Gala Babys 2019 Santuario de Criaturas Scamander

[Anthony R. Dracony M.]

Tuve que volverme hacia mi amigo...tenía razón, había perdido la serenidad y trate de disculparme lo mejor posible:

 

--Perdón Alukar, no es que no te escuchará, es que...este objeto está fuera de lugar, es como...bueno, realmente no sé que es, pero ...--Me rasque cerca de la oreja, mi amigo tal vez me juzgue de mal amigo, pero él no ha tenido experiencias como la mia...igual y era una suerte contar con su ayuda, sonreí muy ampliamente y muy dispuesto a responder su pregunta le mire a los ojos mientras le dije alegre:

 

--Si encuentro un tesoro, lo voy a compartir contigo amigo...palabra de honor! --Alukar seguía interesado en el tema del mini dragón, pero si existía uno así de diminuto como para comer un árandano, no lo sabía, por lo que solo balbucié:

 

--¡Ni idea! en los registros no se ha mencionado un mini dragón y pues...no creo, no creo que su dieta pueda ser igual, no, deben alimentarse de otra cosa...--Le respondí. El pelinegro mago que cavilaba, supongo que acerca de mi respuesta o algo más sobre el tema. En eso me dijo algo que me parecio algo descabellado:

 

--¿Comer bebés? ??? ¡No! vaya pensamiento el tuyo!--Si, me horrorizo el solo pensarlo....pero era un vampiro recién transformado, la sed de sangre pudiera ser tan apremiante que quizá....

 

 

Mi mirada miel reparo en un destello minúsculo más lejano, así que fuí hasta el y mi asombro y alegría crecieron ante aquel hallazgo...

 

https://i.imgur.com/rJBDVcg.png

[Emi Cris Ryvak Dracony]

Era evidente que Antoni se horrorizó por tal pregunta pero no era para menos hasta a mi me pareció algo bastante sanguinario aunque eso me ase recordar de un escrito que hice una vez en una cripta sobre el arte de matar para matar a alguien con el propósito de convertirte en un símbolo del miedo para esto avía que matar pero de una forma especial de una forma significativa no me refería a hacerle un altar al cuerpo si no en darle una experiencia un significa maquiavélico a tu víctima matar por ejemplo a alguien por la espalda es algo que cualquiera puede hacer pero los más grandes asesinos saben como a ser sufrir a sus víctimas y reflejar esa desesperación a las demás personas es como los asesinos en serie causan expectación por qué sabes que están cada segundo más cerca y tú no puedes a ser nada es esa impotencia lo que forja el modo de operar de un gran asesino e de suponer que es igual para los vampiros todo vampiro puede matar pero sólo los vampiros que crean su propio sistema de trabajo sobre salen de todos los demás por ser peligroso y eso se percibe por instinto siendo vampiro o no al terminar de filosofar me di cuenta que Antoni logró encontrar otro fragmento peculiar que ya parecía un casa tesoros profesional

[Lucrezia Di Medici]

Su gélida mirada se posó, una vez más, en la chica denominada Taurogirl. Recorrió su figura de abajo a arriba, tratando de reparar en alguna característica o gesto sobresaliente que la ayudara a comprender tan infantil actitud ¿A qué mente, digamos, promedio se le ocurría jugar con hadas habiendo una criatura presumiblemente peligrosa suelta? Al parecer tenía cierta relación, aunque fuera mínima, con Zoella… ¿Acaso no notaba como estaba sumida en una preocupación que estaba segundos de fundirse en desesperación? Lucrezia le dedicó unos últimos segundos de atención antes de centrarse nuevamente en la Triviani.

 

- ¿Dónde estás segura de haberla portado por última vez? - preguntó, destacándose como la única persona mínimamente elocuente de aquel grupo.

 

La blonda italiana la siguió, mientras estrujaba su cerebro para resolver aquella situación con la pericia y la sapiencia que la caracterizaba siempre. La idea de una criatura peligrosa, que el Concilio se negaba con esmero en identificar, le provocaba cierto vértigo. El éxtasis de un posible encuentro con dicha bestia movilizaba progresivamente la adrenalina que amenazaba con embriagarla. Las posibilidades que se desprendían de tal hecho fortuito se diagramaban casi de manera natural en una mente acostumbrada al análisis y la maquinación constante. La posibilidad de hundir al Concilio si surgían victimas – preferentemente mortales – de la ignota criatura y hasta la idea de robarla cruzó su fuero interno.

 

- Si aquí tienen una exposición de escarbatos mínimamente numerosa da por perdida la llave. - comentó antes de notar como Zoella perdía el equilibrio y la fuerza de gravedad la llamaba.

 

Lucrezia atinó a ayudarla a evitar la caída, algo impensado para su actitud altiva, pero frenó al ver como se tomaba de Tauro. No, la Triviani no merecía tal reacción compasiva de su parte. Sacudió disimuladamente la cabeza, intentando acallar un instinto que la llamaba a colaborar con la frustrada mujer, y se apartó un poco. Las hadas no eran de su interés, consciente de que un robo de tal magnitud no era una de sus travesuras más usuales. Tampoco lo eran las acromántulas y el resto de las criaturas que el grupo de mujeres había visitado hasta el momento en aquel bullicioso Santuario. La Médici sabía muy bien, dado lo vasto de su experiencia, que a veces la respuesta a una incógnita era tan obvia, incluso posándose ante tus ojos, que uno nunca escudriñaba allí. Mientras sopesaba aquella cuestión, captó con el rabillo del ojo un centelleo plateado.

 

- Esa gente parece haber encontrado unas cadenas. - anunció, elevando con delicadeza la zurda para señalar a un par de magos - Deberíamos unirnos a su grupo. Muchos cerebros piensan mejor que un y varios en este grupo parecen contar con la mitad de su actividad neuronal.

 

[Ada Camille Dumbledore]

El Santuario era realmente grande, había caminado durante largo tiempo entre hábitats y criaturas que reaccionaban a los diferentes magos y brujas que corrían por el lugar buscando a los pequeños fugitivos de nombre Baby's. No tenia idea que era un Baby's, la información había sido tan poca y no habían tenido el tiempo ni siquiera de presentarlo al público para que la gente los conociera. En el diario había leído que eran antiguas criaturas y habían logrado rescatar las y traerlas para que la comunidad mágica pudiese conocerlas.

 

Me detuve un momento, ya estaba cansada de caminar sin sentido tratando de observar con atención algo fuera del lugar que le indicará que entre algún árbol, nicho o agujero estaba la dichosa Criatura.

 

Pero así serían de interesantes los bichitos que justamente estaban perdidos de donde los tenían custodiados, sería que alguien para sabotear la presentación los habría soltado o acaso los habían hurtado por ser tan únicos y magníficos ocmo eran descritos.

 

Solo me sentía cansada d ela búsqueda, la persona con la que había quedado de encontrarme ni había llegado o tal vez si y en medio d ela confusión simplemente se había extraviado de mi paradero.

 

A lo lejos logre ver a un grupo grande de damas que estaban escudriñando el lugar de unos pobres animales. Suspiro una vez más, esperaría un poco más para animarse a buscar algo.

[Sol Lestrange Black]

Me perdí por unos momentos entre la preocupación, el parloteo de las mujeres a mi alrededor y la belleza de las hadas, siempre habían sido una de mis criaturas favoritas y me traían buenos recuerdos aun sin estar tan segura de donde y cuando, sonreí mientras revoloteaban entre mis cabellos trayéndome de vuelta al aquí y ahora, suspiré antes de concentrarme en lo que ocurría a mi alrededor.

 

 

Tau sonreía fascinada con todo lo que miraba, la entendía perfectamente, mi gusto por las criaturas era similar, y el estar rodeada de ellas me hacía sentir eufórica, claro que tomando en cuenta la situación me sentía también atemorizada por nuestra seguridad e incluso por la de las mismas criaturas inocentes a merced de aquel peligro latente.Mi mirada fue hasta Zoe, pálida y respirando agitada, incluso a punto de desfallecer, aquello me preocupaba, me acerque a ella y pose mi mano en su hombro intentando trasmitirle un poco de calma, que prácticamente tampoco podía sentir.

 

 

--Tranquila querida, no estás sola en esto…-- murmuré aparentando una calma que intentaba convencerme de tenerla, no podíamos todas entrar en estado histérico. Me calme un poco al escuchar que la llave no era simple y que prácticamente no podía ser usada por cualquiera, eso al menos era una buena noticia.

 

 

Seguimos nuestro camino en un prudente silencio, intentando organizar nuestras ideas, aunque el constante parloteo de una de las mujeres empezaba a provocarme una punzada en la frente. Rodé los ojos intentando calmarme y no provocar más problemas, me mantenía prudente por Zoe y las chicas que parecían estar sintiendo exactamente lo mismo que yo ante aquel zumbido.

 

 

Zoe intento decir algo mas, pero su explicación fue acallada por un fuerte rugido que provoco un silencio escalofriante, sentí cada uno de los vellos de mi cuerpo erizarse, esto no podía estar pasando, otro nuevo comentario por parte de aquella extraña mujer me provocó lanzarle un hechizo que le cerrara la boca.

 

 

--Deja de parlotear y quejarte, ayúdanos a pensar en algo, la situación no está para ponernos a sacar porcentajes de actividad cerebral…-- dije mirándola con molestia. —Lo urgente ahora más que encontrar la llave, me parece que es resguardar la jaula de la criatura, al menos así la persona que haya robado la llave no podrá usarla…--sugerí apretando los puños, visiblemente molesta.

 

 

 

 

@TodasLasDeBajaActividadNeuronal xD

Editado 11 de Octubre del 2019 por Sol Lestrange Black

[Anthony R. Dracony M.]

Organice aquellas piezas así como organice mis pensamientos, Alukar me observaba pendiente de mi al ser en este momento su modelo a seguir, no era tan secreto, solo lógico...entonces al ver su mirada sorprendida del hallazgo que hice, caí en la cuenta que de ese mismo modo me encontré yo hace cuatro años donde era yo el que ignoraba tantas cosas de la magia y demás y otros eran a mis ojos, como unos adivinos o gurus....ahora comprendía que solo era cuestión de experiencia, se vive y se aprende.

 

 

Me levante al fin y mostrando una vez más las piezas que encajaban perfectamente a mi amigo Alukar, las guarde en mi bolsillo interno y compartí con él miss pensamientos por si lo que yo suponía no era tan descabellado:

 

--Hemos de continuar la búsqueda Alukar, aunque estas piezas nos dicen mucho, faltan otras y con respecto a lo que decía de la Ave de fuego...también hay otra ave que personalmente me gusta, el ave fénix, esa mitológica ave que renace de sus cenizas...y sobre ese rugido...dudo que se trate de un león, creo que es algo mucho más peligroso, un mago egipcio me contó una vez, que hay en África un felino muy peligroso, el nundu y aunque sea una cría, es de cuidado que se requiere muchos magos de alto nivel mágico para someterlo....espero estar equivocado, pero regresando a la búsqueda, otra criatura que inicie con A son los Aethonans y si recuerdo bien, su habitad está cerca del río y la falda de las montañas, pero hay que tener cuidado, puede que aún este el basilisco del mago Crasy, así que andando y si escuchas algo arrastrarse en el suelo, no alces la vista y cierra los ojos con fuerza, yo me ocuparé de sea lo que nos salga al paso.

[Zoella Triviani]

Me incorporé nuevamente, sintiendo unas inmensas nauseas crecer en mi interior. La criatura estaba suelta y aquello no daba muchas esperanzas a mi puesto ahora. Estaba segura de que en cualquier momento aparecerían Cissy o Emet como alma que lleva el diablo, necesitaba encontrar la llave al menos y acercarme hasta la bestia, debía aplicar el aturdidor que me habían indicado para someterlo un poco y llevarlo hasta su jaula. Escuché a Sol y conecté mi mirada con ella, la calma que la mujer transmitía bajó un poco mis nervios. Y soltándome del brazo de la peliazul me giré a Lucrezia.

 

- La llave la tuve siempre en mi bolsillo, me consta eso. Fue cuando las Babys criaturas escaparon que no verifiqué y al llegar a la jaula en las montañas ya la llave no estaba en mi bolsillo - pasé mi mano por mi calva, la frustración crecía con cada palabra de la rubio, y el nerviosismo aumentaba al crear diferentes escenarios con el felino.

 

Me giré hasta donde Lucrezia señalaba. Un mago que recordaba haber visto tenía la llave entre sus manos. Sin pensarlo corrí hasta quedar frente a su cuerpo y arrebatarle la llave - Lo siento, pero esto es propiedad del concilio. Gracias por encontrarla - Acoté, verificando la llave, una pequeña pieza faltaba y era importante tenerlas todas para cerrar la pesada puerta.

 

- Por favor, manténganse lo más alejados de la montaña. La bestia es muy astuta y solo pocos llega a controlarla - Finalicé para ver por ultima vez a Sol y escabullirme entre los arboles rumbo a la montaña. Estaba segura que me seguirían, la curiosidad podía más con cualquiera de ellos, pero necesitaba encontrar la ultima pieza de la llave.

 

@ @@Ashura Lestrange @@Lucrezia Di Medici Di Médici @ @ @@Sol Lestrange Black

[Anthony R. Dracony M.]

Era tan rápido en exponer a mi amigo mis pensamientos que le vi algo aturdido por soltarle todo de un jalón así que no me extraño que guardará silencio antes de darme su opinión, la mente puede ser complicada y la manera de dicernir es distinta en cada persona solo así es que cabe bien colocado el refrán: "Cada cabeza es un mundo"

 

Estaba por comenzar a caminar, pero pensé de nueva cuenta en que de seguro alguien había perdido aquella cadena y la saque de nuevo de mi bolsillo interno, indeciso de como llevarla sin que a mi también se me perdiera, cuando sin más alguien a todo correr llegó a nosotros y de una manera bastante ...como diría....autoritaria, me arrebató literalmente la cadena y dijo que era del Concilio. Me quede perplejo...¿El Concilio?....eso es algo que no esperaba y pensando en quienes eran aquellos que forman parte del Concilio, la chica se alejó tan veloz como llego.

 

--Bueno Alukar...teníamos el tesoro, pero así pasa cuando menos te lo esperas, llega el dueño y te vuelves a quedar con las manos vacias, pero...¡ey! que no estaba completa, así que aún hay esperanza, encontremos las piezas faltantes y demosla a esa joven bruja, tal vez logremos alguna gratificación de agradecimiento, ¿no crees? ven hay que ir por una escoba a la cabaña del guardabosques, al menos así le digo, pero como se encarga de patrullar la reserva, nos será útil.--Enfile mis pasos hacia aquella cabaña y ¡que bueno que así lo hice! porque aunque el plan era ir a la montaña, un par de escobas serían muy utiles y ¡que sorpresa! en camino a la cabaña, encontre otra parte de aquella misteriosa cadena del concilio...

 

 

 

 

[Lucrezia Di Medici]

Cuando la voz de Sol Lestrange llegó a sus oídos desistió de sumarse al grupo de jóvenes que parecían haber encontrado un rastro elemental de la llave. Frenó en seco, dejando que su acampanada falda verde se moviera pendularmente ante lo repentino de su frenada. Se giró y fulminó a la mujer con la mirada, asegurándose que sus azules ojos clavados en su semblante denotaran con detalle su hastío. <Que indecente> exclamó Lucrezia en su fuero interno, guardando los improperios que acumulaba en su cabeza para sí misma. Nada la haría explotar en una situación tan caótica.

 

- Mira, corazón…- sus palabras se palpaban ponzoñosas y ruines - Estoy pensando más que el promedio aquí. En vez de apreciar los colores de las hadas, me interesa encontrar la llave y cuidar a los visitantes. - mintió.

 

Se giró nuevamente a Zoella y se acercó a ella. El estado paupérrimo que su cuerpo delataba a simple vista comenzaba a preocuparla, despertando en ella una empatía que pocas veces exponía en su relación con las personas. Suspiró, renegada a ayudarla. La blonda italiana alzó con un parsimonioso movimiento su mano y sobre su extendida palma se materializó su monedero de piel de moke. Separó las doradas cuerdas que lo mantenían sellado y metió dentro de él sus delgados dedos, sacando segundos después de su interior una inerte rana de chocolate envuelta en un papel platinado que proyectaba los rayos del sol. Se la extendió a la Triviani y esperó hasta que la cogiera.

 

- Toma, come. No es una poción revitalizante pero te ayudará a recuperar un poco el color y la compostura. - le indicó, dejando trascender una impostada frialdad que alejara de Zoella la idea de que la estaba ayudando.

 

Lucrezia notó entonces como la miembro del Concilio se incorporaba para hablar con los chicos que había encontrado la plateada cadena que, intuía, formaba parte de la perdida llave; luego, la calva mujer corrió con actitud presurosa hacia las arboledas cercanas a donde se hallaba el grupo de mujeres. La blonda italiana no tardó en reaccionar gracias a su rápido y entrenado raciocinio que se sumaba a un instinto natural para sobrellevar tales situaciones de tensión. En el fondo, muy en el fondo, la seguridad de la Triviani le concernía y mucho. El monedero de piel de moke se desvaneció instantáneamente y en reemplazo se materializó su blanca varita, que no tardó en empuñar con astucia.

 

- Vamos, sigámosla. Corre peligro y no quiero perder a una de mis aliadas de la maf…una de mis amigas. - se corrigió, antes de seguir el rastro de Zoella.

Editado 11 de Octubre del 2019 por Lucrezia Di Médici

[Tauro M.]

A Tauro no le pasó desapercibida la expresión el rostro de Lucrezia tras escuchar su nombre después de haberse presentado. pero después de que Zoella preguntara si habia alguna sugerencia para encontrar al llave y ella respondiera con un ''Accio'' supo qe no habia nada de qué preocuparse. Conocia al tipo de personas acostumbradas a mirar por encima del hombro cuando creian estar mas alla del resto y la verdad es que a ella se le hacian un tanto lamentables, por lo que procuraria ser lo mas amable posible con la mujer, eso era lo que tenia que hacer.

Sostuvo a Zoella cuando esta casi se cae, pero lo que siguió después estuvo casi segura que casi la hace desfallecer otra vez. Un rugido que Tauro no lograba identificar retumbó en el santuario. ¿Sería eso lo que la llave estaba custodiando y qué tan peligroso podía llegar a ser?

- A este punto, creo que decirnos a lo que nos estamos enfrentando es lo más conveniente. ¿Cómo podremos defendernos si no tenemos una idea de lo que el concilio intenta ocultarnos? -ella no era quién para cuestionar sus modos, estuvo casada con alguien quién también fue mercader y sabía a qué se dedicaban cuando nadie los veía.

- Debo decir que la señorita aquí presente tiene razón, sería bueno trabajar en grupo, la verdad no tiene sentido seguir pretendiendo que nadie sabe lo que pasa o por lo menos que hay una ligera sospecha. Quizás tengan algo más útil que aportar que un simple ''Accio'', pero ese fue un buen intento -acotó.

Finalmente la llave fue encontrada gracias a ese mago, pero eso no resolvía el problema de la criatura suelta. Tauro era una experta en ellas, se había tomado el trabajo de estudiarlas a cada una de ellas y conocía desde su dieta hasta la manera en cómo soñaban, porque sí, las criaturas también soñaban. Aunque no la tomó, pudo detallar la llave y se dio cuenta que al ser tan antigua también tenía su propia magia.

-¿Que vayamos a la montaña, dices? ¡Por supuesto! -. Si Zoella creía que se iba a librar de ella fácilmente estaba equivocada. La siguió pisándole los talones, no quería que se le perdiera de vista y una vez en la montaña la confrontó.

- ¿Nos vas a decir qué es? -insistió.