⋆.:☀ Diagón Palace Hotel & SPA ☀:.⋆ (MM B: 101207)

[Ethan Lenteric]

La comida resultó sumamente agradable, el ambiente era idóneo para convivir al aire libre pero podía jurar que el cielo arriba del hotel se encontraba hechizado ya que en Londres nunca se tenía tan perfecto clima. Después de comer reposaron un poco la comida y bebieron un poco más de vino hasta casi terminar la botella, al escucharla tan solo sonrió y asintió poniéndose de pie.

 

-Me encantaría nadar, hace años que no lo hago.-Comentó estirando los brazos por encima de su cabeza, le sentaba bien nadar ya que podía relajarse y quizá después convencería a su bisabuela de tomar un masaje en el SPA.

 

Cuando el elfo llegó con los trajes de baño agradeció de buena manera y tomó los que ella le daba, con una sonrisa en sus labios asintió y se dirigió a la estación de cambio en donde se despojó de todas sus prendas. Se colocó una bermuda de baño en color negro y se miró al espejo, sería muy imprudente salir con el torso desnudo ante ella?

 

No tenía otra opción realmente y realmente esperaba que no lo reprendiera por los tatuajes que portaba. Uno de ellos era el símbolo de su familia en su brazo derecho, pero el que realmente le preocupaba era el de su espalda que era más grande cubriendo todo el omóplato derecho en su espalda. Salió del cambiador con una toalla de baño y se acercó a una silla de playa en donde la dejó, tomó asiento esperando a la bruja y observó como la piscina se encontraba ahora con mucha menos gente de la que había instantes atrás. En cuanto la vio venir tuvo que desviar la mirada, lucía impactante pero tenía que comportarse... ella era prohibida.

 

-Lista?...-Preguntó volviendo a mirarla sin embargo luchó contra si mismo para mantener su vista en los ojos de la Lestrange.

 

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Editado 18 de Octubre del 2018 por Ethan Lenteric

[Sol Lestrange Black]

Me tome mi tiempo dentro del vestidor intentando elegir entre aquellos dos trajes de baño, uno era un bikini que si bien era bastante discreto tomando en cuenta que solo se usan en lugares con playa lo descarte por completo, prefería algo más elegante y conservador, bastante mas clásico, la segunda opción iba mas con mi personalidad un traje completo color negro con un bastante discreto escote, ya decidida , procedí al cambio deje mi ropa en aquella cabina y tome mis lentes obscuros, me calce unas sandalias, el pareo y lo enrede en mi cintura. Me miré en el espejo antes de salir, y le sonreí a mi reflejo, estaba muy conforme con mi imagen siempre me había gustado estar en forma justo para aquellos momentos

 

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Salí y de inmediato sentí el peso de las miradas caer en mí, sonreí complacida normalmente tenia aquel efecto en cualquier lugar aun vestida, era lógico que con poca ropa aquello fuera aun mayor. Disfrute de aquella sensación, me gustaba ser el centro de las miradas.

 

 

Rodeé la alberca hasta llegar al lugar donde mi bis me esperaba, sonreí al ver que el también tenia aquella expresión, definitivamente no había perdido aquel encanto, aun en alguien de mi propia familia.

 

 

-¿Lista?- preguntó nervioso y tragando saliva-

 

 

-Me gustan tus tatuajes- comente observándolo y sus mejillas adquirieron un adorable tono rojizo, solté una suave risa y asentí suavemente con la cabeza.- Yo también tengo uno...- le mostré el que tenia en el hombro izquierdo un pequeño sol entrelazado con una luna.

 

Deje la toalla y mi bolso sobre uno de los camastros, me descalce y me quite el pareo. – Al agua entonces…- dije antes de lanzarme a la piscina disfrutando de la sensación del agua fresca envolviendo mi piel.

 

 

@@Ethan Lenteric

Editado 18 de Octubre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Saori Rambaldi Ragnarok]

La Rambaldi ve que alguien se asoma por el mostrador, tal vez por fin alguien atendía el lugar la asiática dio una mirada de desconcertó pero el lugar volvía y le traía paz en ese instante no pensó en molestarse e algún modo era momento de relajarse y saber que es la vida. Al ver a la persona que se acerca en el mostrador sonríe amigable mente mirando adentro del lugar un poco, el joven le preguntaba que quería o cual servicio tomaría pero como la asiática era la primera vez que entraba quería conocer todo para ver a que se decidida entrar.

 

_ummm quisiera conocer todo el lugar .- dijo mientras dejaba su saco a un lado y podía sentir algo de libertad en su camisón grande con unos botines dejando ver sus largas piernas. .,Ok por favor convencer de lo que ahí aquí .- dice mientras paso un poco de saliva y saca un dulce de su bolsillo como era la costumbre desde que se volvió a mudar, su cuñada Bel le dejaba dulces por cualquier parte.

 

-Dime que les inspiro par este tema y esta decoración tan oriental .- dice mientras mastica su dulce.

 

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[Ethan Lenteric]

Alzó una de sus cejas al ver el tatuaje que ella portaba, claro era de esperarse que siendo tan joven portara tatuajes o estuviera a la moda en su manera de vestir. Tenía que comprender que el título de "bisabuela" era solo eso, Sol era mucho más que ese título matriarcal y eso lo daba a notar con su sola presencia. Cuando la vio saltar al agua sonrió, le resultaba curiosa su expresión ya que parecía una niña emocionada por entrar al agua, así mismo se colocó en la orilla y entrando de flecha con los brazos bien estirados se zambulló.

 

Nadó por debajo un par de metros antes de salir a la superficie y quitar de su rostro el exceso de agua con ambas manos, la piscina era lo suficientemente honda para dejarlo flotar y de esa manera se echó de espaldas relajando el torso. Su cuerpo se acomodó en forma vertical y flotando cerró sus ojos relajándose con la temperatura del agua.

 

Después de un rato de esa manera se dejó hundir y nadó de nueva cuenta por debajo hasta una de las paredes de la piscina, salió lo suficiente y acomodó los brazos a manera de almohada para recargar su cabeza en ellos. Observaba a las personas ahí disfrutando de la comida y la bebida, al parecer mientras iba cayendo la tarde el lugar se volvía aún más agradable.

 

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[Sol Lestrange Black]

Mi cuerpo se adaptó a la temperatura del agua mientras daba algunas vueltas, hacía mucho que no me daba el tiempo ni el gusto de hacerlo, finalmente hacia muy poco que había vuelto a tener el hotel, esa era la parte que más me gustaba, poder disfrutar de las instalaciones, adoraba aquel lugar, sentirme libre de hacer y deshacer, todo era a mi gusto, aquello era simplemente perfecto.

 

Miré a Ethan disfrutando también del agua, aquello me hizo sentir bien, esa era justo la idea, distraerle para que no pensara en cosas tristes, si alguien sabía lo que era sentirse así era yo, había pasado por tantas cosas que no pasaba por mi cabeza que alguien pudiera tener esa sensación y que yo no hiciera nada por aliviarla.

 

Ahora las cosas estaban mejorando, tenía muchas razones para sentirme feliz y me sentía en la obligación de repartir aquel sentimiento también. Me zambullí bajo el agua y nadé hasta quedar junto al joven mago que descansaba después de un rato de actividad.

 

Salí del fondo haciéndolo dar un bote- Hola niño ¿dónde estaba esa mente? – pregunté divertida por su reacción, apartandome el cabello de la cara y sonriendole.

 

@@Ethan Lenteric

Editado 19 de Octubre del 2018 por Sol Lestrange Black R

[Emmet Haughton Gaunt]

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Las caminatas del vampiro por el callejón se habían reanudado después algunos meses. Ser la cabeza principal de uno de los departamentos más importantes del Ministerio de Magia y, a su vez, dictar clases en la Universidad, no era nada simple y siempre reclamaban más tiempo de lo necesario. Es por ello que, el boca en boca, le había servido para enterarse que algunos spa - hoteles habían abierto en el callejón por lo que iba a aprovechar esa oportunidad para relajarse un poco y despejarse de la rutina.

 

Se detuvo frente a una fachada simple pero el letrero le había llamado la atención; muchas veces lo de afuera engañaba y lo que importaba era lo de adentro. Ingresó por la puerta principal esperando no encontrarse mucha gente en el lugar pero lo primero con lo que se topó fue con una colorida recibida bien iluminada y todo muy ordenado. No había mucha gente por lo que iba a aprovechar.

 

- Buenos días - le dijo a la muchacha que se encontraba en la recepción - quisiera una habitación por favor, la más completa que tenga - pidió.

[Samy Lestrange]

Había días en que era fácil distinguir el humor de Samantha sólo con verla y este era uno de ellos. Atravesó las puertas del hotel asintiendo a quien las abrió para ella y se dirigió hacia la recepción con un solo objetivo, sus pasos rápidos y su mueca de enojo dejaban en evidencia que no estaba allí para pasar unas horas de relax en el spa de su madre.

 

Interponiéndose entre una bruja de sonrisa agradable y su nuevo cliente, la pelirroja interrumpió su seguramente bien ensayado discurso de bienvenida, no dispuesta a perder tiempo allí con la poca paciencia que arrastraba.

 

– Hola... Busco a la señora Lestrange. ¿Dónde está?

 

– La señora Lestrange no se encuentra disponible en este momento y dejó orden de no ser molestada... ¿Quizás quiera dejarle un recado? En un segundo estaré con usted... – respondió la joven aún con su omnipresente sonrisa, intentando sonar amable aún ante la actitud poco educada de la pelirroja.

 

Sam se cruzó de brazos y respiró hondo, intentando no soltarle todo su enojo a la pobre chica, y contó hasta cinco mientras sus pensamientos no hacían más que avivar su enojo. ¿Desde cuando no podía ser molestada? Su madre jamás había dejado de estar disponible para ella aún en su trabajo. ¿Con qué o con quién estaba ocupada? No, mejor no pensar en ello...

 

Sintiéndose como si debiera invocar rayos y truenos y una enorme nube negra sobre su cabeza para hacer juego con su estado de ánimo de ese día, se encogió de hombros y sonrió a la bruja con una mueca caprichosa; estaba demasiado enojada, cabreada, herida y molesta como para que le importara mantener las apariencias en el negocio de Sol.

 

- Bien... puedes darle mi recado. - Le dijo con voz dulce y cantarina. - Puedes decirle que estaré en la terraza de la suite que solía ocupar y que si no sube a hablar con su hija de inmediato, necesitará más que un decorador para arreglar lo que quede del hotel.

 

Cuando se giró para dirigirse a los pisos superiores, las bonitas cortinas color crema que decoraban los ventanales comenzaron a arder. Sonrió por primera vez al ver las hermosas llamas, y siguió su camino sin darle mayor importancia. Sol seguramente tenía un protocolo anti incendios excelente, dado lo mucho que conocía a su hija. Y dado lo bien que la conocía, no podía creer que le hubiera ocultado algo tan importante como su próxima boda... ¡Tener que enterarse por Haydie!

 

¿Dónde había quedado la confianza, el amor y la falta de secretos entre ellas? ¿Acaso temía que intentara espantar al novio, otra vez? Bien, no se había portado muy bien en la anterior boda de su madre, pero en su defensa, había estado tratando de evitar que cometiera el peor error de su vida, aunque no le hubiera hecho mucho caso al respecto...

[Sol Lestrange Black]

Aquella tarde me encontraba en mis oficinas, séptimo piso del hotel desde mi ventanal se podía apreciar una hermosa vista de la alberca y algunos de los jardines, me había tomado un momento para respirar, tenía tantas cosas que hacer que apenas había tenido tiempo para pasar por el Castillo y darles la noticia de la boda, suspiré al recordarlo, aquello era una completa locura, pero aquella locura me mantenía con una sonrisa pegada en los labios.

 

 

Un par de golpes en la puerta me trajeron de vuelta a la tierra bruscamente, sacudi la cabeza saliendo de mi ensueño y le di paso a quien quiera que fuera.—Adelante…

 

Una joven bruja de cabellos dorados entro con cara de asustada sin decirme nada se quedo parada en la puerta, la observe unos segundos esperando que dijera algo pero eso no paso.

 

--¿Qué pasa?- pregunté ya algo desesperada mientras dejaba de lado el pergamino que tenia entre las manos.

 

 

--Madame- dijo con voz titubeante—Una joven acaba de pasar por la recepción- la mire atentamente intentando entender sus balbuceos—dijo que quería verla, no me dio su nombre, solo dijo que la esperaría en la suite que ocupaba, es bella y pelirroja…- la descripción no podía ser de nadie más que de la Luz de mi vida.

 

 

--¿Y por qué tienes esa cara de susto? –pregunté sin entender cuál era el problema—Debe ser mi hija—afirme poniéndome de pie con un elegante movimiento.

 

 

--La señorita quemo las cortinas de la recepción—me informo bajando la mirada esperando una reprimenda. —No pude más que comenzar a reír sabía que aquello era típico de mi pequeña—parecía enojada—completo la chica congelando mi sonrisa aquello si era preocupante.

 

 

--Voy para allá…- dije preocupada, cuando Sam se enfadaba era por una muy buena razón. La bruja salió cerrando la puerta tras de sí, tome mi varita del escritorio, un movimiento y desaparecí de la oficina para aparecer frente a la puerta de su suite, me frote las manos con nerviosismo antes de dar un par de golpes y abrir la puerta.

 

 

--¿Cariño estas aquí? - pregunté temerosa mientras asomaba la cabeza, esperando que la habitación no estuviera ardiendo en llamas…

[Samy Lestrange]

Qué curiosa coincidencia, pensó la bruja mientras notaba la ausencia de cortinas y tapices en aquella habitación. Cerró la puerta tras de sí y se libró de sus botas, su capa y su abrigo, arrojándolos a un lado mientras se dirigía al ventanal, abriendo las hojas de par en par para que el aire fresco de la tarde pudiera entrar libremente. Hacía tiempo que en el castillo habían dejado de lado las cortinas y algunas otras cosas fácilmente incendiables, sobre todo en las que contenían cosas que no querían que ardieran.

 

Decidiendo que mejor sería no quedarse allí dentro dando vueltas como tonta en lo que tardara su madre en llegar allí, dejó que sus pasos la llevaran fuera, hacia la baranda de mármol que parecía resaltar en las últimas luces del fin de la tarde. Balanceándose para poder trepar, se subió a ella y respiró hondo, admirando el bello lugar que era como la segunda casa de su madre.

 

Su cabello comenzó a agitarse con el viento que comenzó a soplar y lo apartó de su rostro, mientras intentaba decidir qué exactamente decirle a Sol. Estaba furiosa y molesta porque hubiera decidido no contarle acerca de su boda, pero sabía que aquello no duraría demasiado, porque no podía estar enojada con ella durante mucho tiempo, aunque quisiera...

 

¿Una boda? ¿Ahora? Ni siquiera sabía quién era el dichoso novio. Una vez que la elfina había comprendido que había metido la pata al hacer un comentario sobre la ceremonia frente a ella, se había cerrado a cal y canto. Haydie ni siquiera respondía a las amenazas ni a las órdenes de la pelirroja cuando tomaba esa actitud, así que seguir intentando interrogarla sería inútil. Y preguntar a su recientemente reaparecido tío tampoco sería fructífero, tendría suerte si no acababa en un asesinato múltiple si él no sabía nada de esta boda... Si alguien se tomaría el asunto peor que Sam, ese sería Farkas. O tal vez Akiles, pero dado que seguía muerto, tampoco podía responder sus preguntas.

 

- ¿Cariño estás aquí?

 

La voz suave de su madre se escuchó apenas desde el otro lado de la terraza, por lo que respondió en voz más alta para que supiera donde estaba.

 

- ¡Estoy aquí afuera!

 

El viento pareció hacer eco de su voz a su alrededor, dándole escalofríos ahora que había dejado su abrigo en el suelo del cuarto. Se mantuvo mirando hacia el horizonte mientras escuchaba los pasos de la bruja acercándose al ventanal, viendo los colores que tomaban las nubes mientras la luz iba menguando.

 

- ¿Qué tal, señora Lestrange? ¿Cómo se encuentra hoy? ¿Ya tiene todo listo para su pronta boda? - Oh... - dijo golpeándose la frente con la palma de su mano, como si recordara algo importante de repente. - ¡cierto! Olvidé que no sabía nada al respecto...

[Sol Lestrange Black]

Escuche su voz en la terraza, tome aire y caminé hacia el exterior imaginando lo peor, no volteo a mirarme por lo que mis sospechas fueron confirmadas, algo no estaba bien y no imaginaba ni por donde vendría la primera bala. Apenas puse un pie fuera la vi se me heló la sangre en las venas.

 

 

- ¿Qué tal, señora Lestrange? ¿Cómo se encuentra hoy? ¿Ya tiene todo listo para su pronta boda? - Oh... - me saludo soltando de golpe justo la primera piedra, suspiré entendiendo un poco el motivo de su enfado y dándole toda la razón. - ¡Cierto! Olvidé que no sabía nada al respecto...

 

 

Me tomé un instante para responder sus reclamos, necesitaba encontrar las palabras justas para no echar mas leña en ese fuego, y aquello tomando en cuenta que mi niña era el fuego mismo, me parecía un casi imposible.

 

 

--Haydie...- murmuré imaginándome por donde había llegado la información, ella era la única que sabia. Giró la cabeza confirmando mis sospechas -- Nena yo iba a decírtelo apenas pudiera ir al castillo, entre el trabajo y mis clases apenas he tenido tiempo.-- admití intentando justificarme, aunque en realidad no mentía, entre una y otra cosa no había podido darle la noticia. --Sabes que jamas te he mentido y ahora no tendría por que mentirte, a mi también me tomo por sorpresa, fue algo inesperado...