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Mi Edén Salvaje (MM B: 103988)


Melrose Moody
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-¿Eh?- de pronto, sin saber muy bien cómo o que fue lo que ha pasado, se encuentra solo en aquel claro libre de maleza que había servido hasta ahora como sendero para los magos. Garry giró apenas en dirección a los matorrales donde se ha escabullido un ejemplar de caberú que se había materializado delante del mago del modo menos esperado, aquel cambio había sido tan natural, el modo en el que su pelaje cubrió con rojizos vellos la pálida piel de la sanadora y la forma en la que sus manos y pies se convirtieron en gráciles patas lo había dejado casi sin habla, Ollivander se preguntó un momento si justo así se ve una transformación suya en luna llena o si es que a ella le ha dolido tanto como al licántropo tener que cambiar la forma de su cuerpo.

 

Negó con la cabeza intentando despejar todos los pensamientos que no estaban siendo ahora de ayuda, ya podría preguntarle al respecto a sus dudas de una transformación de animagia en otra ocasión, quizá cuando vuelvan a casa a beber el tan complicado café que bien disfruta el mago. Bastante tranquilo como siempre saca de un bolsillo de su abrigo la vieja varita que algún tiempo perteneció a su abuelo, bastó con agitarla un poco para conseguir un haz de luz que le iluminara el camino. Solo se mantuvo quieto un momento más en aquel sitio, parecía hipnotizado por la misma luz que provenía de su varita, Garry exhaló y una nube de vaho humedeció sus labios, se sentía bastante desconcertado ¿Por qué el caberú había escapado de esa manera? Quizá había exagerado su actuación de pánico y ahora Bel, siendo ahora un animalillo, intentaba mantener a aquellos salvajes animales lejos del mago.

 

Era eso lo primero que había pensado, sin embargo, sin perder ni un minuto más, se adentra en dirección a donde aún puede escuchar los gruñidos de los lobos, con la mente haciendo un listado de posibles razones de por qué Bel se ha escabullido de aquel modo, Garry no se lo reprochará (por lo menos no lo hará ahora) de que, no importaba que ambos olvidaran sus varitas u objetos mágicos, enfrentarse a un animal como lo son los lobos, siempre hubiera resultado mejor tratar de enfrentarse a ellos como “humanos” usando las habilidades mágicas que ya conocen y de las que tienen experiencia y no una que es dudosa y de la que no se tiene un dominio completo . Aunque tampoco niega que fue este un excelente escenario de prueba para Bel, a pesar de eso él prefiere ya volver a casa mientras piensa en lo gracioso que se escucha así mismo hablando como lo haría la Evans sobre "hacer un arrebato insensato".

 

-¿Por qué has escapado?- lanza aquella pregunta al aire mientras sigue abriéndose paso por entre las ramas, pero solo tiene como respuesta el ruido de la hierba rompiéndose bajo sus pies y los animalillos que se escabullen asustados de su presencia -De verdad que los has conseguido engañar a todos, estoy muy impresionado- habla con la misma dificultad que le está costando adentrarse a aquella espesa maleza, aunque a Garry le moleste admitirlo, su forma humana no es tan hábil como la de la criatura -¿Bel?

 

Puede escuchar ser asechado a sus espaldas por un animal no muy grande, gira entonces apuntando firmemente su varita en contra de lo que ha salido de los arbustos para enfrentarlo, Garry ablanda un poco la mirada al ver que solo se trataba del lobezno más pequeño al que Bel ha dejado fuertes heridas -Pero que desastre eres- con desdén arroja un encantamiento al animal que cae como saco congelado al suelo, se acerca solo lo suficiente para asegurarse de que sus lesiones no sean de gravedad -¿Bel?- vuelve a llamar a la bruja entre toda aquella penumbra que lo rodea -¿De que estas escapando, querida?- apenas musita casi para sí mismo preguntándose aquello con insistencia.

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Me encuentro vagando por el callejón, cuando de pronto me da un olor a bosque a jardines, y ve que alguien se baja por unos escalones y separa delante de una pared y pronuncia "Deliciosa Manzana" señalando un ladrillo de aquella pared y ve como se la pared le abre paso y sigue adelante. Me da curiosidad saber de ese lugar así que me acerco al sitio y empiezo a analizar la pared y no se a cual ladrillo le dijo eso la persona que entro.

Espero un rato a ver si veo ingresar a otra persona, pero no ha llegado nadie asi que me dispongo a contar cuantos ladrillos hay en la pared y se me da por a puntar a uno de ellos y decir lo que habia escuchado, pero no tenia efecto alguno, así que apunte sin mirar a otro ladrillo y repetí las palabras cuando de pronto escucho que se esta abriendo; Decido seguir bajando y cuando llego al final veo uno hermoso lugar y digo:

-Wow que bello lugar, que tranquilidad se siente acá, que hermoso lugar para tomar un descanso después de estar caminado por el callejón-

Empiezo a caminar dentro del lugar por el sendero, que lugar tan tranquilo, llego cerca a un árbol y se sento en sus raices, para descansar un poco y contemplar el paisaje, no pensaba que hubiera un lugar así cerca del callejón, se sorprendio mucho y la verdad estaba afinado con el lugar.

(@@Alegna Black seguimos)

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Los pasos de ese dia la habian dirigido hacia un local que nunca hubiese visto, fruncio sus hombros para adentrarse en el sitio donde en un segundo sus persepciones pasaban a toda velocidad ya que los estimulos que producian a ella en vez de paz le transmitian todo lo contrario. Su lugar zen solo era entre libros y ahi habia demasiada naturaleza. En los bosques no habia tenido los mejores recuerdos.

 

Ese dia la Black habia optado por pantalones jeans claros, zapatillas botitas por encima del ruedo algo desatadas, odiaba sentirse atada a algo aunque se tratase de sus ropas, un sweeter verde olivo que hacia brillar sus ojos, una campera de cuero de dragon y su bufanda de Ravenclaw que le daba un aspecto a colegiala todavia a pesar de sus 24 años. Se paseaba por alli soltandose la bufanda sin mirar realmente por donde pisaba cuando choco contra alguien.

 

Cae dandose de bruses contra el suelo y sintiendo su varita chocar contra su costado izquierdo.El muchacho le llevaba un palmo de cabeza por lo que la pelivioleta tuvo que levantar su vista para ver al joven, un chico de ojos azules y cabello castaño.

 

-Perdona, no veia por donde andaba -

 

Off

@@heberth portillo si perdona ayer me dormi jajaja

Editado por Alegna Black

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Mientras contemplaba el lugar una chica tropieza conmigo y cae al suelo sin mas; me encontraba tan concentrado mirando la copa de los arbustos que no me había fijado en aque hermosa joven, me dio pena haberle causado aquella caidad, de inmediato intente ayudarla a levantarse y vi que tenia unos hermosos ojos, por unos instantes me perdi en aquellos ojos verdes oscuros, su cabello era bastante largo y de una color inusual violeta, pero le combinaban bien con el color de sus ojos. llevaba una bufanda de Ravenclaw y aun estaba en el suelo.

-Hola, Disculpa por haberte hecho caer, no fue mi intencion- la miro un poco apenado por lo que había sucedido; me agacho a recoger la bufanda y se la doy -toma se te cayó esto- estaba contento al final por que vio que los colores de su casa en aquella bufanda y sonrio al entregarla -Y nuevamente Disculpa por lo sucedido, espero te encuentres bien y no te hallas hecho daño- le sonrió nerviosamente.

 

(@@Alegna Black tranquila no importa :P )

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La chica se deja ayudar, tomando la mano del joven para retomar un poco de su dignidad aunque ya la habia perdido hace tiempo y recordaba dinde, su mente olvidaba cosas facilmente pero eso si recordaba dandole un rubor a sus mejillas, en cuanto tambien a la intensidad de la mirada del chico. Odiaba despertar eso en las personas y el solo hecho respondia con sobrojarse.

 

-No te preocupes, mi falta de persepcion tambien ayudo - agarra la bufanda y se la guarda en un bolsillo dentro de su chaqueta -Me presento Alegna Black -

 

Tendio la mano al muchacho y se la estrecha fuerte, le habian enseñado que un apreton era signo de respeto y fijo su vista en los ojos del chico. Siempre penso que a las nuevas personas que se conocen se debian tratar como los hipogrifos, con respeto hasta que se conociesen mejor y de ahi ver.

 

-Descuida, no solo poseo una cabeza dura - se frota el trasero riendo

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La entregarle la bufanda a @@Alegna Black, me siento un poco tímido por su mira; me dice su nombre y me estrecha la mano con fuerza mirándome a los ojos y yo le respondo de igual manera.

-Mucho gusto soy Heberth Portillo Delacour, es una placer conocerte- le dice sonrientemente.

Al escuchar el comentario gracioso que ella hizo, no pude evitar sonreír y sonrojarme por que era muy apropiado para el momento; Despues le pido amablemente que nos sentemos; por educación y para olvidar lo que nos había pasado, le empiezo hablar con ella para conocerla un poco mejor, y además por que no quería ser el muchacho con el que tropezó nada mas.

-Tu eres de Ravenclaw, cierto? es que vi tu bufanda y pues bueno, yo acabo de entrar a hogwarts a esa casa y estoy muy contento de haber entrado allí.

Un poco a penado aun le sonrió, para ir rompiendo el hielo entre nosotros, aunque con aquella caida creo que ya no quedaba casi hielo. guardo silencio un momento y vuelvo a contemplar el lugar, mientras ella me esta respondiendo.

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Ravenclaw la bufanda habia encontrado a otra aguila en Diagon, la Black no la llevaba para buscar pertenecientes a esa casa, ella la usaba porque estaba orgullosa de ser una Ravenclaw y le tenia mucho aprecio a esos colores, Rosmerta hacia un tiempo le habia dicho que aun parecia una colegiala, a pesar de su edad. Sonrio al ver al joven hablar, ya que se podia decir que lo habia intimidado un poco, esa chica de porte duro y ojos penetrantes solia hacerlo aunque no quisiese por eso no tenia amigos.

 

Salvo su familia y un solo amigo soportaban su tenperamento pues se mostraba dura e irreflexible siempre guiada por su intuicion, y aunque se tomaba tiempo en sus decisiones la mayoria de las veces solian ser las incorrectas, por eso tenia una gran cicatriz en su brazo derecho, por eso casi habia muerto en un faro, por eso solo el alcohol le daba la valentia de hacer algo descabellado. Suspiro sin querer olvidando donde se encontraba, miro al chico y le dedico una sonrisa nada propia de ella, él no tenia la culpa de su temperamento de los mil demonios.

 

Delocour le vibo a la mente lo que una de sus primas fue a hacer a ese lugar y no pudo mas que cambiar el semblante, espero antes de hablar pues no sabia si el chico le haria algun comentario, aunque ultimamente la gente no hablaba de los ataques mortifagos que se daban en Ottery pareciera que estaban conformes con esos juegos o que ya estaban acostumbrados a que la orden no los defendiese, volvio a suspirar inconsientemente.

 

-Felicidades por entrar en Ravenclaw ya hace tiempo me gradue y de seguro que tienes tutores, mas si necesitas ayuda puedes mandarme una lechuza, antes era tutora y solia pasear por Hogwarts, se podria decir que añoro el colegio-

 

Se quedo pensativa al pensar en sus pupilos y en que todos se habian graduafo con exclentes notas y dejo de orgullo se filtro al su rostro.

 

@@heberth portillo

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Mientras pensaba que había realizado uno de los mas grandes ridículos de mi vida al hacer tropezar a la chica, mientras ella me estaba hablando sobre su época en hogwarts, mi mente esta imaginaba sobre lo que ella me estaba contando, su mirada cambio rotundamente cuando hablo de que fue tutora, se veo un brillo diferente cuando hablo de aquella época; Me alegra ver que la gente tiene buenos recuerda de su paso por hogwarts, eso me daba a entender que el mio tenia la posibilidad de que fuera de la misma manera, de que mas adelante estaría añorando lo que apenas voy a comenzar a vivir de todas las experiencias que me esperar tanto de las buenas como de las malas.

 

Mientras nos encontramos sentados, saco de uno de mis bolsillos unas Grageas de todos los sabores de Bertie Bott, lo destapo y le ofrezco si quiere una de ellas, solo espero que no le salga un mal sabor por que seria lo ultimo que me haria falta, despues de hacerla caer darle algo que no le guste.

 

-Quieres Grageas- le estiro la mano con el bolsa de ellas.

 

Ella toma una y la deja en su mano por un instante, mientras yo decido tomar otra e inmediatamente la pongo en mi boca, me demoro unos segundos en percibir el sabor, cuando de pronto me da ese sabor a sardina; uno de los sabores que nunca soporto, mi cara se pone de colores, ya que no podía sacarla de la boca y escupir la por que me daba pena que ira a pensar alegna, no intentaba coquetear le ni mucho menos, pero no quería que se llevara una mala impresión de mi por mas que fuera. Hice el mayor de mis esfuerzos para tragármela, pero el sabor era horrible así que intente sacar otra con la esperanza de que fuera un mejor sabor pero la suerte no estaba a mi favor, esta vez me salio una de cera de oídos, su sabor era amargo y realmente quería botarla, disimule que tocia para poder poner la mano en mi boca y sacarla y ponerla en el suelo sin que ella lo notara.

 

No sabia bien el por que tenia esas Grageas, si realmente eran muy pocos los buenos sabores; observaba a Alegna y ella se veía de cierta manera incomoda, como que quería salir de ese lugar el cual a mi me parecía un lugar bastante tranquilo, como para tomar un descanso de tanto ruido y gente del callejón; se veía perdida en sus pensamientos, volteo a ver como el lugar se ve tan tranquilo que parece imposible que se encuentre tan cerca del callejón. Solo quería descansar por unos minutos de tanto ajetreo de la zona y el lugar se prestaba perfectamente para eso.

Editado por heberth portillo

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Con @


Huir. El sonido de las pisadas persiste por más que ha atravesado docenas de matorrales, obligándola a seguir esa carrera interminable, que sin embargo comienza a disfrutar, porque es en ese frenes del olor de la tierra mojada y el sonido de los muchos animales en medio de la noche que un mundo diferente se le va descubriendo a cada paso.


Ya casi en los límites de frondoso, la caberú distingue la posada, y en la entrada de la misma una de las jóvenes que parecen cuidar de ese lugar. La muchacha entonces la observa y le lanza una sonrisa, que indica que está más que acostumbrada a lidiar con los animales del bosque. Los perseguidores se han detenido también al observarla, pero están lejos de querer iniciar interacción con un humano, así que finalmente se retiran.


Es el fin del viaje. La respiración agitada comienza a normalizarse y dejado atrás el peligro su cuerpo empieza evidenciar otras muestras de cansancio, de dolor y de hambre. Da una última mirada a la mujer que en ese tiempo ha permanecido en silencio y comienza a avanzar por el sendero que separa los bosques. Su agudo sentido auditivo es capaz de reconocer otras voces más, probablemente en el otro bosque llamado verde, pero no se siente ya con la fuerza para intentar averiguar de quienes podría tratarse.


Cuando vuelve a internarse en el bosque, es que la voz de Garry le alcanza, pregunta por qué se ha escapado, pero no hay forma que la criatura pueda dar respuesta a eso. Solo reconoce la voz y movida por el cálido sentimiento de seguridad que le provoca intenta guiarse para alcanzarlo. Pero en mitad de aquella travesía, cuando ya prácticamente, apenas un par de árboles la separan de él se detiene por el penetrante olor a sangre que se percibe desde donde él se encuentra.


Y porque allí yace el lobo que atacó en sus inicios. Ella lo atacó por protegerlo y ahora la pobre criatura luce allí tirada y enfermiza. No sabe exactamente que corresponde hacer pero ya no le importa más porque las últimas fuerzas le abandonan en ese instante y cae cerca a unas espinas con un golpe seco.


"De que estas escapando, querida..."


Cuando vuelvo a abrir los ojos, tardo unos segundos en reconocer ese pedazo de cielo que se distingue entre las frondosas copas de los árboles. Un profundo dolor de cabeza hace que me lleve las manos con un gesto automático hacia las sienes y comience a hacer suaves masajes. Hasta que cuando muevo mis brazos, una sensación parecida al pinchazo de una jeringa me hace percatar del lugar donde he estado.


No hay porción del cuerpo que no tenga llena de arañones. Los brazos incluso presentan hematomas y una leve hinchazón. Y como si todo eso no fuera suficiente, no hay rastros de mi ropa, no hasta que distingo por la luz que ha invocado Garry, mi propia ropa hecha jirones cerca de él. ¿Qué hacer? lo más lógico es acercarme, responder a esos llamados que no deja de hacer, pero el inexplicable pudor a que me vea así, desnuda y herida se apodera de mí.


No es como si en mi cuerpo los propios tiempos de la guerra no estén ejemplificados, con cicatrices de cortes de katana y algunas partes de la piel en su espalda que han perdido toda lozanía por culpa de las llamaradas de Fuego Maldito. Pero son cicatrices, siempre cicatrices y no heridas frescas y sangrantes como las que traigo.


Hasta que noto que es muy tarde para seguir haciendo suposiciones porque él viene hacia allí, probablemente porque ha conseguido descubrir mi burdo escondite.


- Creo que podemos ir por el café ahora ¿verdad?- intento disimular lo mejor posible el punzante dolor y a su vez asomando apenas la cabeza, permanezco con el resto de mi figura cubierta en su totalidad por el tronco grueso de aquel vetusto árbol- aunque voy a necesitar esa gabardina tuya para salir y...quizá unas cuantas explicaciones para la laguna mental que ahora mismo tengo.

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  • 3 semanas más tarde...

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Tasia no había tenido muchos visitantes recientemente. De hecho, el Edén parecía haberse extendido, como si los visitantes empezaran a explorar otras zonas más interesantes además de la posada. En el pasado, al menos siempre se habían pasado a saludar antes de vagabundear por una zona u otra pero no ahora. Talya se había ido a los baños termales, así que Tasia se encontraba sola.

 

La limpieza ya había sido realizada de buena mañana y sentía una ligera punzada en la espalda, por lo que decidió meter algo de limonada en un recipiente con tapa y una pajilla y un cuenco con algunas manzanas, para tomar ese ligero fiambre en la mesa bajo la pérgola del jardín trasero. Tenía algunas cosas en qué pensar y había estado evaluando la posibilidad de salir del Edén.

 

No era como si allí pudiera percibirse alguna vez sensación de encierro alguna. Tasia era absolutamente feliz y tenía todo cuanto necesitaba. Ella y su hermana estaban acostumbradas a esa vida, de sostener un lugar que casi que se sostenía por sí mismo y atender a viajeros que iban y venían cada cual con una historia interesante qué contar.

 

Era sólo que últimamente se había estado preguntando si no sería mejor adoptar una mascota. Sabía que varias de las mascotas de Mel se encontraban en el Edén, era el lugar en donde ella dejaba que descansasen. Así que la idea había empezado a rondarle, casi como si sintiese cierto anhelo, una envidia sana que podía ser paliada con la criatura correcta.

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Demisit lacrimas dulcique adfatus amore est 

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