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Aventura Mortífaga IV - El desafío final


Arya Macnair
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El egipcio se encontraba hablando largo y extendido con Imoted, aunque, de sus manos dejaron de salir ese saber del clan de los Senecales de Caronte. Sin embargo, al parecer la posesión de esa alma comenzaba a quebrantar ese hielo de averno, aunque estaba seguro que nadie se había vinculado a su alma, esa barrera que había creado le había ocultado de sus enemigos, de igual forma, al usar sus objetos de los Uzzas se resguardaría de las miradas indiscretas y que alguien pudiera escuchar su conversación, además su alma no aceptaría que alguien ocupara, era algo que había aprendido de la Maestra del Puerto, que en algo se debe ceder.


Por otro lado, no todos habían pagado el precio exigido para estar en esas tierras del olvido, lo cual transcurre a una velocidad diferente al mundo real, o eso pensaba el egipcio. En ese momento su poder comenzaba a menguar, ya que había llegado casi a su limite. Y ese año había terminado. Este al terminar se encontró en ese bosque, aquel sitio donde había comenzado su aventura, cercano a donde pudiera vivir uno de los lideres del clan, pero éste no espero a ser descubierto, y con lo poco de su poder regreso a su país de origen.


Egipto | Ciudadela de la Muerte | Azrael Licaón


El tiempo comenzaba a pasar, éste desconocía los planes de la marca tenebrosa, a pesar que aún en su cuerpo se encontrará agotado, a penas se desviste, y se tumba en su cama, su ropa se encontraba esparcida en el suelo, su elfo domestico la recoge, y comienza el Regente comienza a dar el anuncio referente al poder que ejercería el Licaón, aquel que había heredado de su hermano mayor la responsabilidad, aunque, para ese tiempo, nadie le había visto. Y ese mago oscuro debería fijar su mente en crear marionetas para ocultar su identidad.

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LANZAMIENTO DE DADOS:

 

1- SI EL RESULTADO ES CERO:

Los caballeros de Walpurgir se verán atacados por una neblina gaseosa que pronto adoptará la forma del animal que más temen, pero de tamaño gigante. Si no le temen a nada se convertirá en un oso o un lobo

 

Los senescales de Caronte descubrirán que las almas corruptas de Mortífagos muertos querrán hacerse con sus cuerpos para impedirles encontrar la salida al próximo escenario.

 

Los discípulos de Nosferatu se enfrentará a su propio reflejo, creado mediante un encantamiento que le dará vida a su sombra, por lo tanto sabe cuáles son sus fortalezas y debilidades.

 

2- SI EL RESULTADO ES PAR:

Escogerán a cualquier otro miembro de La Marca Tenebrosa que esté jugando y deberán atacarlo con un solo hechizo ¡cuidado! puede que también deban defenderse o curarse de acabar heridos. Sin abusos, por favor, un solo ataque arrobando al objetivo para que este sortee el obstác.ulo

 

3- SI EL RESULTADO ES IMPAR:

Un ejército de sombras aparece de la nada y comienza a atacarlos con hechizos de tipo rayo. A elección, dos para cada participante de la aventura.

 

UNA VEZ QUE SE LIBREN DEL RESULTADO DEL DADO QUE TIRARÉ A CONTINUACIÓN SUCEDERÁ LO SIGUIENTE.

Como un hechizo aturdidos, salido de la nada, alguien logra desvanecerlos. Al despertar lo primero que notan es que NO están donde recuerdan haber estado, sino en un sitio total y completamente OPUESTO. Allí deberán hacer todo lo posible por encontrar una irregularidad en el ambiente, como un pomo de puerta en la corteza de un árbol o similar (? para dar con la salida y así enfrentarse al reto final.

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Esta capacidad de resistir a momentos difíciles a pesar de adversidades que todos experimentamos, donde encontramos esa energía para seguir adelante aquella que despierta de nuestros adentro cuando uno no la espera, pero se encuentra ahí dispuesta a emerger en ese momento dado. Quien más quien menos, todos conocemos qué es vivir momentos especialmente duros y sentir precisamente en esos momentos una “fuerza serena” que parece llevarnos de la mano, sin angustia, y con confianza.

 

-<<Será suficiente tener una dieta alimenticia adecuada para darle a mi cerebro aquellos nutrientes que necesita, en especial y de suma importancia consumir las vitaminas que puedo obtener del pescado>>-. Pensaba diciéndose el mismo, mientras sin mucha gracia con sus garras el lican fileteaba el animal que con sus manos desnudas había conseguido del rio mas próximo donde se encontraba, una cabaña en medio de la nada rodeada de arboles parecidos a los abetos que decoraban ese lugar con hojas secas caídas por doquier.

No era mucho de esperarse que su labor al aire libre que ejercía le hacia pensar mas en sus deberes y en su futuras acciones, ya que le aclaraba la mente ocupando la suya en otras cosas que no sea el trabajo, del cual que se había ausentado por considerable tiempo. Sin mucha preocupación limpio sus manos en el overol que llevaba puesto para dejar en un depósito lo que iba a consumir de aquel animal. No sabia bien si lo iba a hacer al vapor o quizás seria bueno usar el horno pero prefirió ahumarlo y dejarlo secar al sol con poca sal, para ello preparó el fogón el cual encendió sin problema ya que la experiencia en ello a la vida libre no seria ningún problema para él y los suyos.

 

Reposaba un momento espetando la naturaleza que le rodeaba, sin muchos animales del que aprovecharse aunque tenia un presentimiento que ya le aquejaba varios días, los cuales había soñado varias veces y eso le tenia confuso al no poder entender lo que quería decir. Repasaba cada paso en su memoria, como un viejo juego de ajedrez que se repetía sin cesar buscando una solución. Cerró sus ojos y empezó a meditar por un instante, dejando su mente en blanco, pasando los segundos lentamente y respirando oxigenando su ser continuamente. Empezando a escuchar los sonidos que le rodeaban tratando de olvidarse de ello y hacer caso a no perderse en lo que hacia. Escuchando voces en su interior que hablaban entre si, como una charla amical cuando la briza del viento toca el rostro de manera suave.

De la nada empezó a sentir algo que le picaba la cabeza y unos aleteos mas, que le hizo abrir los ojos en forma serena, girando el cuello de tal manera poder observar que cosa era, mientras levantaba su mano para sentir lo que era. El animal voló hasta las piernas del joven sin miedo, observando era de plumaje blanco y esta llevaba en sus patas algo que sujetaba amarrado, que al parecer eran un mensaje y un pequeña bolsa.

 

El ave se dejó manipular mientras este estaba ya de pie desatando ambos objetos de las patas, dejándolo libre para que diera retorno finalizada la lectura del escrito, abriendo la bolsa y sacando un pequeño prendedor, atino a cambiarse de ropa, usando la varita cubriendo su rostro bajo su mascara sin perder tiempo tras aquellos arboles, para luego con el cual realizo un pinchazo con el prendedor en la piel de uno de sus brazos, llevándole a través del tiempo y del espacio a una esplanada cercano a la fortaleza oscura mortífaga, donde otro quienes le rodeaban ya estaban ahí.

-Eterno, caminando hacia los presentes sin llamar su atención. se posa a escuchar y enterarse de lo ocurrido.

 

@Arya Macnair

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Egipto | Ciudadela de la Muerte (dado 7)

 

El egipcio se encontraba atravesando por una pesadilla, éste soñaba con su primer esposo y como no podía salvarlo, aunque le tiene entre sus brazos despierta todo asustado. En ello nota que en su habitación una legión de sombras aparece, apenas si se estira para tomar su varita. Y de su mano comienza a salir una ventisca fría, pareciendo un rayo y creando rápidamente una muralla, las sombras lanzaban repetitiva el sectusempra, con la intención de matarle, incluso intercambiaba con la maldición imperdonable acecina.

 

Sin embargo, su saber del hielo del averno o los poderes de los uzzas en combinación no le resultaron , dado que una de esas sombras le aturden, haciendo que el mago pierda la inconsciencia, estando desnudo a la merced de esos seres , los cuales solo sabían ellos sus intenciones finales.

 

Uriel Luxure | Titiritero | Plaza Roja | Rusia

 

Los copos de nieve caían en el desnudo cuerpo del mago, que en su mano derecho se encontraba cercana a ésta su varita, éste cuerpo se encontraba reposando en la grama, algunos que allí pasaban le observan curioso, con cara de escándalo. Y lentamente el mago comienza a recupera su conciencia, abriendo lentamente los orbes, pero era extraño, ya no se encontraba en su hogar, mucho menos en su calor de aquel cuarto, aquella brisa gélida golpeaba su cuerpo.

 

-¿Donde estoy?-

 

Éste menciono, pero no estaba seguro de lo que había ocurrido y como había llegado a lo que parecía ser un extraño paraje, sin embargo noto que nadie de la Marca Tenebrosa se encontraba presente, esto lo detallo al observar en todas partes y se ponía de pie, sujetando su varita, comienza a pasar su mano, ésto hace que su máscara de zorro le cubra el rostro, esos seres se encontraban alarmados, jamás habían visto algo así, pensando que se encontraba contra un mago, por lo que salieron corriendo, pero con el su varita permite que su cuerpo se vistiera de una prenda blanca, abrigada para ese rumbo.Y con su capucha se oculta la mascará.

 

 

"Al parecer algo ha cambiado, no estoy seguro de lo que sea, pero éste sitio es extraño."

 

Pensó, y comenzó a caminar, pronto llegaron a su encuentro algunos aurores, por lo que se dispuso a combatir con la combinación de todos sus saberes, pero no podía solo por lo que crea una muralla que le sirve de protección, el egipcio pensó en desvanecerse o usar el portal pero no pudo, por lo que se vio obligado a correr a otro rumbo, en eso tropieza con una manija en el suelo, que casi lo hace caer. El la observo extrañado, la giro, y levanto la puerta, lo cual abre una escalera y éste comienza a descender. Y la puerta, se cierra, quizás llegaría a otro rumbo, pero por ahora se encontraba en otro sitio, diferente y extraño a donde había estado antes.

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Al vampiro jamás le habían gustado aquellas tretas y ahora estaba allí en aquella arena. Aquello le recordó las innumerables clases con los guerreros Uzzas cuando tenía que demostrar su valía luchando. Ahora, mucho tiempo después, se encontraba rodeado por sus compañeros y quien sabe por cuantas más cosas.

 

La verdad lo quisiera o no, sabía que había aceptado todo aquello. Su maestra, seguramente lo estaría observando desde algún punto esperando ver como fracasaba o si en verdad era digno de ser un maestro de los senescales de Caronte. El tatuaje de aquel barco era mucho más evidente, elaborado, solo faltaba un poco para ser completado y estar allí, haber aceptado su destino, ya que había tomado una decisión y ahora debía afrontar las consecuencias de sus actos era lo que necesitaba.

 

Busco con los ojos a la Macnair, lo tranquilizo un poco el no verla, pero eso no quería decir que en cualquier momento podría aparecer, sal menos, si le tocaba morir al hijo de la noche su esposa no lo vería, él, no deseaba que la ex vampiresa lo viera morir si el día llegaba. Recorrió con el rabillo del ojo la arena. Al parecer, cada uno de los que se encontraban allí tenían sus propios problemas, al menos, eso quería decir que absolutamente nadie estaría metiendo sus narices en sus asuntos o en sus decisiones. Claro estaba, a menos que apareciera la Macnair (XD)

 

Un movimiento extraño llamo su atención. El Ragnarok tomo rápidamente la varita y miro hacia el lugar pero no vio nada. Negó con la cabeza, estaba alucinando, quizás, aquel prendedor tenía algún tipo de maldición o le había colocado algo mas su maestra. Nuevamente, noto el movimiento. Se movió rápidamente y apunto pero otra vez no había nada allí. ¿Estaba volviéndose loco?

 

-Definitivamente esto no me gusta nada –susurro para sí mismo- <<vamos Ragnarok, no es momento para desvaríos o perder tu mente, estos son seguramente juegos mentales y mortales, ¿Cuántas veces has tenido que luchar contra ellos desde aquella vez en Grecia?, lo recuerdas verdad?, recuerdas como te torturaron aquellas imágenes?>> –se riño así mismo obligándose a calmarse.

 

El rayo salió de la nada. Un sectusempra iba directo hacia su corazón. Esta vez, su instinto pudo mas, movió la varita, para usar un protego que sería su defensa normal, pero aquel extraño poder, aquellos conocimientos sobrepasaron a su instinto por lo que utilizo un Circulo Astral el cual ralentizó aquel ataque y el Petrificus Totallus que venía desde otra dirección y había salido mucho antes que el sectusempra y el no se había dado cuenta de ello. La función de aquel ataque?, paralizarlo y que el sectusempra diera de lleno sin ningún tipo de obstáculo y misericordia. Pero gracias al círculo astral, aquellos 2 rayos viajaron lentamente hacia sí y con un movimiento de su varita pudo deshacerse de ellos.

 

Claro estaba. El hijo de la noche al fin pudo ver a los atacantes. Gracias a la ralentización del tiempo y que este iba mucho más lento de lo que debería pudo ver aquellas sombras invocadas que le estaban atacando. Ahora, estas no podían desaparecer tan rápido, por lo que el cainita pudo ver sin ningún tipo de problemas todo lo que sucedía.

 

Bufo, maldijo, paso la lengua por los filosos y ponzoñosos colmillos vampíricos. Aquellas sombras no eran nada comparadas con las que invocaban aquel demonio mayor de las sombras y su hijo, a quien el hijo de la noche le llamaba maestro y del cual le hubiera gustado recibir sus conocimientos. Aquello no era nada, las sombras que lo atacaban eran una mísera y patética excusa.

 

-Yo he visto la muerte a los ojos, he visto cosas mucho mas allá de lo que se imaginan, ustedes no son nada –las desafío al ver como aparecían cada vez mas. Dibujo una sonrisa macabra e su nívea faz. El Ragnarok se iba a divertir mucho, de eso no había duda.

 

Off: El resultado que aparece es 7, lo estoy tomando por si hay algún cambio de dados después.

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Todavía sentía calosfríos por las noches después de haber salido moribunda de las Tierras del Olvido. Constantemente Hades me abrazaba para darme calor, a pesar de que su agarre era frío por su condición de vampiro, al menos con él me sentía más segura. Jamás, en mis años de vida, me había sentido tan vulnerable como cuando había atravesado aquel bosque plagado de fantasmas del pasado y habíamos ingresado en la blanca mansión, inmaculada, en medio del denso follaje. Sin embargo, más allá de mis pesadillas, los recuerdos eran confusos, como si una neblina se hubiera asentado en mi mente luego de retirarnos... casi como si las mismas tierras me hubieran instado a olvidar.

 

El escalofrío me recorrió de nuevo, despierta esta vez, como una caricia helada que iba desde el cuello hasta la mitad de la espalda y hacía que los bellos de mis brazos y piernas se erizaran por completo. Era aterrador sentirse así, saber que ni la varita podía alejar a esos demonios que vivían dentro de mi cabeza, atormentándome por las cosas que había visto y oído, como si toda esa maldita mansión no fuera más que un método de tortura. Apenas me había arrastrado afuera, sangrando, mientras Arya, Juv y Hades habían conseguido el recuerdo de El Santo. Inútil, así había resultado mi accionar en aquella escena. Inútil, patética, débil....

 

Golpee la mesa de madera con el puño cerrado y sentí el ardor de la piel al abrirse. Kore pegó un grito y comenzó a llorar, lo que me obligó a girarme y pedirle perdón, con voz tiernas, mientras la tomaba en brazos y le susurraba cosas hermosas, cosas que la calmarían... más no a mí. Me sentía realmente patética cuando Hades no estaba alrededor, como si un pedazo de mí se hubiera quedado atrapado en la oscuridad de la mansión y no pudiera recuperarlo, como si algo hubiera absorbido toda mi calidez humana.

 

Un cuervo graznó y giré hacia la ventana abierta de la cocina. Sus ojos negros me miraron, ladeando la cabeza como un depredador y dejó caer un prendedor antes de marcharse, el cual rebotó en las lozas del piso y rodó hasta tocar mis botas. Me agaché, no sin cierto esfuerzo debido al peso de la bebé y lo tomé entre mis dedos. El símbolo del clan y la marca brillaba. Lo giré entre mis dedos... Volví a mirar en la ventana y noté que había un sobre de papel, con pulcra caligrafía y sólo algunas cosas escritas en él: "Pínchate un dedo". Bufé... Evidentemente Arya había logrado lo que quería... ahora me tocaba enfrentar el desafío de los clanes para demostrar lo que valía... o si valía algo.

 

-¿Marcus?- llamé a mi hermano, que en un abrir y cerrar de ojos ya estaba atravesando la puerta.

 

-¿Sucede algo?- preguntó, preocupado, mirando alrededor... oliendo el aire.

 

Bufé, de nuevo.

 

-Tengo cosas que hacer... ¿puedes cuidar a Kore unas horas?- pregunté, dándole a mi hija y quitándome el delantal que había estado vistiendo para evitar que la ropa se manchara.

 

Asintió, sin preguntar. No lo necesitaba. Él era Legeremante como yo, podía leerme como si fuera un maldito libro abierto y desde que habíamos regresado de las horribles tierras más allá de la Fortaleza, no había hecho otra cosa que sondearme día y noche. Si no era Hades, era él, como un par de mamás gallinas cuidado a su polluelo. Me hacían sentir rota o dañada...

 

-Vale, gracias... Pórtate horrible, bebé- besé la frente de Kore y clavé, un momento, los ojos en Marcus. Titubee... Pero no dije nada.

 

Acto seguido, me pinché un dedo con el prendedor.

 

 

 

Nota: salió 7 en el dado por lo que veo. En mi próximo post comenzaré con el escenario o/

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Gracias al Circulo Astral el cainita había podido distinguir a los atacantes, había usado el protego como escudo y había conjurado una docena de cuervos con un avis para parar el ataque. Luego de aquello, después de que tuviera campo y visión libre el hijo de la noche volvió a dejar que el tiempo tomara su curso natural y todo comenzó a moverse a velocidad normal. Claro estaba, el cainita ya se había movido y se encontraba mucho más cerca de aquellas sombras.

 

Mientras dibujaba la mueca macabra en su nívea faz y el brillo de intensa maldad aparecía en sus orbes negros como el abismo el cainita buscaba entre todas las cientos de imágenes que tenía en su cerebro intentando encontrar una respuesta o mas bien, la forma de vencerlas.

 

En Grecia, hubiera utilizado las armas angelicales que le habían dado su amiga y quien después de mucho tiempo término odiándolo (como todos los que le conocen). Recordó las espadas, los aros, las veces que había tenido que luchar contras las sombras sin alma y misericordia mientras defendía una mansión que seguramente estaba ya destruida, y en cuyas paredes y jardín existían escritos o palabras insultándolo. Aunque claro, en esa época el le daba asilo a varios viajeros que como él habían llegado a aquel mundo de alguna manera extraña. A su mente llegaron nuevas imágenes, imágenes del momento en que las habían derrotado. Recordó a Herisheff quien había luchado junto con él contra aquellas otras sombras invocadas.

 

-<<lo siento, les falle>> -pensó el vampiro para luego intentar quitarse aquella imagen de la cabeza.

 

Aun el hijo de la noche podía sentiré el peso de su filosa Katana en la espalda, se movió, iba a invocar el Fuego del Tártaro para así deshacerse de las sombras que estaban atormentando tanto a él como a sus compañeros pero de un momento a otro todo se había vuelto negro, parecía como si la nada se hubiera tragado todo.

***********

 

El Ragnarok se sentía aturdido, aun todo estaba negro o más bien oscuro. Le dolía el cuerpo y los músculos, aquella misma sensación como la que muchas veces había experimentado en la sala de recuperación mortifaga de San Mungo cuando había perdido la vida y el cuerpo se agarrotaba.

 

Al abrir los ojos estaba mucho mas confundido aun, un poco aturdido. Se movió, estaba en el suelo, por lo que se sentó un segundo mientras recuperaba todos sus sentidos. Le extrañó y le sorprendió que ya no estaban en la arena donde había comenzado todo, ahora estaba en un lugar mucho mas diferente. No le gustaba el cambio, no sabía si era bueno o no

 

Off Bueno, supongo ue espero la segunda lanzada de dados ya que este es mi tercer rol ^^

 

@@Arya Macnair @@Sybilla Macnair

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Los ojos de Marcus me siguieron cuando había pinchado mi dedo. Incluso girando en aquel torbellino de colores, jalada por un gancho invisible a la altura del ombligo, podía sentir su mirada cuando había notado mis nudillos rotos pero no había dicho nada, ni aún entonces, ni siquiera habiendo escuchado mi golpe. ¿Tan lejos llegaba su sondeo mental que ni siquiera se había molestado en ver de dónde provenía el ruido? No... no era eso. Me estaba dando espacio. Seguro que Hades le había dicho que me dejara en paz un poco o yo iba a explotar, tarde o temprano.

 

Aterricé a duras penas sobre un suelo firme y seco, tierra se levantó a mi alrededor pero logré conservar el equilibrio al desplegar mis maravillosas alas negras, como una suerte de ancla que me tiró hacia atrás un poco y evitó que cayera de bruces.

 

-Sangre de Caín- musité, abriendo y cerrando la mano hasta que los nudillos sanaron por completo, sin dejar cicatriz. Me había vuelto más poderosa en las últimas misiones y ahora podía, incluso, sentir con mayor firmeza a las personas a las que le otorgaba mi sangre. La conexión era mayor. Kore, de por sí mi hija, era como una antena viviente y latente que me llamaba a casa todo el tiempo... a veces hasta dolía.

 

Levanté la vista de mi mano y me di cuenta que estaba directamente dentro de una Arena de Combate. Maldije. ¿No podríamos haber mantenido una reunión previa y algo monótona para desestresarme? No, tenía que ir directo a combatir, con mi mente cubierta por aquella niebla que apenas me dejaba pensar, rodeada de fantasmas sin rostro que me dificultaban distinguir amigo de enemigo... Enojada, furiosa, débil. Cerré mis manos en puños y visualicé a Hades no lejos de mí, totalmente concentrado. Era mejor así, mantenernos distanciados un poco para que yo no fuera una distracción para él.

 

Nada más pensar aquello, una serie de sombras -si eso es lo que eran- aparecieron a nuestro alrededor, mío y de todos los que nos encontrábamos en la Arena. Materialicé a Shember en mi zurda, mientras con la derecha invocaba la Sangre Corrupta, una suerte de baba verdosa y terriblemente degradante que podía expulsar a varios metros de distancia. Era como una especie de ácido que derretía la piel y huesos, algo horrible de ver y peor de sentir.

 

-Vengan malditos- susurré.

 

Uno de ellos lanzó un ataque físico, volando hacia mí -porque no parecía tener pies- y sosteniendo algo que parecía ser una lanza. Claro que la cosa se ofuscaba y era difícil de distinguir, pero yo tenía el poder de manejar las sombras, apenas lo estaba controlando, pero aún así podría intentarlo. Esquivé el golpe y entonces escuché que otra de esas cosas exclamaba algo en una lengua extraña... Un rayo voló hasta mí. ¡Un maldito Sectusempra! ¡Esos bichos podían invocar magia con varitas!

 

-Protego- casi me sentí est.úpida de que mi primer hechizo fuera un escudo, pero me había tomado totalmente desprevenida. El escudo me protegió del rayo y con la diestra lancé la baba verdosa al de la lanza, que se deshizo en un chillido poco entendible-. Necrohands- el par de manos fantasmales surgieron a mi alrededor, grandes y listas para defenderme o atacar según se los pidiera.

 

Otra de las sombras lanzó algo que parecía ser un Forúnculus e impactaron contra las Necro que tenía invocadas, mientras un cuarto y un quinto se lanzaban contra mí, con sus espadas de sombras. Eran al menos unos 5 o 6 con los que estaba luchando. Se ofuscaban y luego aparecían en otro lado, rodeándome. Yo movía mis alas para cortar el aire, mientras con la diestra lanzaba la sangre corrupta y con la zurda me defendía de los hechizos. Estaba agotada, mental y físicamente luego de unos veinte o treinta minutos, ni siquiera sabía cuánto tiempo había pasado...

 

Las Necrohands se desvanecieron por acción misma de mi debilitamiento.

 

-DESMAIUS- la voz no super de dónde provino, pero con mi espalda descubierta, el rayo impactó en una de mis alas, deshaciéndola... y lo último que vi fue un de las lanzas-sombra clavándose en mis costillas del lado derecho, antes de caer desmayada.

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Detestaba que cuestionarán la efectividad de sus acciones en favor de su bando, pocas veces se le ponía a prueba de una forma tan descarada. Empero, si para ser una senescal de Caronte en toda la extensión de la palabra, debía pasar por esa clase de procesos tan demandantes, no se lo pensaría dos veces y acataría a rajatabla las ordenes de Asra.


Una lechuza ávida de entregar el mensaje que llevaba atado a su pata, golpeaba con el pico la ventana dela habitación de Hasani. Hysy le miró con recelo, desconfiaba de todo y todos, pero al ver que Hasani la recibía como una vieja amiga, suavizaba las facciones de su rostro. Eran seres carentes de expresiones reales en sus fases, no les molestaba aparentar una simpatía o displicencia ante los que les rodeaban. Justamente por eso eran como uña y carne, unidos por algo más que la conexión que las máscaras que el fabricaba para ella originaron.


— Son asuntos privados, no tienes por que reaccionar así siempre—le enfrentó con una mirada lapidaría. Entendía que era momento de cuidarse las espaldas entre ellos, pero en ocasiones era mucho mejor mantener un perfil bajo. Su cuerpo se relajó al sentir el prendedor que le extendía con su pata el ave, admirando lo precioso que era lo abrió con serenidad pinchándose el dedo con el broche. Su sangre corrió por el objeto, impregnándose un poco de ella en esté.


— Es momento de partir—sintió como algo le tiraba hacia el centro de un vació que le llevo hacia una arena. Era muy similar a la que se empleaba en los tiempos de la era romana, coliseos adecuados para que los valientes guerreros se batieran a duelo contra criaturas que les superaban en tamaño y peso. Algo dentro de ella se removió, tal y como lo hacen las placas tectónicas en el interior de la tierra. El miedo no era un sentimiento que habitará dentro de la Nigromante, haría lo que fuera necesario para demostrar que tenia lo que se requería para poseer todos los conocimientos y habilidades que otorgaba ser un Senescal de Caronte.


La señora de las almas, ahora era un mote que usaría a su favor. Los horrocruxes que creó para proteger su alma permanecían a buen resguardo, ahora le tocaba probar otros de los poderes que Asra les otorgaba a sus seguidores—Circulo Astral—el tiempo avanzaba de forma pausada, desviando su mirada hacia el reloj que llevaba en su muñeca, percibió como este se movía tan lento como las patas de una tortuga. Analizando todo lo que le rodeaba, retrataba en su mente los rostros de sus compañeros. Coleccionándolos dentro de un álbum de fotos que perduraría por siempre en sus recuerdos, aferrándose a que todo sacrificio realizado por cada uno de ellos tendría su merecida recompensa.


— Una gota de sangre es como dejar caer un grano de arena en el inmenso desierto—le gustaba esa sensación de suficiencia que se apoderó de su ser. Sus sentidos estaban alerta en todo momento, el tener el más mínimo descuido le jugaría en contra y quizás la colocaría entre la espada y la pared. Las malas pasadas jugadas por esos duendes malnacidos, no serían olvidadas fácilmente por la metamorfomaga. Ya se las cobraría, pero ahora su única finalidad era pasar con nota alta las pruebas o obstáculos que les presentarán por delante los lideres de los clanes.


Tuvo el privilegió de conocer a Asra, pero no pudo charlar con ella a fondo o como le hubiera gustado. El crear nexos con la lidera de los senescales de caronte, no era del todo descabellado y posiblemente, le daría la oportunidad de aprender algo más que el manejo de los poderes y habilidades que poco a poco formarían parte de su arsenal. Las manecillas del reloj seguirían avanzando con lentitud, pero de un momento a otro aceleraron su paso moviendo todo lo que le rodeaba como sucedía dentro de un huracán.

Cuando eres tan grandiosa como yo, es difícil ser humilde

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Básicamente ya eres la mitad de una maldición

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