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Heredad Ollivander (MM: B 110990)


Hessenordwood Crouch
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Thélème

 

― ¿Sabes que implica destrozar un canalizador de magia?

― ¿Qué el mago ha cruzado los límites soportables por su varita? ― la voz de Bel estaba ida, todavia observando aquel cuarto repleto de cajas, y en el suelo cientos de astillas y trozos de lo que podían haber sido varitas usadas hasta su destrucción ― Francamente no me importa tanto como saber para qué me has conducido aquí Odette.

 

La fantasma guardó silencio el tiempo suficiente como para que la peliroja diese vuelta, dispuesta a irse.

 

― Tienes que entender, niña, que no se trata de límites. Se trata de magia, quienes pueden someterla y quienes terminan sometidos a ella ― exhibió un gesto burlón y alzó el rostro para mirar por encima del hombro a la mujer― ¿te has preguntado de qué clase eres tú? O mejor todavía ¿ de qué clase es él?

 

Y ella ¿qué es lo que le había respondido...?

 

Cuando vuelve a abrir los ojos, el recuerdo de la penetrante mirada de la fantasma todavía le acompaña, de la misma forma que la de la muchacha del espejo. Y eso la confunde, porque mientras la conversación del espejo la ha tenido hace apenas minutos, es consciente que la conversación con Odette Saint Marin no fue con ella, sino con la verdadera Bel.

 

De manera que, el hecho de que ambos recuerdos llegasen a la vez, no puede ser casualidad, justo ahora, en que empieza a entender la retorcida senda por la que ha estado conduciéndose Garry Ollivander.

 

O a la que lo condujo alguien más.

 

En ese espacio de sombras en donde él y Hannity se encuentran, el aire denso que los envuelve hiede a muerte. Ha visto a la rubia quebrarse de dolor ante la maldición imperdonable, y ha usado toda su capacidad de autodominio para no atacar, porque necesita que esa cosa que tiene en sus manos a Garry se manifieste.

 

¿Qué clase de preocupaciones habrán estado llenando la mente de él? Guiada apenas por el vínculo establecido entre la magia que le dio vida y los deseos de las dos personas que Bel más ama, ella escucha desde un rincón aquella oscura historia de Charlotte (ahora sabe que ese es el nombre de la chica del espejo). Todo lo que ella sabe "del exterior" proviene de recuerdos de alguien más, y siempre será de esa manera, pues es mera extensión de la magia de la heredad, que la ha dotado de esa forma.

 

¿Cómo entonces Ollivander pudo pensar que podría restaurar la vida a esa muchacha de la forma en que solía ser? ¿Tanta había sido su soberbia, su curiosidad o su soledad? Thélème es la prueba misma de esa imposibilidad, repleta de las memorias de Bel, y sin embargo, es un ser diferente, uno que no hace más que sentirse un pálido reflejo de la real, que posee un corazón con latidos, y una fuerza creadora emanada de ellos.

 

"¿Qué necesitaba alguien como ella para poder estar aquí entonces?

 

La pregunta que ha hecho en voz alta aquel ser, aprovechándose del hombre de espíritu transtornado (y que sigue sin poder asociar a los cálidos recuerdos que posee) también resuena en ella. Porque la respuesta que ha dado para si mismo a ella no le alcanza. No le satisface.

 

Es más. La detesta.

 

Charlotte no necesitaba ser igual que los demás. Lo que necesitaba era que los demás no vieran su diferencia como una amenaza.

 

Que en este mundo sin importar la cuna de la que provengas, o la magia que obtengas, no te nieguen el fundamental elemento de la libertad para vivir de la forma en que crees que merece ser vivida la vida

 

Ah, definitivamente Bel Evans poseía un idealismo único. Uno que la consuela incluso a ella ahora, pues ese solo recuerdo, de esas palabras dichas en confidencia a su mejor amiga de la Academia de Magia y Hechicería, son las que la animan a inclinarse para ver el cuerpo en la camilla y la repulsión inicial que experimenta al ver a Charlotte como una muñeca llena de remiendos, es luego reemplazada por la pena y finalmente por la rabia, en el momento que un nuevo corte revela la cavidad con el corazón intacto e inerte de la muchachita, y la petición infame y manipuladora que sale de la boca de Garry hacia Hannity.

 

Es entonces que decide romper con la invisibilidad que ha mantenido con el mismo mecanismo con que la heredad oculta pasillos y habitaciones, y revelarse a los presentes en la estancia.

 

― No se trata de límites, se trata de entender los ciclos de este mundo y de quiénes nos encontramos en él ¿Pero qué puede saber un ser rastrero como tú de eso?― de la punta de su varita chispean llamas azules, pero sin animarse a atacarlo, su gesto de desprecio se convierte en uno de añoranza al contemplar a Hann, a quien cura con magia y con un abrazo que no quiere terminar ― pero tú si lo sabes ¿verdad Hann?

 

Está segura que más allá de la sorpresa de ver allí a alguien idéntica a su madrina, y aunque la ha abrazado con todas las energías y emociones que la magia le es capaz de proyectar, la joven ha reconocido casi al instante que no se trata de la misma persona. Y aún así, esta mas que dispuesta a llevar a término la razón de su aparición en la heredad.

 

― Un cuerpo sin vida y una vida sin cuerpo, eso es todo lo que se consigue cuando pasas los límites de la magia, sin comprender las verdaderas razones por la cuales existen― señalando hacia la camilla y luego tomando la mano de la joven para llevarla a su propio pecho quieto, susurra cerca a su oído, para terminar con aquella confesión― ella y yo pudimos haber nacido de sus buenas intenciones, de sus temores, de sus evasiones y deseos no revelados. Pero nada de eso genera la esencia de la vida que tu tienes Hann, que es la que te otorgaron tus padres y que no es solo magia canalizada en un cuerpo, sino una manifestación de amor y de redención.

 

Ha llegado el momento. Así que respira hondo, y colocando la varita a tierra, convierte las chispas azules en una descarga eléctrica que impacta en el cuerpo de Garry para inmovilizarle.

 

― No podré mantenerlo en ese estado por mucho tiempo, pero es la única oportunidad para que lo rescates Hannity―con una rapidez casi sobrehumana ha dibujado un círculo alquimico en el suelo, que al completarse ilumina la habitación hasta el último rincón y también la marca del beleño en la mano de Garry― cierra los ojos, sujeta su mano, y confía, querida mía. Que llegarás a él.

 

Sus manos empiezan a llenarse de pústulas de un rojo brillante, pero incluso en ese momento en que podría gritar de dolor, el hecho de haber hecho lo correcto, la hace sonreír. Y todo lo que le queda es resistir y rogar porque "la esencia" de Hann encuentre a la de Garry, en algún vericueto perdido de su propia memoria, quizá añorando épocas más felices vividas en la heredad.

 

De la misma forma en que ella ahora está perdida, volviendo a la última pregunta hecha a la chica del reflejo.

 

―A ti no te importó hacer medimagia sin poderes.

― Y quien te dio origen decidió cambiar sus poderes por la posibilidad de engendrar una hija.

― ¿Pero no son tontas ambas decisiones?

― Para nada―le había dicho Charlotte sonriente― porque lo único cierto es que nunca podremos obtenerlo todo. Y si un día lo llegáramos a conseguir, significaría que tuvimos que pisotear a muchos para conseguirlo ¿valdría entonces la pena?

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¿Qué...?


Sus pensamientos quedaron en blanco y sus temblores corporales (a causa del dolor que aún sentía por la maldición) se incrementaron, siempre había tenido la sospecha de que Garry Ollivander era su padre, lo tuvo desde que supo que Bel era su madre, pero nunca había imaginado que aquella verdad se le revelara de esa forma, había esperado que fuera en otras circunstancias, en otro escenario y sobretodo que fuera Bel o Garry quien lo revelara, no la cosa que habitaba en el cuerpo del Ollivander.


Escuchaba atenta, sin saber qué hacer o decir pero con un sinfín de sentimientos encontrados ¿qué debía hacer en aquél momento? Si lo atacaba dañaría Garry y eso era lo menos que quería hacer. En algo aquél individuo tenía razón, su padre era una persona extraordinaria y de una mente brillante, así que fingió interés en lo que él decía, probablemente con lo que explicaba podría sacar una ventaja o algo que lo pudiera ayudarle.

Sin embargo él se acercó a dónde ella estaba sentada, en donde creía estar segura.


De alguna forma él tomó la camilla sin acercarse mucho a la rubia, Hannity aún sostenía fuertemente la varita, aunque él estaba desarmado, si usaba los conocimientos de su padre podría hacer magia sin ella. Quitó las sábanas que cubrían el cuerpo que yacía en la camilla, era de una jovencita de menor edad que ella, por lo menos de unos 17 años, él le contaba a la rubia, quien seguía en el piso, acerca de la joven llamada Charlotte LeFoche, sin duda una prodigio, sintió tristeza verle allí, lo sentía como la perdida de una compañera, aunque ellas nunca se habían visto.


Empezaba a sentirse mareada y confundida, además del dolor que aún experimentaba, el hombre se acercó a ella, le extendió una mano para ayudar a levantarse, escuchó lo que decía, era la oportunidad perfecta de poder sacar más información de él, tomó la mano que le ofrecía y se levantó mareada sosteniéndose de uno de los estantes de la pared.


-Tienes razón- concedió -Garry es extraordinario y brillante, capaz de lograr cualquier cosa con esa mente retorcida que tiene además del enorme poder. Pero... ¿Tú? ¿Tú qué eres sin compartir el cuerpo de alguien como Garry? lo dijo con toda la tranquilidad de alguien que hablaba acerca de cómo estaba el clima -Presumes de saber mucho, pero ¿Quién eres sin él?


Trataba de ganar tiempo, posteriormente le escuchó hablar acerca de la esencia, Hannity dudaba que aquello funcionara o ayudara a volver a aquella chica a la que le truncaron los sueños aunque ¿Podría hacerlo?


Antes de siquiera acceder a lo que él pedía apareció Bel, no sabía cuánto tiempo había estado allí o qué tanto había visto suceder pero el simple hecho de verla sacar chispas azules de su varita y escucharla la hacía sentir mejor, aunque una parte de ella le decía que no era la persona que ella deseaba ver, que ella la curase que se abrazaran cálida y largamente no quitaba esa sensación de vacío al sentir que aquella persona no era la misma a la que tenía mucho de no ver desde aquel viaje a Egipto. Asintió en cuanto ella le preguntó si entendía de lo que hablaba.


Sus ojos se enrojecen un poco al escucharla hablar cuando su mano es llevada a su pecho, tiene mil preguntas, quiere saber qué pasó con ella, con su madre, pero comprende que ese no es el momento y que probablemente no llegue a suceder, se separa y vé lo que sucede, no quiere que le haga daño a su padre, pero es la única forma que hay para contener lo que se apoderó de él, mira a los ojos a la Evans y sin decir nada entra al círculo creado por ella y hace lo que ella le dice, toma la mano de Garry, aquella con la marca de beleño que brilla intensamente como todo a su alrededor, mira por última vez a la mujer que tiene enfrente antes de cerrar los ojos ya que probablemente no la vuelva a ver al abrirlos.


Un suspiro invadió sus pulmones, mientras se preguntaba ¿Dónde estás Garry? ¿Dónde estás papá? Era curioso, ella era quien tenía que salvar a su padre de aquella cosa que se había apoderado de él, en su memoria había muchas imágenes de recuerdos vividos con él, desde su ingreso a la orden del fénix, los eventos a los que habían asistido juntos, las fiestas como su graduación, el halloween o el día que había llevado ese árbol en navidad y que con la ayuda de Yanna había descubierto que el Ollivander no se negaba a nada de lo que Hannity pidiera o dijera...


Los latidos de su corazón incrementaron de manera alarmante al recordar ese día, aquél día en que los espejos le habían mostrado algo interesante y Yanna... ¡Claro! El Ollivander nunca decía No a Hannity.


-Vamos, ven conmigo- susurraba una y otra vez esperando que lo que había dicho la Evans, o lo que parecía ser ella, acerca de qué sus esencias se encontraran funcionara -¿Acaso piensas dejarme sola?- sonr tristemente y una lágrima resbaló por su mejilla, sus pensamientos estaban en aquella escene y quiso transmitirlo a Garry -¿Recuerdas la navidad que pasamos juntos? Con Yanna, Montpellier, Berny y mamá... ¡Vamos, regresa!


El calor intenso que la marca transmitía como un hormigueo llegó a punto de ebullición, pero Hannity no soltó la mano de su padre, aún una fuerte respiración se escuchó, no abrió los ojos, esperaba que hubiera funcionado y sólo confiaba que escucharía la voz del Ollivander.



Editado por Hannity Ollivander

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  • 1 mes más tarde...

Actualidad.

Hessenorwood Crouch

 

Dos, tres…cuatro-, con un estallido como un gruñido la puerta principal cayó de una sola patada de aquel hombre.

 

No pudo presentar más resistencia a su fuerza casi sobrehumana que incluso pasaba por encima de los hechizos de protección que apenas si le causaron un rasguño. La figura fornida se adentra de todas formas, envuelto en la nube de polvo y el eco que la puerta derribada ha provocado. Era un intruso en la casa, de forma fuerte y salvaje mirada, armado como si fuera a la guerra, pero vestido como si tuviera que asistir a una fiesta de salón. Era elegante y bárbaro, con mecánicas en ocasiones toscas al moverse, en ocasiones estilosas al andar, es un híbrido de dos mundos distintos, es como una criatura maravillosa, pero peligrosa por igual.

 

Sonrió entonces, dejando atrás el rostro duro y los gestos más salvajes, su mirada en cambio no se ablandó y observó todo a su alrededor como alguien que sabe lo que está buscando, pasando por alto los detalles elaborados del interior de la casa, desairando con el azul de su mirada todo aquello que no le interesa. Se encamina con pasos lentos, uno tras otros haciendo que el suelo bajo sus pies proteste, aunque de poco a nada se vuelven cada vez más silenciosos, como si fuera él un experto ladrón y no quisiera ser descubierto por ser ruidoso. No es sigiloso sin embargo, y se mete cada vez mas y mas como si fuera un invitado al que se le ha dejado afuera de la casa por alguna razón.

 

Él siente a cada paso que da toda esa magia antigua escondida en algunos rincones de esa casa, la disposición de la casa de proteger a sus habitantes de él a toda costa, las presencias que lo observan desde lo más oscuro de aquel bosque como dentro de ese hogar. Puede reconocer a sus viejos habitantes y a las personas que le habitaron por última vez, su esencia, su magia, sus almas aún intactas. Pero también es capaz de sentir lo malo, lo carcomido, el hedor que deja un rastro casi imborrable en su memoria, sea la vida que sea, él siempre sabrá como es, el aroma de un alma podrida.

 

Él está de pie en la sala de estar, en la chimenea quedan las cenizas de un fuego que parecía haber estado permanente días antes de hoy y sobre ella solo hay una fotografía pequeña, de un trío de brujos en lo que podría ser una fiesta de cumpleaños, es lo único en esa habitación que tiene color, él lo sabe aun cuando no tiene la capacidad de distinguir toda las gamas de colores existentes. En la fotografía con movimiento, cada uno de los elementos en ella es diferente, pero parecen compartir algo particular, como si un lazo que no puede estar plasmado en la fotografía se hiciera presente de manera omnisciente.

 

El sonido sordo que se escucha atrapado en el pasillo principal llama ahora su atención, así que después de dejar la fotografía donde la encontró, con la misma tranquilidad se dedica a explorar la casa, conducido por la magia escondida, por el rastro que deja un alma contaminada.

... ... …

 

Meses atrás.

Silencio.

 

Es lo mejor que puede hacer, es su mejor y su peor característica, la respuesta a todas sus preguntas, su solución a cualquier problema que se le presente. Silencio. Desde luego que no es algo que él hubiera decidido, no recuerda ser tan silencioso siempre, sin embargo, un día adoptó la peculiar característica y se quedó con ella, se refugió en el silencio que los mismos espacios vacíos a su alrededor provocaron, en la calma que trae para sí mismo. Y se volvió su mejor compañía, y guardó sus secretos y cuidó de ellos sin exigirle, sin juzgarlo.

 

¿Qué podría esconder él entonces entre esos largos y profundos silencios? Es fácil. Él guarda lo que las personas no quieren escuchar, lo que no se atreve a decir, lo innecesario, las ideas en su cabeza que nacen como pequeñas y deformes criaturas, y que toman forma con el pasar de los días, con el prolongar de sus silencios.

 

La alarma del cronómetro de cocina sonó rompiendo con el cómodo silencio en el que se había sumergido esta vez, Garry se levantó de su asiento, apagó la alarma y colocó un frasco sobre la mesa, en el frasco vertió después el resultado viscoso de haber estado hirviendo sangre en un trasto de zinc, los cabellos que luego echó parecieron desintegrarse con el calor del espeso líquido, y algo parecido a un pellejo fue arrojado también a la mezcla, si eran de humano o animal solo él lo sabría. Lo que estaba dentro del frasco se transformó de color y consistencia cuando añade además algunas hierbas con raíz, y apeló a magia más oscura para terminar la revoltura de la mezcla.

 

―¿Está listo?-, el inquilino rompe la armonía que hay cuando Garry trabaja en una poción.

Si-, la voz de Garry es un tono grave, como una vibración más que un sonido y se pierde fácil entre la amplitud del cuarto.

―Entonces vamos a hacerlo-, no puede evitar el largo suspiro, sobretodo cuando se da cuenta, nuevamente, de que en esa habitación no hay nadie más que él y un cadáver.

―...Si

 

Cuidadosamente tomó el frasco entre sus manos, el calor casi traspasa la tela de los guantes de piel de dragón, pero se las ingenia para no derramar ni una gota en el camino. Antes de ocupar el líquido, se detiene a preparar el cuerpo, así que con el mismo cuidado deja el frasco de lado y se acerca al cuerpo sin vida. Es espantosamente pálido, con tonos azulados en los bordes que Garry encuentra muy poco favorables en comparación a los cálidos que se ha acostumbrado ver en ella antes. Aun así, se puede decir que el cuerpo de Charlotte se ha mantenido en perfecto estado, los jugos que el muchacho Ollivander ha recreado para mantenerlo así han funcionado.

 

La abertura en el pecho de ella ya esta hecha, solo está sostenida en la unión por una pinza que con mucho cuidado Garry desprende y abre la piel para ver el interior de la cavidad torácica de la bruja. Es una vista desagradable tal vez para el estómago de cualquiera, los órganos de la muchachita están llenos de esas mezclas que el brujo ha preparado usando química muggle y algo de magia oscura para mantenerlos como si este fuera tan solo su primer día muerta. Garry no se inmuta ante lo que sus descoloridos ojos observan, y tranquilamente, como si se tratara de una autopsia a cualquier otro cuerpo, comienza a analizar el estado de cada órgano.

 

Mientras trabaja en ello, el silencio nuevamente se hace presente en el salón.

 

Cuando termina con la inspección del cuerpo vuelve entonces con la mezcla en la mano, aún está caliente, y humea un olor por demás desagradable, pero ni eso parece perturbar al mago, de pronto parece como si estuviera en un trance hipnótico y trabajara y actuará en automático, siguiendo solo las instrucciones más que su razonamiento. Finalmente, con una jeringa grande, inyectó la mezcla en uno de los órganos vitales más importantes, el corazón, que comenzaba a tener una apariencia mucho más negruzca que el resto de su interior. Garry observó fijamente el órgano, casi sin parpadear, esperando cualquier reacción que pudiera recibir, pero rompió la concentración con un largo suspiro luego de los primero segundos.

 

De apoco el muerto corazón de la bruja recuperó el color que tenía en vida. Entonces él, nuevamente, después de mucho tiempo, se pregunta qué pasaría si dejara de administrar el brebaje.

 

―!Lo lograste! !lo regeneraste! Que...maravilla.

Si, pero…

―No importa, no importa ya...déjame a mi el resto.

 

Silencio.

... ... …

 

Actualidad.

Las partes de un todo.

 

¿Qué era él sin Garry? La pregunta lo descolocó, como si no terminara de entender la idea que Hannity se ha formado de él, de ellos. Pero no la culpa, es evidente que ella no lo entiende aun, no comprende que están a nada de lograr lo extraordinario, no solo Garry, ella junto a ellos también, incluyendo a su bellísima Charlotte que descansa dormida sobre esa fría camilla, esperando para ser despertada, esperando para continuar su vida, la vida que otros han decidido arrebatar. Si, !esto iba más allá que solo ellos en esa habitación! Por supuesto que sí, pero si Hannity no era capaz de entenderlo entonces quizá no necesitaba realmente más de ella.

 

La daga del sacrificio se materializó en su mano tras su espalda, la tranquilidad inunda el rostro del brujo a pesar de su acción cobarde, pero en el momento justo que esta apunto de hacerse daño con la intención de arrebatar finalmente a Hannity lo único que es de su interés, algo parecido a un espasmo lo inmoviliza, es algo que viene desde su interior como una alerta, o una advertencia tal vez. Lo que fuera, es interrumpido casi inmediatamente por otra presencia que no tarda en reconocer tan rápido como se materializa ante ellos. Esta vez el gruñido que se escapa de la boca de Garry es casi fantasmal, más que desconcertado por la reaparición del fantasma de Bel, parece molesto por su intromisión, por su osadía, por sus palabras que expresan que por supuesto, ella, como Hannity, no han terminado de entender la maravilla que se encuentra delante de sus ojos.

 

No, no, no Hannity, ¿es que no lo ves?-, hablaba por encima de la voz de Evans que le susurra al oído. ―Esto no se trata de mi o de tu padre-, señaló el cuerpo sin vida de la muchacha, haciendo énfasis en el corazón en buen estado, cortesía del viejo Garry. ―Esto va más allá de una sola persona, todo este trabajo, toda esta investigación, la gran hazaña…-, sonrió complacido, pero nervioso. ―En su letargo infinito, tu padre se cuestionó lo que muchos otros tienen miedo de hacer, cuestionó esos límites, y se preguntó entre sus tantas conclusiones; ¿qué es lo que hace que una persona sea mágica o no? Y eso mi querida, eso es algo que yo lo sé-, o eso creía saber, la retorcida mente de lo que sea que ocupara la mente y cuerpo del brujo podría estarse engañando a si mismo.

 

La daga cae al suelo y su ruido es opacado por el gemido ahogado que la descarga eléctrica de Evans le provoca. Su cuerpo se siente que arde en llamas, duele, sobre todo la marca del beleño en su mano izquierda, es casi de pronto tan insoportable que si no supiera que necesita de ella para seguir en el juego él mismo arrancaría su propio brazo, al menos cree que eso dolería menos. Y solo queda atrapado ahí, con la mente en un limbo, de pronto no es él ni es Garry o Grelliam o alguien mas...solo es un recipiente, al menos hasta que la calidez del toque de Hannity lo alcanza y de nuevo entiende por qué tiene que ser ella entre todas las personas.

 

Ha-Hannity...-, la vista es cada vez más nublosa y siente que en cualquier instante no podrá luchar más.

 

… ... ...

 

 

Actualidad (otro plano)

El palacio

Hannity-, la voz de Garry se escucha tranquila, e invita a la muchachita a que abra sus ojos. Finalmente lo ha encontrado.

 

La habitación en el palacio está solitaria, como es habitual en la vieja y maldecida heredad de los Ollivander, aun en la versión que Garry ha construido entre los muros más espesos de su mente. No hay más ruido que el del fuego en la chimenea, también solo es el fuego lo único que ilumina la habitación, eso y los escasos hilos de la luna llena que se cuelan entre las gruesas cortinas que cubren las largas ventanas. El aroma de la habitación es como la del incienso, con un ligero aroma ahumado que debe venir de los leños que se queman en la chimenea, da automáticamente una sensación de calidez y comodidad en aquel espacio oscuro. Los muebles en la sala de estar, incluyendo los sillones y las alfombras antiguas, tienen una capa de polvo sobre ellos, señas del evidente abandono que han sufrido.

 

Es todo casi tan real.

 

En medio de la habitación está él, a tan solo un par de metros de la chimenea, sentado en la butaca de alto respaldo que alguna vez ocupó su abuelo, con la palidez de su mirada apagada sobre el fuego de la chimenea, como si no tuviera otra razón más que ver consumir el carbón. Su respiración es lenta, tan tranquila y apaciguada como lo es casi siempre, de pronto da la impresión de que en cualquier momento se detendrá, pero tras una larga exhalación de cansancio, el aire se suministra con normalidad. Una y otra vez. Y los dedos de sus manos se retuercen entre ellos para aminorar el achaque que sufren.

 

Se siente extraño, compartir con Hannity un espacio de sus memorias.

 

¿Qué haces aquí linda? Debes irte a casa-, habla con desbordante paciencia, aun cuando sabe que un intruso en el palacio no es una buena señal.

 

 

@ @@Rory Despard

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Thélème


¿Es esto el pasado?


...


Se recuerda a sí misma, con las manos repletas de quemaduras a causa de la magia del sello de alquimia que ha empleado para contener a Garry Ollivander, y permitir que su hija, Hannity, lo salve. Pero no está allí, ni tampoco está la mujer del espejo Charlotte, si no que solo se ve a sí misma, o mejor dicho, a la ella real, sentada, y con la cabeza vuelta al cielo, contemplando un árbol florecido, por lo que intuye que deben estar en primavera. Es tan solo un impulso, pero lo sigue y se sienta a su lado, para observar eso que Bel está viendo que no es más que una flor que ha germinado en medio del tronco grueso y reseco.


Caulifloria ¿es ese el término correcto, abuelo?― ella no ha desviado su atención de la flor, pero Thélème si que se empecina hasta dar con la persona a la que la peliroja se ha dirigido, que no es más que un fantasma de aspecto taciturno que masculla un seco sí, antes de indicarle a Bel que no es sano que lleve tanto tiempo observando al árbol.


Pero ella solo niega con la cabeza.



Se supone que venía para tomar un poco de la corteza, que es excelente para aliviar los dolores de cabeza y resfríos comunes. Pero me impresionan todas estas flores allí. Me hace preguntarme si no debería volver más tarde, cuando todas hayan caído y me hagan sentir menos culpable de arrancar algo en el apogeo de su belleza.


Lo siguiente que la ve hacer, aumenta su confusión. Bel ha clavado su varita en la tierra, y todavía arrodillada, coloca sus manos sobre su regazo. Su cabello revolotea por causa del viento en todas direcciones. El overol que trae esta repleto de barro, tan igual que sus propias manos con las uñas ennegrecidas de la tierra que debe haber estado tomando, para sembrar, o recoger semillas, o quizá ambas cosas, porque apenas está notando que junto a ella hay una variedad de herramientas de jardinería y sacos de abono. Es a todos los efectos, una imagen sumamente vulgar la que proyecta, hasta que la ve abrir la boca para recitar (¿o es más bien un canto?) con una voz diáfana y en un tono más melódico y menos grave de lo que suele ser su voz.



Te envolveré, como la lluvia del sol a las hojas,

Ese es mi voto a ti, fuerte y continuo.

Si esto no es más que un sueño, entonces que sea un sueño.

No me importa

enfrentaré el bondadoso resplandor de la mañana,

Porque creo en la felicidad*.



De repente, es admirable como la tierra comienza a estremecerse, como si la melodía que acabase de entonar permeara en la superficie, sacudiendo al bosque por entero. El fantasma ha abierto los ojos, y este es apenas uno de los indicios de su asombro. Mientras tanto, con gotas de sudor cayendo por su frente, Bel está tan satisfecha que su sonrisa es enorme y no hace sombra ni siquiera el hecho de que al frotarse con las manos para limpiarse el sudor, haya ensuciado todavía más su cara.


Creía que había perdido la capacidad de hacer magia druida ¡pero mire lo que se consigue con tan solo entonar un cántico antiguo y mezclar un poco de sangre en el abono!― mientras se incorpora y toma su varita de nuevo entre sus manos, escucha como el fantasma la reprende por usar tan despreocupadamente magia de sangre― déjeme que la utilice abuelo― replica ella mientras su gesto se ensombrece de repente― no hay forma de saber si podré hacerlo cuando la estación cambie. Lamentablemente, mi magia no es tan estable como antes, ni tampoco tan fiel a mí misma de la forma que usted lo es a este ciclamor. Usted está atado y se asemeja a las raíces de este árbol, firmemente ancladas a este suelo sin importar lo que suceda, mientras yo soy como la corteza: tuerzo mi camino con demasiada facilidad y decaigo cuando el ambiente no es el adecuado.


Thélème tiene el presentimiento de que se le está escapando algo en esa conversación, que no es un simple intercambio de opiniones sobre la magia y las plantas, o que estos son apenas rastros para dilucidar secretos más profundamente arraigados en ambos. Como un lenguaje intrincado, o alegorías para ejemplificar un tema al que no pueden aludir directamente.


Le molesta no saber. No poder todavía, aun con todo lo que ya ha ido viviendo, comprender a la persona tras la magia que le dio origen. Ve como incluso los brotes moribundos reverdecen alrededor de ella, y como el aroma de multiplicidad de flores inunda el espacio hasta casi asfixiarla. Observa como Bel sigue su recorrido tranquila, concentrada en anotar con minuciosidad detalles de las plantas que va observando, y dada la extensión de los terrenos de la heredad, Thélème cree que si ella intenta recorrerla entera, el ejercicio le tomaría toda la vida. Entonces ¿por qué es que se está tomando semejante tarea?


La respuesta le viene tan de repente, que le asusta (aunque por supuesto sea imposible) que esa Bel del recuerdo le haya escuchado sus dudas, y es que como era más previsible, está volviendo a dirigirse en realidad, al fantasma que ha reaparecido a su lado.


Los ciclos de vida y de muerte, tan igual que en las plantas, se suceden en nuestros propios corazones. Hay sentimientos que pueden morir y renacer de otra manera, hay "malas hierbas" que pueden enraizarse en lo más profundo, y con la misma irracionalidad de los frutos híbridos de quienes no entendemos su origen o motivo de existir, perviven en nosotros, a través de las ansias y deseos que mezclan bondad y maldad, que son maleficio y bendición a la vez. Mi problema sigue siendo, no saber distinguir cuando debe ser cortado, y cuando...merece una nueva oportunidad― no hay tristeza en su rostro mientras reflexiona todo eso, pero sus ojos si que han abandonado el brillo curioso con que observaba a las plantas minutos antes― no se ofenda abuelo, pero no quiero quedarme atrapada como usted en este lugar. Hannity, Garry, la casa misma con sus rarezas, son parte de mí, y yo soy parte de ellos, pero quiero serlo solo en la medida que eso traiga felicidad, y no angustias y pesares. Ya tuvimos suficiente de ellos ¿no le parece?


Bel sigue su recorrido, pero Thélème ha dejado de seguirla.



¿Y es esto mi presente?


...


Sea lo que sea que los Ollivander estén viviendo dentro de sí, ella no es capaz de alcanzarlos, y su trabajo sigue siendo garantizar, mientras le alcancen las fuerzas, que el sello de alquimia funcione y permita mantener la conexión entre ambas mentes. Sin embargo, sabe al ver a Hannity balbuceando, que ella ha dado con Garry, y esa pequeña muestra le anima y reconforta a tal punto, que renueva sus energías para seguir.


A su alrededor, el espacio se torna más y más oscuro. El cuerpo de Charlotte le acompaña, frío y silencioso sobre la camilla, pero es menos aterrador que la otra presencia, que apenas percibe como una sombra, todavía incapaz de sobreponerse al ataque recibido antes. Acabar con él es la tarea primordial, pero Thélème se está cuestionando aquella pregunta no resuelta por Bel.


¿Cuándo saber que algo debe cortarse, y cuando darle una nueva oportunidad? Está más segura ahora que cuando entró, que lo que sea que se había apoderado de Garry Ollivander lo había hecho no anulando la voluntad de él, sino más bien apelando a esa voluntad, torcida quizá por las circunstancias posteriores al estallido de la guerra en Inglaterra y el alejamiento de esas personas que le habían sido tan importantes en un momento, y que había encontrado la forma de enraizar en el mago, al punto de hacerlo perder la conciencia de sí mismo.


Ella no tiene la fuerza para enfrentarse a eso. Todo lo que puede intentar entonces es animar al trabajo de Hannity, la única capaz de recomponer los lazos rotos y traer de vuelta, quizá no al viejo Garry, pero al menos a la parte de él que pudiese ser capaz de redimirse de su propia oscuridad. Lo que ha entendido (aunque resulte sumamente básico) es que todo el asunto de las maldiciones que han pesado sobre esa familia va más allá de la magia misma, pero escarbar al origen es una labor que por su propia naturaleza de no ser más que magia adoptando una forma, se siente incapaz de realizar.


Es por eso que ha decidido depositar sus recientes pensamientos cargados de esperanza, en aquellas palabras que Bel iba repitiendo para hacer que la vegetación de la heredad se renovase con nuevos bríos. No está segura de tener la voz tan melodiosa, pero al menos, incluso sin un corazón, quiere creer que todos, incluso ella, despertarán de ese raro sueño, renovados en esa mezcla de amor y de sentimientos marchitos, de todo lo que tiene que morir, para dejar nacer algo nuevo.


Llévame lejos,


No importa cuantas veces los colores de las estaciones cambien,

Estos sentimientos nunca se marchitarán,

Meciéndose como una flor,

Pensando en ti.

Si esto no es más que un sueño, entonces que sea un sueño.

No me preocupa,

Mi corazón, lleno de brillante amor,

Siempre está pensando en ti.*


¿Y qué tal si no era un dilema como Bel lo pensaba? ¿Qué tal si en realidad, podías cortar y renovar a la vez?


*Jojoushi- L'arc en ciel




@ @@Hessenordwood Crouchs


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¿Lo escuchó? Aún no abría los ojos, no quería hacerlo, quería estar segura de que era él, tener su varita en caso de que el otro Garry intentara atacar, pero en sus manos no se encontraba. Cuando él la había llamado un sentimiento similar a la emoción y sorpresa la invadió, entonces lo supo ¡supo que era él, era su padrino! Aunque no sabía cómo llamarle o si él era conciente de lo que había dicho quien lo poseia.


Abrió los ojos.


Estaba parada, una posición distinta a la que se encontraba en aquel cuarto donde se había quedado el cuerpo de Charlotte y el fantasma de Bel, era un lugar diferente al que habían estado momentos atrás, ahora ni siquiera sentía el calor tan intenso que quemaba y hacia daño a la palma de su mano izquierda, pero ¿Cómo había sido eso? ¿Era un sueño? El lugar estaba iluminado solo por el fuego que crepita en la chimenea y por unas cuantas líneas que se forman por la entrada de la luz de la luna a causa de las cortinas mal cerradas. Se habituó rápidamente a la escasa luz y buscaba con la mirada el lugar donde probablemente estaba Garry, no tardó en encontrarlo, justamente cuando él le preguntaba qué hacía alli.


Él estaba sentado en un sillón de respaldo alto (era elegante, como los que ella había visto alguna vez en la biblioteca de los Jane), a pocos metros de la calidad que emanaba la chimenea.

Se acercó a él, aunque no podía verlo bien por las sombras que se dibujaban en su rostro, aquello en momentos anteriores le hubiera dado un poco de miedo, sobretodo ya sabiendo que alguien más habitaba en el cuerpo de Garry, pero en ese momento la calma en su tono de voz le hizo estar segura de que realmente sólo era él.


-Y-yo vine a buscarte pa-padrino- respondió nerviosa después de que él le hubiera pedido que se fuera a casa - Pensé que-que no te enco-ntraría, tuve miedo de no lograrlo.


Empezaba a pasar de un nerviosismo a una calma que le había hecho falta desde el momento después que aquello le proponía ayudarle a volver a la vida a Charlotte, aunque también tenía una ansiedad por acercarse más, ver qué realmente estuviera bien y abrazarlo, sabía que a él no le gustaba mucho, pero era su forma de comprobar que era él.


Se acercó sólo un poco más -Tú ¿estás bien?- estaba preocupada, no sabía si el intruso también se encontraba allí, así que dió un paso más hacía donde él estaba sentado y se sentó en el piso con las piernas ceuzadas, frente a él, le hubiera gustado verlo mejor -¿Ésto es un sueño? Por que- hizo una pausa -Sería extraño volver a la realidad... Fijo sus ojos grises en los de él, aquellos ojos de color dispar en el que uno de ellos se parecía tanto a los de ella.



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  • 4 meses más tarde...

Grelliam M. Ollivander

 

La figura estática del brujo sentada en aquella butaca de alto respaldo pareció endurecerse y oscurecerse mas bajo la helada mirada gris de Hannity, él por supuesto intenta no distraerse en el pensamiento que en su cabeza decide instalarse: ¿Dónde ha visto esa mirada antes? No, debe escuchar lo que ella pregunta, aun cuando él debería estar aun mas preocupado por la llegada de aquel nuevo huésped en los pasillos del palacio, su palacio, como si fuera la creadora de la mitad de ello.

 

Auto escudriñarse a través del reflejo de sí mismo que hay en la mirada de Hann tampoco es algo que mejore la situación, se siente de pronto incapaz de reconocerse, o al menos él hubiera imaginado encontrarse con una versión menos agradable de él, quien sabe, quizá algo que representara mejor sus pensamientos, acciones y hechos más recientes, pero no. ¿Sería acaso esto lo que Hannity ve en él todo el tiempo? Alguna versión de Garry asomándose a través de la ventana desde el interior Hann. Si ese era el caso, Hannity estaba siendo demasiado amable con él. Es eso, o quizá era simplemente lo que ella hubiera deseado ver en él.

 

¿Un sueño? -, el sonido que hace la voz de Garry es vibrante, posiblemente lo único ahí que de pronto parece tener vida, inclusive aún más que el pálido cuerpo de Hannity. –Ciertamente no tengo idea, pero esto no me parece un sueño-, no es que sea incapaz de sostenerle la mirada a su ahijada, pero igualmente despega los descoloridos ojos de los de ella para centrarse en algo más allá de lo que se ve por una de las ventanas que, usualmente, deberían dar al circulo de la heredad. –De ser un sueño, ¿no crees que hubiera despertado ya hace un rato? -, no existe ningún sentimiento que se le escape en aquella silabas arrastras, ni mucho menos en aquel acento casi completamente inglés.

 

Es algo demasiado complicado ser indiferente ante la presencia de Hanity en su habitación, él debería concentrarse mejor en la tarea en la que estaba antes de ser interrumpido por ella, él debería pensar quizá mejor en lo que hace ahí y por qué. Para fortuna de todos y nadie, Hannity atina al extraño buen humor de Garry admitiendo para él lo extraño que sería de algún modo volver a la realidad. Justo después de eso se pregunta si es que Hannity pueda algún día pudiera llegar entender lo que es para él este tipo de realidades.

 

Entonces, en algún punto de esta silenciosa convivencia, se vuelve algo más que irresistible no pensar en ella, por lo que solo es Hannity quien ocupa luego la mayor parte de la turbada mente del brujo, después de casi fracción de segundos finalmente decide que no tiene ahora otra cosa que atender que no sea ella. Como consecuencia de ello, a la oscuridad de la habitación se vacía de pronto, quedando toda amontonada en lo que sea que exista del otro lado de la ventana que Garry mira con fijeza. Incluso cuando finalmente parpadea se da cuenta que, aunque imposible, la habitación ahora se siente, y es mucho más cálida de lo que la recuerda.

 

¿Por qué estás aquí Hannity?-, volvió a preguntar aun con la mirada perdida en lo lejos de esa ventana. Él ya ha escuchado a Hannity antes, ella ha dicho que ha venido a buscarlo, el por qué es algo que casi lo intranquiliza, sin embargo, en esta ocasión, su insípido acento evidencia el hecho de que él espera otra respuesta por parte de ella. Quizá algo que explique cómo es que la hija que nunca ha tenido con Bel Evans ahora comparte no solo su vida, sino también el palacio junto a él.

 

… … …

 

 

Hessenordwood R. Crouch

 

La detonación es fuerte, vibrante y muy ruidosa, pero extraordinariamente limpia, el muro cayó sin más esfuerzo de nada y Hessen solo tuvo que resoplar para quitarse de encima el polvo que ha caído sobre su ropa. Por otro lado, la nube de polvo que se ha levantado a su alrededor es espesa y si no fuera por el escombro a su alrededor cualquiera podría pensar que el estruendoso rudo solo es parte de un efecto especial de aquella escena que ocurre del otro lado de la habitación. Maldición, su impresionante entrada opacada por el trio de Ollivanders.

 

Infiltrarse a la mansión de ellos no representó en absoluto un verdadero problema, la vieja y siniestra casa no tiene nada más que simples y hechizados muros de vieja madera como único obstáculo que Hess tiene que enfrentar para colarse a la casa, si robarla es lo que hubiera querido desde un principio seguramente no hubiera sido un problema, no obstante, verdad era que entre más se acercaba a lo que buscaba ahí dentro más difícil resultaba seguir tumbando paredes. Hess no puede asegurarlo tampoco, pero es como si la casa luchara también contra lo que ahí dentro se esconde.

 

Por lo tanto, el hecho de tirar tan teatralmente el ultimo de los muros habría sido solo para darle el giro dramático que, evidentemente, estas personas NO necesitan.

 

A lo largo de sus desenas de vidas, Hessen puede decir que ha visto de todo, tal vez no puedo recordarlo como algo propio, pero si es capaz de pensarlo Hess cree entonces que ya lo ha visto en alguna ocasión. Los mortales son altamente creativos para condenar sus almas a la miseria, a pesar de sus altas limitaciones que les permitieran, o no, sobrevivir al hecho más extraordinario que pudiera cualquiera imaginarse, no todos ellos, por supuesto, pero habría siempre casos excepcionales.

 

No debería sentirse tan sorprendido entonces al encontrarse con ellos, lanzándose hechizos, atrapados en un aura difícil de identificar para los ojos del demonio que solo son capases de distinguir las cosas como bultos sin colores. Bajo sus pies, hay pintados una serie de símbolos y valores que reconoce de alguna vida u otra, pero que no son importantes ahora. Él camina entonces sin ser visto (aparentemente) en aquella habitación, se acerca al ente (la cual no esta seguro de que se trate de una persona real) que parece tener mas conciencia que el resto y que apunta su varia con fuerza hacia los otros dos cuerpos, atrapándolos en una especie de transe, en un algún lugar donde puedan pertenecer solamente aquellas dos mentes.

 

Contempló con una eterna calma aquella interacción, bajos su perspectiva, esto era como intentar pegar a la fuerza algo que ya estaba roto en mil pedazos, y lo único que él es verdaderamente capaz de distinguir es el alma descompuesta sobre los hombros de quien Hess atina a decir que se trata del señor Ollivander.

 

Hay algo más a su alrededor, sin embargo, al igual que la mujer que apunta con su varita, no puede saber quién o qué es, después de todo Hessenord solo está aquí por el muchacho. Por otro lado, apelando a su vejes, o quizás a su lado más humano, entiende también que, por el modo en el que ellos, o ellas, se aferra tanto al recipiente es porque son, de alguna manera, importantes. A pesar de esta extraña explicación que se da a sí mismo de lo que ahí ocurre él no quisiera intervenir en esta, que seguramente, será una despedida.

Tonto sentimental.

 

Hazte a un lado-, a su espalda aun esta esa esa mujer, sosteniendo con fuerzas lo que sea que mantiene a raya el alma del alquimista. Hess se imagina que tal vez no era necesario decirlo tampoco, después de todo aquel ente parece debilitarse a una velocidad alarmante. – Yo me encargaré de él ahora-, masculló entre dientes, en sus claros ojos azules se refleja solamente a la criatura que hay delante de él, lejos está de ser ya una persona y de quien fue alguna vez. –Déjalo ir-, insistió, mientras apretaba los nudillos en grandes puños en los que se convertían sus manos. – Ahora lo llevaré conmigo.

 

@ & @@Rory Despard

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Thélème



Voluntad no es algo que pueda permitirse, no es un ser con libre albeldrío, o en todo caso este se restringe a la capacidad de poder manifestarse ante alguien más que Garry. Ha podido escudriñar dentro de sí misma el tiempo suficiente para saber que su presencia responde a una función muy específica, y a medida que se va debilitando, perdiendo corporeidad y asimlándose más a la apariencia de un fantasma, Thélème sabe con cada muro de la casa que comienza a ser derribado y que le afecta como si fueran golpes hacia sí misma, que está jugándose los últimos minutos de una batalla que el hombre que tiene delante en ese instante le dice muy calmado, que ha estado perdida desde el comienzo.


¿Por qué estaba tan seguro de eso? ¿Tan previsibles y tendientes al fracaso habían sido todos esos actos? Quiere entenderlo, pero incluso con la magia que no deja de drenar de su ser, no le gusta que la perciban débil. No puede y no quiere hacerse a un lado, como acaban de exigirle que haga, y aun si la voz de él no ha sido nada amenazante, en sus puños apretados adivina una forma de coerción ante la que no está dispuesta a ceder.


― ¿Y dónde lo llevarás exactamente? ¿Quién te ha dado ese derecho? ― la pregunta es más retórica que otra cosa, pues ella sabe que de haber sido alguien que obrara "para el bien" de los Ollivander, la casa no habría buscado evitar que llegara hasta ese espacio, pero a pesar de eso entraña también las propias ideas de lo que ella considera que únicamente le compete a Garry decidir ― Incluso si él te llamó, consciente o inconscientemente hasta aquí, ya habrás podido notar en estos sellos, la clase de magia que todavía lo está protegiendo,y que es igual de fuerte, que la oscuridad con la que repletó la casa y su propio ser.


Una magia que había sido capaz de crearla a ella, representando justamente el lado más luminoso de la ruinosa Heredad Ollivander. Una magia que emanaba de la misma voluntad con que probablemente Hannity seguía (estaba segura de eso) conectada a su padre, a pesar de que los sellos que habían permitido la conexión se debilitaran más y más. No tenía certezas de si continuaría o no "con vida", pero todo lo conseguido esa noche le dio el impulso para decirle al recién llegado lo más fuerte que pudo, lo que pensaba.


― Ni siquiera tú y ni siquiera él puede renunciar a los lazos que hoy lo protegen― su sonrisa se fue ensanchando a medida que se convencía más de la certeza de aquel razonamiento― Siendo yo la prueba viviente de ello, a dónde sea que lo lleves, créeme que ellas encontrarán la forma de seguirlo. Y así adopte esta forma, o cualquier otra, también yo iré a dónde él vaya, porque no tengo más voluntad en mí misma, que la de cuidarlo en memoria de quien lo dejó pensando que así lo salvaría.


Y sonaba tan contradictorio, y ella no lo había entendido hasta ese momento, pero justamente era esa la naturaleza humana, una suma de contradicciones, donde inútilmente se intentaba distinguir entre motivaciones racionales y pasionales, cuando en realidad todas tenían el mismo núcleo: La incansable e inabarcable lucha ante la soledad. Había percibido en los recuerdos permeados por la heredad la soledad que había atrapado y asifixiado a Bel Evans Ollivander en dilemas inexistentes, había visto en los ojos de Hannity Ollivander el rastro de una vida de soledad pasada y luego el deseo firme de convertir la desquiciante, densa y oscura soledad en que su padre se había sumergido los últimos meses, en una soledad compartida entre dos.


Y Thélème podía dudar de sus fuerzas, de las razones por las que tenía esa apariencia, de cuánto más ese sello de alquimia resistiría, pero no dudaba, ni por un segundo, del poder de Hannity Ollivander, la hija imposible, que por eso mismo, jamás lo dejaría ir.



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Era extraño el ver a Garry sentado de aquella forma tan estática que hacía parecer que solo lo había un bulto en la silla de aquella habitación tan extraña y que nunca había visto en algún rincón de la heredad, además la forma en la que él se escudriñaba en el reflejo de los ojos de ella, lo hacía parecer distante a la persona que ella conocía, pero de igual forma al Garry que Hannity recordaba, el que dejaba de hacer algo o que quizá hacia algo que no le gustaba por el simple hecho de complacer a su ahijada, todo ello era en lo que pensaba al verlo cuando él había dejado de mirarle a los ojos y, según ella, reflejaba el hecho de que quizá el intruso seguía con ellos, pero para eso había ido ella, para encontrar a Garry y asegurarse de que aquello no compartiera más el cuerpo de su padre.


Quisiera levantarse y dirigirse hacía la ventana que mira Garry y descubrir qué será aquello que lo inquieta o también le gustaría ver qué es lo que hay más allá, pero está allí por una razón específica y no quiere desaprovechar la oportunidad de hablar con él frente a frente antes que, de ser ciertas sus sospechas el intruso aparezca de nuevo y no poder cumplir con su trabajo.


Escucha lo que él dice con voz vibrante acerca de que piensa que no es un sueño, el tono en que lo dice hace que la habitación tenga una especie de vibramiento, pero eso no le incómoda, es una oportunidad para hablar, probablemente de lo que es que la trajo hasta aquí.


- Probablemente es que no quieres despertar y regresar a lo que vivías, tal vez... solo tal vez sea mejor lo que vives ahora que lo que dejaste atrás.


La pequeña rubia le sonríe y se va acercando poco a poco, así sentada, más a él hasta quedar a unos cuantos palmos de distancia, él en el sillón y ella en el suelo.

Aunque parece que el brujo no ha notado esa cercanía y vuelve a preguntar el por qué es que ella está allí.


-¡Ya te lo he dicho! - sonríe - Estoy aquí por que vine a buscarte, a asegurarme que estás bien, probablemente en este tiempo podamos hablar un poco y asegurarme de que eres tú- en la última frase no pudo hacer que su tristeza no escapara.


Tomó la mano izquierda de él con su mano izquierda, su mano, la que empezaba a sentir un ligero cosquilleo a causa de la quemadura que la marca de beleño que tenía su padre en la mano le quemaba desde que lo había tomado y había desaparecido esa sensación al encontrarlo, como si alguien estuviera a punto de romper aquella conexión, pero ella no dejaría, si es que eso era posible, que eso sucediera.


-Los dos tenemos una extraña conexión que va más allá de lo que puede haber en la realidad o en otro plano- suspiro antes de continuar - Él me lo dijo- sabía que Garry entendería a lo que se estaba refiriendo o a quién. -Yo solo te quiero de vuelta a ti, quiero al Garry que conozco de vuelta, sin intrusos que sean capaces de torturarme para obtener lo que quieren, quiero al Garry medio retorcido- no pudo evitar reír a pesar de tener los ojos enrojecidos -Quiero al Garry con el que he compartido tanto en tan poco tiempo, al Garry que sin importar lo que pida él hace todo por complacerme, así lleve un pino venenoso a casa y el sufra de alergia, al que hizo una fiesta sin importar que a él no le guste mucho el trato con la gente...- le tomó con más fuerza la mano y puso la otra ensima de la suya, como si no quisiera que la soltara -Pero... sobretodo... quiero a mi papá y tú, Grelliam Ollivander lo eres...


Que reacción tendría, o tendrían, después de sus palabras no lo sabía, lo único de lo que estaba segura era de que, por la falta de sensación de ardor y cosquilleo en la mano, probablemente seguirían conectados por un tiempo más.



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Hessenordwood Crouch


Como demonio en el cuerpo de un mortal Hessenordwood tiene una disposición bastante limitada de sus propios poderes, para su pesar, también los tiene como brujo e incluso en aquellos poderes más natos que le permiten hacer su trabajo, el propósito de su existir, —Es parte del castigo— se dice a sí mismo cuando tiene que pasar las noches curando sus propias heridas y lesiones después de una captura, cuando no puede recordar los días en los que solo era un ente sin forma, sin sentidos, sin nada más allá que su necesidad constante de llevarse consigo las almas descompuestas de los humanos. Tan simple como eso. No obstante, hoy cada día es un reto, una alta prueba de supervivencia, pues cada alma recolectada le cuesta casi su propia vida.


Desde que tiene memoria Hessen siempre ha admirado el modo en el que los humanos se aferran a la vida como si creyeran injusta la muerte que les espera, nunca están conformes, nunca es suficiente para ellos aun cuando reconocen sus propios tropiezos, sus errores, y los aprecia con mayor desconcierto sobre todo cuando ni siquiera tienen que luchar por ellos mismos, si no cuando pelean por el alma de alguien más, por los días de vida de otra persona, condenándose a ellos mismos en el proceso, ¿de donde es que sacaban tanta fuerza entonces? Y qué desgracia para él que algo como eso; una inocente apreciación por algo inferior como la fuerza férrea de las personas a querer vivir para siempre, fuera lo que lo mantuviera aquí ahora como uno igual a ellos, luchando por sobrevivir.


Él los desprecia tanto a todos ellos ahora, a los mágicos y a los no mágicos también, tanto que es difícil pensar que puede seguir sintiendo pena cuando tiene que arrancar de los cuerpos sus almas.


Y aun así...lo hace.


¿Y a dónde lo llevarías exactamente?


Ah si, él no está solo, por un momento, mientras analiza detenidamente el cuerpo paralizado del muchacho Ollivander, ha olvidado que hay más cosas-personas-entes merodeando a su alrededor, protegiéndolo, también están esos símbolos que despiertan una magia poco usual, pero tampoco desconocida para el demonio, está rodeado también de toda esa magia que envuelve a la mansión, a esos misteriosos terrenos y a vidas pasadas antes que ellos ahí. Siendo sincero, Hessen sabe que lo que trae consigo para librar esa noche no podría siquiera compararse a todo ese poder reunido, concentrado la mayoría de él en esa sola habitación. Justo así es que puede recordar lo uno en un millón que es ahora solo como una persona, como un demonio mortal.


Lo que aquel ente parlotea a sus espaldas no lo hace sentir mejor tampoco, él sabe que algo de razón debe tener, pues las últimas palabras antes de que la muerte llegue siempre son como un juramento, como una maldición, aun cuando no está completamente seguro de que esa figura corpórea, que se manifiesta como solo un recuerdo, pertenezca a alguien vivo o que alguna vez lo estuvo, sin embargo, sus palabras y los sentimientos que puede percibir de ella (solo gracias a su sentido más humano) son como todos esos que él ya ha visto y sentido antes, son las emociones que invoca la muerte.


El hombre parpadeó una, dos, tres veces antes de continuar acercándose al cuerpo paralizado del que debe ser Ollivander, lo sabe por qué es lo único que puede ver con claridad y detalle en la habitación; las cicatrices en su rostro, las arrugas de los pocos gestos más frecuentes, el claro color de sus ojos adormilados en ese trance, las manchas en su piel, las canas en mechones que ahora están por todas partes, la sangre suya mezclada con la de alguien más en sus ropas descuidadas, y ese aroma, ese aroma que sin conocerlo ni saberlo Hessen sabe que no le pertenece al muchacho Ollivander, si no a algo más, algo que lo corrompe, que lo posee, que lo está pudriendo desde adentro, desde lo más profundo de su cuerpo, pero que increíblemente no toca tampoco su alma.


Desde ahí puede verlo, apenas, el claro color que se escapa detrás de esos párpados golpeados por el cansancio, la pequeña brecha que es la ventana hacia su alma, está escondida detrás de una luz intensa, con mucho color y calor, está protegida por algo más y Hess sabe que no debe detenerse a intentar comprender qué es lo que ahí pasa, que por más que se esfuerce no lo entenderá y, aun así, caerá conmovido por ello. Las palabras del fantasma de Evans ahí se lo están advirtiendo.


Yo…-, la mirada de Hess ya es casi blanca cuando voltea para echar un vistazo, por encima de su hombro, al fantasma casi desaparecido a sus espaldas. —Realmente espero que eso que dices sea una completa verdad-, sonrió, aún es capaz de mantener el encanto que su humano puede ofrecer, aun cuando sabe lo que está apunto de hacer. —Ahora, déjame ayudarte…-, inspirado entonces por lo que ella le ha contado, Hess es capaz de finalmente invocar la guadaña, no habría podido sin un sentimiento tan fuerte como el que une a esas personas en la habitación.


Esta vez la hoz tiene la forma de un arma de fuego muggle, con dos cañones anchos y largos de metal oscuro y un mango curvo donde tirar el gatillo no necesita más allá de mover solo un dedo. Respiró, renegando de su propia arma, y apuntó con firmeza directo al pecho de Ollivander.


—Hazte a un lado-, insistió. Por sobre toda la magia, aun siendo su deber, él necesita una brecha para que su magia, que no es tan poderosa, pueda atravesar esas protecciones sin tener que luchar por ello. Y sin esperar una respuesta por parte de ella, tiró del gatillo.


El estallido retumbó en cada rincón de la habitación y sacudió hasta las ramas más cercanas alrededor del círculo de la heredad.


... ... ...


Grelliam M. Ollivander


¿Qué es eso de lo que habla Hannity? ¿qué es eso que ha dejado atrás exactamente?


Pensar en eso es incómodo, Garry no acostumbra ver atrás, no a su pasado, hace años que evita hacerlo, él supone siempre que mirar atrás solo le causaría problemas, sabe que hacerlo solo forma muros más duros e impenetrables (incluso para él) dentro del palacio que lejos de ayudarlo lo limitan. No, mirar hacia las cosas que deja atrás no es una opción, es difícil, lo distrae del ahora, del presente en el que vive y, de forma particular, duele hacerlo. Así que no necesita perder el tiempo con esas cosas, no puede ocuparse tanto en atenderse a sí mismo y los fantasmas del pasado cuando está a un palmo de un gran descubrimiento, de un logro que, sí resulta, ayudará a más de uno como él, o cómo a todos esos que él mismo ha dejado atrás.


Él ya no es más, ni tantito, lo que Hannity le pide que sea, con el tiempo él ha hecho de su interior algo espeso, que no deja que nada que no deba salir salga, que las cosas que entran se queden, y ha permitido a la criatura distorsionarlas para él, por que solo ella puede cuidar lo que Garry guarda en su interior, por que solo la criatura sabe lo que verdaderamente él siente. Ella no hace algo bueno por él, eso es algo que Garry sabe desde hace mucho, sin embargo, esa criatura siempre estará ahí consigo, sin importar lo que pase, lo que él piense, lo que él sienta, y así será hasta el día que muera. Ese día se marcharán juntos y solo con ella compartirá sus últimos pensamientos.


...Los dos tenemos una extraña conexión que va más allá de lo que puede haber en la realidad o en otro plano...


La sonrisa de Hannity lo rompe y entonces, por un periodo demasiado corto de tiempo, Garry puede pensar que hay algo mejor para ellos dos.


¿Qué tanto había tenido que pasar ella para llegar hasta ahí? Lo que fuera, él es el culpable de eso. Quiere detener sus palabras llenas de emoción y sinceridad y decir que no las desperdicie en él, que no le dedique más tiempo, su atención, su esfuerzo, quiere que los ojos de Hannity reflejan algo más que aquel rostro insípido que es lo único que queda del recuerdo de él mismo que tiene Hann. Pero no puede hacerlo, porque al final, él sabe que casi desea lo mismo que ella. Y se cuestiona fuertemente si puede hacerlo, si puede tenerlo, si es que puede abrazarla, si se puede quedar a su lado por el resto de su vida para cuidarla, si pueden ella y Bel escuchar también sus últimos pensamientos antes de morir, o peor aún, quiere decirle que quiere vivir para ellas por siempre.


Pero ¿cómo podría ofrecerle todo eso ahora?


Finalmente el rostro del rígido hombre se ablandó tras la última de las palabras de la bruja, suavizó la curva de su boca y los párpados cayeron pesados, la mirada también se transformó en un gesto melancólico, conmovido por la tristeza que hay en la voz de su amada ahijada. Él tembló entonces, tras cada palabra que Hannity pronunció con sinceridad él se sintió mucho más débil, incapaz de mantener aquella ilusión por más tiempo. Parecía mucho menos fuerte ahora, los muebles y objetos de su entorno se distorsionan, cómo hologramas, y la oscuridad nuevamente se adentraba al espacio que también parecía estarse encogiendo a su alrededor.


Hannity-, murmuró, en un hilo de voz que parece un aliento agotado. —Me ves con ojos de amor, muy amable, mi querida-, lentamente se movió para contemplar sus manos unidas. —Me pregunto ¿cómo podría alguien como yo ser tu padre?-, apenas pone algo de fuerza para aferrarse a su agarre. —¿Cómo podría también ser su esposo, su compañero de vida?-, llevó ambas manos a la altura de sus mejillas acurrucándose sobre ellas, escondiendo sus cicatrices en la suavidad de Hann, en un gesto que solo antes Bel tiene con él. —Tan injusto he sido yo con ustedes, que me han dado ese privilegio y no he sabido responder a ello-, respiró, por primera vez en mucho tiempo realmente pareció tener vida. —Os he fallado, mi querida Hannity-, por un momento siente que la voz le falla, ni siquiera él mismo se escucha monótono. —Dime entonces ¿Qué podría hacer yo ahora por ustedes, Hannity? Sé lo que quieres, ¿pero cómo lo consigo?-, está tan relajado ahora que apenas nota los cambios a su alrededor, incluso los cambios que hay en sí mismo.


No está seguro de si esa Hannity es real o pertenece solo al consuelo que su mente puede ofrecerle, pero él tomará de ella lo que pueda, aún si tiene que echar por la borda todo el trabajo que, con tanto sacrificio y esfuerzo, ha conseguido hasta ahora con tal de hacerla feliz una vez más.




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Thélème


No había dejado de observarlo, y con los sentidos disminuidos permanecía atenta a los movimientos del hombre que había irrumpido y que examinaba el cuerpo exánime de Garry tendido en el suelo, junto al de Hannity. Él no había parecido realmente interesado en su presencia, o la de cualquiera en la reducida habitación, y apenas por una fracción de segundos sus miradas se entrecruzaron con recíproca curiosidad y desconfianza.


Al ver invocada aquel arma, Thélème se replegó, como una ráfaga de viento (y fácilmente podía estar volviéndose eso, pues su corporeidad casi se había extinguido) delante de Garry. El arma que aquel cazador de almas había invocado prácticamente la atravesaba para tocar el pecho del mago, que aunque a un ritmo anomalmente lento, todavía se alzaba y retraía cada tanto, para respirar. Sabía que tiraría del gatillo, y que no tenía ninguna garantía de que Garry Ollivander pudiese salir indemne para permanecer junto a aquellas que hasta ese momento se habían esforzado tanto por preservarlo. Y era eso lo que le generaba angustia.


Era por tanto el momento de usar el último recurso posible. Un sonido similar al rugido de algún animal, salido de las mismas profundidas de la tierra, reverberó a lo largo de la casa, en respuesta al estallido de la bala y se extendió a todos los rincones posibles, hasta llegar como una onda de choque al sujeto que acababa de disparar. Todo el que hubiera visitado la heredad experimentaba en carne propia el misterio de sus dormitorios apareciendo y desapareciendo, sus espacios frescos y luminosos, y los otros sombríos y portadores de los secretos de sus antiguos ocupantes, pero eso era apenas una fracción mínima comparada con la magia que en esos momentos estaba impactando en el cuerpo de Hessenordwood Crouch, un cuerpo humano a fin de cuentas, aunque el interior no lo fuera.


— Ya que has decidido irrumpir en el destino del dueño de esta casa, y en la vida de esta familia, desde este momento quedarás ligado a ella, y las mismas fuerzas mágicas que lo protegen a él, te consumirán a ti por cada daño que Garry reciba— a la voz de Thélème se iban uniendo otras voces invisibles, murmullos que impregnaban el aire con el eco vívido de las promesas realizadas sobre pactos de sangre — no olvides estas palabras, errante recolector de almas, de pasado inconfensable, voraz e infame.


Lo supo entonces, que no quedaba más que pudiera hacer. Había llegado al límite de sus fuerzas y creyó oír mientras se sumergía en una pesada oscuridad, un quejido hondo de dolor, proveniente probablemente del cazador. Ella misma intuía que rescatar a Garry iba dependenr ahora enteramente de él mismo y de Hannity que había podido alcanzarlo.


Que alivio que hubiera podido alcanzarlo. Que lástima que ella no pudiera más que observar de lejos, como un último regalo antes de desaparecer, la imagen de Garry y Hannity, juntos y sosteniendo una conversación íntima, donde quedaba en evidencia el lazo que los unía, incomprensible y sin embargo, más sólido de lo que nunca había estado. ¿Podía ser ese el único recuerdo que ella atesorara? Como una tímida espectadora, Thélème sonrió y aceptó entonces sumergirse en el torbellino de memorias de Bel Evans en las que había estado atrapada antes, hasta que su esencia desapareció para volver a su fuente creadora.


A kilómetros de distancia, la verdadera Bel despertó de repente de una ensoñación de 48 horas consecutivas, con la certeza de que no debía volver a consumir fantasías patentadas por su propio bien, porque había creído ver, en el último chispazo antes de despertar, a una copia suya, vagando por los terrenos de la heredad, y susurrándole al oído, con una desolación inolvidable, que había sido un gusto conocerla.

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