Aventura Mortífaga II -- El Área 9

[Balderik Von Alexandros]

El viento soplaba ligeramente moviendo su cabello castaño, en ese momento al despedirse de su maestro del clan Kraven observó las figuras de sus compañeros acercarse mas hacia su dirección en la fortaleza, con la luz de luna en sus espaldas. Aun llevaba el aleman los ropajes mortifagos encima de su ropa, incluso su mascara mortifaga en el rostro, asi que con un movimiento de su varita esta desapareció. No estaba seguro Kraven si llamarían la atención entrando un mortifago de lleno al ministerio con posibles miembros de la orden del fénix infiltrados, pues los demás decían que algunas cosas del area 9 estaban ocultas con los inefables. Anthony le habia saludado, se veia en su rostro las ansias de empezar y por sus palabras pronunciadas irian al ministerio.

 

--Saludos tambien para ti Anthony, veras mi único interes o proposito es seguir obteniendo mas poder, no me interesa todo el asunto del "El santo" y sus seguidores, pero si debo ir por el para obtener mas poder lo hare, obtendre de mi clan lo suficiente para matarlo de inmediato, creeme tiene contadas sus horas ese malnacido, como ves amigo Anthony -- Dijo Kraven sonriendo debajo de su mascara.

 

 

Escuchó algunos de sus demas compañeros hablar, y notar el castaño estar en presencia de Hades, Maida, Demian y su amigo Aaron. Que ya deseaban poder iniciar la mision y el Von Alexandros no los haria esperar. Aaron pedia partir ya y abrir un portal, sin titubear Hades lo abrió con el fulgura nox lo suficiente poderoso para pasar todos ellos. Kraven sin tener ganas de esperar tambien entró por el portal.

 

 

 

Atrio del ministerio de magia

Londres, Inglaterra

 

 

De inmediato se encontró de lleno en el Atrio del ministerio, habia dejado atras el suelo de la fortaleza oscura para estar en el suelo pulido del ministerio, aun permanecian algunos funcionarios del mismo en el lugar, que de inmediato se giraron sus cabezas para mirarlos al ver a Hades, Demian y al Von Alexandros. Algunos al sentir por instinto el peligro se alejaron de ellos entrando por chimeneas y por llamas de polvos flu. Los demas mortifagos les seguirian detras, dió unos pasos con la confianza de no haberlo planeado nada en lo absoluto, irían de lleno a la mision. Paso a un lado de Hades y de Demian para llegar al area de entrada de seguridad del ministerio. Un par de magos de seguridad le miraron extrañados y temerosos, en este punto ya no habia nadie en el atrio ni en el ministerio, ya era muy tarde para los horarios de oficinas.

 

--Disculpe señor, el ministerio ya no está en horas de apertura si gusta mañana ... ¡Pero que esta haciendo!...-- Decia el guardia al ver que Kraven usaba su varita y con el hechizo Diffindo se provocaba un corte en su antebrazo derecho, ante el gesto de dolor de Kraven los dos guardias sacaban sus varitas.

 

Pero el Von Alexandros les arrojó su sangre envenenada al rostro mientras sin que pudieran hacer nada se quejaban de dolor y con agonia dejaban de moverse. Sus cuerpos yacian inertes en el suelo con los ojos aun abiertos de dolor y terror pero ya muertos. El castaño con la sangre aun saliendo de su cuerpo se curó de inmediato gracias al poder del clan Nosferatu como si nada hubiera pasado.

 

--Así esta mucho mejor, andando chicos, tenemos via libre-- Les dijo Kraven a sus compañeros de misión abriendo un elevador y esperando a los demás para dirigirse al departamento de misterios.

Editado 15 de Septiembre del 2020 por Kraven Von Alexandros

[Thoth]

Misterio de Magia y Hechicería

Atrio

 

El egipcio observó a Ragnarok y a la lejanía a Von Alexandros, por curiosidad se fue donde se encontraba el segundo, por un momento pasó al lado del vampiro y se detuvo.

 

-Vienes o te quedas.-

 

El mago oscuro no espero respuesta por parte de Hades y camino rumbo a su otro compañero en el camino invoco a su Kansho y en la otra porto su varita, sin embargo al llegar, observó una situación extraña. Aquella habilidad de sangre pudo ser algo imprudente. Y aun así fue útil.

 

-Debo admitir que eres más fuerte desde la última vez que te vi. le confesó a Kraven estando a unos veinte centímetros de distancia de él. Y viendo los cuerpos, esa posibilidad de que estén muertos o incocientes le consulto. -esos individuos ¿siguen con vida? Ya que si no es asi, me pueda ser útil cuerpos. ello lo decía por su conocimiento de la nigromancia combinado con los poderes de su Clan, los cuales podía darle animación a ciertos objetos, sería cuestión de probar si podía manipular un cadáver. Ya que ello sería bastante útil, pero para ese predicamento era posible que le cuestione a Hades, quien era de mayor jerarquía o habilidad en el Clan.

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Yaxley-Caelum Black

Atrio del viejo Ministerio de Magia

 

Ragnarok abrió un portal mientras me cruzaba de brazos al costado del marco mágico para procurar que todos los presentes cruzasen el mismo, siendo el último, luego de haber pasado la varita sobre el rostro para invadir el ministerio bajo el seudónimo que utilizaría con la apariencia mortífaga que traía. Pasé una pierna y luego la otra, reflejando el atrio de la vieja institución gubernamental en la plata rústica y tallada que cubría mi semblante.

 

-De ahora en adelante, pueden y deben llamarme Caelum, si me ven tal cual me ven, ¿entendido?...- sostuve a los presentes mientras avanzaba y desenvainaba la varita.

 

Kraven interceptó a un par de funcionarios ministeriales que custodiaban a altas horas de la noche, pues era sabido que los muggles iban a chusmear las instalaciones por mera y simple curiosidad, ¡ni que fuésemos exponentes de un circo!, ¡que fastidio aquellos seres inferiores a mi gente!. Los mismos guardias habían alcanzado a dar alarma a otros que se encontraban al final del pasillo, tras la estatua o mitad de ella, vigilando que nadie usase el ascensor.

 

-¡Mortífagos!- exclamó el más joven, tanteando su túnica para buscar la varita mientras nos acercábamos hacia sus posiciones.

 

-¡Deténganse en nombre de la ley!...- exclamó su compañero, apuntándonos con un temblor notorio en todo el brazo. ¿Hace cuánto tiempo no se invadían el departamento gubernamental por los seguidores del legado Volderista?

 

Enarboló su arma mágica y lanzó un rayo azulino en mi contra; la distancia era perfecta para extender la mano en un ángulo de ciento ochenta grados, utilizando el círculo astral para dilatar el tiempo en un amplio radio. El rayo avanzó a gran velocidad hasta entrar en la cúpula que enseñaban los libros de Asra Boswell, avanzando como un caracol a plena luz del sol. Sonreí algo nervioso tras la máscara, hasta soltar una carcajada de júbilo para luego dar un paso al costado y ver como el ataque el guardia ministerial seguía su curso- pudiendo notar cierta brillantina y vetas en degradé del mismo color del rayo que sombrearon la máscara en su reflejo- hasta impactar en un pilar del fondo. Quizás me pude haber visto tan veloz como un vampiro, o tal vez, los presentes pudieron haber notado lo ocurrido, digo la rapidez, pérdida de velocidad y salida veloz del rayo, en una cúpula de magia invisible y de prácticas antiquísimas.

 

-¡Avada Kedavra!- exclamé apuntando con mi varita hacia el sujeto que había atentado contra mí, mientras el otro comenzaba a vociferar un hechizo. El haz de luz verde se extendió tan veloz como pudo, hasta dar contra uno de ellos, asesinándole al instante. Mientras tanto, ya había conjurado un - ...fuego maldito...- que fue susurrando en seguidilla de la maldición asesina, para conformar un oso desde la llamarada que extendía mi varita; mismo animal que se abalanzaría sobre el segundo guardia para asesinarle a lo bonzo.

 

Reí con cierto frenesí, pues y hace mucho tiempo que no sentía aquel poder en mi interior. Observé al resto, sintiendo el aroma a quemado con cierto disgusto que nadie percataría por andar enmascardo y les hice una señal para que se acercaran.

 

-¡Ryvak!... condúcenos hasta el departamento de misterios...- le dije, instándole a presidir la primera parte de la operación.

[Hades Ragnarok]

HADES RAGNAROK

Atrio del Ministerio de Magia

 

El vampiro recorrió con la Mirada el ministerio de magia. Dibujo una mueca, odiaba aquel sitio, sin embargo, había ayudado mucho a sus fines. Las muchas chimeneas ya se encontraban apagadas pro lo que nadie iba a llegar allí a través de polvos Flu. Había aparecido en aquel lugar con su máscara blanca con dibujos negros, la misma que había usado innumerables veces en las batallas contra Leafa y la orden del Fénix. Cerberos estaba de vuelta.

 

-<<Maldición>> -pensó el vampiro al ver lo que había hecho Kraven y como Demian lo seguía. Aquello ahora no sería tan fácil como pensaba. Los guardias habían dado ya la alerta. Los magos y seguramente los seguidores del Santo ya sabían que ellos estaban allí- Por los dioses, bonita forma de llegar con sigilo –dijo en tono moel.sto a sus compañeros.

 

La verdad es que el hijo de la noche hubiera podido realizar aquel plan solo o al menos, hubiera evitado que los descubrieran de buenas a primera o a penas llegando. La prioridad era no ser descubiertos. Sus compañeros habían fallado en ello.

 

Sus movimientos y el de los demás mortifagos fueron efectivos para darle su merecido al escuadrón de Bienvenida. Supo lo que tenía que hacer una vez que Aarón utilizo aquel poder. Había ralentizado el tiempo, ahora el vampiro se encargaría del golpe final. Se concentro y usando su alma como moneda de pago para el barquero del inframundo comenzó a conjurar aquel Hielo del Averno, el cual disparo como filamentos de aquel extraño y poderoso fuego que comenzó a consumir a los magos y sus almas. Cada uno de aquellos que recibieron el ataque fueron prácticamente desintegrándose.

 

Esperaba que aquello fuera efectivo, habían ido al ministerio, al departamento de misterios para descubrir que era lo que se escondía en el Área 9 de Escocia. Al menos era el plan del Ragnarok para que cuando llegaran al lugar los discípulos del Santo no los agarraran con la guardia baja, y en vista de lo que estaba sucediendo en el atrio, aquello seria una misión suicida.

 

El vampiro disfrutaba de la matanza y saciaba su sed de sangre. Escucho la orden de Aarón y los siguió. No podían perder mucho tiempo, seguramente ya aquellos discípulos le habían avisado al santo que estábamos en el lugar y este sospecharía que a la final nos encontraríamos en Escocia.

 

-Debemos llegar alli rapido, descubrir que se esconde en el area 9 de Escocia y reunirnos con mlos demas alli -dijo el ragnarok de manera seria.

Editado 16 de Septiembre del 2020 por Hades Ragnarok

[Mentita]

― E-esss u-una mu-muestra... ―la sangre había abandonado el rostro del hombre y transpiraba de miedo. Normal, encontrándose al borde, en la cima, de un edificio de diez pisos. La delgada línea entre la vida y la muerte estaba representada por la mano de una bruja menuda, de cabello castaño alborotado y profundos ojos grises.

 

Candela llevaba horas poniendo en riesgo la vida de su víctima, aunque se tratase de un tipo corpulento y visiblemente más alto que la gitana, ésta contaba con algo que él no: Magia. Bastaba un simple movimiento de su varita para tener a su merced a muggles poco preparados como él, aunque éste se creyese apto para hacer frente a una bruja, al principio, claro. Lo curioso con los muggles de ese tipo era que, por mucho "entrenamiento", difícilmente podría tener éxito en contra de un mago; al menos, no lo tendría estando solo. La gitana era consciente de que, en manada, podrían representar un obstáculo bastante fastidioso.

 

Y allí estaba ella, después de haber seguido varias pistas que le hicieron alejarse del grupo en el que estaba en Tinworth. Cuando Aaron persiguió a uno de los que, se creía, era seguidor de El Santo, Candela hizo lo propio con una mujer bajita y enjuta que se había ocultado detrás de un contenedor de basura. Cuando la bruja atrapó a la mujer, ambas habían desaparecido, dejando a la Zíngara en el centro de Londres, a la vista de muggles que no hicieron más que criticarla con la mirada. Algunos, incluso, se habían atrevido a señalarla. Y, sabiendo lo que sabía de cómo había afectado la caída del Estatuto Secreto de la Magia -una idea brillante del padre de sus hijos-, había preferido alejarse de allí.

 

― U-una m-muestra de Génesis...

 

*******

 

Llegó al viejo Ministerio de Magia por su cuenta, tras haber creado un portal que apareció en el Atrio, en el momento justo en el que una llamarada de fuego se disponía a atravesar su cuerpo. Candela hizo uso de un Salvaguarda Mágica para estar a salvo del ataque de ¿un mortífago?. Lo miró ceñuda al descubrirlo en compañía de otros que, claramente, eran sus compañeros; mas centró su repentina rabia en el dueño de la varita de aquel Fuego Maldito.

 

Desapareció del punto donde había llegado con el Fulgura Nox, para aparecer frente al mortífago, tan sólo quitarle la máscara de una manera bastante brusca. Cuando vio que se trataba de Black, tuvo que contener la cantidad de improperios que estaba por soltarle, no por respeto al nuevo cargo como líder, sino por la imagen bien falsa que tenía que mantener. La Triviani se limitó a fulminarle con la mirada y le devolvió la máscara de mala gana.

 

― Hay un rumor, según mis fuentes, ―comenzó a decir en respuesta a las últimas palabras de Hades, aunque, viniendo de ella, podrían ya imaginar qué tipos de fuentes eran― sobre lo que hay en el Área 9. ―volvió a la marca y deliberó internamente sobre si revelarles la información que tenía, aquella que guardaba con celo desde que lo supo― Tal parece que nuestros amigos, los sucios muggles, no han sido los únicos en hacer experimentos, eso es algo obvio. Pero me gustaría saber, Anthony... ―fijó la mirada mercurio en el peliverde― ¿Qué demonios hacían en el Departamento de Misterios?¿Quiénes estaban involucrados en esa zona cuando fuiste Director?. Al menos uno, por experiencia, debería haber sabido lo que estaban cuajando allí.

[Balderik Von Alexandros]

En esos momentos tenían vía libre para avanzar hacia el departamento de misterios, Kraven había conjurado nuevamente su mascara roja metálica sobre el rostro para ocultar su identidad. Los hombres que intentaban detenerlos habían sucumbido ante Aaron, dejándolos incluso quemandose vivos por un fuego maldito. El Luxure estaba interesado en los cuerpos que el alemán había asesinado momentos antes, tenia fascinación Demian en controlarlos aun sin vida. Kraven con indiferencia por ellos le miro por un segundo al pasar a su lado.

 

--Si deseas hacerlo son todos tuyos no me interesan andando--Dijo Kraven al notar las palabras de inmediato del Ragnarok contra su forma de hacer las cosas con cero sigilo.

 

--Vamos que no hemos hecho gran cosa...--Se vio interrumpido el Von Alexandros al ver que otro portal se abría para revelar a su compañera Cande. El castaño siseo por su tardanza para apoyarlos contra los guardias, al escuchar sus palabras contra Anthony, que el Ryvak parecía callado ante todo eso.

 

--Yo dijo que vayamos al departamento de inmediato, luego al descubrir allí lo que pasa podremos sacar conjetura o no Cande, Caelum, Ragnarok, Luxure, Ryvak ¿De acuerdo? --Dijo Kraven con un movimiento de varita y con una onda mágica el elevador se abrió. Esperaba que lo siguieran mientras bajaba el Von Alexandros por los pisos del ministerio escuchando la legendaria voz de la mujer anunciando cada piso. Al llegar a su destino y ver la puerta negra de entrada del departamento de misterios al final del pasillo Kraven sonrió.

 

Al abrir la puerta con la varita lista se topo con la sala circular de docenas de puertas. Kraven ya desde hacia tiempo había dejado de ser un inefable por lo cual era un intruso mas y debía tener cuidado con las defensas mágicas del departamento. El alemán estaba ansioso de descubrir el área 9 y poder tener la oportunidad de asesinar al sequito de "el santo" y a el mismo.

Editado 22 de Septiembre del 2020 por Kraven Von Alexandros

[Crazy Malfoy]

Crazy estaba de pie, tieso como una estaca, en medio del salón de una mansión otrora opulenta. Sus avejentados ojos grises estudiaban con atención los trozos de pergamino que había esparcido sobre lo que quedaba de una mesa de comedor de madera oscura, acercándoselos alternativamente al rostro para observarlos bajo la luz de la lámpara que se mecía en el techo, sostenida únicamente por una de sus cuatro cadenas de plata. Dedicaba largo tiempo a cada uno, pues la mayoría estaban tan chamuscados y ensangrentados que eran prácticamente ilegibles. Muy de vez en cuando asentía quedamente para sí mismo.

 

- Casi te da tiempo a quemarlos todos, Pavetta, eso hubiera sido un inconveniente

 

En torno al viejo Malfoy se extendía una desolada espiral de destrucción, con muebles destrozados de aspecto fino esparcidos por el suelo como los restos de un barco naufragado sobre la playa. Algunas partes de la habitación parecían ennegrecidas a causa de un fuego ya extinguido y tres cadáveres ensangrentados lo observaban con ojos vacíos y acusadores. El más cercano, una mujer regordeta de aspecto maternal, estaba sentada en un butacón tan regiamente que hubiera parecido viva de no ser por el tajo que le atrevesaba de lado a lado la garganta.

 

- Pavetta - repitió Crazy - La eterna funcionaria mediocre y segundona, siempre en la sombra, y fíjate... ¿Sigo siendo idi*** o se me curó ese mal junto con el de la juventud?

 

La muerta, naturalmente, no respondió, pero sus facciones congeladas se le antojaron levemente burlescas. El mago centró de nuevo su atención en los pergaminos, su rostro afilado era atractivo aunque las arrugas que lo surcaban eran las propias de alguien que ya había celebrado su quincuagésimo cumpleaños. Delgado, musculoso y de casi dos metros de altura, su figura se erguía imponente y despreocupadamente cómoda en medio de aquel caos. Su mente divagaba veloz rescatando memorias de varias décadas atrás, de su época como Ministro de Magia. Había trabajado muy estrechamente con el Departamento de Misterios pero aquella funcionaria anodina nunca había llamado su atención hasta que aquella misma mañana se la habían señalado como una infiltrada.

 

- Aquí hay unas coordenadas - dijo al fin, lanzando una mirada interrogante al cadáver - ¿A dónde... ?

 

Se detuvo en seco, arrugando la nariz y pestañeando sorprendido. Había pasado poco tiempo desde que Lucan lo convenciera para someterse a la ceremonia de iniciación, y la exponencial agudización de sus sentidos consiguiente solo había servido para saturarlo y confundirlo. Ser capaz repentinamente de escuchar hasta el más leve susurro en decenas de metros a su alrededor lo había obligado a taparse las orejas durante dos días, y captar miles de olores a la vez le había dificultado poder concentrarse en uno. Hasta ese mismo preciso instante, en el que su cerebro pareció por fin acostumbrarse a la descarga sensorial y fue capaz de aislar una fragancia extraña, vibrante y... artificial. No sabría decir porqué pero no encajaba. Seguirla hasta uno de los cadáveres no fue difícil, procedía de un tubo de cristal vacío que aferraba el hombre corpulento que le había lanzado fuego del tártaro.

 

- Este matón de medio pelo usando el poder de los Senescales no encajaba, Pavetta

 

Encontró un segundo vial intacto en sus bolsillos. Estaba lleno de un líquido amarillento y su superficie burbujeaba levemente. Parecía alguna clase de poción, pero sus ingredientes no eran naturales ni tampoco detectó en la fragancia los rastros que dejaba la cocción en un caldero de peltre. Se detuvo un instante, sorprendido de que fuera capaz de identificar aquellos matices, pero era como si lo supiera por mero instinto. Sobre su tapón de corcho, escrito en un trozo de papel pegado, se leía la palabra "Génesis".

 

- ¿Una droga que otorga poderes de clan? - se giró furioso hacia la mujer - ¿Qué diablos habéis estado tramando los Inefables?

 

Tras un corto silencio, al ver que el cadáver se mantenía en su digno silencio, conjuró un portal nox y desapareció. Una vez lo hubo hecho, el fulgura estalló en una vorágine de llamaradas esmeralda que redujo la mansión a cenizas en cuestión de minutos.

[Aaron Black Yaxley]

Aaron Augustine Black Yaxley

"Caelum Black"

Departamento de Misterios y cruzada hacia el Área 9

 

Pareciese ser que la vida me castigaba, poniéndome en frente una y otra vez a la Zíngara por delante, pero ésta vez fue diferente pues y de no haberse cruzado en mi camino, de seguro que uno de los filamentos de hielo que lanzaba el futuro marido de Macnair, me hubiese dado de lleno, consumiendo mi alma tal y cual lo hacía con los inertes cuerpos que yacían tendidos a escasos metros de nuestra posición. La sacada y puesta de máscara fue veloz, lo que no quitó la sonrisa que aún mantenía en el rostro. Alcancé a guiñar un ojo y chisté un siseo en seco cuando se dirigió hacia Ragnarok.

 

-¿Será que se llama departamento de misterios?...- comenté con cierta ironía una vez cruzaba las palabras con Ryvak- ... ni los mismos inefables se conocen entre ellos, agentes que con suerte ha de conocer un director esporádico...- reflejé a Anthony en lo platinado de mi máscara-... sin menospreciar tu labor, Ryvak. Pero de haber sabido algo fuera de lugar, lo habrías reportado hace ya mucho tiempo ¿verdad?...

 

Una vez nos apiñamos en el ascensor ministerial, el mismo crujió al duro andar por el desuso de todo el último tiempo y con el índice marqué el botón que nos adentraría hasta la novena planta. El problema fue que no pasaron más de diez segundos cuando el lugar pareció sufrir un temblor lo bastantemente fuerte como para detener el mecanismo. Apegados todos, no perdí tiempo en mirar rostros a centímetros de distancia; apunté mi varita hacia el suelo y reventé la base con un Bombarda, no sin antes materializarme en una voluta densa y oscura que se perdió por el pasaje hasta el Departamento de Misterios. Esperaba que la avidez de mis camaradas fuese tan efectiva como esperaba.

 

***

 

Habiendo llegado al pasillo donde la puerta negra imperaba en el fondo, visualicé a un par de individuos que volteaban velozmente hacia nuestra dirección. No eran guardias ministeriales, tampoco adeptos a la casta mortífaga, ¡debían de ser seguidores del Santo!. Abrieron la puerta y antes de que les llegasen unas Necrohand que acababa de invocar para retenerles, cerraron el pasaje. Sabía que no irían muy lejos, pero tenían doce puertas luego de la que acaban de cerrar y encontrarlos tomaría su tiempo. Caminé a paso firme, deshaciéndome poco a poco hasta volver a formar aquella nebulosa oscura a mi alrededor que me envolvió para arremeter cuan arpón sobre la puerta de entrada, volándola en mil pedazos.

 

Me detuve en el centro de la estancia, reflejando las oscuras, pulidas y elegantes umbrales en la rústica máscara que se imponía sobre mi identidad; erguido, rodeado de puertas y con los demás mortífagos adentrándose en el lugar, extendí la varita para detonar cada una de las puertas, con pequeñas esferas que avanzaron lentamente hasta las mismas para reventarlas.

 

Mayor fue mi curiosidad cuando logré ver al par de individuos tras uno de los umbrales de mi izquierda. Nos observaron y tras los rayos enviados, los detuvieron con gran habilidad, como si manejasen el temporis de los Senescales con gran facilidad; tenían una pila de pergaminos bajo los brazos. Uno de ellos abrió un portal y lo cruzó; arremetí contra el otro, cayendo ambos hacia el lugar donde escapaban... ¿Los demás, con quienes habíamos acudido al Departamento de Misterios, harían lo mismo? ¿Cruzarían el portal?...

 

Varita en mano apunté al tipo con el que había cruzado, quien mantenía una posición de guardia muy en defensiva, mientras el otro corría apareciendo y desapareciendo por todo el pasillo para que no lograsen atraparlo. Atrás del oponente, podían apreciarse cámaras criogénicas- que bordeaban el mismo pasillo, como setos- con personas dentro, ¡gente de todas las edades!, desnudas, hundidas y encerradas tras gruesos cristales rellenos de algún líquido rosáceo y otros más amarillentos. Estaban conectados por mangueras en toda la espina dorsal y una mascarilla que escondía boca y nariz. Parecían dormir.

 

De haberse notado mi rostro, podrían haberse visto los gestos de desconcierto y autocontrol que intentaba congeniar ante lo que mis propios ojos estaban apreciando.

[Thoth]

El egipcio seguio a los demás en silencio, dejando en el camino unos payasos de juguetes, los cuales tenían vida, estos eran sus oídos y vista, el mago oscuro había infundido su alma en esos serees, algo básico de su Clan. El fin del mismo era crear distracción y un poco de caos, ya que supuso que era mejor mantener a todos ocupados, la forma que lo había hecho aparecer fue producto de un conjuro. Sin embargo, a su nivel le produjo cierto cansancio por la cantidad de criaturas que había dejado. Y unas cinco que le acompañan.

 

Al llegar al departamento de ministerio donde Dracony tenía más experiencia, usa su vinculación con la nigromancia y llama a su serpiente fantasmal, la cual ordena en parsel rondar por ese sitio, pues aún recordaba las defensa para poder acedder al mismo, esas proyecciones tan molesta que si uno no es un inefable sería cuesta arriba, pero sus creaciones y Sia poseían cierta inmunidad en cierta medida.

 

Y sin decir palabra alguna Luxure observa la habilidad de su nuevo líder, debió admitir que su poder había incremento desde la última vez que le vio, sin embargo, tenía opiniones encontradas, pero a diferencia de los otros, este reconoció a los hombres del santo, quizás ellos a este al verle, y todo seguía según el plan. Y aún así, el licantropo se encontraba dentro de una encrucijada, no pensó nada respecto al tema pues conocía la fama que algunos de sus compañeros de ideales podían leer la mente, sólo se limitó a invocar el kansho como medida de protección y estar dispuesto de usar su varita, la cual adquiere su forma de Cristal, esto debido que ahora era una Vara de Cristal

 

En momentos el mago pensó usar sus criaturas y en otros usar su poder, pero el despliegue de quien parecía dirigir era más rápido que su accionar, incluso Ragnarok y Vos Alexandros había hecho algo útil en la misión,este en contra parte parecía un niño a quien debía de cuidar, era posible que sus otros compañeros fueran con ellos y otros como Malfoy fuera por su camino, pero aun así siguió hasta el final, sea que sirviera para algo o fuera un solo espectator de los hechos, quizás es así donde su poder recaía o era su misión.

[Hades Ragnarok]

HADES RAGNAROK

Ministerio de Magia

 

El vampiro se mantenía con aquella mascara puesta cuando se encontraron con aquella figura, Observo a candela a los ojos mientras con el rabillo del ojo miraba hacia atrás por si llegaban muchos más magos de seguridad o por si habían dado la alarma, que seguramente, ya había sucedido. Escuchó sus palabras. Aquello era mucho más grande y peligroso de lo que esperaban o sospechaban. El hijo de la noche volteo para ver al Ryvak mientras esperaba que este respondiera a la pregunta de la Triviani.

 

Pensó un poco en todas las posibilidades y estuvo de acuerdo con el Von Alexandros en ir hasta el departamento de misterios, obtener información y luego podrían irse de allí. Al hijo de la noche le apareció una chispa de ira cuando a Kraven se le ocurrió la maravillosa idea de decir su apellido.

 

Definitivamente aquella noche nada estaba saliendo como estaba planeado. Muchos estorbos para una sola velada. Definitivamente el hijo de la noche tendría que salir rápidamente de allí. Había coas importantes que atender. Tras la máscara observo a Aarón quien por un segundo llamo su atención para escuchar las palabras de este. Observó a Anthony esperando alguna respuesta y como Kraven ya se había largado a los ascensores.

 

Siguió tras Aarón sin meterse en sus asuntos, él era el líder, por lo que debía ser el primero en actuar y guiarlos. El Ragnarok podía sentir el peso de su filosa Katana a sus espaldas. ¿Cuánto había pasado desde aquella última vez que había sentido el poderoso y letal peso de aquella arma que fue forjada para él?, ¿Cuándo había sido la ultima vez que la uso?, la última vez que había portado aquella mascara. Corrió tras el ex ministro siguiendo sus pasos y sin perder de vista todo lo que sucedía y había a su alrededor. ¿Cruzar aquel portal sin saber a dónde iban a ir a parar?, pan comido de cada día.

 

Aquellos hombres que habían perseguido estaban prácticamente acorralados. El cainita tras la máscara dibujo una mueca sádica y malévola. Pensó en usar aquel conocimiento del señor de las almas y probar el titiritero en aquellos magos que se habían defendido del ataque de Aarón, por lo que supo y supuso que aparte de dominar aquella magia oscura eran muy poderosos. Sin embargo, él en aquel momento era el estudiante más cercano y avanzado de la Boswell por que debía pensar en alguna cosa o más bien, doblegar a aquellos magos.

 

Mentalmente usando un Asalto psíquico se conecto con aquellos que habían robado los poderes oscuros e intentaban utilizarlos para quien sabia que fines. Aquello era una lucha de poderes yd e mentes y ganaría la mejor y la más apta, ya que ellos también conocían aquellos secretos y ambos intentaban controlar la mente del vampiro mientras este les obligaba a rendirse.

 

-No se confíen son más hábiles y fuertes en las artes oscuras de lo que creen –dijo el Ragnarok a quienes estaban junto con él en aquella misión- si piensan hacer algo háganlo de una vez y cuiden sus mentes –aconsejó el vampiro, si bien, el no podía dar órdenes como Aarón y sus lugartenientes las cuales no estaban allí, el hijo de la noche podía aconsejarles.

 

Aquello era una guerra sin cuartel entre el alma de los seguidores del Santo, y el “alma” del Ragnarok.