Misión Las Encomiendas de Reuben

[Ellie Moody]

 

Parte de ella siente la necesidad de tomar las piezas, juntarlas y comprender qué es lo que sucede, pero no quiere traicionar la confianza que ha depositado en ellos al asignarle la misión. Por lo tanto, se limita a asentir al escuchar la divagación de Vera —que deben tener algo de cierto, pues, ¿no son los paladines conocidos por su intelecto y estrategia?—, mientras sus dedos pasean sobre la superficie del pergamino que Granger, por algún motivo, decidió entregarle. La verdad es que a esas alturas, más de preocuparse de que ellos sean capaces de cumplir con la misión, se pregunta si no está arriesgando la integridad de la Orden al dejar que se involucren en asuntos de negocios y traficantes que para nada deberían ser de su incumbencia. ¿Está haciendo bien al dejar en claro su postura de hacer todo lo que pueda hacerse por una buena causa, o caería en la narrativa peligrosa de "el fin justifica los medios"?

 

Pero, a esas alturas, es muy tarde para intervenir. Granger y Akane manifiestan con decisión que buscarán el encargo de Athens a como de lugar, mientras que Luna parece un poco más cauta. Vera, ya está encaminada a la dirección proporcionada por la oscuro, pero como cualquier otro paladín, no elaboraría ningún juicio sin saber todo lo que deba saber y sin tener pruebas de que la persona que buscan es mala. Y Rory... él insiste un poco más en no apresurarse en sacar conclusiones pero cumplir con la misión. Madeleine supone que comprende lo importante que es, pero tampoco está cómodo asumiendo instantáneamente que aquella persona es un enemigo. Sí, quizás eso sea bueno, pero si ella estuviera "al otro lado" está segura de que no pensaría con tanta calma como ahora, tratando de ver un panorama más grande. No se engaña: buscaría el maldito saco de cuernos y se lo llevaría a Reuben, mediante este traficante o cualquier otro.

 

Considera la posibilidad de visitar el negocio de Reuben para hacerle saber que hay complicaciones pero que su trabajo está en proceso, quizás incluso hacerle una que otra pregunta, pero se encuentra siguiéndolos sólo porque quiere ver cómo se desenvuelve aquello. Sin embargo, naturalmente, aguarda por ellos. preguntas del tímido Rory la obligan a concentrarse en otro asunto por los momentos.

 

—Oh...

 

Una pregunta bastante importante y en el momento menos adecuado... Pero es muy importante. Madeleine no lo conoce, pero tiene la sensación de que una mejor visión del panorama le ayudaría a desenvolverse mejor. Y, no puede negarlo, hay cierta satisfacción e introducir a los miembros más nuevos de la Orden en todos los secretos que guarda el bando. Aunque, ¿ella es la mejor opción para ello? Es más, ¿si quiera tiene una respuesta para Despard que lo inspire, en lugar de decepcionarlo? Observa a los demás aunque en verdad no los mira, en su interior está reflexionando, algo que muy rara vez suele hacer...

 

Y algo que muy rara vez suele salir bien.

 

—Creo que lo sabes, y ya —le responde al mago, advirtiendo que no parece estar en un buen estado tras aparecerse. Quizás no está acostumbrado o, quizás, son los nervios. Madeleine busca en su bolsillo una rana de chocolate y se la ofrece, es lo mejor que se le ocurre. Lo necesita calmado y en sus cabales—. No todos los miembros de la Orden del Fénix deciden unirse a un clan, pero, los que lo hacen... Bueno, como dicen, "hay de todo en la viña del señor". Hay quiénes lo eligen por voluntad propia, hay quiénes sienten un llamado y no ven otra opción más que seguirlo. A veces, es una mezcla de ambas cosas.

 

»Yo me uní a la Orden Oscura por curiosidad, cuando era mucho más ingenua —reconoce, dándose cuenta de que es la primera vez que pone aquellas palabras en voz alta. Mientras sigue hablando con Rory, le hace un gesto para que se incorpore al grupo y no se quede atrás—. Sabía muy poco de todo y no me parecía una elección importante. buscaba la forma de ser una mejor guerrera, quería más poder y fuerza para luchar por lo que consideraba correcto y en aquel entonces veía los clanes como un depósito de poderes al acceso de la Orden del Fénix. Sabía que no podría adaptarme al estricto código moral de los paladines, sabía que no compartía la fe de las sacerdotisas de Avalon, así que terminé yendo por este camino... Y quién sabe si me terminaré arrepintiendo —suspira Madeleine.

 

Se guarda para sí misma su reflexión acerca de la Orden Oscura, pues duda mucho que Rory pueda considerar ir por aquel camino, aunque la verdad es que también se siente un poco sucia. La Orden Oscura le ofrece les ofrece la posibilidad de usar la magia de lo desconocido, de lo oculto, de lo infernal; les ofrece usar su propia oscuridad, para hacer lo correcto. Está muy claro que Madeleine tiene un muy buen dominio de la Magia de la Oscuridad, pero no la comprende, ni siquiera está segura de dónde viene. ¿Cómo puede estar tan segura de que no se trata e una trampa? ¿Que mientras usa y abusa de magia de tal calibre, su alma no se ve dañada? ¿Cómo sabe que de alguna forma no está pagando por todo? ¿Algún día lo sabrá?

 

—La magia de cada clan tiene un origen y una naturaleza diferente —dice, luego de unos segundos de silencio—. Evidentemente, sólo los miembros de cada uno de ellos conocen sus secretos... Pero, bueno, en general podemos conocer lo básico. Se dice que los paladines tienen la bendición de los dioses, lo que les permite suprimir la magia negra y tener capacidades curativas, y gracias a un pacto con Thor dominan la magia eléctrica, los rayos, las tormentas. Los paladines son guerreros muy rectos y correctos, que protegen a los desamparados y castigan al villano.

 

»Los sacerdotes de Avalon son devotos de la Diosa, la Madre Tierra; los sacerdotes se consagran a la naturaleza, a los elementos, así obtienen la bendición de ella. Se dice que es la Diosa quien actúa a través de ellos. Ellos usan esta bendición para inspirar y proteger a sus aliados, sanar a los heridos, curar a los enfermos, purificar lo corrupto. Su fe y espiritualidad es muy importante, yo diría que es su motor.

 

»Y en cuanto a los oscuros... Incluso para nosotros, a veces es un misterio. Pero, ciertamente, nuestra magia puede clasificarse como magia negra y todos los conocimientos del clan están recopilados en un grimorio, aunque leerlo no es cosa fácil. Muchas veces me pregunto si somos nosotros quiénes la dominamos, o es eso lo que nos domina. Creo que, en nuestro caso, lo importante no es de dónde vienen estos poderes sino cómo los usamos. Como te habrás dado cuenta, tenemos una moral más flexible y muchas veces terminamos con las peores misiones.

 

»Pero lo que te he dicho, es simplemente "lo que se dice". Si me lo preguntas, creo que existen diferentes tipos de magia y que hay magos y brujas con más "facilidad" para acceder y unirse a ella; creo que pueden existir fuentes de las que provenga esa magia y que las personas deciden si llamarlas Thor, Diosa, bendición, maldición... Yo no sé si creo en esas cosas —murmura por lo bajo—. Pero, bueno, supongo que todos tenemos nuestra idea de lo que es la magia.

 

Madeleine espera que alguien más se atreva a hablar, aunque no espera mucho, dadas las circunstancias.

 

—Como sea, ¿es que tienes una especie de crisis? —suelta Madeleine, dándose cuenta en verdad de lo preocupante que es aquella apasionada pregunta en una situación como esa— ¿Estás intentando decidirte, es eso?

[Luna Gryffindor Delacour]

Deja que Made se explique sobre los clanes mientras observa a Rory detenidamente preguntándose cómo alguien que predica la palabra de Dios llegó hasta allí, no lo está juzgando solo le interesa saber cómo decidió unirse a aquella misión, así que sonríe para sus adentros pensativa, ella sabe cómo llegó a la orden de Avalon y se lo cuenta aún sin saber si eso le servirá o no.

 

- En mi caso particular, siempre protegí a toda la naturaleza y criatura viviente que existiera, en cuanto a porque la orden de Avalon y no otra orden, fue porque me sentí identificada con sus ideales, pensar en proteger y dominar los elementos de la naturaleza me hacía sentir que así comprendería mejor el mundo, pero sobre si hay un llamado o no, sencillamente no lo sé, me parece que cada uno va a donde quiere y a donde sé siente más cómodo, por eso están los clanes y cada clan refleja una personalidad y un modo de pensar diferente, creo que es elección de cada uno, por más que es cierto que a veces hay ciertos elementos que te llaman a ciertos sitios por así decirlo - Le confiesa a Rory sin saber si se explicó muy bien o no -

 

La realidad es que nunca se pregunto por qué entro a esa orden y no otra? Simplemente se sintió cómoda y como en casa allí, sabe que tiene habilidad con las plantas y animales, se siente identificada con los 4 elementos de la naturaleza y siente en su fuera interno que ese es el camino y que la diosa la escogió de alguna manera para tal fin.

 

 

- Existe la teoría de que el clan de llama, no sé si es cierta o no, creo que depende de la personalidad del individuo y lo que quiera lograr, son como sus objetivos dentro del bando por así decirlo al menos eso me gusta pensar a mi, la diosa de Avalon me mostró el camino cuando nadie más lo hacía y me sentí protegida y cuidada bajo su ala, así que juré proteger sus lugares a cómo diera lugar y esa es mi razón de porque elegí a la orden de Avalon, otros tendrán otra pero sigo penando que depende como seas, será el lugar que elijas - Le comentó pensativa y sonriendo feliz porque realmente le conté lo que pienso al respecto -

 

Lo que dice Made queda retumbando en mis oídos por varios minutos después de que me fui de allí, sigo pensando que algo se me está escapando y que ese tal reuben no es de fiar, aún así pienso que Avalon me llamó para ayudarla a cuidar a las plantas, las rocas y la vida en general, preguntándose si será capaz de lograr su cometido o no, esperando de todo corazón que así sea.

 

 

- Cada persona tiene su razón de porque está en el clan, no todos te dirán lo mismo, a ciencia cierta creo que el clan te llama de alguna manera, es como cuando sabes que tienes cierta habilidad y el clan te la reafirma, es por eso que vas para un lado o para el otro, el poder siempre estuvo ahí solo que dormido, no sé si me explique bien pero más o menos eso sería - Le cuento a Rory con mi repique de campanas característico sonriendo feliz de contarle mi secreto mejor guardado del porque elegí mi amado clan la Orden de Avalon -

[Mackenzie Malfoy]

 

 

 

 

Cuando llegó a la dirección indicada en la nota de Granger, Vera dedicó unos pocos minutos a recorrer los alrededores. Esperaba que los demás también se dieran cuenta del camino a seguir, pero no podía asegurarlo y era muy consciente de que no sabía lo que podía esperarle en el interior. Debía esperar al resto o bien tomarse el tiempo necesario para trazar un buen plan. Si no acudía nadie más... bueno, tal vez pudiera llamar a Hobbamock. Él no había sido convocado en aquella misión, pero como compañero de clan, Vera confiaba en que la ayudaría. Después de todo, le debía algún favor que otro y, además, él ya había completado su entrenamiento en el Templo Paladín y de seguro era plenamente consciente de que su ayuda sería muy valiosa.

 

Mientras recorría el lugar con calma y examinaba los rastros de magia y las huellas físicas, se dio cuenta de que echaba de menos actuar en común con otros paladines. Le habían comentado que no sería la única paladín en aquella misión y se había alegrado sobremanera, pero algo debía haberle pasado a su compañero.

 

Fuese como fuese, en aquel momento estaba sola y debía pensar las cosas con calma y evitar actuar de forma precipitada. Afortunadamente para Vera, no había tardado en dar ni dos vueltas a la redonda cuando vio aparecer a sus compañeros de misión. La sonrisa se le pintó en el rostro sin que fuera consciente de ello y agradeció incluso la pausa que provocó la pregunta del hombre que recién había conocido antes en el Callejón. Era necesario actuar sin precipitarse, darse tiempo para trazar un plan y el hecho de ver a los demás sosegados y tomándose el tiempo necesario, hizo que Vera se sintiera tranquila.

 

Escuchó las respuestas de Madeleine y Luna a la pregunta de Rory. Ambas le parecieron muy apropiadas y se dio cuenta de lo necesaria que había sido la pregunta, cuando se encontró reflexionando sobre sus propias motivaciones. Por extraño que parezca, era la primera vez que lo hacía.

 

 

—Es verdad que conocemos muy poco sobre los otros clanes —comentó cuando Luna hubo terminado de hablar. —Al principio, yo apenas sabía nada. Puede que menos aún de lo que ha expuesto Madeleine. Lo cierto es que mi vida ha sido siempre una lucha contra circunstancias injustas. Hace años llegué a pensar que vivimos atados a los caprichos de un dios que juega a los dados con nuestras vidas. Supongo que cuando crecí y llegó la hora en que los jóvenes se rebelan contra lo establecido, a falta de padres a los que retar, decidí que valía la pena intentar ganarle la partida a ese dios. Más adelante, me di cuenta de que son los hombres y no un dios caprichoso quienes provocan las injusticias del mundo. Así que cuando escuché sobre las virtudes y poderes de los Paladines, enfocados en devolver la Justicia Sagrada al mundo, no dudé en alistarme en este clan.

 

Había mucho más, si Vera se ponía a pensarlo. No podía negar que desde el principio había existido una afinidad o una capacidad innata para los poderes característicos de la magia del clan. Sin embargo, no había sido plenamente consciente de esa predisposición natural hasta la segunda misión que realizaron con el clan.

 

—Recuerdo una misión en particular, aquella de los Portales de Pergamino y Tinta. Durante aquella misión, lo que en un principio me había parecido que fue una decisión consciente, adquirió un matiz mucho más amplio. De alguna manera, sentí que estaba predestinada al Clan desde la cuna, que había nacido con una predisposición innata para los poderes de la tormenta y las tempestades. Tengo la sensación de que fue allí cuando las antiguas fuerzas que rigen los clanes nos marcaron, como quien bendice a los que siempre han sido suyos.

 

Se calló porque no sabía bien cómo explicarlo. En aquel momento, se sentía muy torpe con las palabras. Quizás fuera que hay emociones y percepciones que están más allá de lo que el cerebro humano es capaz de entender y procesar.

[Nate Weasley]

Un gancho arrastra su cuerpo. Le falta el aire. No hay más que oscuridad, y luego.... sus pies tocan el suelo.

 

Por unos segundos, trata de recordar lo que ocurrió en los últimos segundos. Cómo, precisamente, ha llegado hasta la dirección a la que la Granger los había apuntado. Sólo recuerda a Vera saliendo de la taberna y desapareciendo hasta lo que entonces era un rumbo desconocido. Ahora, Vera esta allí, observando el lugar y recorriéndolo a tan sólo unos metros de donde se aparecieron, como si quisiera trazar estrategias para seguir con la misión. Por su parte, él se sentía agotado, y en parte avergonzado por su exabrupto contra Madeleine: aún no puede sacudirse la sensación de culpa, y tiene que luchar contra una sensación urgente de abandonar la misión e irse a descansar. Pero no puede hacerlo: no puede abandonar a sus compañeros; no puede marcharse sin más.

 

El último mago que se les había sumado, ese ya un poco entrado en edad cuya parsimonia lo delataba como alguien a quien principios fuertes le regulaban el uso y entendimiento de la magia, habla unos momentos después de llegar a destino. Quizá es por lo novedoso de todo esto para él también, o el hecho de que al parecer está haciendo grandes descubrimientos acerca de su Clan, pero el hombre – Despard, cree recordar que es su apellido – hace una pregunta de lo más interesante. Nathan no tiene ni idea de cómo contestarlas: son demasiado complejas. En verdad, no está seguro de si posee las respuestas dentro de él mismo. Quizá parte de su camino dentro del Clan requiere que él atraviese aquellas preguntas por sí solo en su debido tiempo: que sus predicamentos acaben por extrapolarse en respuestas a aquellos dilemas con el paso del tiempo y la adquisición de experiencia.

 

Afortunadamente, Madeleine se le adelanta.

 

Sus palabras son reveladoras para el Weasley, pero esperables al mismo tiempo. Reveladoras porque la Moody rara vez brinda personalismo a las conversaciones y, al menos para él, es de lo más reservada. Esperables, también, porque sus motivos condicen perfectamente con las acciones, que han llevado a resultados que condicen perfectamente con quien es Madeleine hoy. Piensa lo mismo de Luna, quien justifica su pertenencia a la Orden de Avalon de una manera por demás consistente a su cálida personalidad. Luna, quién jamás podría lastimar a nadie; ¡por supuesto que tiene como misión y visión un llamado de tan clara abnegación y entrega!. E incluso hacia Vera, a quien no conoce, siente algo de envidia: hay tanta confianza en cómo habla, se la nota tan segura. ¿Es posible que él se sienta alguna vez así? ¿Por qué, en verdad, se ha unido a la Orden Oscura? ¿Qué fue lo que le llevó a elegir?

 

Ensimismado como estaba en sus preguntas, igual nota el silencio que prosigue a las palabras de Vera. Es su turno de responder.

 

– Yo... – comienza, mirando tímidamente al hombre. Por alguna razón, le cuesta sostenerle la mirada: tiene miedo de que éste lo juzgue. – Todo esto es casi tan nuevo para mí como lo es para usted. De hecho, me la he pasado gran parte de la noche descubriendo que hay una parte de mí que es receptiva a toda esta energía que viene desde afuera, y se me hace extremadamente difícil contenerla. Fui yo quien elegí la Orden Oscura. – hace una pausa; hay motivos que no quiere revelar, pero por alguna razón piensa que es necesario para su formación como Oscuro. La honestidad es clave. – Hay una parte de mí que... que quiere destruir todo, cual entropía. Por años he luchado por esconderla, he intentado incluso destruirla. Pero es una parte de mí. Y creo... que a pesar de que no estoy orgulloso de ella, me hace quien soy. Es lo que me obliga a mantener a raya.

 

No entiende ni sus propias palabras, y está seguro que sus compañeros tampoco. Debe intentar devuelta.

 

Hay una parábola que reza acerca de una abuela y su nieta. La abuela cuenta que, en todo hombre, hay dos lobos: un lobo bueno, que representa todos los sentimientos positivos (la alegría, la empatía, la resiliencia) y un lobo malo, que da cuenta de todos los sentimientos negativos (el enojo, la envidia, la ira y la apatía). La nieta, confundida, le pregunta a su abuela: "pero, abuela... ¿cuál lobo gana?". La abuela sonríe pícaramente, mira a la niña, y dice: "El que uno alimenta". >>

[Luna Gryffindor Delacour]

Escucha la razón de Vera y la de Nathan y entiende en esos momentos lo poco que en realidad conoce a sus amigos del bando, sonríe cuando escucha que la razón de Vera es porque quiere devolver la justicia al mundo y asiente a sus palabras porque entiende que es una muy buena visión de porque eligió los paladines, a quienes siempre la bruja vio como guerreros y listos para pelear y defender la justicia, sonríe más ampliamente cuando es su amigo Nat quien cuenta porque eligió la Orden Oscura, sonríe porque ella vio esa energía de Nat más veces de las que le gustaría admitirle, a veces cuando se para a hablar o a decir algo ve esa energía oscura emanar de él, lo mismo le pasa con Made pero no se los dice porque no es cuestión de andar resaltando que ella puede notar esas cosas, es un secreto muy profundo que tiene la bruja y que a nadie le dice, pero algunas veces hasta puede ver el paladín que hay en su propio padre, Elvis, como si nuestros clanes formaran parte de nuestra identidad y adn sin que nos diéramos plena cuenta de eso.

 

- Siéndoles franca, siempre vi esa energía de la que hablan, es algo que está ahí y que jamás se va pase lo que pasé, es cierto que como dice Nat hay dos lobos y el que alimentes será el que en realidad obtengas, por eso siento que al estar en la Orden de Avalon, estoy haciendo un bien tanto para los arboles como los animales y alimento el lobo que debe ser, además de que estoy segura que los clanes nos eligieron a nosotros, además de que creo que el clan es parte nuestra, esta ahí dormido esperando que alguien lo despierte, no elegimos el clan, el mismo ya estaba dentro nuestro antes incluso que pertenezcamos a él, eso era lo que siempre pensé incluso antes de decantarme por mi querido clan de Avalon, son todos poderes que estaban dormidos, que se van despertando de a poquito - Digo en un susurro sonriendo feliz de poder decir exactamente lo que pienso en ese instante -

 

A veces la vampiresa piensa tanto que sus ideas se mezclan en su mente, tiene tanto en que pensar que no siempre dice justo lo que quiere, a veces dice lo que siente o lo que le salé en un determinado momento, sus ideas se cruzan como si tuvieran dos direcciones que se encuentran de repente y a veces no sabe a donde dirigir tanta energía, por eso salir a correr al bosque le ayuda para descargar esa energía acumulada, por eso se da cuenta en ese instante, que es la primera vez que dice exactamente lo que piensa, sin que se mezcle con nada, eso la hace sonreír, porque eso significa que ella ya puede admitir que está creciendo y está pasando a ser una bruja mucho más completa y con más sentido practico que antes.

 

Mientras sigue caminando medita sobre lo dicho por Nathan una y otra vez, "el lobo que alimentes sera el que obtengas" sonríe aún pensativa y se da cuenta que su amigo tiene razón, todos vamos alimentando lo que queremos para nuestra vida una y otra vez, a veces elegimos bien y otras nos desviamos del camino, pero de alguna manera, siempre vamos por un camino y alimentamos lo que queremos ser, como ella, que siempre quiso ser dulce, amable y buena, ayudar a todo el mundo y estar ahí para sus familiares y amigos, en ese momento, piensa que "el lobo" que esta alimentando es uno muy bueno y eso la pone contenta y feliz porque está segura que podrá seguir haciéndolo por mucho tiempo más.

[Ellie Moody]

Reuben Athens

Callejón Diagón

 

El cuerno de unicornio es un ingrediente fundamental en diferentes pociones, especialmente en el antídoto para venenos comunes, el filtro de paz y la poción herbovitalizante. Hasta hace algunos meses no era difícil comprarlos en el Callejón Diagón a veinte galeones la unidad y doscientos galeones la docena. Hasta hace algunos meses Reuben podía trabajar como cualquier otro pocionero: se levantaba muy temprano y, cuando el sol apenas estaba asomándose en el cielo, estaba caminando frente a los puestos del callejón en busca de los mejores ingredientes y los mejores acuerdos. Era el mejor pidiendo rebajas, trueques, cualquier acuerdo que le facilitara un poco la vida y su humilde negocio. Alrededor de las siete de la mañana, regresaba a su negocio donde encendía los calderos y comenzaba con la faena; cocinaba toda la mañana, mientras su hijastra ya graduada de Hogwarts se encargaba de la caja. Así era hasta hace algunos meses, pero parece que fue hace toda una vida.

 

Ahora los ingredientes imprescindibles escasean en el Callejón, las criaturas mágicas se ven en más peligro que nunca por la caída del Estatuto del Secreto y su negocio apenas sobrevive. Sumando sus generosas donaciones a la comunidad mágica es un milagro que todavía se las arregle para pagar la renta del negocio y poner el pan en la mesa; quizás, si dejara de regalar pócimas de primeros auxilios, todo sería menos difícil, pero siente que tiene una deuda con los magos que todavía luchan por la Buena Causa. Desde que comenzó aquel desastre, su familia se fracturó: su esposo semigante y su hijastra tuvieron que retirarse a una zona alejada, refugiándose de las persecuciones y el rechazo aumentado por la caída del Estatuto. Como él lo ve, si su ayuda puede acelerar el proceso para que todo vuelva a la normalidad —que ni tan buena era, pero sí mucho más tolerable—... mejor.

 

Para salir a flote ha tenido que hacer negocios con magos y brujas de pocos escrúpulos, aquellos de los cuales la Orden del Fénix le recomendaría alejarse, pero no hay mucho que pueda hacer. Las pócimas deben cocerse y deben ir a quiénes las necesitan. Pero, claro, sabe que es un maldito cobarde. Envió a los delegados de la Orden, que ni siquiera tenían ninguna deuda con él —aunque quizás él los hizo sentir como si así fuera—, a buscar los cuernos de unicornio por los que logró negociar un veintidós por ciento de descuento. ¿Por qué no les dijo nada? ¿Por qué no les advirtió?

 

«¿Cómo hubiera podido verlos a los ojos y decir que soy una buena persona, si hago negocios con personas amorales?».

 

Pero la culpa comienza a martillear en su cabeza. El reloj corre y corre... y todavía no sabe nada de la Orden del Fénix.

 

¿Acaso los envió a su propio fin?

 

—Tengo que hacer algo —susurra, sintiendo un nudo en el estómago. Pero, ¿qué?

 

Anónimo

Fisherton Steet, Salisbury

—¿Y quiénes se supone que son esos?

 

La mirada severa de la mujer cae sobre Anónimo. El mago apenas había logrado reunirse con ella, luego de un pequeño altercado en el Callejón Knockturn. Fue enviado a una simple misión: robar unos cuernos de unicornio, que el traficante de una banda enemiga entregaría en una taberna. El plan era simple: dejarlo fuera de combate, quitarle los cuernos auténticos para reemplazarlos por unos falsos y plantarles esos al comprador. Irónicamente, la mayoría de las personas que acuden a ese tipo de negocios son muy tontos y, por el miedo, tomarían el producto y se irían rápidamente. Hubo un poco de forcejeo para deshacerse del traficante original, pero todo parecía ir bien... hasta que, en lugar de un vulnerable mago de mediana edad, llegaron al lugar un singular grupos de magos y brujas que se dieron cuenta rápidamente de que las cosas no iban bien. Aún así, Anónimo se las había arreglado para escapar de la vampiro que lo perseguía, engañándola con los cuernos falsos y llevándose una bolsa de oro, pero no contaba con que había dejado caer la pista que los conduciría no sólo a él, sino a su jefa y a la organización.

 

Ahora mismo, están en pleno trabajo. En un almacén próximo al callejón del Restaurante Anokaa están escondidas una buena cantidad de criaturas mágicas, encerradas en cajones de madera y sedados para ser cargados en un camión que debe estar por llegar. Su jefa, Miriam Smith, le entregó a cada uno de sus empleados una nota con la dirección y la hora del encuentro... No dudaría que si un grupo de magos llega a un lugar tan imprevisto, tan repentinamente, sólo podría ser por una filtración.

 

Está en problemas, lo sabe.

 

—Yo me haré cargo —dice Anónimo, esforzándose por mantener la calma, pero decidido a apartar a aquellos magos de su camino.

 

◈ ◈ ◈

Desafío Habilidad de Bando: Anónimo es un mago como cualquier otro, salvo por una cosa. Tiene la habilidad especial de imitar la magia de sus oponentes, con el coste de gastar una gran cantidad de energía y salud; mientras más poderosa sea la magia que imita, más rápido es el desgaste en su mente y cuerpo.

 

Desafío Conocimiento de Bando: Las criaturas mágicas son obligadas a salir de los cajones para atacar a los miembros de la Orden del Fénix. Están debilitadas por el encierro y las drogas, pero son obligadas a avanzar y luchar mediante las maldiciones cruciatus e imperius.

 

 

 

 

 

 

Off: Bueno, en vista de que el tiempo corre decidí reunir varios elementos de sus roles para darle un poco de sentido y contexto a lo que ocurre, y más o menos entender qué es lo que ha sucedido. Al final admito que no pude hacer las cosas tal y como las tenía pensadas, pero bueno, lo cierto es que con los elementos que han introducido no puedo imponer cualquier camino que yo tuviera en mente. Espero que esto les parezca "orgánico" xD

 

Y bueno, quiero que tengan en cuenta que no les estoy planteando una misión u objetivo, sino un escenario donde la idea es que se enfrenten a él según el perfil de su personaje y, obvio, el clan al que pertenece. Esto puede ser enfrentarse, buscar una alternativa, ponerle más contexto a la historia, enfrentarse a sus propios compañeros, etc (?). Lo importante no es que "ganen", es que integren los elementos de su clan a su personaje.

 

Cuando tenga puente, roleo con Madeleine btw.

 

@ @ @@Mackenzie Malfoy @ @@Rory Despard @@Darla Potter Black

Editado 17 de Septiembre del 2020 por Ellie Moody

[Darla G Dumbledore]

Scarlet Akane

Zahil había regresado e informado lo que había pasado, entregándole un papel a Madeleine. De pronto las palabras surgían raudas y rápidas una tras otra entre los magos y brujas presentes. Scarlet sentía como si de repente hubiera entrado en una cámara oscura que le hacía ver todo como en una película muggle pero que se proyectaba en cámara lenta. Veía a uno y otro compañero, notaba el movimiento de sus labios, escuchaba sus palabras pero no logra hilvanar la idea de todo aquello. ¿Qué le pasaba?

 

Ha utilizado dos poderes de la Orden Oscura, son destructivos lo sabe, rompió con ellos los encantamientos defensivos del lugar, pero debería haberlos usado con precaución. Y sin embargo ella había incoado un Reotak y un Zeul uno tras otro, como quien come dulces y es en exceso goloso por ellos. ¿Esa sería la causa de su estado? Intenta pensar si es que en el Nicronomicon hay alguna letra pequeña, una advertencia. ¿Por qué en la mayoría de los grimorios las advertencias están al final de los hechizos?

 

Repasó lentamente las instrucciones del Reotak, cómo invocarlo, cómo afecta a las defensas, como las destruye, pero no dice nada del efecto sobre el invocador. No es como cuando invocas a un demonio pensó con una sonrisa en los labios. Por poco mueve las manos invocando al Zeul mientras lo recordaba pero se detuvo a tiempo, no quería romperle los huesos a sus compañeros de bando. Darla no se lo perdonaría.

 

Debe volver, debe prestar atención. Luna ha ofrecido ir varita en mano hacia algún lado ¿dónde era? Hablar con Reuben o buscar el atacante. Incluso Vera se ha ido afuera, Scarlet se sorprende, la joven ha tomado una iniciativa muy extraña. Nathan ha exclamado phantom y ha salido disparado, quizás ella no debió mencionarle antes que usara tan abruptamente sus poderes. Juraría que el recién llegado se había persignado, la Akane no rezaba desde hacía siglos. Hasta el mago ha optado por desaparecerse, Scarlet siente que va en cámara lenta, y eso es malo para un mago, muchísimo más para un vampiro resucitado.

 

No está segura cómo se han unido en aquel lugar y aquella conversación, casi que ha seguido al resto y escucha a Madeleine hablar sobre los clanes. Recuerda la primera vez que la bruja se acercó a la oscuridad. “Si miras demasiado tiempo el interior del abismo, el abismo terminará mirando tu interior”. Los ojos de Scarlet de pronto se vuelven negros cuando los recuerdos que han invocado la pregunta de Rory llegan hasta ella. Puede ver el templo de los sacerdotes… que decepción amigo, escucha aquella voz familiar hablando. En su mente ve a los dos hombres alejarse con la esfera mientras uno de ellos pronuncia una frase que por algún motivo le saca una sonrisa La sentencia caerá sobre los que no merecen siquiera pisar Azkaban, y nosotros tenemos la determinación necesaria para cumplir tal cometido. Sí, ese fue el motivo, los ojos de la pelirroja retoman el verde de Scarlet, luego el rojo de la sangre y finalmente el castaño de Darla.

 

En silencio ha escuchado las respuestas de Madeleine, Luna, Vera y Nathan, finalmente lanza un suspiro y responde sin pensar.

 

—El clan te llama, todos tenemos un poco de oscuridad dentro, nuestra energía interna se puede materializar, la oscuridad no es nada sin la luz y la naturaleza le da poder a lo antinatural porque es como un yin yan, las fuerzas se nivelan, una sin la otra no son nada —sacude la cabeza —todos merecen una segunda oportunidad, pero algunos no la saben aprovechar —mira al mago e intenta definir qué es, un paladín seguramente, no puede responder a la naturaleza ni cree que quiera dejarse dominar por la oscuridad. Curioso, siempre pensó que ella la dominaba para tener semejante idea. Un falso dios del trueno seguramente podrá compartir con él un poco de su caballerosidad, aunque quizás jamás esté satisfecho con eso, él parece buscar algo más. De pronto recuerda por qué están allí y busca con la mirada a @ ¿ha vuelto a desaparecer?

 

—¿Cómo vamos a enfrentarnos a lo que tenemos delante? —pregunta intentando concentrar su mente, cree, no está segura, que sus fuerzas han regresado.

[Luna Gryffindor Delacour]

No logra saber que más sucede a su alrededor, no es que sea lela o que su masa cerebral se debilitará un treinta por cierto, es que se queda mas que nada pensando en sus motivos de porque se unió al clan de Avalon y más en concreto que la une a su nuevo poder, un poder que no maneja del todo aún pero que siempre estuvo ahí solo que dormido, la vampiresa es de las que cree que el poder que adquieren siempre esta ahí solo que sin saberlo usar, no adquirís un poder que no está en tí, lo tienes pero sin usarlo, a esa idea se le suma el miedo repentino de que estén yendo a otra trampa, ¿qué sucede si Reuben los conduce a una trampa más? gruñe por lo bajo, diciéndose que si es así, ese mago la va a escuchar, no suele usar la violencia, pero tiene algunos hechizos en su manga que podrían serle de utilidad.

 

A la pregunta de Scarlet se le suceden uno tras otro los recuerdos de otras batallas parecidas, pero solo que esta vez hay una diferencia, ella siente el calor en su interior y siente algo más profundo, puede sentir y escuchar a los animales, puede ver sus pisadas, sus rebuznos, todo está ahí, siente la naturaleza a su alrededor, los arboles, las plantas y las flores, huele el aire sintiéndose más feliz y viva que nunca, su conexión natural con la madre naturaleza está mucho más presente que antes y siente su poder a su alrededor, puede oler las flores, la tierra y hasta los arboles, se pregunta si sus compañeros también la sentirán o es solo a ella que le pasa, por lo demás siente una paz repentina y una felicidad inusitada, como si fuera su cumpleaños y no se hubiera enterado que le harían una fiesta sorpresa, así se siente en esos momentos, en que se da cuenta que está creciendo mucho más en su amado bando.

 

 

- Lo enfrentaremos todos juntos como siempre lo hemos hecho, animo Scarlet, te aseguro que nada nos pasará si estamos juntos y luchamos como el equipo que somos, al fin y al cabo, tenemos poderes, somos magos y brujas y por si fuera poco tenemos la varita, así que lo haremos todo con mucha energía, fuerza y determinación, por lo que a mi respecta, que empiece el juego ¿qué les parece? - Les digo sonando mucho más animada que hace un rato atrás -

 

No sabe de donde salen esas palabras tan entusiastas, ¿es que acaso ella se sentía así de feliz? la respuesta era que sí así era ella, feliz, alegre y por sobre todas las cosas muy optimista, así que un contratiempo no minaba su espíritu, ni la dejaba fuera de combate, es más estaba lista para la acción mucho más que antes, porque ahora se siente más conectada con la naturaleza y por si fuera poco, siente una conexión especial con los fenómenos meteorológicos, ¿es eso posible? se pregunta si podrá hacerlo, porque todo gran poder conlleva una gran responsabilidad, se responde que sea lo que sea que pasé en el camino, ella estará lista y que podrá lograrlo la mar de bien, porque no está muerto quien pelea y ella tiene para dar pelea para rato.

 

Antes de que diga más nada, una turba de animales aparece para intentar lastimarlos, hay de todo desde osos, leones, serpientes, culebras, ratas, hasta perros gigantes y gatos enormes con sus dientes afilados, suspira sintiendo que su poder quizás sea de ayuda y siente algo más, la necesidad de luchar y vencer, la vampiresa que se iba asustada o pedía ayuda ya no está allí, ahora en su lugar hay una pelirroja que se lanza a la acción sin pensarlo dos veces si quiera, no lastimará a los animales, pero lo que si tiene claro es que no dejará que nada ni nadie lastimé a los suyos, solo se pregunta si ella podrá con todos ellos o por el contrario tendrá la ayuda de toda su familia para tal fin.

 

- Besto León - Digo fuerte y claro viendo como un gran león con su melena dorada aparecía delante nuestro -

 

Lo curioso es que no necesité decirle que nos defendiera él gran león se puso delante nuestro rugiendo y lanzando sus zarpas contra los perros, los gatos y las serpientes, fue una lucha encarnecida y titanica la que se libra allí, pero me temo que mi poder de sacerdotisa no sea suficiente, siento en mi interior la gracia de la Diosa de Avalon, me siento más tranquila, mucho más conectada con la naturaleza y presiento que va a llover antes de escuchar el chaparrón y de vernos a todos empapados, sonrió imperceptiblemente y espero pacientemente bajo la lluvia que el león siga defendiéndonos, mientras me digo que haber venido en esta misión fue la idea más inteligente que tuve, además de sentirme mayor y distinta y con mucha más energía y alegría que momentos años, me prometo que daré todo de mí, para que nada malo nos suceda y podamos encontrar al tal Reuben cuanto antes mejor.

- Chicos no es por nada no pero creo que ese tal Reuben nos super timó, sin contar que estos animales están locos, creo que tienen algo, no se si serán algún narcótico o alucinógeno pero no parecen estar en sus cabales no se si entienden lo que quiero decir, por lo demás siento una conexión especial con la naturaleza, suena extraño decirlo en voz alta, pero me siento más tranquila y mucho más feliz, puedo oler las flores, las plantas, los arboles, creo que si quisiera podría saber cuando va a llover como ahora o algo así, increíble ¿no les parece?, por cierto, estos animales tienen algo, ¿alguna otra idea? - Les pregunto, empapándome bajo la lluvia, mientras veo como mi león sigue luchando con uñas y dientes por vencer a todos los animales que parecen prestos para clavarles el aguijón o los dientes en tal caso -

Editado 18 de Septiembre del 2020 por Lunatica Lupin Evil Black

[Rory Despard]

Algunas de las palabras que Madeleine va diciendo se quedan más que otras. "Fe", "Dioses" "magia negra", "castigar a los villanos". La última pregunta con que cierra esa larga explicación a su pregunta es lo que termina siendo un detonante en la mente de Rory: Mas allá de la misión, es cierto que se está buscando dentro del bando, está tratando de dar con el espacio desde donde pueda concretar el trabajo que lo motivó a unirse a la Orden del Fénix. Ahora es que está cayendo en cuenta que los clanes, de los que no había tenido ni idea al unirse, son otro espacio más que podría ayudarle e incluso llegar a ser fundamental para cumplir con esa misión de servicio a los demás a la que desde hace tantos años decidió avocarse.

 

No puede evitar sentir un cierto orgullo de que su pregunta encuentre eco en los demás, quienes comienzan a compartir sus experiencias sobre cómo eligieron o los eligieron para uno u otro clan. El llamado por la justicia de Vera lo impresiona, de igual forma que las elecciones de Nathan y Madeleine, pero es en la calidez de la exposición de Luna, en donde cree encontrar los elementos más afines. No es "la diosa" como él identifica a esa voluntad de Dios padre, que lo ha guiado y mantenido a salvo en todo ese tiempo, pero no puede negar que los mismos elementos de devoción y de conexión con la naturaleza han estado presentes en él, desde su visión del mundo como obra de creación divina que los seres humanos deben proteger.

 

Las palabras de Darla, en cambio, lo intranquilizan, pues tanto ella como la bruja rubia habían usado poderes fabulosos delante suyo, poderes impresionantes que él pensó, por una fracción de segundo, que sería espectacular tener. El problema es ¿a qué costo? Escuchar que todo se trata de un equilibrio entre luz y oscuridad, o de canalizar la energía negativa para algo positivo, aunque suena estupendo en la teoría, en su modesta experiencia, rara vez funciona de esa manera en la realidad, porque el problema de las tentaciones de la oscuridad es que apelan al ego humano, fácilmente dócil ante ciertos estímulos como la ambición, o el poder, incluso cuando sea un deseo bondadoso el que lo impulse, podían terminar corrompiéndose.

 

Si hay una parte de voluntad en la elección, Rory está convencido, de que por lo menos, no es su camino el clan de los oscuros.

 

La fe en Dios lo puso aparte, le dio un propósito que no tenía antes. Aunque no tan leído, de algunos de esos libros que Scavenger le facilitara, recuerda las intrincadas conexiones entre las creencias espirituales paganes con festividades religiosas católicas. También, con mucho entusiasmo, había asistido a unas jornadas de ecoteología promovidas por el Vicariato Apostólico de Londres, que resaltaban como la prédica católica motivaba el cuidado y atención de la naturaleza ¿ Y si esta Diosa no era más que una advocación mariana? ¿Que si él, en realidad, podía haber sido bendecido con poderes ligados a ella?

 

Su poco apego a lo urbano, a diferencia de sus hermanos mayores, lo había llevado a preferir las actividades en la granja. Y él recuerda perfectamente, aquel particular don para identificar los ánimos del ganado, o prevenir y escoger las mejores semillas para cada campaña de cosecha. Su madre, le decía que todo se debía a su fe en San Francisco de Asís, pero Rory comenzaba a pensar que podían ser las señales del camino que esperaba por él, que apenas le estaba siendo revelado con esa misión.

 

Por el momento, tocaba centrarse en lo que había venido a hacer, y como no, agradecer a los demás todo lo que le habían compartido.

 

— Gracias a todos por sus palabras, son muy alentadoras.

 

Era momento de confrontar al sujeto que se había quedado con el dinero para la compra de los cuernos. Rory no había esperado que la "bienvenida" fuese grata, pero la realidad resultó inifinitamente peor, dado que una turba de animales habían sido lanzados hacia ellos para dañarlos. Alza la varita, tiene que defenderse, pero las emociones le traicionan cuando distingue heridas en el lomo del hipogrifo que viene hacia él, y no solo eso, sino la mirada perdida de los animales, como si su alma estuviese perdida.

 

Está claro que los están manipulando y controlando con magia y sería un acto igual de cruel hacerle pagar con más daños, solo para protegerse. Decide entonces arriesgarse, y en su lugar, comienza a recitar la oración de San Francisco de Asís, la misma con que apaciguaba a los caballos más chúcaros para dejarse colocar la silla de montar, y cuando tiene al hipogrifo cerca, inclina levemente las rodillas, en señal de que solo quiere lo mejor para él. La criatura, en principio, alza la pata ya dispuesta a dañarlo, mas de repente, toda esa pesadez parece esfumarse de ella al encontrarse sus ojos con los de Rory.

 

— No sufras más, maravillosa criatura, la opresión de tus fuerzas. Por voluntad del padre- hijo y espíritu santo, que controlan todas las fuerzas de la naturaleza y son principio y fin, ten la Purificación espiritual que necesitas, y sé libre, como deben serlo todas las criaturas de la creación.

 

Apenas terminó de decir aquello, viendo como el hipogrifo inclinaba su cabeza, acarició suavemente su plumaje. Se sentía agotado, y con una presión rara en el pecho, pero enormemente satisfecho de lo que acababa de conseguir. A su alrededor sus compañeros también luchaban.

 

— Evitemos dañarlos, ellos solo están siendo utilizados, es el deshonesto hombre que se llevó el dinero, quien debe llevarse la peor parte— musita pensando de repente en una manera de repartir el trabajo— puedo hacerme cargo de los animales, con ayuda de Luna, así los demás pueden avanzar para que ese sujeto no vuelva a escaparse.

Editado 19 de Septiembre del 2020 por Rory Despard

[Nate Weasley]

Se han aparecido cerca de un restaurante que, por alguna razón, no parece tener tantos comensales esa noche. Nathan no había notado aquello hasta que le respondió a Despard y se dispuso a evaluar la escena en la que se encontraban: junto al restaurante hay un callejón bastante ancho, que va de la calle en la que ellos están a la paralela, al final del cual puede ver un par de árboles cuyas hojas se baten bajo el viento otoñal. Las paredes del callejón están interrumpidas a intervalos irregulares por ventanas o los extractores de los aires acondicionados que los muggles utilizaban para refrescar sus dormitorios, y una de ellas – la opuesta al restaurante que había visto inicialmente – está pintada de un rosado intenso que adorna la fachada de un comercio de comida thai.

 

Amén, hermana. >> piensa, ante las palabras de Scarlet. Quizá ella, como él, se siente igual de fatigada y desanimada luego de todos los obstáculos que han tenido que afrontar hasta ahora. ¿Cuántos enemigos más tendrían que batallar aquella noche? Sólo espera que Reuben esté contento con los cuernos y nada más; y de seguro se lo pensará dos veces la próxima vez que la Moody lo convoque para seguir la voluntad del mercantilero.

 

Y como si el destino se mofara de ellos, en poco tiempo llegó el momento de defenderse nuevamente.

 

Hasta entonces no había visto las decenas de cajas de madera que están apiladas unas sobre otras a lo largo del callejón: no hay mucha luz allí, y hace rato viene notando como su visión es cada vez menos nítida a lo lejos, pero de un momento a otras estas empiezan a vibrar y a sacudirse, reflejando que su contenido no es tan inerte como él inicialmente hubiese supuesto. No fue hasta que de ellas empezaron a salir criaturas mágicas de distinta categoría que divisó el contenido de las mismas: algunas reptaban, otras caminaban mientras que un par incluso volaban, y si bien ninguna a simple vista parecía demasiado peligrosa, estaba seguro de que el objetivo principal de estas era atacarlos. Había algo que le hacía intuir eso.

 

Quizá un día antes a esta misma hora no hubiese sido incapaz de precisar qué era, pero hoy podía percibir como aquellas criaturas expedían una suerte de energía que él era capaz de interiorizar y que amenazaba con desestabilizarlo: era energía oscura. Tenía que aprender a delimitar su propia energía y que esta fuese menos influenciable por aquellas que venían del exterior.

 

– Umbra – exclamó, y su sombra se desprendió de si mismo. Esta tenía un propósito claro, y se marchó a lo largo del callejón fundiéndose con la oscuridad del mismo para contener a algunos de los animales dentro de sus cajas, eso probablemente les ahorraría un poco de tiempo. – ¿Alguien quiere decirme qué hacemos haciendo magia a plena vista de los muggles, hoy en día? Es una invitación al suicidio.

 

No tuvo tiempo de concentrarse demasiado en ello dado que un felino se acercaba hacia el con vehemencia. Por una fracción de segundo, Nathan debatió consigo mismo el cómo proceder ante el animal: la parte de sí que percibía las energías era capaz de deducir también que aquella energía oscura era extrínseca a ellos y nada más los dominaba transitoriamente. Por esa misma razón, y en esto estaba de acuerdo con Despard, le daba lástima utilizar magia – por más defensiva que fuese – contra ellas. En ese momento el animal, casi como desafiándolo, le enseñó sus colmillos y Nathan comprendió que esta quizá era la más naive de las circunstancias en las que su moral más flexible de oscuro le admitiría el justificativo.

 

– Control Corporal – musitó, con la varita apuntada en dirección al felino, que estaba a punto de dar un salto. El efecto fue instantáneo: la fatiga lo consumió, y por más que intentó hincar sus fauces en el Weasley, no pudo sino caer al suelo, exhausto.

 

Un ruido a la distancia llamó su atención, era el ruido de un motor cobrando vida y rugiendo antes de ponerse en marcha: del otro lado del callejón, el comerciante de los cuernos de unicornio estaba a punto de escapar.