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Mansión de la Familia Potter Black (MM B: 90394)


Sagitas E. Potter Blue
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No me hacía falta leer mentes para saber qeu, bajo la mirada aliviada de Sagitas asomaba la Sagitas preocupada, buscando el menor síntoma de que algo podía haber salido mal, para prevenir que, en el momento más inoportuno, Ithilion tuviera otro síntoma. Ithilion tampoco era tonto, y se quedó callado mientras su madre le revisaba con mucha más atención de la que solía hacerlo.

 

Mi "ataque sorpresa" relajó su reacción al ver que los tobillos del pequeño presentaban un color azulado no muy natural. La toalla me acertó de lleno en la cara, aunque tampoco me esforcé por esquivarla. Riendo, tiré de ella para quitármela de la cara. La notaba nerviosa, pero mi intención era precisamente que se relajara. Alterada, no pensaba con la misma claridad, y poner nervioso al niño tampoco nos sería de ayuda. Ithilion reía de forma tímida mientras nos miraba. 

 

La normalidad del pequeño era una buena señal. Me acerqué hasta ellos, apoyando la mano libre en la cintura de Sagitas, mientras dejaba la toalla a un lado. La miré y devolví la sonrisa, aliviado. Ithilion intentó poner mirada de cachorrito para convencerla.

- Eh! yo también quiero mi regalo de maridito bueno - refunfuñé. - lo reclamaré esta noche - murmuré acercándome a su oido.

 

Entendí que no quería volver a mencionar al basilisco por si eso ponía nervioso a Ithilion. Me limité a encogerme de hombros, negando ligeramente con la cabeza.

- No se nada. El chico y @ Helike R V PB  iban a hacerse cargo, pero se lo mismo que tu. Espero qeu al menos no deje que les muerda. - La petrificación tenía "fácil" solución, pero una mordedura, si Bennu o nosotros no llegábamos a tiempo...

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  • 5 meses más tarde...

-2 horas antes-

Me alisé la falda del vestido color lila que decidí vestir ese día. No recordaba haberme puesto colores tan lindos desde ese día, pero mi vida no sería la misma y esperaba que mis familiares no me reprocharan lo sucedido. Fue mucho tiempo separados de ellos que me hacía añorar los viejos tiempos que pasé al lado de ellos. Eran momentos que no volverían y extrañaría hasta mi último aliento de vida.

 Estoy nerviosa – pensé sintiendo como los latidos de mi corazón se confundían con infinidad de pensamientos que pasaban por mi mente.

Salí del cuarto de hotel arrastrando la única maleta que traje en el viaje. No pretendía usar magia mientras estuviera aún cerca de muggles para no llamar la atención. Le pedí a Sethy que mantuviera a salvo a Argentus hasta que viera la forma de regresar a casa. Solo esperando que pudiéramos llegar juntos o mi familia le gustaría saber que el niño estaba solo.

– Tú irás directo con el niño y lo demás. Si no te logro avisar a tiempo no permitas que otro elfo de la mansión te vea al llevarlo a casa – le repetí – Y tampoco se te olvide que aunque controla mejor su poder, es mejor que no se asuste. ¿Entendido? – miré fijamente a Sethy y luego giré mi cabeza hacia ese pequeño que llenaba mi corazón de amor y devoción.

Caminé hacia mi hijo. El tiempo no perdona a nadie y Argentus había crecido en estos últimos años tanto que me parecía increíble que lograramos decidir el retorno a la Mansión. No se opuso el peliazul al gran cambio que para el significaría porque si bien vivió mucho tiempo con los Potter Black, se aferró tanto a la vida tranquila del campo al sur de Asia. Allá no tenía que ver con casi nada de magos o animales fantásticos, aunque el mismo era el que provocaba los desastres con la magia. Pero ya no podía sostener esa vida a causa de personas que se dieron cuenta de quienes éramos en realidad.

– A casa – le dije a mi niño luego de darle un beso en la frente y dejándolo al cuidado del elfo.

 

-En los jardines de la Mansión-

Luego de haberme aparecido observé los bellos jardines de la Ancentral Mansión Potter Black. Mis ojos color marrón fueron de un lado al otro rememorando tantas experiencias vividas entre las buenas, las aparentemente malas y las dolorosas, pero más que todo el cariño que siempre me brindaron en casa y apoyo en los momentos significativos de mi vida.

 

Si cambié, pero fue necesario para seguir adelante y así darle más educación a mi niño que lo necesitó luego de salir de allí. No tenía la guía los tíos, de primos u otros familiares junto a los amigos que siempre fue enriquecedor cada conversación que me apunté a llevar con ellos.

Esta vez solo muerta me sacan de aquí – expresé en voz baja como si pretendiera que hubiera alguien a los alrededores escuchando y observándome.

Seguí adelante con paso lento como si fuera una intrusa, aunque siempre alerta, porque es una odisea pertenecer a esta familia. En cualquier momento se podría desatar alguna redada. Qué tiempos aquellos donde la adrenalina recorría cada centímetro de mi cuerpo, pero preferí apaciguarme para darle mejor vida mi hijo. Y es esa la razón para volver a casa, con mi familia.

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Vuelta a casa:

-- ¡Grrrr!

Sí, como siempre, entré en la mansión gruñendo, seguida de mi hijo @ Matt Blackner . Ni idea de si @ Xell Vladimir Potter Black  nos seguía, pero yo cerré la puerta dando un tremendo golpe. Sentí como varios elfos corrían a refugiarse, no sé porqué. Ni que yo fuera un monstruo.

-- No, Matt, no, no sigo con el síndrome del perro-chocolatina. Es que sigo enfadada con Xell por lo que nos hizo con la gala de Halloween.

La verdad es que el salir me había sentado bien, aunque eso no lo confesaría nunca. En el fondo, me había divertido estar un par de días fuera de cosa, pero como se dice comúnmente: "Hogar, dulce hogar". Como estar en casa, en ninguna parte. Eso me recordó el tema de los niños y bajé la mirada hacia mis pies, cerrando un momento los ojos para tomar aire. Después, elevé la mirada y grité:

-- ¿Cómo es qué no está la chimenea encendidaaaaa? ¡Hace un frío de muerte! Espero que mi cuarto esté calentito, que me quiero dar un baño. Me vendría bien estar sumergida como mil horas para quitarme el olor a gato.

Sonreí. Aquel gaznápiro de poltergeist había intentado salvarme la vida en varias ocasiones en esta gala. ¿Eso era lo sorprendente? No, lo sorprendente es que yo le dejara volver a casa en vez de aprovechar para dejarlo tirado en un país lejano, lejano, sin dinero para volver a casa.

-- ¿Y dónde estará @ Sean -Ojo Loco- Linmer ? ¿Se habrá quedado con los americanos? ¿O se habrá ido a charlar con el Ghoul del desván? -- le pregunté a Matt. 

Me quité los zapatos, quedándome sólo con el disfraz usado de toda la semana de gala, y me rasqué la cabeza. Tenía el pelo pringoso. Ciertamente necesitaba ese baño. Harpo se acercó a mí y me saludó, a lo que contesté con cariño. Creo que era el único que entendía el paso que había dado, ese antes y después que tan pocos entendían.

-- Bienvenida a casa, Ama Sagitas. ¿Todo bien?

-- No, no encontramos a los niños -- confesé, a mi pesar. En ese momento, sonó el timbre de la puerta. Uno de los elfos corrió hacia la puerta y miró por la gatera. Sí, no llegan a la mirilla, qué le vamos a hacer...

-- Es una mujer.

Di una patada en el suelo. ¡Qué Halloween ya había acabado! Se iba a enterar. Le iba a dar una chocolatina de las que robé en el Macusa, que transforman en animales muggles.

Me ajusté el disfraz de nuevo y abrí la puerta, a grito pelado.

-- ¿Truco o trato?

Al instante, la reconocí, aunque después del susto. Me quité la careta con cierta vergüenza, pues no esperaba recibir así a mi sobrina después de tanto tiempo.

-- ¿ @ Sunar PBT ? ¿Eres tú?

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A lo lejos divisé la casa principal queriendo retrasar el encuentro, si es que la familia entera se encontraba dentro, por eso revisé una vez más el reloj para asegurarme del tiempo antes de apersonarme a la puerta de la mansión. Y es que por extraño que pareciera sentía temor, de mi familia porque los quería como ellos a mí, pero fue mucho tiempo el que pasé fuera sin hacerles llegar noticias de nuestro estado.

-- Llegó la hora -- balbuceé acercándome a la casa.

Seguramente se sorprenderían al ver un poco más alto, delgado y con un cabello azul muy corto. El mismo no aguantaba lo largo del cabello cuando tuve que cortarlo, porque el mismo lo intentó por su cuenta. También controlaba mucho mejor su habilidad la cual me costó ayudarle.  Estaba segura de que Ithilion encontraría en Argentus un compañero de juegos formidable siempre y cuando esté ultimo aceptara ser más sociable de lo que era actualmente. Solamente mi temor era que estos dos destruyeran la mansión.

Me detuve frente a la puerta y recordé que estamos en la época del año de festividades y tal vez disminuía la posibilidad de hallarlos en casa era algo incierta por Halloween o llegaba en el momento justo para alguna aventura que solo los Potter Black solían meterse.

-- Que mejor época para regresar. -- sonreí.

Volví mis ojos hacia los jardines de donde vine, observando que aún no llegaban. No estaba preocupada, pero sin ansiosa por lo que dirían al no ver al niño conmigo porque el viajar separados no era algo que cualquiera hiciera con sus hijos. Y fue cuando alcé mi mano para tocar la puerta en espera que un elfo la abriera, pero para mí sorpresa y de golpe tuve frente a un ser algo extraño que me dejó parpadeando por varios segundos antes de ver como se quitaba la máscara y dejaba ver el rostro de Sagitas, esa bruja que quería mucho pero también temía.

-- Ehm, hola tía -- dije algo nerviosa aún con la mano en alto.

No pude evitar volver a girar mi cabeza con la esperanza que viera venir por el camino a Sethy con Argentus. No, no fue así. 

-- ¿Me dejas entrar? -- dije abrazándola y con cuidado empujarla para evitar que su mirada buscara a más personas conmigo. -- Te extrañé mucho -- no la solté hasta hacer que la puerta detrás de nosotros se cerrara. Necesitaba esos minutos con desespero.

 

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SEAN POLTERGEIST

Era incomo estar en el desvan, pero era mejor pasar desapercibido antes de intentar una nueva treta. Aun tenia varias chocolatinas...muchas chocolatinas... de nuestra reciente visita a MACUSA y no dudaria en usarlas. Eso si necesitaba un conejillo de indias apropiado. Y esa era la razon por la que estaba ahi...en el desvan. Por suerte con mi don de habla y mi poder de convencimiento todo saldria bien. Si...mejor eso que andar maullando por ahi, nahh mejor alejar esos recuerdos de mi mente.

Para el avido lector de las aventuras de ¨El perro y el gato en New York¨ que insista en saber que sucedio despues. Pues casi fui expulsado del Hall por la seguridad cuando se dieron cuenta de la gracia que habia hecho. Por suerte pude poner tierra de por medio y regresar a la Mansión incluso antes que la pelivioleta. De seguro que disfrutaria esos momentos de tranquilidad..pero ya me tomaria yo el placer de regresar a mi trabajo habitual. Suficiento con el hecho de que varias veces le salve la vida...o bueno, ayude a que no le pasara nada. Que decir...si moria a quien iba a molestar???.

-Ya te lo dije, son una golosinnas que te traje del viaje -le dije al Ghoul mientras le mostraba unas chocolatinas. - A fin de cuentas entre entes tenemos que apoyarnos. -el Ghoul reacciono a esta frase con una negativa -Si..ya se que no apruebas la idea de sindicalizarnos y luchar por nuestros derechos....pero esto es diferente. Dale..toma una..te aseguro que son deliciosamente deliciosas

Aun con duda y sin quitar la vista sin vida de la chocolatina el Ghoul accedio. Sonrei y le di unas palmaditas en el hombro. A saber ahora que pasaria...que emocion..que sorpresa...que desastre.

@ Sagitas E. Potter Blue @ Sunar PBT @ Xell Vladimir Potter Black @ Matt Blackner

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Sethy, elfo doméstico de Sunar

-- Apresúrese amito, su madre se va a preocupar. -- le dijo ansioso el elfo al niño que se detuvo a observar la puerta de entrada de los terrenos de la familia Potter Black. 

Para Argentus volver a esa casa le parecía como si fuera la primera vez, en realidad en sus memorias no tenía mucho y eso fue gracias a su madre junto a otras personas donde estuvieron viviendo. Al elfo no le gustó enterarse de lo sucedido porque no logró ayudarlos a evitar que decidieran realizar ese hechizo sobre el niño. Muy a pesar de todo, no le borraron completamente la memoria más si parte de lo que pasó antes de salir de la Mansión.

-- Camine de prisa que aquí le enseñaran la desaparición -- comentó el elfo cruzando mientras cruzaban por un sendero adyacente al principal que conducía hacia la casa. 

El equipaje iría apareciendo de poco mientras ellos se instalaban nuevamente. Días antes había hablado con Raizor para que fuera arreglando el cuarto de la ama Sunar así como el del amito que tenía la misma disposición como en el Hacienda Tonks. No había cambiado de gustos el peliazul, por eso seguía siendo sencillo todo el mobiliario que usaba, al igual que su madre.  

-- Amito, por favor, recuerde no jugar con su habilidad. -- le recordó amablemente porque el temperamento del niño era cada vez más inestable.

Se acercaron a la entrada que, por muy bullicioso en los alrededores, siempre lo lograba escuchar la voz de la Matriarca cuando algo pasaba dentro de casa. Respiró hondo el elfo y tocó la puerta. 

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Regresamos a la Potter Black casi sin decir palabra. Sagitas aun estaba enfadada por lo qeu había pasado, por el viaje a tierras americanas para visitar el MACUSA. @ Xell Vladimir Potter Black  no tenía mala intención, pero había tocado una fibra sensible en casa. Por no hablar de lo que...de lo que no había pasado con @ Helike R V PB . Supongo.

 

Cerré la puerta y me quité la chaqueta de traje rosa, remangando la camisa negra mientras la miraba.

- Lo se. Pero no lo hizo con mala intención. - intenté calmarla. - te lo aseguro. - en el fondo, ella también lo sabía. Estaba enfadada, como yo, pero la molestia era más nuestra que con los demás. Salir y estar con gente, en un sitio que no fuera ni la PB ni el Ministerio no había estado tan mal. Por lo menos, durante un rato.

 

Dejé a Sagitas abajo, en la entrada, quejándose porque la casa estaba fría. Era cierto, pero estaba seguro de que los elfos no tardarían en caldear la casa. Me aparecí en mi habitación, porque tenía algo pendiente: traer de vuelta a Elentari. Apenas tardé un par de minutos en hacerlo, y para entonces podía oir las chimeneas crepitar. Elentari se estremeció en mis brazos, asi qeu la dejé sobre mi cama, buscando algo de abrigo para que la pequeña no pasara frío. 

 

Mientras la abrigaba y volvía a cogerla en brazos, sentí algo. Voces en la planta baja. Una persona nueva. Nueva, no extraña. Con el ceño fruncido, los dos nos aparecimos al pie de las escaleras, arrancando la risita de la pequeña, como siempre pasaba. Vi pasar a @ Sean -Ojo Loco- Linmer  murmurando con el ghoul, la sorpresita que nos habíamos traido de tierras americanas.

- Sean, recuerda, no asustes a Elentari con tu amiguito. Mañana, se lo enseñaremos. Pero no la asustes. - le advertí.

 

Pero seguía oyendo las voces de Sagitas junto a alguien más, una mujer. Su voz me sonaba vagamente, mientras Elentari apoyaba su carita en mi hombro y despedía a Sean y el ghoul moviendo alegremente su manita.

 

Cuando nos adentramos en el salón de la chimenea, Sagitas abrazaba a una joven. Fruncí el ceño, extrañado, hasta...

- @ Sunar PBT ? - pregunté.

Editado por Matt Blackner

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¿Me extrañaste? – volví a inquirir ahora sonriendo para visualizar a mi tía.

 Sabía que siempre la bruja matriarca de la familia tenía gustos estrafalarios, en ciertas festividades, y Halloween no iba hacer la excepción. Estuve a punto de reírme, pero el motivo de su sorpresa sabía que era mi regreso porque en realidad hasta yo me asombraría de mí misma.

Me tendrás que hacer un buen resumen de lo que me perdí todos estos años. – le dije aún con la incertidumbre de la llegada del elfo con mi niño. Tenía que evitar a toda costa que la pelivioleta hiciera la pregunta que tanto temía y que sabía que no tenía una excusa creíble.

 De pronto observé a mi tío, pero lo que más llamó mi atención, fue la bebé que llevaba en brazos. Mi rostro dibujó una sonrisa como si supiera de quién era hija y dirigí mi mirada de la niña hacia el rostro de Matt.

 – ¿Es tuya? – pregunté emocionada caminando hacia ellos. Tantos cambios que debía ir procesando porque seguramente acabaría loca de no pedir explicaciones por cada sorpresa que me iba a llevar en la familia.

 

Toc…toc

 

 Sentí que mis preocupaciones y temores se desvanecían en ese sonido. Corrí hacia la puerta ganándole a un elfo que pretendía abrir la puerta. Allí estaban los dos y en verdad me sentí tan aliviada. Tomé de la mano a Argentus que abría su boca para decirme algo, pero volvió a cerrarla cuando observó que mis tíos nos miraban. Sethy saludó educadamente y se retiró para acomodar el equipaje en los cuartos.

– Bien, en qué quedamos… – miré a mi tío y luego a mi tía aun sosteniendo la mano del peliazul que estaba un poco aprehensivo ante los familiares. Pero sabía que al pasar los días volvería a ser el de siempre.

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Una vez el Ghoul accedio a tomar las golosinas salimos fuera de desvan justo a tiempo ya que la aparicion de @ Matt Blackner  me tomo por sorpresa. Asi que solo tocaba aparentar una charla tranquila ante los ojos del pelirrojo. Y claro, no iba a ser yo el que asustara a Elentari, incapaz seria yo, de molestar a una infante tan alegre. No...si acaso lahacia complice de mis travesuras. Y claro como yo tenia acceso a las cocinas siempre  le podria traer golosinas a las espaldas del estirado de Matt.

Asi sonriendo y haciendole un guiño a la cria respire aliviado cuando se marcharon mas alla de mi radio de accion. Y justo cuando iba a retomar mi linea de accion con el Ghoul y me gire flotando hacia el vi que ya habia comenzado a comer una de las golosinas. Por un momento puse cara de cartoon cuando tienen una bomba a punto de explotar al lado. Por lo tanto la reaccion fue esconderme detras de la falda de una estatua..esperando ver la criatura que se apoderaria del Ghoul. Cual no seria mi sorpresa cuando poneindo carade pocos amigos el ente se giro hacia mi y comence a ver como por la boca salia humillo. En serio???.

Y sin mas ataco con una llamarada mientras volaba gracilmente atras de mi. Al parecer una vez mas me tocaba ser presa pero esta vez no siendo gato. Asi pues flote a toda velocidad hacia los ademas.

-AUXILIO!!!! DRAGON!!!!!....Exclame justo cuando una llamarada me incendio las pompis e intentaba apagarla rodando por el suelo...mientras el Ghoul dragon comenzaba a volar en circulos sobre todos....lanzando llamaradas en las cortinas.

@ Matt Blackner @ Sagitas E. Potter Blue @ Sunar PBT

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El peliazul miraba con detenimiento a mi tía @ Sagitas E. Potter Blue que aún se hallaba disfrazada por la festividad de Halloween, y también miraba mi tío @ Matt Blackner  que cargaba a una bebé. Una de sus manitos se mantenía dentro del bolsillo del pantalón agarrando un pequeño juguete en forma de conejo. Fue un regalo que le dieron cuando estuvimos viviendo en el pequeño pueblo al oeste de la capital de China. Y sabía que eso le daba algo de control a sus emociones, aunque me gustaría que pudiera controlarse sin usar un objeto para ello.

– Mucho gusto – dijo Argentus aún tomado de mi mano con una fuerza. – ¿Ha crecido verdad? – traté de que mi tono de voz lo hiciera bajar un poco las defensas.

Pretendía que este encuentro no fuese un tema de debate en mi familia por la forma en que estuve educando a mi hijo, ya que podría diferir en el método que estarían usando para educar a los niños de la familia Potter Black. Sin embargo, sin importar cómo cada uno de nosotros viéramos la vida, el estar juntos haría que cualquiera se acostumbrara a su entorno, y eso es lo que pretendía con este regreso a casa.

– ¿Escucharon eso? – me alerté al percibir el sonido que me parecía conocido y que se acercaba.

Los sonidos de exhalaciones de un animal me eran familiar por todas las veces que ayudé a la viejecilla con la que vivimos los años previos a nuestro regreso, la mujer era dueña de una pareja de dragones y sus dos crías. Pero algo más venía en nuestra dirección y sentí como mi mano era apretada por el peliazul. Lo miré esperanzada a que entendiera que no debía usarlo aún.

Saqué mi varita del bolsillo interior de la capa. Reí al recordar las veces que tuve que realizar la misma acción en más de una ocasión en un buen parte de mi vida antes de partir.

  ¿Este es el recibimiento? – pregunté con tono de sorpresa a la vez que la agachaba para cubrir con la capa al niño. – ¡Aguamenti! – pronuncié mientras alzaba mi varita en dirección a las cortinas para apagar el fuego que las había encendido por causa de dragón que perseguía a un ente que no conocía. @ Sean -Ojo Loco- Linmer

Después sería tarea de los elfos secar todo lo que quedara mojado por el agua a causa del hechizo.

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