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La Snitch Dorada (MM B: 110879 )


Balderik Von Alexandros
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Me pareció que con mi saludo sorprendí a mi buena compañera @@Mia Zoeh por el gesto en su cara era claro que esperaba encontrar a otra persona, se de magos que acuerdan encuentros para luego pasar un día agradable en compañía de quienes estiman y quieren. Así que no me sorprendió cuando vi que el castaño experto en quidditch, con sigilio llegó por la espalda de la sorprendente rubia para cubrirle los ojos y después demostrarle ese gran cariño que se tienen entre ellos...me sonreí, algo semejante llegamos hacer Cindy y yo, nos nace demostrar nuestro amor, y es maravilloso ser testigo de otras parejas demostrando sus sentimientos.

 

 

Me digo entonces a mi mismo, este mundo en verdad a veces es pequeño....o tal vez es que vivimos en la misma comunidad y la convivencia diaria hace que floresca el amor...me siento feliz por ambos y le respondo al profesor de vuelo y quidditch de manera relajada:

 

--No te preocupes, les entiendo muy bien, no tengo nada que perdonar.-- El castaño nos guía por una escalera de madera que tiene un elegante pasamanos y una mullida alfombra a lo largo de ella. Nos marchamos a la segunda planta, como dijo Krisai, hacia su oficina, para estar un poco más en privado y me pregunto si debo despedirme y marcharme....tal vez esté haciendo mal tercio....

 

 

Admiro la amplia oficina....no la hubiera imaginado tan regia, pero se ve que tiene buen gusto y me acomodo en uno de los sillones como me ofrece Krisai, pero vuelvo a levantarme al escuchar su ofrecimiento de tomar algo...un pequeño bar esta dispuesto y añorando aquel primer empleo que obtuve en Diagón, le sonrió y le digo muy seguro:

 

--Puedo preparar algo para todos, ¿sabes? me dedique a ser barman en un local que cuidaba Sagitas...fue mi primer empleo al llegar, los galeones eran muy necesarios para sobrevivir...hace tanto de aquello! clao que ahora tengo tres locales, de lo que si te digo, es que recuerdo bien como preparar coktel con alcohol o sin el y por supuesto, también se hacer botanas.

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Estaba tan ensimismada observando a mi alrededor los artefactos nuevos que habían llegado a la tienda que casi había olvidado por completo por qué había ido hasta allí. Una voz familiar me sacó de mi cabeza, a pesar de que me tomó por sorpresa y me hizo sobresaltar. Mis pensamientos me habían alejado de allí a tal punto que no había notado que el local se había comenzado a llenar de gente que se pasaba largos minutos mirando las fotografías, los uniformes exclusivos y las escobas que se encontraban a la venta. Más de uno parecía estar repasando en su cabeza con cuántos galeones contaba en Gringotts para gastar en la tienda.

 

Me volteé hacia la voz que me saludaba y allí estaba Antoni, mi jefe, preguntándome cómo estaba. También quería hablar con el castaño. Le sonreí amablemente. -Hola, Antoni. Estoy muy bien, gracias, ¿y tú?- pregunté, devolviéndole el saludo. Siempre era ameno encontrar rostros conocidos por Diagon, sobre todo si no eran por trabajo o malas noticias. Esperaba que no fuera por malas noticias.

 

De repente, un par de manos cubrieron mis ojos. El tacto era suave y no estaba haciendo fuerza contra mi rostro, pero sentí su cuerpo bastante cerca. Mi corazón se aceleró y me mordí el labio inferior. La voz que me preguntó a continuación si sabía quién era hizo que mi corazón se detuviera definitivamente. Había extrañado esa voz; todos mis sentidos habían extrañado a esa persona que ahora se encontraba detrás de mí. Tomé sus manos con mis manos y las bajé lentamente, saboreando ese momento y el suspenso que se había generado entre ambos. No necesité voltearme ya que él lo hizo por mí. Suspiré mientras contenía la emoción de volverlo a ver. Llevé mis manos a su pelo castaño en lo que él se acercaba a besarme. Era tal cual lo recordaba de nuestro último encuentro. -Y yo te extrañé tanto a ti...- le susurré, separándome apenas de su rostro.

 

Nos apartamos y el castaño se dirigió hacia Antoni para saludarlo. Preguntó si nos conocíamos, a lo que asentí con la cabeza. -Trabajamos juntos. Él es mi jefe...- me encogí de hombros tras la breve explicación. Supuse que también se conocían, ya que ambos se llamaban por el nombre. El Gaunt nos invitó a su oficina, a lo que comencé a seguirlo hasta el segundo piso. Había dejado a sus elfos a cargo, por lo que el negocio podía funcionar tranquilamente sin él por allí.

 

Entramos a su oficina y nos ofreció algo para beber. -¿Tienes algún licor dulce?- pregunté, sentándome en una de las butacas. -El trabajo va bien, por suerte... El Ministerio ha estado tranquilo con el nuevo año, pero siempre hay misterios por resolver.- le conté, con un dejo de emoción en mi voz. Me encantaba mi trabajo y sabía que el castaño lo entendería a la perfección. Jugué un poco con el anillo de oro en mi mano, haciéndolo girar por mi dedo. Ya tenía la marca en la piel de llevarlo puesto, ya que hacía meses que ese era su lugar.

 

@ @

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  • 9 meses más tarde...

Nos habíamos encaminado a la oficina del castaño con el que charlaba animadamente, eramos afortunados de contar con la buena compañía de @@Mia Zoeh una amiga del Gaunt y conocida mía, ambos trabajando en el mismo Departamento Ministerial.

 

Como no hubo objeción, yo me acerque al bar que posee @ en el revise la existencia de licor que posee buscando lo que la rubia solicito, un licor dulce, es digno de admirar las bebidas que veo, muy buenos ejemplares, tampoco hacia falta el hielo, vasos y copas justo lo que hace falta para preparar un buen trago.

Yo estaba un tanto inapetente para beber, pero me serví lo mismo que Kritzai, no puedo dejarlo solo ahora que nuestro rencuentro ha sido mejor que lo que uno espera, la compra era algo adicional pero siempre me pregunte que había sido del condecorado jefe de casa...

 

--Toma Zoeh, lo que apetecías, este es tuyo Kritzai y dime, ¿es verdad lo que ha llegado a mis oídos, que ahora formas parte de un equipo profesional de quidditch? ¿que otras sorpresa tienes por ahora? sería bueno que no las compartieras...

 

Mantuve mi copa en la mano izquierda, mi vista fija en el castaño que se ve sorprendido quizás por que no puede creer que yo este tan desconectado de sus logros y hazañas.

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El Ryvak removió entre las botellas del bar del castaño buscando las bebidas solicitadas. Carraspeé la garganta mientras tomaba asiento frente a Kritzai, esperando el licor dulce que había pedido y que en este momento me era más que necesario. Antoni me lo entregó, gesto que agradecí en voz alta con una sonrisa, y bebí un trago largo. Me quemó un poco la garganta; hacía bastante no bebía alcohol y había perdido el gusto por el mismo, pero en esa situación, era exactamente lo que estaba necesitando. La sensación caliente bajando por mi garganta hizo humedecer mis ojos, pero aparté esa sensación con un parpadeo rápido. Vi como Antoni se sentaba en otra silla disponible con su copa en la mano izquierda.

 

Los dos hombres comenzaron a charlar. Fijé la vista en un punto intermedio; no observaba a ninguno de los dos pero intentaba hacer parecer como que sí. Seguía la conversación perfectamente pero evitaba a toda costa el contacto visual con los partícipes. Bebía sorbos más cortos del licor, disfrutando por primera vez su sabor y el calor que irradiaba en la boca. Me crucé de piernas, colocándome levemente de costado. Giré un poco el tobillo; me estaba apretando la tira del zapato y necesitaba mover un poco el pie para aflojarla.

 

La conversación se desarrollaba normal, aunque yo sentía que el tiempo no pasaba. ¿Qué se suponía que debía decir? Me concentré en el remolino que se formaba en mi vaso de licor si lo movía un poco y dejé que mi mente vagara por donde le diese la gana.

 

@ @Kritzai

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Y tal como temía, mis suposiciones sobre la actividad de @ era muy lejana a lo que yo creía, aunque él tomo mis palabras de buen agrado y aseguro que encontrando una buena oportunidad, participaba en uno que otro partido amistoso con sus compañeros de equipo y a veces con equipos que se formaban de forma informal pero de apasionados por el quidditch.

 

 

Antes de seguir platicando, realizamos un brindis y yo no podía dejar de participar, sobre todo porque fue por un motivo muy especial que el Gaunt mencionó, luego tuvo la amabilidad de contarnos sobre el santuario de dragones, me impresionó enterarme, si, pero luego pensé que era normal, siempre él había destacado como un mago que controla a un ejemplar con gran maestría y por mi, agradecía que alguien como él velara por la preservación de dragones, mis criaturas mágicas favoritas...imagine al mago viajando a Rumania en escoba, por el hecho de que le encanta volar y practicar con su escoba, pero tal vez solo se aparecía.

 

 

@@Mia Zoeh está muy atenta a la conservación y me pregunté si ella era aficionada al deporte o los dragones, y la mejor forma de saberlo era preguntándoselo directamente:

 

--¿Y tú que nos dices Mia Zoe? ¿que es lo que te interesa más, el quidditch o los dragones? ¿o es algo diferente? nos gustaría escuchar que es lo que te apasiona..

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  • 2 semanas más tarde...

El brindis propuesto me tomó por sorpresa pero intenté disimularlo lo suficiente como para unirme sin que pareciese algo forzado. No había prestado demasiada atención a lo que había dicho el Gaunt, aunque Antoni parecía no haberlo notado. Mejor así. Di otro sorbo de mi licor y lo removí un poco, más por jugar y liberar tensiones que por intentar cambiarle un poco el sabor.

 

Sin embargo, cuando pensé que la conversación iba a seguir su rumbo entre ellos dos, y me debatía entre si había sido una buena idea o no ir a aquel lugar, el peliverde dijo mi nombre seguido de una pregunta. Tragué saliva y lo miré fijamente. No podía simplemente ignorar que me estaba preguntando directamente a mí sobre mis intereses.

 

Puse mi mejor cara de haber entendido a la perfección todo lo que había sucedido hasta ese momento y dejé que mi mente elaborara la respuesta lo mejor posible. -Soy más aficionada a los deportes muggles. Como sabrán, crecí con muggles muchos años de mi vida. Practico natación y esgrima. Quidditch practiqué cuando estaba en el Colegio pero no se me dio muy bien jamás.- decidí ahorrarme el comentario de que los deportes con pelota y yo no nos llevábamos nada bien en general. Di un sorbo al vaso. -Últimamente mis intereses pasan más por lo académico. Saber más, conocer más. Creo que es lo que abre puertas en este mundo, y lo que realmente nos da poder.- dije con extrema sinceridad, casi hasta encogiéndome de hombros, y esperé a la reacción de los demás. ¿Había estado tan mal la respuesta?

 

@ @Kritzai

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Ryvak mira fijamente a la joven rubia, es....como verla realmente, suele suceder siempre con los compañeros de trabajo, sabes que cuentas con ellos en las labores que se refieren al empleo que comparten, te sientes con un aprecio hacia ellos por que ayuda mucho a concluir la labor mucho mejor y más rápido y siempre es más reconfortante sentir un apoyo de tu equipo y compañeros de trabajo. Solo que...muy pocas cosas personales llegas a conocer, como por ejemplo, si les gusta el café o si su deleite son los helados o quizás una comida que es la favorita por alguna razón, si su tiempo libre hacen alguna cosa diferente, si van a tener gratos momentos con sus amigos o una persona especial...son tantas cosas que no logras saber de quien crees es un excelente compañer@ de trabajo...

 

Atento aguarda a que @@Mia Zoeh de su respuesta y el ojimiel va escuchan de labios de la chica datos que no sabia de ella pero sonrió al tener puntos en común, no tanto de él, pero si de gente que aprecia el peliverde. La pausa la ve como un preludio de algo más interesante, ella bebe un poco de bebida y tal como lo imagino él ojimiel, la rubia de hermosos ojos azules, les compartió su interés por algo que es muy preciado por la mayoría de magos...los mejores.

 

Ryvak remojo sus labios al beber un poco pero más pensaba en ahondar en aquel tema que también es un interés personal, tal vez y la joven fuese una buena prospecto para convertirse en futuro en compañera de estudios del muchacho. Emocionado por esa posibilidad, el ojimiel se recargo sobre el respaldo del mullido asiento, se giro a ver al Gaunt y comentó con él en forma acertiva:

 

--¡Esgrima! A que no esperabas esa sorpresa, será mejor que nunca tengas un inconveniente con Zoeh cuando tenga a la mano un florete, seguro y la dama sabe defenderse bien y a de mover agilmente la varita, con tanta practica de esgrima...a que si verdad?--Sonrió y espero si el Gaunt tenía algún comentario que fue motivo para reír alegremente. El Ryvak ofreció su disculpa y aseguro seguir tratándola respetuosamente como siempre lo hace, solo...está divertido de saber algo más de la que considera su amiga.

 

Con calma el mago peliverde deja la copa sobre la mesita de centro y se inclina hacia la joven, demostración física de que le interesa sobremanera lo que la joven le responda, junta sus manos entrelazándolas un poco y mirándola le hace una nueva pregunta:

 

--Eso que nos mencionas del saber más esta muy bien, seguramente fuiste una honrosa miembro de la casa de Ravenclaw, el conocimiento en si es muy basto y variado pero dinos ¿qué es lo que quieres conocer? ¿Por cual rama del conocimiento te inclinas más? tal vez y sea lo mismo que a mi me interesa o quizás a nuestro amigo @Kritzai, ¿no sería genial si compartiéramos la experiencia de estudiar juntos?

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Podía sentir la mirada del ojimiel fija en mí, y no sabía si eran los efectos del alcohol en el licor o algún otro factor, pero de golpe sentí como mi cuerpo se relajaba; mis hombros caían sin tensión alguna y una sonrisa de complicidad se dibujaba en mi rostro. Estaba con un compañero de trabajo, sí, pero también lo consideraba un amigo. La conversación había girado hacia mí y mis intereses, y aunque al principio la incomodidad hizo que mis palabras no salieran con toda la seguridad que me hubiese gustado, ahora ya me sentía como entre amigos.

 

Me terminé de un sorbo el licor que me quedaba y apoyé el vaso vacío sobre el escritorio. Reí ante el comentario del Ryvak sobre la esgrima y lancé una mirada de soslayo al Gaunt mientras en mi mente consideraba que, en realidad, apuntarlo con un florete era algo que realmente quería hacer en ese momento. Me contuve y regresé mi atención a Antoni. Nunca habíamos tenido instancias así en el trabajo donde pudiéramos charlar sobre temas no relacionados al Ministerio y lo que sucedía en el mundo, por lo que era genial poder hacerlo en aquel momento.

 

Noté el movimiento de peliverde hacia mí y me sonrojé; sin embargo me acomodé en el asiento y crucé una pierna por sobre la otra, un poco de lado, mientras jugaba distraidamente con el pie que quedaba en el aire. -Pues los duelos no son lo que se me da mejor, pero sí, tengo buena soltura en las muñecas con la varita. Soy diestra, aunque he logrado dominarla con la mano izquierda también.- añadí al comentario, aunque en realidad nadie había preguntado. Me incliné un poco hacia Antoni, apoyando mi brazo en la rodilla que tenía elevada y la cabeza sobre la mano.

 

Su siguiente pregunta me descolocó un poco porque no era algo que hubiese pensado. Pero quizás era el momento de cuestionarme ese tema. -No tengo nada definido...-expresé con sinceridad. -Me gusta conocer sobre todo lo que pueda. Sé sobre idiomas, maldiciones, encantamientos y primeros auxilios, tanto muggles como mágicos.- repasé en voz alta. -Ahora creo que me estoy inclinando a la historia o las leyes, ya que me parece extremadamente necesario conocer el pasado para no repetirlo, y también saber con qué leyes se cuentan.- comenté. -¿Qué hay de ti, Antoni? ¿Qué es lo que te interesa?

 

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  • 2 semanas más tarde...

En el local de @ con Mia Zoeh

 

El ojimiel miro de lado, le extraña que el castaño se detenga a observarlos...¿qué pasará por su mente? su mirada no la alcanza a analizar pero subítamente cree que el Gaunt parece tener algo de celos...cosa que no comprende el peliverde, la joven @@Mia Zoeh solo es su amiga y Gaunt conoce a la esposa del ojimiel...solo que el mago no había hecho espacio en su profesión de inefable, para cultivar la amistad con la rubia.

 

Moja sus labios con la punta de la lengua, le apetece un té de frutos rojos, pero no está en alguno de sus locales propios donde basta llamar a uno de los elfos para solicitarlo. Acaricia un poco su barbilla y sonríe, sabía que preguntar a la ojiazul por sus intereses le iba también ella a dirigir una pregunta parecida, sus ojos brillaron por la oportunidad de hablar, porque es verdad que le encantan los dragones pero hay otra gran pasión en el ojimiel y la oportunidad se pinta sola cuando Mia Zoeh le pregunta que es lo que le interesa.

 

Separa sus manos para acompañar con sus ademanes su respuesta, siempre le ocurre así, solo sus palabras no bastan para comunicar con entusiasmo lo que le apasiona sobremanera y se nota a mil lenguas cuando empieza a explayarse en su plática.

 

--¿A mi? Pues lo que más me interesa es la Historia de la magia, de como se uso antes, de sus orígenes, de los primeros magos que incursionaron tanto en los encantamientos como las pociones, que les impulso, que le dio curiosidad, como fueron perfeccionando todo, es tan interesante! a veces olvidamos que hubo precedentes de lo que hoy tenemos, de lo que conocemos y utilizamos pero todo tiene un pasado, las familias, las personas, los artefactos mágicos, los hechizos, las pociones, todo, incluso las leyes pero estas menos que ninguna otra rama de la magia, en eso nos hemos estancado, quizás porque en ese tema hay un síntoma de vulnerabilidad si cambiamos...pero aún las leyes tendrán un día que cambiar ¿no lo cree así Zoeh?

 

El ojimiel descanso su mano derecha sobre su pierna y con la otra movió su cabello semilargo para pasarlo detras de su oreja...el peliverde le pareció que escucho algo, pasos cercanos a la oficina del castaño y dueño de la tienda, quizás un conocido o algún cliente perdido por el local...

 

@@Lex Grindelwald

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