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Santuario de Criaturas Scamander


Zoella Triviani
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Ignoré la presencia de las nuevas personas mientras seguía buscando, revisé bajo cara roca y tronco que encontraba, camine entre los Aethonan buscando en medio de su espacio, y nada. Frustrada tome mi calva y grite histérica. Gire mi rostro ante las palabras de Lucrezia y sólo pude apretar mis puños para contestar - “A" me suena a “Ah, Zoella por favor no me mates". ¿Alguna otra criatura por A? Siento que me va a explotar la cabeza - rasque mi mejilla, el cuerpo comenzaba a picarme y podía sentir un leve tic en mi ojo, haciéndolo parpadear a propia voluntad.

 

Estaba totalmente segura de que mi aspecto era asqueroso, junto a mi expresión y comportamiento. Y poco me importaba ya, sólo deseaba encontrar esa llave a como diera lugar. La sugerencia de la rubia llamó mi atención. Me acerqué velozmente hacia ella y me tiré al piso frente a la materia fecal de la pequeña cría.

 

Un debate interior comenzó a explotar el mi mente. ¿Buscaba con mis manos o no? Miré a todas y con gran asco solo pude estirar los dedos y husmear entre el producto caliente. Alejé mi rostro a un lado, asqueada. Mientras estiraba todo sobre el suelo.

 

Nada, un sollozo escapó de mi garganta y una arcada vino después. Me levanté lo más rápido que pude y me aleje, clavando mis manos en el bebedero del lugar. Quité el escremento y vacíe la pequeña fuente para abrir la llave.

 

- Sigamos. Pero antes, pido a todas que callen vualqu alquiler.cosa que pueda yo decir. Toda información respecto a esta llave es clasificada, y aquello que guardamos es demás peligroso. Tengan los ojos bien abiertos, y a penas vean la cadena gris de la llave traiganla a mi. Luego seguiremos con las criaturas - Culminé para salir rumbo a los árboles de las Hadas.

 

@@Ashura Lestrange @@Lucrezia Di Medici Di Médici @ @ @@Sol Lestrange Black

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Tauro también saludó a Sol, a quién también apreciaba y con quién tenía una conversación/cita pendiente, pero ese no era el lugar ni el momento para recuperar el tiempo perdido, lo dejaría para después, una vez lograran poner todo en orden.

 

- Me parece curioso las circunstancias en las que te encuentro -le dijo al aterrizar en el suelo, aun con la pequeña acromántula en sus brazos. Zoella seguía hablando de la pista con esa única letra ''A'', pero por más que intentara no lograba comprender el significado real y es que la realidad es que una letra no decía absolutamente nada. El ladrón o ladrona estaba ahí para burlarse de ellos. Una señal de alerta la hizo caer en cuenta de algo ¿Y si el ladrón se hallaba entre ellos?

 

- Pues con A se encuentran las Arpías, aunque bueno, no son muy amigables y no creo que les guste ser catalogadas como criaturas -reflexionó. Eran horribles, sí, pero además tenían muy mal carácter y sinceramente no le apetecía encontrarse con alguna, por muy bebés que fueran.

 

El grupo siguió su caminata, haciendo comentarios de vez en cuando entre ellos mismos por asuntos que nada tenían que ver con la búsqueda, pero que respondían a viejas rencillas o roces que parecían tener entre ellos. Tauro solo escuchaba y reía internamente, se solía divertir con ese tipo de situaciones.

 

-¡Hadas! -exclamó, contenta -¡Y son de todos los colores! -entonces se volvió a Sol -Disculpa, ya puedo liberarte de Timmy -dijo tomando la acromántula, para entregársela a Ashura -Intenté dejarla en su lugar, pero estaba demasiado asustada y tuve que traerla, pero prometo regresarla -añadió encogiéndose de hombros, con fingida inocencia.

 

- Disculpe que pregunte, pero ¿qué pasaría si no damos con la llave? ¿Qué es lo peor que podría pasar? -preguntó específicamente a Zoella.

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Había apartado unos momentos la mirada del imponente aethonan para clavarla con disimulado desprecio en Ashura. Lucrezia intuía, muy en el fondo, que estaban destinadas a destratarse y lanzarse pullas cada vez que se encontraban porque no explicaba de otra manera la desconfianza con la que se relacionaban. No había circunstancia pasada que hubiese sellado la pésima manera en la que encarrilaban una relación forzada por lo ámbitos sociales que compartían ni existía enfrentamiento alguno que argumentara las recíprocas ganas de cortarle el cuello a la otra. Simplemente no se estimaban y la paz entre ambas nunca sería firmada.

 

- Tu sangre asiática no te salvará de envecejer por mucho tiempo, Ashura ¿Cómo dice la gente ordinaria? Creo que es algo como “no escupas al cielo”. - le sonrió, mientras llevaba su mano izquierda al cuello para masajearlo suavemente con la yema de sus dedos.

 

La blonda italiana le regaló unos últimos segundos de su codiciada atención y se giró para observar a las demás presentes, con quien nunca había tenido el no placer de encontrarse. El nombre ‘Taurogirl’ resonó con sorna en su fuero interno mientras contenía entre los músculos de su garganta una risa a la que le urgía salir ¿Qué clase de nombre era ese? La sociedad británica y sus formas no dejaban de sorprender a alguien formado en una tradicional educación aristócrata, que le había enseñado a dividir el buen gusto de lo que consideraba hortero. Simplemente saludó a la recién llegada chica con una muy leve inclinación de cabeza, casi imperceptible, y prosiguió con su tarea.

 

Di Médici, versada en el trato de criaturas mágicas, atinó a acariciar el lomo del distinguido aethonan macho que tenía en frente cuando notó que Zoella volvía a pasar a su lado. Con la mano levemente suspendida sobre la oscura crin del animal Lucrezia observó como la calva mujer metía sus dedos en la asquerosa, húmeda y fresca materia fecal del animal. Si bien su naturaleza socarrona la hubiese llevado a reírse a carcajadas, la aristócrata no reaccionó o al menos no lo transmitió en su rostro. Había quedado estupefacta ante aquel desmedido e impensado acto, haciendo un esfuerzo enorme para que su mandíbula no cediera ante la sorpresa. El movimiento en aquel amarronado montículo hizo que sus partículas de activaran y un hedor imposible de respirar se esparciera alrededor.

 

- ¿Estás loca, Zoella? - exclamó dejando notar cierta alteración mientras retrocedía unos pasos para escapar de la oleada de mal olor.

 

Sin dudas la mujer que tenía delante había perdido la cordura; lo natural en alguien de tan poco reputado apellido. Se llevó la zurda a la nariz para obstruir sus fosas nasales cuando Zoella pasó rumbo a un bebedero, con sus falanges aun cubiertas por el asqueroso excremente. Mientras esperaba a que volviese, observó nuevamente a la criatura que había eliminado aquel desecho de su organismo. El un equino joven, de un porte fibroso que delataba su entrenamiento para las competiciones y que desprendía una actitud serena con la pasividad de su negra mirada. Por momentos le recordaba a Kahil, su propio aethonan, que debía descansar en los establos de la mansión Di Médici aquella tarde. Sonrió, añorando su hogar.

 

- Sabes que puedo guardar bien un secreto. - respondió, cuando la miembro del Concilio llegó a su lado. - ¿No podemos usar magia para encontrarla? ¿Algo así como un simple Accio?

 

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En la fila precisamente, el ojimiel tuvo un encuentro fugaz con una bruja, la joven casi le pisaba, pero se freno a tiempo y ambos se sonrieron nerviosos, él no la reconoció en ese momento, la vio alejarse y él con sus ojos cargados de sueño, no se le ocurrió mirar hacia donde se marchaba. Su porte le quedo flotando en la memoria...de alguna parte la conocía pero no recordaba bien...tal vez sería una funcionaria ministerial...seguía Ryvak atisbando por un lado de la fila en busca de alguien que supiera su nombre, pero era un tanto difícil.

 

La noticia había traído mucha gente al tour planeado por ese único día y cuando el peliverde recordó a @ la chica había desaparecido de su vista...¡Como no la recordó antes! ¡Si hasta habían planeado cambiar el nombre de la reserva! ella ama y cuida con tanto esmero a las criaturas mágicas, que deseaban dar como un merecido reconocimiento a su labor, el honor de nombrar la reserva con su nombre...ya le hablaría el peliverde cuando la volviera a encontrar.

 

Al menos pudo hallar a alguien más, un joven pelinegro que es muy simpático y locuas, un mago con quien no se aburre uno nunca, por eso el peliverde está feliz, ya que Alukar está muy dispuesto a participar con él en esa búsqueda de criaturas diminutas.

 

El peliverde miro al joven vampiro...de verdad que lucía más demacrado que de costumbre...¿estaría enfermo?...le miro a los ojos, en donde su duda quedo respondida, el joven mago esta bien, solo más pálido que de costumbre, pero entonces recordó que el mago posee un local bastante peculiar: "La cripta de los relatos escabrosos" y al estar en el subsuelo, seguramente la luz solar a de ser escasa...

 

 

¿Estaba el mago en su local que no se percato de nada?...parecía algo in real, pero posible, después de todo, en el subsuelo no es común que las personas circulen ¿cierto? pero sacudió su cabeza alejando aquel pensamiento. por ahora lo que importaba era ponerse en marcha.

 

--¡Vamos! que mejor que iniciemos, pero hay que irse con cuidado, parece que las criaturas son más pequeñas de lo usual y como hay que iniciar por alguna parte...propongo que iniciemos alfabeticamente ¿te parece?--Dijo el peliverde al joven ojinegro, pensando en que hubiese sido muy útil no haber perdido aquel plano/mapa de la reserva, aquel donde se marcaba la distribución de las criaturas y sus habitad...suspiro, ya ese detalle no podía arreglarse...criaturas con A...Ashwinder...pero no...eso no podía ser posible, ya que esa serpientes solo viven una hora y además nacen de un fuego mágico intenso...no, esa criatura mágica no podía ser...A...A...Ave...¿Ave? ...no creo...--¡Ey! ¡Un momento! Alukar ¿y si se trata de un ave de trueno? ¿te imaginas? vamos! creo que su habitad puede ser en las montañas.

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Me detuve frente a los arboles donde las Hadas colocaban sus huevos. Había una pequeña arbolada repleta de zumbidos y Hadas volando entre las ramas. Unas colocando sus huevos en el envés de algunas hojas, otras conversando entre ellas y algunas tantas salían a volar y buscar donde posarse para ser admiradas por los visitantes que estaban en medio de la búsqueda.

 

Me detuve antes de pasar para dar vuelta y contestar a las preguntas que quienes me ayudaban a buscar la llave hicieron. Intercambié una mirada con Sol y solté un suspiro - A ver... Hace unos días llegó esta criatura sumamente peligrosa de la cual no tengo permitido hablar aún. Yo fui la que quedó encargada por sorteo de custodiar su jaula y guardar con máximo cuidado la llave. La traía conmigo siempre, colgada o guardada en mi bolsillo - Solté, mirando los rostros de las mujeres.

 

Me sentía frustrada, al saber que cuando mi nombre salió en aquel papel que Emmet escogió el me entrego el cuidado de esta bestia con total confianza y emoción. Sabía que cumpliría mi palabra de custodiarlo y no permitir que algo pasara. Visualicé a mi Tía Maida a la distancia, quien hacía poco habían nombrado reportera de la comunidad mágica, mis piernas temblaron, producto del nerviosismo y una de ellas falló haciéndome tambalear. Fuertemente tomé el brazo de Tauro y me incorporé. La Yaxley se encargaría de filtrar los acontecimientos y debía encargarme de que no se enterara sobre esta llave extraviada.

 

Sin agregar palabra alguna y pensando bien que contestar me adentré a la arbolada de las Hadas, buscando entre las ramas con la vista y empujando las pequeñas montañas de hojas secas en el piso. Nada, la llave no estaba oculta aquí. Pataleé un poco y me senté en el suelo, pensando alguna otra criatura que su nombre contuviera una A. Quizás buscaba pistas donde no las había, quizás la llave estaba escondida en cualquier lugar y esa letra era una forma de despistarme.

 

- ¿Alguien tiene una sugerencia? - Pedí, mientras salíamos del espacio de las Hadas. Esperaba que ni Emmet ni Cissy llegaran al lugar pronto, porque sino una grande caería sobre mi. Me detuve a la espera y mientras me daban una respuesta me decidí a contestar las otras preguntas hechas - La magia no logrará traer esta llave hacía nosotros, dicho objeto data de magia muy antigua y poderosa que no cualquier mago puede manejar a su antojo. Lo mismo sucede con la criatura, es una bestia bastante extraña jamás vista en la comunidad mágica inglesa al menos - Empecé a decir mientras apretaba mis manos frente a mi cuerpo, señal de nerviosismo.

 

- Lo peor que podría pasar es que algui... - Mis palabras se vieron interrumpidas por un fuerte y feroz rugido proveniente de las lejanías, bastante cerca de donde estaba la jaula de la bestia. Un temblor vino y a mi cuerpo y me sentí desfallecer - Eso es lo peor que podía suceder si no conseguíamos la llave - Solté en un hilo de voz, sintiendo como mis ganas de morir crecían antes de que mis superiores llegaran.

 

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Editado por Zoella Triviani Yaxley

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A qué existiera una guerra por alguna razón no me preocupaba Antoni seguía siendo muy positivo de una forma que me desconcertó un poco sacó un mapa de la reserva para ver donde podríamos iniciar la búsqueda se puso a divagar entre las criaturas que qué aparecían en el mapa de la cual resaltó algo que me trajo bastantes recuerdos un ave de trueno estoy seguro de que interactúa con una.

 

Oye Antoni acaso no es esa la ave de donde cayó tu hijo envuelto en una bola de fueg...... bueno lo de la bola de fuego no pero aquella vez en la residencia Tonks hicimos una pequeña persecución con una de esas, aunque también me desmayé creo aunque realmente una criatura de esas ya por sí sola es impresionante aunque si vive en las montañas como llego a donde la ascienda bueno creo que no es muy relevante a hora pero es curioso vamos de una vez yo te sigo la verdad es que como parece que conoces más este lugar sin ti me perdería en el olvido o quién sabe donde las últimas semanas para mi fue métete en un oyó y luego pierde el oyó aunque si me intriga por qué no estás con tu novia? la ultima vez que los vi parecía que les iba muy bien cuidando del pequeño.

 

Para ser sincero empecé a caminar para aflojar la tensión por que ase tiempo que no hablaba con el ojiverde y realmente no sabía si ese era un buen tema de conversación pero sólo podía actuar con tranquilidad y esperar que no fuese una mala pregunta aparte sí que tenía curiosidad por re encontrarme con la ave de trueno.

 

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Meti las manos a los bolsillos de mi pantalón negro...seguí pensando sobre criaturas mágicas con la letra a, escuche a Alukar referirme aquella aventura que tuvimos juntos esa semana que llegó a la hacienda...era verdad, ya por azares del destino, tuvimos un "encuentro" con un ave de trueno- me gire a verlo cuando menciono a mi novia: Cindy...mi cara se alargo por la nostalgia.

 

--Ella...pues, con lo de la guerra que se ha declarado en contra de Inglaterra, se marcho con Aydin para protegerlo...yo no les acompañe porque...--En ese punto me calle, ¿debía contar que fui nominado en la elección de Ministro de Magia?....no, definitivamente no, porque tendría que explicar muchas cosas que deseo guardar para mi, así que suspire con gran fuerza y solo dije lo que respondía a todos --Porque Escocia me pidió ser representante diplomático, así que no me marche...--Baje la vista un tanto apenado y otro tanto para cuidar de no pisar a alguna de las posibles criaturas diminutas...mis pasos pausados dejaban ver mi preocupación pero entonces vi entre la hojarasca y vegetación baja del sendero algo que llamo poderosamente mi atención, me detuve de golpe, en mi pecho comenzó a latir con rapidez mi corazón...¡una cadena!

 

--¡Mira Alukar! ¡He encontrado una cadena!--Le dije emocionado y me agache para tomarla en mi mano diestra...

 

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Mientras caminaba Antoni mencionó como el se quedó mientras su pequeño y su amada se fueron aunque párese muy desalentado se que él trata de ser agradable en el momento que empezó a mirar al suelo sentí que lo deprimí demasiado con la pregunta aunque

Se interesó por algo a mi sólo me queda seguirle en fin podría decir que él está el experto aún en mi cabeza resuena el echo de las criaturas diminutas y si su metabolismo sería el mismo o algo como si un dragón en vez de tragar cabezas sólo tragase arándanos por que no puede masticar a un más mientras le seguía le pregunté Antoni la dieta de estos animales miniatura es el mismo al de sus versiones más grandes?

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Ambos estábamos un tanto sorprendidos, porque no es muy usual que algo así te halles en ese sitio rodeado de naturaleza, tal vez era algo que algún visitante dejo sin darse cuenta, pero por si acaso, lo debía hallar por completo...al menos eso fue lo que pensó.

 

 

El hallazgo me lleno de emoción, así que comenzamos a buscar entre la maleza, palpando con las manos y abriendo mucho los ojos, esto parecía una búsqueda de tesoros, ni más ni menos...¿que tendría aquella parte de cadena? ni idea! pero la figura parcial era nada menos que de una clase de felino, eso si seguro.

 

Nos encontrabamos muy atentos a explorar el sendero, cuando a lo lejos se escucho un potente rugido que hace encogerse de temor...porque parece molesto, muy enfadado aquel que rugía tan potente, mire a la lejania, nada se podía divisar desde ahí, pero si trepaba a un árbol o algo así...no sería tan dificil, aunque mejor si llegavamos a una parte más alta...la montaña podía ser.

 

Antes termine de rebuscar cerca de donde encontré aquella cadena y...¡Halle otro trozo!

 

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Tal parecía Antoni avía echo un gran descubrimiento tanto así que ni siquiera se percató de mi pregunta aunque realmente sí lo pienso bien los dragones miniaturas no podrían comer arándanos les caerían mal aunque eso significaría que se alimentarían igualmente de cosas con carne como ratoncitos bebes ....... ok comer bebes es algo trastornado incluso para un vampiro aunque no conozco a muchos vampiros aparte de mi así que no sé si es un comportamiento habitual comer bebes para nosotros al menos a mi me gustan los arándanos en ese momento me giré a Antoni para hacerle otra pregunta que también desentonaría un poco pero él conocía a más vampiros aparte de mi, oye Antoni sabes si los vampiros comemos bebes habitualmente ?

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