MISION In Itinere

[Nate Weasley]

El frío lo zarandea y lo obliga a mantenerse despierto, alerta. Aquello le viene bien: desde su última misión junto a Sherlyn y a Goderic, apenas puede conciliar el sueño por más de unas horas y, cuando lo hace, no es más que un sueño superficial y poco reparador. No puede dejar de pensar en la figura incorpórea de Freyja que, aún en su etérea existencia, transmite un mensaje urgente y pone en evidencia la fragilidad de la Orden del Fénix. Aquello es, por lejos, lo que más le molesta. La Orden lo es casi todo para él: ya no tiene familia ni pareja y su trabajo ya no lo llena como solía hacerlo antes, pero el bando es para él lo que en otros entonces fueron otras cosas: su razón de ser, su guía, su faro. No está del todo seguro de si tiene que ver con su cargo de Lugarteniente, pero el sentimiento es innegable.

 

Con un sencillo gesto de su varita, cierra el portal porque llegaron, sellando oficialmente la comunicación entre la explanada del estado norteamericano y la humilde morada londinense que sirve de cuartel para la Orden. Una altísima montaña, un lago prácticamente congelado. No hay signos evidentes de un iglú o un desierto, más las palabras del predicador que hace poco ha conocido le permiten dilucidar vagamente lo que podría ser un mensaje alternativo bajo las palabras no del todo claras de Freyja. Nathan cierra los ojos, permitiendo que su cuerpo se acostumbre poco a poco al frío que se esfuerza por doblegarlo y minimizar su contextura, a lo cual se resiste.

 

Sabe que debe concentrarse en lo que David, Rory y Martin están haciendo. Después de todo, una de sus tareas es guiarlos en sus inicios en sus respectivos clanes, pero no puede llevarse a hacerlo: poca idea tiene de la magia que Rory y David quieren manipular, y si la oscuridad dentro de Martin no es lo suficientemente poderosa, ni el más certero de sus consejos logrará sacarle los poderes que la Fortaleza Errante tiene para enseñarle. Sherlyn, por su parte, está lo suficientemente avanzada en su propio clan como para que el Weasley tenga que preocuparse por ella: se lo demostró en la Mansión en la que encontraron la vasija de Freyja. Opta, entonces, por alejarse un poco del grupo y evaluar el panorama.

 

– Criaturas de las Sombras – invoca, escudriñando el horizonte. Evalúa, por segundos, separarse de su sombra y enviarla a explorar los alrededores pero su experiencia en la Mansión le recuerda la insensatez de aquello. Por el momento, es más prudente limitarse a invocaciones que no irán en detrimento de su energía vital. Ante sus palabras, una serie de animales de varias especies y tamaños se congregan frente a él, cada uno de los cuales parte en distintas direcciones una vez que Nathan les ha dado la orden.

 

Está a punto de volver con el grupo cuando la tierra tiembla y el hielo que está bajo sus pies comienza a resquebrajarse. Un segundo, y cruzar con una mirada con Rory, y luego caer....

 

@@Rory Despard @@Martin N Roses @@Sherlyn Stark @@David James Dumbledore

[Sherlyn Stark]

— Muchas gracias.

Agradeció la bruja ante el acto de compasión y solidaridad de Martín, esbozó una leve sonrisa que luego fue desplazada por el temor que le infundían sus nervios. Se puso los guantes delicadamente y flexionando cada uno de sus dedos con dificultad, eso le hacía saber que había llegado en el momento perfecto, ya que evitaría problemas de circulación más adelante y no entendía por qué no había tenido esa idea anteriormente. Frunció el ceño y se concentró en sus pensamientos.

Era parte de la Orden de Avalón desde hacía pocos meses era por eso que al saber que debía emplear hechizos con tanta complejidad le generaba nervios e, incluso, en los más profundo, temor. Permanecía con su mirada fija en la montaña que tenía delante pensando en las diferentes historias que había oído sobre Alaska y tratando de imaginarse cuál de ellas era verdadera, de esa forma podría determinar el nombre del espíritu al que podría invocar. Tenía algunos nombres en mente, aún así, sabía que debía ser alguno acorde a la situación y que supiera sobre la Orden del Fénix.

David había invocado un bastón lo que la impresionó bastante y sintió un poco de admiración ya que lo había hecho con tanta facilidad. Estaba segura que había estado practicando, aunque consideraba también que algunos magos y brujas tenían poderes innatos, lo que también era probable en ese caso. Martín se proponía a escalar la montaña, en caso de que fuera necesario lo que le resultaba descabellado dado la pendiente pronunciada de la misma, pero tampoco dudaba de las capacidades de su compañero.

Creía que en caso de que fuera necesario subir a la montaña para mantener a salvo la vasija ella podía emplear el poder que la diosa le concedía y así transformarse parcialmente en algún animal con alas. Jamás lo había intentando y tampoco estaba segura de a dónde debían ir, así que solo se mantuvo en silencio mirando hacía la montaña y dándose cuenta que debía actuar de inmediato aunque desconocía si había un limite de tiempo.

Se apartó unos centímetros del grupo procurando no alejarse demasiado y decidió hacer uso del poder Llamatus Seres. Cerró sus ojos sintiendo sus párpados fríos y tiesos, e imaginando que su voz también lo estaría así que decidió pensar con precisión:

« Espíritu en silencio, requiero tu refuerzo, hazme de ti ayudar, Yega a lugar».

Abrió sus ojos lentamente y delante de ella se encontraba el espíritu de un leñador de común y corriente, que a simple vista parecía desconocer completamente sobre la magia, pero tenía entendido que no debía dejarse llevar por simples apariencias. Saludó cordialmente intentando mantener una voz clara y firme, lo que era difícil dado el aire gélido que corría en la zona y al mismo tiempo se sentía cansada por la cantidad de energías que había utilizado.

Giró hacía atrás para ver a sus compañeros y fue cuando se percató de que Nathan no estaba.

— ¿Dónde está Nathan?

[Rory Despard]

Escalar la montaña no era tarea sencilla, pero Rory estaba más motivado al ver los poderes de sus compañeros desplegarse. Martin, David y Sherlyn estaban adelantándose para ascender aquella pronunciada pendiente, y él se dispuso a seguirlos pero apenas había dado dos pasos cuando su mente y todo cuanto tenía alrededor se nubló. Muchas imágenes se sucedieron, completamente incomprensibles, pero todas con un denominador común: Nathan aparecía en ellas.

 

Cuando reaccionó a la visión, su inquietud se convirtió en terror al ver como el hielo se resquebrajaba y justo el hombre que había visto en sus visiones caía en aquellas heladas aguas. Ni siquiera se detuvo a pensar si estaba poniéndose en riesgo, o que nunca había estado en zonas tan gélidos y el conocimiento de campo que podía tener era mínimo. Lo único que sabía era que sin Nathan, no podrían seguir.

 

Él...era...indispensable.

 

Sin embargo, bajo la capa de agua inicial bajo el hielo resquebrajado, de repente esta dio paso al vacío en una oscuridad que hacía más angustiosa la caída. ¿Cómo de hondo podía ser? Nuevas dudas y temores se sumaron a las anteriores, pues ya no estaba tan seguro de poder dar con Nathan en la negritud de ese espacio, y en cambio, casi podía imaginarse a Satán esperándolo al final de ese hondo túnel.

 

Lo sorprendente fue que preparado para lo peor, terminase dando contra una superficie ligeramente suave. Abrió y cerró los ojos muchas veces, para acostumbrar la vista a esa penumbra, que sin embargo, dejaba ver formas y contornos a su alrededor. pero lo sorprendente vino al notar que ese recinto no era para nada un ambiente natural: Los cuidados relieves y elevados pilares revelaban la intervención humana.

 

A su lado, Nathan todavía lucía insconsciente y a diferencia suya, su temperatura había disminuido a niveles preocupantes. Ambos estaban con las ropas mojadas, pero sin duda Nathan había pasado más tiempo en aquellas aguas heladas. Probablemente la hipotermia hubiese hecho que perdiera la conciencia. Rory ni siquiera conocía a precisión de primeros auxilios, pero confiando en lo que Lunita le había dicho, del poder innato de sanación en los sacerdotes, colocó las manos encima del hombre, y cerrando los ojos murmuró.

 

Beltane

 

El calor generado en las palmas de su mano poco a poco fue rodeando el cuerpo de su compañero. El pelirrojo, incrédulo ante su propia magia se limitó a sonreír, esperando a que el otro reaccionase. Tenía que reponerse pronto, y averiguar que era aquel lugar, pero por encima de todo, dar con los demás de la comitiva, pues era probable que estuviesen buscándolos.

[Martin N Roses]

Black asintió ante la respuesta de Sherlyn y se mantuvo en silencio, observando el blanquecino panorama que los rodeaba. En un descuido del galés, Nathan se había apartado de la comitiva. Cuando lo vio aproximarse, se le cruzó por la mente consultarle sobre si escalar la montaña era o no una buena idea, pero nada de eso pudo ser murmurado. Un sonido extraño, intenso y repentino lo alertó. El piso estaba rompiéndose, pero no sólo eso, el hielo cedió de una forma inexplicable y de repente, el líder de la comitiva, desapareció…

 

Rory se lanzó al agua en su búsqueda y Black quedó petrificado en el lugar, preguntando sin preguntar al resto de sus compañeros. Sólo con miradas entendió que ni Sherlyn ni David tenían en claro qué estaba ocurriendo.

 

Entonces en su mente surgió una idea. Era algo extraño y difícil, pero había llegado el momento indicado para ver si lo aprendido en las últimas semanas resultaría en algo positivo. Black cerró sus ojos grisáceos e intentó aislarse del ambiente que lo rodeaba. Necesitaba toda la concentración posible, de cada célula de su cuerpo. La magia interna, o energía, empezó a ser percibida por su consciencia. Sintió algo que hasta entonces nunca había sentido; como si algo de su ser lo abandonara, como si pretendiera ser arrancado. Él no se detuvo, eso era lo correcto.

 

Cuando abrió una vez más sus ojos, y todo el paisaje blanquecino de Alaska volvió a aparecerse ante él, su sombra, bajo el efecto de Umbra, lo había abandonado. Aún luego de invocar aquella magia oscura, Black debía mantenerse concentrado. Sabía también que no tenía mucho tiempo, se lo habían advertido en varias oportunidades. Con algo de dificultad, la sombra oscura fue hacia el más allá, en donde el hielo se había resquebrajado, y se sumergió sin mojarse. Era como una sustancia sin serlo y como un humo sin la posibilidad de ser disipado por el viento.

 

Segundos más tarde, tenía lo que necesitaba.

 

—Los he visto —dijo entonces Black, en un tono de voz diferente al normal, no pudiendo ocultar el esfuerzo que le había implicado realizar aquella magia por primera vez—. Nathan parece desmayado pero no es nada grave… —En realidad no estaba seguro de eso, pero confiaba en que Rory supiera ayudarle.

 

Cuando pasados unos segundos volvió en sí y el agobio fue evaporándose, volvió a centrarse en David y Sherlyn.

 

—Tenemos dos opciones, permanecer aquí o ir a por ellos. —Miró con recelo el agua helada que tenían a apenas un par de pasos—. Creo que ese lugar puede ser el indicado pero… —Observó la montaña que ahora había quedado a sus espaldas—. Eso también me llama la atención.

 

Aguardó por la respuesta de sus compañeros. Creía importante no separar más el grupo de lo que ya estaba.

[Nate Weasley]

Perdió la consciencia tan rápido como el suelo se había resquebrajado, el cielo del norte que momentos antes se había dibujado frente a sus ojos había ahora desaparecido. Sin embargo, su mente no se desligó por completo de su cuerpo: de alguna manera, retenía la capacidad de percibir ciertas cosas que su cuerpo experimentaba. Nathan, incluso en aquel estado cuasi-catatónico, sabía que aquello era obra de sus poderes Oscuros: la magia aprendida en la Fortaleza Errante no era del todo inocua para el alma, y muchas veces trazaba conexiones inesperadas o desdibujaba los bordes del alma, volviéndolo menos humano.

 

En ese sentido, su cuerpo no tenía las limitaciones de su raza, y la magia oscura le confería nuevas habilidades y limitaciones que aún le restaba descubrir. Una de ellas se manifestaba ahora: a pesar de no poder manejar su cuerpo ni de ser del todo consciente, si pudo percibir el frío, y de la misma manera pudo percibir los brazos del sacerdote que (para la franca sorpresa del Weasley) acudió a su rescate. Pudo sentir la ola de calor que desprendieron las manos de este momentos después en la medida que utilizaba la magia de su clan para curarlo, y pudo sentir como progresivamente su estado de pseudo-existencia actual se fusionaba con el cuerpo que, de alguna manera y aparentemente, había abandonado.

 

Lógicamente él no tenía demasiada idea de cómo funcionaba la magia de los otros dos clanes, no más allá de generalidades que estaba seguro pecaban de sobre-simplificación, y sin embargo allí tenía la prueba clara de lo que otros tipos de magia podían hacer. La magia de su clan, si bien no menos noble, no tenía fines tan puros como los del clan del sacerdote. Meses atrás, quizá Nathan hubiese tenido un problema con ello y se hubiese cuestionado si había elegido el clan correcto, pero Madeleine le había mostrado lo que la magia y la historia de personas como él podían hacer, y lo había guiado hacia los tres espíritus quienes, indefectiblemente, le habían mostrado cuál era su camino a seguir.

 

**

 

Durante su período de pseudo-conciencia, además de admirar las agallas del Despard, tuvo tiempo suficiente como para preguntarse cómo demonios llegarían hacia donde Freyja quería llevarlos. Al igual que Martín, el Weasley estaba convencido de que los primeros versículos de las palabras entonadas por la Guardiana hacían referencia a Alaska, pero no tenía forma alguna de asegurarlo. E incluso si estuvieran en lo cierto; Alaska era enorme. Por alguna razón, la perspectiva de escalar la montaña no le sonaba como correcta, más no tenía argumentos válidos para proponer algo en contrario.

 

No fue hasta que abrió los ojos que encontró la respuesta a su dilema.

 

Allí, donde sea que estaban él y el sacerdote, se cumplía la última parte de la profecía que, cuando rezaba "donde el frío quema y el sol no calienta, debajo de un iglú y arriba de un desierto" ya no hacía meramente referencia al estado norteamericano, sino más bien a aquel lugar en específico. Ciertamente sentía ahora su piel arder por el frío que lo había abrazado tan despiadadamente, y no había rastros del sol. Ciertamente el suelo debajo de sus pies había desaparecido y ya no se encontraba en la superficie, y donde sea que estuvieran ahora, pues estaba seguro de que no era por casualidad.

 

– Gracias. Has sido muy valiente. – le dijo al sacerdote, con una cálida sonrisa que se desdibujó rápidamente en el temblequeo de sus labios por el frío. Un ademán de su varita bastó para que las ropas de ambos quedaran completamente secas, y una segunda floritura conjuró un fuego mágico que comenzó a brindarles un poco de calor. – ¿A dónde estamos? ¿Crees que hay alguna forma de traer el resto del grupo hasta aquí? – agregó, segundos después.

 

Su mirada no dejaba de contemplar el lugar donde se encontraba que, innegablemente, mostraba signos de humanidad.

 

– Ilusionismo – se le ocurrió decir segundos después, y rogó porque su magia llegase a las mentes de David, Sherlyn y Martín, mostrándoles el lugar donde estaban e instruyéndoles a, de alguna manera, llegar hacia ellos.

 

*********

 

@@Martin N Roses @@Sherlyn Stark @@Rory Despard @@David James Dumbledore

 

Mil perdones y disculpas por este mes, que ha sido del asco T_T

 

Por ahora no tenemos inscritos para Enero, así que en principio podemos extender la misión a los primeros días del mes, así la terminamos y aprobamos. No olviden que el requisito para aprobar es de 5 roles.

 

¿Cuento con ustedes?

[Sherlyn Stark]

Se distrajo solo por unos segundos aún así fue el tiempo suficiente para que su invocación se esfumara por completo. Tenía entiendo que algunos espíritus eran demasiado sensibles por lo que con el mínimo gesto de desinterés se iban y, en algunos casos, no aceptaban volver de vuelta, al menos no en un periodo de tiempo corto, debían pasar las horas o los días que creyeran suficientes. Una de las cosas que más le preocupaba era que podía afectar a todos los espíritus de la zona.

— Adiós —murmuró con tristeza.

Al darse la vuelta para ver a sus compañeros se percató que solamente quedaban Martín y David, Rory también había desaparecido. Se quedó en esa posición, de pie y esperando a que su compañero terminara de utilizar uno de los poderes de la Orden Oscura, ya que tenía una idea de para qué lo estaba utilizando y al regresar despejó las dudas que comenzaban a surgir. Aún así aún quedaban algunas en su mente y una de ellas era dónde estaban. Debían permanecer unidos era una de los requisitos para cumplir con la misión si tenía en cuenta algunos fragmentos de la profecía.

— Debemos ir por ellos — comentó y sabía que su compañero estaría de acuerdo.

Debían encontrar una manera de llegar hacía ese lugar todos juntos y, lo más importante, a salvo. Mientras pensaba en las alternativas que existían una imagen se proyectó frente a ella, era el lugar donde estaba el resto y tal como imaginaba era un sitio característico debajo de la ligera capa de hielo en la que estaban parados en ese preciso momento y estaba segura que ese era el lugar donde debían llevar la vasija para mantenerla a salvo.

— Están debajo del hielo —susurró sorprendida ya que no lo había imaginado antes pero de alguna manera tenía sentido.

No era posible utilizar la aparición ya que no sabían con precisión la localización. Sin embargo, una de las habilidades que la diosa le ofrecía era la invocación de un compañero animal. Así que, cerró sus ojos y concentró sus energías, para luego pronunciar:

— Besto Hipogrifo.

Al abrir los ojos el animal estaba delante de ella esperando sus indicaciones. Simplemente se acercó hacía él para admirarlo de cerca y llevó su mano hacía él para acariciar sus plumas. Parecían tan real.

[Martin N Roses]

Mientras en los pensamientos de Black aún continuaba la imagen de la montaña como una buena respuesta a los acertijos que debían sortear, la imagen en su mente, seguramente proyectada por Nathan, acababa de confirmar lo observado por la sombra oscura.

 

«Al menos he visto lo que de verdad ocurrió.» El pensamiento le dio tranquilidad, ya que aún le costaba mucho esfuerzo sumergirse en el mundo de la magia del clan. Eran sus primeros pasos.

 

La voz de Sherlyn lo quitó de aquel ensimismamiento y sus sentidos se agudizaron nuevamente. Black asintió y volvió a observar el sitio donde el hielo se había resquebrajado. Al detenerse en el borde del terreno firme, por el momento, y ver la peligrosa calma de las aguas heladas, el brillo de sus ojos fue reflejado en la sustancia acuosa.

 

—Sí —confirmó entonces el mago—. Tendremos que… congelarnos hasta los huesos.

 

La bruja utilizó sus poderes especiales y un hipogrifo surgió de la nada. Black no pudo contenerse.

 

—Es una de mis criaturas favoritas —admitió con una sonrisa algo apagada por la situación en la que se encontraban. Realizó la correspondiente reverencia ante el animal mágico en muestra de respeto, intentando ganar, de forma genuina, su confianza—. Asumo que irás en él —murmuró por lo bajo—. Intentaré atravesar el agua, iré cerca.

 

Mientras escuchaba el sonido de los cascos del animal caminando sobre el hielo, Black volvió a cerrar sus ojos e intentó concentrarse completamente, aislándose del mundo. Esta vez era la energía del entorno la que debía controlar, usándola a su favor. Sintió un leve sonido debajo de sus pies, como si empezara a aumentar de peso pero... al murmurar Phantom todo aquello se evaporó, como si se tratara de una simple pluma. Acompañado con su mente, el mago de cabellos negros pudo atravesar aquel “piso” de hielo, transitar por el agua y descender hasta aquel sitio mágico y oculto. Sabía que Sherlyn también había superado aquel obstáculo, pero decidió esperarle. En cambio, David no había descendido y ya no estaba seguro de si seguía con ellos.

 

[Sherlyn Stark]

Volvió a mirar a la criatura que estaba delante de ella e inconscientemente lo acariciaba, de alguna manera le hacía sentir segura y orgullosa de lo que había sido capaz de crear con sus poderes de la Orden de Avalón. Se quitó unos de sus guantes para sentir mejor las plumas del hipogrifo y se mantuvo en esa posición mientras trataba de pensar con claridad lo que debían hacer. Sin embargo, por más que las plumas la hipnotizaran escuchaba con atención a Martín.

— Claro —dijo insegura, lo cierto era que esas últimas palabras habían quedado en su mente y comenzó a pensar en qué podría haber debajo del hielo y por qué su compañero mencionó que se congelarían.

Caminó sobre la fina capa de hielo que tenían debajo, escuchando con atención el sonido que hacían los pies al pisar la superficie y supo que no tardaría mucho en desprenderse, por lo que debían actuar rápido. Alejó su mano del hipogrifo y se alejó, pero fue lo suficiente cautelosa como para no alejarse lo suficiente, aunque sabía que la seguiría a donde hiciera falta ya que para eso había sido invocado.

— Sí, así es —afirmó. Pensaba que el hipogrifo le sería útil para atravesar el agua y si iba a una velocidad rápida sería capaz de cruzarlo sin complicaciones, asumiendo que después del agua hubiera aire tal como se mostraba en la proyección de Nathan.

— Buena suerte.

Observó como su compañero se sumergió al agua perdiéndose de vista. Aunque solamente habían pasado semanas de haber conocido a su compañero esperaba que lograse superar la misión con éxito y también deseaba que todos estuviesen a salvo. Se mantuvo quieta y mirando por un rato el agua en la que acababa de sumergirse Martín, ya no quedaba rastros de nada y era como si nadie lo hubiera atravesado.

Se acercó al hipogrifo y sin dudar se subió sobre él. Lo había hecho infinidades de veces pero en ocasiones causales, esa vez era diferente porque estaba en medio de una misión y se sentía cada vez vez más nerviosa. Esperaba que su plan concluyera con éxito aunque también lamentaba que solo hubiese nieve y hielo ya que de haber tierra podía hacer crecer un árbol tan grande del cual descender.

Indicó al animal ascender hasta una altura de seis metros para luego baja y atravesar el agua. Jamás le había gustado las alturas y por más que no era precisamente su mayor temor, comenzó a sentir nauseas. Respiró profundamente. Por unos segundos solamente sintió como una ráfaga de viento gélido tocaba sus mejillas y mojaba su túnica. La sensación sólo duró unos segundos pero fue el tiempo suficiente para sentirse completamente fría y mojada.

Al llegar a la superficie lo primero que vio fue un escenario completamente blanco pero desde esa posición no veía a ninguno de sus compañeros. Se bajó del hipogrifo y se despidió de él. Luego, con un ligero movimiento de varita secó la ropa que llevaba puesta. Luego, susurró:

— “Invocando un ser más allá de lo racional, presto mi cuerpo en sagrado ritual, invoco la fuerza sobrenatural, de un hipogrifo real”.

De repente sus brazos se transformaron en dos grandes y pesadas alas capaces de volar por aquel desierto blanco. Suponía que de esa manera sería capaz de localizar al grupo rápidamente. Movió sus alas y se alejó del suelo para volar. Aún sentía nauseas y su cabeza comenzaba a doler. La sensación no del poder a Animalia no era diferente al de volar en hipogrifo, pero si sentía mucha más responsabilidad ya que requería demasiada concentración.

Al ver figuras de personas en la superficie simplemente descendió.

[Rory Despard]

- No sé que sea este lugar, pero la energía que emana es...sagrada.

 

Y por eso, Rory no dudaba de que eran las fuerzas de Freyja las que los habían llevado hasta allí. Un poco antes, las palabras de Nathan lo habían reconfortado y devuelto la energía de una manera que era difícil colocar en palabras, pero que se transparentaba en su sonrisa y una mayor confianza para terminar satisfactoriamente con esa misión que les había sido encomendada.

Era desalentador no tener el poder aún para encontrar un medio de avisar a los demás de donde es que se encontraban. El patronus era como no, un excelente mensajero, pero resultaba insuficiente para hacer llegar una explicación más detallada y pormenorizada del espacio al que habían ido a parar, y cuanto más lo pensaba, menos eran las soluciones que acudían a su cabeza. Mas, a diferencia suya, Nathan no tardó en encontrar un método, y una vez más Rory se admiró de las capacidades que lo del clan de los oscuros mostraban.

— La valentía es un componente esencial para cualquier miembro del bando ¿no es cierto?— él no era capaz de recordar donde es que por primera vez había escuchado esas palabras, pero encontraba en esa cualidad una semejanza a la fe inquebrantable que todo cristiano debía fortalecer— para llegar aquí teníamos que probar hacia dentro de nosotros mismos y hacia nuestros compañeros, valentía y lealtad.

Aspiró con fuerza una bocanada de aire y continuó observando alrededor ¿Cuánto se tardarían los demás en llegar? Oteando en ese espacio de altos muros, se movió para estar un poco más cerca del fuego que Nathan había conjurado para paliar el frío y relajó solo un poco el cuerpo, tensionado por los últimos acontecimientos, para entregarse a oraciones aprendidas en su tierna infancia, y que conseguían en momentos de crisis, pacificar su mente y su corazón. Perdido en ellas, no supo bien cuanto tiempo transcurrió, pero cuando alzó la vista de las llamas, vio que alguien se les acercaba.

— Nos encontraron ¡hurra!

El grito tan auténtico resonó en la estancia. Frente a ellos, cuanto más se acercaba, la silueta iba adquiriendo formas más definidas, de manera que pronto notó que no era más que una sola persona, aquel muchacho llamado Martin, que silenciosamente se desplazaba por aquella superficie gélida sin aspavientos y tan igual que ellos, con suma observancia. Aunque el impulso era enorme, Rory se contuvo de preguntar donde es que estaban los otros dos, y agradeció hacerlo, porque apenas medio minuto después, distinguió en el cielo una segunda figura, que descendía hacia ellos.

Miró directa y fijamente, como cegado por la vision de Sherlyn y sus extremidades convertidas en robustas alas de brillante plumaje. Y sin poder contenerse más, llamó por sus nombres a ambos y en su voz traslució la preocupación que había sentido desde el momento en que Nathan los había llamado. Aun así, David no estaba con ellos, y eso mitigó de pronto su entusiasmo, pero se cuidó de comentarlo, mucho más viendo que Nathan no había dejado de observar a su alrededor, todavía buscando en la estancia, el punto donde el jarrón debía ser dejado.

— Por la bendición de Dios todopoderoso, es un gusto tenerlos de vuelta — la sonrisa de alivio dio paso más rápido de lo esperado a un gesto más ceñudo que reflejaba su preocupación — Estoy convencido que una esencia, una presencia fuerte habita aquí, pero ¿es esto definitivo? ¿es este el lugar donde debemos dejar el jarrón? Solo tendremos una oportunidad, así que fallar no es una opción.

La firmeza y serenidad con que aquellas palabras salieron lo sobresaltaron. ¿Tanto bien podía hacer un simple reconocimiento como el que Nathan le había dado a su autoconfianza? Como si de una epifanía se tratase, se encontró distinto al Rory que había iniciado esa misión.

Más fuerte.

 

[Martin N Roses]

Las palabras del pequeño Rory lo recibieron cuando Black los alcanzó finalmente. Se detuvo junto a ellos y contempló la silueta de ambos. Un momento después, llegó Sherlyn con los detalles de hipogrifo en su menudo cuerpo.

 

—¿Qué ha sucedido? ¿Nathan? —Observó al líder de la comitiva de aquel viaje, esperando una respuesta. Luego observó el sitio que los rodeaba y rápidamente pensó que ese lugar podía ser el nombrado por el espíritu, del que hablaba la profecía.

 

La Orden del Fénix estaba en un punto de su historia que era crucial y, al mismo tiempo, delicado para seguir existiendo. La misión que estaban llevando a cabo no tenía lugar para fallar.

 

Black asintió a las últimas palabras de Rory.

 

—Comparto que este parece el sitio que describía la profecía. Se encuentra desierto, en un sitio sumamente oculto y hay alta dosis de magia. —El mago de cabellos negros era especialista en detección de magia y los rastros en aquel lugar eran evidentes—. Sin dudas es aquí —dijo al fin.

 

El mismo criterio que había tenido para pensar en Alaska acababa de materializarse en lo más profundo de su ser. Estaba seguro pero no podía explicarlo ni argumentarlo. Simplemente lo sabía. ¿Acaso era eso también producto de la magia oscura que estaba desarrollando en estos últimos tiempos? Nathan no se lo había advertido. Aguardó en silencio.