La Marca Tenebrosa ~ Mansión Riddle ~

[Kahlan Blackthorn]

 

Escuchar a Arya le hizo recordar las pocas veces que solía seguir ordenes, siempre se destacó por ser una mujer que iba a su ritmo y sin darle cuentas a nadie de sus atroces acciones. Debía reconocer el tesón que poseía la Líder actual de la marca tenebrosa, plantarse como una roca de guía que los haría llegar hasta los confines de la tierra de ser preciso. Hysy era mala para dejarse llevar por lo que establecían los cánones, pero eso no daba pie a que pasará por alto el respeto y lealtad al tatuaje que llevaba impreso en la zona de la nuca, rodeado por enredaderas que lo mantenían resguardado de las miradas indiscretas. 

— Parece una invitación sin membrete de por medio—sonrió sintiendo su varita vibrar en su surda— Creo que mi regreso deja bastante claras mis intenciones para con el bando, pero eso no quiere decir que suceda lo mismo con los miembros que lo componen—se revelaba en cierto modo ante algunas reacciones o menciones que llegaron hasta sus oídos. Ella no pondría un correctivo, ya que no estaba lidiando con chiquillos que experimentaban una rabieta pasajera. Sus objetivos estaban centrados en peces mucho más gordos, realizando movimientos que serían indetectables para sus enemigos. 

— Levantar nuestras varitas en contra de nuestros rivales, puede dictarse como el primer paso. Aunque se me viene a la mente otro método menos invasivo y más letal, solo falta que encuentre la pieza que completa mi obra maestra—recordaba aquel viejo amigo que era su compañero de matanzas. Años gloriosos enmarcados por matanzas que trascendieron a través de los tiempos— Iré a buscarlo, puede que esté más cerca de lo que imagino—sintiendo un pinchazo en la zona de su costilla izquierda, recordó la ofrenda de sangre que le obsequiará a la mansión Riddle. 

Aquel sitio jamás dejaría de sorprenderle, justo se tomo el tiempo para estudiar la historia de la gloriosa mansión Riddle. Aunque ante sus ojos toda esa ostentosidad estaba sepultada bajo el recuerdo roído de Tom Riddle. La caída del sitio que lo vio nacer fue inminente, dejando solo un cascarón vacío que llenaron nuevas generaciones con sus aspiraciones de dominar al mundo mágico. Ella no era de ese tipo de personas cegadas por una línea de sangre que debía defenderse basándose únicamente en el linaje de las personas que habitaban dentro de la comunidad mágica. 

— Cuentas con mi apoyo incondicional, ya sabes como puedes contactarme y donde habitamos ambas—la seriedad en las palabras de Hysy era real. Pocas veces expresaba lo que sentía o pensaba abiertamente, pero con Arya las medias tintas no tenían cabida a decir verdad. Ericen y Mael estaban a su lado, contaba con dos personas más que capacitadas para darle buenos consejos y llevar por la senda del éxito al bando tenebroso. El lienzo blanco se mantendría expectante en todo momento, dando las pinceladas justas cuando lo creyera necesario. 

Ahora solo necesitaba recordar la forma exacta de salir de la mansión sin romperse una pierna, tal y como recitaba una parte del escrito que mantenía en su poder. Columnas de gran tamaño, adecuadas para ser hurtadas por la Nigromante y luego de eso darles un uso poco sensato una vez que estuvieran en sus manos. Le encantaba la idea de hacer una que otra travesura, jugándose el todo por el todo, sabiendo que se ganaría un regaño por parte de la Macnair. 

[Idylla Macnair T.]

Tenía tiempo sin poner un sólo pie en aquella residencia, esperaba que después de tanto tiempo nadie la terminara echando sólo por el hecho de que ya no perteneciera ahí. Pero sabía que nadie lo harla, así eran todos podríamos parecer una manga de asesinos seriales o gente que odia a los muggles, pero entre nosotros se sentía un respeto y una sensación de familia, aunque no conocía ni a la mitad de los que formaban las filas.

Se quitó la gabardina que tenía encima y su máscara mientras pasaba por las ruinas de lo que se suponía era la mansión, entró por la puerta principal y espero encontrar a alguien familiar, tal vez a alguna de sus madres, sus hermanos o a algún amigo, sinceramente no sabía con lo que se encontraría el día de hoy. Quizá siempre llegaba aquí cuando había algunen tipo de aventura, problema o estaban destruyendo la mitad de la mansión.

Paso al área de la sala y se sentó en uno de los sillones que se encontraban ahí, la residencia no estaba tirada ni mucho menos, pero hoy en particular parecía un poco abandonada. No veía a nadie enle los rincones y mientras miraba en todas las direcciones se encogió de hombros y subió las piernas en el sillón, su ropa que llevaba el día de hoy era cómoda, sólo unos jeans negros y una blusa blanca de tirantes, sus botas de tacón daban el aspecto de que era sólo una chica común que se dirigía a trabbajar, tal vez no era de esa manera pero quería que alguna aventura comenzará ena aalgún momento.

@ Radamantys

[Kahlan Blackthorn]

 

Era momento de tomar su lugar como miembro activo de la marca tenebrosa, jamás le incomodo la idea de pertenecer a un grupo que defendiera a capa y espada los ideales oscuros. Desde pequeño supo como manejar esa clase de magia, destacándose dentro de las artes oscuras, pociones y transformaciones, sobresaliendo como un alumno de excelencia dentro de Hogwarts. El escudo de Slytherin descansaba en la parte trasera de su capa de viaje, desprovisto de una máscara que cubriera sus facciones, nadie se atrevería a sospechar que un rostro tan gallardo y atractivo pertenecía a las filas tenebrosas.

Tenía la buena suerte de siempre parecer inocente, cuando la ocasión lo ameritaba. Luciendo ese par de ojos azules que destellaban como los faros que están edificados en alguna zona del mar, anunciando que puede irse a estampar contra ellos algún navío que ha errado su curso. Kyle siempre tan él, vivaz y arrogante por momentos, cerrado de mente a las personas que consideraba un desperdicio de tiempo

— Ser social, no es lo mío—fingía un falso pesar, caminando sin llamar la atención. Sus zapatos de vestir reflejaban de cuando en cuando los anhelos que escondía el Holandés, detrás de esa fina estampa que era su persona. Acomodando el cuello de su camisa, agradecía no estar usando una corbata en esos instantes, aquella presión por momentos lo desesperaba un poco— Te echo de menos—recorría con las yemas de los dedos sus labios, recodando el último beso que le diera a Alex. Eran pocas las veces que estaban juntos, pero cada una de ellas se volvía mucho más especial que la anterior. El sentirlo cerca era una bocanada de aire fresco, el vivir intensamente la vida sin miedo a lanzarse al vació y romperse la cara contra el suelo.

— Realmente eres especial—sonriendo de oreja a oreja, retomaba su andar. Kreston le seguía muy de cerca. Aquel dragón que era el favorito de Juv y hoy pertenecería por algún tiempo al Macnair. Le agradaba la idea de tener esa clase de criaturas a su disposición, sobre todo a ese que se afianzó del hombre como si le conociera de toda la vida— Estoy seguro de que seremos grandes amigos—reconocía su simpatía por el animal, obsequiándole esas palabras. Delante de el unas ruinas que captaron su atención de inmediato, jamás se imagino ver caído el hogar de Tom Riddle.

— El exceso de confianza, no siempre juega a favor de quien apuesta por el—sentenció buscando la mejor forma de entrar sin tener que romperse algo en el proceso. La parte trasera parecía ser la más adecuada, tomándose su tiempo, cavilaba con calma cada una de las posibilidades— Ser el factor sorpresa—susurró descartando esa idea. La parte frontal, le invitaba a escalarla, si ya se había tronado unas cuantas costillas como buscador, no era nada del otro mundo perder una pierna o un brazo. Subiendo con firmeza por las rocas, tomaba impulso con sus brazos, dando un saltó que lo hizo caer dentro de ese hueco. 

La tierrilla que se desprendió de las piedras, enmugro sin querer su saco negro y parte de su capa de viaje. Dándole unos cuantos golpes a la tela sacudía del todo esa suciedad, le gustaba el aroma a muerte que brotaba de los cimientos, si que era la morada ideal para comenzar a planear una venganza que llevaba poco tiempo cocinando. Macnair era un ser tan misterioso que nadie jamás terminó de conocerlo mientras vivió en Holanda, ahora Londres era un nuevo comienzo y dejar sus huella dentro de esas tierras era uno de sus objetivos primordiales.

Editado 24 de Octubre del 2021 por Juv Macnair Hasani

[Anthony R. Dracony M.]

No era de extrañar que el Alto Mando se manifestara frente al Bando en un lugar tan propio de ellos, además transfieren nueva energía que cada integrante siente como propia y que le ayuda a continuar con la misma convicción que se les dio al unirse.

Ryvak escucha con atención y va asintiendo a cada aseveración pronunciada, sin cuestionarla pues como integrante reciente no tiene lugar ponerse en un papel cuestionador. Siente que debe confiar en el trio de magos.

A pesar que él mantiene su apariencia intangible, de alguna forma Ericen se percata que se encuentra escuchando y su mirada se fija en el sitio donde se localiza en este momento, una graan bruja sin lugar a dudas, ya después tendrá que hablar con ella.    

Las palabras expresadas por la nueva Líder calan hondo en el Nigromante...restructurando su pensamiento con los nuevos datos además de aquella incitación a la acción. Parecía poner el dedo en el renglón...es imperioso recuperarse cuanto antes, pero es más sencillo decirlo que hacerlo...de pronto sucedió algo con lo que no contaba...veía todo borroso, como si estuviera a punto de desmayarse...¿Estaba sintiendo debilidad física? ¿En verdad? ¡¡Estaba sintiendo fatiga intensa!! Entonces si que tenía un cuerpo por ahí, era como si necesitará acudir de inmediato, seguro aquella sensación podría ayudarle a localizar sin problema donde se encontraba.

Ryvak le hizo señas a @ Ericen (¡No tardo! ¡Ya regreso!) Y salió de la mansión con premura. 

[Sagitas E. Potter Blue]

Yo me encontraba muy orgullosa. En un año había conseguido muchas cosas meritorias, a pesar de haber perdido el Ministerio. Tendría que dejar de pincharme con eso, por mucha rabia que me diera, porque era un hecho. También lo era que Arya había prometido que la presencia mortia iba salir al exterior e íbamos a dar la cara. Sí, me sentía orgullosa al ver que había gente que nos miraba con intensidad en los ojos, esperando nuestros movimientos, recuperándose de aquella maniobra de extracción de la Mansión Riddle de unas profundidades aterradoras en la que había permanecido oculta.

Los mortífagos empezaban a reaccionar a lo sucedido, otro dato por el que sentirse orgullosa. Era lo que esperaba, ese espíritu mortífago de superación, de grupo, de... Parpadeé ante la llegada de una persona tardía que reconocí como @ Ashura Lestrange , quien parecía andar con mucho garbo y dirigió una frase a Arya. Bajé poco a poco la varita hasta dejarla inclinada dirección al suelo. Por las ventanas abiertas, entraba cierto aire frío que intentaba aplacar el calor del grupo reunido en la sala. Murmuré a @ Arya Macnair :

-- ¿Es... tu peor pesadilla? -- Aquí volvía, mi miedo a no conocer a la gente excepto de forma superficial. A pesar de conocer las caras, nombres, máscaras..., me faltaba la familiaridad de conocer las familias, las vidas, el día a día... Esa comunicación social que aún no había conseguido estableces excepto con algunas personas concretas. Ahora, todo un bando me miraba como una persona a la que acudir junto a la líder y yo no sabía nada de ellos. Miedo... Ese miedo a no saber cómo reaccionar en temas insustanciales pero muy importantes.

Arqueé la ceja porque no podía entender qué me había perdido al ver salir a @ Juv Macnair Hasani bajo su máscara, alguien conocido que se iba, dejando un poco un vacío porque ahora me gustaría ver caras conocidas y reconocidas con las que poder valorar lo que había sucedido, como una fiesta, como algo que celebrar. Pero apenas tenía tiempo de nada pues la gente entraba, salía, se movía, se quedaba en un puesto, se iba a otro, hablaban entre ellos... Me sentí agobiada  por lo que significaba ser una de las que ayudaba a la líder. La responsabilidad era muy grande y yo, en aquel momento, me sentía muy poca cosa ante la magnitud de la gente en aquella casa. Siempre la había visto "desde abajo", como mortífaga, metiéndome incluso con Aaron, a pesar de la fidelidad que sentía por él como líder, deseando vengarme y acabando por valorar su persona. Pero ahora era yo la que estaba arriba.

Suspiré poco a poco y me centré en la gente, intentando valorar que estuvieran allá, con nosotros. @ Idylla Macnair T.  también entraba a la mansión pero parecía ir hacia otro lugar más vacío, como si quisiera estar sola (y tal vez por ello, le parecía que estaba vacía cuando, en realidad, éramos muchos los que estábamos en otra parte de la mansión). También vi entrar a un hombre que atrajo la atención de más de una de las mujeres presentes; yo sólo me fijé en la mancha negruzca de su capa de viaje que, además, llevaba una insignia de Slytherin. 

-- Un verde -- murmuré, con cierta inquina. Yo fui, era y siempre sería una Hufflepuff. Aunque ahora eso no venía al cuento. Si ese hombre había atravesado las defensas muggles, es que era mortífago y, por tanto, un compañero de bando. ¿Quién sería aquel nuevo miembro? Porque yo no lo había visto nunca, de eso estaba segura. [por Kyle Macnair]

Dejé de mirarle. Alguien me hacía señas. Enarqué de nuevo la ceja y le sonreí. Eran Anthony, o su fantasma... Ahora mismo, ya hasta dudaba de saber distinguirlo, además, tan pronto le miré para sonreírle, no estaba. ¿En serio había visto a @ Anthony Ryvak Dracony o lo había soñado.

-- Arya, @ Mael Blackfyre ... Creo que necesito un whisky de fuego -- les dije, deshaciendo la unidad de tres en uno y alejándome de ella, en busca de una copa. Me la había ganado.

[Ada Camille Dumbledore]

 

Había abandonado Londres dejando la reunión pospuesta para concluir una misión que teníamos con un cercano en Montecarlo, había terminado de extinguir a la Familia Grimaldi y reclamado para mí el Principado de Mónaco, ahora no solo sería la Ministra Francesa sino Princesa de Mónaco y había nombrado principe a mi hermano, ambos dominariamos el principado y regiriamos juntos la región, nuestras parejas serían consortes de cada uno. Estaba todo listo esperábamos el día de la coronación, que no seria en corto tiempo y sería oficial nuestro título. 

Regresaba tranquila con el corazón feliz por el deber cumplido, al lugar de mi familia de bando, pensando en las mieles que lograría ahora con este nuevo poder. Estaban en una reunión, asumí que eran por la nueva líder, no me había percatado de quienes estaban allí con ella, solo seguí hasta el salón principal con mi máscara en su lugar hasta quedarme a escuchar que era lo que sucedía. 

Editado 27 de Octubre del 2021 por Ada Camille Dumbledore

[Xell Vladimir Potter Black]

El ardor del tatuaje aún duró un poco más, pero se hizo tolerable, así que pude dedicar mi atención a ver la situación en la que estábamos todos. La mayoría parecía haber sentido, como yo, aquel ardor con el que nos había recibido la nueva líder del bando. Otros compañeros, como la prima Helike, parecían no haberse dado cuenta, solo asomándose y saludar. Yo mantuve la mirada en aquella Tríada que componía el poder del bando y me sentí muy orgullosa de la mirada de reojo de la tía Sagis.

De repente, Arya levantó su varita y los dos lugartenientes la imitaron. Sentí un temblor en el suelo, como si la mansión estuviera sufriendo un estirón. Al principio, no entendí nada, pero pronto saqué mi varita para imitar a otros que hacían lo mismo y mantenían aquel hechizo elevador con los tres AR que sacaban la mansión de su cimientos.

Perdí el equilibrio un par de veces, aunque pude compensarlo moviendo los pies, son caerme y sin bajar la varita para sujetarme. 

- Semper Fidelis - repetí con todos, muy satisfecha de ver que lo conseguimos. La mansión salió a la luz y hubiera aplaudido, pero nadie más lo hizo.

Supongo que aquel tipo de ceremonia había acabado pues empezaron a moverse, unos salían de la mansión, otros entraban... Reconocí a unos cuantos compañeros e iba saludando a medida que me movía lentamente. Vi la mirada de la tía Sagitas hacia la puerta, donde entraba un joven muuuuuy apuesto, con ojos azules y capa de slitherin. Solté un "guau" y me sonrojé. Miré para otro lado.

La tía pasó por mí lado y ni me vio. Di dos pasitos largos hacia ella y la abracé:

- ¡ Felicidades, tía! Vaya ascenso. Te lo merecías. ¿Lo celebramos? ¿A qué me invitas?

[Anthony R. Dracony M.]

Le parece viajar mucho más rápido que el viento...era necesario antes de que la sensación de fatiga no le dejara continuar, pero a pesar de lo doloroso que era sentir aquella sensación, al mismo tiempo estaba esperanzado. Lo había dicho uno de los Uzzas que le apoyaron para vincularse a los Libros de Hechizos: " La mente está unida a otros dos factores, y ellos son el cuerpo y el alma. Las tres conforman a las personas. Las almas envían sensaciones a nuestro cerebro, el cual utilizan al cuerpo como un recipiente. Los fantasmas no tienen sensaciones como los seres humanos vivos, porque sencillamente ya no poseen cuerpo.."

Ryvak se apresura a llegar donde siente que se encuentra su cuerpo, no sabe porque hasta ahora se percata de su existencia y tiene claro donde esta su presencia, algo que olvido al transitar a fantasma, o tal vez, un giro del incomprensible destino...

Le llevo tiempo y hubo que transitar por el inframundo, aún como fantasma, lo podían capturar los demonios, seres que les fascina torturar tanto a ser humanos como fantasmas y demás criaturas mágicas o no, para ellos lo que les hace gozar, es torturar y arrastrar a la desesperación.

Quizás porque anteriormente fue llevado a una parte del Inframundo por las huestes de su padre, es que pudo orientarse en aquel sitio temible, aunque al encontrarse frente a la Comandante Rubí, entendió como logro tal proeza...ella le incrustó la gema de inmortalidad para preservar su vida, pero no actuó hasta que Reacon sello al asolador en su cuerpo, solo entonces retiró la gema y uso sus poderes demoniacos para restablecer de nuevo su humanidad, por eso Dracony sintió esa especie de alerta, llegar al lugar para que su cuerpo, alma y mente se fusionarán...

Aquello fue una agonía...su cuerpo se crispaba ante el intenso dolor, pero tuvo que soportarlo como cuando se enfrento de cara con el Asolador, no era gratis aquel nuevo comienzo que tendría en la mano...

[Arya Macnair]

—Que sean tres, sí, por favor... 

Me dejé caer en el sofá más cercano que encontré y una nube de polvo se concentró en mi nariz haciéndome estornudar. Busqué a Cissy con la mirada y le rogué que llamase a los elfos de la Macnair, no importaba la hora, aquella mansión estaba demasiado sucia para mi gusto @ Raelyn . Ericen y Mael seguían a mi lado, con el mismo cansancio reflejado en el rostro, estaba claro que habíamos planificado el ascenso de la estructura más nunca creí que fuese tan agotador, poco más y me sangraba la nariz. 

Pero quizás lo que me tenía más agotada no era sino sino la cantidad de personas que poco a poco se fueron sumando al llamado. Allí había Mortífagos que llevaba más de un año sin ver, me sentía orgullosa de quién era y dónde estaba sin la necesidad de ciertos respaldos. Antaño, algunos magos fueron quienes me prepararon para el sitio que ocupaba, no debía angustiarme su ausencia ahora mismo si en mis propias palabras podría encontrarlos. Me enfrentaba a una nueva era, una que llevaba mi nombre y apellido en letras grandes. 

—Debemos hacer que esto vuelva a parecer una morada antes del amanecer, necesitamos de todas las manos y conocimientos posibles, estoy sentada sobre cuatro años de polvo @ Ericen  @ Mael Blackfyre

Tosí. 

Alguien, no vi quién o qué, nos acercó la bebida que pedimos a gritos. Brindé con mis Lugartenientes y me disculpé un momento para caminar hacia mi hermana. Algunos personajes se dirigían murmurando con simpatía hacia los jardines, creían que con su conocimiento de herbología podían arreglar el desastre que los techos de la Mansión causaron al salir. Además, sabía que Sybilla tenía su vista fija en mi, hacía que tenía dos opciones, actuar con diplomacia y ser yo. 

—¿Quién eres? @ Juliette Macnair . Le pregunté, nadie más que ella sabría el por qué. 

 

 

[Helike R V PB]

Guardé silencio. Incluso cuando Sagitas me había recriminado por mi comportamiento. Reí por lo bajo y negué con la cabeza. Ajusté la capa que llevaba. Pero aún así se veía que el lugar no es que fuese digno de una gran mansión de las antiguas. Parecía que los elfos se habían olvidado de limpiar y era raro y más aún cuando Aaron era líder de la Marca Tenebrosa y todos le tenían pánico. Yo trataba a mis sirvientes con frialdad no cómo seres de magia sino con superioridad, a Galadriel, mi elfina; era la única a la que permitía que me dijera las verdades por mucho que dolieran. Había estado conmigo desde largos años y me conocía incluso mucho mejor que los más grandes magos y brujas. 

Vi que varios magos incluída la líder y lugartenientes movían su varita y yo hice lo mío propio mientras otros mortífagos se iban y llegaban. Aunque alguno me producía cierta curiosidad y sobre todo cierta sospecha. Había que tener cuidado con los mortífagos recién ingresados, cualquiera podía ser espía y pasar información delicada al otro bando con tal de desbancar a la Orden Tenebrosa. Con fuerza, todos los mortífagos ahí reunidos habíamos conseguido sacar del subsuelo el hogar de la mansión Riddle. Grité el hechizo 'ascendio' y todas las voces de los integrantes ahí presentes, hicieron fuerza común. Pero fuera aún hacía frío y a veces no se mostraba tan cálido como aparentaba toda la decoración en su interior. Me gustaban más las reuniones familiares que teníamos en la Potter Black, pero el deber era el deber. Pero aún así, con la potencia del conjuro en común aún se hacía notar en el interior. Volutas de polvo hacían remolinos mientras se asentaban los cimientos. 

- Mi señora @ Arya Macnair  si es menester puedo hacer llamar a los elfos que tengo en propiedad para adecentar éste lugar. Con su permiso por supuesto. Ellos saben guardar bien los secretos, por la cuenta que les trae - le dije, alzando el vaso de whisky de fuego en su honor - y si gusta, me encantaría charlar con usted en privado, en cuánto terminemos con la socialización para hablar de seguridad. Tal y cómo estamos en tiempos convulsos hay que tener cuidado con quién compartimos información. Tengo experiencia en ese campo y si le puede ser de utilidad lo haré con mucho gusto. A veces el encantamiento Fidelio no suele ser suficiente. En primer lugar la documentación y planes que tenga, mejor se lo comunica a sus lugartenientes por canales seguros, pero de eso ya hablaremos cuando tenga usted tiempo... Me alegra ver que el mando actual empieza a tomar cartas en el asunto y que pase a la acción, mi señora sabe que cuenta con mi lealtad y el Clan Vulturi... Y si necesita cualquier cosa, no dude en hacérmelo saber.

Me senté en uno de los sillones mientras me servía otra copa de whisky de fuego y para que no estuviese tan cargado, le había añadido varios cubitos de hielo. El alcohol no es que afectara a los vampiros pero tampoco quería que me afectase con la segunda botella tan pronto. Y mientras veía a los demás compañeros moverse rápidamente para arreglar el jardín exterior. Elevé mis ojos suspirando. La botánica no era cosa mía aunque sí las pociones.