♠ Casino Royale ♠ (MM B: 111331)

[Eobard Thawne]

Qué tanto podría afectar la inestabilidad social y política, derivada del levantamiento del Estatuto Internacional del Secreto, no era la pregunta correcta. En cambio, era de interés saber cuánto tiempo soportarían las estructuras que antaño hospedaban y proveían de servicios a la comunidad mágica. ¿Lograrían ser autosuficientes sin que les conjuraran magia constantemente? Cuestiones de ese tipo, se formulaba el Black Lestrange mientras escalaba los peldaños para plantarse frente al acceso principal.

-Muy bonito todo. -susuró con cierto deje de ironía, echando un vistazo a los leones que adornaban la escalinata; el mármol parecía ser atemporal. -Tiene la misma pinta de vertedero que lucía al momento de la...compra.

Sin más, empujó la puerta giratoria de cristal, para que sus ojos dieran crédito del descuido. La recepción, naturalmente, desierta; seguro sus empleados permanecían ocultos. La i,uminacion lúgubre, aunado a la fina capa de polvo que cubría los cojines de los días, reforzaban la imagen del recibidor de un hotel en desuso.

-¡Horace! Preséntate ante la señorita Juliette Macnair, supongo que la recordarás. Extiende una atenta invitación mía de asistir al Casino, o lo que queda de éste, por los viejos tiempos.

El elfo doméstico, así como apareció ante el llamado de su amo, salió despedido a buscar a la persona a quien le había encargado. Eobard confiaba en que apareciera, sobre todo porque el aspecto de mala muerte del local, parecía ser el tipo de lugares que ambos habían frecuentado en el pasado. Se deslizó cual reptil hacia el fondo de la primera planta, donde antes se celebraban variadas partidas. La cava que cubría gran parte de la estancia lucía intacta, pero faltaba ver que así fuera.

Aguardó allí, recargado de espaldas a la barra, mientras el humo platinado que despedía su disfraz cambiante, colocado encima de la ropa de muggle que utilizaba para despistar al ojo poco entrenado, disimulaba su atuendo descuidado.

Un chasqueo de su lengua generó un eco, cuya propagación fue casi perfecta debido al relativo silencio que reinaba en el local.

@@Juliette Macnair

[Juliette Macnair]

Mansión Macnair.

 

 

 

Había ordenado a los elfos de la Mansión a que cubrieran sus ventanales con gruesas cortinas negras para que la luz no ingresara a su habitación, llevaba semanas encerrada, rodeada por velas siempre encendidas y libros percudidos por los años, pergaminos, cartas, cualquier papel que diera un indicio de lo que ella buscaba, pero, ¿qué era exactamente? Cada día parecía perder un poco más su cordura, dejándose llevar por actividades paganas que poco tenían que ver con la magia del núcleo de su varita. Poco le importaba, claro estaba. Esa era su nueva vida, su nueva aventura, una nueva «ella» que estaba dispuesta a explotar.

 

⸺ ¿Madame?

 

Madame. Chistó bajito al tiempo que alzaba dos de sus dedos y le hacía una señal al elfo para que se le acercara a paso lento, sin armar tanto alboroto. Iba a ser piadosa, una buena...mujer, sencilla, cautelosa...negó para sí misma como si estuviese peleando con voces que nadie escuchaba ¡Y lo estaba, lo estaba! Voces, sombras, personas de otra dimensión, demonios...

 

⸺ ¿Señorita Juliette? ¿Está usted bien?

 

⸺ Te oí la primera vez. ⸺La bruja alzó el mentón, con la mirada ensombrecida, fue tal la potencia en sus esmeraldas que la criatura se ocultó tras las telas de la cama de su señora.⸺ Dime, Draekh, ¿qué quieres?

 

⸺ Ho-Ho-Ho...⸺tragó en seco mientras juntaba sus manitas a la altura de su panza, arrastrando sus pies, paso a paso, hasta que quedó detenido frente a la mujer. ⸺ Horace vino por usted, es una invitación del amo Black Lestrange.

 

 

 

Casino Royale.

 

 

Aparecieron justo en medio de una recepción desolada, el elfo doméstico había agarrando la mano de la bruja entre sus frágiles dedos, transportándola en pocos segundos desde la comodidad de su casa a aquellos terrenos marchitándose con el tiempo; algo que curiosamente, le traía muy buenos recuerdos. Taconeo lentamente sobre el piso de mármol, buscando con su sexto sentido algún indicio de su viejo amigo, y es que, se había tomado el atrevimiento de ordenar al elfo a que la dejara a solas y este, obedeció sin chistar.

 

Sólo necesitaba agudizar un poco su oído, concentrarse en pasos, murmullos, tal vez alguna que otra botella abriéndose para luego dejar caer el líquido dentro de alguna copa elegante. Más lo que la llevó a él, no fueron cosas banales, fue el retumbar de su corazón, tan lento, pero tan lento, que Juliette dudaba de que fuese humano. Era él, por supuesto, apacible como nadie que alguna vez se hubiese cruzado frente a ella.

 

Una sonrisa atravesó momentáneamente sus facciones, dándole un aspecto un tanto más agradable que el macabro que traía desde ya hace varios días. Sacudió un poco la punta de su varita para desaparecer entre llamas negruzcas la capa de viaje y quedar nada más, con el característico vestido que le entraba cual guante a su cuerpo, acentuando las curvas más pronunciadas y ocultando entre sus trucos, esos secretos que la bruja llevaba encima como uña y carne.

 

⸺ ¡Por Salazar! ¿Si no es mi querido y seductor, Black Lestrange? ⸺ironizó enseguida en cuanto lo vio en aquella posición contra la barra, aferró sus manos a una de las barandas que ayudaban a bajar la pequeña fila de escaleras, y en cuánto hubo tocado tierra firme, caminó serena, con calma...hasta posicionarse en frente del mago.⸺ Cuántas lunas sin verte, viejo amigo.

 

Se acercó a él lo suficiente como para dejar plantado un sonoro beso en su mejilla izquierda, limpiando luego con el índice, el resto de labial oscuro que había quedado plasmado cual óleo sobre la piel masculina. No esperó a ser invitada a sentarse, ella misma deslizó su trasero hasta quedar cómodamente sobre una de las sillas de la barra y sólo entonces, detuvo su esmeraldina mirada sobre la fría del mago, curvando apenas sus labios, enseñando, casi de reojo, el blanco de su dentadura.

 

⸺ ¿Me extrañabas?

 

 

 

@@Eobard Thawne

Editado 24 de Junio del 2020 por Juliette Macnair

[Eobard Thawne]

Apenas escuchó el chasquido, una media sonrisa se trazó en sus facciones, ocasionando que unas ligeras arrugas se formaran en su mejilla derecha. No era precisamente alguien expresivo, ni siquiera con su círculo más cercano. Debía admitirlo, estaba un tanto sorprendido de que su invitada acudiera, no por las trivialidades de la guerra, sino porque, realmente había pasado bastante tiempo.

 

Un poco, sí...Últimamente, como seguramente habrás visto, no hay mucho movimiento en las calles.

 

Esperó a que la Macnair se hubiese instalado, para poder continuar con la conversación. La percibía, en términos generales, igual que en su último encuentro. Había algo más, sin duda, y seguramente lo atribuía a las razones que obligaban a la hechicera a tomar continuas ausencias. Se inclinó con tranquilidad para recargar el costado derecho sobre el borde de la barra.

 

Veo que Horace no tuvo problema en localizarte. Digo, sé que mi compañía no es, mucho menos, la más agradable, así que asumiré que vienes a jugar una partida de póker. rió por lo bajo, señalando con una cabezada las mesas de apuestas que se extendían a lo largo y ancho de la estancia. Ojalá te agraden las remodelaciones.

 

Extrajo la varita de nogal negro de uno de los bolsillos del disfraz cambiante, esparciendo bocanadas de aquel humo que generaba su vestimenta en el proceso. Bastó un seco movimiento para convocar un par de copas, aquellas que habían sobrevivido al abandono, y una serie de botellas con bebidas variadas. Aquello parecía ser una recreación de la primera ocasión en que coincidieron, un evento que puso en marcha otros más en la línea temporal, como un efecto domino.

 

Bebidas mundanas, como él mismo. Dirigió su mano en torno a ellas, como invitando a la castaña a elegir el veneno que verterían por sus gargantas.

 

Tristemente, no me beneficio mucho de la guerra. El aspecto ruinoso mantiene alejado hasta al más curioso, sí. pasó una mano por su cabellera, mientras ésta adoptaba una tonalidad más grisácea, a juego con sus globos oculares, derivada de su metamorfomagia. ¿Qué opinas, ya se me ve suficiente edad como para pedir mi jubilación y retirarme a Nueva Orleans?

 

 

@@Juliette Macnair

[Ada Camille Dumbledore]

La realidad me estaba dando fría y dura en la cara como el frío de la noche, no podía negar que estaba tan decepcionada y con el corazón roto, aún más por mis propias equivocaciones y errores. La mayoría de veces ser tan impulsiva me ayudaba pero en cuestiones románticas estaba 100 % comprobado que no. La rabia, la desesperación y el abandono me habían hecho alejar a mi misma a alguien que amaba y así fuera muy tonto había terminado de dañar algo que siempre había deseado y eso me tenia el alma rota. La herida estaba abierta no podía negarlo, así que nada más tenia la oportunidad de  sanarla y tenia una manera muy particular de sanar, así que tome mi abrigo y me dirigí al callejón Diagon en busca de un buen Bar.

 

Caminando por las calles adoquinado del callejón trataba de buscar un buen lugar, con las manos metidas dentro los bolsillos de mi abrigo negro observaba las fachadas de los locales haber cual de ellos me llamaba la atención y solo uno causó en mi eso, un casino que tenía un letrero de barra libre,  el destino parecía marcar mi camino y lo vestía de casualidad. Sin pensarlo dos veces camine hacia el casino Royale e ingrese. La luces me cegaron un poco, era muy brillante y el sonido de las máquinas me traslado a otro lugar, adore el cálido ambiente muy diferente al frío que hacía afuera, me quite el gorro y el abrigo y me dirigí hacia la barra de bebidas 

 

Tome asiento frente a la barra y mire las be idas que estaban allí, las botellas revestían una gran cantidad de posibilidades que hicieron casi brillar mis ojos. El Barman se acercó y sonreí.

 

- Bon soir, quiero una botella de Bombay Sapphire Laverstoke por favor

 

Si iba a acabar con esto y a ahogar mis penas iba a hacerlo con estilo y por todo lo alto.

[-_Vegueta_-]

Caminaba por las frias calles sumido en  mis pensamientos, al mismo tiempo  que se me ocurria. Habia terminado de estudiar por ese dia, y el trabajo escaseaba en ese momento, tal parecia que no se necesitaba exorcismos, ni tampoco intromisiones del inframundo. 

En ese momento la lluvia comenzaba a caer por sobre todos, al mismo tiempo que un fuerte viento golpeaba mi rostro, pero un cartel, un lugar en donde cubrirme se encontraba delante mis pasos, el mismo, de nombre Casino Royale, era iluminado con diversos tipos de luces.

Al mismo tiempo que entraba, por mis pensamientos pasaban donde beber, ya que un casino era el lugar perfecto para pasar el rato, y olvidar esos pensamientos en los que me ahogaba. 

Me encamine pasando entre macquinas, el ruido era insoportable, pero nada que un trago pudiese solucionar. Tome una silla en la barra, y me sente junto a una mujer, que se encontraba pidiendo algo de beber. 

- Que me recomiendas - pregunte a la mujer a mi lado, quien parecia ocupada y con un rostro de pocos amigos.

 

@ Ada Camille Dumbledore

[Ada Camille Dumbledore]

La noche era bastante fría y la realidad de no poder sentir calor en el alma me tenía absorta en buscar algo que me hiciera sentir de nuevo yo misma, me gustaba la navidad pero estaba empezando a sentir una cierta aversión hacia ella a causa del aquel sentimiento de soledad que sentía. No era fácil para mi el tener sentimientos,  jamás había pedido enamorarme a sabiendas que era una relación difícil y además no era correspondida con mis afectos, eso era lo que me estaba matando el alma esta noche y no quería de ninguna forma seguir pensando en ello, debía anestesiar mi cabeza. La botella de Bombay Sapphire apareció frente a mi y mi mirada se centro en ella, un licor muy apetecido y bastante singular, su tono azul era precioso y definitivamente era de mi agrado. Mire al Barman que depositaba una copa con hielo frente a mi y mostrándome ña botella y su legitimidad la destapó dejándola en una champañera con hielo.

 

-Mercí

 

Respondí amablemente y permito que sirviera el ginebra en el vaso de cristal. Me sonrió y se retiro,  tome el vaso de cristal con mi mano izquierda y lo pobre con calma, el primer trago siempre era el mejor, porque guardaba todo el sabor y las propiedades justas de la bebida. Y no había posibilidades de tener influenciado tu paladar de otros sabores ni del licor mismo. Me deleite con el y lo deguste calmadamente, era justo lo que quería. Suspire al recordar porque estaba allí y me dispuse a servir otro trago cuando la presencia de alguien más más la barra me hizo voltear. El hombre no me había reconocido, pero era un conocido de hacia ya tiempo atrás, @ -_Vegueta_-  era un caballero que trabajaba con detalles del inframundo.

 

-Le recomiendo saludar Monsieur John 

 

Solté con una risa contenida, pues aunque no teníamos mucha confianza me agradaba, había sido amigo personal de mi quería hermana y por eso confiaba en él.

 

 

[Eobard Thawne]

Desde el infame Día de la Ira, el Black Lestrange - Thawne se había replegado en las inmediaciones del Casino Royale, su Ópera Prima. Casi parecía irreal que el local abriera sus puertas hacia casi cinco años y que, en esencia al menos, se mantuviera vigente. 

Desde luego, había pasado por altas y bajas, remodelaciones y destrucciones, pero entre los propósitos de un nuevo año para el dueño, estaba el de devolverle el status quo de centro de entretenimiento. 

⎯⎯A veces sólo es eso, un salto de fe ⎯ se dijo a sí mismo, observando a los primeros visitantes en años, desde el balcón interior que se cernía sobre la primera planta. 

Deslizó la mano sobre la superficie de acacia, hasta que cayó con gracia a su costado, recubierto por la gabardina azabache cuyo cuello le cubría hasta la barbilla. Allá abajo, Jean Duran, su nuevo barman, atendía a los comensales con el nivel de atención que le había prometido al contratarlo; era difícil conseguir nuevos prospectos para trabajar en un casino, o en cualquier lugar, en realidad. 

Se materializó a espaldas de ambos, con los brazos cruzados tras la espalda. Llevaba una baraja de naipes entre las manos, y no podía esperar a hacerlos volar. 

⎯⎯Ah, madame Dumbledore, cuánto tiempo ha pasado. Me alegra saber que este paraíso venido a menos aún es visible en las altas esferas de poder. 

Saludó con una inclinación de cabeza a la mujer, a quien había reconocido como la Ministra de Magia de Francia, quien fuera su compañera en Mahoukotoro hacía varias semanas. Quien le acompañaba no era familiar para el castaño, una situación común con tantas caras nuevas en la comunidad londinense, pero le dedicó el mismo gesto. 

⎯⎯¿Jean los está atendiendo bien? Es nuestra nueva incorporación, de cara a la remodelación ⎯explicó, aproximándose hacia la barra que ocupaban sus visitantes ⎯. Curaçao para mí, Le Chiffre, por favor. 

Lanzó las cartas al aire, creando un arco como el que solían hacer los expertos muggles al iniciar una partida, con la diferencia de que aquella baraja emitía destellos verde azules que reaccionaban al movimiento. 

[Ada Camille Dumbledore]

La noche era joven, un decir muggle muy común, para describir que se podía iniciar un momento de diversión y disfrutarlo largamente. Esta noche estando en aquel bar, me divertirá para olvidar, era justo que olvidara, ya el amor me había abandonado y no valía la pena recordar a alguien que ni siquiera pensaba en mi. La botella de Bombay azul relucía delante de mi y yo disfrutaba de su sabor en mi copa. La música era estridente y animaba a todos y eso hacía el ambiente muy alegre. 

 

Un caballero se acercó a nosotros  para mi sorpresa era conocido, el señor Thawne,  era un viejo conocido de clases y siendo compañeros podría decirse teníamos algún grado de confianza,  además sabía secretos míos y yo suyos, que más confianza que eso. Sonreí a su saludo, la verdad no me parecía un lugar venido a menos, pero si lo disfrutaba. 

 

-Monsieur Thawne, me alegra verle de nuevo, no sabía que usted era el propietario, pues déjeme decirle que estoy encantada, el vodka está maravilloso y sus empleados nos han atendido de maravilla. 

 

Dije animada mientras que observaba la expresión del Barman, mi acompañante parecía haber sido abstraído por algo y no vi el momento en que desapareció. La demostración de habilidades con las cartas del caballero me hizo aplaudirle  no era muy dada a los juegos de azar pero conocía algunos.

 

-Veo que tiene gran habilidad con las cartas, yo conozco algunos juegos pero no soy muy diestra para ellos. Lo felicito

 

Comente mientras le ofrecía la copa para brindar por el lugar. A @ Eobard Thawne