pensar que más decir o que hacer, a la espera de que ella me iluminara sobre porque no me quería en mi hogar o al menos, en lo que quedaba de él en realidad.    

 

@ Mael Blackfyre  @ Mica Burke

[Mica Gryffindor]

Enseguida, la muchacha inició su usual parloteo. La Gryffindor llevó sus manos a los oídos, como si la voz de la muchacha le causara daño. Eran tantas cosas las que habían sucedido que hasta su tono de voz la perturbaba. Su necesidad de expulsar a todo mundo de allí y quedarse solo con Mael empezaba a instalarse. No quería compartir el lugar con nadie más, aunque no era algo que había comentado al joven. ¿A él le molestaría si se ocupaba de que Luna lo supiese?

-Sí quiero que lo hagas -abrió mucho los ojos, había sido bien clara, quería que su sobrina se marchase de allí, era lo primero que le había dicho al llegar- Esta no es ya tu familia, el único que nos unía ya no está aquí, así que puedes irte. -señaló hacia la entrada, por donde la chica había llegado.

Otra vez el parloteo. Con los ojos llenos de lágrimas, la castaña llevó su mano a la boca para evitar gritarle, mientras la escuchaba buscar explicaciones a su trato. Las tenía, estaban entre sus primeros argumentos, claro que tenía que ver con la muerte de su padre y la forma en que Luna no había hecho nada para evitarlo.

-Eres tan culpable de la muerte de Elvis como Aaron. Él alzó la varita, tu no hiciste nada para que la baje. Tu, y toda la Orden, son culpables de su muerte -estaba hablando en un tono algo histérico, no pudiendo contener sus sentimientos. Ella se lo estaba buscando. – Vitae -dijo, repitiendo el efecto señalando a varios muebles que pasaron a tomar formas similares a las de animales. No atacarían, solo la empujarían hacia el exterior de la mansión, formando una especie de barricada tras dejarla fuera. Sabía que no podía dañarla, a nadie con “su sangre” pero sí apartarla, no la quería allí.

[Mael Blackfyre]

La reunión con Agatha no había sido como lo había estado suponiendo, pero aún así llevaron todo rápidamente. Habían quedado en que podía instalarse dentro de la mansión, en cualquiera de las habitaciones mientras se acomodaba. Había algunas cosas que aún debíamos hablar pero como tendríamos más tiempo, podríamos hacerlo luego. Tenía que terminar un trabajito y tenía que terminar de preparar algunas cosas en la misma mansión, era tanto de golpe que hasta le había tenido que pedir ayuda a los elfos, aquellos seres que no soportaba demasiado.

Los ruidos en la cocina eran bastantes, un poco más de lo usual y los elfos se encontraban trabajando más acelerados pero también un poco más asustados. Bueno, podría decir que los había atacado alguna que otra vez con la intención de alejarlos. Y había funcionado. Pero ahora los necesitaba y eran esclavos de la familia, así que me tenían que responder de todas maneras. No me acordaba ni la mitad de sus nombres pero llamarlos Elfo parecía funcionar.

– Vendrá en una hora. Quiero que… ¿Qué es ése ruido? –algo por encima del choque de las ollas y el revolver de las cucharas hizo que girara mi cabeza hacia la entrada. Algo provenía desde la sala y tenía que ir a verificar qué sucedía. Dejé atrás la cocina para llegar a la sala y ver que provenía desde la entrada. Justo las puertas estaban abiertas y había movimientos. Eran muebles animalizados que se acumulaban en la abertura de la puerta, cerca de dos figuras. Una era Mica y la otra Luna. Sonreí ante ése panorama, algo me decía lo que estaba sucediendo. Me acerqué lo más que pude, casi cerca de Mica–. Llegaste temprano. Pensé que ibas a venir en un rato. Los elfos están terminando la comida. Luna…–negué con la cabeza con una gran sonrisa–. Muchacha ¿es necesario todo este teatro? Ya deja de dar lástima. La nueva matriarca hasta te lo está pidiendo por favor…

Reí sonoramente. Aquellos muebles la empujaban a que se alejara de la entrada. Me apoyé en el marco de la puerta cruzado de brazos, mirando aquella gran escena.

@ Mica Gryffindor  @ Luna Gryffindor Delacour  @ Thomas E. Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Mientras los muebles empujaban a Luna hacia la puerta, una voz se sumó a su sutil invitación a retirarse de la morada. Una sonrisa de satisfacción se instaló en el rostro de la Gryffindor al saber que Mael respaldaba su jugada. No solo eso, sino que además acababa de proclamarla matriarca de la familia.

Una vez Luna llegó al exterior, las puertas se cerraron de golpe y el mobiliario se posicionó formando una barricada que impediría que éstas volviesen a abrirse desde fuera nuevamente. Luego volvieron a recuperar sus formas originales, en esa posición. Luego, se encargarían de regresarlos a su lugar original, pero por el momento, necesitaba mantener a la joven fuera.

Se sentía muy bien, eufórica. Antes de darse cuenta, se lanzó a los brazos de Mael, abrazándolo. Cuando cayó en lo que acababa de hacer se apartó, dándole espacio. Sabía que a él no le agradaban las demostraciones de afecto y, de seguro, se molestaría por su arrebato.

- ¿Temprano? Yo creo que llegué demasiado tarde… hay tantos sitios que podría haber evitado -sonrió, no era momento de ponerse nostálgica. Sentía tanta adrenalina en su cuerpo difícil de contener, gracias a su pequeño cruce con su sobrina-. Gracias por recibirme, te aseguro que intentaré no serte una gran molestia -sabía que era una mentira, el joven prefería encontrar sus momentos a solas mientras ella no sabía estarlo. Tampoco tenía con quién más estar, ni quería hacerlo, le bastaba la compañía de Mael.

Miró alrededor. Todo lucía tan distinto y, al mismo tiempo, le era tan familiar que era difícil saber cómo sentirse.

@ Mael Blackfyre

[Luna Gryffindor Delacour]

Cuando vi aparecer a Mael creí realmente que por primera vez estaría de mi parte, algo ilógico si lo piensas dos minutos, él solo quería mi casa y se la estaba dando en bandeja de plata, pero no lastimaría a Mica, era mi tía y si ella quería que me fuera... Bueno eso podría hacerlo si es que no me quedaba de otra, o eso le haría creer en realidad.

 

- Está bien, nadie quiere estar en donde no la quieren no? Elvis debe estar revolcándose en su tumba viéndote echarme, de veras crees que él querría algo así? Ya me iré, no los molestare más, a ninguno de los dos, Mael realmente pensaba que éramos familia, o al menos fui familia de los dos no? Mica, no sabrás nunca más de mí, no tengo porqué preocuparme más por ti o por ambos - Dije algo dolida viendo cómo evidentemente me estaba echando a la calle -

 

Deje que los muebles me echarán a la calle, no les dije más nada, no llore y ni si quiera me digne a mirarlos como haría antes, buscando una aprobación que por supuesto no tendría en ninguno de los dos, sólo les dejé creer que estaba vencida y que no volverían a verme nunca más en su vida.

 

No tenía donde ir y por supuesto, no sabría que hacer, podría irme a la Delacour pero hacía siglos que no me pasaba y estaba segura que no me recibirían allí, quizás en la casa de Ada por unos días, mi mente empezó a andar y recordó cuando me fui de la mansión Cullen, sentí un escalofrío más por mi desdicha que porque tuviera frío realmente, Jasper y Alice habían esperado que Elvis y Annick me recibieran como familia y lo habían hecho, hasta que Aarón había metido la pata y mi casa ya no era mi hogar nunca más.

 

Caminando alrededor mis pasos me dirigieron hacia la tumba de papá y me encontré sentada a su lado, mirando el lugar y preguntándome que demonios hacia alli, Él ya no estaba aquí y tenía que pensar rápido el como solucionar todo esto.

 

- Hola Papá es en estos momentos que me preguntó, por qué me aceptaste en la familia? De acuerdo esto es ridículo, se que no es tu culpa nada de esto, es mía por confiarme tanto en la gente y por ser tan ilusa, me iré con Ada, va no me iré, crees que pueda entrar de repente? Demonios sigo siendo Gryffindor, osea que aún puedo entrar o no? Por qué te fuiste? Podría buscar a Annick y pedirle ayuda, sabes dónde está? Te fallé de todas las formas posibles, pero no lo haré ahora, buscaré la manera, ya lo verás - Le dije como si esperara que contestará, algo que no pasaría por supuesto -

 

Me quedé allí sentada mucho más tiempo de lo habitual, sintiendo la brisa en mis cabellos pelirrojos y dejando que la noche siguiera su curso, aún preguntándome porque confiaba tanto en las personas y si podria volver a la mansión sin que Mica se enterará por supuesto.

 

Me levanté de la tumba dejando unas lilas para papá, agradeciéndole su ayuda silenciosa y me dirigí rápido hacia la ventana de mi habitación, había hecho esto tantas veces cuando no quería que Elvis o Annick supieran de mis escapadas nocturnas, que no demore tanto en subirme a la enredadera de flores medio rotas y llegar hacia mi ventana abierta, por la que entre rápidamente directo hacia mis aposentos.

 

Me apresure a subirme a mi cama y me apoye suspirando en la almohada completamente alerta, como si esperara que alguien viniera a sacarme de aquí, dejando que el caótico día se filtrara en mi mente, mientras pensaba como lograría que nadie me viera en la mansión Gryffindor de nuevo, al menos, no a la vista de todos por supuesto pero si en las sombras.

 

@ Mica Gryffindor @ Thomas E. Gryffindor @ Mael Blackfyre

[Kahlan Blackthorn]

 

El Holandés jamás se quedaba con las ganas de nada, si se le antojaba beberse toda la reserva de bourbon que tenía en su cava personal lo hacia y lo mismo ocurría con las deudas de honor. Aún no olvidaba la promesa incumplida por parte de Mica, solamente le había lanzando una punta y desatando una curiosidad en el Ángel Caído que no dudaría en aclarar visitándola en su residencia. Si se ganaba una paliza por parte de Mael, ya que poco le importaba la reacción del lugarteniente de la marca, el no le daba el valor debido a la dama y eso no era de hombres que se jactaban de ser todos unos caballeros y no lo demostraban.

Las palabras se las llevaba el viento y justo eso ocurrió con los dichos del Blackfyre, demasiado ruido para tan pocas nueces. Aflojando el nudo de su corbata, no dudaba que el mismo terminaría hecho girones en las manos de la Gryffindor, tal vez se estaba creando demasiadas expectativas y terminaría con una puerta dando justo en el centro del rostro— El que no apuesta,, no gana—se decía así mismo sintiendo una cosquillita que no sabia bien como definir. No era temor en sí, quizás el tener delante de el a la jugadora de Quidditch que se le escapaba como snitch dorada al buscador. Vaya manera de ponerlo a jugar al gato y al ratón, yéndose en busca de la presa costará lo que costará. 

Ataviado con una capa de viaje azul oscuro, abandonaba la comodidad de su habitación dentro de la Torre Negra. Desapareciendo al cruzar el umbral de la puerta, envuelto en varios cráneos sanguinolentos que le llevaron a la entrada de la mansión Gryffindor, observando con atención esas estatuas tentado a volarlas en pedazos. Esa acción si que provocaría que Mael se tirará de los pelos y le persiguiera por medio Londres— Aquí vamos—caminado con elegancia y firmeza llegaba hasta la imponente entrada principal. Esperando que un elfo respondiera a su llamado y le enviará el mensaje a Mica, aguardando lo pertinente para no impacientarse más de lo necesario.

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Sintió los golpecitos en la puerta y se levantó del escritorio en que se encontraba intentando descifrar un texto anticuado y poco claro. Las lenguas antiguas no eran lo suyo, definitivamente, pero sí lo era la insistencia en lograr sus objetivos. Por eso continuaba la labor, con marchas y contramarchas, sabiendo que algún día llegaría a destino. Necesitaba averiguar respecto a aquello que Mael le ocultaba y no descansaría hasta lograrlo.

Al abrir la puerta, no se sorprendió encontrar a Mushu, su elfo doméstico. El pequeño sirviente hacía espaciadas interrupciones, buscando que coma o que descanse. No se rendía. Su forma de servirle era tierna y algo paternal, a fin de cuentas.

-Ama, no cierre la puerta… vino, alguien… un hombre. -lo miró sorprendida, no esperaba a nadie a esas horas.

-Ya bajo, Mushu, no abras. -le indicó y se dirigió a su habitación para poner una negra bata por encima de su camisolín.

Descalza, bajó las amplias escaleras y se encaminó a la puerta de entrada, sorprendiéndose al encontrar a Kyle al otro lado. Alzó una ceja, sabía que debía al caballero cuanto mínimo unas copas y una buena charla y no le gustaba tener pendientes.

-Bienvenido a mi residencia, Kyle -se acercó para saludarlo con un beso en la mejilla y lo tomó del brazo para invitarlo a avanzar – ¿Puedo saber a qué debo el honor de tu visita? -agregó, conduciéndolo hacia la sala. -¿Qué deseas beber?

@ Kahlan Blackthorn

[Kahlan Blackthorn]

 

 

La recepción por parte de la Gryffindor le pareció demasiado cortés, no era que esperará que se le lanzará de una. Ya que no se conocían demasiado como para tener esa confianza, quizás el semblante despreocupado o frío del caballero no permitía que la confianza fluyera como era debido entre ambos— Deseo tomar cualquier cosa húmeda que me puedas ofrecer, no soy de gustos demasiado complicados. Pero si exigentes, puedo decir que me gusta lo que es difícil de conseguir, ya sabes aquello que se da el valor que merece—depositó un beso en la mano de Mica tras quitarla su brazo del propio.

Le gustaba ser galante con las damas, demostrar que era capaz de conquistarlas con el solo roce de sus labios o una mirada que se clavaba profundamente en sus pupilas— Vine por una deuda que tenemos pendiente, no creas que te acoso o algo por el estilo. Solo que despertaste en mi cierta curiosidad y deseo sacarme esa incertidumbre que sembraste en mi desde aquella vez que nos vimos—expresaba con total sinceridad. Ya que era verdad si intención por conocer un poco más de la mujer, evitando caer de una en los encantos que muchos iban cantando a viva voz.

— Parece que tienes un club de fans, varios caballeros están detrás de ti y me intriga el saber, ¿por qué?—la duda quedo levitando en el aire como un fantasma. Sus ojos viajaron desde el mentón de la joven hasta sus labios, no pensaba besarla de momento. Pero no podía negar que era una fémina que sabía como captar la atención del sexo opuesto sin demasiado esfuerzo— ¿Por qué crees que vine a buscarte?—ahora el lanzaba una pregunta. Jugar las mismas cartas solía ser un riesgo que le gustaba correr, tal vez iniciar un verdad o reto o posiblemente una tanda del que respondiera mal se sacaría una prenda quedando solo con lo esencial sobre el cuerpo.

@ Mica Gryffindor