Jump to content

A oscuras... todavía


Ellie Moody
 Compartir

Publicaciones recomendadas

Sentía que el cosquilleo de sus mejillas se incrementaba a medida que los minutos transcurrían. Sabía que era una de las consecuencias a las que debía enfrentarse tras haber ingerido una poción multijugos. A su vez le dolían sus extremidades, sus dedos se estremecían y se volvían fríos, provocando que de a ratos le fuera imposible flexionarlos. Lo mismo sucedía con los dedos de sus pies, pero hasta ese momento no había tenido problemas para caminar.


Previamente había actuado con precaución, revisando tener todas las cosas en orden, sobre todo la credencial que le permitiría el ingreso a Tenenbaum Futuristics. Sentía ansiedad y sólo deseaba que la misión cesara pronto; sin embargo, también le preocupaban los desaparecidos, reconocimiento que podían haber más personas en la misma posición que Violeta. Sólo esperaba que su desenlace fuera diferente; y, claramente, utilizaría todos los recursos que le fueran posible para enfrentarse a la situación.


Estaba cerca. Sin embargo, el cosquilleo no cesaba y sabía que debía hacer algo para detenerlo. Si bien, podía tratarse de algún maldición por parte de Bristol, a quien había robado su identidad. En parte porque sabía el riesgo que corría en ese puesto de trabajo.


Para despejar todas las dudas, cerró los ojos y pensó: — Beltane.


Sentía como el fuego recorría en ella. Si alguna maldición mágica la estuviera envolviendo, aquel hechizo actuaría en su defensa haciéndolo desaparecer. Al abrir los ojos no sintió nada diferente, el cosquilleo persistía y sus dedos seguían en el mismo estado que antes. Si bien, el hechizo no actuaba como un energizante ni nada, por lo que creía que debía utilizar sus propios métodos. Respiró profundamente y siguió su camino.


Al llegar hasta el edificio sintió como su deforme corazón empezaba a incrementar sus latidos. La poción multijugos dejaría de hacer efecto en cualquier momento por lo que la bruja decidió apresurarse. Caminó hacía la entrada. No conocía a la mujer por lo que desconocía sus manías más simples y su forma de actuar; por lo que sólo trataría de mantener la calma y minimizar su estado de animo.


Mostró su credencial e ingresó sin inconvenientos; y luego, aceleró sus pasos. Comenzaba a sentir como su piel hacía una especie de burbujas. Pronto volvería a su apariencia normal. Caminó sin rumbo hasta uno de los pasillos sin personas y se mantuvo allí hasta que el doloroso proceso de transformación finalizara. Llevaba ropa de su talla por lo que no tendría que perder el tiempo cambiándose.


Miró a su alrededor. Sabía que a partir de ese momento debía ser más cuidadosa. Le llevó unos minutos determinar el pasillo correcto que le llevaría hacía alguna escalera. Tapó su cabeza con su túnica para dificultar su reconocimiento. Sin embargo, al llegar al pasillo algo cambió. Ya no sentía que estaba sola, algo le observaba y eran los obstáculos que Tenenbaum Futuristics presentaba, en este caso eran criaturas mágicas.


Sólo podía ver figuras y sombras oscuras acercándose a ella. Claramente, carecían de luz y magia blanca.


— Lanza de Assal —utilizó.


Recordaba que lo había utilizado previamente con Bristol, por lo que no dudó en ningún momento al pronunciar las palabras. El hechizo provocaría que las figuras se lastimaran o, por lo pronto, huyeran. Actuaría como una lanza pero tenía la ventaja de que ellos sólo percibirían sus efectos.


Debía encontrar a los desaparecidos.

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Escuchaba con atención todo aquel ruido. Las plantas eran silenciosas pero no tanto, se arrastraban y crecían y se extendían y ocupaban todo. A mí no me molestaba, amo el bosque, amo la Naturaleza, aunque era consciente de que, de seguir invadiendo, el edificio iba a ceder de un momento a otros. Otro estruendo de la parte baja hizo aparecer una grieta en una de las paredes laterales y varios plafones del techo cayeron con gran estrépito.

 

-- ¿Lo oyes, Darla? Tenemos que irnos. -- Mi mirada pasó de aquellos restos que habían caído al suelo hacia ella. -- ¿Hipogrifos oscuros? ¡¡Oooh!!

 

Siempre me sorprendían los poderes de los otros clanes y ver aparecer unas criaturas de sombras en forma de esos lindos animales. Me hacían recordar que Darla era una maga imponente, y no sólo en figura sino en conocimientos. Era realmente grande ver el poder que podíamos dominar como clanes. Parpadeé para dejar la contemplación y dedicarme a lo que realmente era primordial, salvar a cuantos más inocentes, mejor. Después, cuando estuvieran a salvo, ya podríamos comprobar el grado de experimentación habían sufrido y cómo recuperarlos y devolverlos a su familia. Otra vez el recuerdo de Violeta me golpeó y decidí que haríamos eso, recuperarlos, no matarlos, como habíamos acabado haciendo con ella. Porque la culpa era fuerte. Su muerte había sido culpa nuestra.

 

-- Pues no sé, Darla... ¿Eso que dice explota también el interior? Me gustaría que salieran vivos de las cápsulas. No sé bien el poder que tienes con eso... hechizos. -- Demostraba mi desconocimiento, pero eso no era malo, al fin y al cabo, los poderes de clanes solían ser secretos a ajenos del mismo. -- Pero haz lo posible para sacarlos, sí. Esto tiembla demasiado. Aunque si apretamos este botoncito...

 

Sí, un simple click en un relieve algo resaltado encima de la cápsula y ésta se abrió. Me eché a atrás de un salto al ver que una nube gris perla surgía del interior. ¿Darla habría visto esa aura escapar al quedar libre? Ayudé a sacar a la persona del interior, muy aturdida y le musité palabras suaves que apaciguaran su estado. El pájaro seguía cerca, emitiendo un cántico alegre que distorsionaba por completo el rumor del edificio.

 

Me asomé a la balconada abierta y rodeada por las ramas. Un Wingardium sería demasiado lento y tirarlos por la venta podría crearles un trauma, ¿no? Así que ideé un sistema similar al que me había facilitado la subida. Menos mal que mi gran dominio sobre las plantas hace que obedezcan en forzar asientos como si de un tren de la bruja se tratara. Ayudo a varios de ellos, tambaleantes, en sentarse entre las ramas anudadas y coloco varias ramas entrelazadas como sujeción.

 

-- No saquéis los brazos, por favor. Abajo...

 

No sabía qué hacer, ¿bajaba con ellos a desatarles o confiaba en que ellos se desharían de los nudos y se alejarían a... La solución me vino en cuanto me fijé que allá fuera ya había una persona amiga haciéndose cargo de los liberados.

 

-- ¡¡@@June Miller!! ¡¡June!! ¡Estate atenta a este árbol ¡Te bajo a más chicos a los que cuidar!

 

Esperaba que me hubiera oído porque la primera tanda de chicos sentados bajaban lentamente a lo largo de la fachada y rumbo a la planta baja. Fue un trabajo arduo pero entre Darla y yo sacamos a casi todos, al menos los de aquella planta. Apenas entendía su magia pero supongo que a ella también le dificultaría entender cómo los árboles se comportaban como instrumentos de feria y evacuaban a los chicos.

 

-- Bueno, podemos bajar nosotras, supongo...

 

Entonces, lo sentí. Alguien estaba usando magia natural, de Sanación y Purificación, cerca, muy cerca. Era una Sacerdotisa, sin duda, pero quién... Cerré los ojos y un enorme estruendo y un temblor en el suelo me recordaron que no había tiempo. El edificio se hundía. Pero seguí su aura, era fácil de encontrar y de identificar.

 

-- ¡¡@@Sherlyn Stark!! Corre, sal fueraaaaa...

 

Pero temí que no llegara a tiempo así que invoqué un Spiritus de Tierra otra vez, mis preferidos, para que fuera en su búsqueda y le protegiera si el edificio caía antes de su salida. Noté que me faltaba el aire por el uso de magia tan fuerte pero el fin lo merecía. Tenía que sacar a mi Hermana de allí y avisar a todos que aquello se hundía.

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

La Potter Black asintió, el sonido era bajo, casi inaudible, pero no para una vampiresa y menos para una sacerdotisa como Sagitas. Los plafones y la rajadura en la pared no habían sido tan discretos como las plantas. La pelirroja negó a la pregunta, más bien dudando.

 

—En otra época hubiera destruido todo con la fragoquinesis, incluso hubiera podido poseer todo el edificio con el escendia, pero ahora he pasado mucho tiempo alejada de la magia de la Orden Oscura, la nueva magia, el poder del Necromicón, lo domino, pero no sé si lo puedo controlar para no dañar —levantó la vista desde sus manos hacia Sagitas —la oscuridad puede corromper al que no sabe lo que realmente hay en ella, como dicen, si miras demasiado tiempo el abismo, el abismo terminará mirándote a ti, y siento que en algunos casos, si no se tiene la fuerza de voluntad eso pasará otra vez.

 

Darla sabía bien que aquel poder era enorme y ella era capaz de manejarlo, pero era demasiado descontrol, podía sentir como la magia del Necromicón se multiplicaba en el lugar, el frío de las flechas, los demonios que se paseaban por los pasillos haciendo presa de los que estaban en el lugar. Era gracioso, podía sentir cada vida que se extinguía, era como si cada muerte a manos de un oscuro le diera más poder al libro y a ellos, no, no quería arriesgarse a dañar a nadie más, cada muerte que había infligido en su vida sabía bien el porqué de la causa de la condena.

 

Sagitas había actuado con astucia, lo bueno es que no había terminado de destruír todo lo que había allí, solo había robado toda la información. Se estaba convirtiendo una ladrona, como lo había hecho su sombra cuando la invocó con umbra en la mansión de los Black.

 

—Excelente… —dijo la pelirroja mientras las cápsulas se abrían —ahora vamos a tranquilizarlos —agregó mientras que utilizaba una vez más el ilusionismo esta vez para convencer a los jóvenes de algo que debería ser evidente, habían venido a rescatarlos y ellos se sentían felices, colaborativos y les contarían todo lo que sabían de aquella gente y de lo que había pasado en ese lugar mientras se montaban en esas criaturas oscuras que no eran nada dañinas sino mansas criaturas de gran tamaño. No podía explicarles a todos qué eran las criaturas oscuras que había invocado con si no todos tenían la misma magia que ellas.

 

Los ojos de Darla destellaron en un tono esmeralda segundos después, sí había logrado entrar en la mente de aquello. Movió la mano mientras se concentraba, tenía que protegerlos un poco más y lamentablemente solo podía hacerlo utilizando una vez más la convocatoria de espíritus. No estaba segura de que Sagitas pudiera ver a los espíritus que había invocado, eran almas en pena, de los que habían fallecido en aquel lugar por culpa de los experimentos.

 

—Ustedes saben qué hacer —murmuró y un aire helado se arremolinó a su alrededor, la Potter Black supo que los verdaderos culpables de todo caerían en manos de aquellos espíritus que les atormentarían y atacarían sin dañar a los inocentes que pudieran quedar en aquel lugar, ayudándoles a liberarles.

 

Mientras que ella invocaba las protecciones o más bien destructivas almas la pelivioleta había ido ayudando a los jóvenes y niños a subirse a las ramas del árbol. ¿Sería como en un juego de tobogán o montaña rusa?, pensó al escucharla decir que no sacaran las manos. Pero minutos después habían desalojado toda la planta, mientras June, a la que Sagitas había avisado a gritos, los recibía en la planta baja, para ayudarles a quitarse los lazos verdes que los sujetaban para que no cayeran en el trayecto.

 

—Creo que sí —dijo la Potter Black mientras intentaba proyectar su mente con el ilusionismo, pero no encontraba nadie más que hubiera sido atrapado por los de la corporación, parecía que podían estar a salvo, el grito de Sagitas la hizo pegar un salto.

 

—Espera —la tomó del brazo, parecía que había desgastado sus fuerzas haciendo todo aquello —¿estás bien? —quizás podía avisar a los demás con cats ragdolls, invocando varios patronus, pero ¿qué más efectivo que un demonio? Pero eso implicaría hacer desaparecer a Agramon. No, no era buena idea utilizar a Seere, un Daimōn por vez se podía invocar.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

8mB7TQf.png

 

Cuando Graves llegó, Kaori ya se encontraba saliendo del edificio. Se había concentrado en mantener activos dos poderes de su clan que consumían considerablemente su energía, así que agradeció cuando el mago uso un hechizo que le devolvió por completo su magia, su poder, además de que notó como las heridas de su hombro y abdomen poco a poco empezaban a sanar.

—Todos muertos—le informó a Hobb pues sabía lo que haría a continuación. Destruir aquel edificio era parte del mensaje que deseaban dar, si algún miembro de la organización que se dedicaba a hacer experimentos genéticos quedó con vida, lo pensaría dos veces antes de volver a montar un laboratorio o retomar las actividades. De igual forma la pelinegra había obtenido gran cantidad de información y podría darles cacería uno a uno hasta terminar con todos.

Sin duda deseaba quedarse para ver como el edificio era destruido, más sabía que su presencia era requerida en otro lugar, así que sin más giró sobre si misma y desapareció. Cuando sus pies tocaron suelo firme nuevamente el calor de las llamas fue lo primero que sintió y luego el sonido de las ambulancias y de los camiones de bomberos muggles, resonaron dentro de su cabeza. Frente a ella uno de los orfanatos de donde la doctora Mary Tendebaum y la organización obtenía los “sujetos de prueba”, estaba siendo consumido por las llamas.

—Detrás de la cinta amarilla por favor… señorita… me escucha—Le dijo uno de los bomberos que al ver que no reaccionaba la tocó por el brazo y al hacerlo notó la sangre que aún estaba fresca en su ropa. —Esta herida… la ayudaremos—Dijo, pero Kaori lo hizo detener.

—¿Hay sobrevivientes? — preguntó temiendo lo peor.

—Si, logramos sacar a todos. Hay algunos heridos, pero se pondrán bien… Ahora, vamos a revisarla — le dijo, pero la pelinegra ya había comenzado a alejarse. Con aquella información volvió a desaparecer. ¿Tendría la misma suerte dos veces? Esperaba que sí, de lo contrario esas muertes le pesarían en su conciencia el resto de su vida.

El otro orfanato estaba a obscuras, silencioso. Invocó unas criaturas de sombras en forma de serpientes para que revisaran todo el lugar, se notaba que habían salido de prisa ya que todo estaba desordenado, como si hubieran tomado únicamente lo indispensable para poder escapar. Una de las serpientes había encontrado algo, así que haciendo uso del Phantom, se dirigió hacia ese lugar rápidamente.

—¿Dónde están los niños? —Le preguntó al asustado hombre.

—A salvo… ya nunca más podrán hacerles daño. No importa lo que me hagan a mí, jamás les diré donde están—era claro que estaba confundiendo a Kaori con un miembro de la organización. De igual forma para estar segura de que lo que decía era verdad, usó legeremancia con él para corroborarlo, sino también para averiguar el paradero de los niños.

—No soy una de ellos…Vete… terminaré de hacer lo que tenias pensado. —Dijo usando nuevamente el poder del Fūsiō, esta vez sus manos fueron envueltas por las llamas del fuego demoniaco. —Que te vayas he dicho… —Le volvió a repetir, ese lugar también terminaría en cenizas.

Se quedó de pie mirando a las llamas sintiéndose infinitamente miserable, sus acciones por poco le habían costado la vida de personas inocentes, tuvo suerte en esa ocasión, pero había actuado de forma irresponsable, como si no se tratara de ella misma, como si no estuviera pensando con claridad. Unas lagrimas recorrieron sus mejillas al darse cuenta que en realidad una parte de ella había muerto cuando murió su esposo, de que tenía que hacer algo para controlar ese dolor y ese deseo de vengarse del mundo entero por habérselo arrebatado. Se limpió las lagrimas con el dorso de la mano y por tercera vez en esa noche, desapareció.

En Truro sus compañeras de bando estaban rescatando a las personas que habían estado atrapadas en los laboratorios, había gran cantidad de gente confundida y agradecida de que los hubieran rescatado, pero sin saber que hacer o hacía donde ir. Por un momento la pelinegra pensó en ingresar al edificio y ayudar con el rescate, pero se detuvo al ver lo inestable que estaba la estructura.

—Por aquí por favor… este portal los llevará a un lugar seguro… lejos de aquí —Dijo la pelinegra abriendo un portal al Refugio, el sonido de las olas y la brisa del mar sin duda les ayudaría a relajarse.

trFd9O9.gif       |E1K6rE7.gif |             6ulee7D.gif

https://i.imgur.com/IALDOC3.png

OtrJr1c.gif |1WWGxI5.gif|BeQGYFc.gif

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sentir la mano de Darla en mí, agarrándome, me dio calor interno. No sé si porque estaba usando algún conjuro conmigo o porque, sencillamente, era una mano amiga que me tocaba, alguien en quien apoyarme, alguien en quien confiar... Me costó normalizar mi respiración y le agarré yo también, para afianzarme. A punto estuve de hacer un Sacrificio Extremus pero me negué. La última experiencia, no hacía mucho, en aquel pueblo de Ravenrock, me había dejado un dolor interno de dolor y pena que aún no había superado. Además, me preguntaba qué efecto tendría hacer eso con una vampiro. Era mejor no probarlo y recobrarme, poco a poco.

 

-- Gracias, amiga -- le dije a Darla. En aquel momento era algo más que una sobrina. Era un apoyo inconmesurable. -- Ya me encuentro bien. Parece que han salido todos, ¿verdad?

 

Me senté, ¿para qué engañarnos? Estaba sola con Darla y a ella le podía mostrar mis debilidades. Demasiadas experiencias juntas como para mentirle en que estaba cansada, muy cansada. Pero fue un respiro breve, muy breve. El suelo tembló con mucha más violencia que antes y algunas raíces penetraron desde las grietas que se formaban, desde el piso inferior, creciendo.

 

-- ¡Ostras! Tal vez me pasé con la fuerza de mi Foraise. Parece mentira cómo me paso a veces -- le dije, con una sonrisa triste.

 

En realidad, no me había pasado para nada. Lo había hecho a posta, había forzado hasta el infinito aquella magia porque allá había Daño, había Dolor, había Color Oscuro, había Muerte. Aquello no debía existir. Sí, lo sabía, había abusado de mi poder para destruir aquellos malditos laboratorios, aquellos malditos experimentos, aquellos malditos violadores del alma. Y sí, también sabía que tendría que confesar mi hiperbolismo de la Justicia ante mi Diosa pero ante nadie más. Así que seguí sonriendo de forma triste. A veces era muy buena sacerdotisa y una sacerdotisa mala. Había hecho muchas cosas en mi vida y no me sentía orgullosa. Pero no me arrepentía. Era el privilegio o la maldición de ser una Suma Sacerdotisa.

 

-- Salgamos, ya no debe quedar nadie.

 

Las ramas apretaban el edificio y lo iban destruyendo. Arrancaban piezas de los balcones, cornisas, placas de la fachada. No me preocupé, vi que había varios compañeros de bando allá abajo e incluso me pareció que se había hecho un portal que sacaría a todos y los alejaría del peligro. Eso me alegró, al final habíamos hecho algo para no salir heridos.

 

Las dos nos asomamos al balcón, las dos nos disponíamos a salir. Yo pensé en hacer una cabriola como en el Circo pero preferí no hacerlo. Allá abajo seguro que no me esperaba mi acromántula con su tela de araña para frenarme así que decidí hacerlo de una forma más tradicional. Menos mal porque eso me entretuvo unos segundos. Los suficientes para sentir, entre los gruñidos de las paredes cayendo y el sisear de las ramas poderosas destruyendo, unos lloros que pedían por su mamá.

 

Agarré del brazo a Darla para impedir que saltara. Abrí los ojos con algo de miedo y le pregunté de forma muda si ella lo había oído. Su oído de vampira podía más que yo saber si aquello había sido una alucinación. No me hizo falta su afirmación, lo volví a sentir. Y esta vez, además, la vi. Allá a lo lejos, visible entre el polvo que caía del yeso de las paredes y de los paflones del techo, entre las ramas que se entrecruzaban para hacer más fuerza en destruir pilares, entre las explosiones de las cápsulas, monitores y otros materiales que se encuentran en todas las alas de hospital, una niñita de pelo moreno, de estatura muy baja y con una especie de osito de peluche en la mano, preguntaba por su madre.

 

-- ¡Diosa, no! ¡¡Darla!!

 

El techo se desplomaba, no me veía capaz de llegar hasta ella antes de quedar chafada ella y nosotras. No sé cómo lo hice. En realidad, nunca hubiera hecho ese hechizo si no fuera porque la necesidad me obligaba. Una de las placas me cayó encima de la espalda y sentí que no podía mover las piernas. Solté un insulto sin pensar que había una niña delante de mí y que debía guardar la compostura. Usar un Efecto era lo único que podía salvarnos ahora así que pronuncié el odioso Presicus y elevé las manos al techo, ahora todo inundado de árboles y matas.

 

Sí, fue instantáneo, tal como había practicado alguna vez en los terrenos de la Orden. Pero también efectivo. Grité al sentir un cambio físico y mental que me transformaron en algo que no quería pero que era necesario. Primero, para curarme de aquella parálisis que me hubiera dejado en una silla de ruedas. Y segundo porque había más de una vida que salvar. Me levanté, a pesar de todo lo que sentía, nunca me había gustado aceptar la interacción con el Elemental de aire (en realidad, de aquella manera, con ninguno), de manera que se levantó una enorme columna de aire que nos agarró, a la niña, a Darla y a mí, que esquivó como un huracán todo lo que se derrumbaba a su paso y que se abrió camino hasta la salida, no estoy segura si por el balcón o por algún agujero que él mismo abriera en la pared de la salida.

 

A tiempo. Las paredes maestras se cayeron y eso provocó el derrumbe total del edificio. Cuando me di cuenta que volvía a ser yo, mirando por mis propios ojos agotados y viendo caer aquel maldito lugar. Agarraba con tanta fuerza a la niña que no habría sufrido ningún daño, estaba seguro, excepto un fuerte dolor de costillas. No veía a Darla. Estaba segura que la había sacado. Segura...

 

¿Segura...?

 

¡Diosa, qué cansada estaba!

kNTUx8c.gifsf6Sw.gifHdDMuO2.pngXXBPo79.gifKRLtVZp.gif

D69M3Vr.jpg

  tOWLU4S.gif  KhGckEc.gif.6e9b2b71e2797bafac6806b66df1d1b0.gif     Icr0JPz.gif

0jsC0dL.pngWliKSjc.pngckkcxVm.png

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Sentía en sus brazos los latidos de la sacerdotisa, estaba agotada, sabía que podía ser un poco abusivo pero utilizó el control corporal, éste le permitía acceder al control de sus órganos y torrentes sanguíneos, le ayudó a funcionar mejor, a que la sangre recorriera sus venas con más estabilidad lo mismo que el palpitar de su corazón. Manejó con delicadeza la presión arterial de su amiga hasta lograr que se recuperase. Después de todo, el control no necesariamente debía causar dolor y fatiga, también podía utilizarse para lo contrario y parecía que estaba funcionando.

 

No pudo evitar sonreír ante el comentario de Sagitas sobre el árbol, río —tan solo un poquito, creo que esa raíz está buscando la fuente de soda en este lugar —bromeó, como para intentar relajarse.

 

Volvió a asentir cuando Sagitas le dijo de salir y la ayudó a ponerse de pie, era lo mejor irse de allí antes que las plantas recuperasen el control de la tierra que los edificios le habían quitado hace tiempo. Se detuvieron de golpe, mirando hacia abajo, Kaori había aparecido y trasladaba a la gente mediante un portal, frunció el ceño, estaba a punto de salir cuando lo sintió y el brazo de Sagitas deteniéndola le mostraron que no era la única.

 

Los techos empezaron a desmoronarse e iba a utilizar el phantom pero Sagitas le había ganado por unos segundos. La pelirroja no sabía con exactitud qué es lo que había pasado pero sí era consciente de que tenía junto a ella a una gran bruja y una excelente sacerdotisa y aunque nunca antes había visto a una de ellas usar sus poderes a plenos sentía que aquello era extraordinario, por lo que solo sostuvo sus fuerzas y dejó que ella actuara.

 

La pelivioleta se había puesto de pie y un tornado las abrazó, podía interactuar con el aire, aquello era nuevo pero efectivo. Las tres quedaron abrazadas por unos segundos y mientras caían Darla no pudo evitar notar la presencia, no era un niño, no era un inocente, pero era obvio que debía hacer, esta vez sí, utilizó el phantom e invocó una criatura de sombras, un nuevo hipogrifo cobró forma de las sombras mientras ella llegaba a donde estaba aquel ser a punto de morir, con ilusionismo lo convenció de dejarse llevar y envió a la criatura a un lugar seguro, no intentaría escapar, eso lo sabía porque le había convencido.

 

—¿Están bien? —segundos después estaba de nuevo junto a Sagitas y la niña, ellas no habrían casi notado su ausencia, quizás por unos segundos, pero la mayoría ya había atravesado el portal.

 

—Eso fue espectacular, creo que debemos llevar a la niña a buscar a su mamá y a ser curada —agregó mientras les tendía la mano para ayudarlas a caminar hacia el portal.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Superan la misión:

Orden de la Mano de Plata

Hobbamock Graves ~ Magia Eléctrica

Orden de Avalon

June Miller ~ Sanación y Purificación

Sherlyn Stark ~ Sanación y Purificación

Sagitas E. Potter Blue ~ Magia Elemental

Orden Oscura

Darla Potter Black ~ Conocimiento de las Sombras

Zahil Aranel Granger ~ Conocimiento de las Sombras

Ellie Moody ~ Magia Elemental Oscura

Roxanne W. ~ Magia Elemental Oscura

 

Dejaremos abierto el topic un par de días más, por si alguien desea hacer algún post más.

NHCeJlw.png
iB5wHYG.gif
T7t3MEE.png
sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Guest
Esta discusión está cerrada a nuevas respuestas.
 Compartir

Sobre nosotros:

Harrylatino.org es una comunidad de fans del mundo mágico creado por JK Rowling, amantes de la fantasía y del rol. Nuestros inicios se remontan al año 2001 y nuestros más de 40.000 usuarios pertenecen a todos los países de habla hispana.

Nos gustan los mundos de fantasía y somos apasionados del rol, por lo que, si alguna vez quisiste vivir y sentirte como un mago, éste es tu lugar.

¡Vive la Magia!

×
×
  • Crear nuevo...

Información importante

We have placed cookies on your device to help make this website better. You can adjust your cookie settings, otherwise we'll assume you're okay to continue. Al continuar navegando aceptas nuestros Términos de uso, Normas y Política de privacidad.