★ Magic Land ★ (MM B: 109743)

[Maida Black Yaxley]

Enfadada casi y al mismo tiempo al borde de la risa, vio como la vuelapluma rasgaba "No escribas los que yo..", y hasta ahí llegó. Maida la aplastó con una mano, resopló y prestó atención a lo que tía Gatiux le decía. Cada vez que la miraba, además de apreciar la exhuberante e indiscutible belleza de la mortífaga, no podía eludir un sentimiento extraño de haberla visto antes de la presentación con su cancerbero. Pero claro, nunca lograba descifrar nada. Cosa rara.

 

Como las palabras que salían de su boca. Orión parecían estar haciendo lo que normalmente hacía, escuchar a todo y formular sus conclusiones al final de toda la conversación. Maida lo observó un momento, pero finalmente regresó su mirada azul a Gatiux.

 

- No conozco esos lugares de Londres, pero podemos investigar y rastrear magia por esos lados -dejó la pluma a un lado de todo y prosiguió- yo no quiero someterte ni dejar que se metan en tu mente, pero a lo mejor un pensadero podría ayudarnos, o algo especializado, algo que podamos sacar con identificaciones de empleados ministeriales. Con los rumores que corren acerca de los inefables, ni siquiera yo me acercaría a ellos.

 

La miró, y por largo rato, con si en sus ojos ambarinos estuviera ya vertido el recuerdo borrado de la reunión con los traficantes. Cuando se dió cuenta de lo que hacía, tosió y se disculpó en un susurro que no estaba segura ella hubiera oído.

[Orión Yaxley]

- ¿Qué rumores? ¿Qué no solucionan absolutamente nada y que los mismos enemigos siguen dando vueltas por Ottery? Eso sí. Seguro.

 

Se había quedado callado durante el resto de la conversación. Era importante la opinión de Maida, después de todo era una jefa. Seguramente sabía algo más que Orión. La mayoría de la gente sabía más que Orión, al menos si de sentido común se tratase. Entrecerró los ojos mientras murmuraba algunas cosas sobre el día en que habían firmado el papel.

 

- Si es cerca del London Bridge seguramente estuvimos en el Café L’Quisté. Es uno bastante chico donde dicté una clase de Runas hace un algún tiempo. Lo había encontrado, en una tarde de lluvia. Es en una zona no tan transitada.

 

No podía construir una imagen como lo hacía Gatiux. Pero sí tenía sensaciones o por lo menos cosas que iban en base a su lógica personal. Como lo que ocurrió recién.

 

- El problema es que no recuerdo exactamente eso. Sólo me estoy guiando por la costumbre. Es un inicio bastante útil igual.

 

Sí, comparto la misma opinión de que era extraño que hayan sobrepasado la conciencia de magos relativamente adultos. Para no decir viejos. Digamos que ser de la franja etaria +30 ya te brindaba un puesto privilegiado en los estacionamientos para gente mayor. Porque la media no pasaba de los 25.

 

- ¿Entonces hacemos un pequeño viajecito?

[Gatiux]

- Bueno, déjame que le diga a los obreros que no va a haber nadie, que sigan trabajando hasta su hora de irse y que no dejen nada cuando se marchen. No sabemos si aparecen ladrones y no podemos responsabilizarnos de sus pertenencias.

 

Gatiux cerró la pequeña agenda donde iba apuntando también los pequeños detalles que podían recordar. Tal vez de algún modo si reunían las suficientes podrían encajar las piezas del puzzle, aunque en ese momento parecía harto difícil. Quizás Luisitha recordara algo más, pero no creía que fuese a dignarse a aparecer por lo que tendrían que trabajar con lo que tenían.

 

Salió de la caravana y se dirigió hasta el capataz que daba órdenes desde abajo de la montaña rusa a los otros dos hombres, estaban instalando una especie de grua para subir y bajar a lo más alto y desplazarse con seguridad por los raíles, si se caían estarían sujetos y el compañero le podría rescatar sin sufrir ningún percance. El capataz sonrió de forma servicial cuando vio que la banshee de cabellos violetas se acercaba.

 

- Hola, Thomas. Veo que estais avanzando con la montaña rusa.

 

- Sí, señorita Malfoy. Estamos instalando la grua y en nada nos pondremos con la reparación de los rieles.

 

- Vamos a salir un momento, por si queréis buscarnos no vamos a estar. Cuando llegue la hora os marcháis y ya mañana volvéis. -dijo Gatiux, mirando al hombre a los ojos- No dejéis nada de valor por aquí, aun no sabemos si alguien frecuenta este sitio por la noche y tampoco contratamos vigilancia nocturna aún. No hasta que medio lo podamos poner en funcionamiento y haya algo que se pueda robar.

 

El capataz asintió. Gatiux regresó de vuelta a la caravana.

 

- Todo listo. ¿Nos vamos?

[Luisitha Black M.]

Una figura frágil y cansada se aproximaba pesadamente a la caravana del parque, su respiración era acelerada y superficial y su aspecto dejaba mucho que desear, la ropa mal puesta, el cabello despeinado y hasta los cordones desamarrados y arrastrándose al son de su caminar. Cualquiera diría que Luisitha acabase de llegar de una batalla campal, o quizá acabase de escapar de un león en Timbuctu, o que probablemente ese, sin lugar a dudas no era el mejor día de su vida... Mes... Año

 

Abrió como pudo y debido a la pereza que la tenia invadida se dejó caer en el primer escalón de la entrada, dejando la mitad del cuerpo dentro y la otra afuera.

 

-Ughhhh- se quejó al escuchar un "todo listo" en voz de Gatiux, no, no estaba lista, necesitaba una carreta, una grúa de ser necesario para que la llevase a "casa" si es que podían llamarle así a su otra reciente estafa...

 

-Tengo malas noticias- continuó esperando que desde donde estaba acostada pudiesen escucharle -Buenas y malas, mas malas que buenas, bueno, en realidad solo hay una buena, pero que mas da - dejó caer la cabeza pesadamente y se rascó la cara con las manos.

 

Volteó de nuevo la cabeza y pudo notar una rata observándole fijamente. Un escalofrío le recorrió la espalda y de la nada volvió a encontrar algo de fuerza para entrar por completo en la caravana y sentarse. Solo hasta en ese instante notó que su hija se encontraba dentro, por inercia había asumido que la peli violeta hablaba solo con su hermano y nadie más. Le sonrió y agarró una mano para ponerla en su rostro mientras lo apoyaba sobre la mesita.

 

- Otra mala noticia, hay que comprar pesticida...-suspiró- La buena noticia es que el lugar ya es nuestro...- agregó para luego quedar instantánea y plácidamente dormida.

[Maida Black Yaxley]

"Si, justo esos rumores", pensó Maida apesadumbrada de cierta manera, pero no lo dijo en voz alta. Era buena para contenerse las cosas. Últimamente andaba acumulando una cantidad considerable de basura mental en la cabeza, si seguía así, pronto desfogaría con alguien. Eso seguro. O tal vez no. No formaba parte de su carácter, reclamar, hacerse oír. Había cambiado en tantas cosas, pero seguía siendo la misma chiquilla ignorante que un día pisó Ottery y no miró hacia atrás jamás, ni para decir "Adiós". Suspiró muy cortito. Se estaba poniendo melancólica y no era ni el momento, ni el lugar. Prestó atención justo cuando Orión decidía enfrascar a todas en una aventura en busca de recoger sus pasos. Y claro, tratar de vislumbrar algo en toda aquella estafa.

 

— ¿Viajecito? Si bueno, supongo que no perdemos nada con intentarlo.

 

No estaba segura si Gatiux había aceptado o no, así en la Luna había estado, pero la vio salir de la caravana y perderse en el parque temático un poco. Bebió del vaso de agua, y se puso a acariciar la vuelapluma que había aplastado. Trataba de enderezar tanto las pelusillas como sus pensamientos. Un paso a la vez. ¡Era Jefa por algo! Pero claramente, se veía y se sentía inferior a lo que las cabezas de sus tíos podían elucubrar. A lo mejor podía limitarse a visar sus acciones y ya. Después de todo, estaban en su derecho. Su tía volvió.

 

— Si, listos supongo. Yo estoy tal cual. Sólo dejenm...

 

Pero no pudo continuar. Pronto, una de sus desaparecidas madres, valga lo obvio, apareció. O bueno, alguien similar a Luisitha. ¡Qué delgada! ¡Que fachas! Al menos logró robarle una sonrisa. Ya con todo lo raro de aquella reunión laboral-familiar, no sabía si preocuparse acerca de los lugares de dónde provenía su madre ese día, o echarse a reír de la situación. ¡Vaya grupo! Eso sí, cuando dijo lo de los pesticidas, en un acto que seguramente causaría por fin la risa de todos, se subió como pudo a la silla y luego a la mesa. Esto último claro, arqueando la espalda porque el techo era corto.

 

— Si, no, ya nada ....yo con animales raros no me muevo de aquí —negó con la cabeza a todos lados—, quiero ver el cadáver de lo que sea que vio mi mami, sino, esta mesa será mi nueva casa. No, no, no, no , no, no...

[Gatiux]

¡Por fín Luisitha aparecía! Aunque por la cara que llevaba no pareciera traer buenas noticias, se sentó con poca elegancia sobre el escalón de la caravana con pinta de haber salido de una pelea en un callejón de esos de mala muerte. Gatiux esperó allí a que recuperara el aliento, pero hubo algo que alarmó a la mujer de pelo azul para hacer que se metiese en la caravana. Cuando la Malfoy miró hacia abajo se encontró con que una rata caminaba cerca de sus pies. No lo pensó y le propinó una patada que la mandó bastante lejos, el bicho salió corriendo lejos de ella una vez se recuperó del golpe.

 

- Me parece que esa no vuelve.

 

Gatiux se reía con malicia, pero cuando se volvió se encontró con que Maida se había subido a la mesa, entonces rió con más fuerza, soltando una carcajada. No hacía más que negar presa de los nervios. Al final tendría Orión que sacar a las otras dos mujeres en volandas porque se negarían a moverse del espacio reducido y seguro que era la caravana. Aunque Lu no hubiese traído buenas noticias, aquellos aspavientos le alegraron la mañana.

 

- Tranquila, el gato ha espantado a la rata. Pero podemos traer otro para que guarde la parcela.

 

Seguía riéndose del chiste, pero se dio cuenta de que ni Maida ni Luisitha sabían de su forma animaga, una gata de color negro azabache, por lo que el chiste perdía efectividad. Bien mirado, no parecía tan mala idea que Orión las sacara a ambas en volandas en cuanto su hermana descansase un poco.

 

- Bueno, ya estaba asumiendo que nos ibamos a tener que quedar con este patatal. -siguió diciendo- Que lo confirmes no es tan malo. Al menos lo podremos decorar al gusto.

Editado 6 de Mayo del 2017 por Gatiux

[Luisitha Black M.]

probablemente ni ella misma estaba consiente de su estado demacrado, de su vestido destrozado, su cabello alborotado o las marcas en su piel. no, estaba muy cansada para ello, el dia entraba con honores en uno de los más pesados de su vida, solo debía que agradecer que en su pasado marcado por sombrías experiencias le había enseñado lo suficiente para lidiar, de la forma más violenta, situaciones que de forma diplomática iban a ser imposibles.

 

Se había quedado dormida por unos segundos. La voz de Gatiux volvió a aparecer en el fondo de su subconsciente haciéndola permanecer en un estado medio dormida, medio despierta, muy al lado del sonambulismo y la hipnosis. Se quedó mirando los pies de su hija que se habia encaramando a la mesa producto del mismo terror que ha había hecho entrar a la caravana. Tal palo tan astilla, ambas detestaban a los roedores...

 

-Si, el ga...to he he he- dijo en voz tenue apoyando la cabeza en su mano, que lentamente iba perdiendo estabilidad hacia un lado y terminó por darse un golpesito contra la pared de la caravana. Suficiente para sacarle un poco más de información. y devolverla a mismo lamentable estado anterior.

 

-La mafia chiiina, si ellsosss tebooran el seso, y te venden lopeor porrr mucho dineruuuu- Exhaló sonriendo y levantando las cejas con los ojos aún cerrados -creo que la he metido, la pata, la pata... pues que creo que lo he matado....-dió un manotazo débil con la otra mano dejándola sobre la mesa.

 

De la chica de cabellos azules no salió otra cosa que un leve ronquido, nada más.

[Maida Black Yaxley]

— ¡Ay si, claro, tú ríete! —replicó aún medio asustada la Yaxley mientras Gatiux llenaba el aire con su carcajada— Esa cosa asquerosa pudo haberse subido a la pierna de alguno y entonces ya te quisiera ver yo...

 

Pero no pudo seguir diciendo cosas, pronto su madre comenzaba a espabilar un poco. Bueno, en realidad nada, para las cosas que salieron de su boca quizá era mejor haberla mantenido cerrada, ni se le entendía nada ni lograba ponerle una orientación correcta. Las cejas de Maida ya no sabían siquiera en qué dirección moverse. Ni siquiera sabía si sentirse apenada, preocupada o enojada con su madre. No era posible que dejara que su cuerpo llegara a ese nivel de agotamiento. Pero toda duda se disipó cuando dijo lo último.

 

El poco color que había en el rostro de Maida se esfumó y antes de formular nada, giró la cabeza hacia Orión.

 

— ¿Qué resolvemos primero? —preguntó, incapaz de repetir la autoacusación de Luisitha, no estaba tan loca como para hacer eso. Lo peor, era que, como miembro del Ministerio de Magia, seguramente formaba parte de sus obligaciones denunciarla, pero no, eso no iba a suceder— ¿Cómo era esa pregunta de qué fue primero la pluma o el fénix? ¿El huevo o el fénix? ¿El fuego o el fénix?

 

 

@@Luisitha Black M. @@Gatiux @Maida I. Yaxley

[Amit Lockhart]

en medio de la noche

 

una banda de callejeros me estaban siguiendo, con el interés de pagarle una deuda que según yo tenia con ellos, pero esa era una batalla que no tenia nada que ver, estaba corriendo lo mas rápido que puedo, ya la luna estaba casi en lo alto del firmamento así que me supuse que debe ser casi media noches, eso implica por que no había casi nadie por los callejones.

 

Vi unas luces en la otra cuadra, volví a mirar hacia atrás aun tenia a esos chicos detrás de mi diciendo cosas, así que sin pensarlo mas me fui a ese viejo parque debe de haber algún lugar que me pueda esconder de ellos, allá adentro mire la entrada principal pero no tengo dinero para pagar una entrada, así que di vuelta buscando algún agujero en la valla, cosa que no me costo viendo la oxidada que esta.

 

Una vez adentro seguir corriendo pasando por el puesto de perro calientes y por lo que a parecer solía ser un carrusel en sus mejores tiempo.

 

@Alexader Fox

[Alexander Fox]

Había tenido una reunión en ese parque que parecía un poco abandonado y desdichado, pero debido a que no se trataba de sus mejores negocios no le molestaba, la reunión era con amigos que debían mantenerse en las sombras, con los cuales no podría tomar una taza de café o preferiblemente beber licor con tranquilidad mientras contaban entre risas las aventuras por las cuales habían pasado, no, ellos debían esconderse y era algo que Alexander comprendía bastante bien.

Por ahora podría irse a casa y con una sonrisa se acomodó su cabellera roja para caminar por el lugar que estaba bastante destruido, le parecía de lo más curioso para un encuentro, él mismo se había vestido de ropa oscura a excepción de su franela blanca, pero solo destacaba por su cabello y sus penetrantes ojos.

En su andar escuchó un ruido a su espalda, por lo cual se giró bruscamente esperando un ataque, estaba preparado, pero de forma inesperada sintió un empuje, aquello lo tomó desprevenido y fijó sus orbes dorados en quien había ocasionado el impacto.

-¿Se encuentra bien joven? – Preguntó educadamente y preocupado, parecía tener la misma edad de su hermano menor, estaba agitado y sus prendas no estaban en un buen estado, aquello le preocupó bastante, sentía que era una escena bastante familiar, era como hacer un pequeño viaje a su pasado.

-No debería correr de esa forma, parece como si hubiera robado o peor estuviera escapando de algo – mencionó con una sonrisa gentil, adivinando mucho que podría a ver causado que el chico estuviera corriendo de esa forma. Se fijó en la oscuridad que había alrededor de ellos, pero fijándose en pequeñas luces que aun servían.

-Lo mejor será alejarse de esta oscuridad y hablar con mayor tranquilidad – mencionó dandole ofianza para permitirle que caminaran juntos a otro sitio, no necesitaba correr… podía sentirlo, sus oídos y su olfato le decían, habían más personas cerca, pero no tenía ninguna preocupación, no podrían contra él.

 

@@Amit Lockhart