Ottery Fitness (MM B: 111388)

[Mia.]

— ¿Estás interesada en otro tipo de ejercicios hermanita? —preguntó con una sonrisa pícara en los labios a Arya, en cuanto escuchó su comentario, no había nada mejor que mantenerse en forma de esa manera, después venían las celebraciones y allí, si que otro tipo de actividades estaban involucradas— Si quieres, puedo comentarle a cierta personita, que te atienda mejor.

 

Sus palabras eran una broma, de eso no había la menor duda. Quería demasiado a su hermanastra, como para hacerle daño con sus comentarios, además de que el susodicho, era nada más y nada menos que su nieto. Por lo que sonrió y le acarició el hombro, dejando claro que no tendría más comentarios, porque el momento de ponerse serios había llegado. Eran cuatro y una sola criatura que iba a morir, eso era lo que tanto habían estado esperando.

 

—Séneca —siseó en dirección a la bruja, logrando que su hechizo comenzara a generar una sequedad inmensa en la garganta de Fiamma, la cual le impediría hablar o articular palabra alguna, porque sería como si algo le estuviese cortando.

 

Las palabras de Zack, hicieron que en sus labios apareciera una sonrisa, a la vez que se quitaba la máscara que cubría su rostro. Porque, segundos antes, usando su habilidad de metamorfomagia, había logrado que su rostro cambiara por completo, sus finas facciones se habían transformado en las de un mujer oriental, al igual que su rubio cabello, ahora era de un color negro. Finalmente, su voz, se había distorsionado un poco.

 

—No quiero abusar, dejemos que los chicos se diviertan... además, de lo contrario morirá rápido y esa no es la idea. —respondió colocándose a su lado y mirando como estaba de cabeza la bruja y como Ishaya, atacaba a la fenixnana.

[Arya Macnair]

El calor se sintió en sus músculos como cuando corres 25 minutos en la cinta. Los ataques psicológicos del Ángel Caído se unieron a los físicos de Ishaya y no le quedó otro remedio que tomar partido aunque había una pequeña voz en su interior que le recordaba lo injusto de la situación ¿Pero por qué resultaba injusto? no por ellos cuatro justamente, sino más bien porque la pobre muchacha no contaba con el respaldo que debía o merecía o vaya uno a saber qué cuando se trataba de compañeros. Siendo todo a la inversa, ninguno dudaría en dejarse el alma por un miembro de La Marca, que penoso para los demás, muy triste.

 

—Necrohands. Pensó

 

Dos manos fantasmales surgieron desde la base del mostrador en recepción lanzando los folletos instructivos al suelo, justo después de que los cuervos de Triviani impactaran en la muchacha, pues no quería arruinar sus propios movimientos, y sostuvieron a Fiamma desde las piernas para que no pudiese ir a ningún sitio, casi haciéndola caer para después comenzar a dar un golpe tras otro entre su espalda y sus hombros. Le costaría trabajo ponerse de pie.

 

Dichas manos tenían la orden de ofuscarse cuando algún ataque atentara contra su integridad corpórea o la de su invocadora.

 

—Confundus. Agregó, sin mover los labios

 

No había demasiado qué agregar, Fiamma acabaría por dudar de su propia existencia física y mental siendo presa de tal ataque. Su cabeza daría vueltas como coche en pista de carreras, quizás tan solo por unos instantes, pero los suficientes para que los demás colaborasen con la masacre.

 

—¿Melancólico?— Preguntó mirando a Zack y a su vez a Mía, arrastrando la pregunta hasta aquella.

[That is not my name]

- ¡Expecto Protego!

 

Invoqué de inmediato y de mi varita cientos de sombras comenzaron a salir para formar frente a mi a un hermoso hipogrifo oscuro quien se levantó en sus dos patas traseras antes de salir a embestir el lugar. Sí, era cierto que la orden que le había dado era que destruyera cualquier obstáculo y sin ninguna presencia de una amenaza humana (no contemos a Flama, por favor, que no es ninguna amenaza) comenzó a destruir todo el inmueble.

 

En cuanto alguien entrara mi querido hipogrifo de sombras cambiaría de objetivo, por lo pronto disfrutaba ver todo el daño que estaba haciendo mientras la joven bruja sufría de los ataques que estaba recibiendo por parte de mis compañeras nigromantes. era momento de continuar con mis movimientos.

 

- Fuego negro...

 

Nuevamente invocaba aquel poder para que comenzara a formarse arriba de nosotros una segunda bola de energía oscura para crecer sin problemas y que fuese lanzada en el momento oportuno, por supuesto, si es que esta criatura que teníamos como objetivo tenía forma de pedir ayuda.

 

- Detritus. - Terminé mi turno protegiendo mi cuerpo y el de Zack en esos momentos con una capa de niebla que nos ayudaría a dejar de pensar en los posibles efectos secundarios que causaría el destrozo de aquel sitio, solo para entretenernos.

[Arya Macnair]

>Quien quisiera estar detrás de ese Detritus. Pensó

 

La muchacha, Fiamma, no tenía demasiado a qué recurrir, la luz del faro parecía estar descompuesta o el teléfono con factura vencida y nadie había recurrido en su rescate así que más tarde se les notificaría fuesen a recoger sus cenizas. Por lo que la atención, la diversión y lo interesante se volcó en dirección a los dos cuerpos masculinos que la acompañaban de momento, al igual que su hermana pero ésta se había centrado en picar con un alfiler su vida sexual cosa que no le molestaba demasiado. Sonrió de lado permitiendo que todos lo vieran y colocó ambas manos en los hombros de la rubia, de Mía o Ishaya, cabe destacar.

 

—Creo que nos está haciendo falta un poco de condimento, pero todavía no me decanto por cuál ¿Mexicano o Venezolano?— Preguntó.

 

No es que hubiese demasiado que hacer, ya sería rozar la maldad pura y completa el rematar a la chica que había ido allí en busca de ejercicio y había acabado siendo las mancuernas de un grupo aburrido y bien preparado de Mortífagos. Solo para que quedase en claro que jamás los tomarían con la guardia baja.

 

—O tal vez, podamos recurrir a una combinación explosiva ¿Te parece?.

 

Caminó hasta posicionarse cerca de Zack e Ishaya, ambos escudados en oscuridad, para hacerse con el primero de los dos que extendiera la mano cuando ella también lo hizo, llevaba días queriendo beber un par de copas con amigos y quizás había encontrado el momento justo, un poco torcido puesto que se trataba de su ¿abuelo? su media hermana y el hombre que no perdía oportunidad para recordarle que alguna vez que la tonta muchacha allí tirada en el suelo.

[Zack Ivashkov]

El silencio de la víctima lo impacientaba un poco. Estaba acostumbrado a que respondieran con altanería a sus atrevimientos. Y de hecho le gustaba. Pero debía intuir que todo eso había desaparecido junto con la Orden del Fénix. ¿Sería aquella bruja uno de ellos? Era una posibilidad que no descartaba, pues si no se estaba con la Marca Tenebrosa se estaba en contra, y claramente no era una Mortífaga. No con esa pasividad digna de un sangre sucia quebrantado por un poder mágico menguado.

 

- Tu cara me lo dijo todo - agregó poniendo los ojos en blanco. La mujer recibió con los brazos abiertos los ataques de aquellos Nigromantes que no dudaron en superponer su magia a la casi inexistente de Fiamma. Tenía tan pocas esperanzas de vida ahí rodeada que las quemaduras del Fuego Maldito serían un latente y constante recuerdo de que su muerte se avecinaba. Y la tentación le gano al comandante, tenía que colaborar con eso.

 

- ¡Morisoseo Ánima! - Exclamó con entusiasmo realizando una complicada floritura en el aire. Una ráfaga de viento atravesó la puerta principal al tiempo que se materializaba una especie de esfera compuesta por oscuros cráneos humanos que emitían gritos de desesperación. La concentración de energía incrementó hasta que Zack la envió contra Fiamma logrando con éxito que su cuerpo absorbiera el ataque de aquellas almas.

 

Lo que sucedió a continuación fue una escena digna de revivir.

 

Múltiples heridas se abrieron en el pecho de la pelinegra dando la impresión de ser un pobre cordero apuñalado y a punto de ser devorado por una multitud hambrienta. Los ojos del vampiro brillaron en señal de euforia viendo cómo se creaba un charco de sangre bajo la bruja agonizante.

 

- He probado ambos. Y debo decir que cada uno aporta un gusto especial. Es como un orgasmo culinario - dijo girándose en dirección a Arya. Como si el hecho de haber masacrado a bruja hubiese sido una simple escena de película. Pero no, ella seguía ahí a sus espaldas goteando sangre y él ahora con un nuevo semblante y una sonrisa traviesa.

 

- Siempre estoy abierto a nuevos sabores y experiencias deliciosas. ¿Puedes ayudar con eso? - agregó esta vez acariciando el hombro de Macnair. Pudo seguir recorriendo la anatomía cubierta de su compañera, pero un grito de dolor le hizo recordar el escenario en el que se encontraban.

 

- ¡Por favor! ¿Alguien sabe cuánto le falta?- expresó casi indignado por el hecho de que Fiamma hubiese aguantado tanto y siguiera gimiendo de dolor en lugar de entregarse a la muerte.

[Arya Macnair]

Todavía le guardaba rencor, lo hacía ¿Lo hacía?

 

Cuando el Ángel Caído depositó ambas manos en los hombros de la fémina ésta se olvidó incluso de cómo se llamaba. No exageraba, Zack era después de su novio, el mortífago y mago más hermoso que había conocido, más de una mujer lo codiciaba al igual que hombres suertudos pero ella nunca se había molestado en acorralarlo. Y al parecer, hacerse la superada había servido para que el vampiro se ofreciera sin presiones además de sumar a Ishaya al plato ¿Sería lo correcto? para acceder tuvo que recordarse que no había lazos sanguíneos entre ella y Triviani, quien en un momento había sido conocido como su abuelo, luego como su compañero, y ahora quizás podían ser buenos amigos de juegos, de copas, o lo que la tarde dispusiera.

 

—¿A ella?— Obvió la pregunta pretenciosa de Ivashkov y acotó su queja —Ella ya está, cariño, pero yo recién estoy empezando.

 

Su amplia sonrisa se transformó en una mueca de picardía, buscando entrelazar su mano con la de Zack y luego guiarlo cual maestra de kinder, con dulzura, hasta donde Ishaya disfrutaba el paisaje, después de todo, el cuerpo sin vida yacía de ese modo tan masacrado debido a su accionar de primera instancia.

 

—Contigo... y contigo— Miró a Triviani, volteó buscando a su hermana por sobre su hombro y su voz sonó gatuna —Lucete, preciosa. Nostros iremos a degustar cosas... exóticas

 

El silencio devoró sus pasos mientras se deslizaba con gracia hacia la salida donde algunos curiosos habían asomado las narices, más nadie parecía querer involucrarse o nadie era lo suficientemente capacitado como para enfrentarse al grupo como tal, y con el sol dando de lleno en sus perfectos rostros cubiertos por las metálicas máscaras Mortífagas, Arya se desapareció llevando en cada mano un bombón, perdón, llevando en cada mano a Zack e Ishaya.

 

Y vivió feliz para siempre (?

[Mia.]

¿Melancolía? Era una palabra que pocas veces había escuchado, y más analizado a fondo, pero en esos momentos sí, era justamente lo que sentía. No precisamente, por el hecho de matar gente, sino de tener ese lazo de camaradería innato que experimentaba con amigos como Zack y ahora mismo, con Arya. Era algo, que disfrutaba, la adrenalina correr por sus venas, las altas horas pensando en guiones que seguir, para salir victoriosos, eso era justamente lo que extrañaba, así que podía decirse que sí, estaba melancólica.

Viejos y preciados tiempos. respondió con tranquilidad.

Notando, como su hermana se tomaba con humor su broma, soltó una risotada. El elegir entre el Mexicano o Venezolano, era bastante sencillo para ella, porque era claro que tenía cierta debilidad por el sudamericano, algo que aquellas personas que la conocieran, sabrían detectar. Así, que dándole una mirada a su hermana, le indicó que el mexicano le vendría mucho mejor a su complemento, además de que tenía cierta pasión por el tequila, que seguro sabrían explotar.

Esbozando una sonrisa, miró a Fiamma, la cual estaba no solamente herida, sino también con alguna que otra quemadura. Pobre chica, sin lugar a dudas, en esos momentos sabía lo que era pertenecer a un grupo, que no la respaldaba, pero ese era el destino que había elegido. Por lo que negando lentamente, escuchó las palabras del Ivashkov, que tenía cierto tono de molestia. Sí, había tardado demasiado en morir, pero así eran esos Odf, siempre esperando hasta el último momento para exhalar su aliento y hacerles perder el tiempo, viendo como lo hacían.

Momento de irnos, esta muerta y hay cosas más interesantes que hacer. soltó, mirandolos a todos Te los encargo, luego nos vemos. completó su frase mirando a Arya.

Sí, dejaría que la bruja tuviera una celebración interesante, de ese modo su vida sexual sería mucho más atractiva a los ojos de los demás y de Aries, todo lo hacía para que esa relación prosperara, así de buena hermana era. Riendo lentamente, se aproximo hasta la salida del lugar, mirando como, antes de ella abandonaban el sitio el trío del momento. De ese modo, fue la última en salir del lugar.

Dando un medio giro, desapareció envuelta en una fina capa de humo negro, la cual se disipó y no dejo rastro alguno de su presencia.

Off:

Fiamma Phoenix Diggory, murió al recibir el impacto del Fuego Maldito del cual no se curo/protegió, de tal manera que tendrá que ir a curarse antes de seguir roleando *-* Bonito Día #NoMeImportaSuHuelga #ReglasSonReglas

[Rory Despard]

Brendon pareció el más entusiasta con el tema de la piscina. Era interesante ver como cada uno, respondiendo a sus intereses encontraba algo más afín. Y en ello tenía gran parte del mérito la diversidad de opciones que el local ofrecía.

 

— ¿En serio te parezco joven?- reí ante el comentario del muchacho, no era algo que escuchara seguido- muchas gracias por el cumplido. Normalmente la única que suele decir esas cosas es mi elfina, pero es un poco difícil creer a veces en los parámetros de un elfo que te tiene tanta estima.

 

Leandro en esos momentos dijo en voz alta justamente lo que estaba pensando, lo completo del local, aunque en otro sentido que yo no había notado. Siendo una comunidad con razas diferentes conviviendo, todavía era palpable la marginación que ciertos sectores sufrían. Que ambas primas, hubieran considerado las características particulares de la clientela era también otro logro, que además dejaba traslucir un trabajo previo cuidadoso de los detalles. Y Zahil tras agradecerle las palabras confirmaba que efectivamente nada había sido dejado al azar.

 

— Creo que no es solo el tema de la paciencia, sino de lo que buenamente el físico me alcance para dar. Me encantaría meterme en mil cosas, pero no tardaría en rendirme. Igual, creo que todavía tengo tiempo para pensar en el asunto ¿verdad?- alejándome de la piscina me acerqué más hasta ella- igual y creo que si vengo por los masajes podría ver a estos estupendos chicos nadar. Siempre que se pueda una debe aprovechar las buenas vistas ¿no?

 

No podía negarse que ambos eran muy atractivos, cada uno a su manera. Zahil además, retomando algo que Brendon había dicho expuso su teoría sobre debido a qué podía deberse la "hermosura" de la mayoría de gente en Ottery. Yo no estaba muy segura de aquello que expuso sobre los genes, y en cuanto ella terminó de exponer su razonamiento me atreví a refutarle, mientras tomaba asiento en una de las sillas que la mujer amablemente había dispuesto.

 

— Yo creo que más bien ese elitismo los ha llevado a casarse entre primos y ser más propensos a taras y esas cosas. ¿No se comenta por ejemplo que todo Trivianis todos padecen algún trastorno mental? Si me lo preguntas yo creo que simplemente es buena magia. Ya sabes todos esos hechizos para disimular imperfecciones. La industria de las pociones de belleza también ha avanzado a pasos agigantados- era casi una fanática de las pociones así que no había nota respecto al tema que se me escapara- y aceptémoslo, si algo tienen familias como la Malfoy es que se pudren en dinero. Costear tratamientos millonarios debe ser tan sencillo para ellos como respirar.

 

Me encogí de hombros y observé a los chicos, para saber que pensaban ellos del asunto. Ottery en muchos sentidos era un lugar bastante particular para estar, atosigante en ocasiones, pero también, cada tanto, te daba la oportunidad de conocer gente realmente interesante. A la distancia, pude ver a Fiamma echándonos una mirada antes de seguir su recorrido ¿hacia dónde es que iría?

 

— ¡Fiamma acaba de pasar! ¿Ella también va atender el negocio con ustedes Zahil? Recuerdo que me comentó hace poco que nos reencontramos que abriría un negocio, pero no tenía idea que sería este ¿o es otro?

 

Quizá para muchos Fiamma no fuera conocida, pero a mí me despertaba un particular sentimiento de alegría tenerla de vuelta, porque era como una pieza de mi pasado un tanto doloroso y extraviado en recovecos de la memoria, que había vuelto a su lugar correcto. De seguro que tendría mucho que hacer, pero esperaba que pudiera aunque sea en algún momento coincidir y conversar un poco más con ella.

 

OFF:

 

Claramente nada más que ustedes les importa, sino algo habrían hecho por exigir a sus líderes para que se nivelen las listas y todos nos divirtamos con el juego de duelos :3

 

@@Leandro Malfoy @ @@Brendon Ravenclaw @

Editado 16 de Mayo del 2018 por Bel Evans McGonagall

[Zack Ivashkov]

La salida del trío "entusiasmado" de Mortífagos había sido encantadora. Pero al llegar a su destino, una fuerte punzada en el pecho le indicó al Ángel Caído que tendrían que volver. Cuando manifestó la idea a sus acompañantes por supuesto lo trataron de loco. Se quedaron observándole como si realmente hubiese perdido la cabeza. Estaban por degustar cosas... exquisitas, tal como lo había dijo Arya. ¿Y él sólo pensaba en regresar a ver un cadáver colgando? Pues algo debía haber ahí.

 

-Creo que nos hemos olvidado de algo- Manifestó finalmente poco antes de que su cuerpo se desvaneciera. No los iba a llevar con él a la fuerza. Así que se fue solo. En cuanto arribó al Callejón Diagón nuevamente, hizo el llamado con su varita de ébano en la diestra. Vestía igual que antes, y la máscara se mantenía en su rostro que detrás de ella formaba gestos de intriga. ¿Realmente habrían olvidado algo?

 

Sin más, ingresó nuevamente al local Ottery Fitness, confiado en que algo debía significar esa sensación. Su varita en mano y una inquietante tensión en sus músculos le indicaba que tendría que explorar ese maldito lugar. Alguien debió haberle tocado el ego a su muñeco vudú.

[Arya Macnair]

—¿Es en serio? No, no no no no.

Macnair por poco lanza la botella de vino que sostenía con la zurda para cambiarla por la varita cuando el entorno cambió drásticamente. Por un momento estaba compartiendo callejón con dos hombres por demás encantadores y tras parpadear un solo segundo ¡un segundo! regresaba —siguiendo el llamado de Zack— al Ottery Fitness pero con un rumbo distinto al de la recepción donde el cuerpo de Fiamma aun yacía cual pollo rostizado en asador. Aun portaba la máscara y gracias Dios la ropa, porque la parte buena de la actividad física no había llegado a concretarse por lo que sería imposible deslumbrar al mundo con su belleza facial, más sí con su anatomía puesto que al menos la capa de viaje había pasado a mejor vida en medio de la calle y solo conservaba el enterizo oscuro.

Junto a ellos, la frutilla del postre, o el postre en su completa excelencia, Ishaya los acompañaba. Ahora eran 3, pero quizás luego de todos modos podrían divertirse. Sus pies descalzos la habían llevado junto al vampiro a la zona de la piscina, donde al parecer, su nuevo objetivo era Bel Evans, un individuo que solamente le caía mal por haber sido más interesante como objetivo para Ivashkov que un buen rato entre colegas.

—Un dos por uno, que magnífico. Así tonificamos espalda.