Sangiovese & Merlot (MM B: 113324)

[Idylla Macnair T.]

Ella se sonrojo visiblemente mientras se sentaba frente a él en la mesa. Miro como el elfo servía las dos copas de vino y sonrio mirándo al caballero.

 

-Bueno, usted también se ve muy guapo señor Logan- comento la Macnair y miro atentamente su copa, el vino se veía muy bueno, dándole un trago sintió la maravilla del líquido recorrer su garganta y el ligero sabor afrutado y amaderado le asaltó la boca.

 

-Esta muy bueno el vino que pediste, creo que fue una buena eleccion- sonrio mientras lo miraba y junto un poco sus manos, en realidad estaba un poco nerviosa. Se habían visto en una ocasión nomas y en verdad no quería hacer algo mal.

 

-Y dígame, ¿a que debemos esta maravillosa cena? -

 

@@taison logan greyback

[taison logan greyback]

No pudo evitar esbozar una sonrisa mientras veía como la dama bebía el vino, trato de contenerse y no dar indicios de lo que en verdad deseaba.

 

-Dime solo Logan , el señor Logan era mi padre- respondió bromeando mientras bebía un sorbo de su Copa -como gusta que yo la llame mi bella dama? Yo la llamaría perfección celestial-

 

El elfo del lugar traía la comida el había pedido , entonces tomando un trozo de pastel de calabaza lo poso suavemente en los labios de la Macnair disfrutando del roce de su piel.

 

@@Idylla Macnair T.

Editado 26 de Febrero del 2021 por taison logan greyback

[Balderik Von Alexandros]

Su cuerpo en total inmóvil estaba a merced de la Ministra, sus pies los colocó Ada en el asiento del sillón y su cabeza ahora estaban encima de sus piernas. Kraven sonrió al verla hacia arriba y como Ada lo decía estaba al completo a su merced. Sin poder moverse salvo para hablar su cuerpo sun percibía el sentido del tacto, así un dedo de ella recorrió sus mejillas, su nariz y su boca donde la francesa jugaba con sus labios. Le notó feliz al control de ella y más a sus palabras.

 

 

-- Vaya, espero que se me trate de la mejor manera por Francia, es un hermoso pais --Su mirada de poso en los ojos de Ada, en su hermoso rostro que lo hipnotizaba. -- ¿Así que me torturaras? Preguntó riendo al sentir como ella levitaba con accio la botellita con el antídoto. Entonces sucedió y momento de seriedad donde los ojos de ambos se miraron fijamente, para después la bruja inclinarse hacía el castaño y besarle en los labios con pasión. Kraven respondió con ansiedad sintiendo la suavidad de los labios de ella, en la ligera humedad del beso de los dos. Su cuerpo seguía inerte pero eso no evitaba que la adrenalina corría por sus venas inundando su cuerpo. Se dejó guiar cuando ella cambio a una velocidad más lenta, casi disfrutando cada microsegundo del beso. Deseaba abrazarla, al menos recorrer su espalda con sus manos, tocar su cabello, sus mejillas, su piel.

 

 

El beso término mientras Ada buscaba la botellita y se la mostraba divertida como si la vida del Von Alexandros dependiera de ella, en término practicos era verdad, pues su cuerpo respiraba agitadamente después del inteso contacto de sus labios. Sonrió ante la broma y asintió. Advirtiendole ella no volver a ofender sus vinos.

 

--Claro que no lo haré de nuevo, ni en broma volveré a ofender tus vinos, probablemente si lo hago de nuevo estaré punto de ser devorado por una acromantula furiosa. -- Se imaginó a la Dumbledore riendo mientras el castaño peleaba por su vida contra el arácnido, todo por haber ofendido sus vinos.

 

--Sólo que advierto si me liberas, puede que no me contenga y termine nuevamente besandote... -- Termino con una risa que se esfumaba ya que la seriedad por volverla a besar recorrió su mente y si deseo fue aumentando.

 

 

@@Ada Camille Dumbledore

[Ada Camille Dumbledore]

La Dumbledore estaba divertida por la situación, conocía la pocion preparada por ella misma para poner a su merced a sus enemigos y por supuesto hacerlos sufrir deseando su muerte, claramente cumpliendo al final sus deseos de quitarles la vida. Muchos dirían que había aprendido todo aquello entre los mortifagos, pero pocos conocían el pasado de la Veela y sus nexos familiares con una mafiosa conocida quien le había entrenado ampliamente en ciertas artes de la tortura.

 

Miró los ojos almendra del caballero y acarició su mejilla, tomó el frasco y lo vertió con suavidad en la boca del mago, poniendo su cabello en el cuello para que pudiese beberlo con facilidad sin hacerse daño, cuando vio que había pasado el líquido, lo acomodo de nuevo en sus piernas y con sus manos acariciaba su cabello castaño suavemente.

 

-Si debes tener cuidado, mis vinos son hechos con mucho amor y son bastantes susceptibles, así que no lo ofendas

 

Volvió a sus labios y lo beso con suavidad, aprovecharía ese beso, porque no conocía su reacción después de que el antídoto hubiera hecho efecto, tal vez se iría o trataría de asesinarlo.

 

@@Kraven Von Alexandros

[Sagitas E. Potter Blue]

 

La encapuchada avanzaba con paso rápido por aquella acera, aún apenas visitada por gente del pueblo. Los pocos que se cruzaban con ella, bajaban a la calle del callejón Diagon o incluso se detenían en un escaparate, disimulando que miraban algo que les había atraído la atención, antes de cruzarse con aquellos tan oscuros como el pelo negro que sobresalía de los laterales de la máscara de hueso. La mujer, totalmente cubierta por una capa de terciopelo en verde oscuro y unas botas de cuero negro que no hacían casi ruido sobre las baldosas que caminaba, pasaba con una total impasibilidad al efecto que producía su paso entre ellos. La verdad es que, en cierta manera, le gustaba sentirse así, poderosa y temida, algo que casi nunca conseguía fuera de su máscara. Tal vez por ello, hoy la llevaba puesta, mientras iba en busca de su sobrina Ada a su negocio.

Aquella bodega era impactante en cuanto la visualizabas, con una estética muy moderna. Aunque sus ojos no estaban para disfrutar de la arquitectura sino querían preguntar por su cuñada a la persona que compartía negocio con ella. Hacía mucho que no veía a Lucrezia y estaba algo preocupada por ella.  Por ello, cruzó la puerta, atravesó la zona de los barriles y agarró a un elfo por el brazo, en un gesto un tanto brusco que no solía usar.

-- ¡Eh, tú! ¿Has visto a Ada Camille? Quiero hablar con ella.

[Ada Camille Dumbledore]

 

 

Ya hacía un tiempo que me había refugiado en mis obligaciones, una aventura amorosa que no había llegado a ningún lado me había roto el corazón y no tenía ninguna opción de olvidar, más que alejarme de mis más queridos y volver a la normalidad, cosa que sería de unas semanas. El Local de vinos era perfecto, la gente creería que era sencillo, pero las variaciones del clima y las cosechas que no llevaban bien, manejar distribuidores mágicos y muggles no eran tarea para cualquiera. Por eso mi genio y encanto entraban a trabajar a mi favor cuando las cosas se ponían difíciles. Rodeada de documentos facturas y cajas me encontraba en la bodega, el olor a madera de cedro era simplemente delicioso, siempre ese olor me hacía volver a casa con solo pensarlo. El sonido de unos pasos me hizo voltear a ver, un mago que trabaja para nosotros vino con rapidez y lo mire extrañada.

 

-Señorita la busca una señora afuera, preguntó por usted, se ve elegante…

 

Moví la cabeza con algo de sorpresa, deje a un lado todo y camine hasta la entrada del local que quedaba en el primer piso y la bodega, estaba en el sótano del local, y sorpresa no reconoció a la visitante.

 

-Bienvenue Madame, je suis Ada, ¿comment puis-je vous aider? 

 

La mire con tranquilidad, tratando conocer quien era ella

@Sagitas Potter Blue

 

 

 

 

 

 

 

 

[Darla G Dumbledore]

Darla recordaba que cuando su cuñada había inaugurado aquel local ella aún estaba intentando aprender los secretos de la nigromancia. La invitación le había parecido interesante, pero solo por el hecho de que era de uno de sus afectos, pero el deseo de asistir había sido nulo dada su condición en ese momento. Había sido Kimberly la que había acudido a la reunión y les había contado que había tenido un encuentro más que satisfactorio.  Ni ella ni la Akane habían querido tener demasiados detalles de lo que había hecho en los pasillos que llevaban a la bodega del local, por su salud mental.

Quizás por las circunstancias, por el hecho de que sentía que en cierta forma el local se vinculaba con ella, por la época en que había recibido a la enseñanza, o tal vez simplemente porque quería beber una copa mientras le explicaba a su cuñada sus planes, es que había elegido ir a Sangiovese & Merlot a visitarla.

La caminata por el Callejón le despejó la mente, ese día otoñal llevaba una pollera larga hasta las rodillas de corte semi acampanado de color gris oscuro y una camisa blanca de mangas largas, sobre la que había echado un chal, últimamente estaba muy apegada a este tipo de prendas. Sus botas apenas hacían sonido en el empedrado del callejón, aún a pesar de ser de tacón alto. Llevaba su varita en uno de los bolsillos ocultos de la pollera y había optado por tener sobre su pecho, tras pasarlo unas tres veces sobre su corazón, como prendedor el  amuleto caudex.

Al llegar al local apreció lo que le había dicho Kimberly, estaba cercano a Ollivanders, lo cual le produjo una cierta tristeza interior. ¿Cuántas veces junto con Seba si habían ocupado de mantener el local limpio y agradable para su sobrina Ariane? Mordió su labio y con gesto decidido desvió la mirada y se acercó a la puerta de la bodega, el aroma del nogal inundó en un primer momento su olfato. No prestó demasiada atención al cartel de letras doradas que colgaba sobre la misma, sino que se sumergió de inmediato en el lugar, no quería pensar ni recordar.

—Uff… —el aire se había escapado de entre sus labios mezcla de silbido, admiración y sorpresa, por dentro el lugar denotaba el lujo y la excentricidad de la italiana socia de su cuñada. Bueno, no era que Ada no fuera joven de lujo, todo lo contrario, pero los cuadros renacentistas y la araña de cristal sobre su cabeza le sonaban más a la italiana.

Las redondas mesas de madera de olivo que se disponían alrededor del salón eran de un aspecto cálido y agradable. Y ahora el aroma de las maderas de las estanterías laterales y las mesas se mezclaban con el de los vinos que a pesar de estar cerradas las botellas eran distinguibles en su delicadeza para el olfato de la vampiresa. ¿Se encontraría su cuñada o tendría que hablar con uno de sus elfos, o en el peor de los casos con la Médici?

[Kahlan Blackthorn]

 

— ¿Dónde demonios estás Selene?—elevaba los decibeles de su voz. No le toleraría que lo dejará como un perfecto idi.ota dentro de Holanda. Volvía abandonarle como lo hizo la primera vez, solamente porque le daba miedo admitir que sentía lo mismo que Kyle. Ese amor que se te desborda por los poros de la piel, miel que se desliza por los labios de la persona amada y sacia la sed de los propios. Apretando los puños lanzaba todo lo que le quedaba delante, floreros que pertenecían a su desaparecida abuela, fotos de cuando era un niño y jugaba a placer dentro de los jardines de su hogar.

Macnair era un apellido que le pesaba demasiado, no acababa de asimilar que era hermano de una Líder de la Marca Tenebrosa. Aunado a ello la desaparición de Juv dentro de Londres, para rematar su anhelo de volver a toparse con esa mujer que le dejaba con menos que un palmo de narices. ¿Realmente le cautivo tanto con solo mirarla?. La promesa de una copa quedo en medio de la nada, flotando como lo hace una hoja al ser llevada por el viento.

Nueva Zelanda era de momento su hogar permanente, al tener sobre sus hombros el peso de ser el Primer Ministro de ese país. Vaya lío en el que se había metido, pero no podía negar que tener entre sus brazos el cuerpo de la Nigromante, si que fue un placer imposible de encontrar en alguna otra parte del globo terráqueo. Ese contoneo de caderas que lo dejaron sin saber con claridad, cuál era su nombre de pila, el roce de sus labios sobre sus pectorales desnudos y hacer el amor con ella. Se ganó la lotería, sin siquiera haber comprado un boleto.

— Señor Taylor, el avión esta listo—la voz del mayordomo le arrancó de su ensoñación de golpe. Selene y Juv eran lo opuesto en muchos sentidos, la primera era dulce y cálida. La segunda era una fuerza arrolladora de la naturaleza, huracán que destrozaba todo a su paso, le fascinaba la forma en que le tomo, la única noche que el se atrevió a verle como algo más que una protectora o buena amiga— ¿Señor Macnair?—el sujeto arrastró dolorosamente esas palabras.

— Todo queda en manos del Viceministro, no deseo ninguna clase de sorpresa en mi ausencia. El viaje a Londres es de carácter político y deseo que se mantenga esa línea de información para con los medios—tomando una maleta con un par de mudas de ropa, salía disparado por la puerta hacia el hangar. Acomodándose en el asiento tras abordar el avión, volvía a perderse en esos ojos de dos tonalidades diferentes, se volvió adicto a la heterocromia que padecía Juv en sus gemas tan peculiares. 

El vuelo fue de lo más ligero y apacible, al sentir el aire viciado de Londres. No le quedaba más que ir en busca de la mujer que consideraba el amor de su vida o eso le hacia creer el destino. ¿Por qué todas las féminas solían crearle esa clase de conflicto?, no lo entendía y era mejor no intentar darle lógica a lo que tenía pinta de puzzle imposible de concretar con éxito. Deambulando por las calles sin rumbo fijo, se topaba sin quererlo con un sitio que tenía el nombre de un vino que le fascinaba beberse delante de una chispeante chimenea.

— Veamos que tienen para ofrecer—tras cruzar el umbral de la puerta, se quedó de una pieza. Estaba ahí a pocos metros de su alcance la mujer que le causará una profunda herida, no encontraba mejor manera para cobrarse esa deuda que bebiéndose todo el alcohol que tuviera dentro de las barricas de vino— Esto si que es toda una sorpresa, debo confesar que bastante grata—sonreía con galanura, esperando la reacción de la fémina.

@ Ada Camille Dumbledore

Editado 19 de Octubre del 2021 por Juv Macnair Hasani

[Ada Camille Dumbledore]

Había ido en busca de mi hija Camille para ver en que andaba la pequeña Malfoy, si ella era una Malfoy igual a su padre y aunque ella jamás había optado por aquel apellido porque, dicho por ella misma, en su carrera política todos veían más afable y con más capacidad a un Dumbledore que a un Malfoy.

Había decidido usar un vestido salmón hasta la rodilla y zapatos de tacón, el cabello púrpura ligeramente suelto y e corazón ilusionado de ver a mi amada hija.
Nuestra relación era un poco difícil ya que por mis distintas ocupaciones y el haber sido atacada por un vampiro me había alejado de todos en especial de mis hijos, para que las ansias de sangre al casi convertirme en vampiro podrían haber dañado. A mis pequeños. Llegué a la cava de vinos, las bebidas embriagantes no eran de mi preferencia porque solían afectarme más que a los demás. Tenía curiosidad por ver aquel jardín japonés que ella tanto había mencionado. Llegué adentro del almacén y sólo estuve unos minutos adentro cuando escuché la voz de alguien, conocida pero no estaba segura, sonreí al caballero y le mire a los ojos para reconocer su esencia y lo reconocí, Kyle había sido parte de un pasado lejano ya. 

 

- Jamás pensé volver a encontrarte en Londres, que gusto de verte Kyle

 

Sonreí con cariño mientras observaba que Ada se dirigía hacia otra persona del salón, para mi sorpresa mi querída  Darla. 

@ Juv Macnair Hasani
 

Editado 22 de Octubre del 2021 por Ada Camille Dumbledore

[Kahlan Blackthorn]

 

La sonrisa se desvaneció de los labios de Kyle, siendo reemplazada por toda la ira contenida contra la mujer que estaba a pocos pasos de su persona. Lucía tan despreocupada y sumida en su mundo, olvidando por completo la forma tan descarada en que le dejará botado dentro de Holanda. No podía negarse que le atraía de una forma por demás pasional y arrebatadora, siempre le sucedía lo mismo con el sexo femenino. Intentaba controlar sus impulsos carnales, pero el deseo se encargaba de nublar su buen juicio y enturbiar su intelecto.

— No ha pasado demasiado tiempo o ¿si?—avanzaba hacia Selene. Caminando con naturalidad y despreocupación— No lo esperabas, quizás porque pensaste que sería un idi.ta que se quedaría sumido en el dolor y la desolación—argumentaba con ironía— Te recuerdo, querida. Yo jamás pierdo y nadie juega conmigo sin pagar las consecuencias, te lo advertí miles de veces y lo echaste en saco roto—mirándole fijamente a los ojos, buscaba calar profundo en ella— Vengo por lo que me debes, espero que no oses huir o en el peor de los casos, pecar de amnésica y negarlo todo—alargando la mano rozaba la faz de la mujer con las yemas de sus dedos.

Buscando una copa de vino, no deseaba ahondar demasiado en el tema. No sin tener una buena cantidad de alcohol en su sistema—Tenemos algo y ambos lo sabemos, no se como hemos podido dejarlo en el olvido—ladeaba la cabeza recorriendo con sus ojos todo lo que estaba a su disposición— Deseo lo que siempre quisiste darme y lo que sabes que me pertenece—la sonrisa picara se escurría por las comisuras como lo hace la miel por un panal de abejas— Me gustas y no puedo negarlo, para que hacerlo. Prometimos ser honestos, justamente por eso vine en tu búsqueda—se quedaba en silencio. Cavilando con calma todo lo que podía ocurrir dentro de esa cava, el calor contrastado con la pasión y el deseo, casi siempre acababan en algo más que una noche alocada. 

@ Ada Camille Dumbledore