Sangiovese & Merlot (MM B: 113324)

[Mefistófeles Evil.]

No importaba el lugar, el pudor se había escapado, y la poca razón que nos quedaba había desaparecido, no nos importaba el lugar ni el momento, ni quienes se encontraban a nuestro alrededor, ese momento con ella el mundo se había congelado y nosotros nos encontrábamos aislados en una burbuja lejos del mundo, era como si aquel local estuviera vacío, lejos de miradas inquisidoras y comentarios escandaloso, en ese lugar habíamos creado un rincón separado de esta realidad.

Mis caricias se intensificaban y se acompañaban de sus movimientos sobre mis piernas, una coreografía perfecta, la verdad no sé si éramos algo sutiles o si era más que evidente en que nos encontrábamos, si lo que para nosotros eran murmullos disimulados en realidad no eran tan discretos, la verdad dejó de importarme hacía mucho tiempo atrás, hacia lo que quería y con quien quería y eso era lo único relevante para mí.

Mi mano libre acariciaba su espalda, apretando sus caderas y tomando su cintura para que exista más equilibrio en aquel incursión de mi diestra en su ser, el calor me empapaba y aquella deliciosa y húmeda sensación me enloquecía cada vez más. Mi objetivo en todo esto, que mi mano sea el instrumento que le lleve a tocar las estrellas una vez más.

-¿Pídeme que más quieres?, lo que tú quieras, como tú quieras, en donde tú quieras...-le dije al oído apretando los dientes de todo el deseo contenido que quería liberar sobre ella.

@ Mica Gryffindor

[Mica Gryffindor]

Ese hombre sí que sabía hacerla perder por completo la cordura, le era imposible pensar en otra cosa que no fuere entregarse a sus caricias, dejándose llevar hacia la locura. No lograba ser consciente de nada más.

Se abrazó a él con ansiedad al sentir que lograba su objetivo, sintiendo su cuerpo contrayéndose y temblando, e intentando no emitir sonido alguno para evitar ser tan evidente. Apoyó la frente en su hombro respirando con dificultad, entregada al intenso momento. 

Sus palabras sonaron confusas en aquel momento de éxtasis tan intenso, tardó unos segundos en recuperarse y buscar su mirada, intentando hilar sus propias ideas. 

-Llévame de aquí, a un sitio en que podamos dejar fluir todo... -susurró y se acercó a sus labios para morderlos suavemente, antes de besarlos con intensidad, perdiendo una de sus manos entre el cabello del caballero. 

Necesitaba estar lejos de allí lo antes posible, en privado con él, dejándose llevar por sus instintos más salvajes y brindándose a él en todo sentido. 

@ Mefistófeles Evil.

Editado 1 de Septiembre del 2022 por Mica Gryffindor

[Mefistófeles Evil.]

Todo estaba ya saliéndose de control, a pesar de todo lo que habíamos hecho no podíamos explayarnos de la manera deseada debido al poco pudor que aún nos quedaba, y la verdad es que la ropa ya nos estorbaba, estaba de más necesitábamos un lugar más cómodo, más íntimo para con ello satisfacer todo ese deseo que llevábamos contenido.

Sentí como su cuerpo estalló en mis manos, tanto la bella castaña como yo no podíamos más, teníamos que ir más allá, sentir piel con piel, complementar nuestros cuerpos uno con el otro, que nuestras formas se reencontrasen formando un "uno" perfecto, llegar a ese momento en que uno no sabe dónde empieza ella y donde acabo yo.

Escuche su voz susurrándome huir del lugar, llevarnos a donde podamos dar rienda suelta a nuestros instintos, los cuales ya no podíamos controlar, teníamos que desaparecer de manera urgente, aquello se convirtió ya en algo de vida o muerte.

-En este momento nos vamos de acá, solo déjate llevar...-sonriéndole entre besos y gemidos le dije...-Vamos a desaparecer ahora, te diría que tomes mi mano pero ya tienes toda contigo...-

Y dicho eso desaparecimos del lugar, seguramente quedarían atrás murmullos y miradas inquisidoras, pero me importaba poco y nada lo que digan, lo único que en ese momento necesitaba, era estar en una cama con ella.

@ Mica Gryffindor

 

[Ada Camille Dumbledore]

La noche había llegado y no tenia muchas ganas de hablar con nadie, durante estos meses me había vuelto una persona apartada de todos. Podría decir una amargada aún no me sentía a gusto en estar rodeada de gente y era un sacrificio para mi estar en París cerca a cualquier persona. Sabía que estaba huyendo del mundo y no me importaba que dijeran, mi trabajo me daba el refugio que necesitaba y me ayudara a apartarme de todos los que no quería ver. Es que incluso me había apartado de la familia, mi hermana estaba en plena luna de miel y no quería molestarla en medio de su felicidad.

Vestía de manera sencilla, un pantalón negro, una blusa negra y el cabello suelto. Había ordenado a todos los empleados que se fueran, quería estar sola y tranquila sin la cercanía de nadie, pues últimamente me molestaba demasiado la gente. Tras haber estado con algunos malestares había dejado de beber, cosa que no ayudaba pues el licor me hacía dormir el dolor de la soledad. Ordenaba algunos cristales y había dejado la varita a un lado, en medio de todo esto había descubierto que hacer las cosas por mano propia y sin magia, me ayudaba a no pensar, ocupaba mis manos y desocupada mi mente.

La puerta del local aún estaba abierta, mire desde aquel mostrador,  ya limpio y desocupado de todo que debía ir a cerrar la puerta principal. Había olvidado por completo hacerlo así que lo haría en cuanto terminara de guardar unas botellas que aun estaban fuera de su lugar. Camine hasta la cava para dejar las botellas, para luego regresar con calma hasta la puerta principal la que me disponía a cerrar.

 

Editado 14 de Agosto del 2022 por Ada Camille Dumbledore

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

 

Había sido una calurosa jornada en Londres, el verano parecía haberse instalado definitivamente sobre Europa y se dejaba sentir a pleno. El castaño no recordaba haber sudado alguna vez como lo había hecho aquel día estando en Inglaterra, el calor era anormal pero los británicos parecían estar disfrutando con aquel inusual verano, se veían cara más amigables por las calles y las sonrisas afloraban con más facilidad de rostros enrojecidos por el sol. 

Al parecer el clima de Hawaii lo había seguido hasta el otro lado del Atlántico pensaba el ojiazul mientras recorría el concurrido Callejón Diagon durante el crepúsculo. El callejón estaba álgido de actividad, cientos y cientos de magos y brujas recorrían sus calles empedradas disfrutando del atardecer estival sin tener que preocuparse del calor sofocante que los asoló durante el día. 

Matt también estaba disfrutando de la tarde, estaba de vacaciones en una ciudad que consideraba su segundo hogar y junto amigos que eran prácticamente familia. Y era por ellos que cargaba con varias bolsas pesadas en ambos brazos, obsequios de los más diversos para los Evan McGonagall.

Se estaba quedando en el imponente castillo familiar y no podía hacer menos que obsequiarles algo después de estar tanto tiempo sin verles. La jornada de compras resultó ser más extensa y exhaustiva de lo que pensó por lo que al pasar por una llamativa tienda de vinos decidió que era un excelente lugar para tomar un descanso.

Ironwood ingresó al negocio y se sentó en un lugar que encontró libre en la barra, acomodó las bolsas de obsequio entre sus pies y aguardó a que el cantinero se desocupara con unos clientes. Mientras esperaba que lo atendieran se dedicó a observar el resto del local, sin dudas el exquisito trabajo en la madera de aquel negocio era un éxito entre los transeúntes del Callejón Diagon que abarrotaban la bodega en aquella noche. 

Apartó la vista de una pareja de ancianos que disfrutaba de sus tragos y se topó con unos ojos azules que inmediatamente le helaron la sangre. No, no podía ser, la ansiedad y otro cóctel de sensaciones comenzó a desbordarse en el interior del mago. Vivían 8 millones de almas en aquella ciudad, ¿cuáles eran las probabilidades? 

Su instinto le decía que se levantara y se fuera de aquel lugar, que escapara de aquella situación, la herida no se había cerrado como le gustaba pensar falsamente en su interior, seguía allí y tan dolorosa como desde el principio. 

No quería tener nada más que ver con la Dumbledore, la rabia y el dolor seguía allí latentes pero la pena y la tristeza de haber perdido algo tan bello lo atormentaba de igual forma,además la sensación de no haber sido capaz de salvarlo lo llenaba de vergüenza. 

No podía levantarse e irse, por más que todo su cuerpo le gritaba que lo hicieran. Habían hecho contacto visual y la francesa avanzaba hacia él, iba a tener que enfrentarse a aquello que prefirió enterrar en el olvido. Aunque en el fondo tenía muy en claro que no era más que una falsa sensación que optó a la que aferrarse para continuar como si nada. 

 

@ Ada Camille Dumbledore

 

 

 

[Ada Camille Dumbledore]

Agradecía que la noche se mantuviera así tranquila  el callejón ya no estaba tan ajetreado como solía estarlo y eso me daba la oportunidad de caminar tranquilamente por el negocio organizando todo, mi cabeza estaba libre de cualquier pensamiento y eso me daba calma, una que por mucho tiempo no había tenido y creía merecerla. Saqué varias botellas de vino de los exhibidores y las deje en su lugar en la cava, y saque otras más de la cava a los exhibidos, me agradaba mostrar la variedad de vinos que teníamos.  Al subir a la zona de recepción note a alguien con una gran variedad de bolsas que cargaba y se dirigía al lugar, no le di importancia y organice las botellas. Tome la varita y la enrede en mi cabello al terminar y me voltee para ver que un cliente entraba al local.

Palidecí por un instante al ver de quien se trataba y me quedé congelada en el lugar donde estaba, sentí una oleada de dolor, pero no exprese nada en absoluto y con la mirada fría me dirigí a @ Syrius McGonagall con calma.

 

-Bonsoir, soez les Bienvenus, por esta noche esta ya cerrando el local, pero le ofrezco para llevar a su casa una botella de buen vino y unos pasantes, tenemos una gran variedad de quesos madurados.

 

Solté con frialdad,  era un cliente   uno como todos y no tendría porque ser distinto, el se había marchado y yo había dejado todo por terminado, lo mejor siempre era dejar todo como estaba y cada uno en su lugar.

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

 

-¿En serio? - fue lo primero que el mago logró formular tras la estupefacción total en la que el saludo de la francesa lo había dejado. ¿Realmente pretenderia que no lo conocía? Jamás hubiera esperado una reacción así por parte de Ada pero ahora una sensación de completa decepción por la persona que tenía en frente rápidamente tomó el lugar del dolor.

-¿Así serán las cosas ahora? - pronunció el mago mientras trataba de ver tras la gélida máscara que la castaña llevaba sobre sus facciones. La desilusión y el dolor se podían sentir en cada palabra de Matt mientras seguía observando incrédulo a la persona que en algún momento supo ser tan importante para el hawaiiano. 

Negó con la cabeza -No sabía que estaba cerrado, pero no necesito nada, gracias por el ofrecimiento - el ojiazul entendió en aquel momento que un capítulo de su vida se cerró por completo y no había vuelta atrás. 

-Solamente espero que tenga una buena vida Ada, realmente - se sinceró el Ironwood mientras observaba a la francesa - Adiós - se despidió de una vez por todas de la castaña. Sin duda lo que pudieran haber llegado a tener ambos murió hace mucho tiempo y había cosas que era mejor dejarlas como estaban y seguir adelante. 
 

@ Ada Camille Dumbledore

 

 

Editado 4 de Septiembre del 2022 por Syrius McGonagall

[Ada Camille Dumbledore]

Los fracasos son difíciles de enfrentar, para cualquiera enfrentarse ante algo que anhelo construir y fallo en el intento, era no solo algo doloroso sino vergonzoso. Sabía muy bien que había alguien que se merecía una buena explicación de mis actos eran Matt, aunque el hubiera fallado por la razón que fuera, merecía saber el porqué de mis actos.  Pero tener que enfrentarlo y decírselo ante la vergüenza, la rabia y la tristeza que sentía en este momento me sabía a venenosa hiel, pero tal vez no habría otra oportunidad. Sus palabras me dolieron más que si me hubiera insultado en la cara, seguía siendo el dulce y noble Matt Ironwood que amaba, blanquee los ojos y en una acción rápida tome la varita que llevaba enredada en el cabello  para cerrar la puerta de salida y dejar cerrado el establecimiento.

-Lo siento, te mereces una explicación y una cena.  Si quieres escucharlas estaré en la cava. Si no entenderé que no quieras escucharme, solo usa tu varita y puedes abrir la puerta. Y de verdad lo siento, no hubiera querido lastimarte nunca, pero créeme que a mi me ha dolido todo esto más que a ti… porque defraude a alguien que amaba.

Le sonreí di la vuelta y camine con calma hacia la barra, tome algunas cosas y con parsimonia baje las escaleras de caracol que llevaban a la cava de vinos. Allí una pequeña salida al lado de una chimenea encendida contenían una mesa ratona y varios sofás que esperaban junto a una tabla de quesos y jamones, una botella de vino. Lo que sería mi cena o muestra cena si el decidía bajar a hablar conmigo.

@ Syrius McGonagall

[Syrius McGonagall]

Matt Ironwood.

 

La puerta de salida se encontraba cerrada pero el mago sabía que con un simple movimiento de varita se abriría y dejaría todo aquello que creía haber superado atrás. Pero la sucesión de eventos que había sucedido en tan solo unos segundos le demostró cuán equivocado estaba y no se podía continuar engañando a sí mismo. No era lo mejor.

Se giró y siguió con la mirada a la francesa mientras tomaba un par de elementos de la vacía barra y se perdía tras una escalera de caracol que descendía al final de la habitación. El castaño suspiró para sí mismo una vez quedó solo, negó con la cabeza una vez y decidió seguir a la bruja. 

La cava al final de la escalera era pequeña pero acogedora, completamente hecha en piedra con tres paredes cubiertas por gruesos toneles de roble donde el vino se guardaba y una frente a la escalera donde un fuego crepitaba en la chimenea calentando el ambiente de la habitación. 

Ada acomodó las copas y la comida que trajo de la barra en una pequeña mesa de madera en el centro de la cava. Tomó asiento y aguardó. El mago se encontraba incómodo con la situación, no podía negarlo ni ocultarlo pero decidió que hablar finalmente de lo que sucedió sería lo mejor para ambos.

-Gracias - dijo Matt al aceptar la copa de vino que la Dumbledore le tendió una vez se sentó a la mesa. Agitó levemente la bebida en su copa y se llevó la misma a la boca y saboreó la excelente cata que la francesa eligió para aquella ocasión. En su tiempo como pareja el Ironwood aprendió a distinguir un buen vino y aquel era excelente. 

-Esta muy bueno - le sonrió a la bruja, aunque fue una sonrisa tenue y fugaz era la primera vez que lo hacía desde que ingresó al local. -¿Cómo has estado? - decidió iniciar la conversación mirando a la castaña. 
 

@ Ada Camille Dumbledore  

 

 

[Ada Camille Dumbledore]

La realidad era dura, en tu cabeza siempre haces conjeturas  imaginas como reaccionarias  a una u otra situación, según el caso y sabes que decir. En la realidad la cuestión es muy diferente , los sentimientos te apremian, no sabes que decir y el dolor te sobrepasa. Esta situación era una de esas en donde no puedes controlar nada ni mucho menos la respuesta de tu interlocutor y por si fuera poco es quien justo mueve tus sentimientos de una manera que no quisieras. Los sentimientos que tenía por Matt eran de arrepentimiento, de tristeza y de vergüenza, mis actuaciones había sido apresuradas por la venganza  y por la decepción,  pero no eran justificación, al igual que su abandono no tenía justificación, pero nada de eso era excusa para haberlo lastimado.  No podía negar que parte de mis acciones habían sido movidas por el orgullo, sentirme sola y abandonada me habían arrojado a hacer lo que no debía, pero me había lastimado más yo que él y eso era lo peor de todo.

Baje sin mirar atrás, cenaría y me tomaría un buen vino y tratando de pensar que habría hecho el Ironwood si hubiera querido hablar. Sentí pasos por la escalera y me si cuenta que había decidido quedarse, disimule al máximo mi sorpresa y me dispuse a servirle del vino que había escogido. Deje que tomara asiento y le pase la copa, evite que mis ojos vieran los suyos, pero logré ver una sonrisa tímida. Suspire mientras tomaba mi copa y tomaba asiento de nuevo. Sus palabras me habían sobresaltado un poco,  no esperaba que fuera el primero en hablar, eso me tranquilizo un poco.

-No la he pasado muy bien, la presión mediática me esta enloqueciendo últimamente, pero nada que hacer con eso. ¿Y tu?

No pude evitar que vos cambiará de tono al preguntarle por él,  así estuviéramos separados el siempre sería una persona especial para mí. Moví el cristal y percibí el aroma del vino para después darle una probada, estaba muy bien y mi paladar definitivamente lo disfrutaba.

@ Syrius McGonagall