Tamesis Park (MM B: 111180)

[Luna Gryffindor Delacour]

No tiene que ir a trabajar temprano, no tiene que pensar en los vampiros malos, ni armar una cena, por primera vez en años es libre de hacer lo que le plazca pero no sabe que hacer, eso es lo malo de tener tiempo de libre que no sabe a dónde ir y es por eso que el lugar lleno de árboles y césped reciente cortado la llama de enfrente, así que se apresura a cruzar la calle y llegar hasta allí, preguntándose qué tipo de lugar será ese.

 

Mi traje violeta claro, mi pantalón violeta y mis zapatos de color violeta oscuro con taco me da ese aspecto de oficinista que siempre adoraba portar, llevaba mi cartera violeta con piedras en mi brazo izquierdo colgado y mi sonrisa brillante en mi pálido rostro asombrándome del lugar que iba viendo a mi paso.

 

El sonido de la Fuente me tranquilizo al completo y una sonrisa brillante apareció al ver a Ellie allí quien parecía estar hablando con Sam, a quien quería mucho, en realidad la vampiresa no sabía decidir a cual de las dos brujas quería más.

 

- hola Ellie cariño que es este lugar? Hola Sam que cuentas? Dios del cielo chicas no saben la curiosidad que me dio de conocer este sitio, trasmite tanta paz y alegria y pues no creo que aquí tengan café verdad? Sería lindo tomar algo viendo esta hermosa vista - les comente alegremente con mi cantarina voz, esperando no asustarlas mucho -

 

Hacía siglos que no paseaba por ningún lado, mis viajes a Italia me impedían venir seguido por aquí y por oterry, además deseaba volver a ver a Ellie, a quien quería mucho como si fuera su hermana y por supuesto a Sam con quien la unía una amistad especial, por eso estaba feliz de volver, porque volver significaba estar en compañía de día de las personas que más quería en el mundo mágico, aparte de a su mamá y su papá por supuesto y de Cye.

[Hessenordwood Crouch]

 

―Criaturas mágicas-, el muchacho gruñó ojeando por tercera vez en el rato el papeleo en mano de local frente a él y corroboraba que fuera la dirección y el nombre correctos. No le molesta trabajar con las criaturas, mucho tiempo lo hizo, hoy en día es menos aficionado al trabajo este, pero aun asi no le resulta molesto hacer esta tarea. El verdadero problema de esta visita es, quizá algo mas ¿fastidioso?, para ser su primera visita por cuenta propia, Delacour ha insistido en llamar al departamento de aurores para que apoyaran al mago hacer su inspección, considerando el incidente después de la liebre Alessandra escribió al departamento de Aurores. ―Yo he trabajado con criaturas mágicas, por Merlín ¡yo soy una criatura mágica! -, refunfuñó como un crío.

 

Asi que tarde o temprano se encontraría con algún auror para inspeccionar el dichoso local acusado de tráfico de criaturas no registradas ante el departamento ministerial correspondiente. Al parecer, en la carta anónima, se sospechaba que en el sitio se hacía piratería y peleas clandestinas con animales mágicos y no mágicos. La carta venía firmada también por una petición de los dueños de los locales más cercanos o que pasaban por ahí, diciendo que se escuchaban ruidos extraños hasta donde ellos y que provenían exactamente del Tamesis Parck.

 

Tocaba averiguar. Él prefiere esperar a los aurores antes de entrar al local ¿Por qué? Bueno prefiere evitar malentendidos, y si pudieran ser más discretos él trataría de conseguirlo.

 

Ha encendido un cigarrillo durante la espera, no tiene mucho que ha llegado, y es además demasiado temprano aún, ni siquiera está seguro de que el sitio esté abierto a esta hora, aunque para ser honestos, mejor idea sería trabajar sin público, no se le apetece mucho ahora lidiar con el caso de aquel otro local, Bratvá, el cual estaba lleno de comensales el día de la inspección. Dos largas caladas consiguen terminar con el cigarrillo casi hasta la mitad y de entre el humo que lo envuelve puede ver una extraña silueta moverse entre la nube.

 

―Debe ser del departamento de Aurores-, Garry masculla apenas sin siquiera poder distinguir aun el rostro de la persona con quien hablaba. ―Grelliam Ollivander, de control de comercio universal-, se presentó.

[Ellie Moody]

Luego de dejar la podadora de césped apoyada contra un árbol, se dispone a caminar junto a Sam hacia el kiosko que mencionó. Con el esfuerzo físico que realizó y el sol que ha tomado, necesita más que nunca algo frío para refrescarse y, por supuesto, un descanso. Intentando mejorar un poco su apariencia, se sacude el césped de su ligero y corto vestido de algodón gris, agradeciendo haber elegido esa ropa en lugar de sus usuales túnicas, en dado caso hubiera terminado cociéndose dentro del grueso tejido.

 

―Ven, vamos...

 

Sin embargo, al escuchar una voz cerca de ella se sobresalta. Rápidamente, se vuelve y observa a una muchacha muy joven, que sin embargo, viste como una adulta ―quizás, como a veces Ellie debería vestir―, aunque en un particular tono violeta. Es... bastante extraño. Sin embargo, al mismo tiempo, aquello no le extraña; bien sabe ella que no todos los magos saben vestir a la usanza muggle, sino que son un tanto más extravagantes.

 

―Oh... Hola, Luna ―saluda a la Auror, a quien conoce debido a un "incidente" en The Hunters, un negocio que la Orden del Fénix usa como tapadera para sus misiones y operaciones―. ¿Qué te trae por aquí? ―pregunta, al notar que la bruja no tiene una mascota, el cual es el motivo por el cual la mayor parte de las personas visitan aquel parque, a las orillas del río Támesis.

 

Además, por encima del hombro de la bruja, donde está la entrada del parque, divisa una silueta que se le antoja familiar, que parece hablar con alguien de menor estatura.

 

Aquella es la primera vez que el parque tiene tantas visitas.

 

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Editado 24 de Junio del 2018 por Eileen Moody

[Luna Gryffindor Delacour]

 

Sonrió alegré al ver que Ellie me reconoce, no le comento lo feliz que estoy de volverla a ver, ni tampoco le digo que después de tantos viajes lo que más deseo es ver una cara amiga y que realmente la extrañe, solo la observo feliz como si nunca la hubiera visto bien, deduzco que le extraña que estoy haciendo sin una mascota a mi lado, pero realmente solo paseaba por aquí y me dio curiosidad ver porque había tantas personas y tanto alboroto por aquí, además de cuidar todo el lugar si es que llegaba a tiempo para hacerlo por supuesto.

 

- Realmente solo vine para pasear, estuve tanto tiempo fuera de la ciudad y del mundo mágico que extrañaba estos lugares sociales, si es que podemos llamarle así, aunque me a llegado el rumor de que había criaturas ilegales, así que con más razón es lógico que esté por aquí, en realidad solo es un rumor, uno que no se si quiero confirmar, porque de ser ilegal tendría que verlo o quizás ya alguien lo haya venido a ver por mí, como es solo algo que se cuenta por los pasillos, solo vine a curiosearlo todo y a ver porque este lugar estaba tan lleno de gente, podemos decir que vine a cuidarlos a todos si nos preguntan - Le comentó rápidamente intentando que nadie me escuché cuando le revelo el real motivo de mi visita -

 

Recuerdo a Ellie de la la Madriguera y quizás me suene de The Hunters, no estoy segura de cual de los dos lugares me suena más, uno es su refugio cuando el clima la apremia demasiado y el otro es un lindo lugar para socializar, pero lamentablemente es tan despistada que a pesar de que sabe que la quiere y que es una de sus mejores amigas, no recuerda de donde la conoce, pero aquello en estos momentos poco importa, sabe que pasará una bella tarde aunque teme que alguien les arruine aquella calma extraña que están teniendo aquel hermoso día soleado de lindos recuentros.

 

- Estuve viajando por Italia como siempre suelo hacer, así que desaparecí bastante tiempo, con decirte que ni si quiera recuerdo como ir a ningún lado, pero la fuente me llamo la atención desde enfrente y no pude evitar entrar, me da tanta paz este lugar, que espero que nada malo suceda, aunque nunca está demás vigilar por si acaso y pues ¿que se cuentan? ¿de que me perdí en mi ausencia? - Les pregunto alegremente a Eillie y a Garry, sin estar segura de entender precisamente que es lo que ella también hace allí -

 

No se lo cuenta a nadie pero cuando viaja sola a Italia se pierde más veces de las necesarias, nadie sabe la de veces que tiene enfrente panteones y lugares históricos que ella no ve porque sencillamente se pierde y es tan despistada que podría tener enfrente la torre Eifeel y no darse cuenta de que esta delante de sus narices, algo parecido a lo que le paso con este lugar, siempre pasaba enfrente pero es la primera vez que se decide a visitarlo y es la primera vez que realmente lo ve en todo su esplendor.

 

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[Hessenordwood Crouch]

 

Tras haber ahuyentado la nube de humo que lo envolvía, se dio cuenta de que no había nadie más con él haciéndole compañía, ¿Qué había sido una alucinación? El licántropo parpadeó con incredulidad, podría jurar, si no lo creyera tan inútil como no hacerlo, que frente a él había una persona, incluso podía sentir que lo veía fijamente. Con más calma se da cuenta de que en todo el rato esperando, no ha visto, ni escuchado ni mucho menos sentido la presencia de alguien cerca suyo. Exhaló largamente, quizá era otro síntoma de la abstinencia de los narcóticos.

 

Después de un par de largos segundos la nicotina de su cigarro ha dejado un mal sabor de boca tras aquella situación, finalmente opta por botarlo a medias y de mal modo con un gruñido se queja una vez más del clima. Que malos días ha tenido Ollivander últimamente, y debe ser por lo cerca que está de su transformación que no ha conseguido sentirse mejor estos días.

 

Una vez más tranquilo consulta de nuevo el reloj de pulsera, no hay rastro de más enojo en su rostro y en cambio se muestra en su habitual despreocupación, pero, aunque no se note demasiado, el mal humor parece escaparse de cada poro de su piel rota. Gira entonces sobre sí mismo para conducirse al interior del local, no puede esperar más al agente auror si quiere terminar con todo el papeleo al final del turno, ya pondrá al corriente a quien fuera que llegue después.

 

Para suerte de su mal humorado genio, el local está abierto, asi que no tiene problema para ingresar, y una vez dentro no tarda en reconocer a un par de hechiceras que participan como integrantes de la Orden del Fénix, igual que lo hace él. A cada una la conoce por circunstancias distintas, y aunque no puede negar que le sorprende encontrarse con ellas en este sitio, la Odf es lo que hay en común, por lo que no está muy convencido de dirigirse en primer lugar a ellas tratándose solo de un plan ministerial. Sin embargo, no hay muchas más personas con quienes hablar, por lo que con pasos un poco más apurados que los adormilados de siempre, llega hasta donde están las mujeres.

 

―Buen día, Eileen, Luna…-, saluda quizá siendo demasiado serio con ambas mujeres. Con un gesto raro trata de sopesar la situación. ―Knockturn necesito hablar con alguno de los dueños del local-, por lo que ha leído en la copia del registro del negocio sabe que Moody es una de las dueñas del Támesis Park, pero no está muy convencido de tratar del tema con ella ahora que se encuentra charlando con la vampiro. Asi que ella podría enviarlo con el otro encargado si lo quisiera. ―Quizá ya has escuchado de esto-, entregó a la mujer un pergamino con una publicidad barata de peleas clandestinas de bestias mágicas.

 

Aún no ha acusado al local de nada, pero aquel panfleto maltratado ha sido encontrado de entre los locales del callejón Knockturn, quizá Moody, con su local de antigüedades y tesoros viejos pudiera haber escuchado algo que pudiera ser de ayuda extra. Mientras espera alguna respuesta de Eileen, le comparte una sonrisa fugaz a la vampiro, nunca se ha sentido muy cómodo con la presencia de esos seres, no es que sea prejuicioso, es algo que es casi meramente por instinto. Estando ahí Ollivander se pregunta si no sería Luna la enviada por parte del departamento Auror para esta visita.

 

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[Ellie Moody]

―¿Cr-criaturas... ilegales?

 

Ellie observa nerviosa a Luna quien, aunque habla de temas muy turbios, tiene una expresión tranquila e incluso sonríe. Esos días la clientela ha sido más bien escasa; definitivamente, si alguien hubiera ido a pasear por el parque con un dragón o un basilisco, ella se habría dado cuenta. Por otro lado, el Tamesis Park no posee criaturas mágicas, sino tan sólo un par de perros y gatos que fueron rescatados por ella y Apolo del abandono. Si bien está segura de que los Aurores no tendrían por qué encontrar nada fuera de lugar, por lo menos en ese momento, no puede evitar preguntarse si, de alguna forma, saben lo de la poción de niebla en la que ella y su socio han estado trabajando los últimos días.

 

«¿El Ministerio nos habrá echado el ojo?¿Por qué Apolo no se ha presentado estos días?».

 

Debe mantener la calma, más estando sola. Lo mejor será mantener la atención general en el asunto de las criaturas.

 

―Aquí no hay criaturas mágicas ―habla lentamente, para mostrarse tranquila―. Pero las mascosta del parque, deben estar por ahí... unos perros y gatos, nada fuera de lo normal ―se encoge de hombros, manteniendo la mirada baja pues así es más fácil no alterarse.

 

En ese momento, otro saludo la sobresalta.

 

―¿Qué haces aquí? ―susurra por lo bajo, observando extrañada a Garry― Ehm... hola. La señora Fulanita Detal es la dueña del parque ―le explica al mago, sin entender por qué está haciendo esas preguntas―. Pero en este momento soy la encargada, así que tendrás que conformarte con eso ―entonces, se dispone a leer el pergamino que Garry le entrega y, nuevamente, se sobresalta―. No he oído nada de ésto ―se apresura a decir, lo cual es cierto, pero lo cierto es que tanta "visita seria" la pone nerviosa―. ¿Qué... qué tiene que ver con eso, el parque? ―pregunta, aunque lo cierto es que ya supone la respuesta.

Editado 1 de Julio del 2018 por Eileen Moody

[Hessenordwood Crouch]

 

Eileen Moody siempre le ha parecido una persona extraña, para él, alguien fácil de perturbar a veces y algo nerviosa, Ollivander cree que de estar metido en su mente el licántropo sería fuertemente golpeado con millones de pensamientos rebuscados. Pero a pesar de la personalidad que ve en ella, no deja de creer en que su comportamiento actual es aún más extraño. Después de compartir una mirada con la vampiro, el muchacho enarca las cejas mostrándose (falsamente) sorprendido.

 

― ¿Qué hago aquí? -, Garry repite rodando los ojos, pero que mal, ahora se le han pegado esos feos hábitos de Evans de repetir las cosas obvias. Claro ha olvidado cargar consigo el gafete de identificación que Alessandra insiste que use para hacer trabajo de campo. ―Estoy… ¿trabajando? -, dice un poco más tranquilo, realmente, a pesar del parentesco político, Moody no es alguien con quien Ollivander platica de temas casuales, es más, pareciera que entre ellos justo lo contrario a casual funciona mejor. ―Vengo por parte del control de comercio universal, veraz...-, finalmente muestra la identificación a Eileen, él tampoco parece muy seguro de continuar la conversación frente a Luna, pero de no importarle a Moody, a él menos.

 

―La cosa es que este sitio ha sido denunciado…-, suelta sin más, echando un vistazo por primera vez a su alrededor, que agradable sitio, de pronto era como si su mal humor desapareciera de poco a poco. ―Es solo una denuncia anónima, pero tiene algunas firmas de la localidad cercana-, de camino no ha visto realmente ni un alma cercana, él tiene ya sus razones para sospechar de estas denuncias que han comenzado a llegar al C.C.U. de un tiempo a la fecha, pero el trabajo de protocolo es de cajón, o eso es lo que Kass le ha explicado al muchacho. ―Veo que no has hecho amistad con tus vecinos, Knockturn-, le sonrió largamente mientras le entregaba la carta con las firmas, por supuesto que no era una sonrisa de felicidad.

 

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[Athena Rouvas]

http://i.imgur.com/hWlDlpt.png

 

―Oh, cielos...

 

No era ningún secreto que ella no lograba llegar a muchos sitios de manera puntual, pero en las últimas semanas este hecho se había acentuado por diversos percances, y aquel día no era la excepción. Le costó dos vidas salir desde la Mansión Gryffindor en donde se había estado hospedando los últimos días ya que Gryffindor ahora no le quitaba la vista y el cuidado de encima. Estaba siendo un poco exagerado, la verdad. Al menos estos trabajos le hacían distraerse un poco, y no perder el ritmo.

 

Fue por eso que safó de pasar el día con solo papeleo que debía revisar y poner en orden, y a cambio decidió cumplir con sus labores de curandera que tenía bastante alejadas desde hace un tiempo. Acudió primeramente al Control de Comercio Universal para informarse de algún asunto y no supo en que momento terminó aceptando una visita que ya había iniciado, así que se dirigió a las prisas al Callejón Diagon en busca de un negocio llamado "Tamesis Park". De algún lado le sonaba... un poco.

 

Llevaba un pequeño mapa con una calle y cuadraditos que mencionaban los nombres de algunos negocios, los cercanos. Afortunadamente no tuvo que caminar demasiado hasta dar con uno. Con eso fue sencillo dar con los otros y con el lugar final.

 

Pero había otro detalle y es que iba más que nada en apoyo de uno de los sanadores. Garry le era un nombre más que conocido; recordaba perfectamente el día en que lo conoció, la boda de su amiga Bel en donde él resultó ser el novio. Y desde entonces lo había visto en alguna que otra reunión de la Orden del Fénix, aunque no habían tenido la oportunidad de compartir demasiadas palabras que no fueran netamente cosas del grupo. Pero ese no sería un impedimento para cumplir con sus labores y ayudar en lo que fuese necesario. Ya tenía la experiencia de ese tipo de visitas y lo que conllevaba.

 

Rouvás ingresó al lugar sin más, que básicamente le parece una especie de jardín, y buscó con la mirada al susudicho, que probablemente estaría reunido con los dueños. No siempre se quedaban en la entrada o vestíbulo.

 

―¿Eileen? ―Pregunta en voz alta al ver a la muchacha allí, aunque no está del todo segura si logrará escucharla pues hay algo de distancia y al parecer la conversación de los motivos de las presencias ajenas ya está en discusión. Rouvás se rascó la nuca con gesto de no saber muy bien qué decir, de todas maneras decidió acercarse. ―Garry ¿qué tal? Me envían desde el CCU como apoyo, estoy al tanto de la situación. ―Informó.

 

Quería escuchar un poco de la conversación para ver en que punto iba.

[Hessenordwood Crouch]

 

―No tienes por qué venir si estás ocupada-, habla refiriéndose a que Moody puede seguir con su compañía en lo que él hace su trabajo. Está distraído mientras rebusca entre los papeles que guarda en las carpetas bajo su brazo. ―Incluso tengo un permiso aquí por si te resistes a una inspección-, tiene que hacer un movimiento raro para poder hacer una copia del documento con la ayuda de su varita. ―Ten esto, te puede servir-, su gesto es serio, pero algo en él pareciera que le estuvieran indicando que algo no está bien con todo esto. ―Prometo no romper nada-, le sonríe largamente cuando se encoge de hombros.

 

No tiene todavía una respuesta de Moody cuando puede escuchar la voz de una persona más, Athena, quien rapidamente se ha integrado y ha dejado claro cuáles son los motivos que la tienen en el mismo negocio. Garry asiente, agradecido de no tener que explicar todo desde el comienzo, no porque no quiera hacerlo realmente, pero aún le cuesta trabajo decirlo sin soltar de vez en cuando sus paranoias de conspiración. Se ha tenido que guardar para él y Dorothy, solo si está de humor para ello, las teorías que salen después de leer misivas como la que lo ha traído hasta aquí.

 

Supone, rápidamente que Athena debe ser una curandera del C.C.U. Él no conoce a muchos de ellos, a decir verdad, Aless y Kass siempre dicen que ahí están, que puede contar con ellos, pero la verdad que no se lo había pensado antes, así que tiene una sensación de confort al saber que será compañero de ella en esta ocasión.

 

―Justo a tiempo, Athena-, habla con tranquilidad desviando la vista nuevamente hasta Knockturn. ― ¿Qué tan buena es usted con las mascotas?

 

@ @@Athena Rouvás

[Ellie Moody]

La chimenea ilumina la pequeña cabaña y la mantiene cálida. Afuera, la noche es cada vez más oscura, más nublada y más fría. Es evidente que es la noche de Samhain. Las criaturas protegidas por el parque, duermen plácidamente en el pórtico, bajo encantamientos para protegerlos del frío y del peligro. Y en cuando a Ellie... espera ser capaz de protegerse. Aunque tiene amplios conocimientos y decentes habilidades mágicas, no recuerda haber estado nunca en una situación en la que temiera por su salud, mucho menos por su vida. Durante todo el día, parte de ella se ha dicho que debería contactar a un experto; sin embargo, otra parte de ella, la aventurera, la anima a seguir avanzando.

 

Hace varios días, Ellie se vio obligada a cerrar el parque al público, luego de un ataque en el que, afortunadamente, fue capaz de salvar a la víctima: un mago que había llevado a jugar a sus kneazles. Por supuesto, lo primero que pensó era que alguien lo había atacado ―quizás uno de esos ataques, de los que hablaban los viejos números de El Profeta―, pero el hombre le dijo que no fue una persona.

 

―Apareció de la nada y todo fue muy rápido, no lo pude distinguir bien, pero sé que no era una persona. Era mucho más grande, con pelaje plateado. Cuando grité por el dolor y los demás se acercaron, desapareció, así sin más.

 

Si su teoría es cierta, aquella será una gran noticia, pero también una muy delicada. Por eso, el asunto debe ser tratado con cuidado y reserva.

 

«Jank, tengo una primicia para ti ―le escribió en la lechuza que le envió esa mañana. Lo cierto es a Ellie poco le importa El Profeta, sino que se imagina que, al ser él un reportero, documentará a la perfección esa aventura―. Si estás interesado, reunámonos esta noche en el Tamesis Park».

 

@@Jank Dayne