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C.R.A.A (MM B: 112191)


Jeremy Triviani
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Jeremy resopló de forma exagerada para darle a entender lo absurdo del planteo de su hermana. Le brillaron los ojos cuando dijo que solo debía ofrecerle sepso para que fuera corriendo a sus faldas. Era verdad en su mayor parte, pero eso no impidió que se indignara por el tono que utilizaba la bruja. Le quito el dedo que le apuntalaba en pecho con un manotazo.

 

-No sé cuál es tu truco, pero tengo que decirte que ya no soy ese chico que corría a tus pies cada vez que te levantas las faldas -Aclaró intentando mantener un tono neutro, aunque no le salía, su furia estaba muy en la superficie.

 

Y estalló cuando el lápiz de la bruja le dio en la nariz con su fina punta. Pateo con violencia una estantería, haciéndole un huevo donde había golpeado la punta de la zapatilla. ¿Porque siempre tenían que terminar de esa forma? Aunque su arranque no había provocado nada en la Triviani que había encontrado de repente la llave y lo instaba a que tomara el bolso mientras abría la cerradura.

 

-Desde que te pusiste de novia esta desconocida para mí -Dijo de mal humor agarrando el bolso para abrirlo y con una brazada meter todos los medicamentos en su interior. Repitió en cada estante su movimiento, hasta que el bolso estuvo repleto de drogas de todos los colores y tipo - Terminare matando a esa mujer, si sigues en esta postura.

 

Dejo la amenaza en el aire mientras cerraba el cierre del bolso. Tenía tantas ganas de tumbarla contra el suelo para darle una lección que cerró con fuerza los puños para contenerse. No debía hacerlo. Aunque una parte de él pensaba “¿Porque no?”

 

 

 

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  • 3 meses más tarde...

Llevaba horas corriendo por el bosque, me había metido por la calle equivocada y había encontrado una planta bastante peculiar y brillante, me había llamado la atención su color nacarado a la distancia, pero al acercarme la perspectiva era diferente, las hojas alargadas y de un fuerte color naranja brillante relucían ante la luz solar.

 

Me encontraba sucia y corriendo, con la planta en mis brazos. En el C.R.A.A. seguro encontraría una maceta vacía, o seguro vaciaría la primera que me encontrara. A lo lejos escuchaba los fuertes gritos de los magos que se encontraban recluidos en el centro, y con ello aumenté la velocidad. Cuando una rama que no había visto me dio en todo el rostro, haciéndome caer de espaldas fuertemente.

 

Crack

 

Escuché algo romperse - Ojala no haya sido un hueso - rogué, mientras me levantaba. a unos metros se encontraba mi peluca desparramada y del otro la pequeña planta tirada, a unos pasos un pequeño conejo se encontraba intentando moverse. Me detuve unos segundos y comí del pequeño conejo, tomé la peluca con mi mano ensangrentada y la medio puse en mi cabeza para agarrar la planta y seguir mi camino.

 

Limpié un poco mi comisura con la mano libre, y crucé las puertas del patio del C.R.A.A. para encaminarme hasta la oficina que compartía con mis hermanos, quizás alguno de ellos tendría una maceta. Por otra parte, sabía que mi aspecto no era el mejor de todos, lo notaba en los rostros de los elfos que me observaban al pasar, sin embargo, poco me importo, empujé unos cabellos desordenados de la peluca y seguí con mi andar despreocupado hasta la oficina.

 

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  • 4 semanas más tarde...

Jeremy estaba lanzando una pequeña pelota roja a la pared que tenia frente a donde estaba sentado. Tac tac tac tac sonaba cada vez que la pelota picaba en la ida y vuelta, con un ritmo sin parar. Los pensamientos del hombre estaban a miles de kilómetros de ahí. Su vida había cambiado un 180% y debía evaluar todo desde cero. Ya era tiempo de que tomara una decisión sobre la descendencia que había tenido con Zoella. ¿Porque le resultaba tan dificil? Solo eran dos niñas, de las cuales solía ver a la rubita. La otra había desaparecido... ¿O peor?

 

Frunció la ceja ante la posibilidad de que hubiera pasado algo con Ada. ¿Donde estaba? Para su suerte, la Triviani ingreso justo en el momento indicado a la oficina. Ahora podría preguntarle sin vueltas. Cuando vio su estado se alarmo lo suficiente para ponerse de pie. Pero pudo ver que la sangre que tenia en el rostro la vampira era solo de origen animal. Supuso que estaba a dieta o alguna cosa de las que las mujeres solian ponerse para verse mas guapa. No le parecía que le hiciera falta, pero se guardo sus opiniones.

 

-¿Que paso con Ada? ¿Donde esta? -Le acoso a preguntas sin saludarla - ¿Que llevas en los brazos?

 

Aquel color brillante en la planta, desvió su atención.

 

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Editado por Jeremy Askar Triviani

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Crucé el umbral de la oficina y estaba el rubio jugando con una pelota, cuando reparó en mi presencia me hizo una pregunta que me tomó por sorpresa, Ada, la ultima carta que recibí de ella fue hace algunos meses, estaba de viaje parece ser. Lo poco que me había contado antes de irse es que necesitaba de un espacio para entender todo lo que estaba pasando, pero que se mantendría en contacto, y eso era cierto. Durante estos meses habíamos estado intercambiando cartas y siempre le enviaba dinero, cuando podía.

 

La extraña curiosidad de Jeremy por ella me hizo dudar, y cautelosamente me acerqué al escritorio dejando la planta para girarme en su dirección - Ada está de viaje, tenía asuntos que resolver en Italia con su madre adoptiva, y esto fue una planta que encontré en el bosque - me alejé hasta el closet en busca de una maceta, que no conseguí, tiré algunas cosas y me erguí poniendo los brazos en en jarra - ¿Por aquí no hay macetas? - pregunté al rubio, mientras quitaba la desordenada peluca de mi cabello y la tiraba sobre una de las mesas de los costados.

 

Me dirigí hasta el baño y con el agua del lavamanos comencé a restregarme la piel - Pensé que podríamos experimentar con la salvia de sus hojas, lo olí y es embriagador - medio grité mientras retiraba las prendas de mi cuerpo y curaba los raspones que tenía - Además que dependiendo de la temperatura cambia de color, estaba plantada al sol y se veía naranja eléctrico, y mírala ahora que está fría, es más pálida - salí del baño sin la camisa, pero con un short que había encontrado en el baño, me quedaba grande pero poco me importaba. En el respaldar de la silla de Jeremy estaba su chaqueta, la tomé entre mis manos y me la puse, para cubrir mi torso.

 

- ¿Matthew está aquí? Tengo algo que contarles - mencioné, cruzándome de brazos a esperas de su respuesta.

 

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Patricia Triviani

Wiiiiiiii se escuchaba mientras Patricia bajaba por las rampas del Sanatorio, sobre una de las sillas de rueda que le había quitado a un paciente.

 

Generalmente, la morocha estaba jugando con las medicinas de los internados, alternando su orden, para que básicamente eso les generara algún tipo de confusión o aun mejor, se volvieran más idi***s. Después de todo, muchos fueron abandonados por sus familiares y otros tan solo pagaban cantidades exorbitantes de Galeones para mantenerlos aquí, bajo el "mejor cuidado" -hizo seña con sus manos para recalcar lo ridículo que eso sonaba- de los doctores.

 

Miro hacia atrás ¿Aun estas ahí? ¡vete a tu habitación! le grito al hombre que se encontraba en el suelo.

 

Se había olvidado de que se encontraba ahí porque ella le robo la movilidad, en fin, lo dejo tirado y se digirió a las oficinas de CRAA, buscaba algo de beber, quizás algo fuerte... Vodka... -las voces de su cabeza- ¿Café? no, no, esas cosas a ella no le hacían bien, saco su lengua y la mordió levemente para darle emoción al asunto, mientras se dirigía a toda velocidad sobre la silla que apenas podía andar, escucho voces dentro, y empujo la puerta pasando por entre medio de ambos logrando estrellarse contra una estantería de metal con suministros.

 

Luego de unos leves sacudidos de cabeza -porque casi queda inconsciente(?)- se levanto y sonrió Hola bebés! saludo a los hermanos de Matthew.

 

 

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La mirada del rubio no se había despegado de mi torso en ningún momento, y sabia que eso lo estaba haciendo distraer. Así que al cruzar mis brazos, con su chaqueta abierta mi busto resalto y sus mirada no salía de ahí. Sonreí y me fui acercando poco a poco, acortando la distancia entre ambos. Cuando quedaban unos pocos metros la puerta se abrió de un empujón y por ella entró Matthew en una silla de rueda, con la velocidad chocó contra estantería de metal con suministros. Al escuchar lo afeminado de su hablar y la actitud al dirigirse a nosotros, llevé la palma de mi mano a mi sien para masajearla un poco.

 

- Patricia, hola. Necesito que le des la luz a Matthew tengo que tratar algunos asuntos con él - Le pedí a la mujer mientras me acercaba a su cuerpo para ayudarle a levantarse y sentarse otra vez en la silla. No entendía como los genes de la gitana habían causado tal cosa en nosotros, un grado de psicosis que cada uno mostraba de manera diferente.

 

Caminé detrás del único escritorio, me senté en la silla y coloqué mis pies sobre la madera pulida que usábamos para firmar papeles. Estiré mi mano y tomé uno de los porros que guardábamos en la gaveta y lo encendí, tomé algunas caladas y se lo tendí a Jeremy esperando a que lo tomara.

 

- He estado haciendo algunas investigaciones sobre el ministro, luego de la confesión de Candela y la interrupción de Lucrezia mi pregunta había quedado en el aire, mis informantes me dieron información confidencial que La Zingara tenía bastante oculta sobre nuestros padres. Y digo nuestros, porque yo soy la única hija de Candela que no es de Aaron, a parte de Ashura que es adoptada - Finalicé, rascando un poco mi calva y volviendo a cubrir uno de mis costados con la chaqueta que no tenía para cerrar ahora que la observaba.

 

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Matthew Triviani

Seguía confundida y algo... Asustada, no estaba segura de que esa fuera la sensación que tenia en aquel momento. Era algo de locos, pero era algo que tal vez todos habían soñado, pero claro, no así, de pronto algo dentro de él -porque era el cuerpo de Matthew- la hizo irse unos cuantos pasos hacia atrás no sin antes decirles a los hermanos del gitano el plan que había surgido de la nada, como un flashaso iluminando de pronto lo que a su parecer era el ultimo día de sus vidas. Patricia, la pitonisa. (?)
De pronto su mirada se torno gélida y sus labios de enmarcar una divertida sonrisa, bajaron de golpe, como si un balde de agua fría le hubiera caído por la espalda. Observo a ambos, y se dirigió hacia la camilla, para sacar la botella de ginebra que estaba escondida detrás de un botiquín de primeros auxilios vació. Definitivamente, era el mismísimo Triviani, su actitud lo delato.
¿Que sucedió aquí, por qué tanto desastre? pregunto. ¿Y quien es el que grita tanto? me resulta estresante... masajeo su cien con la surda.
Aquello era de terror en el más puro estilo de sarcasmo y burla. Escucho con atención las palabras de Zoella, sus orbes azabache perforaban su mirada, sobretodo cuando al par de minutos y sin poder explicar más, una sonrisa se escapo de él al escuchar que Ashura era adoptada. ¿Información nueva sobre nuestro padre? eso sonaba demasiado tentador, quizá, hasta podría ser tan útil que podrían pagar una cantidad importante de dineros.
Cuéntanos, ¿que es aquello que te han dicho? podría servirnos para un futuro... encogió sus hombros Quien sabe, podríamos tener a nuestra merced al nuevo ministro sonrió mordiendo su lengua, los rasgos de Patricia no tardaron en aparecer, nuevamente queriendo salir y tomar el control para causar más que destrozos.

 

 

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-Debería estar aquí con su familia verdadera –Protestó el vampiro frunciendo la ceja. ¿Porque demonios su hija debía volver a Italia? Ni siquiera la respuesta sobre la planta desvió su atención sobre el hecho que la niña había huido del país. Los ojos de Jeremy se centraron en la calva y su torso desnudo. Ahí fue cuando Ada paso a ser segunda plana en su mente.

 

Se puso de pie acercándose a su hermana, que ya se había cubierto con su chaqueta. ¿Porque? Ni él mismo sabía porque se le acercaba. Tal vez aquellos movimientos sugerentes le hacían recordar otra época donde él la miraba ponerse bonita después de un encuentro íntimo. La intimidad en cierto aspecto no la habían perdido, tampoco la conexión, pero si la inocencia del primer amor, que duraba para siempre.

 

-No sé dónde está, no lo vi -Respondió bajando la mirada al suelo, se había puesto nervioso sin saber porque. Ella se empezó acercar y él también. Apunto de rozar el peligro que pagaría con vida.

 

Matthew apareció interrumpiendo el momento y regresándole la claridad mental a Jeremy. Aprovecho el ruido de la estantería, la silla de ruedas caída a un costado, y a Patricia casi inconsciente, para darse la vuelta y sacar de uno de los cajones, una petaca con alcohol. Necesitaba el whisky como nunca había necesitado nada en su vida. Bueno… casi.

 

Zoella le entregó en ese momento un p**** que aceptó dándole una profunda calada, que llenó sus pulmones de humo. Sonrió por el mero placer de volver a sentir ese efecto que tanto le gustaba compartir. Matthew ya volviendo en si, no tardó en sacar más alcohol para sumar a la pequeña reunión. Sus primeras palabras fueron preguntas más que interesante.

 

-Cuéntanos todo. No te guardes nada -Dijo sentándose en el borde del escritorio cerca de los pies de la Italiana. A quien estiró el brazo y le devolvió el p****, luego de un par de caladas más.- Me gustan las historias que nos cuentan lo salvaje que fue nuestra madre en su juventud.

 

Ninguno de los tres sabía, que era la última vez que disfrutarían con su hermana un encuentro tan cercano.

 

 

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El Askar estaba cerca de mi, con esa actitud suya de siempre, mientras Matthew estaba del otro lado en una silla atacando con preguntas, jamás cambiaba. Y así, los tres juntos era como me gustaba estar, hablando o simplemente bebiendo, pero con ellos. Un pequeño sentimiento que o sabía podía sentir se alojó en mi pecho ¿melancolía quizás? quien sabe, al final siempre podremos estar así.

 

Tomé de nuevo el p****, y le di un par de caladas antes de volver a hablar - Candela estuvo de joven con Aaron, quien es primo de Eliot Yaxley, un mago que hace algunos años me ayudó cuando estaba en problemas y me tomó bajo su tutela un tiempo, bueno Aaron y Candela estuvieron un tiempo juntos pero no en una relación y de ahí vino el producto de tres hijos, Matthew - le señalé al castaño - Jeremy - levanté la mirada al rubio - y Orianthí, la melliza de Matt. Jeremy fue el primero, y luego vinieron los mellizos. Según mi informante, no logró encontrar la causa de su separación, pero la gitana al regresar a Italia por un tiempo, tuvo una aventura con quien es mi padre, aún no resolvemos lo de su identidad, parece que es alguien que por años ha estado cambiándose el nombre - Extendí el p**** nuevamente para que cualquiera de los dos lo agarrara, y me incliné un poco a mi costado para abrir una de las gavetas del escritorio y sacar una botella de brandy junto a un pequeño vaso.

 

Me serví un poco, y tomé un largo trago mientras los dejaba digerir lo que había soltado - Todos fuimos dejados en lugares diferentes y registrados con nacionalidades distintas - hice una pequeña pausa - Cada quien tomo su rumbo pero Candela nos trajo a su debido momento a Inglaterra, no se con que propósito. Ashura, por otro lado es adoptada, su madre es la directora de Gringotts, Mia Black Lestrange y de su padre, no conseguí mayor información - tomé otro trago, y vi los rostros de mis hermanos.

 

- Ustedes son hermanos del todo, yo soy media hermana. Sin embargo, cada uno posee una cualidad diferente de los Triviani. Y yo, por ahora quiero descubrir quien es mi padre, necesito saberlo. Y debo hablar con Candela, sobre otros asuntos más - y ahí, en medio del bosque, reunidos en la oficina reinó el silencio. Los observé expectante, queriendo escuchar de sus propios labios lo que fuera que estuvieran pensando al respecto.

 

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  • 2 semanas más tarde...

-No me extraña nada viniendo de Candela -Dijo el vampiro, volviendo agarrar el p.o.rro que le extendía su hermana, para terminarlo con dos caladas suaves -Por otro lado, no sabía que Ashura era adoptada. Conozco a su madre… -Murmuró antes de lanzar la pequeña tuca al cesto de la basura un poco más fuerte de lo necesario.

 

El planteo sobre el verdadero padre de Zoella, era un tema que debían descubrir, pero a la fuerza, ya que su madre jamás les diría una pista acertada de quien era, o donde podían hallarlo. Algo le decía que Zoe había nacido en Italia y no solo marcada como nacionalidad en un papel. Ella tenía todos los marcados de los italianos. La exageración era uno de ellos.

 

-¿Creen que si le hacemos tomar Veritaserum a Amá nos contará con quien co.ño se acostó? -Negó con la cabeza, sabiendo la respuesta de antemano, Candela jamás se tragaría ese cuento - Tiene que haber algún registro en algún lado, pero lo más importante de todo es que… -Miro a su hermana -Tu padre debe ser alguien importante, por cómo lo mantiene en secreto.

 

Lejos de las sospecha, Jeremy meditó sobre aquello unos minutos, dejando que el silencio se extendiera sobre ellos y ocuparan toda la habitación. Era una alegría haber encantado las paredes de todo el hospital para que de afuera, ni en otras habitaciones, se escuchara como aullaban los locos que tenían internados. Algunos siempre estaban como una bocina descompuesta y simplemente se callaban cuando los aturdían.

 

-Basta -Les dijo a sus hermanos - Tenemos que encontrar las respuestas, y algo me dice que están donde nadie sospecharía que estuvieran por lo obvio. Seguro las tiene en el castillo en su mesita de luz. Estoy casi convencido de ello.

 

 

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