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Tienda del Magic Mall


Sagitas E. Potter Blue
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—Que bonito, un dalmata —sintió ternura cuando notó el patronus acercándose, pero pegó un salto hacia atrás cuando de golpe emitió la voz de Zahil pidiendo ayuda. Binny se rió, tocando su pecho y sintiendo su corazón latir desenfrenado. Sin esperar y aún burlándose de ella misma, fue a su encuentro. Siguió al patronus hasta la trastienda donde no encontró a Zahil, pero sí a un grupo de magos con planes de robar una criatura. Obviamente Binny solo escuchó en silencio y luego se retiró. No se percató antes pero ahora el patronus iba hacia otro lado, así fue como llegó a la tercera planta.

 

Vio pasar un elfo enojado llevando una caja, refunfuñando que los escarbatos no deberían estar libres. Este dejó caer la caja varias veces, para darle pequeñas patadas y murmurar entre dientes que los magos de ahora eran est****os. Binny, con voz serena, preguntó— ¿Viste un escarbato por aquí? —. El elfo al notar a la bruja se escapó velozmente gritando— Siiiiiiiiiiii, cerca a los anillos y los amuletos —más allá se tropezó y se oyó el sonido de objetos cayendo uno tras otro.

 

A unos pocos estantes de donde estaba logró ver a Zahil y el patronus que la guiaba desapareció. Se acercó a ella para decir en voz bajita:

 

—¿Se te perdió un escarbato? —le sonrió, sacando la varita y jugando con ella entre los dedos— No hay de qué preocuparse, hagamos una trampa con cosas brillantes —le guiñó el ojo.

 

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Los ideales son solo palabras hasta que luches por ellos.

 

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Había sido un mes tranquilo en le Tienda del Magic Mall, pocos compradores habían ido en busca de objetos, criaturas y pociones. Bueno, pocos en comparación a sus primeros meses. Pero el mes de octubre había llegado ya y tenía la ligera sospecha de que en las fechas cercanas a Halloween, todo iba a cambiar, especialmente después de la cantidad de galeones que parece haber después deu na gala.

 

Le extrañó ver un Patronus de Zahil en el trabajo, era casi como revelarse como miembro de la Orden del Fénix. Supuso que la situación era mucho mas complicada que las palabras de la pelirroja traídas por el dálmata. Así que de inmediato siguió el patronus por las instalaciones de la tienda hasta llegar a la Tercera Planta, en donde encontró que Binny ya se encontraba ahí también. Alcanzó a escuchar las palabras de la Evans refiriéndose a la pérdida de un escarbato.

 

-¿Un escarbato?- sacó rápidamente su varita volteando para todos lados. -Si, buena idea Binny, ¿donde la hacemos?

 

De inmediato empezó a recolectar todo lo que estaba a la vista y que brillaba. Al estar en la planta donde se encontraban los libros de poderes, había muchos anillos, amuletos y collares que se podrían usar. Su preocupación era que esos objetos pudieran estar cargados de magia y terminaran causando un desastre aún mayor.

 

-Mmm, Zahil, tu tienes mas experiencia, ¿podemos usar los objetos de los libros para atraer al escarbato?

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Pronto llegaron Binny y Fiamma, sus dos compañeras de la Tienda, entre las tres seria mas sencillo poder atrapar al ladronzuelo. No estaba segura si de verdad le atraían los amuletos y anillos de los libros o solo había encontrado un buen lugar donde hacer su nido. La idea de la Evans no era tan descabellada, si lo atraían con cosas brillantes hasta una trampa para encerrarlo, era algo que se podía hacer.

 

- que bueno que llegaron, ya me estaba temiendo que tenia que atraparlo sola - les dijo visiblemente aliviada por su presencia.

 

- lo de la trampa es una buena idea, pero no lo vamos a atraer con los libros, en realidad ni un escarbato se podría robar los amuletos, están atados a los libros con magia y solo puedes tomarlos si eres merecedor de ellos. - les explico mientras las guiaba al fondo de aquella bodega - pero....tal vez un poco de oro leprechaun sea lo suficiente para llamar su atención

 

Junto a los libros, en aquel almacén solían guardar los objetos que solo se vendían en temporada, el oro, si mal no recordaba, solian ofertarlo en Halloween, así que, suponiendo que todo saliera como cada año, seguro los pedidos para la venta de dia de bruja ya se habían hecho y deberian tener suficiente para hacer salir al peludo de su madriguera. Encontro rapidamente el oro falso y lo saco para repartirlo entre sus dos compañeras.

 

- con esto lo podemos llevar a donde queramos, que opinan

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Fiamma llegó segundos después, la vio sacar la varita y buscar con la mirada alarmada hacia todos lados. Y parecía que sería ella quien reaccionaría más rápido frente a un ataque, aquello le entusiasmó aún más. Pero Binny solo se quedó observando y meditando en todo lo que podían hacer, pues era más de analizar, seguramente no diría nada hasta tener una buena idea o que algo le llamara la atención. Los anillos y amuletos de los libros serían peligrosos aunque le hubiera agradado poder jugar con ellos de forma "ilegal", sin embargo, descartaron la opción ya que Zahil agregó que eso no era posible.

 

Al ver a Zahil con el oro leprechaun estiró las manos para recibir un poco y asentir con la cabeza. Era tan real, el oro tenía forma de galeones, parecían de verdad, incluso empezó a dudar si no era un error y estaban tomando dinero de los compradores de la tienda. Pero sabía que las chicas eran honestas y confiaba en ellas. Era obvio que luego de atrapar al escarbato devolverían todo. Así que decidió pensar en lo que tenía en sus manos. Sonrió, antes de darle una mordida al oro.

 

—¡Rayos! se siente muy real —dijo—. Tiene sabor a galeones. Puaj.

 

Le sonrió a las brujas, ahora debían decidir dónde colocar las trampas. Pero no fue tan dificil, pues el escarbato empezó a destruir la planta. Tiraba las cajas, los libros, empujaba a los elfos, para enriquecer su botín. En un momento dado el escarbato vio el oro en las manos de las brujas y corrió desesperado hacia ellas. Binny guardó el oro en sus bolsillos y se cubrió de la embestida, pero el animalillo se metió entre sus ropas.

 

Ahhhhhhh ¡Sáquenlo! ¡Sáquenlo! —gritó, Binny se retorcía y se reía debido a las cosquillas que le producía. Esperaba que sus compañeras aprovecharan para atrapar al animalillo, aunque este era muy rápido.

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Los ideales son solo palabras hasta que luches por ellos.

 

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Binny tomo el oro de manos de la Granger y lo empezó a inspeccionar, la verdad era que efectivamente aquel oro falso parecía real. De hecho algunos años atrás se había detectado de este oro en el Callejon, aquello había sido una catástrofe financiera según sus informantes, a ella en realidad no le había afectado. Aunque las malas lenguas decían que un poco de este oro aun andaba dando vueltas de mano en mano por la ciudad.

 

- Binny no te comas el dinero - le dijo cuando vio que le daba una mordida

 

Le estaba pasando un montón a Fiamma para que le ayudara a guiarlo hacia un lugar que prepararían entre las tres para atraparlo, cuando una bola peluda lanzo todas la cajas que se le cruzaron a su paso en su afán de llegar a la única de las tres que tenia las monedas a la vista y aunque esta lo había metido a su bolsillo, el escarbato ya lo había visto y lo buscaba desesperado. Un par de cajas y un elfo mientras tanto le habían caído encima y todos los libros que estos contenían le habían caído encima, dejando solo sus pies y una mano fuera del montón.

 

- Fiamma!, atrapalo, sin lastimar mucho a Binny de preferencia - grito mientras se quitaba un libro del druida de la cara y se topaba con la cara de un elfo que la miraba bastante molesto - Lo siento compañero

 

@@Binny Evans @

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Si algo caracterizaba a la Gaunt era su poca responsabilidad, despiste y falta de constancia, y llevaba cerca de tres meses trabajando de empleada y no había pisado aquella zona a la que se dirigía, si, había estado vendiendo, pero nada más que aparecer y desaparecer, nada de andar, pasear o simplemente mirar como era aquello.

 

Así que, sabiendo que por si misma no iba a estar allí más de cinco minutos sin salir loca o sin gastar, había quedado con su madre Anne, la cual tampoco era una de sus mejores compañías, o acababan matándose entre ellas o destrozando la tienda, pero al menos podría decirle a Emmet que había estado en la tienda haciendo acto de presencia, ¡dejaría de ser la vaga del equipo!

 

- Un día de éstos me van a detener por corrupta o algo, y mira que soy buena persona yo... -dijo mientras abrazaba su hijab blanco más a su cuello. ¿Cómo una joven tan exhibicionista como lo había sido Mery podría haber llegado a aquel punto? Después de casi cerca de un año ya había conseguido dejar la ropa árabe para volver a sus vestidos, pantalones y blusas, pero aquel velo que cubría su cabello y cuello no, ya formaba parte de ella. Así que con unos vaqueros negros y una blusa de tirantes verde la pelirrosa se colocaba frente la puerta de la tienda, porque había quedado ahí con Anne, ¿verdad?

 

Suspiró, debía de centrarse más o un día de aquellos salía del castillo Gaunt sin cabeza.

 

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Binny intentó levantarse del suelo, pues el escarbato seguía revisando entre sus ropas y no dejaba de hacerle cosquillas. Se puso de pie entre sacudidas y lanzó con desesperación la capa de viaje que estaba amarrada alrededor de su cuello, eso provocó que las monedas salieran disparadas del bolsillo, a un lado. El animalillo notó el sonido y el brillo de las monedas, salió por la parte superior de la blusa de Binny de un salto, cayó a cuatro patas sobre el piso y embolsó las monedas para correr como una bala por las piernas de Fiamma y Zahil.

 

Los elfos se espantaron, dando saltitos para que el escarbato no les tocara las piernas. Por otro lado, Binny por fin pudo respirar tranquila, se acomodó la blusa y levantó la capa de viaje. Volteó para ver a las brujas, estaba muy avergonzada, no sabía qué harían luego de aquello.

 

—Uhm... — se encogió de hombros— Me asaltaron —dijo, ahora riendo un poco para disimular—, que bueno que el oro desaparecerá en unas horas, pero ese travieso logró escaparse de nuevo.

 

Con ayuda de la varita limpió su ropa y acomodó su cabello, pero no perdió el entusiasmo. Ayudó a levantar las cajas, mientras pensaba qué harían a continuación.

 

¿Alguna quiere ser la carnada? Si le muestran el oro volverá pero irá hacia una de ustedes —rió, ahora con más tranquilidad—. Si conseguimos una jaula pequeña podríamos atraparlo ahí ¿Saben dónde guardan las jaulas?

 

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Los ideales son solo palabras hasta que luches por ellos.

 

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  • 2 semanas más tarde...

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Nunca le había pasado nada similar. Había escuchado hablar de ellos, pero nunca creyó que le sucediera a ella. Se había quedado paralizada del miedo justo cuando el escarbato había hecho su aparición.

 

Estaba recibiendo de Zahil el oro leprechaun cuando el escarbato pasó corriendo a su lado y abalanzó a Binny, quien tenia el oro falso en la mano. Aunque sus compañeras le hablaban y le pedían ayuda, Fiamma no podía ni moverse. Las oía, sabía lo que tenía que hacer, sin embargo su cuerpo no le respondía.

 

Al huir la criatura nuevamente, fue como si la bruja recobrara toda la sangre. Su cuerpo volvió a reaccionar y su mente se aclaró. Se avergonzó de la que había sucedido, pero no estaba segura de que sus compañeras se hubieran dado cuenta. Así que decidió jugar la carta del despiste.

 

-¿Jaulas? Pues están en la trastienda. Yo voy por la jaula- contestó y salió corriendo rumbo al área de las criaturas. De esa manera evitaría que la ofrecieran voluntariamente a fuerza a ser carnada.

Editado por Fiamma Phoenix Diggory

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  • 2 semanas más tarde...

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Una vez que los elfos se llevaron los libros y los re acomodaron, la rubia se levanto y se sacudió un poco la ropa mientras su prima se ofrecía a conseguir la jaula en la trastienda. Se quedo pensativa un momento mientras pensaba que hacer ahora, pues el maldito escarbato se les había escapado de nuevo. Lo mejor seria ofrecerse ella misma de carnada, después de todo ella lo dejo escapar así que ella seria el blanco del pequeño demonio.

 

- yo puedo ser la carnada si quieres, ¿pero como logramos meterlo en la jaula? ya se, lo dejo que vea el oro y en cuanto se lanzo por el, yo lanzo las monedas a la jaula, seguro no se resiste y tu y Fiamma la cierran rápidamente - dijo mientras sacaba otro saco de oro falso de una de las cajas.

 

El problema era hacerlo salir de su escondite de nuevo, para ello tendrian que dejar un rastro hacia el lugar de la trampa, lo mejor era guardar el oro, este desaparecía en poco tiempo y no era seguro que el escarbato saliera a tiempo para seguir aquel camino de oro. Lo mejor era ponerle cosas brillantes aunque de escaso valor. Llamo a uno de los elfos y le hizo un pedido que no le causo gracia pero que tenia que realizar. Tras unos minutos, apareció con una bolsa mediana llena de joyas falsas conseguidos en una tienda muggle.

 

- los muggles pobres adoran la joyería falsa, los hace sentir mejor y no es muy cara, esto si que engañara a este delincuente y no se pierde mucho, esperemos la jaula de Fiamma y comenzamos a tender la trampa.

@@Binny Evans

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  • 2 semanas más tarde...

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Caminó hasta la bódega en donde una vez vió un montóm de jaulas que le podrían servir en este caso. En realidad solo necesitaba una, pero mejor llevaba dos por si se ofrecía. Además, no tenía idea de tamaño del escarbato, lo mejor era llevar de distintos tamaños. Había de muchos modelos y tamaños, algunas tenían cerraduras extrañas. De un lado se encontraban mucjas jaulas usadas, maltratadas y hasta oxidadas; del otro, jaulas nuevas relucían y brillaban. Obviamente Fiamma se decantó por las jaulas nuevas.

 

-Lo mejor es que busque algo simple, fácil de abrir para mi, pero difícil para la criatura. Dorada, para que llame su atención.

 

Al fin encontró una jaula a su gusto, era como para un gato pequeño. Buscó otra similar pero un poco mas grande, en caso de que hiciera falta. Las jaulas eran altas, pero la entrada era reducida para disminuir el riesgo de fuga. Estaban hechas de barrote color dorado, a excepción de la base que era lisa. Se notaba que eran nuevas debido al brillo del metal.

 

-Espero que no estuvieran aquí por una razón específica.

 

Con su varita lanzó un hechizo que las puso a flotar y así avanzó con ambas jaulas flotando frente a ella, esquivando los diversos objetos en la bodega. Llegó hasta donde Zahil y Binny se encontraban con un montón de joyería falsa, de esa que se encuentra en los "mercaditos" que tienen los muggles.

 

-¿Qué van a hacer con eso? ¿Nos vamos a unir a un carnaval?

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