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Las Encomiendas de Reuben


Ellie Moody
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Sucedió todo demasiado rápido como para que el Weasley registrase exactamente lo que estaba pasando. O quizá estaba tan ensimismado en sus pensamientos que apenas prestaba atención a lo que sus compañeras de misión hacían a su alrededor.

 

La culpa lo invadió ante aquella revelación: no podía permitirse dar menos del cien porciento a la Orden del Fénix, y fueran cuales fueran sus problemas fuera de su rol como miembro del bando, podían esperar. De hecho, nadie parecía haber hecho preguntas acerca de su apariencia distorsionada, y por cuánto podía observar no había muchos transeúntes en el Callejón Diagon aquella noche. Los pocos que allí estaban, en cambio, apenas reparaban en Nathan quien pasaba desapercibido como bendito entre todas las mujeres. Se permitió olvidar sus problemas por un momento: seguirían estando allí al finalizar la misión, y ahora tenía que ayudar a sus compañeras que se habían enfrentado a tres perros gigantes y un dementor sin ayuda del Weasley.

 

Nathan todavía no estaba seguro de cuál era el verdadero propósito detrás de aquel mar de obstáculos, sólo esperaba que esto no fuese alguna clase de trampa: hoy en día, le resultaba cada vez más difícil confiar en aliados de la Orden que no eran miembros estrictamente activos. Parte de ello se debía a los últimos meses pero, nuevamente, no se podía permitir ir allí.

 

- Vípera Evanesca - soltó Luna, una de sus compañeras de misión, haciendo que dos de las tres serpientes que habían aparecido de la nada se desvanecieran. Quedaba una de ellas, y Nathan procuró, por primera vez en la misión, ser de utilidad. Jugueteó con su Anillo de amistad con las bestias que llevaba alrededor de su anular izquierdo, y de inmediato la serpiente dejó de sisear. Nathan utilizó sus conocimientos de Criaturas Mágicas para darle ordenes muy explícitas a la víbora - Piérdete. - le dijo, y esta se desapareció por un rincón de aquella piltrafa de bar en la que habían terminado.

 

Nathan se lamentó no hablar pársel en aquellos momentos, una de las habilidades que tenía pendiente aprender una vez que toda la situación se resolviese: hubiese sido extremadamente útil preguntarle a la víbora si sabía donde su invocador se encontraba. Por un momento, el silencio reinó en el grupo de magos que encabezaban la misión. Ningún otro obstáculo o enemigo se abrió a su paso, pero tampoco lo hizo la persona con la que supuestamente se encontrarían aquella noche. ¿Cuál era el próximo paso a seguir? ¿Cómo podían estar seguros de que su cita verdaderamente estaría allí esa noche? ¿Y si todo era una trampa?

 

- Homenum Revelio - musitó el Weasley, alzando su varita. De esta, salió una luz brillante de color naranja que osciló en dirección a la puerta hacia una recámara anexa a la taberna, sobre la cual no había reparado hasta entonces. Miró a sus compañeras, arqueando las cejas inquisitivamente, y al no oír ninguna objeción emprendió la marcha hacia la puerta, su varita un metro delante de el sostenida en el aire por su mano que estaba pronta a escupir defensas de ser necesario.

 

Nathan golpeó la puerta, y sin esperar respuesta, giró el picaporte y guió a sus compañeras dentro de la habitación.

 

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La alegría que sentía a ver a Nathan solo era comparada a la que sentía cuando Made o Eileen venían a ayudarme, me embargo la sensación de que no estaba sola por enésima vez en el día y le dedique una sonrisa franca y abierta, escuchando su hechizo lo que hizo que observará la puerta que no había reparado hasta entonces, mis cuerdas vocales parecían estar sin poder arrancar, porque ningún grito de: "espera puede que todo sea una trampa" salió de mi boca, parecía que me había quedado muda y solo pude seguirlo hacía la puerta con la varita mágica aún aferrada a mi mano derecha, esperando que algo más nos saltará encima, como si temiera que esta misión realmente fuera una chapuza para encubrir algo mucho más importante, solo que no tenía idea del que exactamente pasaba allí.

 

El olor a azufre, sal, salitre y algo parecido a ¿margaritas? lleno mis fosas nasales, esa habitación parecía un acuario lleno de peces, flores y mar, parpadee intentando entender que demonios significaba todo eso y porque en la pared había mapas con localizaciones en Oterry, con cruces aquí y allá, mapas de tenes y hasta del autobús noctambulo, parpadee intentando entender algo de todo aquello, pero solo pude señalar la pared repleta de horarios de trenes y coches en alquiler, como si alguien hubiera deseado escaparse de allí o intentarlo al menos, en algún momento.

 

 

- Parece ser que esto era la guarida de alguien ¿no creen? lo que no entiendo aún porque hay tantas salvaguardas entonces por estos lugares, además de que tampoco se quien vivía aquí y si se fue o no su ocupante, todo esto me parece del todo extraño, solo teníamos que buscar las encomiendas de Reuben y encontramos todo un misterio en nuestro haber, ¿ahora qué hacemos? ¿llevamos la información con Reuben o seguimos buscando lo que vinimos a encontrar? - Les pregunté con todas las indicaciones, mapas tachados y vuelto a tachar, reseñas y más reseñas de lugares y hasta x aquí y allá por todo el mapa, que indicaba lugares que parecían ser importantes para el o la dueña de estas cosas -

 

- No entiendo porque el hombre se ocultaría acá y lo que es más importante, ¿dónde están las encomiendas? quiero decir, todo es falso, lo que nos dieron no es precisamente verdadero y Reuben nos puede llegar a dar la patada o enojarse si no le llevamos lo que vinimos a buscar, a lo que voy es que temo que todo sea una trampa o que este hombre tenga las cosas que Reuben nos pidió ¿ustedes que opinan? - Les pregunté mientras tamborileaba mi pie sobre el suelo, esperando encontrar alguna solución al problema que se nos presentaba en puerta -

 

 

No tuve tiempo de decir más nada, ¿acaso las sorpresas no se terminaban? como si lo hubiera llamado la imagen de sus padres Elvis, Annick y Lisa, Made, Eilen, Nathan y hasta Sagitas se materializo delante suyo, una imagen que casi la hace llorar sin remedio, pero tuvo tiempo de parpadear y darse cuenta que era solo un boggart y que tenía que vencerlo, además de entender que nada de eso era real y que tenía que defenderse de alguna manera, porque esto no podía ser cierto de ninguna maldita manera.

 

 

- Riddíkulus - Dije pensando en mis padres felices y juntos -

 

El boggart en cuestión se convirtió en un caballo de juguete, no pude evitar reírme sin remedio, viendo como el caballo de juguete estallaba en mil pedazos, delante nuestro parpadee intentando entender que demonios había pasado allí y porque me había buscado para asustarme a mí, aun podía sentir mi corazón latir fuertemente e intentaba que mis ojos acuosos no se notarán tanto, esta misión estaba siendo la más complicada y rara que había tenido en mi haber y esperaba lograr pasarla lo antes posible, para volver a mi casa y para ver a Made o a Eileen por algún lado.

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Callejón Knockturn

¿Acaso no confías en ellos? —sisea Ruby, la pequeña serpiente, cuyas escamas tienen la apariencia del cristal rojizo. Se enrolla en la mano de Madeleine, intentando observar todo a su alrededor; por eso es la compañera de la bruja, para estar atenta de lo que ocurre y para mantenerse alerta.

 

Creo que confío demasiado en lo que son capaces de hacer —responde Madeleine, en pársel.

 

Aunque la misión es totalmente auténtica, y de verdad los lo lamentarían si la arruinan, la elección de sus participantes no es una casualidad. Decidió que ya era hora de probarlos. Ellos están vinculados con la magia de su respectivo clan: los Oscuros con la Magia de la Oscuridad, los Sacerdotes con la Magia de la Naturaleza y los paladines con la Magia Sagrada. Se supone que, por su cuenta, han comenzado a descubrir la magia que se les ha confiado y han ido familiarizándose con ella... pero Madeleine sabe muy bien que sólo en las misiones de campo, queda en claro quiénes de verdad se han conectado con la magia de su clan y quiénes deben seguir practicando. Y no se trata sólo de manejar sus poderes y de demostrar sus conocimientos, sino de aprender a identificar por qué son lo que son y a trabajar con personas con un perfil bastante diferente. A rasgos generales, los paladines son justicieros acérrimos, los sacerdotes compasivos y espirituales, los oscuros tienen una moral dudosa... Sería fácil que trabajaran de forma independiente, con los de su propia clase; lo difícil, es aprender a trabajar hombro a hombro con guerreros tan diferentes a sí mismos.

 

«Dios sabe que para mi fue difícil», piensa Madeleine.

 

Ese es el verdadero reto. Honrar, por así decirlo, la naturaleza de sus clanes mientras logran trabajar en equipo por la Orden del Fénix. Suena fácil, pero...

 

—Espera, ¿es eso un dementor?

 

Ha estado espiando lo ocurrido en el interior de la taberna, a través de una ventana frontal. El único conocimiento previo de Madeleine, es que Reuben Athens es un mago generoso y con una gran admiración por la Orden del Fénix y otras buenas causas, pero que aprovecha sus generosas donaciones para pedir favores bastante dudosos. No es la primera vez que la Orden debe hacerle algún favor, mas es cierto que antes solían ser labores más sencillas, como erradicar las doxys de su sótano o preparar zumo de mandrágora. Con el tiempo, la confianza aumentó y ahora Reuben podría ser capaz de decirles, con una sonrisa en la cara y sin parpadear, que capturen a un dragón y le enseñen un par de trucos. Madeleine se sorprendió al ver unos perros gigantes en aquel lugar y sintió el impulso de ir a socorrerlos, pero sabía que ellos eran capaces de hacerse cargo.

 

Pronto, las criaturas cayeron... y, al entrar a la taberna, se reveló la presencia de un ser alto y esquelético, con una presencia triste y perturbadora. Por sus conocimientos en Defensas Contra las Artes Oscuras, lo reconoció al instante como un dementor pero no qué significaba, si él era un dementor o aquello era alguna clase de trampa. Y antes de que pueda elaborar otro pensamiento, éste se desvanece en un instante tras la magia destructiva manifestada en forma de onda expansiva.

 

Por fortuna, Granger ubica a un mago escondido en el bar y lo amenaza para hablar, utilizando su característica guadaña y sus características maneras de actuar. Casi simultáneamente, Weasley realiza un encantamiento revelador de presencia humana y aquello parece llevarlo a una puerta lejana... tendría que buscar otro lugar para observar qué sucede, pues evidentemente aquella habitación queda fuera de su campo de visión. Espera que sus compañeros sean capaces de encontrar cómo todo está relacionado, pues ella está bastante confundida.

 

La verdad, es que necesita tener más visión.

 

Se supone que la misión es para ellos —sisea Ruby.

 

No te preocupes, mis manos están atadas —replica Madeleine—. Sólo seré su, uhm... ¿guía espiritual?

 

Se levanta y empuja la puerta de la taberna, para encontrarse con la locura que se desarrolla en su interior. Granger amenazando a un pobre diablo con su guadaña y Nathan y Luna haciendo quien sabe qué en una de las habitaciones del lugar.

 

—No están teniendo muchos problemas, ¿verdad? —musita.

 

Off: No me hagan mucho caso que no les tocaré la historia :rolleyes: sólo vine para ser guía espiritual, por si quieren hablar o preguntarle a Madeleine cosas de los clanes o la OdF en general, y así podemos explorar nuestros perfiles, ver las diferencias y similitudes, etc(?). Aunque sería muy bonito que entre miembros del mismo clan, compartan su visión y experiencia acerca de éste. Por ejemplo, los de mayor rango podrían más o menos orientar a los de menor rango acerca de la magia de su clan y así :o

 

Por otro, los quiero invitar no sólo a utilizar los poderes rolísticos, sino a incluir en sus roles elementos acerca de los conocimientos que están cursando, los cuales pueden leer en el topic de clanes (Clanes de la Orden del Fénix). Que no sólo se trata de usar los hechizos, sino también incluir esos elementos al rol: por ejemplo, cómo los oscuros comienzan a percibir la energía a su alrededor (Control de Energía Interna), cómo los sacerdotes captan los signos de la naturaleza y se entienden con animales/criaturas (Conexión Natural), la percepción de los paladines y sus dotes de estrategia y combate (Intelecto Sagrado). ¿Me entienden? xD

 

También es importante destacar lo que los caracteriza como integrantes de sus clanes. Obviamente, incluso miembros del mismo clan tienen perfiles totalmente diferentes pero hay ciertas cosas importantes que se comparten, mencioné unas cositas muy básicas en mi rol pero no quiero decirles cómo rolear, simplemente me gustaría ver cómo integran la clase de su personaje a su perfil y su relación con la Orden del Fénix, pues de ahora en adelante será un elemento muy importante para sus personajes.

 

Y los que no han roleado, no sé qué esperan :sad:

 

@@Rory Despard @ @@Sherlyn Stark @@Syrius McGonagall @@Mackenzie Malfoy @ @ @@Darla Potter Black @

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sins don't end with tears, you have to carry the pain forever

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Escuchar a Made la hace sonreír pesé a todos los problemas que esta teniendo, ella empieza a sentir lentamente como si una fuerza de la naturaleza se despertará en su interior, como si pudiera entender a los animales o criaturas que hay cerca, empieza a sentirlos lo cual es del todo extraño y raro, también percibe que se va a largar a llover dentro de poco y como si fuera un presagio escucha el primer chaparrón fuerte y claro afuera de la taberna, así que parpadea asombrada, sabe que aquello es producto de que su naturaleza esta despertándose, envía un agradecimiento a la diosa de Avalon, por permitirle seguir creciendo en su clan y por un momento quiere reír y celebrar, pero deja aquello para después, porque ahora tiene que luchar con algo mucho más importante que todo aquello y sabe bien como hacerlo a la perfección.

 

- Made que alegría verte, quería saber más sobre la diosa de Avalon y más en concreto, ¿cuándo empezó la Orden de Avalon? y ¿por qué eligieron la naturaleza en concreto? sin contar que puedo sentir.... es como si pudiera percibir lo de la naturaleza, no sé como explicártelo pero es lo que siento, Nathan creo que venir aquí fue una buena idea y que podremos lograr nuestro cometido ¿tu qué crees? - Les pregunte a Made y a Nathan, más alegre y feliz de lo que estaba hace un minuto -

 

Percibir que realmente el conocimiento de Avalon, la conexión natural, empezaba a tomar forma y podía entender cosas de la naturaleza que antes no, la hacía sentir mucho más parte que antes, era como si una parte suya se fuera formando a medida que pasaba el tiempo, ya no era la Luna temerosa y asustada del principio, ahora comprendía e iba a la acción más veces de las necesarias, por eso no dudo en utilizar sus poderes, aún a riesgo de que le saliera mal, sólo quería probar algo que sentía que podría hacer o al menos, esperaba que le saliera la mar de bien.

 

 

- Besto León - pronuncie fuerte y claro viendo como un león blanco se materializaba delante mio -

 

No tuve que pedirle que me defendiera o que atacará, el animal fue inmediatamente a prestarme su ayuda, poniéndose delante de Nathan y de mí, casi había llegado a tiempo para defendernos de esos Doxys alados que salieron de quien sabe donde a atacarnos, el animal les clavo sus dientes y garras haciéndolos anhicos en menos de un minuto, lo que me hizo sonreír, estaba bastante feliz de poder ayudar y más que nada de poder ser mucho más útil para el bando que hace un año, porque la Luna que se quedaba quieta y no salía a la acción, estaba casi erradicada, ahora salía a pelear con quien fuera y tenía más iniciativa, si bien aquello le había traído varios problemas en el pasado, algunas veces como aquella, esa era una decisión acertada para la misión en sí, así que sonreí feliz esperando que todo siguiera así de bien y preguntándome si podría seguir siendo útil al mi amado bando, que más que un bando yo consideraba a la orden como de mi familia y a sus integrantes también por supuesto los consideraba de esta manera.

Aún recordaba el día que decidí dejar de ser la Luna que no iba al acción y que esperaba que la ayudarán para todo, recuerda que fue en otra misión para la Orden, cuando sorprendió a Made yendo a pelear con ¿era un rinoceronte o un ave? no sabe muy bien que animal era pero si recuerda su sorpresa de que fuera adelante y que tomara la decisión de pelear, ella que siempre había sido pacifica y esperaba que le digan que hacer, ahora salía primero y luchaba, ese era un cambio que también le dio su trabajo como Auror, además de sus muchas misiones para su amado bando, ya no era la Luna Gryffindor que esperaba sentada que otros la rescataran, ahora era ella la que se rescataba y arriesgaba el pellejo sola, le saliera mal o bien, siempre estaba lista para ayudar a sus amigos y porque no para aprender mucho más de su amado clan, la Orden de Avalon y de su amada Orden del Fénix, porque aún a la vampiresa le quedaba demasiado camino por recorrer, pero mirando a Nathan se dio cuenta que no lo haría sola y que siempre tendría a sus amigos y familiares con ella a su lado, para guiarla en este hermoso camino que había decidido emprender años atrás, un camino que apenas comenzaba y que le había dado felicidad y alegría a su vida y donde se había sentido familia y en casa, porque la orden era su hogar más que cualquier otra cosa y esperaba que lo siguiera siendo por muchos años más.

 

 

@ @@Ellie Moody

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Su primera misión y estaba a nada de arruinarlo.

 

Quizá que las cosas no marchasen como debían se debía precisamente a sus propias dudas, de embarcarse en esa misión, o incluso de formar parte de la Orden del Fénix. De no existir la guerra, ni el caos, él probablemente no hubiera tomado ese paso, pero la labor que lo mantenía comprometido esos días, de ayudar a enfermos y alimentar a los que lo habían perdido todo por causa de ella, lo condujeron al inevitable dilema de querer tener un mayor conocimiento que le permitiese ser más útil.

 

¿Pero y si eso era la muestra patente de su ego, un ego desafiante a Dios, una muestra de pérdida de fe? El vicario había aliviado sus preocupaciones, asegurándole que mientras su corazón permaneciese fiel a sus creencias, ningún poder lo alejaría de su camino y muy por el contrario, estaría cumpliendo el plan que el creador tenía para él. Esa noche sin embargo, Rory empezaba a ver en sucesos como el accidente del bus noctámbulo y el error en la dirección que había anotado, señales clamorosas de que podía haber estado equivocado.

 

Era como si algo impidiese...no quisiese...que en realidad él estuviese allí cumpliendo esa misión. Una voluntad tan fuerte, que de alguna manera, inexplicable a su entendimiento, le ocasionaba esa aprehensión en su pecho. Lo peor era que cuando había estado por rendirse, había sido una curiosa serpiente la que silenciosamente había reptado y movido su cabeza como indicándole que la siguiera. Era incoherente, encontrarse con una en mitad de un callejón, pero un poco más de observación hizo que Rory tuviera el recuerdo borroso de que no era la primera vez que la veía.

 

Y cuando ve como la serpiente llega hasta una mujer que le responde en pársel y anda oteando desde la ventana al interior del bar, es que recuerda, ahora sí, de quien se trataba.

 

¿Había llegado al sitio correcto entonces? Está a dos metros de ella, y no está seguro si la serpiente ya ha revelado de su presencia allí, pues el espacio es tan oscuro que fácilmente su ropa gris se mezcla con el espacio, pero acomodándose el abrigo y la boina se anima a hablarle, solo que la mujer está tan concentrada en abrir la puerta, que no cree que le haya oído.

 

Así que ingresó tras ella, y el caos del interior lo descolocó solo unos segundos. Había mucha magia en ese (reducido) espacio, de una naturaleza tan distinta además, que se sentía mareado por ella. Es evidente que una lucha se está llevando a cabo, y él mismo no tarda en conjurar con la varita un hechizo para detener a un puñado de molestos doxys. Su acción resulta minúscula, al lado de los poderes que sus compañeros en la sala parecen capaces de ejecutar, y la pregunta de una de ellas atrae su atención ¿orden de Avalon? ¿Diosa de Avalon? Los temores de Rory respecto a que esos conocimientos que ansía provengan de falsos dioses que no podían ser más que máscaras del maligno están haciéndose realidad, pero incluso si ha errado y debe pedir perdón a Dios por su pecado, sabe que tiene que quedarse allí y terminar lo que ha iniciado.

 

- Buenas...noches - todavía jadeante por la magia conjurada, todo lo que puede hacer es la pregunta más obvia- ¿no se suponía que solo veníamos a recoger un encargo? ¿por qué hay un rastro tan fuerte de poderes oscuros?

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Mientras espera la respuesta de su querida Made, un señor aparece en la puerta haciendo que se giré hacía él asombrada, ¿estaba preguntando enserio aquello o era una simple broma? casi quiere decirle que ninguna misión era fácil en la Orden y apremiarlo a que la ayude pero en lugar de hacer alguna cosa por el estilo, solo intenta observarlo mientras sigue pensando que otro hechizo utilizar, de verdad que necesita ayuda porque teme en su fuera interno que la venzan y eso para su ego sería algo horrible, es un secreto que no le dice a nadie, pero odia perder más de lo que le gustaría admitirselo a cualquiera que la conociera.

 

- Buenas noches, Soy Lunita Gryffindor, es moneda corriente que lo que llamamos "un encargo" se transforme en magia oscura o en obstáculos por doquier, quiero decir desde que el mundo se fue a pique, desde que nada es como debería, lo que sería algo simple y fácil, nunca lo es, no se como explicártelo, pero siempre que un encargo o misión parece fácil, es que hay algo que se te escapa o algo que estas haciendo mal ¿se entiende?, lamento no poder ser de mas ayuda y explicarlo mejor, pero como veras, intento salvarme el pellejo y no morir - Le explico con más ímpetu y más energía de la cuenta, mascullando para mis adentros un juramento, sin quererle admitir que siento que todo esta perdido -

 

Pesé a todo aún espera que Made le responda, no sabe que es eso que siente en su interior, pero entiende que la Diosa de Avalon la esta eligiendo de nuevo y casi siente ganas de bailar, aunque por momentos como aquel se siente perdida y sin rumbo fijo, es extraño que aún siga luchando y peleando, que todo ya no se acabe de un momento a otro, pero no dejará solo a Nathan, el es su amigo y esta segura que él la necesita, así que pretende seguir ayudandole o al menos, intentarlo lo mejor que pueda, nadie dice que deba hacerlo perfecto, solo debe ser ella misma y dar lo mejor de sí, como hizo hasta ahora.

 

 

- Nathan, creo que eso de por allá son duendes de cornallules, oh por dios, creo que realmente nunca lograremos salir de aquí, tengo el presentimiento que todo esto es una trampa que nos pusieron y temo que ese tal Reuben no quiera sus encargos en realidad, no sé me suena todo demasiado raro, ¿por qué hay tantas criaturas aquí? y lo mas importante ¿qué están protegiendo en realidad? realmente siento que se me escapa algo y odio que eso me pasé - Le comenté observando a los duendecillos, sintiéndome del todo decidida a acabar con todos los obstáculos pertinentes -

 

Efectivamente era duendecillos, porque los vi agarrar aquellos papeles y libros y tirarlos por todos lados, haciéndome parpadear confundida, ¿qué demonios querían allí? tenía que derrotarlos de alguna manera pero no se me ocurría nada, es más no recordaba haberlos tenido que detener nunca, así que pensó un hechizo que sirviera para dejarlos quieto, sonreí cuando descubrí que tenía que hacer al instante, a veces tomar clases de defensa contra las artes oscuras servían para saber que hacer a continuación, sin contar que sentía a la diosa de Avalon mucho más cerca, de lo que alguna vez la había sentido antes, como si el recorrido que tuviera que hacer estuviera casi completado.

 

 

- Petrificus Totalus - Dije fuerte y claro viendo como los duendecillos se quedaban inmóviles en el aire -

 

Suspire sintiéndome del todo entusiasmada de vuelta, si podía con unos simples duendes, podría con cualquier otra criatura, es más estaba tan feliz que olí el frescor de los arboles y flores por doquier, como si la diosa de Avalon me estuviera recibiendo de vuelta y pude percibir algo más, olía como a tierra mojada y a agua estancada, sonreí cuando descubrí que ese era el mismo olor que había sentido cuando recién entraba a la Orden de Avalon y comprendí que mi amado clan me estaba dando la bienvenida de vuelta y que la nueva habilidad estaba a un palmo de distancia mía, porque algo me decía que podría seguir creciendo en mi amada Orden y podría seguir defendiendo los ideales que llevaba en mi alma y mi corazón con toda mi energía y felicidad suprema.

 

@ @@Ellie Moody @@Rory Despard

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Scarlet Akane

 

A su alrededor todo era un caos, no estaba segura si Vera si había recuperado, Zahil había descubierto a un hombre escondido ¿sería el cantinero, el diler o un parroquiano? Luna y Nathan se habían deshecho de unas serpientes que se habían retirado siseando que ellas no eran las únicas guardianas ¿guardianas de qué? El siseo en pársel había sido tan extraño, Scarlet sabía que Darla había despertado su habilidad dormida, podía recordar cómo había regresado el recuerdo de su primera charla con una serpiente. Pero aquel no era el momento de seguir pensando en sus propios recuerdos.

 

La bruja observó hacia donde iban ahora Nathan y Luna, un aroma particular había llegado hasta ella desde la habitación que acababan de abrir. ¿Qué era aquello? No le sorprendía que hubiera una guarida, estaban en una taberna del Knotckturn, no en un cálido bar del Diagón. Allí sí se necesitaban habitaciones más discretas en las cuales llevar a cabo algunas transacciones que necesitaban preservarse de miradas indiscretas.

 

Las palabras de Luna la sorprendieron y negó vehementemente.

 

—Dudo que por más buena voluntad nos tenga Reuben le haga gracias que lleguemos sin su encargo, no podemos llegar con las manos vacías, debemos encontrar a su distribuidor —respondió acomodando su ropa y luego observó a Nathan —si invocas tu sombra ella te puede ayudar a investigar un lugar, cubriéndote y sirviéndote de apoyo —comentó sin tener muy en claro cómo sabía que aquel mago tenía oscuridad en su interior, le resultaba casi imposible pensar que aquello pudiera ser correcto, se veía tan mmm hubiera jurado que daba más el perfil de un paladín que un oscuro, pero la oscuridad siempre está escondida en el interior de las almas que parecen más luminosas.

 

Mientras hablaba con Nathan no había notado que Luna se había internado más en al habitación y algo la había atacado. Al escuchar el hechizo, observó con asombro al boggart, distinguió el caballo y notó como éste comenzaba a cambiar de forma a un caballo real con un hombre sobre él, no lo podía permitir. Levantó su mano y se concentró mientras sus labios se despegaban, no fue un ridikulus lo que salió de ellos sino un frío susurro —Zeul —la onda surgió desde su interior, casi como si surgiera de su alma aquel viento cortante, pasó junto a la bruja sin dañarle e impactó de lleno en el boggart haciéndolo estallar, Luna pareció asombrarse y ella sintió como su fuerzas flaqueaban, teniendo que apoyarse en el marco de la puerta. La respiración entrecortada era innecesaria, pero de verdad sentía que le faltaba el aire, las fuerzas, tenía que recuperarse.

 

La voz tras ella la sorprendió, definitivamente estaba mal, se giró para encontrarse con una bruja. El nombre de Madeleine vino a su mente y el recuerdo de Vera caída volvió a ella, buscándola con la mirada.

 

—¿Problemas? No que va, estamos de maravilla —siseó observando si de verdad había otra serpiente allí con la bruja.

 

Las palabras surgían de los labios de Luna una tras otra como una catarata de pureza, lo cual la sorprendió. Su cabeza le dolía y aunque se había movido un poco continuaba sosteniéndose de la pared, sentía que las fuerzas volvían pero intentaba entender qué ocurría allí. Era sobrenatural. Un nuevo compañero llegó y la pregunta casi le arranca una carcajada. En serio ¿qué parte de lo que implicaba estar en el callejón Knockturn no entendía la gente? La respuesta de Luna la hizo sonreír y asintió.

 

—Luna tiene razón, soy Scarlet por cierto, y los poderes oscuros también vienen en paquetes de los buenos, como Zahil, Nathan y yo ahhh y Madeleine —señaló hacia la bruja y luego agregó con gesto cálido —¿Tienes idea de por qué el proveedor de Reuben nos pone tantas trabas?

 

Pero no tuvo tiempo de esperar la respuesta, había más criaturas, la mención de duendecillos de Cornualles la hizo girar hacia donde señalaba la bruja.

 

—¿Quién demonios soltó todo el zoológico de criaturas mágicas? ¿Acaso hay un contrabandista de ellas aquí? —¿y se le reventó las jaulas? Pensó para sí misma. Aquello ya superaba su paciencia —¿Alguna idea de cómo terminar con todo esto de una vez? –alrededor de ella los lobos, criaturas de la oscuridad, saltaban y gruñían mientras se deshacían de doxys y duendes por igual.

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- Puaj. - soltó, instintivamente arrugando la nariz ante el fuerte olor a sal - ¿Qué demonios es ese olor?

 

La habitación a la que llegan es de lo más particular, pero lo que más le llamó la atención es que estaba vacía. Dio unos pasos hacia el centro de la habitación, escuchando a Luna teorizar acerca de la naturaleza de los contenidos de la habitación, pero incapaz de concentrarse en ella. Algo más dentro de la recámara imploraba por su atención, más no podía precisar exactamente qué. Paseó la mirada por los objetos más interesantes: un conjunto de mapas con equis y círculos en puntos varios, un espejo detector de sombras, un telescopio, un juego de escalas y balanzas. Aquella era, efectivamente, la recámara de alguien que lidiaba con pociones y sus ingredientes a diario. Y si ellos estaban allí para adquirir uno de los productos que el ofrecía, ¿por qué había escapado? Y aún más importante, ¿por dónde había escapado?.

 

Siguió evaluando las pertenencias del desconocido hasta que se topó con algo que atrajo su atención, más no por su apariencia. Había algo en la diadema que yacía encima de un pedestal que lo incitaba a mirarla, era como si el objeto hubiese extendido una cuerda mágica que lo ataba al Weasley y ahora estuviese tirando de ella. Inconscientemente, y absorto en sus pensamientos, comenzó a caminar en dirección al objeto.

 

- Riddikulus - dijo Luna, retrotrayendo al Weasley a la misión que allí los congregaba. El boggart ya se había desvanecido para el momento en que Nathan se giró.

 

Un trueno resonó a la distancia, tan fuerte que hizo que las ventanas del lugar vibraran ante la propagación de las ondas sonoras en la tierra. Segundos más tarde, Madeleine entró en la taberna, indudablemente desconfiada de que sus encomendados tuviesen la capacidad suficiente para ejecutar la misión de manera satisfactoria.

 

- Noches, Madeleine. - saludó, más dejo que Luna le diese el parte de la situación antes de que la bruja volviese a dirigirse a él - Efectivamente, Luna. Algo haremos... no volveremos con las manos vacías.

 

Y cuando dice eso, un trueno vuelve a retumbar en la distancia, y esta vez el Weasley puede sentir la energía del mismo extendiéndose hasta sus pies. Era evidente que las tormentas de verano aún no habían llegado a su fin, más había algo distinto al respecto de ellas: pareciera como si aquellas vibraciones quisieran decirle algo — llevarle un mensaje. No vibraban de la forma en que normalmente lo hacían, sino que seguían un patrón, un patrón que al Weasley no le sonaba familiar en lo absoluto pero que de alguna manera le hablaba, aunque en un idioma que él no podía reconocer. Meditó, por unos segundos, la idea de que todo aquello: la diadema y la tormenta, fueran un producto de la magia negra que estaba impregnada en el aire del Callejón Knockturn, pero rápidamente descartó la idea — se sentía tan real.

 

Un hombre entró en el negocio, y murmuró cosas que para el Weasley resultaron inteligibles puesto que estaba demasiado concentrado en lo que su cuerpo estaba experimentando. Nadie pareció alarmarse por la presencia del señor allí — probablemente se trataba de uno de los tantos miembros de la Orden del Fénix que habían llegado al bando durante sus períodos de ausencia. ¿Magia oscura? –– eso fue todo lo que logró discernir de sus palabras, ¿de qué hablaba? ¿cómo era que podía percibir tan claramente la magia oscura? ¿Acaso era eso lo que Nathan estaba sintiendo, y nada más no lo había identificado como tal? Quizo preguntarle, quizá eso le ayudaría a descifrar la complejidad de lo que estaba experimentando, pero aquel no era el momento.

 

Una vez más, su tren de pensamientos se estrelló contra la próxima distracción. Un conjunto de chirridos en plan de voces, tan agudos que hasta resultaban irritantes, propiciados por ni más ni menos que Duendecillos de Cornualles que habían salido de quién sabia donde.

 

–– ¿Qué demonios es esto, Moody? - dijo, incapaz de contener las palabras en su boca, como si una fuerza se hubiese apoderado de sí por unos segundos. Se ruborizó momentáneamente, hecho del que fue plenamente consciente por lo que giró su rostro en dirección a la ventana para esconder su semblante. Sus cabales parecieron volver tan rápido como se habían ido: había perdido el control, más el remanente de aquella bestia que momentáneamente había tomado las riendas le había dicho que aquel comentario no surgió desde la malicia sino desde la frustración - Este... ehm... perdona. - se apresuró a disculparse con la Moody.

 

Un tercer trueno sacudió la calma que se había instalado desde que Luna paralizó a los duendecillos.

 

–– ¿Cómo sabemos que todo esto no es parte de una emboscada? Athens se la pasa lidiando y comerciando con cada patán que no me extrañaría que un día de estos nos venda como una bolsa de mercancía a cambio de algún intercambiable valioso. –– soltó, en un marcado exabrupto que era mitad parte de su carácter y mitad testimonio de que la bestia seguía presente en parte de él.

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- Solo puedo conjeturar que su proveedor tiene miedo de que descubramos algo, de verdad que no tengo la menor idea de porque nos pone tantas trabas si es consabido que necesita el dinero y tenemos que llevarle su encargo a Reuben, algo me dice que no es de fiar ni su proveedor ni el propio Reuben, pueden decir lo que quieran, pero venir a este callejón no es de un mago muy decente que digamos ¿o me van a decir que si?, por lo demás creo que las trabas están porque no quieren que terminemos el trabajo o algo por el estilo - Dije contestándole a Scarlet una parte de todo lo que había dicho -

 

- Se como terminar con todo esto, tenemos que encontrar la forma de inmovilizar y desaparecer todo lo que nos está causando problemas, creo que este señor es terrible transfuga y que por eso nos tocan tantas trabas para llegar a donde debemos de ir, si fuera Reuben decente y lo que es más importante, si fueran decente sus aliados, todo esto no nos pasaría ¿no creen? pierdan cuidado, no volveremos sin el encargo, pero realmente este hombre nos vendería sin pensarlo dos veces - Les comenté intentando pensar que más hacer para ayudar -

 

Las palabras de Nathan me hacen saltar del susto, no tardo nada en observarlo curiosa y preocupada, le aprieto el hombro en señal de apoyo, temerosa de que su buen juicio se vaya a pique, pero dejé que se girara a la ventana y su perdon no la dejo muy contenta que digamos, si habían logrado hacer enojar al ser más calmado de todos, ¿qué quedaba para el resto de todos nosotros?, la idea de que sea una emboscada planea por mi mente y asiento conformé con que esa podría ser una posibilidad, aunque dicho sea de paso, no esta muy segura de que creer y si ese tal Reuben esta en sus cabales cuando les pidió el encargo o no.

 

- Tranquilo Nat, entiendo tu enojo, yo estoy igual de frustrada que tú, pero debemos mantener la calma ¿si?, si fuera una emboscada creo que ya nos hubieran dado por muertos ¿no les parece? quiero decir si lo que dice Nathan es verdad, todos ya tendríamos que estar bajo tierra, así que creo que en realidad solo tiene muchas protecciones, aunque sigo sin comprender que sucede aquí y porque nos toco a nosotros desvelarlo, pensemos en algo positivo, nos tenemos los unos a los otros, con nuestras herramientas y nuestros conocimientos, podemos llegar a buen puerto, no nos rindamos todavía - le pedía a Nathan y extendí el pedido a todos los presentes, esperando que eso los alentará para no darse por vencidos -

 

 

- Incarcerus - Dije apuntando a los lobos viendo como 3 gruesas cuerdas los ataban sin remedio -

 

- Creo que es una prueba que debemos de pasar, tal vez Reuben tiene problemas con alguien, es eso o no se ya que pensar, de verdad que cuando lo vuelva a ver el señor me va a escuchar, lo siento, decía que no puedo creer tantos obstáculos, osea que lo que tengamos que llevarle es muy valioso, más valioso de lo que en realidad pensamos que es - Susurré sintiéndome menos animada que hace un rato y ya cansada de tanto lió por doquier -

 

La vampiresa resopla molesta, si bien siempre tiene buena predisposición para ayudar aquel "zoológico", como lo llamó Scarlet le esta empezando a sacar canas verdes o se las sacaría si ella no fuera pelirroja natural. suspira intentando pensar que hacer a continuación, sabe que hay algo que se le esta escapando y detesta no verlo, pero también espera que a alguno de sus compañeros se les ocurra algo, porque sus ideas se están agotando y sus ganas de luchar como siempre también, aun así sigue con la varita en mano, observando a su alrededor a la espera del mejor ataque, porque a veces esperar es la mejor respuesta en combate que puedes dar.

 

@@Darla Potter Black @ @@Ellie Moody @@Rory Despard

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Más pronto que tarde, Madeleine se arrepiente de no haber mantenido su sigilo un poco más. Entró en el momento perfecto para quedar atrapada en una turba de preguntas, cuestionamientos y ataques de criaturas tenebrosas. Mientras blanden sus varitas mágicas, se las arreglan para hablar entre ellos y, por supuesto, dejar entrever sus preocupaciones acerca de la misión. No puede culparlos, por supuesto, aunque creyó que tendrían una mayor "tolerancia" a ese tipo de situaciones. «Aunque es evidente que Gryffindor, como buena Auror, sabe cómo funciona todo ésto», piensa, abochornándose internamente por sentirse enternecida por las palabras de Luna. Ella es una de las pocas personas que tiene ese efecto en ella, no importa cuánto tiempo se mantengan separadas.

 

Sabe que debe intervenir de alguna forma, pero en medio de aquel caos, es difícil tomarse un momento para hablar.

 

—¡Okey! ¡Pausa! —se harta Madeleine.

 

Levanta las manos y, alrededor de los miembros de la Orden del Fénix presentes, eleva un domo de cristal helado, lo suficientemente resistente como para protegerlos temporalmente de las embestidas de las criaturas que los atacan. Sabe que no es más que un acto evasivo y, quizás, si se esforzara de verdad podría eliminar la amenaza, pero aquello no le corresponde. Lo que le corresponde, sin embargo, es orientar al grupo a cumplir con la misión que les fue encomendada.

 

—Iremos por partes —suspira Madeleine, llevándose una mano a la sien que comienza a palpitarle dolorosamente.

 

Bruscamente, vuelve la mirada hacia el hombre que entró tras ella. Rory es un mago de estatura alta, por lo menos en comparación a la bajita Madeleine, y un cuerpo fornido, pero la verdad es que su presencia no le parece tan formidable como debería. Supone que aquello se debe a su inexperiencia en lo relacionado a la Orden del Fénix; la verdad es que es la primera vez en alguna misión del bando, aunque tiene entendido que se unió hace algún tiempo. Por lo menos, los suficiente como para tener cierto conocimiento acerca de la magia secreta de la Orden. Scarlet se encargó de darle una introducción bastante realista: es evidente que perciba tanta magia oscura pues está rodeado de miembros de la Orden Oscura, por no mencionar que el Callejón Knockturn no es un lugar lleno de flores y colores precisamente. Por su parte, Luna también acotó que es habitual toparse con cúmulos de magia negra en las misiones de la Orden. Sin embargo, antes de responder, Madeleine reflexiona que hay que tener cierta sensibilidad y percepción para distinguir con tanta claridad ese tipo de rastro mágico.

 

—Bien, ya quedó claro que esta misión no será tan sencilla, lamento decepcionarlos —replica Madeleine, cruzando los brazos sobre el pecho. De cierta forma siente que le están recriminando los problemas, como si ella tuviera un papel en aquello. ¿Tan mala reputación tiene, que la creen capaz de ponerle una trampa a sus propios compañeros? ¿En serio? Ella no juega con las misiones; si fuera algún tipo de simulacro, lo habría avisado—. Puedes atribuir la magia negra al enemigo que, aparentemente, se toparon aquí, pero Akane tiene razón: también proviene de ciertos miembros de la Orden del Fénix, con una particular fuente de magia —añade por lo bajo, decidiendo que lo mejor es que Despard tenga la mayor información posible para que no se asuste... Aunque, claro, quizás aquella declaración tan despreocupada lo espante—. ¿Puedes con ello o debo buscar un reemplazo? Porque no estoy jugando aquí. No me importa cómo, pero tienen que hacer que Athens haga el donativo a la Orden, podría ayudar a muchas personas.

 

Espera que Despard procese aquella información y, mientras lo hace, vuelve la vista hacia Luna. Ella tiene preguntas acerca de la Orden de Avalon, un clan cuyos secretos mágicos Madeleine no comprende. La verdad es que sólo ellos pueden conocer los secretos más profundos del clan, incursionando en la Isla Avalon; hay información de dominio público, aunque mínima.

 

—Creo que, en realidad, la naturaleza los escogió a ellos... A ustedes —responde Madeleine, acercándose a Luna para entregarse un pergamino enrollado, con un cinto verde. Se trata de un volumen del Palacio de la Memoria, que relata la historia de la Orden de Avalon aunque tal información sólo puede ser vista y experimentada por alguien tocado por la luz de la Diosa. No es que Madeleine sea una creyente, para ella la Diosa no es más que la naturaleza, pero le parece apropiado concluir que se trata de un secreto del clan.

 

En el pergamino, si Luna lo estudiaba, podría aprender desde la supervivencia de la Orden de Avalon a las persecuciones religiosas, la consagración de la Dama del Lago a los elementos de la naturaleza y la supuesta desaparición de Excallibur en su estanque, hasta la asociación de la Orden de Avalon a la Orden del Fénix. Sin embargo, aunque Madeleine no estuviera muy empapada en el tema, podía ver a simple vista que Luna sentía una gran afinidad con la naturaleza, lo cual manifestaba con facilidad en su magia. El lazo verde se iluminó levemente al tocar las manos de Luna y, aunque sentía curiosidad, le recomendó que quizás podría estudiarlo en un momento más tranquilo. Sin embargo, no estaba segura de si le haría caso o no; a veces, ese tipo de materiales llaman a quiénes consideran afines, como el Necronomicón las llamó a ella y a Kaori. No dudaron en entregarse, a cambio de tanto poder y tantos secretos. Madeleine lo ignora, pero el volumen no sólo llama a Luna sino al otro mago de fe intensa...

 

Finalmente, observa a Nathan con el ceño fruncido. Todos, en general, le hicieron preguntas acerca de lo que ocurre, acerca de Athens, acerca de las criaturas... pero especialmente él parecía haberle recriminado lo que estaba sucediendo, como si creyera que es responsable. Luna intentó calmar el ambiente, pero Madeleine no cede muy fácil.

 

—Pregúntame de nuevo —susurra, entrecerrando los ojos.

 

Mantiene la mirada por un par de segundos, esperando no recibir otra acusación, y entonces pasa la mirada sobre los demás. Luna, Akane, Granger, Despard, Vera... Los tres clanes, algo que pasa en muy raras ocasiones.

 

—De lo que ocurre aquí, sé exactamente lo mismo que ustedes —declara, llevando las manos tras su espalda. Ruby sube por su brazo y se asoma por encima de su hombro—. Lo cual no es mucho, ¿verdad? Lo que sé, es que no podemos permitirnos fastidiar la misión. Hoy en día, toda la ayuda que podamos recibir y, a su vez, proporcionar a la comunidad es muy valiosa. Pero... —Madeleine asoma la mirada por encima del hombro, observando a las criaturas que luchan contra su defensa de hielo— Tienen razón. Hay algo aquí que no me gusta para nada.

 

»De verdad no quiero desconfiar de Reuben Athens, pero... Supongo que, cuando haces negocios con cualquiera, te ves enredado en situaciones turbias, lo quieras o no —suspira—. Lo que no entiendo es por qué, de saber que tiene problemas, no pediría ayuda. Quizás no lo sabe o, quizás, no puede. No tengo ni idea, la verdad.

 

Sabe que aquello no debe ser muy alentador, pero en ese momento no es una buena idea aparentar una confianza que no siente.

 

—Los cuernos de unicornio se venden en el Callejón Diagón, pero son costosos porque no es correcto matar a un unicornio —reflexiona en voz alta—. Es un acto muy cruel y perverso. Así que por eso son costosos: porque los extraen de los unicornios que mueren por causas naturales. Y, con todo lo que está sucediendo, probablemente se hayan vuelto muy escasos. Si Athens recurrió al mercado negro, quizás es porque estaban a un precio más accesible o porque le ofrecían una gran cantidad. Eso se traduce en una gran fuente de cuernos de unicornio, es decir... —ni siquiera Madeleine se atreve a decirlo en voz alta.

 

»Ese traficante no puede tratarse de una buena persona —concluye—. No sé si tenía alguna cuenta pendiente con Athens y esto era una trampa para él, si se alteró cuando vio a desconocidos acercándose a él, si todo es una coincidencia... Supongo que eso lo tendrán que averiguar ustedes.

 

»Pero deben hacer una decisión, ¿qué harán?

 

Off: Encuesta para definir el rumbo de la misión :o Vayan arriba del topic para votar, que sea pronto para que sepan qué rolear pls xD

 

@@Rory Despard @ @@Sherlyn Stark @@Syrius McGonagall @@Mackenzie Malfoy @ @ @@Darla Potter Black @

Editado por Ellie Moody

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